Los excombatientes de Malvinas también defienden la Ley de Tierras

Los excombatientes de Malvinas también defienden la Ley de Tierras

El juez Ernesto Kreplak hizo lugar al amparo solicitado por el CECIM, un centro de excombatientes de Malvinas para que no se suspenda la vigencia de la Ley de Tierras, tal como plantea el megaDNU firmado por Javier Milei.

A las 18:30, Ernesto Alonso, secretario general del Centro de Excombatientes de las Islas Malvinas de La Plata (CECIM) abre la sede de la organización que en las últimas horas logró suspender el artículo del Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023, que buscaba derogar la Ley de Tierras. Se sienta en su escritorio y comenta la repercusión que generó la noticia, los apoyos que recibieron desde distintos puntos del país. Habla custodiado por un banner que recorre toda la pared, en el que se ven imágenes de los montes que se elevan en las islas del Atlántico Sur. Y empieza subrayando la importancia que tuvo la decisión de presentar una medida cautelar. En nuestra organización, dentro de los objetivos estatutarios, y por eso conseguimos que la Justicia nos de la visibilidad, está la idea de defender la soberanía nacional en todos sus aspectos. Y cuando empezamos a ver la dimensión que tenía este DNU, el 70/23, puntualizamos en el tema de tierras. Entonces decidimos presentar una medida cautelar, una acción de amparo, pidiendo la anulación del artículo 154 del DNU”, explica.

En este sentido, Alonso sostiene que la decisión de acudir a la justicia “surgió primero por observar que esto es una grave violación de la Constitución. Segundo, porque pone en riesgo la integridad territorial y tercero por la defensa de la soberanía. Entendemos que no había ninguna necesidad y urgencia para plantear esta cuestión, sino que observábamos toda una intencionalidad política, sumado a todo lo que veníamos analizando sobre cómo arranca el gobierno de Javier Milei, entendiendo que esto es un plan sistemático de entrega. Empezamos a evaluar algunos ejemplos, porque ya vimos con Joe Lewis lo que pasó en su momento cuando no existía la Ley de Tierras. Es muy grave, estamos en un mundo que si vos te proyectás a 40 años, va a ser el mundo de la escasez de recursos naturales y de minerales estratégicos, y algo fundamental, el tema del agua.”

Por otro lado, Alonso denuncia que “no existe ningún lugar en el mundo donde se permita sin ningún tipo de restricción, que cualquier persona extranjera compre miles de hectáreas en un país. Con el DNU veíamos afectadas áreas estratégicas, las zonas periféricas de glaciares, de recursos de agua y suelo que existe en nuestro país”. 

El año pasado se conoció que miembros del Gobierno de la Ciudad, del Poder Judicial y del Grupo Clarín pasaron un fin de semana en la estancia de Joe Lewis ¿Piensa que ese tipo de conexiones, de acceso al poder, pudo haber influido en la derogación de la ley?

Sí, es el poder. Fijate el caso que planteás: Lewis compró no sé qué cantidad de hectáreas, en el medio quedó un lago, se lo apropió y no permite el acceso. Tenés un grupo económico que se compra 100 mil hectáreas en la frontera con Chile de un lado y otras 100 mil hectáreas del otro lado, el tipo se pondría una frontera propia. Eso lo restringe la Ley de Tierras, no permite comprar en lugares estratégicos como pasos fronterizos. Nosotros lo denunciamos en la campaña, el proyecto que venía a proponer Milei era un proyecto de no país, dejando 45 millones de personas afuera. Es un modelo de país primario, extractivista sin agregado de valor. Eso produce falta de empleo, incapacidad de mejorar socialmente, porque se la llevan en pala hacia afuera.

 

A partir de la presentación de la medida cautelar, ¿se comunicaron con ustedes desde el Gobierno o desde el Congreso?

Desde el Gobierno no, pero sí desde algunos sectores y espacios sociales, políticos y gremiales. Hay varias cautelares presentadas. De hecho, hoy (por el 31 de enero) casualmente vamos a hacer un Zoom en el que van a estar Jerónimo Guerrero Iraola que es uno de nuestros abogados, va a estar el exjuez Raúl Zaffaroni, gente de Mendoza y Río Negro, porque sus cautelares no avanzaron tanto como la nuestra, y ahora el juez Kreplak pidió la remisión de todos los casos a su juzgado de La Plata. Entre ayer y hoy fue terrible la cantidad de mensajes que recibimos. Hubo como una cuestión de esperanza porque pudimos lograr revertir algo de este DNU y encima algo tan importante. Con el Gobierno, nada. No solo con eso. Justamente ayer habíamos publicado el tema de los vuelos irregulares a Malvinas.

