El Gobierno cierra la única tecnicatura de periodismo deportivo gratuita de la Ciudad

El Gobierno cierra la única tecnicatura de periodismo deportivo gratuita de la Ciudad

El Ministerio de Educación de la Nación anunció, a través de un comunicado, que no financiará más la Tecnicatura Superior Universitaria en Periodismo Deportivo, una extensión de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, que se dicta en el edificio Casa de la Militancia de H.I.J.O.S., en el Espacio Memoria y Derechos Humanos  (ex ESMA).

La Tecnicatura era financiada por la cartera educativa desde el 6 de mayo de 2013. En diálogo con ANCCOM, Giselle Tepper, integrante de la organización H.I.J.O.S., describe:Tuvimos una comunicación por parte del ministro, Alejandro Finocchiaro, en la que sostuvo que no iba a continuar la tecnicatura, es decir, que no se iban a abrir nuevas cohortes. Los que están cursando supuestamente tienen garantizada la continuidad, los que se verían perjudicados de manera directa son los que querían anotarse en el 2018 y los que eventualmente tenían planificado hacerlo desde el 2019 en adelante”. Y agregó: “No existe otra instancia pública y gratuita en la Ciudad de Buenos Aires donde cursar una tecnicatura de Periodismo Deportivo, por lo cual nosotros entendemos que indirectamente esta decisión beneficia a los privados”.

Aula vacía con bancos azules, iluminada por la luz que entra de las ventanas

La Tecnicatura Superior Universitaria en Periodismo Deportivo que se dicta en la ex ESMA dejará de ser financiada por el Ministerio de Educación de la Nación.

Desde la Facultad visibilizaron esta situación a través de una campaña “No cierren la Carrera De Periodismo en la Ex Esma”. Además, H.I.J.O.S. junto con otros organismos de derechos humanos denunciaron la medida a través de una carta abierta al ministro Finocchiaro: “Cientos de estudiantes participan en esta Tecnicatura, llenan de vida un lugar que fue de muerte, traen ideas y debates a un lugar donde justamente se intentó exterminar a aquellos proyectos de las organizaciones estudiantiles, políticas, sindicales, sociales, que luchaban para la transformación de la Patria Grande. Estos/as estudiantes hoy son protagonistas de la educación, de la memoria y del futuro”, expresa un fragmento de la carta.

Para Carlos González, egresado de la primera camada que tuvo la Tecnicatura son diversos los puntos por los que preocupa muchísimo su cierre. “La posibilidad de tener la facultad pública dentro de este espacio es una manera de revalorizar los procesos de memoria, verdad y justicia. Alguien que dice periodismo, estudiando a solo treinta metros de donde está la carta a la junta de Rodolfo Walsh y donde fue visto por última vez, tiene un peso simbólico muy grande. Lo que se puede estudiar en cuanto al periodismo, lo que se puede ver y vivir no se consigue en el espacio de una facultad privada. El Gobierno quiere vaciar y desfinanciar a la ex Esma, y esto es un golpe a los derechos humanos”, expresa el graduado.

imagen de un pasillo y una puerta entornada que deja ver la imagen del rostro de Santiago Maldonado en la pared.

“La posibilidad de tener la facultad pública dentro de este espacio es una manera de revalorizar los procesos de memoria, verdad y justicia», dijo el ex graduado Carlos González.

Desde las agrupaciones de estudiantes afirman que esta decisión es un atentado a la educación pública y al derecho al estudio garantizado: “Esta es la única carrera gratuita, libre y pública de periodismo deportivo que hay en la Ciudad, y es la única gratuita en América Latina.” Asisten muchos chicos y chicas desde muy lejos, como también muchos con más de tres horas de viaje. Estudiantes que no tiene otra alternativa porque no pueden pagar una carrera privada. “Además, esta no es una escuela de periodismo donde se le enseña a un estudiante solo a hablar frente a una cámara o frente a un micrófono, esas cosas están pero son secundarias. Los estudios sociales son los principales de la carrera, de hecho el egresado de periodismo deportivo puede continuar su carrera en la Licenciatura de Comunicación Social”, señala González.

El egresado manifiesta que esta situación es muy grave, que se tomó de manera agresiva y arbitraria: “Esto no es un recorte, es una decisión que tiende a apalear sistemas que son inclusivos. Esta es una Carrera de Comunicación. El sistema de comunicación que propone el macrismo no coincide con un sistema plural, alternativo, comunitario. No tiene un discurso para toda una sociedad sino solo para un sector. Es una manera de callar voces, si vos no le das el derecho de estudiar Periodismo Deportivo a toda la comunidad después vas a tener en la televisión, en la radio, o escribiendo a un sector de la sociedad”. Y agrega: “El gobierno te elimina fútbol para todos, porque tiene un nuevo discurso donde el deporte es ocio y si es ocio es espectáculo”.

Aula vacía con bancos azules, sobre las paredes blancas hay unos afiches colgados.

Organismos de derechos humanos y estudiantes realizarán diversas acciones para visibilizar la vulneración del derecho a la educación.

