El Central banca al arte

El Central banca al arte

En el CCK se exhibe una muestra de las obras galardonadas en los últimos 15 años en el Premio Nacional de Pintura, otorgado por el Banco Central. Obras de León Ferrari, Gyula Kósice, Sara Facio y Clorindo Testa conviven con artistas de las nuevas generaciones.

En la sala 607 del Centro Cultural Kirchner (CCK) puede visitarse una muestra que reúne obras galardonadas por el Premio Nacional de Pintura otorgado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) durante los últimos 15 años. 

Hasta el 19 de noviembre  se lleva a cabo la exhibición,  que invita a explorar la identidad del arte con sello argentino. La muestra representa un recorrido por la historia más reciente de la creación local, en la que dialogan obras de artistas históricos como Sara Facio, León Ferrari o Clorindo Testa con las nuevas generaciones..

Se presentan más de 40 obras del patrimonio del Banco Central de la República Argentina (BCRA), conformado a lo largo de 15 años a partir del Premio Nacional de Pintura.  El certamen inició en 2007 con el propósito de promover el arte contemporáneo argentino y el acceso a la producción visual. Con esta misión, hasta la fecha, se adquirieron más de 100 obras de artistas locales. A partir de una muestra itinerante, la colección recorrió varias provincias de nuestro país democratizando e incentivando el acceso al arte por parte de la comunidad. 

En ocasión de esta exhibición, se ha realizado una selección a partir de las categorías de Gran Premio Homenaje, Primer Premio, Primera Mención Jóvenes Artistas, Premio Jóvenes Artistas y Primer Premio Jóvenes Artistas. Rodrigo Alonso, a cargo de la curaduría de la muestra, explica: “Lo que estamos haciendo es, habiéndose cumplido esta edición número 15, hacer una suerte de recopilación de todas las obras que ingresaron al patrimonio. Con esto se va a hacer un libro de la colección del museo, y hacemos una presentación pública que se está exhibiendo ahora”.

Al ingresar a la sala 607 del Centro Cultural Kirchner nos adentramos en el corazón de la pintura contemporánea argentina: diversa, multicromática y vibrante. El crisol de elementos presentes en las obras abarca desde rostros y cuerpos perfectamente delimitados hasta retratos de lo urbano y la naturaleza, y se extiende hacia construcciones más abstractas a través de la combinación de líneas, círculos, rayones, rasgaduras y cadenas colgantes. Además, se aprecia una amplia gama de técnicas artísticas como la transferencia fotográfica, el diseño digital, el grafiti, la impresión sobre lienzo, el esgrafiado, entre otras. Esta diversidad de estilos y formatos refleja las múltiples maneras en que se narran las experiencias locales.

“Tenemos un criterio muy amplio en relación a qué es pintura. Vas a encontrar que no todo es pintura, óleo o acrílico sobre tela, sino que también algunas obras que son textiles, collage, digitales, fotografía o escultura. Se exhiben obras con diferentes materialidades”,  apunta el curador. La expansión de lo que se entiende por pintura permite explorar expresiones artísticas muy diferentes que se revelan en la muestra como una síntesis del potencial creativo del arte nacional. 

Las paredes se recorren con un resonar de agua de fondo. Se trata de “Gota de agua móvil azul y blanca” de Gyula Kosice, una escultura móvil que se encuentra ubicada en el centro apenas se ingresa y encandila a todos los espectadores con sus luces y sonidos. “Es un genio, lo vimos hace unos años”, comenta una mujer a su grupo de amigas. “Mira esto pa”, murmura un nene mientras tira del pliegue de una campera gris. “Que loco esto”, dice bajito una pareja casi al unísono. 

Otra obra que reúne miradas, galardonada por el Gran Premio Homenaje que reconoce la trayectoria de los artistas y su contribución en el fortalecimiento de la cultura es “Los muchachos peronistas” de Sara Facio. Se trata de una fotografía de 1974, correspondiente a la serie fotoperiodística sobre los funerales del presidente Juan Domingo Perón. Walter, que la descubre por primera vez durante su visita, comenta: “La foto se mantiene vigente. No importa cuántos años pasen.” 