Hay un vuelo que identificamos, que es un vuelo ejecutivo particular, que sale del aeropuerto de San Fernando a Malvinas. Está dos horas en las islas y sale rumbo a Comodoro, pero en el medio del camino desaparece y no se sabe a dónde fue.

Ernesto Alonso

¿Por qué dicen que hay un Triángulo de Malvinas?

Es una referencia al Triángulo de las Bermudas, porque desaparecen los aviones. Había surgido una noticia y empezamos a controlar los vuelos que van y vienen a Malvinas con una aplicación del celular, no es que tenemos un satélite o un radar. Los británicos hacen un puente aéreo que a veces recala en la Isla Ascensión, pero también pueden volar directamente. Y hay un vuelo que identificamos, que es un vuelo ejecutivo particular, que sale del aeropuerto de San Fernando a Malvinas. Está dos horas en las islas y sale rumbo a Comodoro, pero en el medio del camino desaparece y no se sabe a dónde fue. Lo que también observamos ahora es que se introdujo como una escala permanente Montevideo, Uruguay, donde hay un gobierno que es muy afín a este gobierno. No puede ser que Cancillería no esté haciendo ninguna queja. Puede ser que haya un vuelo que tenga que hacer una escala técnica de emergencia, puede ser que haya un vuelo que pida permiso por un vuelo humanitario, pero no dos vuelos en un mismo día. Hay un silencio de radio no respondido en absoluto. Cuando Diana Mondino empieza a decir que hay que pensar en los deseos de quienes habitan las islas, está diciendo lo mismo que plantean los británicos ante la comunidad internacional, diciendo que los habitantes decidieron ser un pueblo británico y ellos tienen derecho a la autodeterminación. Cuestión que no está reconocida por Naciones Unidas, porque solo los pueblos tienen ese derecho y la de Malvinas es una población insertada. Vemos que la cancillería está en silencio. En estos días hubo ejercicios militares que los hacen sistemáticamente las fuerzas británicas. La Cancillería no dijo nada, no protestó, silencio absoluto. 

 

En las últimas horas algunos medios británicos filtraron que el canciller David Cameron sospecha que Argentina podía relegar los reclamos de soberanía a cambio de pactos comerciales ¿Qué opina al respecto?

La información es de un medio periodístico, nadie estuvo en esa reunión. Pero es preocupante lo que dijo Milei sobre construir una relación adulta ya que solo teníamos una diferencia territorial, como si fuera un diferendo limítrofe esto, y no está entendiendo que se trata a nivel mundial del conflicto donde está en disputa la mayor cantidad de kilómetros cuadrados en el planeta. Porque es Malvinas, Georgias, Sandwich del Sur y los mares correspondientes. Son más de dos millones de kilómetros cuadrados.

 

La cuestión Malvinas estuvo muy presente en la sociedad durante el Mundial de Qatar y ahora nos encontramos con que por ahí no se le está dando importancia a lo que dicen los excombatientes.

En el tema Malvinas hay muy poco conocimiento en la sociedad de lo que significa Malvinas, está muy asociado a lo sentimental y no a una cuestión más de entender de saber qué está en juego. Está todo dirigido a relacionarlo con la Guerra. Sí, hubo una guerra, pero vos tenés toda una línea de tiempo de 1833 hasta hoy, y en cada momento de la historia de la República Argentina, Malvinas aparece. Entonces esa es parte de nuestra tarea, que a las nuevas generaciones no les pase lo que nos pasó a nosotros. Nosotros llegamos a Malvinas y no sabíamos dónde estábamos.

 

A partir del fallo judicial, ¿piensa que el Gobierno va a escuchar a los excombatientes?

