La Biblioteca Nacional se defiende

La Biblioteca Nacional se defiende

Escritores, intelectuales, gremialistas y trabajadores se reunieron en la explanada de la Biblioteca Nacional para reclamar por la reincorporación de los 120 despedidos y hacer un llamamiento en defensa de la cultura.

“¿En serio esto se soluciona despidiendo a 15 mil o 70 mil trabajadores?”, dijo Rodolfo Aguiar, titular de ATE, el martes 16 de abril en la explanada de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno cuando trabajadores y personalidades de la cultura se reunieron para exigir la reinciorporación de los 120 trabajadores despedidos de esa institución y hacer un llamamiento en defensa de la cultura.

La existencia de una biblioteca de libre acceso es de carácter imprescindible para el desarrollo social. Sergio Palazzo, diputado del Frente de Todos que se hizo presente en la Biblioteca, contó su propia experiencia: habiéndose criado en una familia de bajos recursos, siempre recurrió a la Biblioteca Nacional para poder acceder a libros escolares. Y sostuvo que si no fuese por la existencia de esta institución, su formación educativa no hubiese podido concretarse.

Señaló que la Biblioteca debe defenderse por la amplia cantidad de archivos que custodia, mediante los cuales permite conocer y conservar la historia nacional, así como también por la diversidad de libros escritos por intelectuales y científicos de todas las corrientes del pensamiento argentino e internacional.

También se hizo presente en este acto la escritora Claudia Piñeiro, quien expresó su solidaridad con los trabajadores despedidos. “La biblioteca -subrayó- cuida, preserva y difunde el patrimonio bibliográfico y cultural de la argentina”. La autora de La viuda de los jueves agregó que esa tarea no se hace sola, se necesitan trabajadores que lo hagan con seriedad y profesionalismo, y señaló también que este pedido no es únicamente por los trabajadores sino también por el derecho de acceder a nuestra historia porque nos corresponde como ciudadanos. Piñeiro, además,  insistió que todo el material disponible en la biblioteca, siendo de gran valor, cree paradójico que a nuestro gobierno, caracterizado por los cálculos en sí, no pueda medir el valor de los archivos bibliotecarios.

A continuación, tomó la palabra la docente, activista por los derechos humanos e integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Taty Almeida. Habló en nombre de todas las Madres y de todos los organismos que defienden los derechos humanos. Expresó un gran lamento ante la situación del país, señalando que casi todos los días se están llevando a cabo distintos actos en repudio de las medidas del presidente. De todas formas, pronunció palabras de aliento, pidiéndole a la gente que nunca abandone las luchas que nos competen como pueblo, porque “la única lucha que se pierde, es la que se abandona”

Para finalizar el acto, Aguiar exclamó que más de la mitad de esta crisis profunda que está atravesando el país “tiene que ver meramente con las medidas económicas que está impulsando este gobierno, no los anteriores, independientemente de la mirada que cada uno pueda tener”. Y agregó: “Pero yo nunca he visto otro camino a recorrer que no sea

la lucha en la calle y ahí nos tenemos que seguir juntando y uniendo. Todos unidos. Tenemos que ser capaces de preguntar ¿Qué hay detrás de los despidos? Con Milei nos damos cuenta que el Estado se fortalece o debilita depende de quién lo mire. Si lo miramos nosotros, están destruyendo el Estado de la gente, están debilitando el Estado de servicio del pueblo.”

Ya una semana antes de los despidos, efectivizados durante el feriado de Semana Santa, circuló una carta firmada por 21.000 intelectuales y personalidades de la cultura advirtiendo del riesgo que significaba el desmantelamiento de la institución cultural más antigua del país, que precede incluso a la conformación del Estado argentino.

Los libros de la buena memoria

Los libros de la buena memoria

La Biblioteca Nacional organizó la Feria del Libro Originario. Editoriales y autores se reunieron para visibilizar una parte silenciada de nuestra cultura y el valor de los textos para mantenerla viva.

“Somos, estamos y nunca nos iremos”. El pasado domingo 5 de noviembre se llevó a cabo la primera Feria del Libro Originario en la Plaza del Lector Rayuela de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, con entrada libre y gratuita.

