La ciudad rural del comic

La ciudad rural del comic

Amadrinada por la dibujante argentina Maitena, se presentó en La Rural la cuarta edición de Comicópolis, el festival internacional de la historieta, que incluyeron invitados como -Yoichi Takahashi, creador del famoso animé Captain Tsubasa, más conocido como Súper Campeones-, muestras de Quino y un festejo por los cuarenta años de la saga Star Wars, además de concursos y un sinfín de actividades para todos los públicos.

Iniciada el viernes pasado, Comicópolis probó suerte en La Rural, cambiando de sede, luego de haberse presentado regularmente en Tencópolis. Y si antes era una actividad de entrada era gratuita auspiciada por el Estado, ahora pasó a ser un emprendimiento privado y arancelado. En esta ocasión, Maitena fue la madrina, y se la galardonó con una muestra de sus obras: Maitena Escencial. También, entre los renombrados títulos argentinos, se montó un stand especial por los sesenta años de El Eternauta, la famosa historieta de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, de finales de los cincuentas, obra emblemática de las sagas del comic argentino de aventura y reconocida en todo el mundo.

Dante Cardozo, de Quattro Design, stand especializado en posters, expresó a ANCCOM la ventaja del festival: “Me parece acertado que haya un evento grande del género, que contrasta con, por ejemplo, ComicCon, otro evento de renombre, más enfocado en las series y películas”.

Un hombre usando una máscara se encuentra dentro de un stand, delante de él una mesa con una gran cantidad de historietas apiladas.

Comicópolis no solo un encuentro entre los “grandes” y los fanáticos, sino un encuentro de iguales a iguales, unidos por una misma pasión: los comics.

Pero lo que más resaltó en la cuarta edición fue el sin fin de trabajo autodidacta, del fan para el fan, de historias de pasión y trabajo propio, haciendo de Comicópolis no solo un encuentro entre los “grandes” y los fanáticos, sino un encuentro de iguales a iguales, unidos por una misma pasión: los comics, las historietas y, por qué no, el universo de los dibujos animados.

“Hay muchos que se hicieron conocidos por Facebook,” indica Martín López, miembro del equipo organizador, mientras recorre un las mesas apiñadas que presentan productos de diversos dibujantes conocidos en el mundo virtual, como es el caso de Brunancio y Szoka. “Eso te permiten las redes: dar a conocer tu trabajo, y si pega en el público, pega”. Es cierto que, en una disciplina con tanto énfasis en lo visual como lo es el comic, las redes sociales hoy se han transformado en una herramienta fundamental para visibilizar y dar a conocer no solo el fan art, o arte de los fanáticos, sino también las producciones propias.

Claudio Aboy, ilustrador de fama internacional y cuyo trabajo con Lucasfilm lo han logrado establecer como un referente, expresa que “realmente, aunque yo no lo creyera, hay mucha gente en torno a las licencias (DC, Marvel, Lucasfim, etcétera) que están hoy mirando permanentemente los trabajos de los dibujantes. Miran dibujantes de todo el mundo, y si el estilo engancha en lo que es la forma general de la saga, siempre hay posibilidades de que surja algo”. Su trabajo es la cristalización de esa afirmación, ya que, como explicó a ANCCOM, fue contactado por Lucasfilm por sus trabajos al óleo e invitado a participar con una de sus obras. “Yo pensé que era una broma, al principio no le di bolilla”. Gracias a un insistente contacto por parte de la productora, hoy trabaja de forma fija para Lucasfilm, realizando óleos a pedido, además de trabajar para DC, entre otros.

Una persona disfrazada de Freddy Krueger, está sentado de frente a una mujer disfrazada que lo toma de la mano.

«(El cosplay) es la materialización de la pasión de un fanático por un personaje», dijo Yami S.

Si bien las editoriales, casas de ropa y de artículos de merchandising estaban presentes, en esta edición tampoco faltaron los stands atendidos y producidos por los propios dibujantes. “Para un artista, es una gran oportunidad —opinó Gastón Mengo, dibujante y frecuentador del evento—. La calidad de producciones es muy buena en general”.

