«Las tres opciones son malas, pero hay dos que son espantosas»

«Las tres opciones son malas, pero hay dos que son espantosas»

El sociólogo Eduardo Grüner analiza el escenario que surge de las propuestas electorales. ¿Por qué la derecha se apropió de términos históricos de la izquierda?

Eduardo Grüner, sociólogo y docente de la Universidad de Buenos Aires, habló con ANCCOM sobre el escenario preelectoral, la estrategia de la izquierda y el horizonte de resistencia que se abre ante un panorama que calificó de “incertidumbre, desazón y desconcierto”.

.¿Qué diagnóstico hace del panorama electoral? ¿Qué resultados espera?

El mismo de todo el mundo: incertidumbre, desazón y desconcierto. Nadie sabe exactamente qué va a pasar. No tengo ningún diagnóstico particular. Todo depende de cuánta de la gente que no votó en las PASO vaya esta vez a votar, pero tampoco sabemos a quién. Hay que esperar los resultados del domingo. Son elecciones particulares. Lo fundamental de la política permea la cotidianidad (los reclamos, las tensiones), pero el sistema está armado para que no se note que eso es también política y que se reduzca sólo a las elecciones, donde uno va solito al cuarto oscuro (como cuando se va al confesionario) a poner el papelito en la urna.

¿Qué diferencias encuentra con otros momentos electorales?

Esta es la primera vez en los últimos 40 años que todas las opciones son de derecha, lo que no significa que todo sea lo mismo. Hay derechas peores que otras, pero la novedad es que las opciones realmente distintas sean tan pocas y que no tengan ninguna posibilidad cierta de ganar, más allá de algún diputado. Desde Alfonsín en adelante, siempre había alguna alternativa con posibilidades para los sectores “progres”. Las tres opciones son malas, pero hay dos que son espantosas. Estamos arrinconados, casi extorsionados, frente a una situación muy fea donde existe la posibilidad de un gigantesco suicidio colectivo. La gente se tranquiliza con que la frase “las sociedades no se suicidan”, pero no es cierto. Sobran ejemplos: la muy culta y racional sociedad alemana de 1933, el imperio romano y, hoy en día, el capitalismo entero. Esperemos que no suceda, pero es una posibilidad, bastante más extrema para nosotros localmente, que en otras situaciones electorales.

¿Por qué cree que el electorado se inclinó por discursos y plataformas tan agresivas y antipopulares?

La agresión forma parte de las sociedades y se radicaliza frente a las crisis extremas, frente a la sensación de que no hay salida, que está todo mal, que este es un “país de mierda”… La angustia generalizada produce indiferencia, un “que se vayan todos” en el peor sentido del término, un “qué me importa que se vaya todo al diablo”. Además, conocemos la herencia de Macri, la sequía y la guerra, pero el gobierno estuvo haciendo las cosas mal o, al menos, obedeciendo a límites ideológicos, de clase, de posicionamiento social y político que no permitían tomar medidas más valientes para asegurarle una mayor certidumbre a los sectores populares. Los partidos más radicalizados no supieron canalizar el descontento social generalizado. Toda esa desorientación llevó a estas candidaturas donde casi 60% del electorado opta con desesperación y con un grado alto de negación.

¿A qué se refiere con “negación”?

No se escucha lo que muy sincera y directamente dicen. A Milei lo comparan con Menem, pero la frase del expresidente era “si yo decía lo que iba a hacer, no me votaban”. Ahora dicen lo que van a hacer y los votan. Es un cambio interesante para pensar: el pasaje de ideología ocultadora a la cínica, del que habla Žižek. Sin embargo, esta sí es una comparación que se puede hacer entre Milei y Hitler. Nadie que hubiera leído Mi lucha antes del 33 podía ignorar lo que Hitler planeaba hacer. Pensaron que era campaña, que era exageración. Bueno, acá tampoco tenemos dudas. Sus votantes no lo ignoran, pero lo des-conocen.

¿Cuál es el rol de los movimientos de izquierda en esta elección?

La tarea de acá en más es prepararse para la resistencia. Pase lo que pase, como dice Alejandro Horowicz, el gran ganador de estas elecciones va a ser del Partido Nacional del Ajuste. Será distinto si es uno o es el otro. Por lo tanto, las estrategias de resistencia tendrán sus variaciones también. Pero ajuste va a haber y siempre crean conflictividad. La izquierda es mucha en este país: en las PASO tuvieron cuatro candidaturas, dos de ellas fuera del Frente de Izquierda. Se debió haber llegado a un acuerdo electoral más firme entre las izquierdas más asumidas y grupos populares. No se pudo, no se hizo. Las izquierdas tienen esa gran tarea de resistir y conversar seriamente una estrategia común: una unidad en la acción para los próximos años.

