El frazadazo llegó al Congreso

El frazadazo llegó al Congreso

Hombres marchando en la calle cubiertos con mantas

La fila empieza en la avenida Entre Ríos, justo en la puerta de un de las subsecretarías del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, y concluye sobre la calle Pavón. Media cuadra no es suficiente: son tantos que hay que doblar en la esquina. Más de 100 personas esperan ser atendidas, con o sin turno. Esperan salir de ese edificio con la certeza de saberse bajo techo. Pero los trámites son largos, a veces las respuestas no llegan, siempre falta algún papel. Mientras tanto, hay que vivir en la calle, dormir en la calle y comer en la calle. Todo, en la calle.

A las 10 de la mañana ya se sabe que a las 12 del mediodía habrá una olla popular. Luis no está en la cola, se resigna a soportar la espera y los tiempos de los trámites burocráticos. “Traiga mañana el DNI, pasado traiga aquello y el viernes traiga lo otro. No tengo ni documento ni tiempo. Yo me levanto a las 4 de la mañana y junto cartones hasta las 10 de la noche. Me pagan un peso el kilo y si me da el cuerpo cargo 200 kilos. Ahora estoy acá porque en un rato vienen las chicas con algo de comida. Ellas no te hacen esperar nada, cuando voy al parador me reciben y cuando estoy muerto de hambre me dan el plato caliente”.

Las “chicas” llegaron a la esquina de Pavón antes de las 12 y las ollas vinieron un rato después. Proyecto 7, No Tan Distintas, Asamblea Popular Plaza Dorrego y el Movimiento Barrios de Pie fueron algunas de las agrupaciones que acompañaron, con banderas, cancioneros y mate en mano, la movilización que se llevó a cabo este jueves. A las 10 se reunieron en Entre Ríos y Caseros y avanzaron con dos consignas claras: “La calle no es un lugar para vivir” y “A vos también te puede pasar”.

Hombres sosteniendo carteles con la leyenda "La calle no es un lugar para vivir"

Cerca de las 13, Florencia Montes Paz, coordinadora del centro de integración Frida y una de las principales organizadoras de la marcha, cuelga una frazada sobre sus hombros y baila entusiasmada al ritmo de los bombos y los cánticos que suenan cada vez más fuerte: ¡Azo, Azo, se viene el frazadazo! Al lado de Florencia, la remera de Daniela Camozzi, otra de las integrantes de Frida y de No Tan Distintas, arroja cifras concretas: 6.142 personas están en situación de calle y 20.000 corren el riesgo de estarlo. Un rato después, Joaquín, un muchacho de pelo largo y ojos de un celeste clarísimo que hace dos años que está a la intemperie quiere saber la hora. Tiene un reloj gastado en la muñeca izquierda, pero “hace rato que no funciona”. “¿Ves?”, dice Daniela mientras se prepara para servir el almuerzo: “En la calle el tiempo no lo marca el reloj, lo marca el clima, el verano y el invierno. La calle mata y por eso estamos acá”. Ya están listas las bandejas y por fin se destapa la olla: “Ahora sí, a comer bien que hasta el Congreso tenemos unas cuantas cuadras”.

No es una, son cinco ollas grandes y hay variedad: fideos, arroz, pollo y pan. Luis retira su bandeja y grita ¡buen provecho! Mucha gente se acerca en busca de un plato de comida y las chicas rascan las fuentes de aluminio para que alcance para todos. Una mujer pide tres bandejas y se sienta en el cordón de la vereda con dos nenes de 6 y 8 años. Los chicos terminan y ella le sirve otra porción a cada uno con el arroz que tiene en su plato. “Si ellos comen, yo estoy tranquila”. Cuando terminan de comer, nenes y nenas corren y juegan con las frazadas que están en el piso, haciendo honor al lema de la jornada: un frazadazo por los que no tienen techo. Por los que duermen, como Luis, en el hall de una sucursal del Banco Credicoop, en Constitución.

Manos de una mujer dando un plato de comida a un hombre mayor

No me ves, si no querés

A eso de las 13.30, con la panza llena, las agrupaciones se encolumnaron nuevamente y avanzaron primero hacia el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat y luego hacia el Congreso para presentar el proyecto de Ley que establece la obligatoriedad de protección a personas en situación de calle y prevé la creación de un organismo de asistencia Nacional, con una línea de llamado gratuita y centros de integración.

