Y florecerán mil pañuelos

Y florecerán mil pañuelos

Abuelas de Plaza de Mayo, la Carrera de Ciencias de la Comunicación y ANCCOM organizaron una intervención artística como antesala del 24 de marzo y para resistir a los avances negacionistas.

“¿Quién pintó con aerosol en la calle alguna vez? Arriba esas manos. ¿Quién pegó el famoso cartel militante? Eso vamos a hacer hoy, amigues” se presentó así, Santiago Spiga, en la clase apertura de la materia Políticas Culturales del nuevo plan de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA. 

A 48 años del último golpe cívico militar en Argentina, discursos negacionistas por parte del Gobierno Nacional vuelven a poner en tela de juicio las desapariciones y el accionar de las Abuelas de Plaza de Mayo, quienes contraponen junto al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y el artista visual Santiago Spiga, actividades en escuelas y universidades con el nombre “Memoria SÍ, pañuelos hoy y siempre” para resignificar su lucha y alzar la bandera de los 30 mil desaparecidos. 

Con la organización de la carrera Comunicación Social, ANCCOM y la Catedra Sanjurjo, se propusieron realizar intervenciones artísticas en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, para promover la memoria, la verdad y la justicia previo al encuentro del próximo 24 de marzo en Plaza de Mayo.

Ante el ajuste, el recorte de universidades y quita de derechos conquistados, los alumnos y profesores buscan, a través del arte, instaurar la memoria en la cotidianeidad y contraponer –ante el ajuste inédito- una lucha que reúna a todos y todas en pos de un futuro mejor.

“En este período de hambre, pobreza y negacionismo, nos parece importante desde la Universidad explorar otras formas de decir, de construir relatos e intervenir con lo artístico para un compromiso con la memoria. Un espacio para encontrarnos, pensar y repensar las formas de participación política y resistencia”, expresó Larisa Kejval, directora de la Carrera de Comunicación Social.   

La presencia de Miguel El Tano Santucho, hermano del nieto restituido número 133, llevó a un aplauso colectivo antes de que comenzara a hablar: “Vemos cómo están avanzando sobre los derechos adquiridos y sobre la gente con un discurso peligroso, que llama al conflicto y al sálvese quien pueda. Nuestras abuelas nos enseñaron lo contrario, la lucha es colectiva, entre todos y todas se pueden lograr cosas, respetar e interpelar al prójimo”.

“Engrudo, afiches y carteles es el lenguaje de hoy. A hacer y aprender con las manos y el corazón”, fue el puntapié de Spiga, quien coordinó la actividad, para que los estudiantes y profesores comenzaran a realizar la intervención artística. 

Se formaron dos grupos: por un lado, quienes deseaban realzar la gigantografía de Taty Almeida riendo junto a Estela de Carlotto y por el otro, quienes querían pintar con stencil y aerosol pañuelos coloridos. Ambos, guiados por una misma razón: “Memoria, verdad y justicia”.

El primer grupo, sentado en el piso y desparramando los recortes para ver cómo se formaba la imagen, estuvo acompañado por Kejval, quien con una tijera y una sonrisa de oreja a oreja, comenzó a recortar una de las fotos. El segundo grupo, de pie junto a una mesa y sus copias de pañuelos con un corazón, impresos en papel, esperaron la orden de Spiga para aprender a usar los materiales. 

Una caminata seguida de aplausos por profesores y estudiantes irrumpieron en el comedor y se llevaron todas las miradas de quienes participaban de la intervención artística, debido al latente reclamo por la falta de presupuesto del Gobierno nacional hacia las universidades y la licuación de salarios docentes y no docentes que llevaría a un posible cese de las clases.

Frente al cartel de los 40 años de la democracia y con imágenes de los estudiantes desaparecidos durante la dictadura militar que la Facultad de Ciencias Sociales exhibe para recordarlos y homenajearlos, la gigantografía de dos de las representantes más importantes de los derechos humanos y la memoria en Argentina se hicieron presentes para recordar que la lucha es diaria, para honrar a los 30 mil desaparecidos que quieren negar o evitar el cierre de los excentros clandestinos, como la ESMA, que funcionan hoy como sitios de memoria. 

“Las abuelas hoy en día siguen fuertes, pero ya están grandes. Este legado nos lo pasaron a nosotros y a toda la sociedad, es un desafío que tenemos todos de levantar y defender esa bandera”, finalizó Santucho, en nombre de las Abuelas de Plaza de Mayo. 