La pluralidad presente en esta exposición va en sintonía con la diversidad de las personas que la visitan: tanto a solas como en grupos, de todas las edades, por momentos en silencio y por otros en bullicio, de estadías cortas o largas, de “este es un obsesivo” a “esto es hipnótico”. La marca de lo nacional se refleja tanto en las obras como en la gente, en una construcción conjunta que se retroalimenta todo el tiempo. 

La muestra “Premio Nacional de Pintura” puede visitarse de miércoles a domingos de 14 a 20 horas en la sala 607 del Centro Cultural Kirchner, ubicado en Sarmiento 151 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Es una invitación abierta a reconocer la riqueza de nuestra identidad cultural y un recordatorio de la importancia de nutrir y celebrar la creatividad local.

El Cordobazo en blanco y negro

El Cordobazo en blanco y negro

A 54 años del levantamiento contra la dictadura de Onganía, se estrenó el documental «¡Quemenlos!», que recupera las crónicas televisivas de la época.

El 28 de mayo en la sala Argentina del Centro Cultural Nestor Kirchner tuvo lugar el estreno de ¡Quémenlos!, el proyecto más reciente del cineasta Adrian Jaime. El documental narra los hechos acontecidos en Córdoba, en 1969, cuando miles de estudiantes universitarios y trabajadores salieron a las calles para resistir a la dictadura de Juan Carlos Onganía: aquellas protestas quedaron en la historia como “El Cordobazo”. El documental fue realizado con videos originales de los canales de televisión que transmitieron lo ocurrido en las manifestaciones. Gracias a este intenso trabajo de archivo se pudieron ver las imágenes de la primera marcha silenciosa, los homenajes al estudiante y obrero Santiago Pampillón (asesinado por una bala policial), los violentos cruces y represiones que tuvieron lugar en el centro cordobés y en la Universidad de Córdoba. Las únicas voces narradoras que ofrece el documental son las de los propios conductores de televisión de esos años.

Lo que se hizo para el documental fue “un trabajo arqueológico”, según lo define el director, refiriéndose al tratamiento de sonidos e imágenes que se llevó a cabo. “Trabajamos con un volumen de materiales muy grande, de archivistas en Córdoba y en Buenos Aires. No fue una tarea sencilla porque hubo que seleccionar entre cientos de horas”, explica Jaime. Junto con Pablo Pérez Montiel, sonidista que participó en producciones musicales de Fito Paez y Cerati, fue recolectando el material sonoro para la elaboración de un documental histórico que busca transmitir un clima de época. La reconstrucción de voces fue realizada desde cero. Para varias de las imágenes reproducidas se utilizaron sonidos de marchas más recientes, como la del 28 de diciembre en el gobierno de Macri, por ejemplo.

“Yo lo que trato de trabajar son las imágenes visuales y sonoras. Cuando trabajás con una voz en off trabajás como en otro plano dentro de la narración. Yo lo que consideraba es que debía poder escucharse por sí misma la situación sin tener a un ´otro´ que narrara aquellas cosas que acontecieron”, explica Jaime sobre la elección de la estrategia narrativa. “A diferencia de otras veces retiramos la palabra y le dimos mayor autoridad y trabajo a la construcción de escenas e imágenes tanto visuales como sonoras”.

La recopilación de archivos sonoros comenzó en plena pandemia. El documental nació como un proyecto sobre los libros quemados en la última dictadura al que se dedican las primeras imágenes del documental.  Luego de ese inicio se transitan varios momentos clave que marcaron el principio del fin del gobierno de Onganía y que tienen como protagonistas a las juventudes militantes de la época, en su mayoría hombres trabajadores provenientes de las industrias automotrices. La participación de jóvenes adolescentes y mujeres tampoco fue un detalle menor, así como la aparición de figuras políticas relevantes como la de Agustín Tosco, líder sindical que se manifestó en contra del gobierno dictatorial y murió años más tarde en la clandestinidad.

