Abuelas la la la

Abuelas la la la

Las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron el encuentro del nieto 131 en la Casa por la Identidad y se volvieron a ilusionar con más restituciones. Es el hijo de Lucía Ángela Nadin y Aldo Hugo Quevedo, militantes del PRT-ERP que continúan desaparecidos.

“Como si el fin de año se hubiera empeñado en cumplir deseos, luego de casi tres años, volvemos a celebrar el hallazgo de un nuevo nieto, el 131”, anunció el comunicado de prensa de Abuelas de Plaza de Mayo del 22 de diciembre de 2022. 

El jueves, en una conferencia que tuvo lugar en Casa por la Identidad, ubicada en el predio de la exESMA, Abuelas de Plaza de Mayo confirmó la restitución del hijo de Lucía Ángela Nadin y Aldo Hugo Quevedo. El anuncio lo hizo la presidenta de la Asociación, Estela de Carlotto. También participaron Horacio Pietragalla Corti, secretario de Derechos Humanos de la Nación y nieto restituido; Claudia Carlotto, directora de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI); Pablo Parenti, fiscal de la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado; así como las Abuelas de Plaza de Mayo Sonia Torres, Buscarita Roa y Luisa Barahona, junto con nietos restituidos e integrantes del organismo.

“Es un fin de año soñado, estamos muy felices. Y estamos también exultantes, ilusionados y esperanzados con que este caso resuelto sea el principio de una nueva tanda de encuentros”, señaló Guillermo Pérez Roisinblit, nieto restituido en el 2000, en diálogo con ANCCOM. Guillermo Amarilla Molfino, restituido en octubre 2009, agregó: “Como siempre, recibir un nieto o una nieta para nosotros es recibir un hermano, como para las Abuelas es recibir un nieto propio. Siempre nos hicieron sentir de esa manera. Estamos dándole la bienvenida a una familia. Abuelas es una familia que, como siempre nos enseñaron, se sostiene con un compromiso de amor y militancia”. 

 

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, ladeada por el Secretario de Derechos Humanos y nieto restituido Horacio Pietragalla Corti y el Ministro de Interior Wado de Pedro.

ucía Ángela Nadin y Aldo Hugo Quevedo

“Con la noticia de que una persona recupera su verdad, recupera su historia, se corta esa perversidad que quisieron llevar adelante esos genocidas, que es que esos detenidos-desaparecidos realmente sean olvidados”, afirmó Horacio Pietragalla Corti, en su doble condición de Secretario y nieto restituido. 

Aldo nació el 26 de noviembre de 1941 y Lucía el 13 de diciembre de 1947, ambos en la provincia de Mendoza. Se casaron meses después de conocerse en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cuyo. Militaban en el PRT-ERP, en donde eran apodados “Dipy” y “Chiquita”. En mayo de 1976, luego de la detención de un compañero de trabajo, se trasladaron a Buenos Aires. Desde ahí son secuestrados a fines de 1977.

De acuerdo con testimonios, la pareja permaneció detenida en los centros clandestinos conocidos como “Atlético” y “El Banco”, pertenecientes al circuito ABO. Lucía tenía 29 años y Aldo, 35. Ambos continúan desaparecidos.

“Hoy vuelven a aparecer porque su hijo hoy sabe quiénes son, los miró por primera vez en una foto, y creo que eso es traerlos de vuelta a la vida, es traerlos de vuelta al recuerdo”, concluyó Pietragalla.

 Te estábamos esperando

“El caso fue muy difícil, sobre todo para la reconstrucción familiar”, puntualizó la directora de la CoNaDI, Claudia Carlotto, y agregó: “Nosotros durante muchos años no tuvimos identificado el embarazo de Lucía Nadin como el de Lucía Nadin. Teníamos el apodo, que fue vista, que era mendocina, pero llevó muchos años encontrar la información”.

La denuncia por la desaparición del bebé de Aldo y Lucía la realizó el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) de Mendoza, con el empuje de históricas militantes como Pocha Camín y Elba Morales, a partir de lo cual se inicia una investigación que culmina con la confirmación del embarazo de Lucía.

Compañeras de cautiverio de Lucía declararon que, entre septiembre y octubre de 1978, ella es retirada de “El Banco” para dar a luz. Si bien no hay testimonios acerca del parto, hay sospechas acerca de que se podría haber producido en el centro clandestino de detención que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

 La restitución

“Yo lo vi muy bien dispuesto y muy emocionado cuando le dimos la foto de sus padres en el día de su casamiento”, afirmó Claudia acerca de la confirmación de la identidad del nieto 131. El anuncio se había realizado a las dos de la tarde de ese mismo 22 de diciembre, en el Juzgado Federal Número 4, a cargo de Ariel Lijo.

El nieto 131 vive en Buenos Aires y, al igual que sus padres, estudió en la Facultad de Filosofía y Letras. “Es igual al papá, parece una fotocopia de su padre, es emocionante”, develó la titular de la CoNaDI.  

«Abuelas / Ahora nos volvimos a ilusionar / con la Copa y con el nieto / no paramos de buscar / y al Diego / Con las viejas que ya están allá / Les pedimos que no aflojen / Por más copas y verdad», cantaron  en el auditorio.

