«No soy enemigo de los ricos, soy amigo de los pobres»

«No soy enemigo de los ricos, soy amigo de los pobres»

Morales aseguró que no será candidato en los próximos comicios pero reivindicó su derecho a hacer política.

“Estoy convencido de que vamos a ganar nuevamente las elecciones nacionales y vamos a recuperar democráticamente el poder de los pueblos indígenas en Bolivia”, subrayó esta mañana el presidente boliviano derrocado Evo Morales en una conferencia de prensa que brindó en el Centro Cultural de la Cooperación. “Lo que quiero –completó- es que hayan elecciones libres, sanas y transparentes, pero para eso no pueden haber perseguidos políticos, ni detenidos políticos”. El líder aseguró, además, que no será candidato en los próximos comicios pero reivindicó su derecho a hacer política.

Morales, que llegó a la Argentina la semana pasada en calidad de refugiado, agradeció a los argentinos por darle albergue y permitirle estar cerca de su pueblo.  Además, contó que el domingo se reunió con el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner, quienes le dieron algunas recomendaciones.  “Entiendo mi responsabilidad como refugiado y cumpliré con lo que dicen las normas”, señaló.

El líder boliviano se preguntó “¿Hasta cuándo nos van a gobernar los de arriba y de afuera? No estamos en la época de la colonia para que ellos decidan al presidente”. Y enseguida exclamó: “¡Otro mundo, sin el FMI, es posible! El delito de nosotros fue recuperar nuestros recursos naturales. Nacionalizamos la energía y el agua, que antes estaban privatizados”.

«Vamos a ganar y vamos a recuperar democráticamente el poder de los pueblos indígenas”, dijo Morales.

Morales acusó a la Organización de Estados Americano de ser golpista y lamentó que ni la Policía ni las Fuerzas Armadas de su país lo advirtieron del golpe de Estado que se estaba incubando. Dijo que hubo personas que se lo advirtieron pero que admitió que se confió y descreyó de los rumores.

Recordó que llegó a la presidencia “con lucha sindical, pensando en la Patria pero no en la plata” y advirtió: “No soy enemigo de los ricos, soy amigo de los pobres”. Subrayó que para que la paz llegue a Bolivia es necesaria la justicia social. “Estoy convencido –manifestó- que el derecho a la vida es más importante que cualquier otro. En nuestro gobierno no hubo ningún muerto por bala y en este ya son 36”.

El golpe de Estado de Bolivia se traslada a su Embajada en la Argentina

El golpe de Estado de Bolivia se traslada a su Embajada en la Argentina

Una guardia policial en la puerta de la Embajada impide el acceso a cualquier boliviano. 

“Vamos a cuestionar el cordón policial que hay afuera de la Embajada. Nosotros necesitamos que ustedes puedan ingresar ya que es un derecho de todos los bolivianos”, dice Vladimir, uno de los seis huelguistas de hambre, en el video que se difundió en redes sociales y muestra cuál es la situación en el interior de la sede diplomática de Bolivia en Buenos Aires.  “Estamos encerrados”, continua Vladimir mientras gira la cámara del celular y enfoca la cerradura de la puerta. Sus compañeros la intentan abrir pero es imposible. 

El conflicto comenzó cuando el lunes pasado se presentaron en la Embajada representantes de la Cancillería de Bolivia del gobierno de la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez. Entre ellos Julio Alvarado, quien fue nombrado Ministro Consejero, y Guido González Paz, nombrado Cónsul Adjunto. Frente a la instalación de estos representantes de facto, que no cuentan con las acreditaciones necesarias que marca la normativa, se presentaron en la Embajada integrantes de la comunidad boliviana que cuestionaron la presencia de golpistas en su territorio soberano. Hubo varias reuniones hasta que finalmente seis bolivianos residentes en Argentina decidieron quedarse dentro del edificio realizando una huelga de hambre. A partir de ese momento, se montó un cordón policial en la puerta que impide el acceso a cualquier boliviano. 

Este martes, los huelguistas cumplieron sus primeras 24 horas apostados dentro de la Embajada ubicada en la avenida Corrientes al 545. En la vereda hay una vigilia pacífica de organizaciones sociales como la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y el Movimiento Evita y La Dignidad. Tienen prohibido el ingreso al edificio por cuatro policías de la Ciudad de Buenos Aires. Pero eso no les impide cantar ,“Evo no está solo carajo” ni colocar en la fachada del edificio la wiphala, ni pegar carteles con consignas como “el pueblo originario muere de hambre, no a la dictadura”.

