Fallo a favor de los vecinos de La Traza

Fallo a favor de los vecinos de La Traza

Una sentencia judicial ordena al Gobierno porteño un plan de solución habitacional para los habitantes del Sector 4 de la exAutopista 3 abre esperanzas entre los vecinos. La posibilidad de extender sus derechos a la tercera generación es vivido como el más alto jalón en una lucha que lleva más de veinte años.

“Nosotros venimos a buscar la escritura y el desglose de nuestros hijos. Yo me quiero ir de este mundo teniendo el título de mi casa”, dijo decidida Mirta Sánchez, delegada de la Asamblea de Vecinos del Sector 4 de la Ex Au3, ante la noticia de la primera sentencia favorable para que finalmente el Gobierno garantice soluciones habitacionales para las y los vecinos de la traza de la exAutopista 3. 

En febrero de este año la Justicia porteña ordenó al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en un plazo no mayor a 180 días, “elaborar y remitir a la Legislatura un proyecto de rezonificación definitiva y un plan de concreción de soluciones habitacionales para los habitantes para el Sector N° 4 de la traza de la Ex Au3″.

Allá por el 1979, eran cientas de casas las que impedían el mega-proyecto de la Autopista 3 que tenía la dictadura. Todas esas casas fueron vaciadas de una manera u otra, y luego resultó inevitable la detención del proyecto por inabarcable económicamente. Esos hogares vacíos se convirtieron en un espacio seguro para personas que, atravesando las diferentes crisis sociales, económicas y políticas, especialmente la del 2001, se encontraron en necesidad de un techo.

El juez Martin Furchi, a comienzos del año 2022, dictó una medida cautelar “muy interesante -según Jonatan Baldiviezo-, porque lo que tendría que haber resuelto como amparo definitivo lo dio como cautelar”. Ahora, la sentencia viene a acompañar lo dicho en la cautelar y según el abogado de la causa a “declarar que el Gobierno ha incumplido las tres leyes que obligan que haya un plan de renovación y soluciones habitacionales en la traza de la Ex Au 3 y ordenar que los derechos que estaban reconocidos en estas se cumplan”. 

Las tres leyes que menciona Baldiviezo son en primer lugar la 324, que en el año 1999 estableció la responsabilidad del Gobierno de presentar un proyecto de rezonificación definitiva y de renovación urbana para los vecinos de la traza. En esta tan apreciada ley se creó la unidad ejecutora para la formación del proyecto y, entre otras cuestiones, se establecieron cuatro alternativas posibles para la rezonificación y un plazo de entrega que no fue cumplido. Luego en el 2009 se sancionó la Ley 3369, que surgió para solucionar la situación habitacional del Sector N° 5 de la traza, donde el interés por parte del Gobierno de la renovación del ahora llamado barrio Donado-Holmberg (DOHO) llevó a un rápido acuerdo donde los vecinos tuvieron diferentes alternativas entre las cuales elegir y al Gobierno se le permitió, bajo el compromiso de llevar un plan para el Sector 4 en menos de 180 días, vender las propiedades que no estaban ocupadas. En medio de esto, se votó la Ley 4089 que finalmente autorizaba al Gobierno a utilizar el dinero sobrante de las ventas para “otras obras de tránsito de la vía pública”, acordando que en 90 días tenían que traer el plan habitacional del Sector 4. El plan nuevamente no apareció. 

Mirta hace más de treinta años encara la lucha colectiva por el acceso de los vecinos y las vecinas de la traza a las escrituras de sus viviendas. Ella recibió a ANCCOM en su domicilio y señaló: “Por suerte después de la cautelar del año pasado, desde la asamblea logramos conciliar un trabajo con la unidad ejecutora encargada de desarrollar un proyecto. Nosotros fuimos con muchas dudas, porque imaginate la confianza que te da el Gobierno, y más este Gobierno. Sobre todo después de tantos años, pero ahora estamos trabajando mucho con la unidad. Este trabajo de ida y vuelta no había pasado antes”. 

“Con esta sentencia judicial las expectativas son enormes. Luego de veinte años de incumplimiento del Gobierno, acá hay un apoyo institucional del Poder Judicial para que el Gobierno cumpla con sus obligaciones legales. Así que hay mucha expectativa de que se logre destrabar la falta de voluntad política y se termine de solucionar el problema de la traza”, dijo Baldiviezo. 

La idea es sacar un proyecto unificado, donde los beneficiarios, pero también sus hijos y sus nietos, puedan acceder a los beneficios de la ley, en esto estuvo la asamblea  trabajando con la unidad ejecutora el último año. “Esto es lo que yo siempre soñé,  desde que salió nuestra querida 324, que marcaba hasta el 2000 el desglose”, contó la delegada. El desglose es la posibilidad de que los hijos, y esperan también de los nietos, puedan acceder a los beneficios que la ley concede. 