Con Copa y con nieto

La restitución del nieto 131 se mezcló con las celebraciones por el triunfo de la Selección argentina en el Mundial de fútbol de Qatar. La conferencia de prensa culminó con el canto de “Abuelas lalala” y una reversión del hit del Mundial: Abuelas / Ahora nos volvimos a ilusionar / con la Copa y con el nieto / no paramos de buscar / y al Diego / Con las viejas que ya están allá / Les pedimos que no aflojen / Por más copas y verdad, cantaron quienes quedaban en el auditorio.

“El último nieto que apareció después de un Mundial fue el nieto de Estela, después de agosto del 2014”, recordó Guillermo Amarilla Molfino, haciendo referencia a la restitución de Ignacio Montoya Carlotto.

“Claramente, a las nietas y a los nietos, a nuestros hermanos y hermanas nos los estamos cruzando por todos lados. Seguramente hemos festejado el domingo y el martes en la calle el campeonato mundial, y ahora queremos seguir celebrando esto, queremos seguir celebrando el fin de año y queremos que el año que viene aparezcan todos los que faltan”, indicó Lorena Battistiol Colayago, directora nacional de Sitios y Espacios de Memoria, que busca un hermano o hermana nacido en cautiverio.

 La búsqueda continúa

“La alegría del fútbol y esta alegría a nosotros nos rejuvenece, nos da esperanzas. Este pueblo lo merece, porque es un pueblo del que hay muchas críticas, pero mucha más es la bondad que tiene cada uno de nosotros, de ser fieles a nuestra Patria”, expresó Estela de Carlotto, y continuó: “Para luchar por ella, para que nos levantemos en lo económico y en todo lo que falta, hay que sumar a este compromiso que hacemos las Abuelas de seguir buscando los que faltan, que son 300 o más nietos, para contribuir a que nuestro país sea el que los 30 mil desaparecidos desearon”.

 Si naciste entre 1975 y 1980 y tenés dudas sobre tu identidad, o sabés de alguien que puede ser hijo o hija de personas desaparecidas durante la última dictadura cívico-militar, comunicate con Abuelas o CoNaDI.

Relato de un cínico

Relato de un cínico

En una nueva audiencia del juicio por la apropiación de la hoy titular del Inadi Victoria Donda Pérez, su tío Adolfo Donda Tigel, acusado de participar de su apropiación, amplió la declaración indagatoria victimizándose y sin arrepentimiento.

Adolfo Donda Tigel ya había sido condenado a prisión perpetua en la causa conocida como ESMA III.

Adolfo Donda Tigel, tío biológico de Victoria Donda Pérez, nieta restituida por Abuelas de Plaza de Mayo en 2004, se presentó frente al tribunal en Comodoro Py por la causa en la que se investiga su participación en la sustracción de su sobrina durante la última dictadura militar. El exmiembro de la Armada negó haber conocido sobre el embarazo de la mamá biológica de la actual titular del INADI, detenida y desaparecida en la Escuela de Mecánica de la fuerza (ESMA) en 1977. Abuelas de Plaza de Mayo definieron como “cínico” su discurso, que duró tres horas. 

No fue una audiencia más la que se produjo esta semana en la sala SUM de los tribunales federales de Retiro. Fue el turno de Adolfo Donda Tigel, el único acusado en el juicio en el que se le endilga haber facilitado la sustracción y ocultamiento de identidad de su sobrina Victoria Donda Pérez, por parte del prefecto Juan Antonio Azic, quien fue condenado por delitos de lesa humanidad en 2012 a catorce años y medio de prisión y los cumple de manera domiciliaria. 

Donda Tigel, detenido en la Unidad 31 de Ezeiza por ser condenado dos veces a reclusión perpetua también por delitos de lesa humanidad en la ESMA, fue interrogado por los jueces del Tribunal Oral Federal (TOF) Nº6 de la Ciudad de Buenos Aires -integrado por Ricardo Basílico, como presidente, María Gabriela López Iñiguez y Daniel Horacio Obligado-. También se expidió sobre las preguntas que realizaron los integrantes del Ministerio Publico Fiscal, representado por la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado, y la querella que acompaña a Victoria, representada por un equipo jurídico de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. 

La esperada declaración se retrasó por la llegada tardía de Donda Tigel que comenzó su alocución mostrándose dispuesto a ser interrogado: «Siempre efectué mi presentación espontánea», aclaró. Con tono de víctima, afirmó ser «siempre veraz» y planteó que en los juicios previos que afrontó eso lo ha «perjudicado», por reconocer haber sido parte del comando de la unidad de tareas 3.3.2 de la Armada en la ESMA durante el denominado “Proceso de Reorganización Nacional”. Fue este grupo formado por suboficiales y oficiales militares, que dependía del Servicio de Inteligencia Naval (SIN) de la Marina de Guerra, el que se dedicaba a la ejecución concreta de los secuestros durante la última dictadura. 

Haciendo comparaciones con los árbitros de rugby y fútbol, señaló, de forma desafiante, que los jueces deben apoyarse sobre hechos «claros», «obvios» e «indubitables». A continuación, el marino hizo un recorrido institucional de los cargos que tomó durante esos años. Negó haber sido parte de los escuadrones de la ESMA en el momento del rapto de Victoria. Argumentó que, en base al boletín de pases para los miembros de la Armada, en 1976 participó de la escuela de aplicación de oficiales de la fuerza en Puerto Belgrano. Por otra parte, señaló que en 1977 estuvo en el Arsenal Naval de Zárate.

