#7M, el Día L

#7M, el Día L

El 7 de marzo se conmemora el Día de las Visibilidades Lésbicas en homenaje a Natalia “Pepa” Gaitán, asesinada en 2010 por su condición de lesbiana en manos del padrastro de su novia.
La Asamblea Lésbica Permanente convocó a una intervención en la Línea A del subte,  desde la estación Plaza Miserere hasta Congreso, donde decenas de mujeres organizadas
recorrieron los pasillos reclamando libertad. Por la lluvia, la lectura del documento se realizó bajo tierra, en la estación Lima. En ella se reivindicó “la potencia tortillera” y se exigió la absolución de las encausadas Eva Analía “Higui” De Jesús, Mariana Gómez y Joe Lemonge.

 

La Justicia, a pedir de Boca

La Justicia, a pedir de Boca

En una nueva medida perjudicial para los vecinos de La Boca, la Justicia autorizó la venta de los terrenos públicos linderos a Casa Amarilla -conocidos como ‘los campitos’- al Club Atlético Boca Juniors. La Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, con el voto del doctor Esteban Centanaro y la doctora Mariana Díaz, revocó la sentencia de la jueza Paola Cabezas Cescato emitida en mayo de 2018 que dictaba la nulidad de la licitación. La transacción del territorio estatal está estipulada en 180 millones de pesos divididos en comodísimas cuotas a pagar en un lapso de tiempo cercano a los diecisiete años. El fallo fue emitido el 27 de diciembre del año pasado, dos días antes de la feria judicial, aunque recién se dio a conocer en los primeros días de este mes.

En diálogo con ANCCOM, Jonatan Baldiviezo, abogado del Observatorio del Derecho a la Ciudad, explica que “estos predios eran propiedad del Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC), y no podrían haber salido de su órbita sin una ley a menos que fueran utilizados para Seguridad o Educación, cosa que no fue su destino”.  

En la misma línea, Baldiviezo detalla cómo fue la negociación que favoreció tanto al Gobierno de la Ciudad, con Rodríguez Larreta a la cabeza, como también al presidente de Boca Daniel Angelici: “El IVC traspasó los terrenos al Poder Ejecutivo que los cedió mediante un decreto a la Corporación Buenos Aires Sur, la cual, a través de una licitación, se los vendió a Boca Juniors. Esta transacción viola tres leyes: la ley fundamental del IVC, que establece la utilización de sus predios solo para la construcción de viviendas sociales, la ley de la Constitución Nacional que autoriza la venta de inmuebles públicos a manos privadas solo con previa autorización de la Legislatura, y la ley de Emergencia Urbanística del barrio La Boca, votada por la Ciudad para destinar el predio a un gran parque público que nunca se construyó”, aclara.

Este fallo también supone un retroceso a nivel social y comunitario, ya que las tres manzanas comprendidas entre las calles Almirante Brown, Blanes, Palos y Espinoza, son utilizadas por varias agrupaciones del icónico barrio porteño como un espacio de expresión artística, asistencia educativa, y desarrollo de actividad deportiva.

Emiliano, miembro de la Asociación Vecinos de La Boca, que desarrolla su actividad en ‘los campitos’, asegura que “Boca Juniors es el único club social que hay en el barrio pero deja un montón de gente afuera porque cobra una cuota de casi 700 pesos por persona si es que podés anotarte, que hoy en día es imposible”. En paralelo, entiende que la función ‘social’ pregonada por la institución, es en realidad una pantalla de exclusión que se ve reflejada precisamente en acciones como la adquisición de este territorio.

“El club se dedica solo al fútbol, no tiene integración social ni varias disciplinas como Ferro, Lanús e incluso River. Nosotros en poco tiempo duplicamos la cantidad de chicos que vienen a merendar, tenemos otros tantos en apoyo escolar, y los sábados organizamos una escuelita de fútbol con 30 pibes sin recibir ni un peso de nadie, solo recibimos ayuda de la agrupación Boca es Pueblo. La venta de los campitos demuestra que Boca es el peor club social del país, pero es el que más negocios hace”, profundiza Emiliano.

