Jun 8, 2018 | Entrevistas, Te puede interesar
“El malo de la película no es el Fondo, la impericia está del lado del Gobierno”, dictamina Emmanuel Álvarez Agis refiriéndose al acuerdo de la Argentina con el FMI. Déficit fiscal, deuda externa, inflación, dólar, tarifazo, ajuste y recesión son términos que suenan y resuenan en los medios y tiñen de incertidumbre el futuro de la población. Economista, docente de la Universidad Nacional Arturo Jauretche y director de la consultora PXQ, Álvarez Agis abre las puertas de su amplio pero sencillo departamento en el barrio de Palermo para arrojar luz sobre un debate que algunos prefieren no dar. Mientras pone el agua para el mate dentro del termo, comenta: “Son tiempos de austeridad, no vaya a ser cosa que la dejemos enfriar en la pava y tengamos que volver a prender la hornalla”.
Emmanuel Alvarez Agis, ex viceministro de economía y docente.
¿Era irremediable recurrir al FMI?
A esta crisis la defino como un tropezón que fue caída. Ni de cerca la economía estaba como para terminar con un acuerdo con el Fondo que técnicamente es el prestamista de última instancia. Lo que hicieron fue insólito, una comedia de enredos del actual equipo económico. El Banco Central agravó una corrida cambiaria, mostró debilidad y, al hacerlo, el mercado se puso nervioso.
Si usted fuera el ministro, ¿qué hubiera hecho?
Hubiera puesto una oferta de dólares muy fuerte por parte del Banco Central, con un valor deseable de entre 20,50 y 21 pesos, para estabilizarlo, hubiera subido la tasa de interés en un 40% desde un principio, y hubiera vendido todos los contratos de dólar futuro que pedía el mercado. Brasil lo hizo y la devaluación no fue ni un tercio de lo que fue acá.
Argentina es, históricamente, dependiente del financiamiento externo, ¿por qué?
En primer lugar, tenemos una estructura productiva deficitaria de base en materia de dólares, ya que el 30% de los insumos que necesita son importados. Cuando compramos un sachet de leche, un medicamento o un auto estamos consumiendo dólares, porque el componente importado para su producción es alto. En segundo lugar, está el tema financiero ya que cada ocho o doce años tenemos una devaluación fuerte. Si a esto se suma un régimen de políticas económicas que liberaliza el mercado, lo desregula y abre las importaciones, el problema se agudiza.
¿Cómo se logra mayor autonomía?
A través de una planificación sostenible, teniendo en cuenta la experiencia de países que ya se han industrializado pero que, aun así, protegen a los eslabones más débiles de sus economías. Francia lo hace con el aceite de soja, Estados Unidos con la producción de limones. Nosotros tenemos la economía invertida, nuestro eslabón débil es la industria y el fuerte es el campo. Deberíamos decir “viva el libre comercio para la soja pero no para las computadoras”, por ejemplo.
¿El gobierno de Cambiemos se apuró al abrir la economía?
El libre comercio es la panacea del funcionario público, cree que una vez ahí se puede echar a descansar. El gobierno pone de modelo a Chile, pero la producción de cobre chilena es estatal. Bolivia nacionalizó los hidrocarburos. En Argentina la soja es privada. Cuando hacés el cambio estructural de base, te podés dar el lujo de implementar políticas de libre mercado, si lo hacés antes de fortalecer los puntos débiles de tu economía, te fundís.
“El malo de la película no es el Fondo, la impericia está del lado del Gobierno”, afirma Emmanuel Álvarez Agis refiriéndose al acuerdo con el FMI.
¿Qué opinás sobre los tarifazos?
