Recitar Malvinas

Recitar Malvinas

En el marco de los 40 años de la Guerra del Atlántico Sur, se presentó en la Biblioteca Nacional el libro “Poesía argentina y Malvinas”, una antología de 98 autores y autoras, cuyo objetivo es llegar a las escuelas para trabajar la memoria.


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En el marco de las conmemoraciones por los 40 años de la guerra de Malvinas, el 1º de septiembre, antes del intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, se realizó la presentación del libro “Poesía argentina y Malvinas. Una antología (1833-2022)”, coordinado por Enrique Foffani y Victoria Torres. La antología reúne 98 autores y autoras argentinos de poemas sobre la guerra de Malvinas que comienza en 1883 con la usurpación de las islas y termina en la actualidad. 

Con una infinita carga emocional, la compilación de poemas editada por el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS, CONICET-UNLP) y la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata (FaHCE, UNLP), publicada con financiamiento del CONICET, la antología de casi 600 páginas, 98 autores y autoras recorren 189 años de historia. Es producto de un investigación realizada por Enrique Foffani, investigador del IdIHCS , y Victoria Torres, científica argentina de la Universidad de Colonia, Alemania. 

Tras un año de revisión de obras literarias que van desde 1833 hasta la actualidad, los antólogos recuperan dos poemas escritos en el siglo XIX. El poema que abre la antología sobre las islas fue escrito en Argentina, es un anónimo publicado en la Gaceta Mercantil en el año 1833. La selección de los poetas se basó en privilegiar el carácter representativo y abarcativo de los temas y motivos que Malvinas suscitó a lo largo de 189 años de sostenida escritura y lectura.  

La presentación se llevó a cabo en el Auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, donde el clima conmovedor y de memoria contó con la presencia de Enrique Foffani, Gustavo Caso Rosendi, Patricia Saccomano y Alejandro Villanueva, autores y autoras de algunos de los poemas que luego deleitaron al público con la lectura de ellos.  

“La poesía toca tierra y sabe ver esa dimensión que está más allá. Archiva de otro modo el testimonio, documenta zonas de la vida que rozan los afectos y acontecimientos que la historia no puede detectar”, señala Foffani al iniciar la jornada que tiene a la poesía como protagonista. 

Se rindió homenaje al primer director de la Biblioteca Nacional argentina, Paul Groussac, con la lectura de un fragmento de su libro escrito en francés Las Islas Malvinas. Luego, Santiago Silvester, ensayista, poeta y escritor argentino dio inicio al ciclo de lectura con su poema “En el mar hay muertos”.  

De los 98 poetas, 18 son mujeres, entre ellas Patricia Saccomano, quien leyó tramos de su poema largo titulado “Madres de Soldados”, que refleja la lucha de las mamás cuyos hijos van hacia la guerra. “Cuando Enrique me convocó lo primero que pensé fue en las madres. Después empecé a pensar en otras mujeres porque me enteré de que había enfermeras que hace poco las consideraron veteranas. Hay un silenciamiento y me interesaba el rol de la mujer, que también estuvo en Malvinas”, contó en diálogo con ANCCOM.

Seguido, Gustavo Caso Rosendi, ex combatiente de Malvinas, leyó fragmentos de sus poemas “Soldados” y “Nosotros”, escrito al volver de Malvinas luego de una visita al Monte Longdon con sus compañeros en 2013. Su poema “Trinchera de vuelta” es presentado en un emotivo audio grabado que tiene como música de fondo el viento de las islas Malvinas. El audio del poema en crudo fue grabado por Alejando Villanueva, compañero de trinchera de Gustavo en las Islas Malvinas, una noche después de haberlo escrito. 

“Un pedazo de muerte en la palma de mi mano” es el comienzo del poema “Esquirla” de Alejandro Villanueva, ex combatiente de Malvinas, quien apoyó un pedazo de esquirla traída de Malvinas sobre la mesa. Con la lectura de su poema “Taberna” fue el encargado de cerrar la emotiva lectura de poemas. 