La iniciativa se presentó por primera vez el año pasado pero la Cámara de Diputados todavía no tomó posición al respecto. La Ley 3706, que está vigente y exige al Estado garantizar los derechos a las personas en situación de calle, no se cumple en absoluto y recientemente se quitaron los subsidios habitacionales. De aquí se desprende el motivo de la manifestación y la movilización hacia la legislatura.

Sin embargo, a pesar de la urgencia y la legitimidad del reclamo, ningún funcionario se sintió interpelado. La oficina del Ministerio estaba aparentemente cerrada y bien custodiada por una veintena de policías armados con escudos protectores que terminan dejando al descubierto la excusa de la protección para ejercer la discriminación y la indiferencia. Porque en realidad, no había nada de que protegerse:  del otro lado sólo había frazadas y carros de supermercado llenos de cartón.

Ya frente a las rejas del Congreso, las frazadas volvieron a hacer de abrigo y varias personas se recostaron encima mirando hacia el edificio parlamentario. Florencia, una de las redactoras del proyecto, se acercó a la Comisión de Derechos Humanos y Garantías de Diputados con un petitorio que reclama el tratamiento en comisión de la propuesta. Una recepcionista recibió la nota y hasta ahí llegó el compromiso. La jornada terminó a las 4 de la tarde. Algunos volvieron a su casa y otros a recorrer la calle en busca de un rinconcito donde tirar la frazada que aún lleva pegado el cartel: “No nos ves, si no querés”.

Mirá la fotogalería de ANCCOM:

 

Hacia la vigilia, sin dictamen

Hacia la vigilia, sin dictamen

Este miércoles, el plenario de comisiones que trata el proyecto de legalización del aborto culminó con discusiones reglamentarias en torno al dictamen que se discutirá el 8 de agosto en el recinto de la Cámara Alta. En los últimos días, algunos senadores y senadoras que apoyan la iniciativa propusieron modificar el proyecto que obtuvo media sanción en Diputados con el fin de elaborar un dictamen de consenso que oriente a los indecisos hacia el voto positivo. Los cambios contemplan la reducción del plazo de 14 a 12 semanas para realizar el aborto, la no penalización de los médicos que se nieguen a hacerlo, la introducción de la objeción de conciencia institucional y la asignación de un plazo de 60 días para que los hospitales se adecuen a la situación.

Durante la reunión el texto modificado obtuvo 26 firmas, sin embargo, no hubo acuerdo respecto a los cálculos: para algunos la mayoría necesaria es la de la totalidad del plenario y para otros corresponde contabilizar la mayoría de cada una de las tres comisiones (Salud, Justicia y Asuntos Constitucionales). Finalmente, el presidente del debate, el radical Mario Fiad, sostuvo que como mínimo se requerían 27 firmas y por lo tanto ratificó que no había dictamen. Por su parte, los antilegalización no presentaron un proyecto propio y la incertidumbre se resolverá en el recinto la semana próxima: o se discute el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo tal como fue sancionado en la Cámara Baja o bien se aplican las modificaciones y de ser sancionado, el texto modificado deberá volver a Diputados para su aprobación definitiva.

El feminismo llegó para quedarse

Las audiencias de especialistas terminaron este martes. Durante la última jornada, médicas, abogados, escritoras y filósofas expusieron a favor y en contra de la legalización. Sin duda uno de los discursos más celebrados fue el de la escritora y guionista Claudia Piñeiro quien exigió a los legisladores que se corran de los extremos y busquen puntos de encuentro: “Mírense y busquen un acuerdo como lo han hecho en otras leyes (…) en un extremo tenemos una ley que se puede mejorar y de otro lado está el rechazo total que nos deja totalmente desamparadas” y enfatizó: “Escuché a senadores decir que si a su hija la violaran y quedara embarazada la ayudarían a abortar, entonces yo le pregunto: y si tu hija conociera a un muchacho que le encantó esa noche y al fallarle el método anticonceptivo queda embarazada, ¿no la ayudarías a abortar si ella no quiere ser madre? Y del otro lado hay silencio o me contestan mi hija jamás haría una cosa así. ¿En qué sociedad vivimos que nos podemos imaginar hijas violadas con derecho a abortar y no nos podemos imaginar hijas que tienen una sexualidad libre a las que les falló el método anticonceptivo?”