No, es un Gobierno muy soberbio y están dispuestos a llevarse todo puesto. Es lo que estamos observando lamentablemente. Creo que hay una posición muy antidemocrática de muchos sectores. La vicepresidenta de la Nación, por ejemplo, Victoria Villarruel, es una falsa nacionalista. Porque no toma como ejemplo a Savio, a Mosconi, que fueron los militares que desarrollaron la industria pesada en la Argentina; el general Leal, que fue expedicionario en la Antártida; Pujato, que fue uno de los primeros que definió la estrategia de ocupar ese territorio con una mirada estratégica. Villarruel se referencia con torturadores, se pone la gorra de Videla, y junto con parte del gabinete como Patricia Bulrrich y el ministro de Defensa Petri, profundizan y vuelven a desarrollar lo que es la Teoría de la Seguridad Nacional. O sea, el enemigo está acá adentro, los enemigos son los diferentes, los pueblos originarios, los piqueteros. Esos falsos nacionalismos aparecen mucho en el tema de Malvinas. Se llenan la boca hablando y nosotros sabemos lo que hicieron allá. Tenemos esa mirada, ojalá nos equivoquemos, pero no creo que esto llegue a buen puerto. 

 

Sin justicia por falta de personal

Sin justicia por falta de personal

 

“Falta de personal”. Eso es lo que alegó la jueza federal de Tierra del Fuego Mariel Borruto, tras suspender las indagatorias en las que debían rendir cuentas 18 militares de las Fuerzas Armadas denunciados por cometer crímenes de Lesa Humanidad contra los soldados que lucharon en la Guerra de Malvinas, a 11 años del inicio de la causa.

Hugo Robert, ex combatiente y presidente del Centro de Ex Combatientes de Islas Malvinas de La Plata (CECIM), repone el momento en el que Ernesto Alonso, Secretario de Derechos Humanos de la institución, le informó acerca de esta resolución: “Estábamos esperanzados desde que se habían enunciado las fechas de las indagatorias dictadas por el anterior juez, el doctor Calvete. Pensábamos que la jueza Borruto, de quien teníamos buenas referencias respecto a temas de Derechos Humanos, iba a dar mayor celeridad a la causa. Ésta fue una muy mala noticia. Pero el CECIM está acostumbrado a reponerse de los golpes de tanta injusticia desde hace 37 años.”

Los militares están acusados de actos de tortura tales como estaqueamientos, inmersión de soldados desnudos en agua helada, enterramiento de sus cuerpos hasta el cuello, picanas con teléfonos de campaña, golpes, violencia sexual y discriminación racial. “En todos los años que tiene la causa se ha discutido muchísimo sobre diferentes cosas. Por ejemplo, la calificación y el derecho, pero lo que nadie ha puesto en discusión es que se cometieron torturas y todo tipo de violaciones a los Derechos Humanos. El Estado tiene la obligación de investigar y llevar la causa a juzgamiento, con lo cual, no puede haber ningún tipo de argumento para frenar el proceso de Verdad y Justicia.  El CECIM La Plata cree y afirma con convicción que son crímenes de lesa humanidad las torturas cometidas en Malvinas”, expresó Jerónimo Guerrero Iraola, uno de los representantes legales del organismo.

“Creemos que ha habido una gran presión del lobby militar y que este retardo de Justicia se parece mucho a la impunidad. La jueza va a tener que entender, en algún momento, que no se puede ocultar el pasado. ¿Cuánto tiempo piensa, la doctora Borruto, que los torturados en Malvinas pueden seguir esperando un poco de justicia? Es inadmisible lo que está pasando. Creemos en la razonabilidad de la jueza y en la necesidad, después de 37 años, de tener una bocanada de Justicia para quienes, pacientemente y bajo el imperio de la ley, están esperando, al menos, que los acusados le digan a la jueza por qué torturaron a soldados en la guerra. Entonces es cuando nos preguntamos, ¿cuánto tiempo más van a ocultar lo que pasó en Malvinas?”, arremete Robert entre aires de resignación y esperanza.

En menos de 30 días los excombatientes saborearon una victoria y la vieron esfumarse. Tras recibir la ansiada notificación por parte del Juzgado Federal de Río Grande de que se llevarían a cabo las indagatorias los días 27, 28 de junio y 1, 2, 3 y 4 de julio, donde los militares denunciados por estas graves violaciones a los derechos humanos deberían sentarse en el banquillo de los acusados -para rendir explicaciones y que un juez de la Nación les lea los delitos por los que se encuentran siendo investigados- llegó el lunes 27 de mayo la suspensión de las indagatorias sin especificar una próxima fecha. En respuesta a esta suspensión, los letrados y el secretario de Derechos Humanos viajarán este viernes a Tierra del Fuego para tener una reunión con la jueza Borruto. Estarán acompañados también por quienes se han constituido como querellantes en la causa, la Comisión Provincial por la Memoria y la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires.