“No somos de bajar los brazos rápido. Necesitamos ver hoy sí o sí a esta gente, sino radicaremos una denuncia por retención indebida de personas. Acá en la Argentina hay un Estado de facto: la Embajada de Bolivia. Se trasladó el golpe acá”, explicaba a primera hora de la tarde Pablo Pimentel,  titular de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza (APDH-La Matanza).

“Los maltratan. No los dejan ingresar al baño. Tampoco a nosotros nos dejan entrar a ver, ni acercarnos. Ese es el miedo que tenemos. No sabemos en qué va a terminar. Ahora no tenemos novedades. Llamamos y no contestan. Sabemos que allá en Bolivia les quitan los celulares para dejarlos incomunicados. Estamos viviendo lo mismo de allá acá”, contó a ANCCOM María Blanco, integrante de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia, Bartolina Sisa.

Seis bolivianos se declararon en huelga de hambre dentro de la Embajada y afuera un grupo de manifestantes demuestra su solidaridad con ellos y con Evo Morales.

Además de representantes de las organizaciones sociales, la vigilia está integrada por bolivianos autoconvocados, como el caso de una periodista que no puede regresar a su país: “Salieron mis fotos en todas las redes sociales bolivianas buscándome por terrorismo y sedición. Me acusaron de haber quemado casas, por eso me vine a la Argentina. Allá hay un notorio silenciamiento de los medios de comunicación”.

Recién a las 17, se les permitió el ingreso a Pablo Pimentel y Fernanda Pereyra, abogada y militante de Quebracho, para tener una reunión con los funcionarios y poder ver a los huelguistas.

“Estamos pidiendo que salgan. Ahora si se resisten también vamos a respetar su decisión. Pero les pedimos que salgan ahora sanos y salvos con los abogados. No sabemos en el camino qué les puede pasar cuando no hay nadie que los acompañe. Porque confianza en la policía no tenemos”, explicó Maribel Guayguasi, secretaria ejecutiva de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia, Bartolina Sisa.

La reunión se extendió más de lo esperado. Innumerables llamadas y mensajes de WhatsApp entre el adentro y el afuera no bastaban para ponerse de acuerdo. Con el paso de las horas las mujeres que sostenían la bandera boliviana se fueron sentando en el único banco de la vereda. Después les siguieron algunos hombres sentándose en el cordón. La mayoría estaba ahí desde las 8 de la mañana y el cansancio se notaba en las caras.

“Evo no está solo carajo”, gritaban afuera del edificio los manifestantes.

Finalmente, pasadas las 21, salieron Pablo Pimentel, Fernanda Pereyra y tres de los huelguistas, dos hombres y una mujer, quien entre lágrimas declaró: “No es grato para nosotros como bolivianos no tener confianza en nuestro país. Hay tantas mentiras infundadas… luchamos por nuestros derechos. Tenemos miedo y eso es lo que más me duele. Pero hermanos, nosotros aquí en la Argentina estamos en un país guerrero, de lucha. Agradezco a los que la pelearon por entrar y ver cómo estamos adentro.”

Como resultado de la reunión se labró un acta en la que los huelguistas obtuvieron garantías de seguridad y reafirmaron la decisión de no aceptar a personas que no estén acreditadas legalmente por la cancillería. Por su parte, Pimentel se comprometió a realizar una presentación judicial.

 “No naturalicemos lo que está pasando en la región y digamos un fuerte ‘nunca más’ a ningún golpe de Estado en ninguna parte del mundo y menos a la Patria Grande. Luchemos para que haya una verdadera democracia”, concluyó Pimentel. 

Por el momento, en Argentina también sigue la resistencia.

Al Gobierno porteño no le gustan las wiphalas

Al Gobierno porteño no le gustan las wiphalas

Funcionarios porteños de Espacios Públicos le pusieron candado al mástil para evitar que los vecinos icen una wiphala.

En sus cinco kilómetros de extensión, el Parque Avellaneda, es el segundo pulmón verde de la Ciudad de Buenos Aires. Históricamente, es un espacio recuperado por los vecinos, después de batallas burocráticas reiteradas, que se materializaron en el terreno, con escombros, basura y pastizales.

Hoy, veinte años después, se convirtió en un sitio donde se tejen redes. “Todo lo que pasa en el barrio, pasa en el Parque”, nos cuenta Carlos, de la Cooperadora de la Escuela Fragata, Junto a Marina, cuentan cómo surgió esta idea de apoyar a la comunidad boliviana.