¿Qué piensa de los teóricos que dicen que los discursos de izquierda ya no convocan?

Hay mucha polémica con eso. Tanto la izquierda teórica como la política tienen que tomar nota de las transformaciones que se produjeron en la lógica del capitalismo en las últimas décadas. Aunque, sin encandilarse y viendo cuántas realmente de esas transformaciones son como para renunciar a “ser de izquierda”, así como hemos abandonado conceptos. Algunos términos son olvidados por los mismos movimientos de izquierda. Están tomándolo en cuenta, pero a su ritmo, enfatizando en el movimiento de género y la ecología. Estos problemas deben articularse sin perder de vista la lucha radical por los medios de producción. Cada vez el factor ideológico-cultural tiene una importancia más grande. Lo que tradicionalmente se conocía por la lucha de clases, pasa también por la palabra y las imágenes. No es ninguna superestructura: forma parte de la misma estructura productiva.

Pase lo que pase, como dice Alejandro Horowicz, el gran ganador de estas elecciones va a ser del Partido Nacional del Ajuste. Será distinto si es uno o es el otro. Por lo tanto, las estrategias de resistencia tendrán sus variaciones también.

Eduardo Grüner

La derecha se está reapropiando de los conceptos que solían pertenecer a la izquierda, como el de libertad…

Claro. Es una apropiación bien psicópata porque la enuncian como si fuera una entelequia abstracta sin determinaciones concretas que marcan la acción social misma. Por lo menos, desde la revolución francesa, palabras como “igualdad”, “fraternidad” y “libertad” son campos de batalla en sí mismas: de disputa ideologica, simbólica y, a veces, material extrema. La gente se mata por palabras porque representan cosas muy distintas según el sujeto de enunciación. También se apropiaron de “libertario”, que viene de la tradición anarquista del siglo XIX y XX: los voluntarios de la guerra civil española del lado de la república. Las nuevas ultraderechas hablan en nombre de la libertad y de la república: dos grandes banderas de la izquierda y de los sectores populares. La república fue la gran bandera contra la monarquía absolutista, ahora resulta “absolutismo de mercado” y libertad que sólo se beneficien los dueños de la tierra. Son declaraciones falaces y cínicas porque se usan para servir intereses muy particulares. Hay que dar la batalla por recuperar esas palabras. Sartre, gran filosófo de izquierda, llevaba como bandera la libertad, pero siempre habló de libertad en situación, condicionada por la situación social, política, historica cambiante.

 

Del partido militar a la derecha partidaria | Estuve Ahí

Del partido militar a la derecha partidaria | Estuve Ahí

Federico Pinedo, ex senador nacional por Cambiemos y presidente de la Argentina durante 12 horas en 2015, explica cómo el ideario conservador construyó la fuerza política que llevó a la Casa Rosada al único mandatario que en estos 40 años que no perteneció ni al peronismo y al radicalismo.

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales ? – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso, Estefanía Hernández, Lucia Fabiana e Ian Werbin.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini
En todo el mundo se cuecen derechas

En todo el mundo se cuecen derechas

España dio un paso trascendental en su Parlamento al habilitar el uso de sus lenguas nativas a los legisladores de Cataluña, Galicia y el País Vasco. Pero en la primera sesión la bancada del ultraderechista Vox abandonó el recinto en rechazo de una medida que, dicen, “fomenta el odio y la división”. ¿Qué piensan las comunidades en Argentina?

Este martes se dio un hecho histórico en el Congreso de los Diputados español. Por primera vez, se abrió un debate en diferentes idiomas nacionales, a partir del cambio de reglamento que permite el uso de las lenguas cooficiales (catalán, vasco y gallego) en el Parlamento. La medida fue aprobada con 179 votos a favor y 171 en contra. Sin embargo, la intolerancia y la cancelación de la pluralidad de voces por parte del Vox y el Partido Popular (PP) dejó un gusto amargo en el aire.