El problema de las tarifas es el dogmatismo por parte del Gobierno. Cuando existe faltante de un producto, la solución está dada siempre por la baja de la demanda (consumir menos), o la suba de la oferta (producir más). Cambiemos, en vez de buscar generar más gas y aumentar la oferta, le dice a la gente que apague el piloto del calefón. La cuestión de fondo es para qué hacen los aumentos. La respuesta de Macri es para tener más energía en el futuro y recuperar el autoabastecimiento. Pero si mirás los números de producción de petróleo de gas (fuente de producción de la electricidad) tras un aumento acumulado de tarifas de un 1300%, el nivel de producción ha disminuido.
El Presidente vetó la Ley Antitarifazos porque, dijo, significaría un costo fiscal de 15 mil millones, ¿es así?
Es falso, ya que si bajan las tarifas la plata queda en manos de los consumidores que no evaporan o queman el dinero, lo gastan, y al hacerlo contribuyen con el 21% de IVA. Y la empresa que les vende lo que compran paga el 35% de ganancias, por ende el fisco recauda igual.
¿Ya no sirve la excusa de “la pesada herencia”?
Cambiemos recibió una economía que tenía problemas complejos, pero la transformó en un tren fantasma. Para resolverlos virtuosa y no tortuosamente, probablemente la relación con Estados Unidos, el mercado y las empresas debía ser más tensa. Sin embargo, Macri configuró la economía para que el mercado haga y deshaga a su antojo.
¿Cuál es el impacto para la Pymes?
En los últimos dos años se han cerrado unas tres mil empresas. La situación cambia según te acerques o alejes de la General Paz. Las Pymes del polo industrial más orientadas al mercado interno o a la sustitución de importaciones están cayendo a razón de dos dígitos desde 2016. Están al límite, se tienen que achicar a su mínima expresión y tratar de sobrevivir. En cambio, las que exportan pueden compensar la caída del mercado interno con la suba del dólar, no porque estén exportando más sino porque le dan más pesos por el mismo nivel de producción.
«Cambiemos recibió una economía que tenía problemas complejos, pero la transformó en un tren fantasma».
¿Cuál es la perspectiva para este año y el próximo?
Tenemos un déficit fiscal de 30 mil millones de dólares por año. Hay dos maneras de cerrar este déficit: o importás menos, achicás la economía y por ende te empiezan a sobrar dólares; o exportas más y empezás a generar más dólares por la vía expansiva. Cuando se va al Fondo la señal es “vamos a solucionar el déficit por la vía de la recesión”.
¿Por qué?
Porque el FMI nunca va a aprobar un programa expansivo en el cual la Argentina exporte 30 mil millones de dólares más en contra de EE UU, China o Europa. Argentina no le exporta a Júpiter, le vende a un país del mundo, y entonces, si exportamos más, hay un país que por definición va a producir menos. El mercado es uno y quien vende más gana mercado en detrimento de otro.
¿El economista olvida que detrás de los índices hay personas?
El economista es como un médico, la diferencia es que en vez de atender un enfermo trata con los habitantes de un país. La ideología entra cuando se piensa en que el paciente la pase mejor. Si hay un paciente con una gangrena, para que viva, el médico le tiene que cortar la pierna. El tema con un gobierno market friendly, como el actual, es que se te encarna la uña gorda del pie y te cortan la pierna por las dudas.
¿La economía maneja a la política o es a la inversa?
La economía le brinda a la política los bordes de la cancha y le indica que puede jugar dos metros a la izquierda o a la derecha. Si la política se va tres metros, queda fuera de juego. Los buenos políticos son los que juegan hasta el 2,10 del margen.
Jun 6, 2018 | Entrevistas
Si alguien despertara después de estar dos meses dormido y se encontrara con la situación actual de la economía, ¿cómo se le explica lo que acaba de ocurrir?