“Nos parece muy importante acompañar a vecinas y vecinos, a la gente con la que compartimos la vida cotidiana, porque sabemos que están tremendamente devastados, con todo lo que les está pasando, que no saben de su familia, de sus hermanos, de sus padres. Teníamos que hacer algo con lo que estaba pasando. Si bien, la idea original era hacer algo chiquito, para nuestra comunidad escolar, se viralizó por las redes y la convocatoria nos excedió”.

Con música de fondo, a través de un micrófono, los organizadores invitaban a los visitantes del Parque a pintar las Wiphalas. A modo de ropa tendida en un cordel, de árbol a árbol, se las iba disponiendo para secar. Las familias y grupos de amigos, desparramados en el pasto, muchos descalzos, cortaban el calor pesado de la tarde. Concentrados en el orden cromático y los bordes de los cuadrados de la Wiphala, le iban poniendo color al domingo.

Alex Igñíguez Apaza, contó que en ese lugar del Parque se celebra la Wak’ a, que es la memoria de los pueblos, una especie de resistencia a las identidades que permite contagiar la idea a otros.

La tranquilidad de la tarde se esfumó, cuando Ruth Apaza tomó el micrófono y comenzó a contar, llorando, lo que su pueblo estaba viviendo. De repente esa mujer de pollera, que desfila por las cadenas de whatsapp, documentó desesperadamente lo que desde hace 500 años soporta su pueblo. Fue un viaje en el tiempo.

«Jeanine Áñez odia a los indios, odia a la gente indígena y a la pollera, que es nuestro patrimonio cultural», dice Apaza.

Ruth Apaza, se acercó y se presentó: “Soy de La Paz, tengo 34 años, vivo en Argentina hace 15. Vine de allá por el octubre negro en 2003. Me escapé de un golpe de Estado en Bolivia, una masacre. Ahora, no sé qué hacer, me duele el corazón, tengo familia allá, tengo hermanos. Dejé mi patria. Esto es un golpe de Estado. Estamos hablando constantemente con mis hermanos. Los amenazaron si salen a apoyar a los de La Paz. Están amenazados y no pueden publicar nada por Facebook. Me puedo comunicar por medio del whatsapp, pero mi hermano no puede hablar mucho, me cuenta cosas y las borra. Si habla, lo agarran”.

Apaza continúa su relato: “Me siento bien triste por mi Patria. Esto no es por un color o por un partido. Nosotros somos bolivianos, todos somos bolivianos… “Ver a los hermanos de Cochabamba, ver cómo los están matando… Quiero dar gracias a los hermanos argentinos, que nos están apoyando acá, que nos están escuchando. Esta presidenta que asumió a mí no me representa, es una mujer que se auto nombró, pero a ella nadie la reconoce. Yo quiero ir para allá, a luchar con ellos, pero no puedo. Y a ellos no los dejan venir para acá, no hay transporte, cerraron la frontera, no se puede ni entrar, ni salir. No tienen agua, les cortaron la luz. Mis hermanos están pasando hambre. Todo esto nos vamos enterando por las redes”.

-¿Por qué crees que es la persecución, sobre todo la de las mujeres con pollera?

Porque esta mujer que entró (Jeanine Áñez, la presidenta autoproclamada), odia a los indios, odia a la gente indígena y la pollera es nuestro patrimonio, el de nuestros abuelos y tatarabuelos. Es una tradición que tenemos las mujeres bolivianas, somos de pollera, la mayoría. Cada lugar tiene su pollera. Cochabamba tiene su pollera, La Paz la suya, Santa Cruz, Tarija… todos tienen sus polleras. Es por eso que este Camacho, nos hizo matar con sicarios, hizo golpear a mujeres de pollera, porque nosotros somos cultura, somos identidad y esa pollera no nos la vamos a sacar. Yo soy de pollera, mi mamá es de pollera y no puedo matar esa cultura que mi mamá me dejó, así, de la noche a la mañana. Me duele mucho ver gente que se ha prestado para hacer ese daño. Yo he visto a los policías arrastrando a las señoras de pollera, gasificándolas en la cara, pateándolas. Cómo es posible, la policía nació de mujer de pollera, han tenido abuela de pollera. Ustedes no tienen cómo informarse, pero yo recibo imágenes por el whatsapp. Veo cómo los matan, sacan la gente muerta de los hospitales, las embolsan y las tiran a los ríos. No quieren que se sepa que han matado, pero hay muchísimos asesinados. Si Evo viene también lo van a matar, le van a hacer como a Tupac Katarí, no quieren un indio que los gobiernen. Camacho quiere hacer desaparecer a la gente pobre, porque la gente pobre se va a parar y se va a levantar, se va a parar de nuevo y se va a levantar otra vez.