La Cámara Baja preparó auriculares de traducción simultánea para el pleno, con el fin de evitar interferencias en la comunicación y mantener la fluidez del mismo. El escenario reinante propició la libertad de expresión, es decir, dio espacio a cada diputado para expresarse en la lengua propia de su territorio. Sin embargo, el PP advirtió que esta acción sería “hacer el canelo” (actuar ingenuamente hasta el ridículo) y dejó en claro su preferencia por una asamblea en castellano.  

Al inicio del debate, cuando el socialista José Ramón Gómez Besteiro habló en gallego, los legisladores del Vox (partido político de extrema derecha de ideología ultraconservadora) insistieron con que no serían parte de esta modalidad “separatista” y decidieron desfilar uno por uno (haciendo el canelo) para abandonar los auriculares y el hemiciclo. No aceptaron escuchar una lengua diferente y tomaron una actitud de tolerancia cero a la diversidad cultural nacional.

En contraposición con la postura anti pluralista, el diputado Gabriel Rufián dejó en evidencia la hipocresía latente de esa idea al mencionar algunas palabras del inglés que se han adoptado con naturalidad en España. Como, por ejemplo, check-in, coworking, low cost, after office, briefing, entre otras.

“El espectáculo fue de una falta de respeto al plurilingüismo y a la institución, pues no ven al plurilenguaje como un derecho sino como una ofensa”, comenta Ana Miranda, diputada por el Bloque Nacionalista Gallego ante el Parlamento Europeo. “Y lo que es peor –sigue–, es que el señor Alberto Núñez Feijóo, que fue presidente de Galicia durante doce años, y es el candidato del PP a la presidencia española, tampoco apoyó que se hable gallego en el Parlamento”. Finalmente se refiere al debate que se dio durante esta semana en el Parlamento Europeo para que se acepte la petición de España de reconocer a las lenguas cooficiales como lenguas de la Unión Europea: “Esta semana se ha dicho que no se cierra el tema, pero que está a estudio de los estados miembros”, concluye Miranda.

Sergio Pascual Peña, ex diputado de Unidos Podemos (UP) y actualmente miembro ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) comparte con ANCCOM su perspectiva como ciudadano español. “Esto es un evento de una extraordinaria valía, ya que, por primera vez, el Congreso español se asemeja a la realidad española –señala–, que nos dice y nos muestra que hay un número muy importante de españoles que tiene como lengua materna una lengua distinta al castellano; que sueña, que piensa, que ama, que se dirige a sus hijos y que educa en un idioma diferente”. Peña reivindica la importancia que tiene para la gente poder expresarse en su idioma sin ningún tipo de traba, y cree que ahora quienes desarrollan sus vidas en esas lenguas sienten al Parlamento español un poco más suyo, y menos hostil. Cree, sin dudas, estar frente a un avance y un hito simbólico enorme en el camino hacia el federalismo de España y espera que sea el primero de muchos pasos.  

“Frente a esta realidad los diarios que promueven a Vox y al Partido Popular toman una postura negacionista, construyendo una ficción de una nación española inexistente, uniforme y de habla castellana, donde los usos y costumbres son idénticos en todo el territorio nacional, eso es una ficción”, cuenta Pascal y agrega que “esa ficción uniformizante sólo se llevó a cabo al extremo con la dictadura de Franco, quien reprimió los derechos idiomáticos de esa parte de la población”. Además, sostiene que en el caso del Vox, construyen la ficción de lo que es ser buen español, es decir, hablar castellano, ser católico y creer en la historia oficial.

El hecho también fue seguido de cerca por los argentinos pertenecientes a colectividades y asociaciones afines. Diego Martínez Duro, ex presidente de la Federación de Asociaciones Gallegas en Argentina, señala que las prohibiciones de las lenguas en España datan desde 1486. Como fue el caso de la doma y la invasión a Galicia impulsada por Isabel la Católica, pero a pesar de las persecuciones, los pueblos han hecho de sus lenguas y su cultura, la base de la resistencia de su identidad. “Lo aprobado ayer –señala a ANCCOM– es un gran avance para la visibilidad de la multiculturalidad del estado español, que desde el golpe de estado devenido en guerra civil sepultó todo tipo de identidad diferenciada dentro de la España del siglo XX”.

