Un herido en una nueva represión a los mapuches

Un herido en una nueva represión a los mapuches

Diez efectivos de la policía de la provincia de Chubut ingresaron en la noche de ayer al Pu Lof Cushamen, territorio ancestral mapuche ubicado en la ruta 40 cruce al Maitén, actualmente en disputa con Benetton, y dispararon balas de goma y plomo, lo cual provocó dos heridos de gravedad que se encuentran en el hospital de Bolsón. Esta represión constituyó la continuidad de lo sucedido el pasado martes, cuando en un operativo que desplegó Gendarmería Nacional, con más de 200 efectivos, avanzó sobre el territorio ocupado por familias mapuches apaleando sin discriminar entre hombres y mujeres de la comunidad, con un saldo de varios heridos y tres hombres detenidos.

Ayer se realizaron movilizaciones en repudio a lo sucedido: en Esquel, provincia de Chubut, miembros de la comunidad esperaron frente al Tribunal Federal la resolución del juez Guido Otranto para la excarcelación de los tres detenidos, que finalmente fue denegada, a lo que se sumaron un escrache al Juzgado Federal en la capital rionegrina, Viedma, y una movilización en Capital Federal a la casa de Chubut, ubicada en la calle Sarmiento 1172. En dialogo con ANCCOM, Soraya Maicoño, miembro del Pu Lof expresó: «Lo sucedido fue una situación similar a la conquista del desierto o la ultima  dictadura».

«Cerca de las 8 de la noche de este miércoles entró al Lof Cushamen la Infantería, llego en una camioneta de la cual bajaron diez efectivos y empezaron a disparar balas de goma y plomo», relató Maicoño, que en al momento de la comunicación con ANCCOM se encontraba presentando un recurso de amparo en la Fiscalía provincial para tratar de evitar estos atropellos sorpresivos y constantes de la policía. «Hay un herido que fue trasladado al hospital de Bolsón, se trata de Emilio Jones Huala, herido en el maxilar derecho», agregó.

El Pu Lof Cushamen cuenta con tres accesos. El martes todos amanecieron cerrados y custodiados por Gendarmería Nacional.  Esta vez, la excusa que utilizó el gobierno provincial para reprimir fue un conflicto en torno al traslado de Maitén a Esquel de una locomotora del tren turístico «La Trochita». Debido a que las vías pasan por parte del territorio en conflicto,  los integrantes de el Pu Lof Cushamen pidieron que se reconozca que el territorio por el que debía pasar el tren es tierra ancestral mapuche. Para realizar negociaciones se abrieron dos mesas de dialogo con el gobierno provincial, «Tuvimos dos instancias de mesa de dialogo para permitirles pasar el tren -indicó la integrante del Lof- , pero siempre que tuvieran en cuenta que pasarían por territorio mapuche. La tercera mesa de dialogo el mismo gobierno de la provincia de Chubut la levantó. Decidió pasar igual y reprimir». El relato de Soraya describe el violento ataque: «A las mujeres las trataron muy mal, algunos hombres pudieron cruzar el río y salvarse de la persecución, pero la Gendarmería entró a la Ruka donde estaban las mujeres a las cuales les quitaron los hijos, las tiraron al suelo y lastimaron».El operativo del martes dejó varios heridos y tres hombres detenidos: Nicolás Hernández Huala, Ricardo Antihual y Ariel Garzi.

Si bien el conflicto esta vez se desató por el paso de la locomotora, la disputa por el territorio lleva mucho tiempo, desde la Conquista al Desierto y la posterior venta de las tierras durante el gobierno de Carlos Menem, en la década de 1990, al empresario italiano Luciano Benetton. «Lo que a ellos les importa son los recursos naturales que tienen que ver con el petróleo, la minería, las represas hidroeléctricas… Están ensañados por ese tema», reflexiono Maicoño y añadió que por ese motivo también luchan por el territorio: «Para evitar que se siga avanzando con estos proyectos que desequilibran no solo al pueblo mapuche sino también a todo aquel que vive en la zona».

Un reclamo histórico

Días antes de que el Pu Lof Cushamen fuera atacado por Gendarmería, ANCCOM visitó el territorio en disputa en donde resiste la comunidad mapuche. En una casilla modesta ubicada a pocos metros de la Ruta 40, nos atendió una Lamien (hermana) encapuchada y con su cara cubierta debido al temor a las persecuciones que la policía de la provincia viene realizando contra su comunidad hace varios meses. «Hay un ensañamiento muy grande con nuestro pueblo, existe una gran demonización y estigmatización. Hoy para el gobierno ser indígena es ser terrorista», explicó la joven que prefiere reservar su identidad. Luego buscó dentro de la casilla la Trutruka, un instrumento de viento mapuche realizado con un cuerno, para llamar al Peñi (hermano). Haciéndolo sonar, le pidió que baje de la montaña y minutos mas tarde se vio la figura de Matías acercándose.

Mientras rompía unas ramas para prender fuego y hacer un mate, Matías –que por su seguridad física prefirió resguardar su apellido- dijo: «Nosotros defendemos el territorio de las actividades extractivistas que no favorecen al pueblo. También tenemos la obligación de defender los Ngen, que son los espíritus  de nuestros ancestros que hay aquí en el territorio», agregó. Para el pueblo nación Mapuche las montañas tienen una importancia central, mas allá de sus características naturales. «Ellos no entienden que es lo que estamos cuidando, para ellos es todo recurso, extractivismo. Nosotros con la montaña, con todos los espíritus, tenemos un contacto directo, si nos vuelan una montaña también están volando una parte nuestra», detalló el Peñi, y denunció que «eso es lo que no entienden, ¿como vamos a hacer entender al Estado si no quieren entender? Nunca quisieron, nunca nos escucharon».

Al igual que la Lamien que nos recibió en la entrada, Matías pertenece a una nueva generación de militantes mapuches que se niega a resignar sus derechos territoriales, «Los jóvenes estamos dispuestos a combatir por nuestros territorios ante las fuerzas represivas. De todas formas entendemos que no es la solución, lo que tiene que haber es una solución política y una reparación histórica ante el conflicto mapuche».

 

“Es difícil, pero no imposible”

“Es difícil, pero no imposible”

“Vamos a poner el tema en agenda. Sabemos que es difícil, pero no imposible”. Los trabajadores de la cooperativa del hotel Bauen se plantean un desafío con final incierto: a partir de febrero pondrán en marcha una serie de actividades para intentar sumar apoyos en el Congreso que les permitan revertir el decreto presidencial que vetó la expropiación del edificio que, en pleno centro porteño, simboliza la resistencia social a la crisis social de 2001.