Planteó que su paso por la ESMA comenzó en 1978. «Me fue asignado el cargo de jefe de una agrupación de Seguridad y Ceremonial», destacó. Afirmó que, una vez como jefe de operaciones de tareas, se le encomendó dirigir la unidad de tareas 3.3.2 en la Escuela de Mecánica desde octubre de 1978. 

«Silencio, cinismo, crueldad, mentiras, ausencia de arrepentimiento, el archiconocido cocktail de estos criminales de lesa humanidad cuando les toca enfrentar a la justicia”, concluyó el comunicado de Abuelas de Plaza de Mayo. 

Donda Tigel mencionó que, al momento de su designación, seguía sin conocer el paradero de su hermano menor y su pareja, José María Laureano Donda, detenido en mayo de 1977, y María Hilda Pérez, secuestrada dos meses antes, en marzo de 1977, y embarazada de cinco meses. Ambos pasaron por la Comisaría Nº 3 de Castelar. 

Eran militantes de Montoneros y este hecho significaba “un problema” para las aspiraciones del marino de escalar en el ámbito castrense. Negó que hubiera responsabilidad de parte de la Armada por el secuestro de su hermano y su cuñada y desconoció haber tenido la información de que ella estuviera embarazada mientras mantenía cautiverio en la ESMA. Señaló que la última vez que había tenido contacto con su hermano José María Laureano había sido en 1976. 

Sostuvo que en 1978 hizo un supuesto pedido al represor Antonio Pernía para saber dónde se encontraban. Pero “en un momento se suspendieron” esos contactos, según expresó. Reforzó que se entrevistó con “dos oficiales” (de la Fuerza Área) en una oficina de Aeroparque. Según Donda, le contestaron que dado el tiempo transcurrido de la última comunicación de su hermano con sus padres (un año) «era muy probable que estuvieran muertos».  Y añadió: «Lo primero que hice cuando tuve esa información fue decírselo a mis padres para que la tuvieran por parte mía, y atenuaran la búsqueda, que era algo alienante».

En otra de sus maniobras, el acusado intentó victimizarse cuando sostuvo que tanto Sara Solarz de Osatinsky como Ana María Martí, sobrevivientes de la ESMA, realizaron una “campaña de difusión” en su contra, una vez que salieron del país, instalando su nombre dentro de la nómina de torturadores que trabajaron en la Escuela de Mecánica. Incluso señaló que primero habían sido “colaboradoras” de la Armada en la lucha contra las “organizaciones terroristas”.   

Su relato mantuvo la línea de negación. Reafirmó no haber conocido en 1977, momento del paso de los padres de Victoria por la ESMA, ni al médico ginecólogo del Hospital Naval, Jorge Luis Magnacco; ni al médico de la Armada Carlos Capdevila; ni tampoco al doctor Horacio Pessino. Este último firmó la partida de nacimiento apócrifa de Victoria como hija de Azic. Además desconoció sus vínculos con el propio Azic y con el colaborador y oficial de la Prefectura Naval Argentina Héctor Antonio Febres, acusado por Donda Tigel de ser montonero. Fue más a fondo aún: “Yo nunca supe dónde era el lugar de los partos ni de las embarazadas. Todos lo sabían menos yo”.

Intentó ser certero en pasajes de su alocución y reiteró los puntales de su exposición. «En 1977 nunca estuve en la ESMA. Jamás fui a la unidad de tareas 3.3.2. Jamás pisé el predio de la Escuela. Durante ese año ignoré absolutamente la existencia de mi cuñada e ignoraba inclusive que ella estuviera embarazada», afirmó.

Cuando le tocó reconstruir el momento en el que se conocieron los resultados de la prueba a la que se había sometido Victoria en el Banco Nacional de Datos Genéticos, en 2004, y se determinó que su familia no era la que la había criado, Donda Tigel señaló que se comunicó con Azic por teléfono y que él le dijo que no sabía que el ahora acusado en los tribunales era su tío de sangre. 

Finamente buscó interpelar a Victoria y le dejó un mensaje directo: “Quiero que mi sobrina sepa que de ninguna manera fue regalada o rechazada. Tiene una familia, soy el hermano de su padre”. Además de evitar utilizar la palabra “apropiación”, intentó separar su figura de la de los miembros de la Armada y de la Fuerza Aérea que se quedaron con bebés, despojándolos de sus familias. Incluso caratuló esto como una “canallada”. 

En un comunicado pronunciado luego de la audiencia, Abuelas de Plaza de Mayo tildó la presentación de Donda Tigel de “cinismo” y arremetió contra el acusado. “Victimizándose desde el comienzo, negando saber nada de nadie, negando haber estado donde sí estuvo, se puso en el lugar que tantos otros genocidas ya lo hicieron antes sentados en el banquillo. Silencio, cinismo, crueldad, mentiras, ausencia de arrepentimiento, el archiconocido cocktail de estos criminales de lesa humanidad cuando les toca enfrentar a la justicia”, concluyó la asociación. 

El próximo lunes continuará en Comodoro Py este debate que trasciende la biografía individual de Victoria Donda Pérez y la de su familia biológica, y promete erigirse como un capitulo indeleble en la búsqueda de justicia en nuestro país.    

 

45 años de lucha y búsqueda

45 años de lucha y búsqueda

Las Abuelas de Plaza de Mayo cerraron sus festejos por el 45º aniversario de la institución en el CCK. Artistas, militantes por los derechos humanos y el presidente de la Nación, entre otros presentes.