No obstante, hay varias organizaciones que no se quedan con los brazos cruzados y ya organizaron medidas para visibilizar la problemática e intentar revertir el polémico dictamen. En diálogo con este medio, Natalia Quinto, integrante de la agrupación La Boca Resiste Y Propone, asegura que “la causa sigue, ya que presentamos el recurso de inconstitucionalidad. La justicia había dado más que fundamentos para declarar la ilegalidad de la venta, aunque sabemos que es una lucha difícil incluso desde la época en la que Elisa Carrió (NdeR: diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires) denunciaba a Angelici por operador judicial y mafioso”.

A su vez, Quinto explica que hubo algunos movimientos poco claros dentro del juzgado que pudieron dar pie al cambio de dirección respecto a la sentencia original: “La misma sala que nos había favorecido cambió un integrante primero, y después al juez, aunque en su momento la jueza Cescatos falló positivamente igual. Nosotros no podemos aceptar esto mansamente porque estaríamos legitimando cualquier venta de un inmueble público ante una Legislatura que es de cartón, y una Justicia que parece beneficiar al que más rompe las leyes”, reflexiona.

En consecuencia, La Boca Resiste y Propone convoca a una reunión para el lunes 25 de febrero en Casa Tasso -Olavarría 740- con el fin de compartir información actualizada sobre la causa y acordar un plan de resistencia conjunto entre vecinos y organizaciones barriales. Una vez más, la unión entre los diferentes sectores de la sociedad es preponderante para consolidar la lucha y, valga la redundancia, no perder más terreno.

La vida sin gluten

La vida sin gluten

Cada vez hay más productos para personas celíacas.

Según la Asociación Celíaca Argentina (ACA), se estima que 1 de cada 100 habitantes en el país puede ser celíaco. Esta enfermedad se caracteriza por una intolerancia permanente al gluten, un conjunto de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC) y los productos derivados de estos cuatro cereales. Es considerada en el mundo la enfermedad intestinal crónica más frecuente y afecta tanto a niños como a adultos. Se estima que por cada persona diagnosticada, hay ocho que todavía no lo saben. La detección de esta enfermedad requiere seguir una dieta libre de gluten ya que es la única manera de tratarla. ANCCOM se contactó con especialistas para aclarar cuestiones vinculadas a esta problemática sanitaria.

La doctora Adriana Crivelli, quien trabaja en la Unidad de Soporte Nutricional y Enfermedades Malabsortivas en el Hospital San Martín de La Plata, explica que «es una enfermedad autoinmune que afecta fundamentalmente al intestino delgado pero también otros órganos».  Las enfermedades autoinmunes se producen cuando nuestro sistema inmunológico, el que se encarga de defendernos ante posibles agentes dañinos, reacciona de manera anormal frente a algunas células de nuestro organismo. Es decir, considera elementos no dañinos como dañinos y actúa contra ellos, pero en realidad lo que hace es afectar nuestro cuerpo. Para el sistema inmunológico de los celíacosel gluten es ese agente nocivo contra el que hay que luchar.

Crivelli señala que «el gluten produce una atrofia en el intestino y esto hace que se empiecen a mal absorber los nutrientes esenciales como las proteínas, las grasas y los hidratos de carbono». Ante esa situación, las personas que tienen celiaquía deben dejar de consumir de por vida alimentos que poseen gluten.

En cuanto a las posibles causas, la celiaquía se presenta principalmente en personas que tienen predisposición genética a padecerla. También depende del sistema inmunológico que posea cada persona. Y puede surgir tanto en la infancia como en la adultez.

Gabriela Fedele, médica especialista en Nutrición que actualmente trabaja en la Clínica Cormillot y es una de las voceras de la Asociación Celíaca Argentina, afirma que «si uno elimina el gluten, esta proteína que se encuentra en el trigo, la avena, la cebada y el centeno, no va a haber problema. Nutricionalmente no hay ninguna desventaja, el hecho de no consumir gluten no causa ningún perjuicio en el desarrollo de las personas». La celiaquía no requiere ingerir ningún medicamento como sí requieren otras enfermedades.