En pleno receso legislativo y mediante el decreto 1.302/2016 publicado el martes 27 de diciembre en el Boletín Oficial con la firma del presidente, Mauricio Macri, y del jefe de Gabinete, Marcos Peña, el gobierno vetó la ley que proponía que el inmueble de Callao y Corrientes pase a manos de los trabajadores. La medida golpeó a una de las cooperativas más emblemáticas de las surgidas al calor de la crisis del 2001, una de las 400 empresas recuperadas y autogestionadas por sus trabajadores en el país durante los últimos 15 años.

En diálogo con Anccom, el vicepresidente del colectivo, Federico Tomarelli, destacó el respaldo multisectorial a la lucha de los trabajadores del Bauen, y confió en que se convierta en la llave para dar marcha atrás con el veto presidencial. “Hemos recibido muestras de apoyo de distintas agrupaciones políticas y sociales y vamos confiados a conseguir la mayoría. Sabemos que las condiciones son difíciles, hay que conseguir los votos de dos tercios de la Cámara”, reflexionó.

 

¿Por qué creen que el gobierno vetó la ley de expropiación?

El Presidente entiende como algo absolutamente imposible de refrendar lo que nosotros hacemos, que es gestionar empresas. Es una cuestión ideológica, filosófica, política. Lo que sucede es que no puede traducir eso en los fundamentos de un veto, entonces argumenta el costo elevadísimo que le generaría la expropiación al Estado. Es una falacia, una estrategia armada a los fines de generar cierto descontento social. Se excusan en que no pueden gastar ese dinero en la expropiación del hotel. Nosotros suponíamos que podría aparecer el veto ya que el macrismo siempre se opuso a nuestras políticas, siempre estuvo en contra de lo que representamos nosotros. Nos molestó, pero no nos sorprendió.

¿Cómo continúa la lucha por preservar las fuentes de trabajo?

Nosotros buscaremos reconfirmar el proyecto en el Congreso, que se logre votar nuevamente, lo que dejaría sin ninguna posibilidad al veto presidencial. Sabemos que es muy difícil porque son muchos diputados, y, además, estamos en enero, con mucha gente afuera. La actividad más fuerte será a partir de febrero. Intentaremos, con distintas actividades, imponer el tema en agenda para que a partir del 1 de marzo, que es cuando empiezan las sesiones ordinarias, podamos llegar al Congreso.

¿Hay chances de revertir el decreto?

-Tenemos confianza en nuestro trabajo. Hemos recibido muestras de apoyo de distintas agrupaciones políticas y sociales durante todos estos días, así que vamos confiados a conseguir la mayoría. Sabemos que las condiciones son difíciles, hay que conseguir los votos de dos tercios de la Cámara, pero tampoco es imposible

El veto llegó después de mucho tiempo en el que tampoco se había votado la expropiación…

Probablemente con el gobierno anterior no se hubiese vetado el proyecto, pero también pensamos que en los doce años del gobierno anterior se podría haber aprobado la expropiación, y no sucedió. ¿Qué necesidad había de llegar a este punto cuándo se podría haber resuelto mucho antes? La política tiene sus propios tiempos y a veces no van de la mano de las necesidades ajenas.

– ¿Esperaban resistencias en el Parlamento?

– No. La cooperativa va a cumplir catorce años y desde hace diez que presentamos proyectos en el Congreso. Con el transcurso de los años, las iniciativas iban perdiendo estado parlamentario. Lo volvíamos a presentar con otros diputados ya que muchos de ellos dejaban de estar en la Cámara. En el mientras tanto, pulíamos el texto. Nunca dejamos de insistir porque teníamos la confianza de que era la solución política más adecuada.

 

Nuestra Escuela, en peligro

Nuestra Escuela, en peligro

El Programa Nacional de Formación Permanente Nuestra Escuela es fruto de la exigencia de generaciones de docentes argentinos por obtener una herramienta gratuita de capacitación que contemple la situación económica, social y geográfica de cada maestro o profesor. Dependiente del Instituto Nacional de Formación Docente, el programa creado en 2013 cuenta con 2.600 tutores virtuales a cargo de una variada oferta de postítulos a los que cualquier maestro con conexión a Internet puede acceder.  Sin embargo, según denunciaron trabajadores y cursantes del proyecto, las resoluciones publicadas en el boletín oficial el pasado 23 de diciembre ponen en peligro su continuidad. En diálogo con ANCCOM, tres docentes explicaron el alcance de las medidas que ponen en riesgo la finalización de la cursada de muchos inscriptos y, como consecuencia, reducen significativamente la cantidad de tutores virtuales que serán necesarios para continuar. Hasta el momento, los contratos de los tutores no han sido renovados.

 

 

“Esto es el resultado de un proceso de lucha”

 

Carlos Trapani cursaba en una escuela técnica y quería continuar estudiando Física Atómica. Aprobó el examen en el  Instituto Balseiro pero los evaluadores le negaron la beca: “Era el año 83, todavía dictadura. El dictamen fue que yo era un individuo que implicaba un riesgo para la sociedad. Vaya a saber qué cosa significaba eso, pero como no pude estudiar e investigar sobre física, decidí que iba a enseñar a todo el mundo acerca de eso. De modo que al año siguiente empecé a estudiar y a trabajar como profesor. Y bueno, de esto hace ya treinta años”, contó Trapani, docente tutor y responsable de contenido de la especialidad en Física del postítulo Educación y Nuevas Tecnologías, ofrecido por Nuestra Escuela.

 

¿Cómo surgió el Programa Nacional de Formación Permanente Nuestra Escuela?

