Por una Télam con control parlamentario

Por una Télam con control parlamentario

Cynthia Ottaviano, Diego de Charras, Martín Becerra y Mariana Baranchuk debatieron sobre el proyecto de control parlamentario de la Agencia Nacional de Noticias.

El martes por la tarde, en la sede central de Télam, se llevó adelante una charla-debate en el marco de la presentación de un proyecto de ley para que la Agencia Nacional de Noticias  tenga control parlamentario. Después de los masivos despidos en el sistema de medios públicos argentino, los trabajadores y las trabajadoras que se encuentran en permanencia pacífica decidieron organizarse y seguir resignificando la lucha y la resistencia.

En el panel estuvieron presentes Mariana Baranchuk, docente de la UBA y la UNQUI y ex asesora de AFSCA/FATPREN; Martín Becerra, docente e investigador del Conicet, la UNQ y la UBA; Cynthia Ottaviano, ex Defensora del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual y Diego de Charras, actual director de la carrera de Ciencias de la Comunicación Social de la UBA.

El inicio del encuentro estuvo a cargo de uno de los trabajadores de Télam quien explicó que desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) decidieron armar el proyecto con el propósito de “devolverle la función publicitaria a la Agencia, armar una comisión bicameral permanente y cambiar la forma de asignar a las autoridades creando un comité de evaluación”. Dicho proyecto ingresó a la Cámara de Diputados y se espera que pueda ser discutido en comisiones.

Luego de la presentación, Becerra fue el primero en tomar la palabra: agradeció la invitación y se solidarizó con los y las trabajadoras despedidas. Inmediatamente expresó que “la afectación a este servicio es la afectación de la circulación de información” y enfatizó: “Este momento expresa la incapacidad del propio gobierno a la hora de gestionar lo público”. En relación al proyecto de ley opinó que se trata de una vía interesante para probar y de un punto de avance que también obliga a tomar posición a otras formaciones políticas y sociales. Además señaló que “promueve una posibilidad de articulación”. Acto seguido, Ottaviano hizo pie en la importancia de la “construcción colectiva” y felicitó a los y las trabajadoras por “la capacidad de ponerse a pensar en un proyecto de ley en un momento tan difícil”. La ex Defensora del Público caracterizó el avance del gobierno sobre los medios públicos como una “ejecución de planificación estratégica de miseria comunicacional”. Además, remarcó la existencia de una persecución ideológica pero señaló la necesidad de seguir luchando para encontrar la victoria y conquistar el “derecho humano a la comunicación”.

Luego de que los panelistas realizaran su exposición, los y las trabajadoras manifestaron también la necesidad de darle un marco institucional a la agencia.

Baranchuk fue la tercera en tomar el micrófono y lo primero que hizo también fue felicitar a los y las trabajadoras por haberse puesto a pensar en el medio de un gran conflicto, en ese sentido remarcó que se trata de “una gran forma de resistencia”. En lo que respecta al proyecto de ley recomendó que “habría que incorporar aquello que tiene que ver con garantizar el federalismo ya que hay regiones que sin Télam, sin la agencia del Estado, quedarán sin cobertura”. También insistió en que estas situaciones perjudican a la “totalidad de los trabajadores pero también están perjudicando a la calidad democrática del país”. Al finalizar su intervención, rescató la importancia de la articulación que están haciendo trabajadores de Télam con otras instancias para resignificar la lucha y no caer en el desgaste. De Charras, el último en tomar la palabra, aseguró que “la historia de Télam es una historia de lucha”. El actual director de la Carrera de Ciencias de la Comunicación Social (UBA) remarcó el carácter auspicioso de la idea del control parlamentario y expresó que estos escenarios obligan a pensar de manera sustancial el lugar de los medios públicos. Antes de cederle la palabra a los trabajadores y trabajadoras presentes, felicitó la iniciativa y señaló que “son tiempos difíciles con finales inciertos que no deben ser abandonados”.