La jueza adjudicó dicha decisión a la falta de recursos que exige la trascendencia y complejidad de la causa, por lo que solicita la creación de una secretaría específica debido a la repercusión que puede llegar a alcanzar el caso.

“Cuando mi sueño de una patria justa y soberana se ponía en marcha, tres palabras derrumbaron mis construcciones al respecto: ‘Falta de personal’. Imposible creer que son las razones que se interponen entre la mentira y la verdad, difícil comprender que de un día para el otro cambiaron las condiciones en su juzgado, en el cual lleva mucho tiempo trabajando como para que no se pueda concretar el llamado a indagatoria para dar explicaciones sobre los hechos por los que se los denuncia”, enuncia Silvio Katz, excombatiente, denunciante y parte del CECIM, que encarna en primera persona el comunicado oficial del centro que ha sido publicado en sus redes sociales.

Parecería que la impunidad ha ganado un capítulo más en esta historia. Los soldados de Malvinas, y su causa por la verdad y justicia, deben afrontar otro golpe, entre tantos. La Guerra de Malvinas, a 37 años de su finalización, aún sigue siendo una herida abierta. Katz, interpelando directamente a la Jueza Federal desde su carta abierta, declaró: “Veo con inmenso dolor y enojo cómo los autores de tan traicionero acto festejan hoy la decisión que usted tomó, y en eso me baso para pedirle un gran favor: que dé un paso atrás, solo uno, que nos permita a todos los argentinos dar un gran paso adelante y que se cumplan los sueños de los bien nacidos y los que creemos en los derechos humanos: un país con Memoria, Verdad, Justicia y Soberanía”.

“Malvinas es el día a día”

“Malvinas es el día a día”

Los ex soldados parecían no sentir el frío mientras se empapaban. Unos sostenían una bandera, otros un clavel blanco. Algunos apretaban los párpados como si estuvieran recordando alguna imagen dolorosa, a un compañero, o agradeciendo estar hoy con vida. El acto en La Plata transcurrió durante una hora y media bajo lluvia constante hasta que soltaron 123 globos blancos y celestes al viento: lentamente, entonces, alzaron vuelo a la par y se fueron juntos hacia un cielo que empezaba a ponerse blanco y celeste también. 123 es el número de soldados caídos en la guerra de Malvinas que aún se encuentran enterrados en el Cementerio de Darwin como NN con una placa que reza injustamente “Soldado solo conocido por Dios”. Los Ex Combatientes reclaman, acompañando a las familias de aquellos caídos, recuperar la identidad de cada uno.

La concurrencia, por grupos, fue acercándose al monumento de la histórica Plaza Malvinas de La Plata, donde se realizó el acto en conmemoración, y ofrendó sus flores. Ahí estaba Hugo Robert (54), ex soldado y vicepresidente del Centro de Ex Combatientes de Malvinas (CECIM-La Plata). Robert se saludaba con todos y sus hijos, Alejo y Joaquín, lo escuchaban conversar atentamente con cierta admiración en la mirada. De pie, al lado de la foto de su compañero de trinchera caído en Malvinas,  Robert compartió con ANCCOM su experiencia antes, durante y después de la guerra.

En esta conmemoración se destaca el reclamo por identificación de los 123 soldados enterrados como NN en el Cementerio de Darwin. ¿En qué situación se encuentra esta lucha?

Arrancamos hace muchos años, cuando los primeros contingentes de excombatientes comenzaron a volver a las islas a reencontrarse con los “fantasmas de la guerra”. En las visitas al cementerio de Darwin –que es tremendo como imagen, todos los argentinos la tenemos, incluso quienes no fueron a las islas- nos encontrábamos con la dureza de la muerte porque es muy shockeante para nosotros. Pero además de eso, el inmenso dolor de no poder ponerle una flor en la tumba del compañero. Yo fui con el Regimiento 7 de La Plata y no volvimos todos. Del Regimiento 7 hay sólo seis tumbas identificadas con nombre. Del total de tumbas del cementerio de Darwin, hay 123 que tienen una placa que dice “Soldado argentino sólo conocido por Dios” y eso no es verdad, eso es una mentira que nos quisieron hacer creer durante mucho tiempo, porque a esos 123 los conocen sus padres, sus familiares, sus amigos, la comunidad y los conocemos nosotros, recuerdo los rostros de los compañeros. Entonces a partir de eso, empezamos a preguntarnos si era cierto que los familiares no querían la identificación, nos parecía algo raro.