El pasado miércoles 26 de octubre se llevó a cabo el acto institucional por el 45 aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo en el Centro Cultural Kirchner. El evento contó con la presencia de referentes políticos, sociales y artísticos. 

El 22 de octubre, desde hace 45 años, es especial. En aquel 1977, familiares de desaparecidos se juntaban en la Plaza de Mayo para reclamar por sus seres queridos alrededor de la Pirámide de Mayo. A partir de la pregunta acerca de si alguien buscaba nietos o nietas, se fundó la organización Abuelas de Plaza de Mayo. 

En una noche llena de emoción, entre artistas musicales que marcaron la intergeneracionalidad presente en la lucha por la identidad, hubo música, poesía, recuerdos audiovisuales, y también un poco de humor desde la conducción que encarnaron los nietos restituidos Manuel Goncalves Granada y Leonardo Fossati. También se entregaron presentes a organismos que han colaborado en este camino de la verdad y la justicia. 

Para recibirlos, subieron al escenario los referentes del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), de la Comisión por el Derecho a la Identidad (CONADI), de Teatro por la Identidad, y de la Unidad Fiscal Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado (UFICANTE). Los obsequios, unos pañuelos enmarcados que serán colocados en las paredes de cada institución, fueron entregados en manos de bisnietos y bisnietas. Toda una generación que ha sido marcada por la historia de sus abuelos y abuelas.

Entre los presentes en el evento, llegó de sorpresa el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, quien subrayó que “Las Abuelas y las Madres nos dieron un ejemplo de cómo luchar. Tenemos que cuidarlas mucho y cuidar mucho lo que representan. Representan lo mejor que tenemos: el respeto, la dignidad, la búsqueda de la verdad y de la justicia. Sin nunca pedir venganza” y agregó: “tenemos esta Argentina democrática que enjuicia genocidas, que puso en valor y le dio significado a la vida y el respeto de la diversidad, todo eso fue en gran medida por la enseñanza de las Abuelas”. Además, manifestó otras de las razones de su presencia: “No me hubiera quedado tranquilo, con mi espíritu, si no estuviera al lado tuyo esta noche, Estela. Sabés el cariño que te tengo. Saben el compromiso que tengo con ustedes, el de Cristina (Fernández de Kirchner) y el de todos nosotros. Mi generación, los que son más jóvenes y futuras estaremos eternamente agradecidos por lo que ustedes le enseñaron a la Argentina, que es mucho. Se puede recuperar la esperanza, no con venganza, sino pidiendo justicia”.

Luego fue el turno de Estela: “Hemos puesto la vida, el corazón, el dolor y el amor, pero nunca el odio, la venganza o la revancha. Justicia, Memoria y Verdad creo que es y será siempre el símbolo de las Abuelas de Plaza de Mayo. Ya quedamos poquitas, muchas están en el cielo, otras están enfermitas, pero tenemos el relevo de todos ustedes queridos amigos y estos nietos que hemos recuperado y que son parte de nuestra institución”, sostuvo. Y añadió “tenemos la democracia más larga de nuestra historia. Hay que cuidarla. La Patria es de todos. En nombre mío, de las Madres y las Abuelas, nos llenan de fuerza para seguir. No podemos largar el bastón. Este momento es inolvidable”.

El concierto contó con la presencia de Víctor Heredia, Ignacio Montoya Carlotto; Kevin Johansen y su hija Wiranda, Pim Pau, Lula Bertoldi y BB Asul, Julián Kartun, todos acompañados por un ensamble dirigido por Nicolás Sorín. Interpretaron canciones propias y de María Elena Walsh, Luis Alberto Spinetta y León Gieco. Asimismo, jóvenes que participan de las actividades que brinda el CCK, tuvieron la oportunidad de mostrar su arte con poesías, freestyle y beatbox. Entre ellos, Simón Azar, Alba Duarte, Gala Halfon, Luliibeats, NTC, Juan Rey, Pilar Sanjurjo Murujosa y Micaela Tapia. 

Luego de finalizado el acto, y en diálogo con Anccom, Miguel Santucho, hijo de Julio Santucho y Cristina Navajas, y que aún hoy continúa en la búsqueda de un hermano o hermana desaparecida durante la última dictadura militar, señaló: “45 años es un número muy grande, muy importante. Tenemos que ser conscientes de donde estamos y lo que nos espera y de mi lado, nuestra promesa es de toda la vida, es hasta encontrar al último”. Por otro lado, opinó que “las Abuelas nos enseñaron a reconstruir el tejido social para que cada uno tenga la posibilidad de expresarse y poder convocar a sus pares o poder tratar de expresar según sus capacidades y talentos. Creo que la mejor forma de llegarle a los jóvenes es dejar que ellos mismos logren interactuar entre ellos, resignificando este mensaje que hace años venimos transmitiendo, que es el derecho a la identidad”.

Buscarita Roa, actual vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, indicó que está muy feliz pues “en estos 45 años encontré a mi nieta, tengo bisnietos y tengo una familia muy numerosa que amo. Estoy feliz por haber restituido a mi nieta, que es la que estuvo perdida en esa época, que se la robaron los militares”. Y agregó: “Nosotras somos como cualquier persona, no tenemos nada de diferente, lo que pasa es que hemos sufrido, hemos pasado por muchas cosas, y a pesar de todo eso tenemos ganas de seguir viviendo y seguir haciendo cosas que es lo más importante”, remarcó.