Una vez que los panelistas realizaron su exposición, fueron los y las trabajadoras quienes manifestaron la necesidad de darle un marco institucional a la agencia. También expresaron que “en todas nuestras luchas nos dejamos un espacio para pensarnos, siempre tratamos de pensarnos”. Agradecieron los aportes brindados por los y las especialistas en comunicación y aseguraron seguir luchando por una comunicación más democrática, participativa y, desde luego, por la reincorporación de las y los 357 despedidos.

El fantasma de la crisis

El fantasma de la crisis

Parque Industrial Villa Flandria, Jaureguí.

Caminar por las calles de la localidad de Jáuregui, a 20 kilómetros de Luján, es como estar recorriendo las calles de Bélgica. Las fachadas  se realizaron a imagen y semejanza del país europeo. En cada rincón puede verse el escudo de un tigre y los colores amarillo y negro. Y es que el belga Julio Steverlynck fundó en la década del 20 la Algodonera Flandria y con ella el pueblo. “Don Julio”, así lo llaman sus habitantes, se transformó en un verdadero ícono del lugar, es el personaje que creó un micromundo alrededor de la planta industrial: con ella apareció la primera iglesia, los clubes, las escuelas y otras instituciones, también fue él quien dio a los trabajadores de la fábrica el beneficio de la propia vivienda. Sin embargo, el sueño belga está atravesando su segunda pesadilla. Algoselan la fábrica algodonera más antigua del pueblo debió parar la producción y presenta serias dificultades, según cuentan en Villa Flandria.

Durante  la década del 90, la crisis económica que atravesó el país llevó a la fábrica a la quiebra y los telegramas de despidos masivos no tardaron en llegar. A través de  un remate público Carlos Diforti compró las antiguas instalaciones de la fábrica y en el año 2003 las convirtió en el Parque Industrial Villa Flandria, donde actualmente funcionan más de 20 empresas.

Máquinas produciendo en cadena, camiones que entran y salen con mercadería, humo saliendo de las chimeneas, trabajadores que se desplazan de un lado al otro, parece ser el escenario natural de Villa Flandria. Sin embargo, al final de las calles se vive otro clima. Una fábrica vacía, silencio e incertidumbre. Hoy una nueva crisis azota al sector textil. Algoselan Flandria, la empresa dedicada al hilado, ubicada dentro del parque,  lleva un mes con su producción detenida. Diforti, su actual dueño, dispuso la medida para contrarrestar las políticas del Gobierno que incluyen apertura indiscriminada de importaciones y los tarifazos, sumado a la baja de ventas por la baja del poder adquisitivo de la población.

Algoselan es la fábrica algodonera más antigua del pueblo.

“En el último año el dueño fue acumulando stock, produciendo más de lo que vendió. Ahora, a la caída de venta se le suma la corrida cambiaria y las altas tarifas que paga. Entonces, decidió barajar y dar de nuevo, parar la producción y esperar a ver qué pasa con el país. Arregló con el sindicato para no pagar aportes patronales, mandó a la gente a la casa por treinta días, les continúa pagando el sueldo, pero se ahorra el gasto de comprar materia prima,  de energía eléctrica y gas”, cuenta Rodolfo Bianchi, presidente de la Cámara Textil de Luján.

Roberto Gianini delegado de Algoselan, habló de la situación que padece el rubro textil: “La crisis se viene acentuando hace  un año y ocho meses, desde que se abrieron las importaciones. Antes se vendía menos, pero se seguía vendiendo. Esta situación es cien por ciento culpa del Gobierno que está aniquilando el empleo argentino. Al país entran telas demasiado baratas, con el aumento de luz y gas, más los insumos y sueldos se hace imposible competir”, explica el trabajador. “Algoselan hoy en día cuenta con un millón de metros de hilado terminado en stock que no tiene salida. La empresa apuesta a seguir adelante, pero si el Gobierno no cambia el rumbo de sus políticas creo que como han cerrado otras fábricas, esto le puede llegar a pasar a Algoselan y esta fábrica es muy importante en cuanto a personal”, confesó Gianini.