¿Cuáles son para vos “los fantasmas de la guerra”? ¿Qué imágenes o sensaciones vuelven?

Era muy común en los inicios enterarse que a muchos compañeros les costaba dormir al regreso porque soñaban la guerra. Yo he soñado, pero afortunadamente no en forma repetitiva. Los “fantasmas de Malvinas” son, entre otras cosas, saber que tu compañero no volvió. Como siempre en la vida, tenés alternativas, te podés quedar agarrado a ese fantasma y llorar o tomar el camino de la lucha, de convertirte humildemente en la voz de los que nunca van a tener voz, que son los compañeros que quedaron allá. A mí me parece que ese es el camino más valedero, el que más nos sirve. Nosotros siempre decimos que uno de los mejores homenajes que les podemos hacer a nuestros compañeros es haber hecho una buena vida, una vida para disfrutar, para celebrar, porque nosotros sabemos lo que es la muerte.

¿Cuándo empezaron a ocuparse de identificar a sus compañeros que figuran como NN?

El Cecim fue creado meses después de la guerra. En los primeros años los ex soldados tenían como prioridad luchar por las pensiones, el trabajo y su salud. Con respecto a la búsqueda de identidad de los soldados enterrados, en un principio no tuvimos el tiempo necesario para hablar con los familiares, para acercarnos más a ellos. Sin embargo hoy son más de ochenta familiares los que han prestado su sangre para comparar ADN, y este año ya tenemos programadas más de veinte extracciones.

Se está procediendo judicialmente.

Como ex combatientes acompañamos a las familias que iniciaron una causa judicial en el Juzgado Federal N°10 del doctor Julián Ercolini, pusimos abogados del CECIM-La Plata. La causa tiene un fallo y una sentencia. Ercolini explica que las acciones de amparo de las familias por sí mismas ya están reconocidas constitucionalmente, entonces dijo que el reclamo tenía “admisibilidad”. La búsqueda y reconocimiento de identidad a los cuerpos ya está contemplado por la Constitución Nacional y todos los pactos internacionales que firmó Argentina.

Subrayan además que los cuerpos se han hallado y enterrado, y no fueron desaparecidos…

Tenemos los mejores equipos de antropología forense, los familiares están en el continente y los cuerpos están en Darwin: no falta información, como pasó con los desaparecidos del continente. En 2012 el doctor Ercolini le dio “admisibilidad” al reclamo y le ordenó al Poder Ejecutivo que tome todas las medidas necesarias para devolverle la identidad a los 123 NN. La presidenta Cristina Kirchner en ese momento tomó las medidas incluso con anticipación a la orden judicial. Nosotros no queremos que la causa se duerma, que se sigan muriendo los padres de los pibes que están sin nombre en Darwin, y en eso coincidimos los Centros de ex combatientes de todo el país. El Cecim de La Plata se caracterizó por llevar adelante muchos temas.

¿Cómo fueron las relaciones entre el Cecim de La Plata y los últimos gobiernos democráticos?

Con el gobierno anterior tuvimos muy buena relación, en el sentido en que hubo muchas coincidencias  respecto a las banderas y luchas que llevamos adelante durante treinta años, como el reclamo permanente de soberanía, preguntarnos por qué los ingleses estaban en las islas… Con las actuales autoridades del Poder Ejecutivo nacional vemos, por lo que demuestran, que hoy por hoy Malvinas no es un tema prioritario. Esperamos que en el corto plazo el tema ingrese a la agenda gubernamental. Sin embargo, a nivel local, hemos tenido buenas conversaciones con las actuales autoridades, hemos sido recibidos en la intendencia y estamos empezando a transitar una nueva etapa. Pero a nivel nacional vemos con preocupación que Malvinas pareciera no ser parte de la agenda. No vamos a dejar que esta causa quede dormida en distintos estamentos del gobierno: la vamos a pelear mientras tengamos fuerzas. Cecim La Plata es una organización de Derechos Humanos y el reclamo que hacemos, acompañando a los familiares de los caídos, es exigir la identidad a aquellos enterrados en Darwin.