El problema es que Federico Sturzeneger, presidente del Banco Central, cree que la inflación es por emisión monetaria. Sostiene que el Banco Central imprime billetes, llena de pesos el mercado y eso se traduce en inflación. De esta forma, el Banco Central emitió las Lebac (Letras del Banco Central) en pesos. Cree que la mejor forma de sacar pesos de circulación es que el sistema financiero o los fondos de inversión lo compren con un determinado interés. Y para hacerlo atractivo puso una tasa de interés alta. En el 2016 llegó al 38 por ciento, cosa que es grave porque no había negocio en la Argentina que diera una tasa de rentabilidad tan alta como las Lebac. El gobierno de Macri, complementando esta medida, liberalizó la cuenta de capital de la balanza de pagos, es decir, le dio total libertad las inversiones financieras especulativas para entrar y salir en el momento que quisieran. Así se volcó toda la inversión a la Lebac y no a los dólares. Así se trajeron dólares del extranjero, se cambiaron a pesos, con eso compraron Lebac con una tasa de rentabilidad que ningún país del mundo tenía. Esto generó un crecimiento infernal del stock de Lebac al punto que la cantidad adeudada pasó a ser igual en dólares a las reservas que tiene el Banco Central, dejando a la economía argentina en una fuerte fragilidad. Y esa fragilidad quedó demostrada en las últimas semanas cuando los grandes bancos, como el JP Morgan, como no estaban conformes con ciertas políticas económicas de Macri, empezaron a vender las Lebac y a comprar dólares y se inició así una fuerte corrida cambiaria.
¿Cuál es el desacuerdo que los llevó a eso?
En principio no están conformes con la tasa interés que les pusieron, porque ellos entraron con una tasa del 38 por ciento y el gobierno en la conferencia de prensa de 28 de diciembre del año pasado la intentó bajar al 27. Otro punto importante es que no confiaban en que el gobierno genere las condiciones para pagarles la deuda y darle los dólares que querían obtener de rentabilidad financiera. Esto fue un negocio abismal para los bancos porque se fueron de las Lebacs, compraron dólares a 20 pesos y con una tasa interés de 27 por ciento y el famoso supermartes volvieron con un tipo de cambio a 25 pesos por dólar y la tasa interés al 42 por ciento, por lo que entre semana se llevaron 11 mil millones de dólares. Compraron más pesos que reinvirtieron en Lebac a una mayor tasa de interés y obligaron al gobierno a recurrir al FMI para que sea garante.
Respecto al supermartes, el ministro Luis Caputo consideró que hubo un voto de confianza a la política económica del gobierno y dio a entender que está todo bajo control. ¿Qué opinión tenés sobre eso?
Lo que hicieron los bancos es dar una tregua pero, ¿a qué costo? Pérdida de 11 mil millones de dólares de reserva, tasas por las nubes y una maxidevaluación de la moneda nacional con un recrudecimiento de la inflación. Esa tregua la termina pagando la pequeña y mediana empresa, la clase trabajadora, el jubilado. Es falso y la demostración clara es que ya el Banco Central perdió totalmente soberanía económica porque ahora cada martes que vencen las Lebac le va a tener que decir a los bancos que tasa interés quieren para poder renovarlas, porque imagínate vos que Sturzeneger le diga a los bancos que la tasa de interés no va a ser más de 42 por ciento, sino que va a ser de 16 porque quiere estimular la economía, darle crédito a las pymes. Los bancos salen a vender todas las Lebac. Si venden todas las Lebac y salen a comprar dólares el Banco Central se queda sin reservas. El Banco Central ya no maneja dos variables que son centrales para manejar la economía argentina: la tasa de interés y el tipo de cambio; ahora las va a manejar el sistema financiero del FMI.
Sturzenegger consideraba que la suba del dólar no debería impactar en el aumento de precios.
Eso ya está descartado, todos los días los diarios están reflejando el aumento de precios que estamos experimentando, sobre todo en alimentos, por culpa de la devaluación. En Argentina la devaluación siempre se traduce en inflación, porque acá la economía está fuertemente dolarizada y muchas empresas, sobre todo por insumos industriales, tienen dolarizada su tasa de ganancia con lo cual, si vos devalúas, te suben los precios y además por haber dolarizado los combustibles y las tarifas de los servicios públicos es imposible que no se traduzca la devaluación en inflación.