Los síntomas suelen ser diferentes. En algunos casos la enfermedad puede ser asintomática mientras que en otros pueden ser digestivos y extradigestivos: desde diarreas y pérdida de peso a anemias, pérdida de cabello y fracturas óseas, entre otros. El diagnóstico de la enfermedad se basa en los síntomas del paciente, su historia clínica y familiar, y en la existencia de posibles enfermedades asociada.

 

Vivir con celiaquía

La Asociación Celíaca Argentina (ACA) es una entidad civil sin fines de lucro que trabaja en Argentina desde el año 1978, brinda apoyo y asesoramiento a las personas celíacas. Gladys Altamirano, vicepresidenta de la entidad, cuenta que «la asociación se gestó como ‘Club de Madres de Niños Celíacos’ en la ciudad de La Plata y, de a poco, fueron incorporándose adultos ya diagnosticados. En octubre cumplimos 40 años de trabajo ininterrumpido». Esta asociación cuenta con alrededor de 20 filiales en distintos puntos del país como, por ejemplo, en Córdoba y Misiones.

Vivir con celiaquía implica un verdadero cambio en la vida de las personas. Carla Giuliano es mamá de Valentina (16) que fue diagnosticada a los 10 años. Ella dice: «Mi hija no tuvo síntomas salvo algunos episodios dermatológicos. Al principio costó mucho pero supimos acompañarla. Aprendí a cocinar y a saber separar los alimentos». La separación de alimentos es importante ya que previene la contaminación cruzada que se da cuando queda algún resto de gluten en la comida o en los utensilios.

¿Por qué son tan caros los productos libres de TACC?

A pesar de que hoy existen en el mercado mayor cantidad de productos con la etiqueta “sin TACC”, los que son aptos para celíacos son mucho más caros que los productos comunes. El elevado costo de los alimentos lleva que tengan que hacer malabares para poder llevar adelante una correcta nutrición. En ese sentido, Fedele afirma que «por un lado, el elevado costo tiene que ver con la cantidad de controles que hay sobre su elaboración y, por otro lado, tiene que ver con la cantidad de celíacos, que no es tan grande. A menos demanda, el costo del producto sube. En lo general quienes producen alimentos libres de gluten son fábricas minoritarias, entonces por eso hay una diferencia de precio muy evidente». Enrique Cacciavillani (58) fue diagnosticado en marzo de 2018: «Intento comprar en dietéticas para ahorrar un poco. Lo que veo es que los precios son mucho más caros respecto a lo que consumía antes de ser diagnosticado».

Cada vez hay más empresas que elaboran alimentos sin TACC. Ana Aramburu, dueña de una franquicia donde vende productos aptos para celíacos en Merlo, dice: «Me pareció importante abrir el local porque en zona oeste no hay nada destinado para celíacos. Lo que más se vende son galletitas y pan ya que es difícil conseguir estos productos libres de gluten». Además, destacó que es importante el control rutinario de los alimentos porque su vencimiento es mucho más rápido que un producto común.

«Me pareció importante abrir el local porque en zona oeste no hay nada destinado para celíacos», dice Ana Aramburu, dueña de un local de alimentos.

Lo que falta por hacer

En materia de leyes, la Ley Nº 26.588 declara de interés nacional la atención médica, la investigación clínica y epidemiológica, la capacitación profesional en la detección temprana, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad celíaca, su difusión y el acceso a los alimentos libres de gluten. Esta ley parece solo la primera etapa en la búsqueda de derechos de estas personas que encuentran continuamente dificultades para lograr una buena adherencia al tratamiento. La adhesión a esta norma no es obligatoria. Por ejemplo, Buenos Aires y CABA no están adheridas.

 La vicepresidenta de la ACA  afirma que «hoy la enfermedad es mucho más visible desde la sanción de la ley nacional. Se ven cambios, no sólo a nivel médico sino a nivel general, y esto hace que se generen mayor cantidad de diagnósticos».  El diagnóstico precoz de la celiaquía es necesario para evitar el desarrollo de otras patologías asociadas a la enfermedad.