Jaime agradeció el apoyo que recibió del Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales para realizar la película. También explicó las dificultades que presenta realizar este tipo de contenido, así como también la necesidad de una cinemateca y políticas públicas que protejan o equilibren la convivencia entre las grandes productoras multinacionales y las producciones nacionales. Actualmente los documentales se realizan con un 8% del presupuesto que tiene una película de ficción. Al trabajar con los porcentajes más bajos del presupuesto, aclaró el director, “siempre es un desafío para nosotros poder compatibilizar los deseos con la calidad”.

El documental podrá verse en el Cineclub Municipal Hugo del Carril de Córdoba, del 27 al 31 de mayo y en el Cine Municipal El Cairo de Rosario los fines de semana a partir del 27 de mayo.   

Made in Argentina

Made in Argentina

Más de 400 empresas nacionales se presentaron en la Exposición del Sello de Buen Diseño Argentino, donde se exhibieron desde ascensores hogareños que se instalan en 24 horas hasta simuladores que permiten practicar cómo extraer petróleo.

El primer ascensor que funciona por depresión de aire, cuyo tamaño y funcionalidad lo hacen parecerse más a un electrodoméstico ya que puede ser instalado en lugares donde un elevador convencional no entra, que además no necesita ni bajo ni sobre recorrido ya que va apoyado directamente al suelo del hogar y se conecta a la red eléctrica de cualquier casa, es decir que no necesita ni siquiera energía trifásica, es sólo uno de los cientos de productos nacionales que se presentaron en la Exposición del Sello de Buen Diseño Argentino, celebrada en el Centro Cultural Kirchner (CCK), todos ellos galardonados por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).

Además de Energía de Misiones (EMSA), la empresa fabricante del Elevador Panorámico Neumático recién descripto, también se encontraban en la feria compañías con muchos años en sus rubros como Ombú o Essen, y junto a ellas emprendimientos que trabajan a una escala de ventas y producción más reducida, como Bolsa Red o Blackñandú.

ANCCOM dialogó con representantes de varias de estas empresas. Por caso, Tasche, dedicada al ámbito textil. Su dueña y diseñadora, Yamila Insaurralde, la define como “un emprendedurismo” que trabaja mochilas, necesers, bolsos y billeteras que se caracterizan por tener muchos bolsillos pensados para cada objeto que se suele usar en la vida diaria, a esto le suman un puerto USB en todas sus mochilas, pensado para cargar dispositivos a lo largo del día. Insaurralde destaca que aparte de tener un compromiso con sus clientes, también lo tiene con el medio ambiente, puesto que trabaja con cuero curtido vegetal, cuyo proceso es menos nocivo.

En otro sector de la muestra, está Flor Dacal, diseñadora principal de Somos Dacal, empresa que tuvo una participación especial ya que colaboró con Ombú para que los encargados de la Expo utilicen las prendas confeccionadas por ellas. Somos Dacal, tal cual es su característica, recicló uniformes clásicos de Ombú y los personalizó para que cada uno de los integrantes del equipo de Sello de Buen Diseño lo luzca en la inauguración del evento. La unión entre Somos Dacal y Ombú, cuenta Dacal, se dio de manera sencilla. “Ombú, al igual que Dacal, a su escala más industrial y más grande, también se dedica a la sustentabilidad, al cero desperdicio, a tener condiciones responsables de trabajo”, afirmó. La diseñadora consideró que esta contribución entre estas dos marcas va en pos de “buscar una nueva forma de ver a la industria argentina, y principalmente nuestro rubro”. El principal objetivo es recuperar prendas y telas de la industria nacional que han quedado fuera del circuito comercial para darles una nueva funcionalidad, buscando así la eliminación del descarte y apoyar en la tarea contra la contaminación que genera la industria textil en el mundo.