 

Tendríamos que remontarnos unas décadas. Esto es el resultado de un proceso de lucha que hay que enmarcar en la movilización los años sesenta y setenta, donde se pugnaba por una sociedad radicalmente más democrática que la que se vivía hasta ese entonces. En ese contexto, los docentes se asumieron como trabajadores de la educación y se pudo configurar el marco sindical de la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA). Se luchó en ese momento por tener un estatuto del docente que regulara los procesos de selección de personal, de asignación de tareas y derechos laborales. En ese estatuto del docente se preveían las juntas de calificación docente, que eran cuerpos colegiados elegidos por los pares para evaluar los méritos académicos, experiencias, formación, capacitación posterior, y asignar en concurso un orden de mérito a los postulantes, para que los más capaces sean los que tengan prioridad para acceder a cargos. Lo que también había que garantizar eran iguales oportunidades para capacitarse luego de la formación inicial. De modo que se pensó incluso en crear la Universidad Pedagógica Nacional, una estructura similar a la UTN, con regionales en todo el país, donde los docentes pudiéramos formarnos, capacitarnos, investigar, especializarnos en nuestras disciplinas. Pero bueno, no se pudo. Al retomarse la democracia, en los primeros años se buscó reponer el estatuto del docente y normalizar el funcionamiento de los sindicatos, y hacia el 2000 se retomó la iniciativa de tener una instancia de capacitación nacional, de calidad académica, que alcanzara a todos los docentes y les brindara iguales oportunidades. Con ese objetivo, se creó el Instituto Nacional de Formación Docente y, dentro de él, políticas definidas para tener líneas de capacitación. Alrededor del 2008 y 2009 empezaron a aparecer cursos de alcance nacional: primero Conectar Igualdad, y después otra serie de programas. Entre ellos, uno de los más amplios, generosos y de mejor calidad  es el Programa Nuestra Escuela.

 

¿En qué consiste Nuestra Escuela?

 

Es un programa que no oferta cursos sueltos, sino un trayecto de dos años compuesto por una veintena de módulos, que forman lo que se llama una especialización en educación y nuevas tecnologías. Para todos, la extensión y la densidad académica, geográfica y de recursos es similar, pero respetando un trayecto que atiende a la especificidad de cada disciplina o área de desempeño. Yo, además de tutor, soy responsable de contenidos de Física para Nivel Medio y Superior. Las instancias a cursar son todas con trabajos que tienen que desarrollarse vinculados a los contenidos disciplinares, a los contenidos pedagógicos y a los diseños, realizaciones y evaluaciones de puestas en práctica docentes. Cada cursante tiene temas para estudiar de la disciplina, temas para desarrollar respecto de la pedagogía y de la didáctica, y tiene que implementar prácticas incorporando esos nuevos conocimientos y los nuevos recursos digitales que están por allí en la nube pero no están pensados desde la didáctica. Lo que hace el programa, entre otras muchas cosas, es hacer análisis didácticos de los recursos disponibles en el ámbito de las nuevas tecnologías.

 

 

Calificaste a Nuestra Escuela como un programa amplio y generoso, ¿En qué sentido?

 

Yo tuve una cursante que intervenía muy poco pero hacía intervenciones buenísimas, entonces le escribí pidiéndole que intervenga más seguido, que sus aportes eran muy importantes y muy interesantes. Ella me dijo que cuando baja a Tartagal y el cyber está funcionando se conecta. Podría nombrar cientos de casos así. El programa está pensado para que esa profesora, que trabaja en una escuela rural en Tartagal, pueda capacitarse y lo haga en las condiciones que pueda. Por eso en un momento mencioné que era un programa generoso, en el sentido que se les brinda a cada cual la oportunidad de cursar con sus disponibilidades y sus restricciones de tiempo, espacio y circunstancia. En cambio, la filosofía que fundamenta las nuevas resoluciones,  se parece a la de la Academia Pitman: vos entras, haces una capacitación instrumental y te vas. La única manera de entender la lógica de cerrar la inscripción, dejar a la mayoría afuera y a los pocos que quedan hacerlos cursar apurados es eso, un criterio de eficiencia operativa muy cruzado y muy enemistado con lo que tendría que ser una filosofía pedagógica.

 

¿Cuáles son esas nuevas resoluciones?

 

Durante el año pasado estuvo corriendo permanentemente el rumor acerca de cuánto iba a durar esto. Como se estaban destruyendo muchas cosas en distintos ámbitos, parecía extraño que no se metieran con la educación. Y bueno, en la semana que hubo entre las fiestas nos enteramos que venía la arremetida contra el programa Nuestra Escuela. Mediante las resoluciones firmadas el 23 de diciembre que establecieron cambios en el régimen de cursada. Son cambios muy malintencionados, que dejan afuera de la posibilidad de cursar a la mayoría de los docentes que están integrados a la cursada del postítulo y, en forma proporcional, va a dejarnos sin contrato a los tutores.

 

¿Qué modificaciones establecieron esas resoluciones en el régimen de cursada?

 

En primer lugar, se cierra la inscripción. Es decir, nadie este año puede ingresar y comenzar el curso. Con eso quedan afuera alrededor de 50.000 inscriptos que se venían anotando regularmente año tras año. La otra resolución establece que quienes aún no hayan superado la mitad de la cursada no pueden seguir cursando la segunda mitad, porque dicen que el programa ya está hace varios años y no puede ser que se estire tanto. El tercer cambio determina que quienes hayan superado la mitad de la cursada tienen este año para finalizar. Si no lo terminan en este ciclo lectivo, en diciembre se cierra y no lo terminan más. Entonces, son tres resoluciones sencillitas que dejan afuera más o menos a 50.000 docentes cursantes cada una. Además, para seguir siendo cursante tenías que reinscribirte hasta el 30 de diciembre. La resolución salió el 23, que fue viernes. Los docentes recibieron los mails entre el 26 y el 27 y tenían tiempo de presentarse hasta el 30 en sus escuelas sedes, porque el postítulo no es solo virtual, tiene instancias presenciales de evaluación, de coloquio, de ateneos, etc. En muchas sedes, entre el 27 y el 30 de diciembre no hay nadie. De modo que un montón de personas que sí se enteraron a tiempo quedarían afuera porque no tuvieron a quién presentar los papeles. En algunos lugares se pudieron presentar los papeles, pero si por ahí faltaba algún certificado o no estaba completo el conjunto de requisitos administrativos. Es una locura: tener que reinscribirse en tres días o perder toda la cursada.

 

¿Cómo afectan las nuevas resoluciones a los tutores virtuales?