La gran difusión que tiene la celiaquía en la actualidad ha permitido un mejor control, pero todavía falta mucho por hacer. Se vuelve necesario avanzar en materia de investigación y sentar las bases para un diagnóstico temprano, concientizando a la población brindando información y asesoramiento.

Yo aborté, para la ley argentina soy una delincuente

Yo aborté, para la ley argentina soy una delincuente

Dice lo que piensa y escribe sobre el dolor propio y ajeno. Nunca imaginó que un día seis millones de usuarias y usuarios leerían en 72 horas el posteo que publicó a escondidas desde el escritorio de un call center de Once. “Bancátela”, lo tituló. Hasta hoy, más de seis mil mujeres le han contado sus historias en su página de Facebook No me calmo nada. Zuleika Esnal las lee a diario y responde todos los mensajes. Estoy acá, mujeres sobrevivientes se llama su primer libro que está por salir a la luz editado por Grupo Editorial Sur. Son 107 testimonios seleccionados de los miles que recogió. En el patio interno de su casa en Colegiales, en una tarde calurosa de abril, dialoga con ANCCOM.

¿Cómo vivís la publicación del libro?

Feliz. Ya está en imprenta. Si alguien hace unos años me decía “escribite algo para que 6.500 mujeres hablen de lo que les pasó, 54 dejen su casa, siete denuncien a su violador y 250 den una mano gratuitamente a otra”, me hubiera muerto de risa. Hoy es real.

¿Es verdad que viralizaste desde un call center la página No me calmo nada?

Exacto. La tengo desde 2015 pero tenía 300 seguidores entre amigos y conocidos. Un día leo en el trabajo que violan a una chica de 16 años en Brasil entre 33 hombres. Ella declara: “El alma duele más que la vejiga destrozada y es más difícil de sanar”. Indignada y a escondidas, al día siguiente escribí el relato Bancatela. Lo puse público por sugerencia de una amiga. A los tres días me contacta un periodista de El País de España y me dice que estoy en la edición digital del diario  ya que lo que escribí fue compartido 36 mil veces y leído por 3 millones de personas en Argentina. Me quedé paralizada. Al rato llego a casa y tenía  57 mensajes de mujeres de distintos países de Latinoamérica contándome todo tipo de experiencias vinculadas a la violencia de género.

¿Cómo te manejaste en esos primeros casos?

Siempre igual, cuando quise preguntar algo lo pregunté, sin vueltas, con respeto y mucha inocencia. A veces se confunde la empatía con el ponerse en el lugar del otro y eso es imposible. Yo no sé qué es que tu papá te viole, a mí jamás me levantaron la mano. No sé lo que es sentir un puño en el medio de la cara. Tampoco lo tengo que saber para ayudarte.

De estas historias nace la obra teatral Piel de cordero

La escribí en un solo día luego de meses de ir procesándola. Somos tres actrices en escena tratando de abarcar los diferentes matices. En el último monólogo habla una chica muerta en primera persona, Rocío Juárez de Zárate. A mí me escribió su amiga. Me cuenta que Rocío se fue a comer un asado un domingo al mediodía con amigos y no volvió nunca más. La violaron y mataron entre dos hermanos. Ella aparece al final de esta obra porque también tenemos que hablar por las que ya no están.

¿Qué pasa en la sala?

Termina la obra y la gente se queda. Han pasado cosas maravillosas. Por ejemplo, que se levanten mujeres una por una a decir sus nombres o que termine todo el teatro de pie gritando “¡estoy acá!”.

Zuleika Esnal sentada en la escalera del patio de su casa junto a su perro.

Zuleika Esnal, actriz, escritora y creadora de la página «No me calmo nada».

¿Sufriste amenazas?

Sí, a través de Facebook, han averiguado la dirección de mi casa, me han escrito que me van a venir a buscar. Yo elijo seguir porque si me pasa algo, ya está, yo no me muero más. Estoy en cada mujer que habló, en cada piba que no podía y ahora puede. En esa chica que no salía de la puerta de su casa porque la violaron mientras dormía y ahora me manda una foto desde Plaza de Mayo con una pancarta enorme.