Por su parte, Giselle Tepper explica: “Con otros organismos de derechos humanos le pedimos una reunión al ministro pero todavía no tuvimos respuesta y también al responsable de la Universidad De La Plata, Raúl Perdomo. Vamos a realizar con los estudiantes algunas acciones más como clases públicas para visibilizar que se vulneran los derechos de la educación”. Para Giselle también se vulnera la capacidad de los docentes y de los no docentes de continuar trabajando. Se genera un gran retroceso en lo que tiene que ver con políticas de derechos humanos en la ex Esma. Y concluye: “Seguimos creyendo que existe la posibilidad de que recapaciten y que se mantenga la Tecnicatura. Que no se vulnere el derecho a la educación, al trabajo y a lo que tiene que ver con la libertad de expresión. Y que puedan graduarse más estudiantes”.

Patio interno de la ex esma, se ve una cancha deportiva en el centro

El desfinanciamiento de la Tecnicatura beneficiaría indirectamente a los privados, ya que no hay otro lugar público y gratuito en la ciudad de Buenos Aires en el que se pueda estudiar una tecnicatura en Periodismo Deportivo.

 

 

El pasillo, una ventana interna que da a un aula y en la pared la imagen de Rodolfo Walsh y una cita que dice "... sin la esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí de dar testimonio en tiempos difíciles."

“Seguimos creyendo que existe la posibilidad de que recapaciten y que se mantenga la Tecnicatura», dice Giselle Tepper, integrante de H.I.J.O.S.

«Este es el momento de destrucción del sistema educativo argentino»

«Este es el momento de destrucción del sistema educativo argentino»

Doctora en  Pedagogía, exdiputada nacional y ex directora general de Educación en la Provincia de Buenos Aires. Así puede presentarse en pocas líneas la amplia trayectoria de Adriana Puiggrós, una de las mayores especialistas e historiadoras del ámbito educativo argentino. En diálogo con ANCCOM, describió punto por punto los alcances de la ya polémica reforma secundaria porteña. Además, analizó similitudes y diferencias entre las políticas educativas de los años noventa y las actuales, del mismo modo que reflexionó sobre aciertos y desaciertos en materia educativa durante la década kirchnerista.

¿Cuáles son los ejes de la reforma secundaria porteña? ¿Cuáles son las concepciones sobre educación que subyacen a esta reforma?

Uno de los ejes de la llamada Secundaria del Futuro consiste en eliminar el quinto año para los chicos de las escuelas públicas y sustituirlo por una instancia de los estudiantes en empresas, en las cuales se supone que van a aprender lo que  los chicos que caen, como dice Macri, en la educación pública no saben: es decir, dejar de ser gente que no quiere trabajar. Otro de los ejes es formarlos como emprendedores, formarlos para que puedan individualmente vivir con la ilusión de que si tienen voluntad van a poder tener éxito en la vida. El otro punto es la reforma curricular que es totalmente improvisada, que trabaja en áreas que no han sido discutidas por especialistas y no han sido capacitados los profesores ni  la institución. Otro de los puntos es la falta de formación docente, se debe cumplir la capacitación obligatoria, gratuita y en servicio que dice la ley, ninguno de los tres puntos se cumple. Y el último punto, que no es el último sino el primero, es que no hay ningún tipo de participación de los alumnos y los docentes. Revisando experiencias de reformas en Estados Unidos o, del otro lado, en Venezuela, el factor principal de las reformas es el hecho de que alumnos y docentes sean considerados sujetos, es lo contrario de lo que está haciendo el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta con la reforma en la Ciudad de Buenos Aires y de la reforma que está propiciando el Gobierno Nacional.

¿La implementación de evaluaciones como las pruebas PISA contribuye a mejorar el sistema educativo?

En Argentina existe la fantasía de que toda la educación de Estados Unidos es muy buena y  privada, y no es ni muy buena, ni privada. El principal productor y vendedor de pruebas normalizadas de Estados Unidos es la editorial inglesa Pearson que edita paquetes de contenidos y pruebas, como las pruebas PISA. Pearson produce el test PISA y la OCDE, la Organización para el Comercio y el Desarrollo Económicos, es la que lo proporciona a los países como Argentina que lo compran: el Estado Argentino paga para que se aplique el PISA. Naturalmente los criterios de las pruebas PISA son criterios que dependen de la ideología, de la concepción del mundo, de la cultura, de la lengua, del que lo elabora. Los resultados en América Latina son muy malos, respecto a lo que preguntan, y están en relación a la baja inversión en educación. Los resultados son muy buenos, por ejemplo, en Finlandia porque toda la educación es estatal.

Usted plantea la existencia de dos reguladores del mercado que actúan en el sistema educativo ¿Cuáles son y de qué forma operan estos reguladores?