En esta perspectiva se alinea el trabajo de los cosplayers, artistas de las telas y especialistas en dar vida a los personajes a través de la producción de trajes completos, que incluyen detalles como armas, peinados y demás. Yami S. Cosplay, participante del concurso de cosplay de Comicópolis, cuyo primer premio fue un viaje a Japón en Haloween, explica que su disciplina “es la materialización de la pasión de un fanático por un personaje. Siempre que le preguntes a alguien por qué hace cosplay de tal o cual personaje te va a decir que ese personaje le gusta, lo inspira, lo alegra, lo complementa, etcétera,” explica y agrega: “Creo que es la muestra más pura de fanatismo, cuando ya comprar posters, cómics y figuras no alcanza, y tenés ganas de personificar a ese carácter que te genera algo. Y la gente de afuera también lo siente así, porque cuando te piden una foto es porque ese personaje también genera algo en el otro, y ahí está la magia de todo esto”.

Las imágenes exhibidas en el salón principal, donde se desarrolló el Mundo Cosplay, muestran el increíble trabajo autodidacta de maestros de la costura que replican a sus personajes favoritos, como el caso de Paula Vázquez y su réplica del traje de Amidala de la saga de Star Wars. Además, el evento en sí brindó especial cuidado a quienes decidieron homenajear a sus personajes favoritos, como explica Flor B, quien no participó del concurso, pero fue invitada a subir al escenario. Según su experiencia, fue muy positivo “el sector de cosplay help con máquinas de coser y demás cosas por si llegábamos a tener algún percance, sumado a amplios cambiadores exclusivos para cosplayers. Además, lo que se destacaba eran las escenografías exclusivas para sacarse fotos”.

La perspectiva a futuro, en general, es buena, como aseguraron en el stand de Quattro Design: “Están haciendo las cosas bien, y que tienen un muy buen margen para seguir creciendo y cobrar más importancia”. El resto de la feria fue una oda a la producción en papel y un festejo a los artistas: entre concursos de dibujo, un espacio dedicado a Ni Una Menos, visitantes entusiasmados que vestían túnicas de Jedi sin importarles la opinión de quienes los mirasen, merchandising hecho a mano y diseños de autor, Comicópolis fue un festín para el fanático.

Como expresó Aboy, “todo lo que se hace con ganas y que tiene cierta cuota de calidad, funciona”. Comicópolis fue la expresión máxima de que sí, efectivamente, funciona.

Actualizada 06/09/2017

“El miedo no ha ganado”

“El miedo no ha ganado”

En enero de este año, “Je suis Charlie” fue una frase que hizo eco en todo el mundo después del atentado que sufrió la revista francesa Charlie Hebdo. Nueve meses después, el caricaturista holandés Willem, miembro fundador del semanario y sobreviviente de la balacera, visitó Buenos Aires y ofreció una charla en la tercera edición de Comicópolis.  Acompañado por el dibujante cubano radicado en Bolivia, Frank Arbelo, y por el argentino Diego Parés, trató de responder qué cambios se produjeron en el mundo del humor después del atentado en el que murieron once personas por el simple hecho de haberse reído de Mahoma.

El primer tema que abordó Willem fue la reacción inmediata tras el ataque a la redacción. “La primera tapa después de los hechos estuvo protagonizada por el dibujo de un musulmán y, obviamente, se sintieron atacados nuevamente. Decían que si uno daba vuelta la tapa, aparecía un órgano masculino. Nosotros nunca los vamos a dejar contentos. Somos una revista que se ríe de todo y de todos. Y la verdad es que no tuvimos muchas portadas destinadas a los musulmanes. Nuestros principales focos son los políticos o el Papa. Eso no se modificó y no modificará”, sostuvo Willem. De hecho, a los pocos días del ataque a la revista, Willem salió a criticar a los mismos de siempre: al Papa, la reina Isabel II y Putin. El ataque –aseguró el caricaturista- no cambió su punto de vista sobre el humor satírico y no sintió que el miedo le haya ganado. Ya en enero pasado, a pocos días del atentado, había señalado: «Vomitamos sobre toda esta gente que ahora dice que son nuestros amigos».

"Comicopolis es el "Tercer Festival Internacional de Historietas que tuvo lugar en, Tecnópolis,

«Comicópolis es el «Tercer Festival Internacional de Historietas que tuvo lugar en, Tecnópolis,

Sin embargo, no todos los humoristas opinaron igual que él. En la charla, Diego Parés tomó la palabra para hacerles una crítica a aquellos colegas que no supieron tratar el tema desde el lugar que a ellos les corresponde, el de humoristas: “Lo primero que me pasó después de lo que ocurrió con la revista es que vi a muchos colegas ponerse solemnes y yo creo que si los tipos que tienen que hacer reír son los que se van a poner solemnes, el humor cae derrotado. No pudieron trascender la seriedad del asunto”.