El legislador porteño Claudio Morresi asistió al evento para acompañar a las Abuelas en este nuevo aniversario. El ex deportista, durante la dictadura militar, perdió a su hermano Norberto Julio Morresi, de 17 años, que fue secuestrado, fusilado a la vera de una ruta y enterrado como un NN en una fosa común del cementerio de General Villegas. Morresi les agradeció por lo que han hecho: “Han enfrentado tantas adversidades y han logrado que hoy haya 130 nietos que están en su verdaderas familias. Gracias por su lucha, por lo que han hecho por 130 argentinos y por lo que han hecho para nuestra sociedad y país”. Y continuó “hay sectores ideológicos que alimentan el odio para salvaguardar sus beneficios y sus posturas económicas. Siempre van a estar en contra de que la verdad histórica y de que se sepa lo que fueron los crímenes de lesa humanidad”.

Clara Burstein de Weinstein, madre del detenido desaparecido Mauricio Weinstein, estudiante secundario y militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), dio su presente y contó que estaba muy emocionada de poder estar en el evento: “Me alegra el alma cuando voy a una reunión y veo tanta gente joven. Lo que pido y es lo que tiene que ser, porque nosotras ya podemos muy poco y ya somos muy pocas las que estamos. Estamos tratando de hacer lo que podemos, que no es mucho, pero venir hasta acá, es mucho ya para mí. Lo tenemos que hacer y lo que seguiremos haciendo. Pero estamos dejando a la gente joven que tiene ganas de escucharnos y me parece bárbaro”.

Roberto Baradel, secretario General del SUTEBA, también asistió a esta noche de recuerdos y emociones en la “Ballena” del Centro Cultural. En diálogo con Anccom, mencionó que Abuelas es “amor, es dignidad, es lucha, es perseverancia, es pensar en todos. Construir un país en el marco de la paz, de la convivencia democrática, y el amor. Alejado del odio y de la persecución, Abuelas es uno de los más altos símbolos que tiene nuestro país, no solamente en Argentina, sino en todo el mundo. Los jóvenes si tienen que seguir un ejemplo, si tienen que tomar como referencia a alguien, es a las Abuelas y a las Madres”.

Por último, invitado por las Abuelas, Sergio Maldonado, hermano de Santiago Maldonado desaparecido en democracia, luego de una represión que se dio en marco de un desalojo a la comunidad originaria mapuche, y que falleció en circunstancias que aún hoy no son claras, expuso: “las Abuelas son un faro a seguir y son, sobre todo, una contención muy grande. Siempre te abrazan cuando vas a la casa de Abuelas, se respira ese olor de abuela y son muy generosas en un montón de cosas. Transformaron, como ellas dicen, en una frase muy trillada, pero no hay otra forma de expresar, el dolor en lucha y de eso hay que aprender”.

En este encuentro, del que participaron Abuelas, Madres, familiares, nietos y nietas restituidos junto a sus hijos e hijas, se destacó el rol que tienen que cumplir ahora ellos en este relevo generacional. Sucede que, ya no se buscan niños y niñas, o adolescentes, ahora son adultos y adultas que están formando sus familias. Se buscan bisnietos y bisnietas. Por lo que es necesario que sepan su verdadera identidad, para que las nuevas generaciones no arrastren el daño causado durante la última dictadura militar. 

La fiesta de las Abuelas

La fiesta de las Abuelas

Abuelas de Plaza de Mayo celebró su 45º aniversario con un festival artístico y múltiples talleres, charlas y visitas guiadas por Tecnópolis. La Abuela Buscarita Roa llegó a coronar la noche para agradecer y certificar que la búsqueda continúa.

 

Manuel Gonçalves Granada tenía 20 años cuando lo encontraron las Abuelas de Plaza de Mayo. No tenía idea de que podía ser hijo de desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar. En ese entonces se llamaba Claudio y tenía una adolescencia que creía “normal”, parecida a la del resto de sus amigos. Sabía que era adoptado aunque siempre había sentido que algo no estaba bien. 

“Tenía claro que no era hijo biológico de la familia que me crió pero entendía que mi familia biológica no me quería, no me podía criar, me habían abandonado, no sé. A los 20 años, más o menos, me enteré de que nada de eso era así, sino que durante todos  años mi familia biológica me había buscado, sobre todo mi abuela Matilde”, recuerda Manuel. “Restituir la identidad es un camino que no termina cuando te encuentran, arranca ahí. Yo creo que nunca lo termino. Hoy vengo a Tecnópolis a encontrarnos en esta charla porque sé quién soy”. 

El 22 de octubre es el Día Nacional por el Derecho a la Identidad en homenaje a la lucha de las Abuelas. Manuel Gonçalves Granada pudo conocer su historia, pero hay muchos hijos de personas que fueron desaparecidas en la última dictadura cívico-militar que aún no saber cuál es su verdadera identidad. En el marco de su 45° aniversario, Abuelas de Plaza de Mayo organizó un festival en Tecnópolis para todas las edades, con entrada libre y gratuita, con el objetivo de continuar con la búsqueda.

Entre las muchas actividades que se organizaron, una de ellas fue una entrevista del periodista Julio Leiva a Manuel Gonçalves Granada y a la música Malena D’Alessio. Allí conversaron sobre sus historias de vida, la transmisión generacional de la memoria y el rol de la música en la construcción de identidades. 