Todas estas pruebas son reguladoras del mercado. Por eso hay tanta insistencia por parte de los economistas de la derecha en que se tomen exámenes al terminar cada ciclo escolar. Desde que las corporaciones descubrieron a la educación como un gran mercado, especialmente a la educación pública, se dieron cuenta de que es un mercado que tiene capacidad infinita de reproducción de la clientela, con lo cual tienen que regularlo. Las corporaciones buscan que el Estado se haga cargo de las inversiones que no son redituables y ellos, en cambio, hacerse cargo de la tercerización de por ejemplo capacitación docente, o administración de gastos de las universidades. Por eso, en muchísimas universidades públicas argentinas quien administra la cuenta sueldo son bancos privados. El rubro principal en el comercio mundial de la educación es el comercio de las pruebas de evaluación y le sigue la venta de paquetes de contenidos. La Secundaria del Futuro, entre el poquísimo material al cual se tuvo acceso, puso un modelo de una clase de Biología que consiste en un juego donde el chico va subiendo escalones y le dan créditos por cada escalón que sube. El modelo ideal para el mercado y las corporaciones es el chico, la computadora, el programa que se compra y la evaluación que aparentemente hace el mismo estudiante pero donde en realidad tiene que elegir entre cuatro respuestas. El chico necesita investigar, tiene que leer diferentes autores, pero la escena de la educación del futuro que está implícita en estas reformas no admite la respuesta a la cual llega el chico.

 

Adriana Puiggros de perfil junto a su biblioteca

¿En qué lugar se ubica el docente en este contexto?

Justamente el otro regulador del mercado es disminuir la cantidad de docentes al mínimo, incluso desintegrar la figura del docente, sustituirlo por el animador cultural, el líder, que están formando varias fundaciones en Argentina. Forman esta clase de educadores y la idea es que si está todo en la computadora no se necesita al docente. El maestro establece un vínculo humano en el cual siempre hay un plus incontrolable por la tecnología, que es en realidad el plus que produce la cultura, que produce el aprendizaje. El chico frente a la computadora no aprende, se instruye, no lo están educando, lo están domesticando, el proceso de aprendizaje siempre produce algo más, algo más que lo que sabía el docente y algo más que lo que sabía el alumno, eso es lo que se trata de evitar.

¿En qué se diferencia la concepción de educación que tenía el Gobierno neoliberal de los noventa de la que tiene el Gobierno actual?

El menemismo empezó con este modelo de educación, la diferencia es que en la década de los noventa los gobiernos se vinculaban con organismos internacionales, como el Banco Mundial, que se instalaron en Argentina y en toda América Latina con los programas de evaluación, con los programas de incentivos. Hubo una adaptación de los universitarios, se formateó a los universitarios argentinos y no hubo suficiente reacción. Los que sí se movieron en los noventa fueron los docentes de la educación obligatoria, la Carpa Blanca por ejemplo, y eso frenó mucho el ingreso en la educación pública de las corporaciones. Hoy tenemos a las corporaciones de manera directa, sin necesidad de intermediación del Banco Mundial, que de todas maneras está. Todo el sistema educativo está abierto a las grandes corporaciones. Creo que por el lado positivo es impresionante la toma de conciencia que hay en todos los sectores hoy sobre la comercialización y mercantilización de la educación.

Durante la década kirchnerista ¿Cuáles fueron los principales logros y desaciertos en materia de educación?

El principal acierto fue aumentar mucho el presupuesto educativo, lo cual tiene un significado político muy fuerte, además del significado práctico. Fue la época en la cual los salarios docentes llegaron a un nivel de dignidad, hubo una mejora edilicia impresionante, se fundaron nuevas universidades y se avanzó con programas como el Fines o como el programa Progresar, aunque quedaron a medias. Me parece que no se convocó desde el punto de vista político y político educativo a los docentes, que si bien se mejoró mucho su condición salarial, no se los tuvo en cuenta como un sujeto fundamental para cualquier cambio y en ese sentido hubo una relación conflictiva. Me parece que ese fue un grave error. El otro grave error fue haber fundado la Universidad de la Defensa, estoy en desacuerdo con que se hayan reunido todos los institutos de educación militar en la Universidad de la Defensa presidida por el ministro de defensa, que ahora es Oscar Aguad. Al mismo tiempo, lo que no vimos fue lo que estaba creciendo por abajo, que las fundaciones se estaban instalando, que estaban ahí a la expectativa, de manera que el día que asumió Mauricio Macri simplemente lo que hicieron fue expandirse.

En su último libro, Adiós, Sarmiento, ubica la figura de Sarmiento en un lugar de contradicción. ¿Cuál es particularmente la relación de este Gobierno con esa figura?