La wiphala, como símbolo de unión en la diversidad, estuvo presente en los puestos de libros y en la reja que rodea a la plaza de la biblioteca, del barrio de Recoleta. La feria fue organizada por el Centro de Estudios sobre Pueblo Originarios de la Biblioteca Nacional cuyo objetivo es realizar realiza actividades, publicaciones e investigaciones con el fin de difundir las culturas de las comunidades autóctonas.

En esta primera feria se concentraron editoriales grandes y pequeñas, autores y autoras independientes que pertenecen o están vinculados a la temática de pueblos originarios, con el fin de darles visibilidad, de que la gente encuentre y vea en un solo lugar la diversidad bibliográfica disponible: desde diccionarios hasta ediciones de El Principito en quechua, pasando por poesías e investigaciones culturales.

La feria contó con una programación de canto por Victorina Melipan Antieco Esponja, mujer mapuche tehuelche, la presentación del libro Los diarios del Malón de la Paz de Hermógenes Cayo y Mario Augusto Bertonasco y el cierre estuvo acompañado por música comunitaria aymara y altoandina.

K´anchay Qoyllur, una de las feriantes explicó: “Al lado de este edificio, tan importante para las culturas, que se arme una feria de los pueblos originarios desde y para ellos me parece muy importante, para que las personas que no tienen donde conocernos, donde vernos y escucharnos nos encuentren cerca. Ojalá que se difunda esto, y lo mismo para la juventud. Muchos saben pero otros ignoran nuestra historia, nuestra forma de vida, nuestras cosas que hacemos”

Durante la primera presentación Victorina Melipan Antieco Spoja aseguró: “Es muy importante este espacio y este momento. Este derecho de los pueblos de poder manifestarse, de poder ser en sus propias lenguas con la identidad, porque hay más de 48 naciones vivas, no somos tres o cuatro: somos muchas más. Naciones vivas con sus lenguas y rescatando nuestra cultura, nuestra espiritualidad y nuestra identidad”.

La Biblioteca Nacional fue el espacio de las conversaciones y discusiones históricas, políticas y culturales. Una de las que más convocó fue la referida a los acontecimientos en Jujuy  y al tercer Malón por la Paz.

Diego Antico, uno de los coordinadores del Centro de Estudios sobre Pueblos Originarios de la biblioteca, reflexionó: “Que haya un Estado que permita visibilizar estas cosas es muy importante, porque lamentablemente cada día hay un discurso más anti-estatal y ese discurso se olvida de que el Estado es el que garantiza muchas veces aquello que el mercado deja fuera. Nuestro objetivo es mostrar todo eso que quedó fuera del mercado del comercio”.

En una actualidad con avances y retrocesos, y en una sociedad con mucha discriminacion, con violencia racial, hay que seguir luchando y educando para que eso no suceda: “El rol del Estado es muy importante, porque si dejamos todo librado a los individuos lo que sucede es eso. El Estado generando políticas públicas, leyes, políticas de educación garantiza que esas cosas no sucedan”, cerró Antico.

 

Un lobizón suelto en la Biblioteca Nacional

Un lobizón suelto en la Biblioteca Nacional

En la sala Juan L. Ortiz se exhibe una muestra sobre relatos, leyendas y mitos de la cultura popular argentina. Desde La Luz Mala hasta el Alma Mula.

Cada sociedad en particular fue transmitiendo de generación en generación sus propios relatos y leyendas que sirvieron como respuesta a distintas dudas existenciales de su época y que a su vez influyeron a muchas de sus producciones culturales venideras.

Argentina también ha conformado su propia mitología. Relatos de pueblos originarios y otros provenientes de las grandes olas de inmigración han sido algunas de las fuentes de las que se ha ido conformando este acervo cultural. Bestiario Nacional es la muestra que habla sobre toda esa fauna imaginaria.

La Biblioteca Nacional Mariano Moreno seleccionó de su archivo diverso material relacionado con esta temática. Así, podemos encontrar piezas hemero-bibliográficas que se exhiben en conjunto con objetos, fotografías, música, material audiovisual y dibujos originales de  ilustradores y dibujantes de historietas como Leonardo Batic, Marcelo Basile, «Quique» Alcatena y Lautaro Fiszman, quienes acompañan dándole forma a esta mitología autóctona.