Hellbot, como muchas otras, sólo trabaja con diseño y fabricación nacional y en la expo presentó Ecofila, un nuevo diseño del carretel para los hilos de impresión 3D. Lo innovador de este modelo es su funcionalidad y su poder de reutilización, ya que los carreteles convencionales hechos de plástico inyectado eran utilizados hasta que se terminara el hilo para la impresión, para luego quedar en desuso. Con Ecofila la finalidad es reducir esta cantidad de residuos que generan los carreteles comunes.

En el stand de Delta3, ANCCOM pudo probar el Telemando, un simulador visor 3D que se utiliza para la capacitación de personal en una base industrial. Con él, se puede observar toda la planta y los comandos a utilizar por medio de un simulador que, a su vez, puede generar distintas acciones similares a las de la planta real, desde extracción de petróleo hasta una emergencia por un accidente. La utilización de este Telemando tiene como objetivo preceder todo tipo de maniobra y así prevenir errores a lo largo del horario laboral.

Delta3, EMSA, Somos Dacal, Hellbot, Tasche, son sólo un puñado de las 400 empresas nacionales innovadoras y con responsabilidad ambiental que estuvieron en la exposición, botón de muestra de una industria argentina que, pese a las sucesivas crisis, sigue apostando a crear valor con ingenio y calidad.

“Soy estatal, mi trabajo son tus derechos”

“Soy estatal, mi trabajo son tus derechos”

Leandro N. Alem y Sarmiento. 11 de la mañana. Un grupo de 100 personas, rodeado por otras 200 que acompañan una lucha, una más de los trabajadores que deciden los pasos a seguir: “Su objetivo es desgastarnos, tenemos que contar con un elemento para forzar una conciliación obligatoria”, “nos están dando la peor parte del decreto”, “la pelea es adentro del edificio, nos tenemos que exponer”, “queremos luchar, pero no vamos a entrar a la fuerza”. En la puerta del Centro Cultural Kirchner (CCK), se escuchan diferentes voces, diversas posturas, pero todas con una misma conclusión: “A un trabajador no se le puede negar su lugar natural y ese lugar, en nuestro caso, es el CCK”, afirma Hernán Granovsky, delegado del Centro Cultural.

Por orden de las nuevas autoridades, el pasado sábado 2 enero 530 trabajadores del Centro Cultural Kirchner no pudieron acceder a sus puestos de trabajo porque su ingreso al edificio estaba prohibido. La medida ocurrió sin previo aviso, sin ninguna nota formal, sin ninguna resolución ni acto administrativo. La modalidad fue una lista que identificaba a quienes tenían restringido el acceso. “Al entrar al edificio, nos encontramos con una lista con nombre y apellido de aquellos que sí podían ingresar, en su mayoría gente de mantenimiento y recursos humanos, y de quienes no teníamos permitida la entrada”, cuentan dos trabajadoras del CCK, quienes prefirieron mantener en reserva su identidad por medio a mayores represalias. “Si bien sabemos que nuestro futuro pende de un hilo, pensamos que se iba a respetar el acuerdo al cual se llegó la semana pasada”, agregan.

El martes 29, después de tres semanas de cimbronazos permanentes, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) había llegado a un acuerdo con Hernán Lombardi, titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, bajo cuya esfera se encuentra ahora el CCK. Lombardi les había prometido su continuidad laboral durante los tres meses que se hiciera efectivo el Decreto 254/2015: “La semana anterior tuvimos una reunión con Lombardi, quien se comprometió por la continuidad laboral de los 530 trabajadores del CCK. Iba a hacer efectivo el decreto presidencial, no obstante garantizó durante los tres meses de revisión, la renovación de los contratos. Ayer los trabajadores se encontraron con las puertas cerradas”, sostiene Diego Martínez, dirigente de ATE. “Al ingresar al edificio, nos recibió una persona de Recursos Humanos que nos comunicó que nuestros contratos ya no eran reconocidos -explica  Hernán Granovsky-  y como solución nos dijeron que nos iban a evaluar para decidir nuestra continuidad o reubicación en el nuevo organigrama del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos”.