El ex ministro Esteban Bullrich se sacó una fotografía con el busto de Sarmiento y dijo revindicarlo respecto a lo que le hicimos los que criticamos al Sarmiento racista. Esto se entiende bien con la otra frase de Bullrich que es sobre la Campaña del Desierto, cosa que hicieron efectivamente, empezaron con Santiago Maldonado. Hay que tener claro que es un Gobierno muy fuerte, es el Gobierno de los dueños del país y es el primer Gobierno de la derecha argentina que es elegido por la mitad del país. Siempre la derecha quiso apoderarse de la figura de Sarmiento. Trato de argumentar en el libro que hay que entender que Sarmiento tenía en su cabeza un problema que nunca resolvió entre el Sarmiento racista y el Sarmiento de la educación común. El Sarmiento que reivindican los docentes argentinos es el Sarmiento que expandió las escuelas y que terminó de consolidar el sistema educativo nacional. La década de 1880 fue el momento en el cual se construyó el sistema educativo argentino y la década de 1990 fue la década en que se empezó a desestructurar con las leyes menemistas. Pero el momento de destrucción del sistema educativo argentino es éste, es el Gobierno de Cambiemos, cuya meta es la desescolarización. Consideran que la escuela es una antigüedad, que la escuela no sirve más, que hay que abrirse al mercado con otras formas de educación. Las grandes empresas están avanzando hacia tomar personal no graduado, buscan otras características, como disciplina, capacidad de apego a la empresa, porque los conocimientos en todo caso los tienen las máquinas.

Actualizado 13/12/2017

La reforma secundaria en debate

La reforma secundaria en debate

Desde hace un mes, la reforma educativa «Escuela Secundaria del Futuro» se instaló en la agenda pública a partir de las movilizaciones y protestas de colegios lideradas por los estudiantes que reclaman un debate sobre su educación y el de las futuras generaciones. Hoy se conoció un recurso de amparo presentado por la asesora tutelar de primera instancia Mabel López Oliva, y el asesor tutelar de cámara, Gustavo Moreno, que pide la suspensión de la implantación de la reforma educativa en todas las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires para que se garantice un procedimiento previo, con acceso a la información pública completa, que permita un espacio para el debate sobre la reforma.

Los puntos más cuestionados de la reforma son principalmente los que establecen las prácticas profesionalizantes gratuitas como tiempo de estudio del último año de la escuela media; también se critica el modelo de clase que contempla un 70 por ciento de autonomía del alumno, por sobre el 30 por ciento de tiempo con su docente, sumado a la pérdida de contenidos, y la falta de información acerca de cómo se llevará a cabo la reforma, ya que hasta el momento no abunda información al respecto.  A partir de estos puntos ANCCOM dialogó con fuentes especializadas y trabajadores de la educación para conocer  las preocupaciones y debates que despierta la reforma educativa.

Patricia Sadovsky es profesora de la Universidad Pedagógica Nacional e Integrante de la Secretaría de Cultura del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA). En diálogo con ANCCOM planteó que la formación de la escuela secundaria tiene que ser principalmente en tres líneas: para la ciudadanía, para el trabajo y para la cultura. «Estas tres formaciones tienen que interactuar entre sí. No pueden perderse las demás por enfatizarse una de ellas», explicó Sadovsky en referencia al punto de la reforma que busca que en quinto año los alumnos realicen una porción de la currícula en prácticas para empresas e instituciones, y la otra en formación sobre emprendedurismo.

Los puntos más cuestionados de la reforma son principalmente los que establecen las prácticas profesionalizantes gratuitas como tiempo de estudio del último año de la escuela media.

Una fuente de la estructura educativa del área media del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que prefirió reservar su identidad, explicó que todavía no hay demasiada información de cómo se llevará a cabo la reforma. «Cuando preguntamos todo lo que tenga que ver con el cómo se va a implementar, por ejemplo, las prácticas preprofesionales, nos dicen que todavía falta para que los chicos de primer año lleguen a quinto. Hay cosas desprolijas». Además, confesó que recién la semana pasada –en medio del reclamo de diálogo e información de estudiantes, padres, docentes y gremios- se abrió el espacio a los demás integrantes de la comunidad educativa, ya que hasta el momento sólo se habían realizado mesas de trabajo con algunos supervisores educativos.

Respecto a la necesidad de cambiar la escuela, Patricia Sadovsky explica que hay un gran consenso en todos los sectores de la educación, pero no de la manera en que se ha propuesto hasta el momento, ya que debe haber una planificación en los cambios. Además, considera que la formación para el trabajo excede a que un alumno asista a una empresa. «Aparece una cierta liviandad de que todos los chicos de quinto año van a hacer una práctica y no se garantiza que realmente lo vayan a poder hacer. Se pone el énfasis en la formación de recursos humanos, se prioriza que se construya un vínculo con los establecimientos de trabajo, pero en realidad el acceso al trabajo lo tienen que garantizar las políticas públicas». Jorge Adaro, Secretario General de la Asociación de docentes de Ademys agregó sobre este punto: «Desde el sindicato no concebimos a las escuelas como apéndices de las cámaras empresariales». Opinó además que la prórroga de la reforma no va a cambiar el espíritu que tiene actualmente, por eso el gremio mantiene su total oposición.

Otro de los puntos más significativos de la transformación que impulsa el gobierno, como se mencionó anteriormente, es el modelo clases con un 70 por ciento de autonomía del alumno, y un 30 por ciento del rol docente. La profesora de la Universidad Pedagógica Nacional explicó que hay una tergiversación cuando se piensa en que construir alumnos autónomos implica desvincularlos del docente. «La autonomía intelectual pasa por poder tomar decisiones y ser activo como estudiante. Pero no hay que pensar que el docente no tiene que estar. Tiene que haber un vínculo cooperativo. El docente es un vínculo, un lazo con la cultura».