El año pasado, luego de la cautelar, hubo que realizar un relevamiento para conocer el número y la situación actual de los y las vecinas de la traza. “Con el relevamiento vimos que somos casi trescientos beneficiarios desde Avenida de Los Incas hasta Pompeya, es decir en el sector 4 de la traza, y por cada beneficiario tenemos que sumarle un promedio de tres hijos y nietos. Yo por ejemplo tengo tres”, explicó Mirta. Son alrededor de mil doscientas personas las afectadas por la situación y en espera de una respuesta por parte del Gobierno. Mirta cree que “si esto sucede va a ser un milagro de todos los siglos. Una vecina me dice la otra vez: ‘la verdad Mirta no se si creer, porque esto es demasiado bueno’. No todos confían en que esto se dé, imaginate que después de más de veinte años de lucha, que ahora nos abran la puerta así genera dudas. Pero si esto es un juego o es verdad lo veremos con el tiempo, yo espero que el sueño se concrete”.

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires apeló el fallo de la justicia y sobre esto Baldiviezo comentó que “todavía no existen proyectos aún desarrollados, como finalizados y presentados en la Legislatura. Esta es una sentencia de primera instancia y el Gobierno apeló, con lo cual no se tiene que cumplir inmediatamente. Las sentencias adquieren vigencia una vez que quedan firmes, por lo tanto tenemos que esperar a la segunda instancia a ver que dicen los jueces de Cámara”.

La autopista que no fue y las casas que no son

La autopista que no fue y las casas que no son

La Autopista 3 fue un proyecto de la dictadura cívico militar de construir una vía rápida que atravesara la ciudad.  

“Lo que estamos pidiendo es igualdad ante la ley”, dijo Mirta Sánchez, una de las representantes de las familias que viven en el Sector 4 de La Traza, a ANCCOM. Por eso, la primera semana de marzo se presentó una nueva acción judicial ante la Legislatura porteña para solicitar que se avance con el proyecto de renovación urbana, de viviendas sociales y con la petición de que sea un proceso que incluya la participación ciudadana. 

La traza de la ex autopista 3 fue un proyecto de la última dictadura militar que planeaba unir Saavedra con Puente Alsina, atravesando barrios centrales de la ciudad de Buenos Aires. Más de 900 inmuebles fueron expropiados, muchos de ellos demolidos, cuando en 1981 el intendente de facto Brigadier Osvaldo Cacciatore canceló la iniciativa junto con el Plan de Autopistas. La fragmentación en sectores generó que algunos de ellos, ubicados en zonas más codiciadas para los negocios inmobililarios en la ciudad, recibieran respuestas, como los y las habitantes del sector 5 -que concentró cerca de la mitad de los inmuebles afectados- contenido por catorce manzanas entre las calles Donado, Holmberg, Congreso y Av. De los Incas. Pero el Sector 4, que abarca Villa Ortúzar, Chacarita y Villa Crespo, en el límite con Colegiales y Palermo, hoy nuclea a las familias que siguen exigiendo soluciones habitacionales definitivas.

La Ley 324, sancionada en el año 2000, convirtió a las y los vecinos de La Traza en beneficiarios de soluciones como créditos de compra sobre la vivienda que habitan, créditos para la autoconstrucción o para la compra de viviendas que no son propiedad del Gobierno de la Ciudad. Sin embargo, Jonatan Baldiviezo, abogado que forma parte del Observatorio del Derecho a la Ciudad y quien continúa acompañando a las familias, le contó a ANCCOM que en el año 2007, durante el gobierno porteño de Mauricio Macri, tuvieron que presentar acciones judiciales para frenar desalojos. Las negociaciones con el Sector 5 se llevaron a cabo una década después de sancionada la primera ley y con una segunda –la 3396/09– específica para el sector. No ocurrió sin discusiones, demoras ni presiones por parte del gobierno hacia las familias para que tomaran subsidios y se fueran de La Traza.

Vista del sector 5 de la traza durante la implantación de la Ley 3396 en 2010. 

En este sentido, Sanchez explicó: “Si hubiera una decisión política no tendríamos por qué estar corriendo. Lo único que queremos es que manden un censor nuevo y vean los nuevos beneficiarios”. Por decisión política se refiere al miedo, siempre presente, de que el gobierno avance con la venta de tierras que, en realidad, deberían disponerse para solución habitacional.

El Sector 4 queda como la gran deuda ya que fue en el año 2010 cuando se reanudó el compromiso para hacer un plan similar al del Sector 5. “Ese plan que tenía 60 días para ser presentado, nunca llegó a la Legislatura. Entonces hay todo un sector abandonado que hace 10 años está esperando este nuevo proyecto de gobierno”, explicó Baldiviezo. Con el amparo presentado se exige que se active la mesa de seguimiento del proyecto y se cumpla con lo establecido.