Ojos que sí la ven

Ojos que sí la ven

Una muestra colectiva de fotografías narra la represión de las Fuerzas de Seguridad en las manifestaciones contra la Ley Ómnibus que se realizaron frente al Congreso mientras la Cámara de Diputados debatía el proyecto. «Mostrar estas imágenes -dice el texto curatorial- es una forma de solidaridad pero también de defender el derecho a la libertad de expresión». La selección de imágenes tomadas por los 35 reporteros gráficos heridos en esas jornadas corresponde a una inciativa conjunta de ARGrA, SiPreBa, Fatpren, el Área de Fotografía de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y la Carrera de Ciencias de la Comunicación. Entrá y mirá las fotos.

Imágenes en el barro

Imágenes en el barro

Una nueva muestra fotográfica de ANCCOM puede visitarse en la Facultad de Ciencias Sociales. Las imágenes registran el clima de resistencia y movilización social que hubo entre 2015 y 2019.

Se inauguró «Fotografiar el barro”, una nueva muestra de fotógrafos y fotógrafas de la Agencia de Noticias de la Carrera de Comunicación de la UBA (ANCCOM), que se expone hasta el 19 de octubre en la fotogalería del primer piso de esa casa de estudios, frente a la redacción. Los y las estudiantes pusieron el cuerpo en la calle para retratar algunos de los acontecimientos sociales ocurridos entre el 2015 y 2019. Estas imágenes muestran eventos cotidianos y del espacio público que sucedieron en esos años: las movilizaciones sociales, las reivindicaciones, el feminismo, la cultura, el arte.

La muestra fue organizada por Betina Guindi, Ernesto Schtivelband, Felisa Santos, Santiago Mazzuchini, Celia Fontes, Juan Funes y Melisa Molina. Santiago Mazzuchini, docente de la Facultad de Sociales y uno de los encargados de la curaduría y del montaje explicó: “La idea nace porque comenzamos a darnos cuenta de la relevancia que las fotografías de ANCCOM comenzaron a tener en la arena pública. Nosotres hace muchos años que investigamos sobre el modo en que las imágenes intervienen en la política, sobre cómo conforman la historia, la memoria. Esto quizá parezca una obviedad, sin embargo, hay quienes siguen creyendo que las imágenes ´ilustran´ o son una mera representación de otra cosa”.

Sobre el recorte de la muestra describió: “Por otra parte, tomar el eje política/fotografía en la muestra nos permitió también destacar que en ANCCOM se le da una importancia vital y específica a la fotografía. En muchos portales digitales las fotos parecen adornar las noticias, justamente lo contrario de lo que se hace en ANCCOM, donde la producción fotográfica es parte esencial. El nombre de la muestra juega con la idea de irrupción e interrupción, porque lo que las fotografías que elegimos muestran el modo en que la política irrumpe para dar cuenta de un conflicto e interrumpe el normal curso de las cosas. Desnaturaliza nuestra realidad social”.

La muestra registra los momentos más relevantes de aquellos años: “Las imágenes elegidas recorren desde movilizaciones a favor de la legalización del aborto, marchas por la memoria, protestas contra la represión policial, reclamos por asesinatos como el de Rafael Nahuel, entre otras”, describió. “Nos interesaba (y nos interesa) pensar el rol político del fotoperiodismo en tiempos hiperdigitalizados donde se plantea la irrelevancia de la dimensión documental y periodística de la fotografía. Lo que muestran estas imágenes es que las y los fotoperiodistas en la calle tienen mucho que mostrar todavía”, concluyó.

Victoria Gesualdi, coordinadora de fotos de la Agencia, sumó: “La edición de la Muestra surge de un área de investigación de la Facultad y destaca la mirada de los y las estudiantes de Comunicación.”
La fotógrafa encargada de formar a los cientos de practicantes de fotoperiodismo junto a Leandro Tesseyre explicó: “El valor del fotoperiodismo es ir al territorio, mirar y significar los acontecimientos con imágenes. Entre el 2015 y el 2019 las calles estuvieron habitadas, hubo una sociedad movilizada, hubo resistencia y lucha por derechos.”
Acerca de la mirada del fotoperiodismo en ANCCOM, Gesualdi reflexionó: “Nos interesa documentar el presente con una perspectiva histórica, por eso también es importante el archivo que construimos en estos casi diez años de ANCCOM. La imagen periodística tiene una función informativa en la coyuntura y con el tiempo toma otro valor. La muestra permite una relectura de esos acontecimientos que hacen nuevos señalamientos en este presente.”

 

“La fotografía de la protesta de los trabajadores de Cresta Roja fue republicada en la portada de Página 12, fue un hecho importante para contar, porque si bien había cámaras de televisión todas estaban del lado de la gendarmería y yo pude retratar desde la perspectiva de los trabajadores, yo también tuve que esquivar balas de gomas”, dice Pirsic.

