Ventas en picada

Ventas en picada

El cambio de gobierno en diciembre de 2015 y la consecuente modificación de la política económica han profundizado el proceso recesivo durante todo este año, según las estimaciones de la mayoría de las consultoras privadas, del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Este fenómeno influye directamente en los comercios minoristas, que sufren la crisis económica, los aumentos en las tarifas y la creciente inflación. En los distritos de Moreno y Merlo, ubicados en el segundo cordón del conurbano bonaerense, estas problemáticas impactan de lleno en los negocios de distintos rubros y se traducen principalmente en una fuerte caída de las ventas. ANCCOM relevó la zona y recogió testimonios de primera mano de los efectos del ajuste.

Una recesión es la categoría técnica que se traduce en la disminución de la actividad económica a través de la baja en el Producto Bruto Interno (PBI) de un país durante un periodo determinado. «Los datos de la realidad son muy contundentes, más allá de las posiciones ideológicas que uno tenga», señaló Esteban Sánchez, licenciado en Economía Política e integrante del Departamento de Economía y Administración de la Universidad Nacional de Moreno. En el mismo sentido, subrayó que, con las medidas económicas que tomó la gestión del presidente Mauricio Macri, la profundización de la recesión es una consecuencia lógica. Así también lo ven el FMI y la CEPAL, que estiman una caída del 1,8% del PBI para este año.

Pero, ¿cómo afecta este retroceso de la economía a los comercios minoristas de la zona oeste del conurbano? El economista Esteban Sánchez participó de la multisectorial de Moreno que pidió, mediante medida cautelar, la suspensión del tarifazo en los servicios de luz y gas. Allí tuvo la oportunidad de conocer la problemática de los comerciantes. «A partir del aumento de tarifas hay menos ingresos para la compra y los niveles de inflación hacen caer el poder adquisitivo, por lo que la demanda disminuye», explicó Sánchez.

«Las ventas bajaron un montón, un 60% o 70% comparado con el año pasado», afirmó Andrea Ayala, encargada de Play Maxikiosco, ubicado en la intersección de las calles Martínez Melo y Av. Piovano, frente a la estación de trenes de Moreno. Además, agregó que, si el año que viene no mejoraba la situación, el dueño podría cerrar el kiosco. Porcentajes más bajos, pero no menos preocupantes, se obtuvieron en otros rubros. «Este año las ventas bajaron un 40%”, señaló Guillermo Saavedra, dueño de la ferretería EbenEzer de Merlo Norte.

Yael Agüero, empleada de un local de Movistar que se encuentra sobre la Av. Libertador de la ciudad de Moreno, contó en qué medida las ventas disminuyeron: «Por ejemplo, en octubre del año pasado, se hicieron casi 600 ventas y ahora no llegamos a las 200». Así mismo, Franco Trangoni, empleado y yerno del dueño de Ciervo Sport, un local de indumentaria masculina con cuarenta años en Paso del Rey, explicó que el consumo de ropa bajó profundamente: «Ya casi la gente no compra ni carne, así que no pretendamos que compren una remera de primera marca que vale 700 pesos».

“Ha caído la venta un 30% a comparación del año pasado. Bajó la relojería y se venden más artículos de joyería y platería, que son más económicos”, explicó Damián Ezequiel Palazzo, dueño de la joyería y relojería Horeb, local ubicado sobre la avenida principal de Merlo. “Las ventas bajaron un poco, pero trabajamos más horas para compensar”, declaró Juan Carlos Arriaga, dueño de la pescadería “Santa Ana”, quien dijo acomodarse a la situación con ofertas aunque haya menos ganancias.

Los comerciantes aprovecharon las fechas festivas para remediar las pérdidas. Sin embargo, no consiguieron los resultados que se esperaban. «El peor mes de este año fue mayo y ahora octubre está igual o peor que mayo. El Día de la Madre pasó sin pena ni gloria por el local», lamentó Silvia Queiruga, dueña de la Óptica Paso del Rey. Según publicó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas por el Día de la Madre no tuvieron su mejor año en 2016 y las cantidades vendidas por los negocios minoristas cayeron 4,8% frente a la misma fecha del 2015. Este año se eligieron obsequios discretos, lo que le dio más relevancia a rubros de menor magnitud como flores y plantas, bijouterie o regalerías.