La situación es delicada, los trabajadores no han querido salir a visibilizar la problemática que viven, ni a dar su palabra a los medios. “La empresa tuvo que optar por seguir trabajando y retrasarse con los sueldos, o parar la producción y respetar el sueldo de la gente. Se arregló con los trabajadores suspendidos cobrar un 85,7 por ciento del sueldo neto, y que no se le iban a descontar los premios”, enfatiza Gianini. A pesar de esto los retiros voluntarios y despidos tampoco tardaron en llegar.

Durante la década del 90, la crisis económica que atravesó el país llevó a la fábrica a la quiebra y los telegramas de despidos masivos no tardaron en llegar.

Gran parte de los trabajadores de Algoselan son empleados de oficio, de edad avanzada que no cuentan con secundario ni una carrera universitaria, y han aprendido lo que saben dentro de la fábrica. “Diforti tenía 66 personas de excedente. Algunos trabajadores de planta fueron reubicados como guardia de portería, realizan tareas de limpieza, cortan el pasto. Un año haciendo eso. También intentó reubicarlos en otra fábrica del parque, Sewtech  que está tomando personal, incluso hay un plan de Gobierno que si lo incorporás al trabajador en otro lugar tenés un beneficio. El tema es que le piden el secundario completo y la mayoría no lo tiene. Otro de los requisitos es que sean personas de 25 a 40 años”, explica Bianchi.

La producción seguirá suspendida hasta el primero de agosto aunque nadie puede contestar con exactitud qué va a pasar. “La empresa apuesta a seguir. Esto se arregla con una ayuda del Gobierno restringiendo la exportación. Actualmente las ventas siguen paradas,  hoy la gente no va a comprarse un jean o una camisa, porque antes de eso tiene que darle de comer a los hijos”, describe el delegado.

En la avenida principal de Jáuregui los perros se pasean sin pedir permiso. La estación de tren parece abandonada, debido  a su poca frecuencia. El pueblo no recibe muchos visitantes y por eso pocos conocen su historia. La historia de un pueblo que nació a orillas del río Lujan, gracias a una fábrica textil. En ese pueblo se vive una atmósfera de tranquilidad y silencio en el aire. Tan calmo y desolado como la mismísima Algoselan con sus máquinas detenidas, hasta que el mercado o el Gobierno lo dispongan.

La ola de despidos llegó a Radio Del Plata

La ola de despidos llegó a Radio Del Plata

Reclamo salarial de los trabajadores de Radio Del Plata. ARCHIVO: 19/07/2017.

Más de 50 trabajadores fueron despedidos de radio Del Plata, luego de que finalizara el período de conciliación obligatoria con el Grupo Electroingeniería, propietario de la emisora. El viernes último, al intentar ingresar a su lugar de trabajo, los cesanteados se encontraron en una lista y con el personal de seguridad que les prohibió el ingreso al edificio.

Los trabajadores de prensa continúan en una situación de crisis que parece agravarse cada vez más, en un contexto de despidos masivos tanto en el ámbito privado como en el público. Días antes nomás, la agencia estatal de noticias TÉLAM había despedido a 357 trabajadores. Ahora fue el turno de Radio Del Plata, que tras meses de espera y conflicto, la situación culminó con la desvinculación de más de 50 empleados, quienes constituyen el 45 por ciento del personal de la empresa.

“Entre los despedidos hay productores, operadores y columnistas”, comenta Andrea Landi, locutora de la radio. Si bien ella no fue despedida, se solidariza con sus compañeros y compañeras. “En estos momentos la situación es de paro total. Los despedidos fueron citados en un estudio de abogados para ‘negociar’ su propia indemnización, algo totalmente fuera de la ley. Nos adeudan casi cuatro meses de salario, no se realizan aportes y, desde hace dos meses, cobramos el 12,5 por ciento del salario por semana”, agrega Landi.

Esta vez, fueron más de 50 los despedidos.