Noelia Pirsic, Daniela Morán y Deborah Valado, pertenecen a la primera cohorte ANCCOM y participan de la muestra. Pirsic contó parte de su experiencia de su paso por la agencia: “Nos mandaban a cubrir momentos de relevancia social, masivos, o personajes que son importantes para nuestra sociedad y que no hubiera tenido la chance de fotografiar si no hubiera sido por ANCCOM”. Y recordó: “Reconozco mi foto. Hubo una protesta de trabajadores de la empresa Cresta Roja que estaba siendo vaciada y esa fue la primera vez que durante el macrismo se empezó a disparar contra los trabajadores. Esa fotografía salió en la portada de Página 12, fue un hecho importante para contar, porque si bien había cámaras de televisión todas estaban del lado de la gendarmería y yo pude retratar desde la perspectiva de los trabajadores, yo también tuve que esquivar balas de gomas”.

Acerca de si existen diferencias entre esa época y la actualidad Pirsic planteó: “Cambia el signo político y cambia lo que te vas a encontrar en la calle. Sí me parece muy loco que las fotos que tomé puedan considerarse un documento histórico porque, al menos yo, cuando saco una foto pienso “voy a contar esta historia” y no pienso en dejar un documento histórico. Eso perdura gracias a que también hay un archivo como el de ANCCOM, que vuelve a poner en valor desde otras miradas, otras perspectivas.”

Por su parte Daniela Morán opinó: “Creo que la muestra representa muy bien lo que estaba pasando en la calle en esos años. Los movimientos feministas tuvieron una fuerte presencia, las movilizaciones por el aborto iban creciendo a pasos agigantados y su visibilidad acaparaba la atención de los medios. Una de mis fotos forma parte de un ensayo que buscaba encarar la temática aborto desde un lugar más personal, más chiquito, pero a la vez potente. La foto de la muestra es un retrato que representa la clandestinidad que atravesaron esas personas”. Y concluyó: “Es lindo ver las fotos ahora, ver que militar y estar en la calle sirve”.

Respecto a los diferentes contextos que se retrataban en esos años y la actualidad, reflexionó: “Veo cambios, por supuesto. En el gobierno macrista, la respuesta al pedido de ayuda del pueblo solo eran oídos sordos y represión. Veo algunas fotos de los reclamos afuera del Congreso por la reforma previsional y recuerdo el miedo que sentí cuando vi la fila de gendarmes esperando que la calle avanzara. Los golpes y empujones a diputados y diputadas que iban a tratar la ley. Cualquier persona que luchaba por sus derechos era blanco fácil para la represión”. Al hablar de su paso por la agencia, Morán destacó: “No quiero dejar de remarcar la importancia de ANCCOM y de este material que sirve de anclaje con un pasado cercano. Las fotografías de esta muestra, al ser reunidas, ordenadas y vistas pueden funcionar como mecanismos de memoria”.

Por su parte Deborah Valado también reflexionó sobre su trabajo en la agencia: “La primera nota que propuse fue en el Bajo Flores, en la foto se ven unos palos de jockey tomados por unas nenas, quise mostrar que el acceso al deporte es clave y genera experiencias transformadoras en los barrios”, describe y continúa: “Una de mis últimas coberturas, también fue en el Bajo Flores, una mujer que está mostrando las balaceras, esa foto se viralizó y obtuvo el Primer premio de Eduardo Longoni. Para la autora: “Esa foto marcaba el principio y el final de una etapa. Si nos ponemos a pensar que pasa en el barrio, donde hay niños y niñas y hay que garantizar el presente porque son el futuro; la contracara es esa mujer que enseñaba murga a niños y niñas y lo que recibió del Estado fueron balaceras. Ahí hay un contrapunto importante”.

Valado también destaca el carácter público de la agencia: “Hay muchas fotos de ANCCOM que circularon por otras muestras y eso también es para rescatar, porque es una agencia de una universidad pública y por eso es necesario meterse en el barro para conocer las realidades y visualizarlas y esa es nuestra responsabilidad como reporteros. Veo que ANCCOM sigue con ese espíritu, veo las producciones a lo largo de los años. Esta agencia nos dio la posibilidad de formarnos y profesionalizar el oficio”, señaló y agregó: “Esta muestra me genera ver un montón de grietas importantes, fue otro tipo de gobierno que generó otras políticas. Hay que visibilizar todo y para eso hay que estar en el terreno, la fotografía tiene esa particularidad, y en momentos donde hubo vulnerabilidad de derechos, hay cosas que se quisieron tapar y para eso están el fotógrafo y la fotógrafa para ir a esos espacios que quieren ocultar. La fotografía sigue siendo potente y es una herramienta con la que queremos cambiar el mundo, genera memoria, historia y presente. La fotografía nos invita a mirarnos a reflexionar que tipo de sociedad queremos. Hay que seguir defendiendo la democracia, la fotografía acompaña las luchas, reivindicaciones y también las alegrías”, concluyó la fotógrafa.