Además, la exposición cuenta con un juego de cartas llamado salamanqueros, que fue creado por la Biblioteca y sus colaboradores. Los visitantes pueden acercarse a leer las reglas y ver el mazo de 40 naipes ilustrados por Sémola Souto y el “Polaco” Scalerandi, que además contiene las ventajas y desventajas de los personajes en el juego, acompañado de algunas características particulares de la historia de cada uno.

Bestiario Nacional realiza un recorrido basado en cinco regiones del territorio argentino y sitúa geográficamente a algunos de los seres mitológicos más populares de cada lugar: el Runa Uturunco y el Ucumar en el Noroeste, la Luz Mala y el Chancho de Lata en la Pampa, las aves mágicas en Cuyo ,el Pombero, el Lobizón y el Yasí Yateré en el Litoral y los duendes de los bosques patagónicos, entre otros seres.

La exposición se inspira a partir de la digitalización de los documentos que pertenecían a la encuesta nacional de folklore que se realizó en 2021. En uno de sus apartados indagaba acerca de los distintos tipos de mitos, leyendas y creencias que existían a lo largo del país.

Fernanda Olivera, investigadora de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno y una de las curadoras de la muestra junto a Martina Kaplan y Mariano Buscaglia, señala: “Dentro de todas las características que preferimos priorizar, se encuentra la de hablar sobre estos sujetos o personajes ‘zoantropos’, es decir aquellos que son como una mezcla entre animales y humanos o lo que han sufrido una transmigración que terminan por convertirse en animales,  como el cacuy, este personaje cuyano que se convierte en un ave que existe y hoy puede oírse su canto por la zona

Bestiario Nacional se caracteriza por estar cargada de información sobre cada personaje. Olivera explica: “Intentamos que la muestra cuente con un carácter similar a las enciclopedias de los años 80, donde aparecían divididos por especies distintos grupos de animales junto a sus imágenes , clasificados con una rigurosidad científica que nos ponía en relación con la información de cada uno.”

La curadora agrega: “En nuestro caso decidimos disponer a los seres a lo largo de la sala con una descripción e información exhaustiva sobre cada uno como por ejemplo el nombre, lugar de avistamiento, su forma de contrarrestarlo si es que tiene y los materiales que den cuenta de sus existencia. Por ejemplo, en el caso del lobizón pusimos fotos de bautismos realizados a los séptimos hijos varones o dibujos de las criaturas para que puedan tomar forma en la muestra”.

Algunos de los visitantes quedaron sorprendidos al conocer a seres de los que no tenían registro, como es el caso de Raúl , politólogo de 37 años. ”Yo soy oriundo de la Provincia de Buenos Aires, pero en mi familia no era común contar estas historias , la mayoría las conocí acá, como por ejemplo la historia de Zapam-Zucum que es una especie de protectora del bosque” .

 Similar fue la experiencia de Victoria, de 38 años, analista de datos:“Yo no conocía  muchas  historias, me crié en Capital Federal y con lo único que me asustaban era con el cuco. Me llama la atención que la imagen de la mujer esté tan relacionada a seres que son considerados malignos, se nota que son relatos de otra época”.

Fernando, en tanto, comerciante de 47 años y nacido en Avellaneda, dice recordar a algunos de esos seres por las historias que le contaba su abuelo: “Mi abuelo era de Catamarca, a veces le pedíamos que nos cuente historias de terror  y me di cuenta que muchas de las historias que él nos contaba eran la zona del Noroeste, como el Zupay o el Alma Mula”.

La muestra Bestiario Nacional se encuentra hasta el 24 de septiembre en la Sala Juan L. Ortiz de la Biblioteca Nacional de lunes a viernes de 9 a 21 y sábados y domingos de 12 a 19.

Santo y seña

Santo y seña

La Biblioteca Nacional exhibe «Devociones Populares», una muestra sobre las dedidades oficiales y los rituales profanos que forman parte de la identidad nacional.

A lo largo de toda la Argentina, en diversas ocasiones muchos de nosotros hemos observado, por  fuera de iglesias y templos, santuarios, estampitas, devociones , cultos o celebraciones de diversa procedencia. Son santos y deidades reconocidas por instituciones oficiales, o híbridos productos de la transculturación, rituales o cultos profanos que no están amparados por ninguna religión.