-¿Por qué dicen que es la Pachamama o la Biblia?

La Pachamama representa tierra, nunca pueden decir que es algo satánico. La wiphala, ¿cómo la quemaron? La pisaron, la escupieron. Esa wiphala es representación, no solamente de los bolivianos, es de todo el mundo, de todos los países, de los pueblos originarios, que están también luchando por nosotros, pueblos que necesitan comer. Eso representa la wiphala. Es de todos, no tiene partido, somos todos iguales. No es de Evo, él no la creó, viene de nuestros ancestros. Ahora, si estaba en el gobierno y flameaba como la bandera de Bolivia, era porque pensábamos que se había terminado la dictadura, la gente que odiaba al campesino… Él pensaba que se había acabado pero no. Ahora es la otra moneda, es un odio terrible.

Al terminar de pintar los emblemas, alrededor de 200 personas se dirigieron al mástil del Parque, lo rodearon y con cánticos izaron la wiphala. De allí la columna se dirigió hacia la Casona del Parque, para decorarla con los emblemas originarios y terminar el evento.

En ese ínterin mientras los participantes daban la espalda al mástil, en dirección a la Casona, se acercaron tres trabajadores de Espacio Público del Gobierno de la Ciudad y comenzaron a bajar la wiphala. Eso generó que se acercan dos personas de la organización del evento para evitarlo. “Es una orden del Ministerio de Ambiente y Espacios Público”, explicó el trabajador. “Como la Mesa de Consenso del Parque no permite hacer, ni izar ninguna bandera proselitista, el Ministerio sólo permite izar la bandera nacional”, concluyó. Una de las personas logró que le devolvieran la wiphala. Mientras los funcionarios le pusieron candado al mástil.

Masivo repudio al golpe de Estado en Bolivia

Masivo repudio al golpe de Estado en Bolivia

“El pueblo movilizado para acabar con la dictadura, para acabar con el golpe de Estado y su participación tan unida nos alienta bastante», dijo Evo Morales a través de una pantalla gigante montada en Plaza de Mayo.

Mientras La Paz se colmaba de manifestaciones exigiendo la renuncia del gobierno autoproclamado de Janine Áñez, la vuelta de Evo Morales, el cese de represión y la garantía de elecciones nacionales en el plazo de 90 días, en la Ciudad de Buenos Aires llegaba una multitud de personas a Plaza de Mayo solidarizándose con el pueblo boliviano y en contra del golpe de Estado en Bolivia.

La marcha fue organizada por el Comité de Solidaridad con Bolivia  y la convocatoria proponía marchar desde las 14 de ayer desde Avenida de Mayo y 9 de Julio hasta Plaza de Mayo. También se sumó a la jornada el  Encuentro Memoria Verdad y Justicia que  se concentró desde Salta y Avenida de Mayo. Las principales consignas fueron: “Repudio al golpe de Estado, cívico, militar, fundamentalista, racista y empresarial en Bolivia; el cese de la violencia y odio desmedido a nuestras hermanas y hermanos originarios; la denuncia al cerco de los medios de comunicación; el rechazo a la persecución de la prensa internacional y fuera el FMI y el imperialismo de América Latina.”

El Comité de Solidaridad con Bolivia fue creado el miércoles pasado en la sede de la CTA de los Trabajadores con la participación de gremios de diferentes centrales como las dos CTA, el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FRESIMONA) y la Corriente Federal de los Trabajadores, distintos organismos de Derechos Humanos y ciudadanos de la comunidad boliviana. María Rinaldi, militante del Comunismo Revolucionario y del Movimiento Popular Liberación, habló con ANCCOM sobre las funciones del Comité: “En el acto en la CTA quedó constituido el Comité de Solidaridad con Bolivia por la Democracia, la Libertad y la Paz en América Latina porque entendemos que este avance de la derecha no se da sólo en Bolivia sino que en todos lados está cobrando cuerpo. También se pensó que desde el Comité podamos organizar la ayuda a los hermanos bolivianos que cruzan la frontera por el norte de la Argentina escapando de la represión”.