Por otro lado, Arantxa Anitua Laurak Bat, presidenta de la Federación de Entidades Vasco Argentinas (FEVA), celebra el acontecimiento como una gran conquista, ya que muchos de ellos se vieron oprimidos y obligados a emigrar, a Argentina, por ejemplo, solo por hablar y pensar en un idioma distinto. “Fueron años de lucha para la normalización y reconocimiento de la lengua euskera y la lengua de nuestros hermanos catalanes y gallegos –sostiene–. Nunca se había podido lograr este objetivo ni a la primera, ni a la segunda República, ni en todo este momento desde la vuelta a la democracia”. Arantxa también destaca el trabajo por parte de la colectividad para visibilizar y transmitir el idioma euskera a través de la enseñanza del mismo en Argentina. Y cree “es un hito de nuestra cultura, es nuestra insignia, lo que nos identifica y nos diferencia”.

Tanto Martínez Duro como la presidenta de la FEVA creen que la actitud de los parlamentarios del Vox y los del PP no hacen más que manifestar lo que son, avasallantes y conquistadores sobre todo lo que sea distinto a ellos. A Martínez Duro no le sorprende y añade que “son los herederos directos de los golpistas de 1936 y todo lo que sea una idea de un estado plurinacional y multicultural no encuentra espacio en sus pensamientos”.

Milei asistió al Viva’22, un acto organizado por Vox en España. Ambos comparten la distancia y el rechazo a la pluriglosia y a las diferencias culturales.

 Laura Gottero, doctora en Ciencias Sociales (UBA), aborda una mirada interesante sobre el circo que hizo Vox desde la categorización de discurso de odio, y explica algunos requisitos principales para calificarlo como tal. “En primer lugar –señala–, la expresión odiante, de rechazo, se da cuando los diputados de Vox y el PP dejan de considerar como pares a otros diputados por hablar diferente, es decir, los cancelan, invisibilizan y anulan. En segundo lugar –continúa–, el discurso de odio abreva sobre personas, y entonces, cuando los diputados abandonan el hemiciclo, la acción fue directamente contra sus colegas opositores”. Complementariamente, Gottero destaca la incitación posible, más o menos inmediata a algún tipo de acción enmarcada en la violencia o exclusión, y afirma que esa acción de rechazo al plurilingüismo incita a quienes los acompañaron con sus votos a que hagan lo mismo.

Finalmente, es buen momento para recordar la asistencia del candidato a presidente Javier Milei al Viva’22, un acto organizado por Vox en España. Ambos comparten la distancia y el rechazo a la pluriglosia, y a las diferencias culturales. Lejos de ofrecer el avance de la libertad y la diversidad, promueven el ataque y el retraso de la misma. El ex diputado Peña brinda un análisis interesante sobre la relación entre Vox y Milei y consigna que ambos se entroncan dentro de un internacional diestro populista que fue inaugurado por Donald Trump, en donde aparecen personajes como Bolsonaro en Brasil y Boris Johnson en Reino Unido. Y explica que esa “internacional” tiene por bandera varios elementos. “Primero, un rechazo fuerte a las políticas de género, es antifeminista; segundo, es un anti derechos humanos, los migrantes no tienen derechos para estos personajes líderes políticos; y finalmente, en tercer lugar, son furibundamente nacionalistas”, concluye.  

«Lograron su cometido: instaurar miedo y cerrar el instituto»

«Lograron su cometido: instaurar miedo y cerrar el instituto»

El incendio intencional en un instituto de formación docente del partido de San Martín se suma a la larga lista de ataques a la educación pública y a los discursos negacionistas que proliferaron en la campaña electoral.

El Instituto Superior de Formación Docente (ISFD) Nº 113 de San Martín sufrió un incendio intencional el pasado miércoles 13 de septiembre, tras una serie de amenazas de tono negacionista y en contra de la educación pública. “Se trató de un atentado a la vida de personas que estaban estudiando y trabajando en la institución”, afirma la vicepresidenta del centro de estudiantes, Evelyn Palo.
Mensajes similares se encontraron semanas atrás en la Universidad de San Martín y el mes pasado en tres colegios de CABA. Pero en el ISFD 113 las amenazas se concretaron. El hecho ocurrió alrededor de las 19:30 en la sede de Cochabamba. Un estudiante vio el humo, detectó uno de los puntos de incendio, contuvo las llamas y avisó a tiempo para que se pudiera evacuar el edificio sin que nadie resultara herido.
Aunque todavía no se realizaron los peritajes, bomberos y testigos del suceso aseguraron que el fuego fue provocado adrede a partir de tres focos: uno en los tachos de reciclaje al lado de las escaleras, otro en planta baja y el tercero en un aula del primer piso. Evelyn Palo sostiene que los culpables son parte del Instituto: “Es gente de adentro, que conoce los horarios, que sabe cuándo y dónde iniciar el fuego y pegar carteles. Estuvo todo finamente calculado para que no fuera una catástrofe, pero lograron su cometido que era instaurar miedo y cerrar el instituto”. Algunas de las estudiantes que estaban allí no quieren volver a las aulas.