Malena D’Alessio creció un poco en Argentina y un poco en Brasil, exiliada. Secuestraron a seis integrantes de su familia y liberaron a todos menos a su papá, que continúa desaparecido. Ella creció viendo a su abuela luchar: “Iba a la plaza con el pañuelo y contaba que mi abuelo se moría de pena, pero no era capaz de ir a la plaza a reclamar y a dar vueltas. Fueron mujeres las que se fueron a enfrentar ni más ni menos contra el Ejército argentino, contra los militares armados. Son el ejemplo de fortaleza y dignidad más grande que tenemos en la historia de este país. El abrazo de las Abuelas es incomparable”.

Como algunos de los nietos y nietas que las Abuelas están buscando, por su edad, probablemente sean padres y madres se ofrecieron actividades para niños y jóvenes. Teatro por la Identidad presentó la obra A propósito de la duda para promover la activación de la memoria desde las tablas. Además, en el escenario Juana Azurduy se presentaron para los más chicos y chicas, El gran baile de Zamba y Nina, Canticuénticos.  

“Es muy necesario generar estos encuentros y para nosotros es la posibilidad también de que nos permita encontrar a alguien. Es un convencimiento y una responsabilidad histórica: nosotros tenemos que transmitir la historia. Hay que dar estos espacios para que las nuevas generaciones la puedan saber”, comentó Manuel Gonçalves Granada  en diálogo con ANCCOM. Leonardo Fossati Ortega, nieto restituido en 2005, también asistió con su familia y protagonizó una visita guiada por la muestra “Identidad”.

La jornada estuvo llena de arte y de niños y niñas divirtiéndose. Hubo espacio para hacerse tatuajes temporales y maquillaje artístico. Talleres, como el que la ilustradora María Verónica Ramírez organizó en el espacio Infancias de Anses, junto a la nieta restituida Sabrina Valenzuela Negro. La nieta Adriana Metz, quien busca a un hermano o hermana nacida en cautiverio, presentó junto a la Secretaría de Derechos Humanos el libro La historia no es un cuento. También se realizaron origamis de pañuelos, afiches tipográficos y estampas en remeras con el logo del 45° aniversario de Abuelas.

Victoria asistió al festival con sus tres hijos. “Me parece que está bueno porque apuntan a los niños que son más curiosos. Yo soy profe y estuve trabajando el tema del Derecho a la Identidad en una escuela del Conurbano, en Escobar. Al final de la clase vino una de las estudiantes y me dijo: ‘Sabés que mi mamá piensa que es hija también pero no lo quiere saber porque ella se niega’. Todavía está el tema latente y los niños pueden ser disparadores de hacerse la pregunta porque quizás los adultos tienen más miedo”, expresó a ANCCOM.

La música para los más grandes tampoco faltó en el Festival Abuelas 45 años, la búsqueda continúa. A eso de las 18, en el Escenario Juana Azurduy, presentados por Natu Maderna y Juan Amorín, tocaron la Bersuit Vergarabat, Sara Hebe y Bhavi cerró la noche a puro trap. Buscarita Roa, Abuela de Plaza de Mayo, estuvo ahí para presentarlo junto a su nieta Claudia Poblete y rodeada de más nietos y nietas y bisnietos de distintas abuelas. Entre gritos de recibimiento de “Abuela, Abuela, Abuela”, Buscarita Roa emocionada agradeció a todo el pueblo argentino por acompañarlas en sus 45 años de lucha. “Que lindo ver toda esta gente acá, la verdad que es emocionante. Ya quedamos muy poquitas, las Abuelas se han ido de este mundo y necesitamos que el pueblo nos siga acompañando para seguir buscando a los nietos que nos faltan”. El público la aplaudió y abrazó a la distancia con el mismo amor. 

 

Tres generaciones, una misma lucha

Tres generaciones, una misma lucha

En el marco del 45 aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo, ANCCOM dialogó con la abuela de Plaza de Mayo Buscarita Roa, su nieta Claudia Poblete -restituida en el año 2000- y su bisnieta Guadalupe, de 14 años. ¿Qué significa la apropiación? ¿Cómo fue el proceso de restitución? ¿Cómo se transmite la historia familiar y el valor de la verdad?

A 45 años de la creación de Abuelas de Plaza de Mayo, ANCCOM entrevistó a tres generaciones marcadas por la misma historia. Durante la dictadura cívico militar que comenzó el 24 de marzo de 1976, se llevó adelante un plan sistemático de detención y desaparición de personas en manos de las fuerzas de seguridad militares, que incluyó el secuestro, desaparición y apropiación de niños y niñas. Buscarita Roa, Claudia Poblete Hlaczik y Guadalupe Álvarez Poblete, son testimonio de ese plan de exterminio, pero también de los logros de una lucha colectiva que el 22 de octubre conmemora 22 años de búsqueda. 

Buscarita Roa, Abuela de Plaza de Mayo, buscó incansablemente a su hijo, José “Pepe” Poblete Roa, militante de Montoneros, desaparecido por el terrorismo de Estado, el 28 de diciembre de 1978 en la Ciudad de Buenos Aires. El mismo día, en la localidad de Guernica, secuestraron a su nuera Gertrudis “Trudy” Hlaczik, junto a su nieta de ocho meses, Claudia Victoria Poblete Hlaczik. En su búsqueda, Buscarita supo que sus familiares estuvieron detenidos en el Centro Clandestino de Detención “El Olimpo”. Mientras buscaba a Pepe, Trudy y a la pequeña Claudia, Buscarita había acordado con su consuegra que la familia materna se encargaría de criar a la niña, pero su destino fue otro. 