¿Cuál es tu postura sobre el aborto?

Yo aborté. Tarde 23 años en poder verbalizarlo. Deseo que nadie tenga que hacerlo como yo, escondida, muerta de miedo y sola en Lanús. Con un médico que ni me miró la cara y lo único que se dignó a decirme fue que tomara el antibiótico porque no se pensaban hacer cargo de una infección. Si ahora estoy horas ensayando con las actrices para gritar en el Congreso o voy a las marchas, es porque peleo para que nadie tenga autoridad legal sobre nuestros cuerpos. Me costó años entenderlo. La culpa se me había metido en un lugar tan imperceptible que, al quedar embarazada en junio del año pasado y perderlo, cuando la médica me preguntó si era mi primer embarazo, mentí y dije que sí.

¿Por qué?

Por culpa, por vergüenza. Ahí entendí el daño que me habían hecho la sociedad, el Estado, la Iglesia. Mentí, no era mi primer embarazo. Aborté a los 18, en 5ª año del secundario. Me arrepentí a último momento en la camilla mientras la enfermera me insultaba y me decía que me quedara quieta. Quise irme y me dijeron “ahora ya está pendeja” y me taparon la boca. Me desperté en otra habitación, aturdida y asustada, con algodón entre las piernas. No quiero que nadie pase eso.

Una ausencia total de acompañamiento, ¿lo sentiste así?

Nadie me hizo una ecografía o me explicó qué recaudos tenía que tomar o cómo había quedado mi cuerpo. Nadie. Eso pasa cuando abortás en este país. Tuve suerte porque tenía los 1500 pesos que salía abortar en 1994. Hay pibas que se tienen que meter en la villa, en su casa y morir desangradas. No pueden ir a la guardia de un hospital por miedo a ir presas. Yo tendría que estar presa. Yo aborté, para la ley argentina soy una delincuente.

Con la campaña #EstoyAcá, ¿transformás palabras en acción?

La idea es generar una red solidaria para dotar de recursos a mujeres que viven situaciones de violencia. Ya sea desde el aprendizaje de un oficio, un servicio gratuito, clases de yoga… Quienes quieren colaborar publican en sus muros sus nombres, de dónde son y lo que ofrecen con el hashtag #EstoyAcá. Sos maestra, ayudalas a terminar el secundario. Sos psicólogo o abogado, asesoralas. Somos muchos en Argentina pero hay también personas de Colombia, Ecuador, Chile, España, Holanda. Si el Estado está ausente, nosotras tenemos que estar presentes para ellas.

“El poder se ha vuelto cada vez más opaco”

“El poder se ha vuelto cada vez más opaco”

Múltiples fenómenos, ironía y un futuro cercano que ya es nuestro presente: Pistas Falsas es el nuevo libro de Néstor García Canclini, quien recurre a la ficción para abarcar la complejidad que caracteriza la configuración del mundo actual. La novela,  editada por la editorial Sexto Piso, incluye observaciones y análisis antropológicos en boca de sus personajes que experimentan la vida en ciudades multifacéticas. El antropólogo, doctor en Filosofía y referente de los Estudios Culturales latinoamericanos, recorre así las intersecciones culturales, económicas, sociales y emocionales que se presentan en un mundo globalizado, caracterizado por la interconectividad y la pérdida del respeto por los valores democráticos.

¿Por qué decidiste recurrir a la ficción para hacer un análisis sobre la realidad y qué te motivó a elegir una fecha futura cercana?