JÓVENES DE AYER Y DE HOY

“Malvinas es un sentimiento donde el orgullo y el dolor arden juntos”, decía algo antes Mario Volpe, presidente del Cecim La Plata, cuando tomó la palabra en el acto de conmemoración.  El frío y la lluvia no impidieron que, como cada año, cientos de personas se reunieran en la plaza Malvinas ubicada en el centro de la ciudad. Se realizó una vez más el acto organizado por el CECIM  local para conmemorar el día de los caídos y ex soldados de la Guerra. “La usurpación de una tierra amada y la paradoja de jóvenes combatiendo al imperialismo más poderoso de la tierra, la OTAN -completaba Volpe-, enviados por un gobierno ilegítimo, genocida y pro imperialista. Ese gobierno que ejerció el terrorismo de Estado y fue una dictadura civil, militar, clerical, empresarial, que debemos nombrar así para reflexionar qué nos pasó como sociedad”.

A las once y media del 2 de abril  familiares de los caídos y sobrevivientes, estudiantes, representantes de clubes deportivos, sindicalistas, organizaciones políticas y las –nuevas- autoridades municipales, fueron rodeando con sus paraguas a los protagonistas del acto: los sobrevivientes de la cruenta guerra que duró desde el 2 de abril al 14 de junio de 1982, y fue utilizada por la última dictadura argentina como último intento para legitimarse en el poder en un contexto de incipiente crisis política, económica y social, cobrándose la vida de 649 argentinos. “Los represores que estuvieron en el continente no se sacaron el traje de represores para ponerse el traje de héroes cuando pisaron las islas”, dijo a los presentes Manuel Giordano, hijo de un ex soldado que milita en Guará, la organización de los hijos de Malvinas. Y concluyó: “Por ello es que reclamamos juicio y castigo a todos los responsables de la dictadura y de las torturas cometidas en las islas. Defendamos la verdad, la justicia, la paz y la soberanía”.

Los hijos de Hugo Robert, Alejo y Joaquín, también forman parte de Guará. Para él es importante que sus hijos, y todos los que lo rodean, continúen con esta causa, se interioricen. “En estas fechas –cuenta- intento recordarles el tema Malvinas a todos los grupos sociales con los que me muevo por fuera del Cecim también, por ejemplo al equipo con el que juego al futbol. Hace algunos años les mandé una carta sobre mi compañero de trinchera, Rolando, y un amigo la mandó a otro y se terminó publicando en Página/12”.

“El 14 de junio es para los ex combatientes una fecha especial. Perdimos la guerra. Y, la mayoría de nosotros, perdimos algo más. El fin de nuestra adolescencia. Algunos, algunas partes de su cuerpo. Perdimos amigos. […] Mi compañero se llama Rolando. Debo confesar que, aún hoy, me cuesta hablarlo o escribirlo en pasado. Como todos nosotros, Rolando está lleno de vida. Lo veo todos los días de mi vida charlando junto a la piedra que nos cobijaba allá, cerca del Monte Longdon, riéndose con ese vozarrón que le salía franco, con los diecinueve recién cumplidos”.

(Fragmento de la  carta escrita por Hugo Robert y publicada en Pagina/12 el domingo 4 de julio de 2010 en suplemento Radar)

LOS OJOS PARA VER MALVINAS

Cuenta Robert que, de a poco, trabaja en un libro. “Desde hace un tiempo se me ocurrió que estaba bueno contar lo que me había pasado en la guerra, para dejarlo escrito: contar el pedacito que me tocó ver a mí –dice-. A poco de empezar a escribir, me di cuenta que habían pasado 34 años y que mi memoria no alcanzaba, hay muchos detalles y cosas que yo creía que sabía, pero a la vez surgen dudas y falencias. Entonces, se me ocurrió que podía contar el pedacito de guerra que vivimos yo y mi compañero de trinchera, pero incluyendo la mirada de otros que habían estado cerca. Les dije a algunos compañeros del Cecim y otros que estuve rastreando que son de la zona de La Plata, que quería escribir lo que nos había pasado a nuestro grupo, que era la tercera sección de la Compañía C  del Regimiento 7. Éramos 10 soldados que prácticamente estábamos conviviendo ahí. Les encantó la idea y los estoy entrevistando y empecé a unir anécdotas, miradas, experiencias. No tengo plazos, lo voy haciendo de a poco”.

¿Cómo le contaste a tus hijos que estuviste en Malvinas?

Mis hijos ya son grandes, nacieron escuchando Malvinas, yendo al Cecim de chiquitos; han viajado conmigo a las islas en el año 2014, junto con otros grupos de hijos. Yo hice dos viajes, uno en el 2007 y otro en el 2014. Hay un documental de Sandra Di Luca del viaje que hicimos en 2007. No es que un día los senté y les conté, lo mío fue diario, y con montones de anécdotas….