El segundo núcleo que tocaron fue el límite, exterior e interior, que cada humorista se autoimpone a la hora de dibujar y cómo se vio afectado después del ataque a Charlie Hebdo.  Willem fue conciso. Dejó en claro, una vez más, que el atentado no cambió en nada su humor. No tiene límites que vengan desde afuera, pero sí uno que viene desde dentro suyo: “Como decía un humorista francés, uno se puede reír de todos, pero no con todos. Se puede reír de las víctimas, pero no se puede reír junto con los asesinos”. Ante la pregunta de si ese era la única frontera de su humor, contestó con firmeza: “Hay gente que le gusta ser caricaturizada, a esa gente a mí no me gusta dibujarla. No les quiero dar el gusto. Después de eso, nadie me tiene que permitir nada. Yo hago lo que quiero, nada es sagrado”.

Frank Arbelo, por su parte, sostuvo que existe un límite que está dado por la cercanía o la distancia emocional y, a partir de ahí, el dibujante elige cuándo usa el humor para divertir o denunciar. Enseguida, desde el público le preguntaron a Diego Parés si en este contexto nacional con “dos bandos políticos”, él se autoimponía restricciones debido a su identificación con el oficialismo. “Existen los límites, es una cagada. Pero realmente no deseo hacer un chiste sobre tal corrupto del gobierno. Sé que para eso ya está Nik, por ejemplo. Lo van a hacer igual. Prefiero hacer humor sobre otras cosas. En este momento, no hago humor político”, respondió. Y al instante sostuvo: “No lo veo como un retroceso. Yo veo un retroceso en el humor cuando uno se pone un límite por lo políticamente correcto”. Y sobre este punto agregó una frase que dio lugar a un posterior debate: “Sin embargo, en el caso de la revista Charlie Hebdo, el problema no fue lo políticamente incorrecto. Ellos se vieron en el medio de una guerra que les es ajena, una guerra encabezada por Estados Unidos contra los países musulmanes, como por ejemplo Irán e Irak.  Hay algo que es superior a ellos y son una víctima. Pueden hacer una burla sobre los sudamericanos y no va a pasar nada”.

Willem, miembro fundador del semanario, el argentino Diego Parés y el dibujante cubano radicado en Bolivia, Frank Arbelo en Comicópolis.

Sin embargo, Willem no estuvo de acuerdo, sobre todo en el uso de los términos, y sostuvo: “Creo que hay una guerra contra los locos, los desquiciados, contra una parte del islamismo, pero ellos no son todos los musulmanes. También lo cierto es que los musulmanes son asesinados por otros musulmanes, por ejemplos los chiitas y sunitas. Por lo tanto, no existen esos bandos definidos”.

Por último, los dibujantes respondieron a ANCCOM sobre la resignificación de sus caricaturas ya  realizadas. “En el 2001, en el decir social circulaba la frase ´que se vayan todos´ como si después de que se fueran todos viniera Heidi a gobernar. Entonces, yo fui comprendiendo que hay ciertas cosas necesarias y, a partir de ahí, me fui arrepintiendo de ciertos chistes de ese espíritu donde todos los políticos son una porquería. No me arrepiento de haberlos hecho porque uno va creciendo con eso, pero no los repetiría”, afirmó Parés quien fue el primero en contestar. Willem, con tono jocoso, respondió: “Me arrepiento de algunas historietas donde no tiré de la cuerda lo suficiente, aquellas donde debería haber ido más allá”.

La charla duró una hora. Los tres dibujantes contestaron todas las preguntas del público con cierta soltura. Aunque el holandés pareció algo incómodo con la última. El público quiso saber sobre el despido, en 2008, del caricaturista Siné de la revista Charlie Hebdo. El artista había sido tildado de antisemita por un trabajo sobre el hijo del entonces presidente Nicolas Sarkozy, acusación de la que tiempo después fue absuelto. “El tribunal falló a su cargo. Su despido fue un error. Pero él es mi amigo. Después de lo que ocurrió creó su propia revista y yo dibujo ahí”.  

Al finalizar la charla, como cierre se retomó el tema del miedo luego del ataque: “El miedo no ha ganado. Es cierto que nosotros combatimos con la pluma y el papel y ellos con el miedo y con las balas, pero nosotros seguimos escribiendo”, aseguró Willem.

Actualización 23/09/2015

Bernhard Willem Holtrop, "Willem", caricaturista de Charlie-Hebdo, en Comicopolis.

Bernhard Willem Holtrop, «Willem», caricaturista de Charlie-Hebdo, en Comicopolis.