Minutos más tarde, siempre con la Constitución de 1853 en mano, disertó el abogado Pablo Garat y la reprobación casi general en la sala se hizo evidente: “voy a ser políticamente incorrecto, yo sé lo que vale una mujer, pero acá tiene que dejar lugar al otro porque también hay niñas por nacer, ya que no quieren hablar del niño (…) y voy a hablar de dos mujeres, la primera es Pandora, que abrió una caja y dejó salir todos los males y la otra es la Madre Teresa de Calcuta que dijo no las aborten, dénmelas a mi”.

“Yo voy a hablar literalmente del valor que se nos da a las mujeres”, así comenzó su exposición Alika Kinan, sobreviviente de la trata de personas con fines de explotación sexual y en lo que duró su relato se diferenció de las incoherencias planteadas por el abogado Garat y mostró una realidad dolorosa y poco conocida sin necesidad de aludir a la caja de Pandora: “La explotación sexual es el privilegio histórico que tienen los hombres de poder darle valor a nuestros cuerpos en una clara relación de desigualdad”. Y ya con lágrimas en los ojos, concluyó: “Cuando una mujer víctima de trata tiene que abortar de manera clandestina está siendo doblemente violada y ultrajada porque no puede hacerlo con las garantías del Estado”.

Cerca de las 18, comenzó a resonar en el salón Arturo Illia del Congreso el eco de los cantos que impregnaron las calles de ruido en el último Martes Verde. Desde temprano, cientos de estudiantes de primaria, secundaria y universidades se congregaron en los alrededores del Senado acompañando al “estudiantazo federal”, que se llevó a cabo en múltiples ciudades del país. Además, a las 13, un numeroso grupo de artistas e intelectuales se tomaron una foto en las escalinatas del Congreso y entregaron a las senadoras presentes una carta en apoyo al proyecto. Pasaron las horas y bajó la temperatura pero el calor humano y el sonido de los bombos no dejaron lugar al cansancio. Por supuesto, Martha Rosenberg no se quiso quedar afuera: a las 20, cuando finalizó la audiencia fue la primera en levantarse de su asiento y le pidió a Mariana Hellin, su compañera en la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, salir un rato afuera “para saludar a las chicas”. En ese recorrido, bajando la escalera que conduce del edificio a las calles llenas de verde, Mariana miró a Martha con una sonrisa y le dijo a Anccom: “Terminaron las audiencias, pero el feminismo llegó para quedarse”.

“Los que dicen que simplemente se ahogó, deben escuchar un no rotundo como respuesta”

“Los que dicen que simplemente se ahogó, deben escuchar un no rotundo como respuesta”

La avant premiere de El camino de Santiago, el documental dirigido por Tristán Bauer sobre el caso de Santiago Maldonado, se realizó en la sala de Directores Argentinos Cinematográficos (DAC), en el barrio porteño de Villa Crespo, y allí estuvo el cineasta junto a su equipo, integrado entre otros por el periodista Juan Alonso.

La película teje un hilo narrativo que va desde el avasallamiento del territorio y la cultura mapuche hasta la desaparición de Santiago Maldonado. No se trata de una historia individual sino de una lucha colectiva. ¿Por qué el Estado se encargó de ocultar tanto lo que sucedió con Santiago? Con el eco de “A desalambrar” de fondo y abundante archivo, el relato responde al interrogante.

Omar Quiroga, responsable del guión junto a Florencia Kirchner, dialogó con ANCCOM sobre su trabajo alrededor del caso Maldonado, inicialmente una serie de micros para el programa de Gustavo Sylvestre en C5N y para el sitio web de Página/12. “Luego de ver el material que estábamos obteniendo, pudimos observar la posibilidad de un proyecto mucho más grande para acercarle información a la población. Esto debe interpelar a todo el pueblo argentino”, afirma.

Tristan Bauer, director del film.

Según Quiroga, quien refleja en sus palabras las imágenes que fue construyendo a partir de testimonios de familiares, amigos y conocidos, Santiago fue una persona fiel y comprometida con las causas injustas: “Por más que quieran justificar o por más violenta que quieran dibujar una protesta, nadie debe ser asesinado”. Y agrega: “Uno busca explicación y por eso investiga. Utilizaron las fuerzas del Estado y ahora intentan enterrar lo que pasó”.