La muestra “Fotografiar el barro”, ubicada en el primer piso de Santiago del Estero 1029, ala San José, en la Ciudad de Buenos Aires, se podra visitar hasta el 19 de octubre.  

 

El polifuncional que necesita todo equipo

El polifuncional que necesita todo equipo

Murió Eduardo Morales, editor audiovisual de ANCCOM y docente del Taller de Expresión II de la Carrera de Ciencias de la Comunicación.

El lunes por la noche murió de manera repentina Eduardo Morales, editor audiovisual de ANCCOM. Se había sumado a la agencia a principios de este año y, rápidamente, le aportó mística y compromiso a nuestro trabajo.

Como se dice ahora, agarró una papa caliente y fue uno de los editores que se puso al hombro un proyecto que nuestra agencia tenía –y tiene- planeado lanzar la semana próxima en conmemoración de los 40 años de democracia. Se trata del ciclo Estuve ahí, una serie audiovisual de entrevistas a protagonistas de estas cuatro décadas en las más diversas áreas: la política, la economía, la sociedad, la cultura, los derechos humanos, los pueblos originarios, el campesinado, el feminismo, entre muchos otros temas.

Eduardo –Edu, para nosotros- era un jugador polifuncional: ocupaba el lugar que hiciera falta. Podía asumir el rol del camarógrafo en el estudio, del director de cámaras y hacerse cargo del poncheo en la pecera, estaba atento al sonido, a la iluminación y también editaba en la posproducción. No solo eso, si era necesario hasta hacía las veces de fletero y transportaba él mismo los equipos a donde se realizara la entrevista.

De dilatada trayectoria profesional, Eduardo Morales se formó como Director de Montaje, egresado de la ENERC (INCAA). Entre sus trabajos más resonantes se encuentran Matanza, la historia, producido por Canal Encuentro y el largometraje Los padres de la Plaza, diez recorridos posibles. Además, ha sido asistente de montaje del film La mosca en la ceniza, de Gabriela David y fue editor del ciclo Oficios, dirigido por Eduardo Mignona para el Ministerio de Educación de la Nación, y del documental Tengo una pena que es pena, de Lorena García, seleccionado para el 21 Festival Internacional de Mar del Plata.

En la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, Eduardo fue editor del Centro de Producción e Investigación Audiovisual de la Facultad de Ciencias Sociales (Cepia) y docente de la materia Taller de Expresión II. También dio clases en la Universidad Nacional de Lanús. Su compromiso con la educación pública era total. Los alumnos, entre muchas cosas, recuerdan la estrecha relación que construía con ellos y su apasionamiento en transmitir el oficio: a toda hora y todo día era capaz de responderles preguntas, acompañarlos y guiarlos en sus producciones audiovisuales.

 

La Sala de Redacción de ANCCOM recibió el nombre de Viviana Mariño

La Sala de Redacción de ANCCOM recibió el nombre de Viviana Mariño

En el Día del Periodista, la Carrera de Ciencias de la Comunicación y su agencia de noticias homenajearon a la colega fallecida el año pasado. Había sido una de las pioneras de ANCCOM y también ejerció la docencia en la Facultad de Ciencias Sociales. Hasta su muerte, fue gerenta de Noticias de Télam.

Un Día del Periodista distinto, especial, centrado en el recuerdo, la pasión y en la figura del legado, que atraviesa fronteras físicas y temporales, cuestionando y rompiéndolas en el camino. Durante la tarde del miércoles 7 de junio, colegas y amigos homenajearon a Viviana Mariño con palabras y con la inauguración de una placa con su nombre, que ahora brilla resplandeciente en la entrada de la Sala de Redacción de ANCCOM, en la Facultad de Ciencias Sociales.

Viviana -o para muchos, Vivi- era graduada de la Carrera de Ciencias de la Comunicación y docente del Taller de Expresión III. Fue un espíritu clave en la fundación de la agencia de noticias ANCCOM, coordinando e iluminando el camino de periodistas practicantes, y gerenta periodística de la agencia nacional de noticias Télam. También fue una protagonista fundamental en la recuperación del diario Tiempo Argentino, a través de la conformación de una cooperativa que lo autogestiona hasta el día de hoy. Falleció el 24 de junio del 2022 a los 51 años, a raíz de una enfermedad que pocos sabían que estaba atravesando, y que nunca llegó a apagar la luz que Vivi llevaba con ella a donde iba. “Esa, la enfermedad, fue la única noticia que se resistió a dar”, reflexionó Diego Rosemberg, coordinador de ANCCOM y colega cercano a Vivi. La luz, casi un año después de su fallecimiento, sigue brillando. 