Hace unos tres meses, en el profesorado comenzaron a verse mensajes y pintadas en apoyo a Milei, pero luego del triunfo de La Libertad Avanza en las PASO, esos discursos recrudecieron y se tornaron en intimidaciones. “De `Milei 2023´ se pasó a tachar la cara de una Abuela de Plaza de Mayo y escribirle `Videla vive´ encima. De `Fuera la ideología de género´ se pasó a dibujar un Ford Falcon verde junto a una frase que decía `A la noche se viene. Vas a correr zurdo sorete ́”. Este último lo pegaron en la sala de profesores, según confirma la vocal del centro de estudiantes Micaela Bo, en diálogo con ANCCOM.
En el marco de los 40 años de democracia, directivos, docentes y alumnos del establecimiento, realizaron diversas actividades durante la cursada. Evelyn y Micaela creen que el avance de la derecha a nivel mundial y nacional hace que el compromiso histórico del ISFD 113 en defensa de los derechos humanos despierte la respuesta de estos grupos pro-dictadura, que actúan cada vez con más impunidad: “Es un instituto muy unido y con ideas claras. No podrían haberlo hecho de otra manera que no sea anónima, porque del otro lado iban a encontrarse con alguien que los frene”, remarca Evelyn. “El negacionismo no tiene mucho sustento, por eso la única salida que encuentran es la violencia desde el anonimato”, agrega Micaela.
Para el jueves 14 de septiembre estaba prevista una clase abierta para defender la educación pública, por eso no es casualidad que el día anterior se intentara quemar el edificio, señalan las estudiantes. El encuentro igualmente se llevó a cabo, pero con el objetivo de denunciar el atentado.

“No nos van a callar”
El lunes 18 de septiembre, las secretarías de Derechos Humanos y de Formación Política Sindical del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA) realizaron una actividad en la que proyectaron “Argentina 1985” y luego abrieron un debate. El encuentro iba a concretarse en las instalaciones del ISFD 113, con toda su comunidad educativa, pero en vez de suspender –porque el instituto continuaba cerrado–, decidieron cambiar de locación y reunirse en la sede de San Martín del sindicato. “Es necesario que sepan que continuamos de pie y que no nos van a callar por más que nos griten, porque siempre vamos a estar ahí, defendiendo a la escuela pública”, advierte la secretaria general de SUTEBA San Martín, Verónica Luizaga.
Las dirigentes gremiales que participaron de la charla enfatizaron el rol clave de las escuelas y de los trabajadores de la educación en la construcción y transmisión de la memoria. Asimismo, alertaron los discursos de odio y negacionistas de los principales candidatos políticos de la derecha: “La campaña es pasar una motosierra sobre cualquiera, sean personas, sean estamentos del Estado o sea la misma democracia”, denuncia la secretaria de Derechos Humanos de SUTEBA, Analía Meaurio.

Una posible respuesta
Además de visibilizar este tipo de casos de violencia política en nuestro país, es necesario encontrarles una respuesta y una lectura específicas. RADAR (Registro de Ataques de Derechas Argentinas Radicalizadas) es un proyecto colaborativo que lanzó el Equipo de Investigación Política de la Revista Crisis, con el apoyo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), condensa ambos objetivos.
Se trata de una plataforma web que busca mapear distintos ataques protagonizados por derechas radicalizadas a lo largo del territorio. Andrés, uno de los integrantes del proyecto, explica que con el registro y relevamiento de casos se pueden dar a conocer estos hechos, no para “espectacularizarlos”, sino para que luego se realice una lectura política sobre ellos y así construir una red de análisis que permita generar estrategias de autocuidado.
Además, cuenta que desde el proyecto les interesa reservarse el concepto de ultraderecha para una ideología particular y utilizar el de “derechas radicalizadas” para referirse a aquellos sectores que están explorando distintas formas de acciones políticas violentas. “Porque al fin y al cabo sus propuestas jurídicas sí pueden ser debatidas en los márgenes democráticos que tenemos”, subraya.
En la página web de RADAR lo dejan en claro: “No se trata de un calificativo orientado al contenido de sus ideas, sino a las agresiones y ataques desplegados con intención de silenciar, amedrentar, disciplinar o aniquilar reivindicaciones de derechos individuales y/o colectivos, instaurar miedo e influir en la discusión pública”.