El cineasta Tristán Bauer explica que frente a la noticia de la desaparición de Santiago decidieron no ser espectadores de los acontecimientos sino ponerle imágenes a la historia para contar lo que ocurrió. “Los que dicen que Maldonado simplemente se ahogó, deben escuchar un no rotundo como respuesta. El objetivo es despertar conciencias y seguir el camino de lucha”, sostiene.

“Los drones en la Patagonia iban volando al calor de los sucesos, mientras se iban desarrollando, por lo que, junto con Juan Alonso, logramos avanzar y construir esta historia”, cuenta Bauer, cuyo equipo fue investigado, filmando y editando a medida que iban sucediendo los hechos.

El camino de Santiago aborda distintos puntos de la trama que involucran de manera directa a funcionarios del actual Gobierno, hijos de las familias latifundistas de la Argentina: Marcos Peña Braun, Patricia Bullrich Luro Pueyrredón, Esteban José Bullrich Zorraquín Ocampo Alvear, y más.

Omar Quiroga, el encargado de la investigación periodistica.

El documental también retrata las masivas manifestaciones por Santiago Maldonado. “Debemos estar orgullosos del poder de movilización popular que tenemos. Ellos creen que pueden contenerla pero estoy seguro que no es así”, asegura Bauer, a quien no lo sorprenden el reciente decreto que involucra a las Fuerzas Armadas en la seguridad interior ni el acuerdo con el FMI. “Lo único que espero es que no vuelvan a realizar una vez más las atrocidades que se han cometido en la Argentina y en América Latina”, dice.

Las voces del círculo íntimo y de la comunidad mapuche Pu Lof dan relieve a la experiencia vivida por Santiago. Soraya Maicoño, integrante de la comunidad, evoca la historia del shopping Patio Bullrich, otrora una casa de remates donde se ofrecían, junto a las vacas y los caballos, esclavos mapuches para las familias patricias.

Productor y fotógrafo, Manuel Fernández, subraya la importancia de los nuevos dispositivos tecnológicos, como el drone, que les permitieron realizar un registro nítido de la Patagonia, y afirma que el documental también “tiene como objetivo responder una pregunta histórica: ¿Por qué la Patagonia es el lugar más codiciado por las empresas y los extranjeros?”. “La estancia Benetton equivale 43 veces a la Ciudad de Buenos Aires”, precisa.

Con casi un año de ardua y cuidadosa labor a cuestas, Fernández reflexiona sobre las repercusiones del documental, ninguneado por los grandes medios. “Están intentando sacarle prestigio pero en verdad tiene un trabajo sólido que lo respalda tanto a nivel de investigación periodística como desde el eje artístico”.

En la Argentina de los 30 mil desaparecidos, el caso de Santiago Maldonado es una pieza dentro de un gran rompecabezas histórico de años de sangre y atropellos y de un poder oligárquico que hoy tiene a sus miembros más conspicuos sentados en los sillones de los ministerios.

El camino de Santiago se estrenará oficialmente el 1º de agosto y se podrá ver todos los martes y miércoles de agosto en el Centro Cultural de la Cooperación (CCC) y los viernes de ese mismo mes en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET).

El camino de Santiago se estrenará oficialmente el 1º de agosto.

La Avant Premiere de «El Camino de Santiago». se realizó en la sala de Directores Argentinos Cinematograficos (DAC).

“Quiero ser candidato a gobernador”

“Quiero ser candidato a gobernador”

 

¿Cómo ve las políticas de desarrollo social del Gobierno nacional y del provincial?

Las veo mal. El objetivo del desarrollo social en cualquier país es que haya menos pobreza y desocupación. Pero la situación social está empeorando mucho. Se están recortando programas relacionados a los jóvenes y, si bien es cierto que queda mucha gente con programas sociales, se desacomodó la economía y ya no alcanzan. Esto empeora en la provincia de Buenos Aires, en esencia porque el sistema de salud se está complicando mucho, los médicos no tienen insumos. También empeora el sistema educativo. Yo siempre creo que el ministro de Desarrollo Social nació para pelearse con el ministro de Economía, para lograr los recursos necesarios. Eso hoy no está pasando, no hay una política social activa de verdad, que transforme. No veo, por ejemplo, por qué no se decreta la emergencia alimentaria. El resultado de esta política de Gobierno es más pobreza y más desigualdad.