¿Porque los servicios públicos están dolarizados? ¿Qué significa eso?
Eso significa que los servicios públicos no sólo van a subir porque le van a quitar los subsidios que anteriormente tenían, sino que se aseguran a la tarifa a nivel internacional y en dólares. Si están dolarizados, tienen que subir la tarifa del servicio público en cada devaluación de la moneda nacional. Lo mismo pasa con el combustible, ellos toman el precio internacional del combustible y lo trasladan a la Argentina, entonces las petroleras quieren ganar lo mismo acá que en los otros países.
¿Hay algún motivo que explique la dolarización de las tarifas?
No, sólo el aumento de la rentabilidad de las empresas energéticas y petroleras con un agravante: el discurso de ellos dice que así las empresas van a invertir más en producción de petróleo gas y vamos a volver a la soberanía energética en la Argentina. Todos los datos del gobierno de Macri demuestran que está cayendo la producción del petróleo y gas y que estamos importando cada vez más energía.
Al momento de explicar la crisis los ministros recurren al argumento del factor externo y el del déficit fiscal. ¿Son esos los factores que la desencadenaron?
Es cierto que el mundo se volvió más complejo a partir de que Estados Unidos definió subir la tasa de interés de la Reserva Federal que es la referencia de todo el mundo. Eso hace subir la tasa interés a nivel mundial y Estados Unidos se transforma en aspiradora de dólares. Además se encarece el endeudamiento externo. En este contexto adverso para todos los países del mundo el país que tuvo la corrida cambiaría más fuerte y el único que tuvo que recurrir al FMI fue Argentina, con lo cual se demuestra que, si bien el contexto internacional puede ser adverso, el problema es que Macri generó un modelo económico muy vulnerable al shock externo. La fragilidad del modelo económico argentino es una construcción de Macri y cada problema que haya a nivel internacional va a terminar repercutiendo muy fuerte en la Argentina como pasaba en los ´90.
El gobierno señala que este es el camino correcto y que no queda otra. ¿Es así?
No, claramente no. Hoy necesitamos un modelo que apueste a la industrialización, que genere puestos de trabajo, que la inversión productiva esté por arriba de la financiera, proteger el mercado interno, hacer crecer los ingresos de los argentinos para que consuman. Para generar más independencia económica se necesita desendeudar a la argentina y regular el mercado cambiario, para que no haya fuga de capitales. Hay otro modelo distinto, que ya tuvimos. Y siempre es la misma pugna que tenemos que va de un modelo productivo de distribución del ingreso y generación de puesto de trabajo o a un modelo de valorización financiera y concentración del ingreso.
¿Con qué se va a encontrar el próximo gobierno y, en función de lo que describiste, como se sale de este problema?
Primero hay que ver hasta dónde llegan. Creo que uno de los objetivos es dolarizar la economía Argentina, con lo cual vas a tener más problemas. Cuanto más dure este gobierno, más problemas estructurales va a generar, más difícil va a ser salir y más difícil será para el próximo gobierno poder resolverlos. Por eso yo creo y confío que se termine lo más rápido posible porque si un gobierno con esta característica dura 8 años, los problemas estructurales que generan son un montón y con lo cual al próximo le va a costar desamar.
Si le tocara ser el ministro de economía en 2019, ¿cuáles serían las medidas que tomaría?
Lo primero que hay que hacer es ver como renegociar la deuda, porque es el gran problema que van a dejar, para que los recursos se destinen, en vez de a pagar intereses, a la obra pública, al mercado interno, a reactivar la economía y generar puestos de trabajo. El primer problema que el próximo gobierno va a tener que resolver el problema de la deuda, negociar con los bancos quita de capitales e intereses.