«En el caso de municipios como Moreno o Merlo, que son Estados locales con una problemática social importante y bajos niveles de empleo, la recesión repercute aún más y las familias no tienen mucho margen para consumir más allá de sus necesidades básicas», explicó el economista Esteban Sánchez. «Las ventas durante este año bajaron un poco. Nosotros somos un supermercado que nos dedicamos básicamente a la comida, y la gente se volcó a la compra de alimentos y bebidas», relató Guillermo Fernández, gerente de El Tío de Paso del Rey, una cadena de supermercados que tiene también sucursales en Merlo y Moreno. Además, agregó que las ventas cayeron alrededor de un 7% con respecto al año pasado.

Frente a esta crisis, los comerciantes tienen que recurrir a distintas estrategias para poder aumentar sus ventas. «Estamos implementando doce pagos sin interés todos los días, además del plan de 12 cuotas del gobierno», comentó Alejandro Candellon, gerente de Casa del Audio de Merlo, tienda de electrodomésticos que cuenta con quince sucursales en diferentes partes de la zona oeste de la provincia y Capital Federal. «Tratamos de ajustar el margen de ganancia lo máximo posible, mucho no se puede porque los impuestos son altos», contó Manuel Nieva, dueño de un maxikiosco ubicado en el centro de Moreno, quien también agregó que cuidan que no falte ningún producto. «La idea es que si entran diez clientes, tenemos que venderle a once», enfatizó.

«Para aumentar las ventas bajamos los precios, pusimos promociones y colocamos en el local torres de ofertas», declaró Alejandra Roldán, encargada de Star Deportes, local de calzado e indumentaria deportiva, ubicado frente a la plaza de la estación de trenes de Paso del Rey. Las torres de ofertas son cajas apiladas ubicadas en el centro del salón que se utilizan para exponer zapatillas más baratas que el resto. Según las declaraciones de la encargada, le da otra imagen al local, ya que brinda un aspecto de zapatería común y no de calzado de primera marca.

«Si no se toman medidas para el consumo, esto va a seguir igual. Porque es como que a un árbol seco le quieras sacar frutos. Si al árbol no lo cuidás para que se recupere, no vas a tener frutos. No existen los milagros para lo que es el comercio», concluyó Fernando Cáceres, empleado en una zapatería femenina de Moreno, con respecto a sus expectativas para fin de año y el 2017. «No hay ningún futuro, si no cambia todo esto nos vamos a la lona. Cumplí 76 años y hace 50 años que tengo la pescadería. Nunca viví una crisis similar a ésta», declaró un tanto enojada Carmen Delso, dueña de la pescadería El Calamar ubicada en Merlo.

Si bien las estimaciones realizadas por el FMI para este año son más pesimistas que en el mes de abril (cuando había pronosticado una caída del 1% del PBI), el organismo internacional prevé un crecimiento del 2,7% para el año 2017. En su informe Perspectivas Económicas Mundiales, presentado a principios de octubre, el Fondo sostuvo que el crecimiento vendrá dado «gracias a la moderación de la inflación y la adopción de una postura monetaria y fiscal más propicia». La estimación es más cautelosa que la que tiene el Gobierno Nacional en el proyecto del presupuesto 2017, donde se prevé un crecimiento del 3,5%.

En contraposición a estas posturas, el economista Esteban Sánchez declaró que el crecimiento es un dato, no habla de la distribución de la riqueza ni de los niveles de empleo. «El proceso de endeudamiento externo que se está desarrollando actualmente crea veranitos económicos y ficciones de consumo, es decir, te da la posibilidad de patear para adelante los efectos de una política neoliberal», subrayó.

La situación económica afectó de distintas maneras a los argentinos. Desde los aumentos de tarifas, pasando por la incesante inflación y, en muchos casos, llegar a casa y contarle a la familia que se quedaron sin trabajo. En la zona oeste del conurbano, el proceso recesivo impactó directamente en las ventas de los comercios minoristas. El mes de diciembre y el comienzo de un nuevo año son las últimas esperanzas que tienen los pequeños negocios para remontar un año que se transformó para más de uno en un dolor de cabeza.

 

Actualizado 06/12/2016

La noche de las librerías

La noche de las librerías

La caída de ventas de libros es un hecho. La creciente recesión económica penetra en cada actividad, a lo largo de todo el país, y las librerías no son la excepción. Según los datos informados por la Cámara Argentina del Libro (CAL) el desplome  en el sector editorial es del 22 por ciento durante el primer semestre de 2016, respecto al mismo período de 2015. ANCCOM recolectó testimonios de distintas personas vinculadas al mundo del libro para ilustrar la situación.