El año es relativamente arbitrario. Inclusive, antes de que la novela se publicara, dos lectores, uno de ellos el editor, me sugirió que alejara un poco más la fecha. Mi respuesta fue que me resultaba inaccesible pensar la sociedad en el 2050 y que lo más distante que me animaba a diferir el momento era 2030. En cuanto al recurso de la ficción, he escrito en varias etapas de mi vida cuentos, poemas que no publiqué, un poco porque soy muy exigente con la ficción. Y luego hay una búsqueda de deshacerse parcialmente de restricciones que coloca la metodología de las Ciencias Sociales. Había incluido de manera limitada, en algunos textos anteriores, recursos ficcionales, que entremezclan la historia de un estudiante de doctorado con partes de ensayos o conferencias que no quería publicar aisladamente. Me parece que la ficción tiene más libertad que las Ciencias Sociales para situarse en las intersecciones que plantea la configuración del mundo actual.

¿Cuál es el rol actual de las Ciencias Sociales y cómo podrían salir de ese callejón sin salida que tanto expresa el protagonista de Pistas Falsas?

Mi impresión es que llevamos ya dos o tres décadas sin ningún paradigma universalizable. Hubo en el siglo XX teorías que pretendieron ser omniabarcadoras, que buscaron imponerse como pensamiento único: el nazismo, el estructuralismo y, de otro modo, el neoliberalismo. Teorías hoy no tan convincentes para explicar el conjunto de la totalidad social. En este mundo tan interdependiente y obligado a globalizarse, hay narrativas situadas que  están dichas desde un lugar de enunciación que en parte las inhabilita para abarcar la complejidad del mundo. Hay autores de primera importancia como Bruno Latour que sostienen que no es necesario que haya teorías, que lo que tenemos es actores en red que pertenecen a distintas redes y se comportan de un modo en el trabajo y de manera diferente en otro espacio. Lo que hay que hacer es examinar los varios sistemas de redes en que estamos insertos. Eso tiene ventajas: me resulta atractivo entender de un modo antropológico y etnográfico comportamientos sin pretender establecer de entrada el lugar de clase o de status en que está situada esa conducta. Sin embargo, la dificultad es que pese a que Latour habla de instituciones como Microsoft, donde se condensan sistemas de redes bastante durables, no analiza la cuestión. Creo que tenemos que hacernos cargo de que no somos actores que elegimos las redes todo el tiempo, sino que también pertenecemos a sistemas de redes de larga data y con un peso institucionalizado. Si no entendemos que estamos en redes como los medios que usamos regularmente para informarnos, no comprendemos las varias lógicas en las que nos insertamos sin controlar. Y esas lógicas tienen un poder de condicionamiento o determinación que se han vuelto mayores en años recientes, cuando los algoritmos sistematizan y ordenan saberes que nosotros mismos no tenemos y articulan nuestras distintas redes para perfilarnos y dirigir nuestro consumo y nuestra conducta como ciudadanos.

El nuevo libro de Néstor García Canclini recurre a la ficción para abarcar la complejidad que caracteriza la configuración del mundo actual.

En un capítulo del libro, el antropólogo manifiesta su rechazo al modelo basado en la recolección de datos de Google y menciona una serie de esferas de su vida en la que esa racionalidad no puede penetrar. ¿Creés que hay ámbitos de la vida cotidiana que pueden escapar a esa lógica?

Cada vez menos, pero después de una etapa ingenua de adhesión a las redes y a lo digital y de fascinarnos con sus ventajas y servicios, comenzamos a enterarnos en qué grado condicionan nuestro comportamiento, cómo pueden interferir en decisiones tan importantes como el Brexit, la elección de Trump, o la pacificación en Colombia y en muchos otros comportamientos individuales y grupales. Eso ha llevado a que en marzo de 2018, la Unión Europea, advertida sobre esos riesgos y,  siguiendo también demandas sobre consumidores, colocara reglas estrictas para todas las empresas. Pero la verdad es que a nivel mundial no se están tomando decisiones de fondo. Como ciudadanos tenemos nuevas escenas de acción que no son ya votar en las elecciones nacionales, sino actuar en relación con poderes mayores y más ricos que los sectores nacionales, que son nuevos actores como Youtube, Waze, Google y Facebook.

En un momento escribís: “Como los empresarios fraudulentos: logran que los voten quienes compran sus promesas de que en las fábricas y en las bolsas comprendieron lo que los políticos y economistas ignoraban”. ¿Cómo se redefine la figura del ciudadano en este contexto?