Los cambios con la nueva gestión

La mayoría de los trabajadores del CCK contaba con un contrato que finalizaba efectivamente el 31 de diciembre. Sin embargo, antes del 10 de ese mismo mes, se llegó a un nuevo acuerdo y se firmaron los nuevos contratos por un año más. De este modo, los trabajadores tenían asegurada su continuidad. No obstante, una serie de medidas modificaron el panorama.

La primera medida que tomó el gobierno de Mauricio Macri a través del decreto 254/2015 instruyó a ministros, secretarios y autoridades a revisar los procesos concursales y de selección de personal de los organismos descentralizados, así como empresas y sociedades del Estado. Como primera respuesta ante esta normativa, ATE llamó a un paro nacional  la semana pasada con el principal objetivo de impedir los despidos masivos. Lombardi garantizó la continuidad de los 530 trabajadores del CCK durante los tres meses que se hacía efectiva la revisión.

La segunda medida fue bajo la dirección de Gabriela Ricardes, flamante secretaria de Contenidos del Sistema Federal de Medios Públicos y parte del equipo de transición que se está haciendo cargo del CCK, quien no reconoció los nuevos contratos. A partir de ahí, los trabajadores ya no pudieron ingresar a su puesto de trabajo. “El sábado, primero, nos comunicaron que el CCK estaba cerrado porque iba a abrir únicamente de lunes a viernes. El lunes, nos encontramos con la decisión de no dejarnos ingresar al edificio. Nos comunicamos con el secretario de Ricardes, Diego Fernández, quien se excusó con el paro que realizamos para no reunirse con nosotros”, cuenta Marcelo “Nono” Frondizi, secretario de acción política de ATE Capital. “Recibidos por personal de Recursos Humanos, se nos informó que seríamos sometidos a entrevistas laborales sin estar en nuestros puestos de trabajo, de hecho, que nos retiremos a nuestras casas y que ellos se irían comunicando con cada uno de nosotros. Justificaron estar recolectando la información para ver cómo entraría en el nuevo organigrama del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, y que llegado el momento, ellos se comunicarían. Nos invitaron a llenar un formulario con los datos que ya fueron dados y que incluso se encuentran en nuestros legajos”, relatan los trabajadores en el comunicado subido a su perfil de Facebook “Trabajadores del Centro Cultural Kirchner”. Ante  esta medida, vino la segunda respuesta de los trabajadores: mantener un estado de asamblea permanente, acompañados por los sindicatos ATE Capital y UPCN Cultura, a la espera de una negociación con Lombardi o Ricardes.

Estado de asamblea permanente

Leandro N. Alem y Sarmiento. 12 del mediodia. 300 personas se reúnen en las escaleras del Centro Cultural Kirchner para exigir la reincorporación de los 530 trabajadores. Múltiples banderas de ATE, banderas con escritos – “Por el trabajo y la cultura pública”, “#TrabajadoresCCK”, “El CCK no se abre sin sus trabajadores. Renovación de los contratos” y cánticos contra Lombardi y en defensa de los derechos de los trabajadores ambientan la lucha. En este escenario se escucha la voz de “Nono” Frondizi: “Otro días más y las autoridades no nos atienden. Lo único que vale es la firmeza. Cada trabajador tiene que llevar el pan a su casa. Quieren un plan de ajuste para destruir lo que se logró durante estos doce años. No hay que tener miedo. Así lo demostró el conjunto del movimiento obrero. Somos peronistas y no nos vamos a rendir. Vamos a proteger el proyecto del CCK porque es el proyecto público que defendemos”.

La lucha continúa y los trabajadores convocan al público, artistas, trabajadores, organizaciones sociales y culturales, medios y a todos los que quieran acompañarlos, el próximo jueves 7 de enero a las 16, a encontrarse en la puerta del Centro Cultural Kirchner. La autoridades no responden, pero los cánticos no dejan de sonar mientras se despliega una bandera que corta un carril de la avenida: “Soy estatal, mi trabajo son tus derechos”. Son trabajadores y el CCK es la cultura pública.