Con el avance de estas actividades, las familias recuperan la esperanza que buscan hace años: “Cuando íbamos a Legislatura a pelear por el terreno estaba la gente del Sector 5, entonces a nosotros no nos escuchaban, porque nos decían ‘no, todavía no le toca al Sector 4’. Ahora vamos a pelearlo. Si uno no pelea nunca tiene nada. De arriba no te viene nada”, dice Ramona Cavia, vecina de La Traza.

Ramona pasó por muchas situaciones hostiles, atravesó varios juicios que intentaron desalojarla pero salió sobreseída, aunque con exigencias. “Nos dijeron que teníamos que hacer mejoras. Todo lo que nos decían, nosotros hacíamos. Hasta me hice la casa de material”, explicó. Pero también recordó otras situaciones: “Cuando entramos a la audiencia del juicio civil el fiscal nos trató de negros” y “la vecina de al lado siempre me gritaba ‘usurpadora’ pero yo no soy usurpadora porque yo este lugar lo pagué, porque estoy pagando luz, teléfono. Yo tenía miedo de decir que era mi casa porque ellos me trataban de usurpadora. Con los años que tengo acá, ya no soy ocupa. Aunque sea voy a pelear por mis hijos, que pasaron frío, lluvias y aun así terminaron la secundaria viviendo acá. Voy a pelear por una vivienda digna”.

Los fondos recaudados por la venta de tierras en el Sector 5 no contemplaron las soluciones habitacionales del Sector 4. 

Alejandra Ortega, otra de las vecinas que espera desde hace años, llegó a La Traza en 1995 pero en 2010 tuvo que dejar su vivienda. Desde entonces, no tuvo un lugar fijo donde quedarse. “Nos fuimos porque tuvimos un episodio de violencia muy fuerte con mi papá; hacia mi mamá y hacia mí. Cuando exponemos ante la policía, nos dicen que al no tener un papel o algo que nos adjudique que nosotras vivíamos ahí, no teníamos nada que hacer. Y nos quedamos en la calle”. No accedió a ninguna solución porque no figuraba como beneficiaria, aun siendo hija de personas que sí. Su madre figuraba en los registros pero falleció meses después sin que una resolución pudiese tomar forma. “La sorpresa mía fue cuando nos atendieron en la oficina (de la Unidad Ejecutora) y me dijeron que yo ni figuraba”, contó. Cerca del año 2000, recordó, hubo un censo en La Traza en el que se la había anotado a ella y a sus cuatro hijos: “Me habían hecho llenar una planilla aparte y me habían dicho que lo que estaban haciendo era un desglose de beneficiarios. Yo creía que tenía algo iniciado”.

Baldiviezo dejó en claro que la violación del derecho de las familias está comprobada y agregó que esto se da como consecuencia de gobiernos que han tenido únicamente miras en la especulación inmobiliaria. Manifestó que en la Ciudad desatienden cualquier intento de que exista un régimen integral de política de vivienda. “No se concibe como derecho humano y por lo tanto tampoco como servicio público. La cuestión de la vivienda se sigue concibiendo como un conflicto, como un tema entre privados”.

En este sentido, las ventas de tierras del Sector 5 iban a un fondo particular para financiar el programa y, si algo sobraba, debían ser destinadas al Sector 4. “Obviamente no sobró nada, lo derivaron para hacer más pasos a nivel y ahí se acabó la plata. Las que están vendidas en el Sector 4 no tienen esta disposición de que tienen que ir a un fondo particular que es tangible y que solamente tiene un uso que está destinado a satisfacer las necesidades de La Traza: eso no existe”, explicó Baldiviezo.

Los y las que viven en La Traza no son ajenos a esto y por eso Sánchez sostuvo: “En el Sector 5 dieron mucha plata porque el poder inmobiliario que tenía ese sector era mucho más comparado a lo que tenemos nosotros. Entonces todo es una carrera”. Ortega agregó que “hablar de esto a nadie le conviene, todos pierden. Nadie quiere perder. Pero mientras, el de abajo sigue siendo marginado, sigue siendo golpeado contra el piso por un montón de factores”.

Sánchez recalcó que lo único que quieren es que se le exija al gobierno que se presente un proyecto a debatir en la mesa de seguimiento, que les corresponde por ley y que con el tiempo se dejó de llevar a cabo. No se piden soluciones de inmediato aunque la problemática demande urgencia; no se reclama algo “totalmente gratis”. “Todos tenemos el derecho a tener un techo; a tener las mismas posibilidades de adquirirlo. Nadie quiere vivir de arriba”, cerró Ortega.

Desde 1977, una de las heridas que dejó la dictadura militar es perpetuada y profundizada por los sucesivos gobiernos, dejando a las y los vecinos a la espera interminable de una vivienda digna, de la concreción de políticas públicas. 44 años pasaron y más que una solución habitacional definitiva, lo único que logró construirse fue una de las tantas desigualdades urbanas y espaciales de la Ciudad de Buenos Aires.