 

Yo soy tutor de los últimos módulos: Propuestas Pedagógicas I y II y Seminario de Especialización en Física. Tengo que suponer que, como son del tramo de la terminalidad de la carrera, me quedo. Es decir, puedo especular que porque doy el último seminario no me van a echar. Pero también puedo especular que si me miran el Facebook me echan, porque no se basan en criterios académicos. No se nos acusa ni de ñoquis, ni de que enseñamos mal, ni de que somos burros, ni de que somos vagos. No hay acusaciones, porque no pueden, porque no existen. Esto estaba funcionando bien, los docentes lo han validado a lo largo de estos años inscribiéndose, estudiando, produciendo, explorando innovaciones en sus prácticas, pensándolas, elaborando reflexiones, asumiendo nuevas modalidades de trabajo. No hay críticas de que el programa sea defectuoso o que los tutores tengamos mal desempeño. No, simplemente decidieron que se achica, se corta, se cercena y se cierra.

 

¿Recibieron alguna respuesta a los reclamos?

 

Todavía no están los listados de quién se queda y quién se va, con lo cual se genera un clima horrible de inestabilidad, de incertidumbre. No somos empleados, somos contratados. Entonces, a pesar que nosotros nos consideremos despedidos, técnicamente no nos llaman a firmar el nuevo contrato y, por lo tanto, estamos afuera.  El ministerio dijo que están revisando y en febrero se va a saber quién continúa y quién no. Pero somos 2.600 y ese es el equipo que se vino construyendo a lo largo de ya varios años, y es la dimensión de docentes necesaria para atender la demanda regular que hasta ahora es bastante estable. “Revisar” quiere decir que van a achicar el ingreso y la permanencia y, por lo tanto, van a reducir la planta de tutores del equipo. Por los medios circula poco, recortado y distorsionado. Pareciera que el reclamo solo es no perder la fuente de trabajo. Estamos reclamando eso, pero es solo una parte. No se trata de mi puesto de trabajo individual. Se trata del Instituto Nacional de Formación Docente y el Programa Nuestra Escuela,  resultado de lucha de generaciones y generaciones por tener una mejor calidad educativa. Es el punto más alto de la construcción social que conocimos los argentinos en cuanto a garantizar el ejercicio del derecho a la capacitación permanente democrática y académica de los docentes, y con lo que están haciendo se están llevando puesta una institución que llevó casi medio siglo de construcción. Entonces, mi puesto es una nimiedad frente al hecho de que se está desmantelando una política institucional de estado que los argentinos pudimos conseguir mediante luchas populares a lo largo de generaciones, a lo largo de décadas. Se están llevando puesto el programa Nuestra Escuela y el Instituto Nacional de Formación Docente. Este es el problema.

 

 

“Otras formas de construir la docencia”

                      

Laura Bonomi egresó como profesora de Lengua y Literatura del Instituto Joaquin V. Gonzalez en marzo de 2016. Durante el último año trabajó como docente de Literatura en un Centro Educativo de Nivel Secundario para adultos de la Ciudad de Buenos Aires e ingresó como tutora virtual en un postítulo de alfabetización inicial del Programa Nuestra Escuela. “Empecé Letras en la UBA, estuve unos años ahí y después me di cuenta que lo que quería era trabajar en el aula. Me pasé a un profesorado y nunca me arrepentí”, dijo la docente.

 

¿Cuál es tu experiencia en el Programa Nacional de Formación Permanente Nuestra Escuela?

 

Mi experiencia de trabajo es poca, porque estuve sólo dos bimestres. Las especializaciones son de dos años, con materias bimestrales. La materia que doy yo –Perspectivas de Alfabetización– es una de las primeras de la especialización, así que en general tuve todos cursantes que estaban recién ingresando. El trabajo es bastante intenso. Cuando te hacen el contrato te plantean que es un trabajo que haces dos horas al día, diez horas a la semana, pero en realidad te lleva bastante más tiempo, porque la construcción del vínculo con cada cursante es de una forma completamente diferente a cómo es en un aula presencial. Implica prestarle mucha atención a las intervenciones de cada alumno, ver qué cursante no está participando, tratar de averiguar por qué, tratar de contactarse, reponer cierta cotidianidad del vínculo que te da el aula concreta que en el aula virtual se construye de otra forma. Así que para mí era bastante distinto también, porque la experiencia que tenía como docente era toda en aulas presenciales y esto es una modalidad bastante nueva. El postítulo también tiene encuentros presenciales, que se dan a lo largo del año. En mi caso, no eran con los cursantes de siempre, sino con otros que yo no conocía y que estaban transitando distintas etapas de la especialización. Es como una cuestión más transversal, con otro tipo de desafío, ya que eran personas que venían de hacer otro recorrido.

 

 

¿Qué aporta a tu formación como docente ser tutora en este programa?

 

Creo que como experiencia de trabajo es muy interesante: esto de ver cómo hay otras formas de construir la docencia que no necesariamente tienen que ver con un pizarrón y una tiza, sino con otros espacios y otras tecnologías que no son las que uno está acostumbrado tradicionalmente, o en las que se formó. Además, te plantea un montón de interrogantes como trabajador, que no te planteas en la docencia: la forma de contratación, o distintas cuestiones que tienen que ver más con lo gremial que te hacen preguntarte cosas que en la escuela, una institución con tanta historia, ya están planteadas. Acá está todo por construirse.

 

¿Cómo sentís que contribuye a la educación la capacitación virtual gratuita que ofrece Nuestra Escuela?

 

En las aulas en las que yo trabajé tenía cursantes de todo el país, de lugares muy alejados entre sí. Tenía docentes que estaban trabajando en Misiones, en la Triple Frontera, y otros que estaban trabajando en la frontera con Chile y tenían contacto con distintas comunidades aborígenes, o que venían de situaciones distintas cada uno de ellos como docentes. Para mí, como tutora, fue un aprendizaje enorme, abrirme al panorama de tipos de escuelas diferentes, que yo ni sabía que existían. Y creo que eso le pasa a los cursantes también: empezar a encontrarse con situaciones a las que no están acostumbrados a pensar. Me parece que cuando uno estudia presencialmente, por el contrario, lo hace con gente con la que uno comparte el mismo espacio geográfico. Por otro lado, la plataforma virtual habilita a esta gente que vive muy lejos de centros de formación o de lugares que den postítulos a hacerlos desde su casa, o desde sus pueblos. Los únicos dos requisitos es tener un título docente y tener conexión a Internet. Desde Ushuaia hasta Jujuy, todo el mundo puede acceder. Esa es la mayor ventaja que tiene el programa, la virtualidad. Además, los encuentros presenciales que se hacen cada cuatro meses, se ofrecen en varios lugares de cada provincia, permitiendo así que sea posible asistir. Me parece que es un programa, en ese sentido, mucho más amplio.