 

“El muralista es un comunicador social”

“El muralista es un comunicador social”

Marcelo Carpita, autor y colaborador de más de cincuenta obras de arte urbano en distintas regiones del país, da a conocer su más reciente iniciativa: el 1º Congreso Nacional de Muralismo y Arte Público “Ricardo Carpani”, a realizarse el viernes 30, sábado 31 y domingo 1 de noviembre en el Centro Cultural Kirchner (CCK). El encuentro, cuenta, surgió de la necesidad de profundizar el debate sobre el rol del arte público y la ausencia de un marco legal que reivindique a los realizadores como trabajadores. El artista plástico dialogó con ANCCOM sobre el papel del muralismo en la vida política y social de la Argentina, definiéndolo como una disciplina de la comunicación social y en consecuencia de las Ciencias Sociales.

¿Cómo surge la idea de este Congreso?

Es una propuesta que surge de un foro que organizamos en el espacio político cultural al que pertenezco, Muralismo Argentino Contemporáneo (MAC), formado por diferentes grupos independientes comprometidos con llevar a cabo un proyecto nacional que empezó a tener un poco más de cuerpo con este gobierno. A partir de la propuesta de formar el MAC, empezamos a reunirnos y organizar un foro en el Centro Cultural de la Cooperación en 2013. Tenía como objetivo empezar a debatir sobre el rol del creador del arte público, del muralista que participa de muchos proyectos de desarrollo social, proyectos culturales y educativos, pero no está contenido dentro de un marco legal o institucional que nos considere como trabajadores. Siempre pasa como una cuestión de voluntarismo, de militancia y no como un trabajo específico. A partir de ahí, los participantes propusieron que esta discusión se debía dar en un marco mucho más participativo y  salió la primera idea del Congreso. Pero no se hizo, seguimos trabajando, haciendo nuestras actividades como siempre. Hasta que este año tuvimos una entrevista con la ministra de Cultura de la Nación, Teresa Parodi, y salió de nuevo la idea del Congreso, como una actividad de corto plazo en el CCK. Con el tiempo queremos lograr que se incluya al muralismo dentro de lo que son las políticas culturales,.

¿Cuáles es el objetivo del encuentro?

El principal objetivo es hacer visible nuestra actividad, que la gente se entere que el muralista en sí, aparte de ser una persona que se dedica vocacionalmente a pintar una pared, a embellecer, es un comunicador social. El muralismo pasa de ser una producción estética por encargo a una disciplina de la comunicación social o de las Ciencias Sociales. Porque, a partir de esa actividad concreta, se desarrollan muchas actividades colaterales que hacen que el objetivo final no sea en sí el muralismo sino la organización popular, la reconstrucción del tejido social, la capacitación laboral, la integración de personas con diferentes tipos de capacidades, la inclusión social de chicos o de personas que están en grados de marginalidad. Es decir, hay muchas cuestiones que no son necesariamente las de la pintura mural. Sin embargo, ese muralista no cobra por ese trabajo, no tiene un seguro social, no tiene una participación como docente.

¿Quiénes participarán y qué actividades se desarrollarán?