Por testimonios de sobrevivientes, se supo que luego de permanecer unos días en el Centro Clandestino de Detención con sus padres, Claudia fue apropiada por el Coronel Ceferino Landa, integrante de la inteligencia del Ejército, y su esposa, Mercedes Beatriz Moreira. El médico militar Julio César Cáceres Monié fue quien colaboró en la falsificación de la partida de nacimiento, donde le impusieron otro nombre, Mercedes Landa. 

En 1999, por denuncias que recibió Abuelas de Plaza de Mayo sobre una niña que había llegado al seno del matrimonio Landa-Moreira, Claudia fue convocada por la justicia que investigaba si podía ser hija de desaparecidos, y accedió a realizarse el examen de ADN que confirmó que era hija Pepe y Trudy y que su nombre era Claudia. Y el 7 de febrero del 2000 la justicia restituyó su verdadera identidad. 

Claudia reconoce que le costó aceptar su historia, cuando se convirtió en madre de su primera hija, Guadalupe fue cuando comenzó a comprender la importancia de lo que le había pasado respecto de su apropiación. Con Guadalupe, de 14 años, ANCCOM inició este diálogo intergeneracional en Casa por la Identidad, el espacio que Abuelas tiene en la ExESMA, para contar su historia a las nuevas generaciones. 

¿Qué sensación te dio conocer la historia de tu mamá? ¿Qué pensaste cuando te enteraste que eras bisnieta de Buscarita?

Guadalupe Álvarez Poblete (GAP): Me fui dando cuenta de a poquito. En un momento seguíamos viendo a los apropiadores, pero era como muy de vez en cuando. Hubo un día que estábamos en el auto con mi mama volviendo del colegio y fue cuando me contó la verdad que en realidad ellos no eran parte de la familia y que eran sus apropiadores. Estaba muy enojada porque pensaba qué malas personas, le mintieron toda la vida sabiendo que era muy menor y le mintieron sobre algo tan importante como es tu familia. Aparte de eso, también porque eran militares, y estaba muy enojada. No podía creer que habían hecho eso. Cuando me di cuenta de toda la lucha que había hecho mi bisabuela me sorprendió, y por eso admiro mucho a las Abuelas en su totalidad. Admiro mucho a mi bisabuela y a todas las Abuelas de Plaza de Mayo. Son muy valientes por lo que hicieron durante todo ese tiempo y en un momento muy complicado.

Cuando hablas con tus compañeros y compañeras de la escuela, ¿les contás la historia de tu mamá, tus abuelos y tu bisabuela?

Guadalupe: Me acuerdo que en la primaria cuando les conté a mis compañeros, todos estaban muy sorprendidos y no entendían bien, porque todavía no entendían mucho. Sobre lo que pasó, la dictadura, recién hablamos en séptimo grado. Yo a veces les contaba en cuarto y quinto, pero no sabían casi nada, después en séptimo lo hablamos un poco. Me gustaba participar más en esas clases porque sabía más sobre eso. En la secundaria, vino una sobreviviente a charlar y pude saber más sobre la historia, ahí me di cuenta que había cosas que no sabía tanto.

¿Qué pensás que le podés decir a los chicos de tu edad y a los del futuro? Como vos debe haber un montón de chicos que todavía no saben cuál es su verdadera familia. ¿Cómo crees que se les puede hablar de la identidad?

Guadalupe: Es muy importante que los jóvenes y las personas que podrían haber sido apropiadas sepan sobre la historia y sepan sobre su identidad.  Es muy importante saber quién sos, saber quién es tu familia, cuál es tu historia. Si no sabes nada de tu identidad, no sabes tu nombre, tu día de tu cumpleaños, no sabes quienes son las personas que estuvieron detrás tuyo, haciendo un montón de juicios, buscándote por todos lados, tantos años. Es muy importante porque hicieron un gran esfuerzo a lo largo de toda su vida para encontrarte y para que sepas sobre ellos y la lucha que hicieron.

Claudia, ¿te resultó difícil contarle a tu hija Guadalupe la historia de lo que había pasado?

Claudia Victoria Poblete Hlaczik: Fácil no es nunca. Lo que sí, siempre fue guiado por una decisión que yo tomé cuando ella nació de tratar de que siempre supiera la verdad. Ella se dio cuenta recién cuando era un poquito más grande, pero la realidad es que siempre tratamos de que lo tomara, dentro de todo lo posible, con naturalidad. De todos modos, hubo un momento de quiebre donde se dio cuenta de lo que significaba lo que le estábamos diciendo y tomó conciencia. A partir de ahí es un proceso gradual. A mí lo que me genera alegría, de alguna forma, es saber que mi hija y mi otro hijo pueden crecer con su verdadera identidad. El proceso les permite a ellos también conocer quiénes son y no tener que sufrir el trauma de la apropiación que fue heredada. Ella, al ser mi hija mayor, le tocó un poquito más que al chiquito que llegó con todo un poco más ordenado. Hubo herramientas cuando ella era más chica, por ejemplo. una vez fuimos al cine a ver la película Rapunzel y me puse a llorar viendo una escena. Ella me miraba y no entendía qué era lo que pasaba. Le traté de explicar que eso era muy parecido a lo que me había pasado a mí. Pero ella era muy chiquita. Todas esas cosas son pequeños momentos en que uno va hablando y sembrando esas pequeñas semillitas con ayuda de mi familia, mi abuela, mis tíos, son una familia que vive mucho la historia y se va mamando de alguna manera.