¿Hacia dónde conducen estas políticas?

A mí me parece que el Gobierno imagina un país que es: soja, minería, sector financiero y salarios bajos. La Argentina es competitiva en lo que es tradicional, producción primaria, el mundo financiero que es fuerte y salarios bajos. Ese modelo deja veinte millones de personas afuera. Creo que no sólo es muy negativo en términos éticos y de valores, sino que es un gran error económico también. Porque, en realidad, el que no lo ve con el corazón, al que no le causa dolor y tristeza ver tanta gente afuera, debería verlo por la racionalidad económica: la persona que no tiene plata no consume y si no consume no mueve la economía local.

¿Cómo se podrá revertir ese proceso?

Va a ser muy difícil reconstruir este proceso. Porque además de ese modelo van a quedar muchas condicionalidades. El acuerdo con el Fondo Monetario va a dejar condicionalidades muy altas, van a quedar muy desacomodados muchos sectores productivos, la apertura de importaciones desacomoda un montón de sectores.

Viene un trabajo muy fuerte para hacer. La Argentina requiere de un tipo de políticas muy diferente. Creo que lo que viene después de esto es un gobierno de equilibrio, uno que pueda asegurar criterios, fijar algunas pautas de lo alimentario, que apunte a cortar la venta de droga en los barrios. Va a requerir de mucho consenso, por eso creo mucho en la unidad opositora. Este gobierno es irresponsable. No sólo deja a un montón de gente afuera, sino que construye absurdamente un modelo ingenuo de vínculo con el mundo. Es ingenua porque ahora además llegó (Donald) Trump y el mundo se cierra. Es una idea inviable.

Usted habla de la existencia de “las cuatro Argentinas”, tal como tituló su libro publicado en 2016,  y de la fragmentación social como principal conflicto en el país. ¿Cómo se resuelve ese problema?

Las cuatro argentinas son: una Argentina de los más pobres, los que no tienen lo mínimo, una vulnerable de las changas, una de clase media y una de clase alta. La fragmentación es el peón de taxi que es vulnerable y cuando hay un corte dice: “Yo laburo todo el día, a mí no me regalan nada y a vos te dan todo”. El de clase media dice: “Yo pago todos los impuestos y todo va para allá”. Mi miedo es que las tres Argentinas de arriba entiendan que el problema es la Argentina de abajo y que se potencie aún más la fragmentación. Esta fragmentación consiste en que los distintos sectores se vean de forma contradictoria, el “soy yo o sos vos”, hay conflicto y tensión.

¿Y cómo se combate el núcleo duro de pobreza?

El núcleo duro de la pobreza tiene tres situaciones. Una de las más importantes es la pobreza intergeneracional, esto es que alguien nace pobre, sus padres fueron pobres, sus abuelos fueron pobres y hay todas las chances de que sus hijos sean pobres. Segundo, hay un problema de infraestructura,  de vivienda, de servicios básicos, hay mucha gente que vive en Argentina como en el siglo diecinueve. Y el tercer elemento es la falta de movilidad social, el no vínculo con el mercado laboral, más que una changa de vez en cuando. Por todo esto, en primer lugar hay que hacer tres millones de viviendas en Argentina. Es una gran política de derechos y es un gran programa de empleo, a la vez, dando laburo a mucha gente. Segundo, yo creo mucho en la obra pública de pico y pala, es mano de obra intensiva. La Argentina es un país de tres siglos: en el siglo veintiuno está el que le pone valor agregado a la soja, el mundo del conocimiento. En el siglo veinte está la señora que cose ropa en su casa, el gasista y el plomero. Y en el siglo diecinueve está el pibe sin secundario completo. Eso es el mercado laboral. Hay que hacer mucha obra pública y dar trabajo en ese sector, hay que cuidar la industria textil, hay que armar un conjunto de elementos que vayan sacando a la gente de la pobreza estructural.

La Argentina tiene recursos económicos, humanos y naturales, produce alimentos para cuatrocientos millones de personas. Habla mal de todos nosotros, me incluyo, que tenga pobreza estructural.