 

¿Qué problemas acarrean las nuevas resoluciones publicadas en diciembre?

 

Salieron una tanda de resoluciones, una por cada postítulo. En principio los postítulos se plantean como programas a término: se piensan para un período de tiempo limitado, de dos años. Eso implicaría que la gente que ingresó la última vez que se abrieron inscripciones, que fue en agosto de 2016, tenía dos años para terminar la cursada. Eso daba un tiempo hasta mediados de 2018. Las resoluciones lo que dicen es que cambia esa fecha de julio de 2018 a diciembre de 2017. De esta manera, sacan un cuatrimestre entero de cursada y la gente que se anotó en agosto ya no llega, le falta medio año para terminar la especialización. Otro de los puntos más terribles de las resoluciones es que se imposibilita el recursado de materias. O sea que si a vos en algún momento te fue mal en una materia, o la abandonaste o lo que haya pasado, no podes volver a cursarla. Hay un montón de gente que le falta quizás cursar una o dos materias, pero como son materias que tienen que recursar no podrían terminarlas. Hay otro problema con los encuentros presenciales: se pide en el trayecto de cada estudiante una cantidad de encuentros que tienen que cumplir, pero como los que ingresaron en agosto no llegan a hacerlo porque no les dan los tiempos, plantean suplirlo con una especie de trabajo de campo –que no se sabe bien en qué consistiría porque la resolución no lo especifica-. Son un montón de nuevas trabas que los tutores no conocíamos cuando terminamos de hacer el cierre de notas del último bimestre. No sabíamos que la gente que tenía que recursar la materia en realidad ya no iba a poder cursar más.

 

¿Cuántos son los cursantes afectados?

 

En mi especialización en alfabetización inicial, en agosto, ingresaron 8.000 cursantes. Ellos ya no pueden terminar la carrera porque no llegan según los nuevos tiempos. Los cálculos que se hicieron desde los sindicatos es que hay alrededor de 130.000 cursantes que no llegarían a finalizar los estudios antes de diciembre de 2017. O porque deben recursar materias y no están habilitados para hacerlo, o porque necesitan un cuatrimestre más –ese cuatrimestre hasta julio de 2018– y la resolución lo quita. Si uno les aumentara la cantidad de materias, los estaría excluyendo directamente porque no podrían terminar de cursar. El régimen de cursada, aunque es virtual, exige un ritmo de lectura y de participación en actividades muy intenso. En mi materia, por ejemplo, tienen que intervenir en los foros todas las semanas, hacer pequeñas actividades, y al fin del bimestre tienen que presentar un trabajo final. Y es un trabajo final que tiene una instancia de reescritura, si fuese necesario. Los tiempos son acotados, sobre todo si uno tiene en cuenta que los cursantes son docentes y que muchas veces el cierre de nuestras materias en los postítulos coincide con las fechas de cierre de notas en las escuelas.

 

¿Consideras que está en peligro la continuidad del programa?

 

Sí. No se abrirían nuevas cohortes y para nosotros ese es uno de los puntos a discutir: la continuidad del programa y la apertura de nuevas cohortes. La verdad es que son muchísimas las especializaciones que ofrecen, y muy variadas. Según algunos dichos extraoficiales de los funcionarios, se abrirían nuevas formas de capacitación. Pero los postítulos, como existen hoy, ya no existirían más. El programa tiene dos partes: una son las especializaciones, que son de dos años, y después hay cursos nacionales que dan puntajes en todo el país. Desaparecería todo: se cerrarían los cursos nacionales y las especializaciones. Para nosotros eso implica el cierre de hecho del programa, el vaciamiento, porque se transformarían en no sabemos qué.

 

¿Cómo se ven afectados los tutores con la resolución? ¿Y tu caso en particular?

 

En realidad lo que más nos afecta es que todavía no han llamado a ninguno de los 2.600 trabajadores del programa para firmar de nuevo el contrato. Nosotros estamos precarizados, estamos contratados por convenios con universidades, pero firmamos un contrato. En mi caso, como entré al programa a mitad de año, es un contrato de un cuatrimestre de agosto a diciembre. Pero la gente que viene trabajando hace muchos años en el programa siempre firmaba contrato de enero a diciembre, todo el año. Y ya para los últimos días de diciembre tenían el contrato firmado para el año siguiente. Este año no llamaron a nadie. No vamos a cobrar enero, y supuestamente nos llamarían en febrero para volver a firmar los contratos de los tutores que se necesiten. El tema es que con la cantidad de cursantes que se van a quedar afuera con estas resoluciones, se achica muchísimo la cantidad de tutores que son necesarios. Y sobre todo para las materias –como en mi caso– del principio de la especialización, que no se van a volver a abrir porque ya no existen nuevas cohortes y no permiten que los alumnos que las tengan que recursar lo puedan hacer. Se abrirían solamente aquellas materias que a algún alumno le falte cursar y que nunca haya recursado. Entonces, los que somos tutores de las primeras materias estamos más complicados, porque ya dejarían de existir.

 

 

“Una mirada del docente formador y transformador”

 

Felicitas Bernasconi, luego de recibirse de licenciada en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires, realizó una certificación docente para técnicos y profesionales en San Pedro, donde vive actualmente, y un postítulo sobre Educación y Medios en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Da clases en el nivel secundario y, desde 2009, trabaja en un instituto superior de formación docente. Hace dos años comenzó un postítulo en el Programa Nuestra Escuela pero, debido a cambios implementados durante el último año, se sigue postergando la fecha en la que debe rendir el coloquio final necesario para obtener el título.

 

¿Qué mirada del docente consideras que tiene la capacitación ofrecida por el Programa Nuestra Escuela?

 

La capacitación tiene una mirada del docente formador y transformador. De reflexión sobre la práctica. Se dirige a un docente crítico y consciente de su propia labor. Es muy buena, porque te hace reflexionar continuamente sobre la propia labor, que es lo que tanto se pregona desde ciertos sectores sociales.  El que lo hace en forma consciente, termina modificando su propia práctica y eso, por ende, tiene una incidencia favorable en la educación de los chicos. La capacitación apunta a eso, a profundizar la calidad educativa en función de los cambios que aportan desde lo teórico y desde lo práctico para la educación de los chicos. A mí me sirvió un montón, porque si bien mi carrera de base es Comunicación, los avances en tecnología y la cantidad de plataformas y herramientas digitales existentes que me aportó el postítulo, claramente fueron en beneficio de mis clases y, supongo, en beneficio de los alumnos.