Sabemos que desde hace treinta o cuarenta años la política fue capturada por la economía, los gerentes, y a su vez la economía fue subordinada a las finanzas. El capital especulativo no productivo que se mueve en el mundo es mucho mayor que el productivo de la industria. Esto es distorsionador de cualquier bienestar social que se busque. ¿Cómo intervenir en eso? Pareciera que cada vez más hay una desciudadanización, una sustracción de poderes que antes ejercíamos un poco ilusoriamente pero que permitían a través del voto, las manifestaciones públicas y los organismos de derechos humanos, influir en las decisiones. El poder se ha vuelto cada vez más opaco en el sentido que, en esta transnacionalización, los estados deciden cada vez menos. Su capacidad de controlar qué deciden Bruselas, Nueva York o ciudades asiáticas es nula aunque esas decisiones nos afecten. Estamos poco preparados para intervenir en esta nueva distribución del poder. Esto implica un cambio en las Ciencias Sociales: no solamente pasar de una escala micro a una macro, sino ver cómo se articulan las cosas. Mi experiencia de investigación en los últimos años y de otros, revela un extendido descreimiento a los partidos, sindicatos y las formas institucionalizadas de representación a las que nos había habituado el siglo XX. Algunos confiamos en redes alternativas, que pueden ser protestas callejeras, movimientos sociales, comunicación en redes sociales y todo esto es útil porque moviliza y crea otra forma de compartir la información. Pero por lo general son deliberaciones sociales de alta intensidad y corta duración y que tocan poco los núcleos económicos, financieros, donde se gestiona el poder y donde se toman decisiones en función no del bienestar social.

«Mi impresión es que llevamos ya dos o tres décadas sin ningún paradigma universalizable», afirma el autor.

¿Sobre qué estás trabajando ahora?

Lo que estoy estudiando ahora va en esta dirección. Cómo se relacionan las formas tradicionales de información y participación, como las calles y las pantallas, con otras formas de obtención de información alternativa y deliberación social.

¿A qué te referís con el término “globalizaciones tangenciales» y en qué se diferencia de la idea convencional de globalización?

Por un lado creo que estamos en una etapa no de plena globalización, sino de globalización y desglobalización. Hay países enteros que están queriendo desglobalizarse: el Brexit o Trump, con su política salir de los acuerdos internacionales referentes a decisiones ecológicas, financieras y de armamento. En América Latina UNASUR fue, durante la primera década del siglo XXI, una oportunidad de construir acuerdos entre gobiernos progresistas. Luego, más que nada, hubo alineamientos bizcos de gobiernos latinoamericanos con otras instancias de globalización tangencial, parcial, no abarcadoras de la totalidad. Incluso el esfuerzo más logrado estructuralmente de agrupar una región para fortalecerla, que fue la Unión Europea, se está descomponiendo aceleradamente. Los países no saben qué hacer, entonces la política intentada es autodefensiva, hacia adentro de sus fronteras. La pregunta es quién se hace cargo de los ecos de la colonización que la misma Europa dejó en África y el mundo árabe.

¿Cuáles son los desafíos de esta nueva configuración?

En este mundo de globalización que depositaba sus ilusiones en la interdependencia global y en entendernos por la capacidad de acceder a información de los otros, esa ilusión se desvanece porque hay un cierto grado interculturalidad que a nosotros nos resulta insoportable. No hay instrumentos para abarcar tanta complejidad y diversidad. Una autora, Gayatri Spivak, dice que la globalización ocurre en las finanzas y en los datos, pero poco más. Un desafío democrático es ver la manera en que pueda haber globalización de la información extraña que crecientemente nos llega y nos obliga a vivir en la misma ciudad con coreanos y chinos. Aunque persiste el intento de pensar en ciudadanías globales o regionales, como los de Etienne Balibar, estamos en un campo de las Ciencias Sociales por un lado muy atractivo, en los que la comunicación tiene un lugar decisivo, y por otro, con muy pocos instrumentos, necesitamos ir construyendo.