Daniel Arroyo conversa en su despacho con la redactora de ANCCOM.

«Lo primero que hay que hacer en la Argentina son tres millones de viviendas», dice Arroyo.

¿Cuál es el rol de las nuevas universidades en este aspecto?

Las nuevas universidades son un factor de movilidad social, por varias razones. Primero porque estás acercando el mundo del conocimiento y de la investigación a lugares alejados del centro, comprendido como la Capital Federal. Segundo porque el ochenta y cinco por ciento de los chicos son primera generación de universitarios. Impulsar una primera generación de universitarios en el conurbano para mí es de un valor impresionante. Y tercero, quienes en general critican no fueron, no vieron cómo funcionan. Estudiar abre cabezas, oportunidades, genera condiciones, brinda movilidad social ascendente. Soy muy amigable con la idea de las nuevas universidades, hay que potenciarlas. Me gusta mucho lo que están haciendo varias de esas universidades.

¿Cómo ve el camino hacia el 2019? ¿Considera posible una unificación electoral del peronismo?

Yo tengo un gran miedo y es que me parece que se está rompiendo el contrato social. La sociedad se está desenganchando del Gobierno. Yo fui electo diputado en 2017. Vi la campaña como una especie de matrimonio, que si bien no estaba andando bien, llevaba sólo un año y medio y había que esperar. Pero después el Gobierno planteó un conjunto de políticas brutales, quedó muy desnudo, muy desacomodado. Frente a eso la sociedad se desenganchó del Gobierno, pero no ve nada en frente. Esa sensación de vacío es la ruptura del contrato social, que el Estado no acompaña, que cada uno individualmente tiene que hacer lo que puede. Es crisis de representación, con el Gobierno y la política en general. En ese contexto, la unidad del peronismo no es opcional. Creo que lo vamos a lograr, trabajo mucho para eso. Mi idea es que el siglo veintiuno es el siglo de los frentes electorales, no de los líderes únicos. Tenemos que ir a una gran PASO, una gran primaria. Espero que nadie se tiente con las vanidades en este contexto. Fragmentados gana el Gobierno y de esa manera quedan veinte millones de personas afuera.

¿Visualiza una candidatura?

Quienes somos opositores tenemos la obligación tanto de construir la unidad como de llenar el vacío del Estado. En ese contexto quiero ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, como uno de los que discuta en ese espacio para ir a las PASO.

Si llegase a asumir un gobierno peronista ¿qué considera que debería pasar respecto al acuerdo con el FMI? ¿Cuáles son las primeras medidas que deberían tomarse en términos de inflación y recesión?

Me parece difícil que en este Gobierno se cumpla el acuerdo con el FMI. Si ya no está cumpliendo las metas, se le disparó el dólar, usa los fondos para evitar una corrida bancaria que igualmente sucede, hay fuga y saqueo constantemente. Hay que hacer una apertura del mercado interno, todo lo contrario a recortar y endeudar. Hay que ver en un nuevo gobierno en qué consiste este acuerdo y avanzar. Pero lo que necesita la Argentina no es la línea que fija el Fondo. Lo peor que hizo el Gobierno hasta ahora fue liberar el precio de los combustibles y dolarizar las tarifas, eso es inadmisible. En términos de inflación, el Estado tiene que tener capacidad de regular, todo se está yendo a precios. Debería haber un secretario de Comercio de verdad, tener una mirada más keynesiana, generar un consejo económico y social con los trabajadores y definir metas de verdad de inflación, generar equilibrio. El gobierno tiene claro qué hacer con el mercado, pero no sabe qué hacer con el Estado.

 

Escenas de un día para recordar toda la vida

Escenas de un día para recordar toda la vida

Chicas y chicos acostados sobre la calle tapados con frazadas y con pañuelo verde.

Desde temprano diferentes banderas entraron en escena, las caras con glitter, las banderas y los pañuelos verdes. Las avenidas fueron afluentes desde donde llegaron multitudes hacia la Plaza Congreso. El frío, el sueño, la impaciencia, la expectativa se apropiaron de una mayoría de mujeres que ya empezaban a cantar a cantar.