“Para nosotros y nosotras era muy importante hacer el homenaje a Viviana Mariño -explicó Larisa Kejval, docente y directora de la Carrera de Comunicación- porque de algún modo es una forma de seguir procesando colectivamente la partida de una compañera y de una gran amiga, pero, fundamentalmente, porque queremos dejar una huella, una marca institucional que recuerde su legado. Su legado como gran gran periodista que honró lo mejor el oficio, y su legado como gran, gran docente, generosísima en la formación de las nuevas generaciones”. Larisa cuenta que, antes de ser colega, Vivi era una amiga. Empezó siendo la compañera de las clases de los lunes, después la compañera de los jueves, hasta llegar a ser la compañía de las pizzas de viernes por la noche, y de algún asado de domingo. Así también la recuerda. 

“Vivi era una de las nuestras – reflexionó Larisa-. Me puse a pensar qué quiere decir esto, que Vivi haya sido y sea una de las nuestras. Quizás sea una referencia al hecho de que éramos parte de una misma generación, quizás sea una referencia a ser mujeres intentando romper techos de cristal, quizás signifique que Vivi expresaba perfectamente el resultado de esa rara avis que genera nuestra carrera. La capacidad de embarrarse y comprometerse políticamente desde el ejercicio de la profesión, la capacidad de enseñar y reflexionar sobre la propia práctica, la capacidad de gestar y gestionar el propio medio, de defender y construir lo público”.

Aún sin tener tiempo, cuenta Larisa, Vivi se las arreglaba para lograr todo esto. Aparecería luego en el homenaje la palabra “pulpo”, en un intento de entender y caracterizar la forma en que lograba estar en todo, y en todos lados, todo el tiempo. Siempre sonriente, siempre sabiendo qué hacer, qué caminos tomar y explorar sin miedo. 

Luego tomó la palabra María Rosa Gómez, titular de una de las cátedras de Taller de Expresión III. “Cuando hablamos de Vivi siempre aparece la palabra pasión”, destacó. Cuenta que era una apasionada por el periodismo, por todo lo que aseguraba la calidad y el valor de la práctica -apasionada por la búsqueda de la mejor información, de las mejores fuentes, pasión por estar en los cierres- pero cuenta que, sobre todo, era una apasionada por enseñar el periodismo, cosa que hizo eso de manera sobresaliente.

“No tengo mucho más para decirles -dijo María- la extrañamos -se le llenaron los ojos de lágrimas y la voz se le quebró-, la adoramos, por sus hermosos ojos, y por su sonrisa. Gracias”. Las manos de los presentes respondieron a las palabras de María: todas aplaudieron, aunque varias tuvieron que interrumpir intermitentemente su propia ovación para elevarse, aproximarse a los ojos y secar las lágrimas. 

Diego Rosemberg admitió, al igual que Larisa, haber escrito sus palabras con anticipación para prevenir lo más posible la imprevisibilidad de la emoción. Se refiere a la labor de Vivi en ANCCOM como la acción de tomar diamantes en bruto y pulirlos. “Estaba convencida de que los jóvenes no son el futuro, sino el presente -recuerda Diego-. Siempre nos decía: `Tenemos que escuchar a los pibes`, así decía ella, `a los pibes`. Y este es un lugar donde se forman los pibes, pero también donde se los escucha”. Luego, fuera del momento frente al micrófono, Diego destacó particularmente esta dedicación a la juventud que le salía naturalmente a Vivi, una dedicación atravesada por una admiración y un respeto muy profundo por los jóvenes.

Lamentó que los homenajes no se hagan en vida, pero reconoció la importancia del acto para los presentes, en tanto abrigo que podría, momentáneamente por lo menos, brindar un poco de ayuda para afrontar una partida tan temprana. 

“Darle a la redacción de ANCCOM el nombre del Vivana Mariño – explicó Diego – es casi una síntesis perfecta de los atributos identitarios de Anccom. Vivi era un torbellino lleno de adrenalina, y esta adrenalina es lo que nosotros intentamos transmitir en este espacio a los estudiantes. Este homenaje nos va a dar el abrigo porque nombrar es dar existencia, una identidad, y aunque suene paradójico, nombrar es dar vida”.