Estas características que parecen destinadas a estar separadas, conviven en la muestra llamada Devociones Populares Argentinas. San Cayetano, Gilda , Maradona ,San la Muerte, La Virgen de Luján, Exu, Evita y muchos más forman parte de la exhibición montada en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (Agüero 2502 ) bajo la curaduría de María Redondo y Emiliano Ruiz Díaz. La muestra se puede ver hasta el 31 de este mes, de lunes a viernes de 9 a 21 y sábados y domingos de 12 a 19.

En diálogo con ANCCOM, los curadores comentan que el criterio de selección parte de abordar alguna temática que forme parte de la cultura nacional y expresarla a través de la bibliografía que posee la biblioteca. En la muestra se exhiben distintos objetos relacionados a devociones argentinas, populares y religiosas y en cada eje temático se encuentran libros, revistas y distinta bibliografía que acompañan cada sector

La exhibición puede comenzar a apreciarse desde la Plaza del Lector Rayuela que se encuentra fuera del edificio. En ese sitio hay una muestra fotográfica llamada “Santos y Santuarios”, de Marcelo Huici.

Una vez dentro de la sala podemos ver apartados para la Difunta Correa, San La Muerte, Tibor Gordon, Ceferino Namuncurá, El Cura Brochero y otras figuras .Y además encontramos algunas divisiones temáticas como los Bandidos Santos (Gauchito Gil , Vairoletto y Bazán Frías), las Devociones Marianas (las distintas apariciones de la Virgen María) ,”la umbanda y Otras Religiones y La Santidad Popular (compuesta por Maradona , Evita, Gilda y Rodrigo), entre otros. Cada montaje se encuentra acompañado por bibliografía que se puede encontrar y leer en la misma biblioteca.

Ignacio, profesor de idiomas (36 años), no conocía el caso de Tibor Gordon y ha quedado sorprendido con la historia de este hombre de origen eslovaco que se destacaba por su fuerza descomunal, que murió en 1985 y fue destinatario de rezos y pedidos por parte de quienes sentían devoción e idolatría hacia su figura .Por otro lado, Victoria, antropóloga, de 32 años, que recorre la muestra junto a Ignacio, asume que le ha pasado lo mismo con Pancho Sierra, quien fue un sanador cuyos restos descansan en el cementerio de Salto, en donde cada 4 de diciembre recibe a miles de fieles que lo visitan con pedidos y ofrendas .

En tanto, Valentina, de 20 años y Mora, de 19 también visitaron la muestra, y dicen coincidir en que les pareció interesante y un poco impresionante, sobre todo por las imágenes audiovisuales con sacrificios de animales que se muestra en el sector de “cultos andinos”. “La presencia de tantas imágenes religiosas me hizo sentir una energía espesa y mucho respeto a los objetos expuestos», concluye Mora

 

Ni yankees ni marxistas, humoristas

Ni yankees ni marxistas, humoristas

La revista Satiricón cumple 50 años y fue homenajeada en la Biblioteca Nacional. A principios de los setenta, marcó una revolución en el periodismo por su desfachatada irreverencia. Sexo y política en medio de la violencia y la censura.

Este 9 de noviembre la revista Satiricón cumple 50 años. La semana pasada, en el Centro de la Historieta y Humor Gráfico Argentinos de la Biblioteca Nacional, sus protagonistas celebraron la publicación que rompió el molde de lo políticamente correcto.

Este  homenaje a Satiricón sintetiza también un cambio de época en la manera de producir humor gráfico y hacer periodismo. Del encuentro moderado por Juan Sasturain, director de la Biblioteca Nacional, participaron Carlos Ulanovsky, Tomás Sanz y Oskar Blotta. Entre el público, asomaban Mario Mactas y Carlos Blotta, entre otros colaboradores. 

La idea de comenzar una revista surgió durante un almuerzo: corría el año 1972 cuando, motivados por el deseo de dibujar, Oskar Blotta y Andrés Cascioli, que trabajaban juntos en la agencia de publicidad de Carlos Blotta, le propusieron iniciar el proyecto. “Nos entrevistamos con él, le comentamos la idea y Carlos obviamente se sorprendió, nos dijo que la idea era un peligro pero le encantó”, explicó Oskar. “Parte del secreto  de Satiricón fue ser concebida en una agencia de publicidad”, continuó. Sus técnicas eran completamente distintas a las del periodismo de entonces, “sobre todo en el diseño”.