“Hay un sector de la juventud que se siente atraído por las derechas alternativas”

“Hay un sector de la juventud que se siente atraído por las derechas alternativas”

La reacción conservadora” se tituló la investigación periodística publicada el 13 de junio en el El DiarioAr que intentó mapear los vínculos entre los actores de la denominada nueva derecha. Para hacerlo, las autoras elaboraron una red conceptual, con datos públicos, que a poco de ser subida en la web fue hackeada; ellas también recibieron amenazas de muerte por su trabajo. Además, debieron padecer en redes el ataque coordinado de los influencers señalados en el informe e incluso de colegas. Ahora bien, la virulenta respuesta de la alt-right argenta no puede verse como un fenómeno local, sino que está enmarcada en una estrategia global.

Uno de los primeros estudios que busca alertar sobre el avance de las extremas derechas en el país fue realizado por el equipo de Incidencia Política de FUSA AC, una asociación civil que trabaja en temas de salud y derechos sexuales. El proyecto tiene como objetivo identificar los “formatos discursivos y fórmulas retóricas de los argumentos usados por actores conservadores/antiderechos que, desde distintas inscripciones políticas, predominan en la escena local”.

El trabajo contó con la colaboración de la socióloga feminista María Alicia Gutiérrez quien, en diálogo con ANCCOM, afirma que no se trata de algo nuevo, sino que existe hace años a nivel regional y mundial: “Se pueden rastrear desde los años setenta, tienen un impacto fuerte en la década del noventa y, en los últimos diez años cambiaron algunas claves a partir de la aparición pública de los feminismos, la comunidad LGBTIQ+, gobiernos progresistas en algunos lugares del mundo y la revolución 2.0 que les permitió usar estrategias de difusión alternativas”.

En los setenta, una de sus principales figuras fue Joseph Ratzinger (luego Benedicto XVI), quien lideraba la Congregación para la Doctrina de la Fe. Ratzinger comenzó a plantear la emergencia de situaciones que desorganizan el “orden natural”, por ejemplo, “la homosexualidad”. Ya en los noventa, con El Vaticano operando desde su lugar de observador permanente en Naciones Unidas, se fue articulando una nueva estrategia mediante la intervención a niveles regionales y locales en políticas públicas y en el lenguaje de las leyes. Esta quedó manifiesta en las diversas conferencias internacionales del período, particularmente en la de Población y Desarrollo en El Cairo (1994) y de la Mujer en Beijing (1995), sobre dos ejes: los derechos sexuales o reproductivos y la educación.

El movimiento es encabezado por la Iglesia católica, pero ha ido generando alianzas con sectores del protestantismo, del islam y, más recientemente, con grupos laicos para sentar bases ecuménicas. Todas las presiones que ejercen son posibles gracias a los recursos económicos con los que cuentan, una diferencia sustancial respecto a cualquier otra organización social.

“En Argentina, a partir de la transición democrática, como la Iglesia católica queda muy desprestigiada entre los grupos más vulnerables por su compromiso con el golpe militar, le cuesta bastante reinsertarse en los sectores populares y ahí empiezan a ocupar un lugar importante los pentecostales y los neopentecostales”, sostiene Gutiérrez.

En los noventa, mientras la Iglesia católica opera en el espacio de poder del Estado, los evangélicos empiezan a resolver las necesidades en el territorio. También emerge el laicado conservador, que da impulso a nuevas estrategias, como el intento de desarticulación y resignificación de los derechos humanos, sin decir nunca que están lisa y llanamente en contra de ellos. Por caso, el derecho a la vida lo traducen en “las dos vidas”. Según Gutiérrez, en los últimos años evitan el lenguaje religioso y se sustentan en su concepción de la ciencia y del derecho. Todo lo que se encuentra por fuera lo califican, despectivamente, como “ideología”. Un referente actual es Agustín Laje, politólogo cordobés e influencer que ataca las posturas feministas asociándolas, en sus críticas, a una difusa «ideología de género».