 

¿Cómo fue tu experiencia en el Programa?

 

Empecé con un postítulo de Nuestra Escuela hace dos años. La verdad, espectacular. No imaginé que iba a ser de tanta calidad un postítulo a distancia. Incluso trabajamos con los mismos autores que habíamos leído en FLACSO. El postítulo del Estado no tenía nada que envidiarle al otro. Incluso es más profundo. Cursé bien los dos años de postítulo, pero con el último gobierno vinieron algunos cambios. Yo tenía asignada una sede en San Pedro, en la que me anoté porque con el trabajo y mi hijo de 5 años se me dificulta viajar. Si bien los postítulos son virtuales, tenés algunas sedes asignadas de manera federal para los encuentros presenciales, que se dan dos o tres veces por año. Con el cambio de gobierno y la reestructuración en algunos postítulos, la coordinadora de sede fue informada de una serie de modificaciones que iban a implementarse y renunció a mitad de año. Se fue sin explicar demasiado por qué y, con desconocimiento del funcionamiento de todo el sistema, asumió un nuevo coordinador que tuvo que implementar todos esos cambios, entre ellos los de sede. Yo estoy haciendo el postítulo de Educación Primaria y TIC para formadores de formadores, porque doy clases en un instituto que enseña a futuros maestros. El sistema es así: vos cursas un seminario final, lo aprobás, y después tenés que presentar de manera presencial un trabajo que haces en ese seminario. A mí me queda solamente rendir el ese coloquio porque ya tengo todo aprobado. Iba a ser en San Pedro y, de repente, me lo pasaron para Campana por una cuestión de unificación de sedes, generándome bastantes complicaciones. Si bien Campana no queda lejos, para quienes no tenemos vehículo implica una serie de organizaciones familiares, laborales, etc.,  que uno no tenía previsto. De golpe cambiaron todas las condiciones de cursada. Y no solo eso,  sino que yo aprobé en octubre, tenía como fecha para rendir el  3 de diciembre, y me lo cambiaron para junio de este año. Es súper engorroso, y eso implica no solo un perjuicio personal, de tiempos, sino también en el ingreso a la docencia.

 

¿Cómo te afecta para el ingreso a la docencia?

 

Todos los años, los docentes se tienen que anotar para poder estar en el listado de aquellos que van a dar clases este año, por si salen horas y demás. Y cada año también debes incorporar, en ese ingreso, los nuevos títulos que tenés. Yo tengo todo el postítulo aprobado, pero no el coloquio final, porque me lo derivaron para junio. Como el ingreso a la docencia es en mayo, no llego con la fecha. Con lo cual tengo un año más con un postítulo dando vueltas sin poder ingresarlo a la docencia. Y eso me equivale un perjuicio en mi puntaje, porque cada título te da un puntaje determinado y te ubica en un lugar del listado docente. Lo grave del caso es que no dan explicaciones.

 

¿Qué problemas generaron las últimas resoluciones en tu especializción?

Hay una resolución por postítulo. El postítulo de Educación Primaria y TIC, por ejemplo, fija como fecha de fin de cursada el año 2017. Entonces, aquellos a los que les queda más de un año para terminar, van a tener que hacer un postítulo de dos años en la mitad de tiempo. En la resolución dice que se van a implementar las medidas necesarias para que los cursantes lo puedan hacer en un año, pero es algo imposible, salvo que una persona esté dedicada solo a hacer eso. Porque son exigentes, de muy buena calidad, te demandan un montón de tiempo. Es imposible hacerlo en un año, a no ser que bajen la calidad. Pero bueno, son todas cosas así extrañas. Otra modificación es que, a partir de este año, cito: “Los cursantes podrán cumplimentar los requisitos relativos a encuentros presenciales, a través de trabajos de campo y la presentación de un informe en el campus virtual”. Eso es lo que haces durante toda la cursada. O sea, dejan de establecer los encuentros presenciales.

“La sociedad te genera guetos y espacios para que te quedes encerrado en ellos”

“La sociedad te genera guetos y espacios para que te quedes encerrado en ellos”

Lucas ‘Fauno’ Gutiérrez es un periodista y escritor porteño, fanático de Sailor Moon, capricorniano y VIH positivo. Aunque dice no ser periodista, sino “haber devenido uno”, Lucas cofundó la Revista Waska, su primer proyecto autogestivo, trabajó en AM Splendid y colaboró en el suplemento Soy de Página/12. Actualmente es colaborador en BuzFeed Latinoamérica y columnista especializado en sexualidades en #TuMuch (Much Music Latinoamérica). En 2008, Lucas se enteró de que era portador de VIH y desde entonces sintió la necesidad de hacer y de trabajar por la visibilización y en contra la estigmatización de las personas en su condición. Fue productor del Ciclo Positivx! en Casa Brandon y gran parte de su activismo se desarrolló a través de la acción poética. Dos veces Campeón del Slam de Poesía Oral en Capital, sus escritos recorren las temáticas de la diversidad sexual desde una perspectiva que ataca la teoría de los géneros binarios y, aunque no esperaba que fuera así, hoy se convirtió en un referente del VIH en Argentina.

¿Cuándo decidiste hacer público tu caso de VIH?

Asumirlo es un proceso de todos los días. Primero salí a hacerlo público en las redes porque yo sentía que si lo exponía en todos lados iba a evitar el momento de mierda de tener que contárselo a alguien. Si alguien venía a coger conmigo, ya lo sabía. Después entendí que nada que ver. Fue todo un recorrido. Durante mucho tiempo prevalecía el virus antes que yo. En algún momento el virus llegó a ser más importante que toda mi personalidad. Yo te encaraba diciéndote ‘soy VIH positivo’. Tardé un montón en entender que soy Lucas, soy de Capricornio, soy fan de Sailor Moon, y además soy VIH positivo.

¿Sentís que esa primera reacción tuvo que ver con la presión de la mirada social?

La sociedad te genera guetos y espacios para que te quedes encerrado en ellos. Para que no salgas de ahí. A veces te vende el VIH, que tiene carga y estigma negativo, tiene culpas, y otras veces te vende lugares cool, como el under. ‘under, no pactes con el sistema’, te dicen, te venden. ¿Por estar en un espacio de difusión masiva dejo de ser under? El under solo existe para que el mainstream tenga un punto de comparación.