Si bien el conflicto data de hace un tiempo, la empresa despidió en mayo pasado a 12 personas. El pasado 29 de mayo, el Ministerio de Trabajo dictó un período de concliciación obligatoria tras el cual, la empresa desvinculó a otros 38 trabajadores.

En diálogo con ANCCOM, Marcela Ojeda, columnista de Radio Del Plata, describe: “Trabajo en Del Plata desde hace 14 años. Hasta hace tres años era cronista los sábados, pero lentamente, aunque de manera predecible, dejaron de pagar taxis para poder movilizarnos, e incluso ya no querían pagar horas extras a los choferes de los móviles”. Ojeda explica cómo la empresa fue armando el escenario que concluyó en su despido: “Durante varios meses, y ante este look out patronal, fui a cumplir horario sin funciones. No se me permitía hacer mi trabajo. Ante esta realidad decidí plantear que quería que se me reubique o que vean la forma de darme tareas. Durante el último año hice una columna de género todos los martes en “La Tarde Del Plata”. Esto fue aceptado y coordinado por un gerente de programación. Hasta hace un mes que me llegó la carta documento despidiéndome con causa, de manera mentirosa y perversa, inventaron el motivo”.

Por su parte, Juan Francisco Sala, operador técnico de la radio, sostiene que “si bien ya hubo conciliación obligatoria, a los trabajadores se los volvió a echar. En un primer momento habían sido 12, después hace un mes, a otros 30, y gracias a que se dictó la conciliación fuimos reincorporados. Pero después me volvieron a echar. A excepción de un par de compañeros que no volvieron a desvincular, después echaron a todos y sumaron ocho más, o sea se fueron 38. En total, son 50 con los 12 anteriores. No hay ninguna chance de reincorporación, y lo más grave de todo es que tampoco nos aseguran la indemnización en tiempo y forma”. Y agrega: “La radio quiere hacer un ajuste, un vaciamiento, ya sea para terminar de mandarla a la quiebra o para venderla mucho más barata”.

El cordón policial en una protesta en julio del año pasado, convocada por los trabajadores por reclamos salariales.

Hasta el momento, los trabajadores de prensa se encuentran realizando un paro indeterminado y denuncian que “Radio Del Plata despide pero no indemniza”. A ello se suma la deuda del pago de salarios y la falta de aportes jubilatorios y de obra social. En un comunicado de prensa, los trabajadores de Del Plata repudian el despido a sus compañeros, al tiempo que responsabilizan a Osvaldo y Santiago Acosta, y a Gerardo y Sebastián Ferreyra, dueños de la empresa Electroingeniería, por las deudas. Por otra parte, consideraron que dichas maniobras son un ataque directo a la libertad de expresión y al derecho a la información.

Por su parte, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa) sigue el conflicto de cerca y se suma al repudio por los despidos, tanto en Radio Del Plata, como en la Agencia Télam. “Denunciamos el ataque al libre ejercicio del periodismo, en sus dos expresiones más recientes: primero, en el vaciamiento y los despidos arbitrarios e ilegales en la agencia Télam, seguido por más de 50 despidos en Radio Del Plata. Hay tres mil periodistas menos en todo el país. Menos periodistas, menos información y menos libertad de expresión”, sostienen desde el sindicato.

 

Aguante a los trabajadores de Télam y la Selección

Aguante a los trabajadores de Télam y la Selección

Una bandera blanca cae desde lo más alto del edificio y desemboca justo arriba de una pantalla gigante dispuesta a transmitir un partido de fútbol. La bandera anuncia “basta de despidos”, el edificio es el de Télam y el partido que está a punto de jugarse enfrentará a Argentina y Francia en los octavos de final de la copa del mundo.