¿Qué anécdota recordás?

Hay anécdotas muy dolorosas y las hay muy divertidas, porque éramos pibes que en lugar de haber ido a un viaje de egresados estábamos en Malvinas; de eso nos reíamos, decíamos “somos la primera clase que hace servicio militar como viaje de fin de curso”. Una anécdota, de las más tragicómicas, es que yo estaba de guardia el 1° de mayo, el día del primer bombardeo, porque hasta ese día estábamos en Malvinas y no pasaba nada. El 1° de Mayo nosotros estábamos en un corredor donde entraban aviones, los famosos Hércules. La idea de la “guardia” de 5 a 10 soldados era hacerlo a 800 metros para delante de donde estaba la posición de la Compañía para registrar si había algún movimiento de tropas y eras la carne de cañón, pero para nosotros era parte de estar ahí, si te tocaba “la avanzada” –como se llamaba a esa posición de guardia- tampoco pensabas que te ibas a morir esa noche. Estábamos acostumbrados a escuchar sin ver –porque era de noche- el ruido de un avión entrando porque estábamos en un corredor aéreo. Yo estaba por terminar la guardia y se escuchaba el avión pero a diferencia de otras noches escuchamos más de un avión pasar, muchos. Eso nos llamó la atención pero no se veía nada, los aviones entraban con la luz apagada justamente. La cuestión fue que esos aviones eran ingleses y se dirigieron al viejo aeropuerto que estaba a 20 kilómetros de las posiciones donde estábamos nosotros y lo bombardearon. Era un bombardeo infernal. Ninguno de mis compañeros, ni yo habíamos estado en un bombardeo antes,  y de tan fuerte que fue sentíamos que nos estaban bombardeando a nosotros. La orden era que debíamos avisar en caso de percibir algo, gritando, o avisando de alguna manera… pero esa noche esto se escuchó en toda la isla, obviamente no sabíamos qué gritar y todos se despertaron a los bombazos. Ese fue el día en que despertamos todos a la guerra y es la primera anécdota de otras tantas, pero también hay que pensar que en ese bombardeo murieron compañeros.  Nosotros en Malvinas no sabíamos nada acerca de lo que pasaba en el continente, no estábamos al tanto de las negociaciones, estábamos aislados completamente y en realidad confiábamos que se iba a llegar a un acuerdo, esos eran los rumores. Estábamos a 15 km de Puerto Argentino. Las noticias llegaban a cuentagotas al puerto y después por teléfono descompuesto se iban transmitiendo a las tropas. La información, poca o casi nula, era la resolución 502 de la ONU, o de la OEA, que “estaban trabajando para ponerse de acuerdo”, y nosotros confiábamos que se iban a poner de acuerdo. Ese primero de mayo fue el despertar a la guerra, asumir que esto iba en serio.

¿Cómo fue volver a las islas después de tanto tiempo?

En lo personal, yo siempre digo que a Malvinas es muy fácil ir, el problema es volver, siempre me pasó lo mismo: en 1982, en 2007 y en 2014. Cuando voy, sé que es una semana –porque vas de sábado a sábado-  de emociones violentas, muy intensa desde lo emotivo, lo espiritual, caminando y recordando los lugares donde estuviste y estuvieron tus compañeros que no volvieron a sus casas después de la guerra, te quedás agarrado a las historias que viviste. Nosotros vamos a Puerto Argentino, que está en la isla Gran Malvina, pero también conocimos otros campos de batalla donde muchos soldados entregaron la vida, como el Monte Longdon, donde estuvo la compañía B del Regimiento 7; yo estaba en la C, a un kilómetro de ahí. En el Longdon, con uñas y dientes y con lo que podían, los soldados argentinos defendían la posición ante el ataque del tres o cuatro veces más en número de gente de los ingleses. Nosotros en el 82’ fuimos espectadores prácticamente de esa masacre, esa locura que es la guerra…

¿Por qué pudieron volver recién en 2007, es decir 25 años después de la guerra?

Los primeros compañeros que fueron lo hicieron en 2001 y decían que era difícil, no es un viaje que vayas disfrutándolo, es bravo. Era todo un proceso interno volver a las islas, saber que te ibas a encontrar con cosas movilizantes. Y por otro lado, es un viaje muy costoso.