«Toda nuestra admiración por esa gran movilización en defensa de la vida, de la democracia y, fundamentalmente, en defensa de la Pachamama», agradeció Evo Morales desde su exilio en México.

Las columnas de distintos partidos, gremios y de la comunidad boliviana en Argentina, que se encontraban concentrando desde las 12, comenzaron a avanzar por Avenida de Mayo y otras vertientes hacia Plaza de Mayo a partir de las 14. Las wiphalas (bandera de las naciones indígenas) fueron el símbolo de identificación de la jornada y llevarlas encima fue uno de los pedidos de la convocatoria: como prendedores en la ropa -muchos junto a una cinta negra de luto-, pintadas en remeras y la mayoría flameando en el extremo de las cañas que llevaban los manifestantes. Ante la retirada de la wiphala  del Palacio de Gobierno por parte de la policía boliviana y la quema de muchas de ellas por parte de seguidores de Luis Fernando Camacho y Carlos Mesa -los opositores de Evo Morales e impulsores del golpe de Estado-, los pueblos originarios mostraron su indignación y tristeza. Al grito de “la wiphala se respeta, carajo” se encontraba Virginia Castro, perteneciente a Ayllu Sartaniani, una familia de sicuris a nivel regional. En medio del clamor señaló: “Estamos muy consternados con lo que está pasando en Bolivia: el haber quemado y pisoteado la wiphala no solamente es una falta de respeto sino que están atropellando nuestra dignidad y están pisando nuestra identidad originaria. Con la Biblia y una secta evangélica de la mano del gobierno autoproclamado de Áñez nos están queriendo volver a someter.”

Hasta el momento la represión en Bolivia suma 24 muertes. Ayer Evo Morales Ayma expuso en su cuenta de Twitter: “Exigimos al Gobierno de facto de Áñez, Mesa y Camacho identificar a los autores intelectuales y materiales de las 24 muertes en cinco días por la represión policial y militar. Denuncio a la comunidad internacional estos delitos de lesa humanidad que no deben quedar en la impunidad”.

Entrando a la Plaza de Mayo había una columna conformada por bolivianos, bolivianas y familiares que venían de distintas partes de la ciudad y del Gran Buenos Aires y se habían reunido de manera espontánea, sin organización previa. Entre ellos estaba Rosario Huanca, junto a sus hermanas y su sobrina, quien dijo: “Hasta ahora hay muchos muertos y eso no lo están transmitiendo allá. Yo tengo mucha familia en La Paz y están ocultos. No hay alimentos, no hay gas ni carne. Ya no quieren salir porque tienen miedo de ser masacrados por la policía que reprime a todos”.

» Desde México quiero agradecer por toda la solidaridad en el marco de hermandad que expresa el repudio al golpe de Estado en Bolivia», dijo Evo Morales a la manifestación reunida en Plaza de Mayo..

En el escenario montado en Plaza de Mayo desde las 15 hubo un festival que duró toda la jornada con música y danzas originarias. Una de las primeras artistas en aparecer fue Teresa Parodi, quien antes de cantar se solidarizó con el pueblo boliviano: “Bolivia, tu lucha es nuestra; Bolivia, nuestra es tu voz”. Además participaron Los Awatiñas, Malena D’Alessio y Arbolito. Pero el arte no se vivió sólo desde el escenario: en las calles y la plaza había reunidos diferentes grupos musicales que se unieron a tocar contra el golpe: Ayllu Sartaniani, Wayra Marka, Los Aymaras y otros. Armando Mamaní, uno de los músicos, dijo: “Estamos acá para que se detenga la división que hay entre bolivianos, que haya gobierno de paz y respeto entre los hermanos. Hoy en Argentina toda esta comunidad se junta a tocar y a decir no a la distorsión y al pisoteo de nuestra cultura y de nuestra gente”.

A las 16 la plaza estaba colmada. El calor húmedo de la jornada se había disipado levemente con las nubes que rodearon el cielo, pero en este momento una espontánea aparición del sol dejó a la multitud impregnada de un color ámbar. Los cantos empezaron a disiparse, desde el escenario habían pedido un minuto de silencio. Al finalizar, la conductora del festival anunció la sorpresa de la jornada: Evo Morales Ayma estaba en línea con la multitud para darle un mensaje desde México. Así se pronunció: “El pueblo movilizado para acabar con la dictadura, para acabar con el golpe de Estado y su participación tan unida nos alienta bastante. Desde México quiero agradecer por toda la solidaridad en el marco de hermandad que expresa el repudio al golpe de Estado en Bolivia. Por eso desde acá toda nuestra admiración por esa gran movilización en defensa de la vida, de la democracia y, fundamentalmente, en defensa de la Pachamama. Muchas gracias.” A su término, los aplausos brotaron junto al “Evo, hermano, el pueblo está contigo” y el grito característico de la jornada “Jallala, Bolivia”.