A las 11 en punto, el relator confirmó eufórico que iba a empezar el Himno Argentino. Las imágenes mostraban una a una las caras de los 11 jugadores de la selección y sus rostros se complementaban bien con las fotos de los 357 despedidos de la Agencia Estatal de noticias, ubicadas justo a la izquierda de la pantalla. En el estadio ruso, los hinchas argentinos entonaron la famosa “o” que acompaña la melodía de la canción patria. Pero las cerca de 400 personas reunidas en la avenida Belgrano al 347, se miraron entre ellos y dudaron. Finalmente, la incertidumbre terminó cuando un hombre corpulento puso la vocal en el cielo y todos se acoplaron a ese sonido alentador que se mantendría intacto hasta el final del partido. Un segundo después de cantar el Himno, se abrió paso, primero sigiloso y luego con la potencia que desborda a cualquier tribuna popular, un necesitado: Hernán Lombardi la yuta que te parió. “¿Así que ganó el periodismo?”, dijo uno de los despedidos de Télam en referencia al comentario que hizo el titular del Sistema Federal de Medios Públicos, Hernán Lombardi, y terminó la frase con un aplaudido “a pelearla compañeros” que resonó al compás de una virtuosa jugada de Messi a los cinco minutos del primer tiempo.

Más tarde, cuando el relator anunció, a su pesar, que se venía el penal para Francia, los dirigentes de Sipreba, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires, repartieron carteles con la consigna “no a los despidos en Télam” y todos los presentes los levantaron con las dos manos, rogando que Griezmann, el 7 de Francia, no cometiera el arrebato de hacer el gol y denunciando, al mismo tiempo, el otro arrebato, el que ya se había cometido y cuya responsabilidad no estaba en manos de un jugador de fútbol.

A los 41 minutos de la primera parte, gol de Argentina: puños en alto, gritos, silbidos, aplausos y abrazos que duraron un poco más de lo esperado. Incluso un fotógrafo despedido, que desde el inicio del partido parecía decidido a darle la espalda a la pantalla y a no gritar los goles, no pudo evitar abrazar a su compañera, la periodista que días atrás invitó a una mujer a mirarla a los ojos. El martes pasado, durante el corte de calle que impulsó el sindicato, acompañado de un paro por tiempo indeterminado, una pasajera abrió la ventanilla del colectivo y se quejó de la manifestación que no le permitía llegar a su casa. Inmediatamente, la periodista que hacía horas había recibido el telegrama, se acercó a la mujer: “despidieron a 357 personas, mirame. ¿No ves que somos iguales?”

Durante el segundo tiempo el aliento a la selección nacional permaneció ahí. Finalizado el partido, cuando la pesadumbre por la derrota pretendió avanzar, resurgieron los abrazos y la mayoría se quedó conversando en la puerta del edificio. Mientras apagaban la pantalla, un muchacho le comentó a otro que al cronista Héctor Laurada lo llamaron por teléfono para decirle que la cobertura en Rusia se levantaba, porque en Buenos Aires había quilombo. “Lo primero que dijo Héctor fue que en definitiva, el resultado no importaba, lo que sí importaba, era que frente a la victoria o la derrota, existiera en Argentina una agencia de noticias libre, y lista para contarlo.”

También desguazan Télam: 354 trabajadores despedidos

También desguazan Télam: 354 trabajadores despedidos

Más de dos mil personas se movilizaron al Centro Cultural Kirchner pidiendo por la reincorporación de los 354 despedidos de la Agencia Nacional de noticias Télam, que significa la cesantía del 40%  de la planta.  Entre los trabajadores que recibieron el telegrama de desvinculación se encuentran periodistas con más de 25 años de antigüedad, embarazadas y pacientes oncológicos. Los gremios denuncian una política de vaciamiento estatal en los medios públicos. 

“No a los despidos en Télam” fue el grito común en Avenida Belgrano al 347.  Luego de la ocupación del edificio y  tras una masiva asamblea. La definición  fue unánime: defender los puestos de trabajo, sacar el reclamo a las calles y resistir.