Del Congreso van a participar casi 300 muralistas de todo el país, habrá paneles que desarrollarán ejes temáticos: muralismo y trabajo, muralismo y educación, la función social del muralismo, muralismo y militancia política. También habrá disertaciones de especialistas que no necesariamente son muralistas, como Fernando Buen Abad Domínguez, filósofo mexicano, un doctor en Comunicación muy comprometido con los derechos humanos. Estuvo trabajando en la conformación de contenidos de Telesur. Posiblemente estará el cineasta Tristán Bauer y también Carlos Carpintero que es un diseñador y comunicador a partir de la imagen que es muy importante. El Congreso será en homenaje a Ricardo Carpani, quién es nuestro paradigma de artista y militante. Habrá paneles, disertaciones, talleres participativos. La idea es que se elaboren documentos generales para dárselos a la ministra en forma de manifiesto. Habrá también proyecciones de documentales, va a estar Discursos Murales, que es una producción audiovisual que hicimos junto con la Universidad Tres de Febrero. Yo fui el productor artístico, donde se toman diferentes discursos de líderes latinoamericanos y a la par se va haciendo un mural por diferentes muralistas. También se proyectarán Los próximos pasados, que es una película que hizo Lorena Muñoz sobre el mural de David Alfaro Siqueiros que está en el Museo del Bicentenario y la película Carpani, vida y obra.

¿Dónde ubicaría al muralismo dentro de la esfera artística? ¿Y qué relación tiene con la esfera política?

El muralismo es parte del arte público. El arte público lo contiene, porque también incluye a una obra de arte callejera o una murga, a una acción urbana, a una performance. Es un hecho estético, cultural, al que la gente le da múltiples sentidos y hasta lo puede resignificar para incorporarlo a su vida cotidiana. El arte público es político, entendiendo que la política es lo que me relaciona con el otro. En la comunidad, lo que cohesiona, es el hecho político, entonces este arte también lo es. Ahora que uno lo ligue o no a un hecho partidario es una cuestión de coyuntura y de elección del muralista.

¿Cree que el muralismo argentino tiene una tradición propia?

Nosotros tenemos una tradición heredada de otras culturas que son hermanas, no tenemos tradición muralística. No somos un territorio cultural en donde tengamos grandes pirámides o edificios precolombinos llenos de murales. La tradición es contemporánea, se podría decir decimonónica. Nosotros tomamos el muralismo de la Revolución Mexicana como un puntapié o como un punto bisagra para empezar a discutir la función social y política del muralismo. Anterior a eso, había algunas expresiones más ligadas al realismo social, decorativos, con un anecdotario de la Revolución Industrial o ligado a diferentes aspectos de lo que fue la Revolución Rusa, pero nada más.

¿Y cuál es la función social del muralismo?

La de comunicar. Para mí está dentro de las materias humanísticas y de ciencias de la comunicación. Es un reto la comunicación por imágenes, estamos compitiendo con la publicidad. Creo que el muralismo es una de las alternativas pedagógicas que tenemos para generar otro tipo de discurso, otro tipo de diálogo con las imágenes en la vía pública.

¿Existe una política pública que fomente al muralismo como una expresión artística?

Hay pequeños intentos aislados, pero no una política pública. Ese vendría a ser uno de los objetivos del Congreso. Lo que estamos tratando de hacer es que el Estado se haga cargo del desarrollo de planes educativos, de planes culturales o del trabajo del muralista. Pero el Estado nunca lo asumió como algo organizado, siempre fueron expresiones individuales. Queremos lograr que desde el Estado se asuma la importancia de las actividades del  trabajador muralista dentro de ciertos tipos de políticas culturales. Si lo asumió desde el cine, desde la música, desde la danza, también lo puede asumir desde el muralismo.

Carpita, muralista. Ciudad de Buenos Aires, 13 de octubre de 2015. FOTOS ROCÍO GARCÍA/ANCCOM

«Tenía como objetivo empezar a debatir sobre el rol del creador del arte público, del muralista que participa de muchos proyectos de desarrollo social, proyectos culturales y educativos, pero no está contenido dentro de un marco legal o institucional que nos considere como trabajadores», relata Carpita.

 

¿Hay alguna política pública de conservación y protección de los murales existentes?