Uno de los puntos más significativos de la transformación que impulsa el gobierno es el modelo clases con un 70 por ciento de autonomía del alumno, y un 30 por ciento del rol docente.

Otra preocupación de los especialistas es bajo qué régimen quedarán los docentes en la estructura educativa, ya que no queda claro si van a estar normados bajo el Estatuto Docente, mediante el que se regula los derechos y deberes de los trabajadores de la educación. Jorge Adaro indicó que toda la reforma se enmarca dentro del «Plan Maestro» (en referencia al plan del gobierno nacional), al que atribuye una marcada tendencia  hacia el modelo de productividad: «Este año probaron proponer que parte del aumento de sueldo estuviera vinculado a la asistencias del docente», recordó Adaro. Explicó que ésto puede ir en línea con otros modelos educativos de Latinoamérica como el de Chile, en donde hay una correspondencia entre el sueldo del docente y el rendimiento de los alumnos. Desde la estructura del área media, la fuente con reserva dijo que todavía no queda claro si los docentes de este nuevo plan se plantean como facilitadores, si formarán parte de la planta orgánica funcional, o si van a ser trabajadores externos. También agregó: «Hay muchas cosas del cómo se va a llevar a cabo la reforma que siguen sin plantearse. En los documentos ya se cambió el nombre y no aparece como ‘Escuela Secundaria del Futuro’, sino como ‘Profundización de la Nueva Escuela Secundaria (NES)’, la reforma que se realizó en 2012», describió Adaro.

La profesora de la Universidad Nacional Pedagógica hizo hincapié en otro punto central: «Lo más alarmante es lo improvisado, propagandístico y lo mercantilizado de la reforma. No están claramente planteados cuáles son los puntos que se quieren transformar. No se puede pensar que los recursos son novedosos por sí solos, como es el caso de lo que se piensa de las plataformas virtuales. Lo que importa es lo que se pone adentro de esas plataformas. No se puede pensar una reforma sin una perspectiva clara».

«Nosotros elegimos nuestro futuro», una de las consignas que llevan adelante los estudiantes.

 

Actualizada 26/09/2017.

El Isauro Arancibia quiere legalidad

El Isauro Arancibia quiere legalidad

Para que una escuela sea escuela necesita de algunos ingredientes indispensables. Para que una escuela brinde educación y desarrolle personas con un proyecto de vida hacia el futuro necesita de un edificio, necesita de maestros y estudiantes, necesita bancos y sillas, necesita materiales como pizarrones, tizas y libros de lectura. Pues bien, la escuela Isauro Arancibia, a pesar de contar con todos estos ingredientes, no es reconocida como tal por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El instituto tiene todo pero aún le falta un componente fundamental: el reconocimiento legal.

El Isauro Arancibia da clases a chicos en situación de calle. Se encuentra ubicado en la avenida Paseo Colón al 1318, en el barrio porteño de San Telmo, en un edificio imponente, de tres pisos, con trapos de diferentes tamaños y escritos con diversas tipografías, pero con un mensaje en común: visibilizar el conflicto. Es que el Gobierno porteño se hace el desatendido, tal como explica su directora Susana Reyes, ante el reclamo por el reconocimiento estatal. “La respuesta que recibimos es puro silencio”, dice Reyes.  Asimismo, Evangelina Aguilar, maestra de primer ciclo, se explaya en el mismo sentido: “La reacción del gobierno es contradictoria: por un lado, destina fondos y maestros como cualquier escuela pública y hasta las autoridades que nos visitan reconocen el proyecto que armamos, pero después no avanzan en la firma de la normativa”. Y enfatiza: “Se avanza y se reconoce la experiencia como valiosa, pero no se firma la reglamentación que nos ampare legalmente”.

Frente a este conflicto, el Isauro está preparado porque sabe de luchas. La institución, fundada en 1998, no siempre funcionó en la actual dirección, ya que siempre era trasladada de un lado a otro, hasta que en 2011 quedó instalada en Paseo Colón. Ese año, la Legislatura porteña aprobó un presupuesto de 14 millones de pesos para refaccionar el colegio pero pasó un lustro hasta que comenzaron las obras, porque en el ínterin apareció una seria amenaza: la demolición para dar lugar al Metrobus. Sin embargo, la comunidad educativa resistió con fuerza y logró en 2014 la suspensión del trazado del transporte público sobre su territorio.

Una mujer con una guitarra y un niño junto a ella la mira.

El Isauro Arancibia da clases a chicos en situación de calle. Se encuentra ubicado en la avenida Paseo Colón al 1318, en el barrio porteño de San Telmo.