¿Cómo hablarle a los chicos y chicas de la identidad ahora, que la dictadura parece algo lejano para ellos que nacieron en democracia? 

Claudia Victoria Poblete Hlaczik: En este momento es un desafío de la institución de Abuelas. Es mantener vivo ese relato porque en realidad está vivo todavía. Mi hija tiene 14 años, mi hijo tiene 9, los chicos que vienen acá son de escuelas secundarias y primarias y tienen la edad que pueden tener los bisnietos y bisnietas de las abuelas. Parece algo lejano porque las fotos están en blanco y negro, pero es algo que en realidad es todavía vigente. Es un desafío hablarles a los jóvenes hoy en día. Creo que la clave está en que los jóvenes mismos puedan hablar, que sean ellos que puedan encontrar su voz en este relato y verlos en sus experiencia. Ver en el hecho de que ellos tienen una partida de nacimiento, tienen un DNI desde que salen del hospital, todas esas cosas que ellos viven puedan relacionarlas con el derecho a la identidad, que tiene su base en la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo. Incluso hoy, con lo que es la identidad de género y todos estos nuevos desafíos que tenemos los adultos de llegar hasta ellos, ellos pueden ver esa identificación y ver esa necesidad de conocer lo que significa tener la verdadera identidad y la construcción que requiere socialmente. Es necesario transmitirles que los necesitamos porque hay que encontrar a los y las que faltan, y es a través de ellos que vamos a lograr encontrarlos. Ojalá pudiéramos no dejarles ese legado y los encontremos pronto, pero mientras nos falte uno, la generación de ellos también sufre la posibilidad del cambio de identidad.

¿Vos empezaste la búsqueda de tus abuelos o ellos te buscaron a vos?

Claudia Victoria Poblete Hlaczik: A mí me encontraron. Fui restituida cuando tenía 21 años. Había tenido algunas dudas en mi adolescencia por la edad de mis apropiadores. Yo había sido criada en una especie de burbuja, por lo que no sabía nada de lo que había pasado en Argentina. Era durante la década de 1980 y 1990, nada que ver con la Argentina de ahora. No tenía acceso a la información y no sabía. Había denuncias que habían llegado a Abuelas de que mis apropiadores tenían una beba y ella no había estado embarazada, que claramente era un caso raro. A partir de esas denuncias, mis familiares lograron ubicarme, y me hice el examen de ADN para corroborar mi verdadera identidad.

¿Cómo fue ese momento de reencuentro?

Claudia Victoria Poblete Hlaczik: Fue un proceso. Al principio fue muy difícil para mí. Había sido criada con la ideología de mis apropiadores que eran militares, entonces me costó un tiempo poder aceptarlo. La verdad que mi familia me espera con mucho respeto y mucho cariño siempre. Logramos llegar a los abrazos y compartir, hoy en día, instancias de vida familiar normales. Ir a comer fideos los domingos, que mis hijos, mi abuela, que es su bisabuela, pero es su abuela, la viven con mucha naturalidad y eso para mí es una gran satisfacción haber llegado a este punto. También es muy importante para mí hoy por hoy acompañar el trabajo en Abuelas, dando testimonios, colaborando en las actividades, porque es fundamental que los podamos encontrar a todos y todas por la sociedad en sí misma y por cada uno de ellos y ellas que no saben quiénes son.

Buscarita, a tu bisnieta le pregunté qué significaba para ella la identidad porque pertenece a otra generación, con otro tipo de historia y contexto. De tu parte quisiera saber lo mismo. Para vo,s ¿qué es la identidad?

Buscarita Roa: Para la juventud de ahora la identidad ya está instaurada en la sociedad porque la verdad estuvo perdida. La sociedad había perdido la identidad porque los militares dejaron un vacío, dejaron 30.000 personas desaparecidas y con ellos una juventud diezmada. Para mi, pienso, que la democracia es algo que se está construyendo nuevamente.

¿Cómo fue el reencuentro? Sé que Claudia al principio estuvo un poco más alejada

Buscarita Roa: Les pasa. Les pasa a todos. Ella fue la más fácil y la que costó menos porque la familia nuestra tuvo mucha paciencia de esperarla porque la verdad es difícil. Se la llevaron a los ocho meses y fue criada con un coronel, con otros valores, con otra vida. Sacar eso de la cabeza de una chica de 21 años cuando la encontramos fue bastante difícil. Creo que tuve mucha suerte porque es una persona muy correcta, con valores que parece que se lo hubieran dejado los padres. Ella no fue tan difícil.

¿Qué le dirías a los jóvenes hoy en día?

Buscarita Roa: Es una cosa tan difícil porque todos los jóvenes de hoy en día no han vivido esta situación, acá se vivió un golpe de Estado, se vivieron momentos muy difíciles. Creo que la juventud de ahora lo que tiene que hacer es escuchar, aprender y tener memoria. Es lo más importante.