A los trabajadores y trabajadoras de Télam se le sumaron delegados de otros medios y comisiones internas,  gremiales sindicales, organizaciones sociales, y vecinos y vecinas que  se hicieron eco del reclamo y marcharon hacia el edificio de Corrientes y Alem exigiendo respuestas tanto Rodolfo Pousá, Ricardo Carpena y Pablo Ciarliero, que conforman el directorio de la Agencia Nacional de Noticias, como a  Hernán Lombardi, Titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos de la República Argentina.  Sin embargo,  allí los recibió un extenso y desproporcionado operativo policial montado por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.

Entre los trabajadores que recibieron el telegrama de desvinculación se encuentran periodistas con más de 25 años de antigüedad.

“Estamos cuidando el dinero de todos”, fueron las últimas palabras que dijo Hernán Lombardi al pronunciarse sobre los despidos durante  el programa del periodista ultraoficialista Luis Majul transmitido por A24, mientras los trabajadores cesanteados exigían a la producción su derecho a réplica en las puertas del estudio. El ministro continuó justificando: “Todo cambió. Internet cambió la vida de todos y por supuesto revolucionó los medios de comunicación. Mucha gente se informa por internet, entonces ¿cúal es el sentido último de una agencia de noticias hoy?”.

Emilia Racciatti, periodista de la secciones Política y Cultura fue una de las despedidas: “Ese día –cuenta- salí temprano de casa y vine a la agencia sin saber mi situación. Cuando volví  a la noche estaba el aviso del correo y hoy a la mañana me llegó el telegrama”. El relato es similar al de centenas de compañeros. “Los trabajadores y las trabajadoras se fueron enterando por los telegramas que les fueron llegando a sus casas. Algunos ya habían venido a trabajar y se iban enterando a medida que sus familias recibían los telegramas en la casa”, relata la delegada Carla Gaudensi y agrega: “El cinismo que manejaron las autoridades de la empresa, Lombardi, y este gobierno, es que los trabajadores se enteren a través de telegramas y que los que supuestamente se quedan por un mail que les la bienvenida a la nueva Télam. Algunos todavía están en un limbo porque no les llegó ni la carta ni el mail”.

Ese mail de bienvenida fue interpretado por muchos de quienes lo recibieron como una velada amenaza que busca evitar manifestaciones solidarias y extorsionar con la posibilidad de nuevos despidos.

Los empleados tomaron el edificio y convocaron a Asamblea.

 Por el momento la única respuesta de los directores de la empresa -que desde el viernes no se presentan en el edificio- fue un parte oficial que expresaba: “Hemos decidido desvincular a empleados que no responden al perfil que buscamos para una agencia pública de noticias que debe avanzar hacia un mejor y eficaz funcionamiento”. 

Las mujeres de Télam no dudaron en manifestarse. Una de ellas, reunida en asamblea cuestionó: “Cuando nos dicen en los telegramas de despido ‘no da el perfil’ ¿no da el perfil para quién? ¡Yo no soy de la nueva Télam, yo soy de la Télam histórica!”, exclamó apretando el micrófono para luego cederle la palabra a otra compañera: “Estamos sin dormir y sin comer con un nudo en la garganta, esta es una página totalmente oscura para la historia de Télam”.

De los participantes que acompañaron en solidaridad a la movilización se destacó la participación  del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) y la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN),  Hugo Yasky de la CTA;  Roberto Pianelli de la CTAA ; Hebe de Bonafini de Madres de Plaza de Mayo;  Sonia Alesso por CTERA;  Eduardo López por UTE; Roberto Baradel por el SUTEBA; Ileana Celotto por AGD UBA; Carlos Vila de Canillitas; la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y del Premetro (AGTSyP); Hugo Cachorro Godoy de ATE Nacional; la diputada nacional Vanesa Siley por el Sindicato de Trabajadores Judiciales; los diputados Gabriela Cerruti (FPV), Marcelo Ramal, Nicolás del Caño, Juan Carlos Giordano (del bloque del FIT); Leopoldo Moreau (UC); el legislador porteño Mariano Recalde (UC), Martín Sabatella (NE);   y María del Carmen Verdú por la CORREPI.