Pasadas las 16.30 fue el turno de la música Malena D’Alessio de subir al escenario y al mismo tiempo comenzó la lluvia sin tapujos. Aunque sin dudas los presentes querían permanecer allí, muchos corrieron a refugiarse en los escasos techos de los alrededores. En este clima Malena sentenció: “Las culturas ancestrales nos están bendiciendo. Si los golpes de Estado no logran amedrentarnos, no nos va a amedrentar la lluvia”.

Se viene el wiphalazo

Se viene el wiphalazo

Esta tarde, en conferencia de prensa, Organismos de Derechos Humanos convocaron a marchar desde las 14 con una movilización hacia la Plaza de Mayo desde 9 de Julio y Avenida de Mayo, para repudiar el  golpe de Estado que se está dando en el Estado Plurinacional de Bolivia. 

Las  Abuelas y Madres de Plaza de Mayo de la línea fundadora,  en conjunto con otras organizaciones se reunieron para denunciar las violaciones a los derechos humanos que están sufriendo funcionarios y familiares, periodistas y el pueblo boliviano en su conjunto por parte de las fuerzas armadas y policiales. Las entidades afirmaron en su escrito: “El Poder Legislativo de Bolivia, elegido por el voto popular, es quien debe restablecer el orden constitucional, no los mandos militares”.

Al documento conjunto, sumaron su firma Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas; H.I.J.O.S. Capital; la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos; Centro de Estudios Legales y Sociales; Liga Argentina por los Derechos Humanos; el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos; la Asociación Buena Memoria; APDH La Matanza;  Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz; Comisión Memoria Verdad y Justicia Zona Norte; y Fundación Memoria Histórica y Social Argentina. La encargada de leerlo fue Taty Almeida. La presidenta de Abuelas, Estela De Carlotto luego reflexionó: “El gobierno actual (de Mauricio Macri) no reconoce que es un golpe de Estado. Dijeron que no era conveniente que le dieran protección a Evo. Cuando ya esté Alberto, la Argentina le abrirá los brazos para que venga a acá”. Además denunció: “No hay estadística sobre las violaciones de Derechos Humanos en Bolivia. Hay un ocultamiento de la información”.  Y criticó fuertemente el posicionamiento de la OEA (Organización de los Estados Americanos) por no tener una visión latinoamericana y promover la democracia, ya que considera que está “Incrustada” en Estados Unidos y que decidió no apoyar a Morales, cuando el presidente accedió a convocar a nuevas elecciones. En el discurso de Carlotto, la acompañaron el periodista Horacio Verbitsky y miembro del directorio del CELS, Vera Jarach de Madres Línea Fundadora y Lita Boitano de Familiares de Desaparecidos, entre otros.

“Hay muertos, secuestrados y desaparecidos en Bolivia por  el simple hecho de ir con la bandera whipala. Se está generando el miedo y el terror al pueblo por parte de los golpistas, hay un toque de queda”, describió Daiana Marino a ANCCOM de la joven de 22 años, oriunda de Cochabamba. La información sobre el estado de Bolivia se la brindan sus familiares  mediante intercambio de mensajes de chat. La joven se encontraba entre el público y se quebró al hablar: “Si todo el pueblo boliviano supiera que ustedes están apoyándolos… Muchas gracias en nombre de  toda Bolivia”, sentenció con lágrimas derramada sobre su mejilla. 

Por último, las organizaciones de derechos Humanos  analizaron en el escrito: “El golpe de Estado en Bolivia no es un hecho aislado: hace semanas el pueblo chileno se manifestó en las calles contra el modelo neoliberal impuesto por la dictadura de Augusto Pinochet y  continuado por Piñera, quien utiliza a las fuerzas de seguridad para cometer crímenes contra la población y sostener los privilegios para pocos contra los derechos de todos”. El encuentro finalizó con el pedido de Taty Almeida para que el lunes  se haga un gran wiphalazo, en plaza de mayo, acompañado de un gritó masivo: “Evo no está solo”.