Una vez que el proyecto estuvo más consolidado, se lo presentaron a Dante Quinterno, creador de Patoruzú. No lo apoyó. “Estos chicos no saben lo que es sugerir, creen que todo tiene que estar explícito en el humor. Chicas desnudas y temas políticos son para países más maduros. El poder político no lo va a tolerar y la gente se va a escandalizar”, sentenció.

Aún teniendo en cuenta las adversidades, la revista de tirada mensual se publicó por primera vez el 9 de noviembre de 1972, a un precio de 4 pesos, en medio de la conmoción por el regreso de Juan Domingo Perón a nuestro país. “Salió sin número cero. Se trabajó sin red, sin el respaldo del señor un millón de dólares, solo guiados por la intuición de Carlos Blotta”. explicó Ulanovsky en diálogo con ANCCOM.

Ubicada en Viamonte 759, Oskar Blotta, Andrés Cascioli, Tomás Sanz, Carlos Ulanovsky, Mario Mactas, Landrú, Alicia Gallotti (que saltó a la fama con entrevista al popular boxieador Ringo Bonavena a quien desnudó metafórica y literalmente), Viviana Gómez Thorpe, Jorge Guinzburg y Carlos Abrevaya, entre otros colaboradores, escribían e ilustraban secciones como “El último es cola de perro”, “Estamos podridos de…” y “El Sátiro Virgen”, Satiricón hablaba de política, de sexo y se burlaba de todos con crueldad y sin piedad, incluso de sus lectores.

 La publicación fue definida por Ulanovsky como “una revista totalmente sincrónica con su tiempo que tuvo que ver con lo que ocurría alrededor”. El maestro de periodistas destacó además su relación con la libertad con la que se trataba cada tema y el corrimiento constante de los límites”. Para Ulanovsky esa fue la clave del éxito. La primera tirada contó con 33.000 ejemplares. En menos de un año, ya se imprimían más de 156.000 y en octubre de 1974 rondaba los 200.000. “No nos creíamos nada. Ese fue uno de los motivos de la repercusión de la revista. Los éxitos se alcanzan cuando uno menos los busca”, agregó. Con la publicación en su mejor momento, llegó la censura. La Ley 21.840, mejor conocida como “antisubversiva», penaba toda actividad que atentara contra la estabilidad del orden constitucional. La revista fue clausurada durante un año, mediante un decreto. En consecuencia, varios de sus integrantes partieron amenazados al exilio, entre ellos: Carlos Ulanovsky. “Siempre es una cosa muy desagradable que la censura te respire en la nuca pero creo que una de las grandes enseñanzas es que no hay que autocensurarse, en todo caso es mejor retirarse”, reflexionó.

Satiricón ya había sufrido censuras parciales: en diciembre de 1972, el segundo número fue declarado de exhibición limitada por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y en abril de 1973, el número 6 resultó retenido pero a partir de la vuelta de Perón a la Argentina, los integrantes de la revista comenzaron a recibir mensajes: “a él le gusta hacer muchos chistes pero no le gusta que que hagan chistes sobre él”. La cuestión se agravó con su fallecimiento, recordó Ulanovsky, ya que “empezó a operar la Triple A y eso fue todavía más difícil de sortear. Intentamos eludir el tema con una serie de números temáticos especiales, el humor negro, chancho, sexual, morboso”.

En diciembre de 1975, la revista publicó un nuevo ejemplar  pero el regreso fue breve. La primera etapa de Satiricón tuvo 22 números. El último salió en marzo de 1976, en la tapa se leía “El demonio nos gobierna». Precio de tapa: 8 pesos y fin de un primer ciclo marcado por las balas de metralla y la represión.  A pesar de su corta vida, la publicación fundo un tipo de periodismo que poco después derivaría en el quincenario Humor, el medio de comunicación que más haya resistido y erosionado a la dictadura militar que se instaló en 1976.

Sus ediciones se encuentran disponibles en el Archivo Histórico de Revistas Argentinas y en el Centro de Historieta y Humor Gráfico de la Biblioteca Nacional. Son piezas clave para entender un momento clave de nuestra memoria cultural y política.