Personajes como Laje ganan seguidores en las redes. Pablo Stefanoni, autor del libro ¿La rebeldía se volvió de derecha? Cómo el antiprogresismo y la anticorrección política están construyendo un nuevo sentido común (y por qué la izquierda debería tomarlos en serio), destaca: “Hay un sector de la juventud que se siente atraído por las derechas alternativas que aparecen como transgresoras y hablan el discurso de las redes sociales: el trolleo, el meme”.

En su libro, subraya que la izquierda “fue quedando dislocada en gran medida de la imagen histórica de la rebeldía, la desobediencia y la transgresión que expresaba. Parte del terreno perdido en su capacidad de capitalizar la indignación social fue ganándolo la derecha, que se muestra eficaz en un grado creciente para cuestionar el ‘sistema’”. Y más allá de que la escena política argentina no parezca tener lugar para estas nuevas fuerzas, Stefanoni asegura que nadie está exento del clima de época en el que crecen estas derechas alternativas.

En su libro, escrito en pandemia, el autor observa cómo el coronavirus alimentó teorías conspirativas y protestas contra el aislamiento y las vacunas. La incertidumbre genera un contexto propicio para que las extremas derechas alrededor del mundo hagan uso eficiente de tecnologías para detectar temores.

Distintos grupos componen el amplio espectro de esta nueva derecha. “Tienen algunos puntos en común en la argumentación –explica Gutiérrez–: se autodenominan antisistema, los de la incorrección política, porque dicen que la democracia no puede resolver la pobreza dado que son regímenes tomados por los ´nuevos revolucionarios´ como los feminismos, movimientos LGTBQI+ y el marxismo cultural”.

En su obra, Stefanoni analiza cómo se enlazan agrupaciones ambientalistas o proteccionistas, otras que reivindican los derechos sexuales y religiosos, con los sectores de extrema derecha, que adoptan estos elementos para articularse en los sitios de poder institucional. Destaca el caso del ultraderechista Frente Nacional francés, liderado por Marine Le Pen, una de cuyas banderas es la preocupación medioambiental. Asimismo, hasta 2018 Le Pen tuvo como aliado a Florian Phillipot, quien en 2014 se declaró abiertamente gay.  Desde 2017, Philippot es el jefe de Los Patriotas, otro partido de extrema derecha, creado luego de sus diferencias con Le Pen. “A pesar de que gran parte de esta nueva derecha sigue siendo conservadora, hay sectores que están siendo más aperturistas”, aclara Stefanoni.

La retórica de esta nueva-vieja derecha incorpora la construcción y permanente mención de su antítesis, “el comunismo”, con la que justifica su accionar. Utilizan la palabra “comunismo” para describir a aquellos que no comparten sus planteos, sin importar siquiera que lo sean.

Otro latiguillo es el “marxismo cultural”, que según denuncian los alt-right, se inserta en el espectáculo, las instituciones educativas y en espacios de reivindicación de derechos para las minorías. Argumentan que la izquierda obtuvo su victoria cultural y que ellos están dispuestos a enfrentarla. “Es una idea de justificar el anticomunismo zombie de hoy, ven comunismo donde no hay comunistas”, remarca Stefanoni. Tales ámbitos, donde los movimientos denuncian el predominio del marxismo cultural, “poco tienen que ver con la izquierda”, agrega. En verdad, es sólo un intento para fortalecer el antiprogresismo.

En los medios, con la intención de contrastar información oficial, muchas veces se pone al aire a portavoces de estos discursos, a la misma altura de referentes institucionales como si se tratara de fuentes equivalentes. En redes sociales, sus intervenciones se viralizan por su radicalidad, y aunque se las replique desde un lugar de cuestionamiento o de “consumo irónico”, nuestra comunidad interpretativa no es infinita y lo único que se logra es dar relevancia a estos personajes sin profundizar en las consecuencias que puede traer.

Gutiérrez sostiene que hay que hacerse cargo del debate desde todos los ámbitos: la academia, los movimientos sociales, los partidos políticos, los sindicatos: “Hay que estar atentos sin dar lugar al pánico ni más presencia de la que tienen. No se puede decir que es pura bizarreada, tienen muchos seguidores en las redes, lugar en la televisión y mientras los ridiculizamos ellos operan”. Y concluye: “Lo que ellos tomaron interesante es la noción de libertad. Se la apropiaron porque está abandonada del otro lado, en el debate igualdad-libertad, la izquierda política y teórica denostó la libertad en tanto concepto profundamente liberal. Hay que retomarlo”.