Pero el Isauro no tuvo paz. Las obras que se iniciaron en febrero de 2016 para remodelar la escuela se congelaron en abril de ese año ante una nueva amenaza de demolición, debido al resurgimiento de la idea del Metrobus. Frente a ello, el Isauro consiguió el triunfo definitivo, al menos en ese tema. No obstante, las malas noticias continuaron: en julio de 2016, la puerta del edificio fue violentada para causar destrozos y robos dentro de él. Allí, se llevaron materiales del jardín maternal como ropa, leche, pañales y juguetes, y también maquinarias del emprendimiento gastronómico autogestionado por los jóvenes que concurren al Isauro.

Consultada sobre qué problemáticas sufre el instituto, la directora indica la inestabilidad de los trabajadores: “A mí me intiman a jubilarme, pero si me jubilo, acá no queda nadie porque pueden mandar a un coordinador externo. Nos ha pasado de tener compañeras que se jubilaron y que nunca fueron reemplazadas. Necesitamos que seamos escuela para que se tomen maestros capacitados”. Reyes cuenta que también esta situación es alarmante para los chicos que asisten al Isauro, quienes la mayoría viven en situación de calle. “Acá vienen a estudiar, a formarse como trabajadores en distintos niveles educativos”, comenta con contundencia.

Una muejer hablando por un micrófono y junto a ella dos mujeres más levantando los brazos.

“A mí me intiman a jubilarme, pero si me jubilo, acá no queda nadie porque pueden mandar a un coordinador externo», comentó la directora.

La escuela, sin embargo, había nacido como un proyecto de centro educativo, es decir, como una entidad que albergara a un número reducido de alumnos, con pocos maestros y solo dos horas diarias para brindar las materias básicas (Matemática, Lengua, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales). Pero algo trastocó los planes: la llegada masiva de estudiantes, bajo una extrema vulnerabilidad social, con necesidades particulares para poder llevar adelante su formación primaria, obligó a transformar el proyecto y convertir, por lo tanto, el centro educativo en una escuela. “Esta transformación tiene que ver con más horas de clase, con una formación integral, donde además de las materias básicas, se dictan talleres de arte y comunicación”, cuenta la maestra Aguilar. Al mismo tiempo, se pueden cursar, en el colegio, oficios a contraturno. El objetivo, cuenta Aguilar, es ayudar a los chicos y jóvenes “a pensarse a futuro, construir su proyecto de vida y cambiar la situación de vulnerabilidad en la que viven”, y agrega que “lo que se busca es garantizar el derecho a la educación, a la vivienda, al trabajo y a la salud”.

Se ve en primer plano un niño sentado

El objetivo es ayudar a los chicos y jóvenes “a pensarse a futuro, construir su proyecto de vida y cambiar la situación de vulnerabilidad en la que viven”, afirmó una de las maestras.

UN ACTO PARA RECLAMAR

Frente a este conflicto que padece el Isauro Arancibia, el pasado miércoles 20, la comunidad educativa del colegio organizó un festival tendiente a visibilizar el reclamo y recaudar fondos para hacer frente a los gastos corrientes. Un humilde escenario fue montado sobre la calle Cochabamba, donde en su intersección con la avenida Paseo Colón, se levanta la casa de estudios. Allí, diferentes estudiantes tocaron algunos instrumentos y se dieron el gusto de cantar ante el público que apoyaba la iniciativa. También se exhibieron los productos de los talleres: fotografías, avioncitos de madera, libretas, ruedas de bicicleta,  y también cosas ricas como bizcochos y cuernitos, hechos en el taller de panadería. En el festival también se hicieron presentes los chicos más pequeños, acompañados por una maestra de nivel inicial, quien con dinamismo y simpatía, los asistía hábilmente. A su vez, una cantante invitada tomó el micrófono hacia las cinco para alegrar aún más la tarde. Luego, la profesora de música y algunos alumnos, entonaron unas breves estrofas, compuestas por ellos previamente. “Esta escuela es una construcción colectiva. Fue la forma de organización y la potencia del proyecto lo que permitió en estos 19 años que no solo funcionemos, sino que hayamos crecido”, señaló Aguilar, mientras se iban sirviendo pizzas y gaseosas en la puerta del colegio. “Esta construcción colectiva se logra con los estudiantes, con los docentes, con la comunidad educativa y con un vínculo muy estrecho entre ellos, tanto en la construcción como en la resistencia y en la lucha por este proyecto educativo”, sentenció.

Un grupo de chicos aplaudiendo.

La comunidad educativa del colegio organizó un festival tendiente a visibilizar el reclamo y recaudar fondos para hacer frente a los gastos.

El Isauro sabe que el no reconocimiento por parte del Gobierno de la Ciudad como una escuela más constituye otra problemática a la que deben enfrentar con entereza. Es una lucha más en su larga experiencia, impregnada de triunfos y derrotas. Es un objetivo más, un paso más, para que la escuela sea escuela y no sufrir, por tanto, las condiciones que atraviesan en la actualidad. “Nosotros no tenemos una planta orgánica funcional que diga que tal maestro es de este colegio. Entonces, lo pueden mandar a trabajar a otro lado y este proyecto, desarmarse legalmente y muy rápido”, expresó Aguilar.