¿No hubo políticas públicas que los financiaran?

El primer viaje me lo pagué yo en 2007. Después el Cecim-La Plata firmó un convenio con la Municipalidad –que lo viene cumpliendo y esperamos que este año también se cumpla con el nuevo intendente-. En 2008 logramos que el municipio otorgue 16 viajes por año para ex combatientes de la ciudad. Nuestra ciudad tiene más de 400 ex combatientes, por eso fue un Centro que siempre fue fuerte, por la cantidad.

¿Qué edad tenías cuando estuviste en la guerra?

Veinte años, y era grande comparado a los demás combatientes. Es muy movilizante, emoción pura, cuando voy a las islas la semana se me pasa volando. Lo bueno es ir en grupo a Malvinas. No conviene ir solo porque es demasiado. Un compañero decía que había que ir en grupo porque “no iban a alcanzar los ojos para ver Malvinas”. Y es la verdad.

¿Cómo fue el regreso a tu casa con la edad 20 años después de vivir la guerra?

Antes de Malvinas yo ya había cursado el primer año de Ingeniería. Después, cuando volví de la guerra estuve 20 días encerrado en mi casa, no hacía otra cosa que dormir y mirar Pepe Biondi. Yo no hablaba. Al tiempo empezaron a venir dos compañeros míos de la facultad a insistirme que tenía que cursar, y yo no quería saber nada, quería tomarme todo el año, pero la verdad es que estos dos compañeros me insistieron, me trajeron los apuntes, me llevaron de prepo a la facultad, hablaron con los profesores, y bueno… a mediados de julio yo ya estaba reincorporado a mis tareas de estudiante universitario de la facultad de Ingeniería, además yo trabajaba vendiendo diarios. Una de las formas de salir de una gran conmoción es ocupar la cabeza en otras cosas, y yo creo que pude hacer eso. Durante mucho tiempo mi preocupación fue el laburo y la facultad y jugar al futbol, que era lo que me gustaba.

¿Qué consecuencias y secuelas te dejó haber estado en Malvinas?

En La Plata, la falta de Estado al regreso de Malvinas costó vidas, eso es lo más doloroso. La falta total de Estado, el mismo que te había mandado a la guerra, se desentendió de sus soldados, los dejó librados a su suerte, sin asistencia médica, sin una contención en lo laboral con el discurso de “den vuelta la página, la guerra ya pasó”. El Cecim, como muchos otros centros de ex combatientes del país, cumplió el rol que no cumplió el Estado, se consiguió laburo para los compañeros, funcionó y funciona para la contención de los ex soldados. En La Plata, que fue junto con Berisso y Ensenada una de las regiones que más ex combatientes tiene, hubo un solo caso de suicidio. Eso habla a las claras de la importancia que tuvo el Centro –gracias al compromiso de muchos- como contención. Todos sabíamos que cuando se nos venía “el fantasma de la guerra” ibas en el Cecim y le podías contar a un compañero, a todos nos pasaba que en las familias no nos gustaba hablar mucho al principio. Particularmente, en mi caso, pasaron muchos años para que yo pueda hablar con mi familia sobre este tema.

Actualmente, ¿cuál es la posición del Cecim sobre el fallo de la ONU favorable a Argentina en Plataforma Continental y la lucha por la soberanía?

El fallo es un granito de arena más en la lucha por la recuperación y la soberanía. No es vinculante, no es que es un fallo que emitió el Comité de Seguridad o la Mesa central de Naciones Unidas, pero es una presentación más que avala el reclamo, es un paso más. Acá hasta que no se logre que los ingleses se sienten a  una mesa de negociación no se puede hacer otra cosa que ir así, sumando cada granito de arena. Los ingleses están desde 1833 en las Islas, desalojaron a una población por la fuerza, son usurpadores, lo que pasa es que son una de las potencias que mandan en el mundo. La guerra es un punto más en esta discusión.

¿Qué significa Malvinas en tu vida?

Malvinas es el día a día. Nosotros nos sentimos atravesados por Malvinas y cada uno lo manejó como pudo: muchos prefirieron el silencio y “dar vuelta la página”, frase que no se ajusta a lo que piensa Cecim La Plata. Nuestro logro en común con los demás compañeros es el Cecim y es mi mayor orgullo, después de cuestiones personales como el nacimiento de mis hijos. No es que hable todos los días de este tema pero en días como el 2 de abril se vuelve inevitable.