 En el segundo semestre la caída de ventas viene en picada; peor que en los primeros seis meses de este 2016”, diagnostica  Pablo Pazos, librero de la reconocida librería Arcadia (Marcelo T. de Alvear 1548), cuando se le consulta si percibe una caída en las ventas de libros. “¿Es una broma? Sí hay caída. Se debe al aumento de precios y a la recesión.  Además que en el presente los libros aumentaron en lo que va del año más del 60 por ciento producto, sobre todo, del aumento del papel, los costos se fueron al diablo y las imprentas también.”

Librería De La Mancha. Av Corrientes 1888

Según los datos informados por la Cámara Argentina del Libro el desplome en el sector editorial es del 22 por ciento durante el primer semestre de 2016, respecto al mismo período de 2015.

Pazos agrega otro dato preocupante.”No hablemos, además, de lo que son las ventas institucionales. El Ministerio de Educación paró de comprar, dijeron que iban a comprar textos, pero no sé cuándo porque el año termina ahora. ¿Qué textos van a comprar si quedan dos meses de clases? Eso para muchos editoriales era significativo”.

En tanto Andrés, de la librería Clásica y Moderna, ubicada en Callao y Paraguay, como David, de Adán Buenosayres, en Corrientes y Montevideo,  coinciden con Pazos. La caída de ventas en este segundo semestre es más significativa que en el anterior.  En palabras del propio Andrés: “Hay mucha menos gente que entra a la librería, mucha gente que consulta el precio y se va. Creo que tiene que ver con que subieron subieron los precios y que a la gente la plata cada vez le alcanza menos. El tema del aumento en los servicios y todas esas cosas genera como una especie de pánico atroz”.

 La postura del librero de Adán Buenosayres sigue la misma línea: “La caída de venta en librerías se debe a que la canasta de consumo cambió ostensiblemente a partir de la inflación que afecta sobre todo a lo que uno consume. No podés dejar de comprar comida. ¿Podés dejar de comprar un libro? Sí. ¿Podés dejar de comprar pilcha? Y sí. Vas a usar la misma ropa que el año pasado, yo hace dos años que no me compro zapatos, los mando a arreglar. No hay otra explicación que no sea la de que esta caída en las ventas es una causa más de la recesión general.

Librería Clásica y Moderna. Av Callao 892.

“La caída de venta en librerías se debe a que la canasta de consumo cambió ostensiblemente a partir de la inflación que afecta sobre todo a lo que uno consume.», comenta el librero de Clásica y Moderna.

 Esa librería en particular está en medio del proceso de convertirse en una cooperativa. “Bueno, acá los costos  han aumentado mucho, pagábamos 4.000 pesos de expensas y ahora pagamos 12.000. Nosotros transformamos toda la iluminación de la librería en bajo consumo y led, entonces bajamos el consumo a la mitad, pero igual la factura de luz es casi el triple de lo que pagábamos el año pasado. De 700 pesos por bimestre, ahora abonamos entre 900 y 1.000 por mes”, ejemplifica David.

 Desde Cúspide  también coincidieron en el diagnóstico, a pesar de los titubeos para dar testimonio y luego de preguntarse entre los empleados si no había problema con hablar de ese tema, ya que la cadena de librerías pertenece al Grupo Clarín. En palabras de uno de los encargados de una sucursal céntrica,  “hay una caída de ventas del número de libros. Yo creo que, por un lado, se debe a que como muchas cosas han aumentado los libros no están exentos, y no es un artículo de primera necesidad. Más necesario es comer y vestirse. El aumento general de precios genera una psicosis y la gente larga lo primero que es suntuoso”.

 Otro punto en que todos los libreros entrevistados coincidieron fue que la digitalización del libro y su lectura en formatos digitales no impactan en la caída en las ventas. El pronóstico para los meses venideros no es para nada alentador, ya que la recesión sigue su camino.  Y para colmo de males a los libreros todavía les resta enfrentar el peor período de ventas que son los meses de enero y febrero. Si durante el año no se hizo un buen colchón de dinero como para equiparar esa temporada históricamente de poco movimiento, la situación se vuelve aún más aguda. Con todo esto no queda otra que buscar nuevas opciones de ventas (ya son muchos los libreros que se dedican a la venta por internet) como la de David y su mesa de ofertas para atraer clientela “Tenemos que buscar alternativas, como por ejemplo esa, la de tener una mesa con libros a diez y veinte pesos, que hoy representa algunos días el 20 por ciento de las ventas de todo el local”, remata.

Librería Adan. Av Corrientes 1671

«El pronóstico para los meses venideros no es para nada alentador, ya que la recesión sigue su camino».

 

Actualizado 22/11/2016