Desde aquel lejano 1998, la historia del Isauro Arancibia está plagada de conflictos, luchas y desatinos. Pero también, de muchas otras que alegran a cientos de chicos, jóvenes y adultos, que encuentran en esta escuela, un lugar de refugio ante tanta marginalidad social. También, su historia cuenta con resistencias y victorias. La solidaridad es un valor implícito que se explicita en el festival, donde los alumnos bailan con los maestros mientras Karina, La Princesita, suena de fondo. “Esta es una situación de extrema urgencia que no puede seguir sucediendo. El Isauro Arancibia es una escuela pública que se viene construyendo desde hace 19 años y que necesita de una ley que la reconozca como tal”, concluyó la cálida maestra Aguilar. Es una necesidad no solo de este colegio, con sus chicos y maestros, sino también de la sociedad en su conjunto. El Isauro necesita ese último ingrediente, la pata legal, para alegrar aún más su singular historia.

Un hombre sentado en una tarima cantando. y tocando la guitarra.

Un escenario fue montado sobre la calle Cochabamba, allí tocaron instrumentos y cantaron ante el público que apoyaba la iniciativa.

UN MIMO A LA LUCHA

La valentía que exhiben día a día los trabajadores del Arancibia en su proyecto de resguardar a los chicos y adultos en situación de calle, tuvo su merecido reconocimiento el 14 de agosto pasado, cuando la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) le otorgó la distinción en el marco de la 2da Edición del Premio Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos “Óscar Arnulfo Romero”. La escuela fue premiada en la categoría de educación formal por su intensa labor de generar propuestas a las necesidades de los estudiantes, con el objeto de mejorar sus posibilidades de integración social. Asimismo, destacaron el proyecto de vida que elabora la institución “para que cada persona pueda imaginar un futuro y armar articulaciones con otros establecimientos que alojen a este sujeto educativo”.

Actualizada 27/09/2017.

 

Ciencia de remate

Ciencia de remate

En pleno centro y a pesar de los penetrantes rayos de sol del mediodía, las camperas naranjas y amarillas resisten con bandera en mano y tambores de fondo. “Los antárticos nos vemos como mucho una vez al año, pero cuando estamos juntos nos ayudamos a sobrevivir”, dice Andrea Concheyro, paleontóloga del Instituto Antártico Argentino (IAA), y profesora de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Andrea fue a la Antártida por primera vez a los veinticinco años, y ese fue el inicio de más de quince campañas en la Base Carlini, territorio argentino en el continente antártico. Fuera de agenda, los investigadores del Instituto se movilizaron la semana pasada para frenar la venta del único edificio propio, la histórica sede de Cerrito 1248. Finalmente, la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) lo remató por USD 9.300.000. En lo que va del 2017, el organismo estatal recaudó más de 100 millones de dólares con la venta de inmuebles públicos que consideran ociosos, y hay programadas otras 17 subastas para los próximos meses, según se estableció por decreto del Poder Ejecutivo en abril de este año.

El conflicto por la sede de Cerrito 1248 comenzó el año pasado cuando la AABE decidió poner en venta el edificio por “resultar innecesario para la gestión a su cargo”, según el decreto 952/2016 del 19 de agosto. En octubre del 2016, el diputado porteño Javier Andrade (FPV) presentó un proyecto de ley para que el edificio y todos sus bienes se declararan como Patrimonio Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. Construido en 1917 por el arquitecto francés Joseph Gire, el edificio fue designado como sede oficial del Instituto Antártico días después de su inauguración en  1951. Argentina fue pionera en entender la Antártida como un polo científico. “Cuando otros países estaban concentrados en cuestiones de guerra, Argentina inauguró el primer instituto de investigación para la ciencia en Antártida. Fuimos visionarios, pero por unos pesos lo estamos perdiendo”, denuncia Juan Manuel Lirio, doctor en Geología y jefe del Departamento de Geología del IAA.

Desde su inauguración, el Instituto albergó material valioso: un museo de piezas antárticas y una biblioteca de más de diez mil libros y artículos de investigación. Todos esos elementos contaban con un sitio seguro de preservación y fueron trasladados sin chequear ni hacer inventarios a un espacio que depende del Ministerio de Relaciones Exteriores, en la calle 25 de Mayo, entre Paraguay y Viamonte. Los libros y apuntes se trasladaron como papeles descartables y sin consultar antes a los científicos del Instituto. “Este material no puede salir del edificio sin antes estar inventariado por nosotros mismos”, dice Tamara Manograsso, investigadora en geología en el IAA, mientras mira el edificio que en unas pocas horas será demolido para levantar una torre.

Lirio recuerda la entrada de nuevos investigadores en 2008, cuando se reactivó el proyecto de investigación antártica. Esto trajo nuevas iniciativas e ideas, pero hoy el camino parece desandarse poco a poco. “Es difícil retener a los investigadores jóvenes, porque para dar una posibilidad de carrera científica tenés que tener una continuidad en los proyectos de investigación”, explica Juan Manuel en relación a los contratados que trabajan por sueldos mínimos, sin los elementos necesarios ni un lugar físico estable, repartidos entre las dos sedes del Instituto: las oficinas de Balcarce y los dos pisos prestados por la Universidad de San Martín, donde aún no hay laboratorios ni equipamiento. “Actualmente no podemos hacer ciencia sin los convenios internacionales, porque en las oficinas sólo tenemos una mesada y una computadora”, completa.