El recinto comenzó su debate a las 11. Del lado verde ya estaban las carpas de Ni una Menos, la carpa que daría talleres toda la tarde sobre Rivadavia y, sobre Callao y Perón, un escenario listo para empezar lo que se convertiría en una fiesta

Se acercaba la hora del almuerzo y los discursos y las especulaciones sobre la votación se miraban por TV, cual partido de fútbol, en todas las pizzerías del centro porteño. “Este es nuestro mundial”, le dice una chica a otra, mate en mano, mientras van caminando por Rodríguez Peña a los codazos entre las personas. Para entonces ya había hablado Victoria Donda. Su postura, a favor, recordó que “la clandestinidad mata” haciendo referencia a las condiciones en las que miles de mujeres mueren al practicarse un aborto: “Me pesan los embriones que no van a nacer pero más me pesan las mujeres que no pueden acceder a la salud pública” dijo, eufórica. Mientras desde el escenario se escuchaban gritos de apoyo y aplausos.

Mujeres jóvenes marchando tomadas de las manos y con sus pañuelos verdes.

La marea verde arrasó los alrededores del Congreso.

Gente descompuesta por la falta de aire, gente apretada, gente organizando a mucha gente. Un grupo de ancianas caminan con dificultad y cantan lo más fuerte que pueden “aborto legal en el hospital”. La marea verde se mueve a lo largo de unas cinco cuadras pero se identifican dos focos claros: Rivadavia y Callao, frente al Congreso Nacional y Callao y Perón Frente al escenario.

Veintidós horas de debate y espera y no hay incidentes ni disturbios, solo un poco más de control policial patrullando las calles y el cansancio en las cuerpas que hacía aflorar comentarios: “¿Cuánto queda?”. El momento de escuchar la votación se vivió con un silencio que no había desde hacía mucha horas. Después, la explosión.

Personas entadas en la calle miranda la pantalla que transmitía la sesión de diputados.

Veintidós horas de debate y espera sin incidentes ni disturbios.

Les adolecentes

Una chica sumerge un pincel en un tubo verde brillante, limpia el exceso de pintura y mira fijo a su compañera que la espera parada en frente suyo, con los ojos cerrados. Sobre la mejilla derecha termina de darle forma a un puño en alto, dibujado dentro del símbolo de la mujer. Son dos de las decenas de pibas y pibes que se estampan sobre las paredes blandas de la carpa N°1 montada sobre la calle Rivadavia, esperando para entrar a la primera actividad del día: “Las pibas ya decidieron. El movimiento estudiantil y el derecho al aborto”.

Pasadas las dos de la tarde, las últimas en entrar a la carpa son dos quinceañeras envueltas en un pañuelo verde gigante que alcanza para cubrirlas por completo; afuera queda una multitud de adolescentes que hacen piecito y asoman por los huecos de la tela para no perderse la charla. Después de dos días de tomas en más de once colegios secundarios de Capital Federal y Gran Buenos Aires, los estudiantes decidieron movilizarse hasta la plaza del Congreso en apoyo a la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. “Hay algunos profesores que se diferencian y nos acompañan en ese proceso de aprendizaje, pero llegamos sólo a la información básica”, cuenta una de ellas y agrega: “En el Artículo 8 del Proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto se establece que las personas gestantes de entre 13 y 16 años tienen la madurez suficiente para decidir si quieren o no practicarse un aborto. El macrismo nos quiere sacar esa posibilidad y establecer que las personas gestantes entre 13 y 16 años tengan que tener la autorización de un padre para poder acceder al aborto. Esas personas, por lo general, han sido abusadas y en el 80 por ciento de los casos el abuso es intrafamiliar. ¿A quién le vamos a pedir que nos autorice, a nuestro abusador?”

Lola tiene quince años y es alumna del Paideia. “En nuestro colegio tampoco se cumple con la ESI. Algunas alumnas mandamos una carta a las autoridades demandando más espacios de educación sexual, pero nunca tuvimos respuesta”. Sobre la importancia de la aprobación de la ley, sostiene: “Esto no es una cuestión moral. No estamos discutiendo sobre la posibilidad de abortar o no. El aborto ya sucede, hay personas que se están muriendo por eso y no estamos haciendo nada para pararlo, a menos que se legalice. Es una cuestión de salud pública y de poder decidir sobre nuestros cuerpos”.

Mujeres marchando con sus pañuelos verdes.

Desde temprano las banderas y los pañuelos verdes llenaron las calles del Congreso.