¿Tu activismo empezó cuando te enteraste de que eras VIH positivo?

Nunca me planteé un activismo. Yo hice. Tengo pulsión de hacer. La gente me dice ‘vos sos activista’ y yo me pregunto ‘¿ah, sí?’ Yo hago porque necesito hacer. Jamás quise ser un referente de VIH. Lo que yo necesitaba era no vivirlo en secreto. Siempre me escriben por Facebook para preguntarme o contarme situaciones. El otro día una piba me escribió ‘no sé cómo voy a vivir con este secreto’ y tuve la necesidad de decirle ‘no lo vivas como un secreto, contáselo a quienes valgan la pena, compartíselo como un regalo a alguien, como una ofrenda, que se sientan privilegiados porque estás contando algo tuyo’. Eso no quita que, si vamos a garchar, yo tenga mis cuidados, conmigo, y con vos. Porque pareciera que los que tienen VIH tienen que andar protegiendo al otro. ¿Y yo? ¿Y mi cuerpo? ¿Y mi autoestima? ¿Y mi vida?

Muchas de las temáticas de tus artículos periodísticos tienen que ver con el tema. ¿Sentís que es un modo de generar nuevos canales de información?

En BuzFeed Latinoamérica, mis editoras son muy abiertas. De repente me encontré en un medio latinoamericano hablando de lo que quiero y como quiero, y por eso creo que ellas plantean un nuevo periodismo. Lo divertido no quita lo importante. Cuando llegué a BuzFeed y Conz Preti me preguntó si escribiría una nota sobre VIH, yo lo acepté de inmediato. Temas de los que no se podía hablar, ahora aparecían con lenguaje de amor. Mi activismo ataca no tanto los problemas, sino las pseudosoluciones.

¿Ese devenir periodista está relacionado con el “no quiero vivir en secreto” del que venías hablando?

Tengo un gran problema con las estructuras impuestas. Yo no podría haber estudiado periodismo jamás. No por la carrera, sino por mí. No puedo seguir los pasos de algo impuesto. En ningún aspecto. Creo que la homosexualidad, basada en la heteronormatividad, creó la homonorma. Pareja obligatoriamente binómica, porque también podés elegirlo, todo lo normado es malo, y hay que recordar que lo puto no quita lo facho.

¿Sentís que las cosas cambiaron desde que hiciste público tu caso de VIH?

Lo primero que cambió fui yo. Tardé mucho en aceptar que yo podía elegir a mi pareja. Yo cogía por default, con quien quisiera coger conmigo. Yo había perdido toda autoestima. Estaba a la espera de que alguien me amara. Nunca tuve una gran autoestima, pero potenciada por el VIH, era peor, porque ahora era feo, y además, era sidoso. ¿Quién me iba a amar? Venía cualquier persona y me aferraba, no a la persona, sino al hecho amatorio. Tardé un montón en llegar a establecer un vínculo real con alguien. Con el último pibe del que estuve enamorado, con quien tuve un gran vínculo, me dijo una gran frase. Me dijo: ‘Esperá que me pongo un forro así vos te quedás tranquilo’. No era ‘así yo me cuido de vos’, sino ‘así vos también te relajás y la pasás bien’. Eso me ayudó a crecer un montón como persona. Yo no soy el puto de catálogo, chongo, groso, hermoso, con todos los dientes. Y cuando empecé a salir con pibes y los observaba, sus panzas, sus culos chatos, su torpeza, yo los amé más. Me parecen hermosos. Y ellos me eligen a mí. Es muy loco cómo aprendés a quererte desde la mirada ajena. Que primero a tu belleza la tenga que valorar la otredad me parece un síndrome total de la época. ¿Cuántos likes tiene mi foto de perfil?

¿Cuál sentís que es, de parte de la sociedad, la primera reacción frente a la deconstrucción de la teoría del género binario?

La deconstrucción de todo binarismo se basa primero en la conciencia binaria. Yo no puedo deconstruir si no tengo una conciencia del binarismo. Cuando hablo de ‘nosotres’, lo hago y me copa, pero no quiero que se me confunda con mucho idiota que habla del ‘nosotres’ porque está de moda. Repito, lo puto no quita lo facho. Que compartas una foto de Milagro Sala no te hace activista. Hay un voyeurismo del activismo que no tiene nada que ver con el hacer. Y la gente es una mierda. Empezando por mí. La gente es el gran cáncer de este planeta. Nos creemos indispensables, tenemos religiones e hijos para nunca morir. Perpetuamos nuestra locura y nuestras enfermedades en hijos de nuestra propia sangre. Todos tenemos miedo a morir, y la única muerte es el olvido, entonces creamos obras todo el tiempo, trastornamos hijos para que nuestro legado de locura se mantenga en el tiempo. El amor es efímero, la maldad familiar y la ignorancia de nuestros padres nos expulsa del paraíso.

Tu activismo, o este ‘hacer’ tuyo, tiene mucho que ver con la poesía. ¿Crees que es posible separar el arte de la política?

El gran error del arte es pensar que tiene un espacio propio. Esa libertad encorsetada es funcional al sistema macabro. Yo digo que dejemos de hacer poesía. Somos todos dioses, hermoses, con las luces que nos iluminan en los escenarios de los Slam, siendo los más aplaudidos. ¿Y en casa? ¿Y en la calle? ¿Sos un slam en la calle? No hablo en contra de la poesía ni del circuito poético. Es mi base, es mi raíz. Ese under es como mi casa. Pero después, ¿qué hacemos en la vereda? ¿Qué hacemos en la calle? Si en mi muro pongo que no hay que decir piropos a la gente, ¿eso queda en mi muro o en mi cotidiano? La conquista del capitalismo es volver el arte un producto de manufactura.

¿En qué sentido entendés al arte como un producto de manufactura?

Si querés arte, andá al MALBA. El arte es decirle a tu papá que el piropo está mal, es decirle que no le compre azul al nene y rosa a la nena. El capitalismo, lo que no puede destrozar, lo incorpora. Ahora los homosexuales tenemos matrimonio igualitario. Estoy a favor del matrimonio igualitario urgente, pero estoy en contra del matrimonio, punto. Apoyo muchísimo el matrimonio igualitario, pero también sé que me adormece. Debería haber sido un pie de inicio para una lucha más fuerte, pero fortaleció el flagelo del matrimonio hétero. Hay que desarmar ambos caminos. El amor es una de las mayores víctimas de la modernidad y del capitalismo. El amor está arrasado por los conceptos retrógrados de los cobardes. Lo mismo con la Ley de Identidad de Género. No niego su importancia, ¿pero a cuántas travas ves laburando?