Desde hace cinco años, el edificio de Cerrito 1248 esperaba su refacción, pero cada vez que se presupuestaban las obras aparecían otras urgencias: en 2016, el dinero se derivó a los alimentos para la campaña antártica, insumo básico para la supervivencia de los científicos que viajan a trabajar en el Continente Blanco. “Es claro que no somos prioridad”, reflexiona Juan Manuel. El investigador sabe de qué habla: lleva hechas más de 30 campañas en la Antártida, entre la Base Carlini y los campamentos, excursiones en las que se embarcan los dedicados a la geología y paleontología para analizar los fósiles que no se encuentran cerca de la Base.

Además de la extensa biblioteca, en el edificio de Cerrito funcionó un museo donde se hacían visitas guiadas y charlas de capacitación a maestros, profesores y otros trabajadores de la ciencia. También funcionaba allí todo el quehacer antártico: la organización logística de la Base Carlini, un laboratorio de electrotécnica, una imprenta donde las contribuciones al Instituto se traducían a cuatro idiomas, y un espacio para resguardar piezas museológicas únicas, como las de la expedición sueca de 1902. En 2013 empezaron a repartir al personal administrativo y científico a distintas sedes, pagando precios descomunales en alquiler. En 2015, se consiguió la sede en la Universidad de San Martín, pero durante la mudanza los investigadores pasaron nueve meses sin un lugar fijo, trabajando desde sus casas. “Mientras Chile invierte en su edificio antártico de Punta Arenas, o el British Antarctic Survey protege su patrimonio con más de 150.000 piezas museológicas, acá, que tenemos uno de los trabajos más profundos en ciencia en la Antártida, nos reemplazan por emprendimientos inmobiliarios”, advierte Concheyra. Y recuerda el proyecto que intentaron montar años atrás con algunos compañeros y compañeras de trabajo para dar a conocer en escuelas primarias algunos aspectos sobre la vida en la Antártida. “Cuando yo tenía seis años, en el Normal 4 me mostraron la película sobre la ´Operación 90´ y a partir de ahí empecé a soñar con ir a la Antártida”, recuerda. La película recrea la primera llegada argentina al Polo Sur, en 1965. “Así como yo, miles de chicos y chicas podrían dedicarse a la Biología, Geología o Paleontología”, plantea. El proyecto que intentaron llevar adelante era una muestra itinerante de fósiles de la Antártida para circular por escuelas en distintos pueblos del país. Sin embargo, una vez más, fueron sólo promesas: “Evidentemente hay un profundo desconocimiento y un marcado desinterés”, reflexiona Concheyra.  

En medio de la Avenida 9 de Julio, un pingüino de peluche adornado con el estandarte naranja del IAA se ve entre las banderas. Romina viene a acompañar a su padre, Sergio, geólogo del Instituto. “Mi viejo va a la Antártida todos los años, desde antes que yo naciera, y es lo que más le gusta de su trabajo”, explica. Ella estudia Comercio Exterior, aunque admite que evaluó la posibilidad de dedicarse a la investigación: “Es muy duro el trabajo que hace mi viejo, porque no se queda en la Base sino que siempre está en los campamentos buscando muestras, es muy comprometido”. Sergio quiso llevarla a la Antártida en más de una ocasión, pero para viajar con sus familias los investigadores deben pasar más tiempo de lo que implica una campaña normal, por lo menos seis meses o un año.

Pasado el mediodía, la bandera se planta frente al edificio vidriado de Cancillería: “La soberanía y la ciencia antártica no se rematan, se defienden”. Se hace silencio y el petitorio, esta vez más combativo, vuelve a sonar amplificado por un megáfono. Camperas, bombos, pecheras y antiparras. Los que caminan se acercan y preguntan, otros sacan fotos, otros miran los carteles. Tras horas de resistencia, abre la puerta de la Cancillería Máximo Gowland, director nacional de Asuntos Antárticos. “Si no se puede evitar la venta, le pedimos que al menos nos den el tiempo necesario para retirar el material valioso con un inventario”, suplica Concheyra. La negativa fue inamovible: Gowland recibió el petitorio, el mismo que los antárticos habían entregado en la Defensoría del Pueblo, en la AABE y en la Casa Rosada, pero mantuvo la postura oficial. El remate concluyó el jueves por la tarde frente a la sede de Retiro de la Agencia de Administración de Bienes del Estado, con una firma que marca un quiebre en la historia del Instituto. Los antárticos se quedaron sin edificio propio, sin biblioteca y sin museo. Queda, frente a la puerta de Cerrito, el germen de la unión ante la tristeza de la pérdida.

Actualizada  26/09/2017