Lo que hay son políticas sobre la restauración patrimonial, no de preservación y conservación, es uno de los temas que se tocarán en el Congreso. Existen muchísimos murales históricos que se están deteriorando y no hay una política centralizada sobre eso. ¿Por qué llegar al punto de la restauración? Hoy la gente que está en esa materia habla de conservación, de preservación y no de restauración. Y cada vez hay más murales hechos y grandes inquietudes por saber cómo se mantienen, cómo se preserva y si se necesita de una escuela para eso. Gente de conservación patrimonial dice que ahora hay nuevas técnicas, nuevos abordajes estéticos y no hay una actualización hacia los conservadores. El conservador sigue trabajando con herramientas viejas, con edificios viejos, con técnicas viejas y no cuenta con nuevas tecnologías, con acrílicos, polímeros, aerosoles. Ya hay obras muy importantes hechas así. De esto también tiene que hacerse cargo el Estado. Cuando hablo de Estado, habla de una comunidad organizada, no quiere decir que el Estado tiene que hacerse cargo de todo. Porque cuando ponemos eso frente a las empresas sabemos  que pasa: restauran lo que a ellos les importa; lo demás se deteriora. La gente le da importancia a cierto tipo de obra y por ahí no es necesariamente estéticamente bella, pero tiene mucho significado, como podría llegar a ser el mural de un nene que murió en un accidente o un pibe víctima de gatillo fácil. Tal vez ese mural es mucho más importante para la comunidad que un mural al estilo mexicanista; eso también necesita preservación. El Estado debería empezar a pensar en un instituto de muralismo que pueda nuclear todas esas problemáticas.

¿Cuáles son los espacios en donde se enseña muralismo en la Argentina?

Tuvo unos primeros inicios en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Nación Ernesto de la Cárcova, con un taller de oficios, donde se enseñaba el desarrollo de algunas técnicas. Se le daba un encuadre pseudo socia. Más que nada se practicaba la técnica en pequeños murales. Pero el abordaje en un territorio para poder colaborar y participar de un desarrollo social y educacional no estaba dado. Poco a poco, esos talleres se transformaron en un poquito más participativos. Algunos se transformaron en carreras y después los fueron cerrando cuando los diferentes gobiernos, golpes y dictaduras vieron la capacidad organizativa que tiene el taller de mural. Recién en esta etapa democrática, a partir del 83, se volvió a trabajar sobre la idea de los talleres de formación. Uno de los primeros fue el de la Escuela de Bellas Artes ‘Manuel Belgrano, que se creó en 1990. La realización de mural está incluida también en las currículas de Educación Inicial y Primaria, lo que no tienen son profesores capacitados. Uno de los problemas que estamos abordando es que el muralismo cada vez se complejiza más como para poder realizarlo como cualquier actividad porque, previamente, se necesita ver cómo se aborda la problemática espacial. Hay muchísimas cosas que un profesor común de Plástica no sabe; piensa que solamente pintando en la pared con chicos es suficiente. Es necesario trabajar con ciertos elementos didácticos y metodológicos, como para poder ayudar a la dimensionalización de la imagen, del traspaso de lo chiquito a lo grande, al poder estructurar el campo compositivo. Hay muchas cosas que no saben y eso lo tienen que estudiar.

¿Qué es lo que busca expresar en sus murales?

Es como una especie de promedio entre lo que yo quiero contar, lo que necesito contar y  la forma en que lo cuento. No me ato a una sola forma de realización, estoy muy atento a las nuevas imágenes, a cómo se involucra la gráfica o cómo se involucran los diferentes aspectos de la comunicación a través de la imagen. Puedo decir que lo que busco no es expresar, sino tratar de interpretar ciertas características del momento en el que vivo. No soy muy retardatario, como para que me digan “te quedaste en el 45”, ni muy novedoso como para decir: “Lo que hacés no se entiende nada”. Me dirijo a un sujeto común, no está dirigido a públicos eruditos ni a amantes del street art, ni de la galería. Es para la gente común y en ese promedio está el no subestimar el gusto ni el nivel de complejidad de lo que es la comunicación a través de la imagen. No les estoy vendiendo productos ya fagocitados, ya deglutidos, trato de incentivarlos a que partan a través de la mancha, a través de una figura que está sugerida y que al mismo tiempo, todo junto va describiendo algo.