¿Qué puntos cruciales pensás que faltan en la información que recorre sobre el VIH?

No hay trabajo de prevención, hay trabajo de decirle a las personas blancas, heterosexuales, hombres, negativos, cómo no agarrarse el virus de los pobres, presos, travas y sidosos. Hay muy poco de hablarle al cuerpo positivo, de decirle que vale la pena. Denigrar a la otredad requiere dos o tres frases prefabricadas, ‘algo habrán hecho’, ‘por qué no denunciaste’, ‘andá a saber en qué andaba’, ‘mirá cómo está vestida’, ‘para qué fue a la casa’.

¿Cómo pensás que se podría revertir eso?

Lo primero es ser consciente. Soy hijo de un nefasto y paternalista Estado. No hay una visión mundial de las personas con VIH, porque si es por el capitalismo, ojalá nos muramos todos. Porque somos drogones, putos sidosos, presos, somos escoria de la sociedad. No somos eso, pero me refiero a que la gente gusta de pensar eso, porque mi ser escoria los vuelve a ellos buena gente. Mi miseria contra sus acciones. Me encantaría sentir algún tipo de amparo por parte del Estado, pero nunca lo sentí, y pienso que con el presidente que tenemos hoy y con el gabinete nefasto que lo asesora, sería demasiado.
Actualización 15/06/2016

Un abrazo a la educación

Un abrazo a la educación

El Ministerio de Educación y Deporte de la Nación recibió, este martes, un abrazo simbólico de miles de personas para exigir la reincorporación de los 400 despedidos en esa cartera; la renovación de contratos de los 2.600 tutores del Programa Nacional de Formación Permanente Nuestra Escuela, y para repudiar las agresiones físicas a delegados de Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) efectuadas por la Policía el día anterior. La Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) y ATE completaron la medida con un paro que los maestros continúan por tiempo indeterminado.

El lunes, los trabajadores del Ministerio de Educación habían previsto una asamblea general para las 10 de la mañana en el hall del Palacio Pizzurno, pero no pudieron concretarla porque encontraron el edificio vallado y la policía impidió su ingreso a golpes. El viernes anterior, los trabajadores habían decidido levantar la permanencia pacífica realizada desde el jueves en la sede de avenida Santa Fe para exigir la reincorporación de los despedidos y la renovación de los contratos de los tutores. “En esa asamblea teníamos que estar tanto los que estamos todos los días en el Ministerio como los trabajadores a distancia, que son los 2.600 despedidos. La Policía no los quiso dejar entrar y comenzó a reprimir a un delegado de la Junta Interna”, dijo Violeta Lañin, trabajadora del Ministerio de Educación y Deportes y afiliada a ATE. Y agregó: “El viernes a la tarde hicimos un cuarto intermedio para volver el lunes a la mañana a hacer una asamblea. Cuando llegamos, teníamos todos los edificios del Ministerio vallados por la Policía. Pizzurno, que es la sede principal, tenía todas las puertas cerradas menos una del costado. No dejaron entrar a los trabajadores a distancia y golpearon a los delegados”. Ante ese episodio, los trabajadores decidieron realizar una permanencia, que fue levantada unas horas más tarde. “Muchos trabajadores estuvimos en contra de levantar la permanencia. Yo creo que si no obtuvimos ninguna oferta de parte del gobierno, y si además nos reciben con represión y policías, lo mínimo que podíamos hacer era sostener, quedarnos en nuestro lugar de trabajo”, opinó Lañin.

Según informó la trabajadora, aún no se conoce la totalidad de trabajadores afectados. “A algunos compañeros los estuvieron llamando, o les mandaron mail, diciéndoles que tenían una reunión con la asesora legal, Teresa Patronelli. Cuando iban a la oficina a reunirse, les decían que estaban desvinculados. Todavía hay muchos a quienes no se lo comunicaron”, denunció.

 Desde el ministerio aseguran que, luego de una revisión, son 205 contratos que vencían el 31 de diciembre los que no fueron renovados, porque incumplían el horario de trabajo. Sin embargo, el delegado de ATE por el Ministerio de Educación Lucas Eidelman explicó: “Tenemos 400 despidos de los equipos centrales, algunos contratados y otros en planta transitoria. Hay de todo, ellos no tomaron como criterio la modalidad de contratación, sino el vaciamiento de programas. Cuando uno analiza dónde se realizan los despidos, la mayoría de esos telegramas llegaron a áreas donde se garantizan programas que garantizan derechos establecidos en la Ley Nacional de Educación”. Y agregó: “Por otro lado, tenemos los 2.600 trabajadores del Ministerio de Educación que desarrollan el Programa Nacional de Formación Permanente Nuestra Escuela: capacitación gratuita universal para todos los docentes del país. La única oferta de formación gratuita que tienen los docentes la garantiza el Estado, y está refrendada en el acuerdo paritario con los gremios docentes. Fue una reivindicación histórica de ellos y ahora no tendría continuidad”.

Lañin, en el mismo sentido, expresó: “Este gobierno critica a los docentes por sus capacidades, pero les saca la formación gratuita que ellos tenían para poder seguir calificando. Hubo una resolución que salió por Boletín Oficial donde cambiaban los planes de estudio de los compañeros que están cursando los postítulos, que básicamente hace imposible continuar con ellos. El Programa Nacional de Formación Permanente está desde 2013 y depende del Instituto Nacional de Formación Docente. Estaba capacitando a unos 200.000 maestros de todo el país, de los cuales alrededor de 130.000 quedarían afuera con la nueva resolución”.

El paro, aclaró Eidelman, es “contra los 3.000 despidos pero sobretodo en defensa de la educación pública”. Gremios docentes, estatales, organizaciones sindicales, sociales y políticas, legisladores, diputados, y otros miembros de la comunidad, se acercaron a Pizzurno 935 a manifestar su apoyo.

 “No tuvimos ninguna respuesta de parte de las autoridades”, declaró Eidelman. Y adelantó: “Ahora estamos en paro por tiempo indeterminado. Vamos a estar realizando acciones –que definiremos en las próximas horas– y reuniones en cada uno de los edificios del Ministerio”.