A través de los textos de 98 autores y autoras, la antología tiene como objetivo instalarse en las bibliotecas de las escuelas primarias para que sea utilizado como material al conmemorar la guerra de Malvinas.  

En un clima de fraternidad, solidaridad y conmemoración que solo la poesía sabe generar, los poemas se han convertido en el campo de batalla donde la guerra quedará inmortalizada. “La poesía se conecta con documentos, con cuestiones que tiene que ver con la historia, con el imaginario cultural. Tiene que ver con la manifestación estética de un pueblo, de una comunidad. Por eso Malvinas puede ser vista como un tema doloroso de Argentina, pero concita la poesía como lo hace con el cine y el teatro”, concluye Enrique Foffani. 

Cuando el silencio no es salud

Cuando el silencio no es salud

En la localidad de El Palomar, al oeste del Gran Buenos Aires, se encuentra el hospital más grande del país. Se trata del Hospital Nacional “Profesor Alejandro Posadas” el cual fue creado a fines de los años 1950, proyectado y diseñado por el ministro de Salud Ramón Carrillo durante la segunda presidencia de Juan Domingo Perón. Hoy es noticia por la sangría que provoca 1.300 despidos, que afectan desde camilleros hasta cirujanos.

Antonio Barrera es enfermero y desde hace 20 años trabajaba el área de Terapia Intensiva Pediátrica del hospital en el turno noche. “Soy secretario gremial de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP) y desde el 22 de agosto soy un despedido más”, cuenta. Como tantos otros, Barrera se enteró de su desvinculación laboral cuando llegó a la recepción.”Ese día llegué y al fichar no me admitía la huella digital, fui a preguntar a la División de Presentismo qué pasaba y me dijeron que ya no estaba vinculado, hasta el día de hoy no tuve otra respuesta”,  sostiene el enfermero.

El conflicto comenzó en junio de 2017, cuando la Dirección del hospital (en ese momento a cargo de Pablo Bertoldi Hepburn) aumentó la jornada laboral de 10 a 12 horas, lo que fue rechazado por los trabajadores que fueron a la Justicia porque consideraron a la resolución ilegal, insalubre y peligrosa para los pacientes. La jueza Martina Forns, del Juzgado Federal de Primera Instancia en lo Civil, Comercial y Contencioso Administrativo N°2 de San Martin, falló en favor de los enfermeros. Sin embargo, el hospital apeló y aumentó la apuesta. Primero descontó de los salarios los días no trabajados por huelga y después avanzó con nuevos despidos. En este último tiempo, la destrucción de puestos laborales también cayó sobre médicos altamente especializados.

“Yo trabajaba en un área de gestión, a cargo de toda el área ambulatoria del hospital donde se atiende un promedio de tres mil consultas diarias”, sostiene Soledad Hidalgo, médica que en el último tiempo estuvo trabajando en la coordinación de consultorios clínicos. El pasado 6 de agosto recibió una carta documento anunciándole su despido, obteniendo como única respuesta la medida de implantar la “adecuación de planteles óptimos”.

Habiéndose formado como médica en el año 2002 y realizado la residencia de clínica en ese mismo hospital, Hidalgo dedicó gran parte de su vida a los pacientes. Sin embargo, esto no parece alcanzar para las nuevas medidas sobre la salud pública. No tuvo un previo aviso, ni tampoco posibilidad de diálogo por parte de las autoridades del Posadas.

Por parte de las autoridades del hospital hay acusaciones hacia los empleados por incumplimiento de la carga horaria. El mismo secretario de Salud, Adolfo Rubinstein, dijo en su momento ante los medios: «Solo quedaron al desnudo incumplimientos de horarios flagrantes. Y estamos esperando que esos empleados den una explicación».

Hidalgo aclara los tantos: “Esto tiene tres ejes principales. Por un lado, fueron despidos sin notificación ni preaviso, recibimos cartas documentos;  por otro lado, no tiene que ver con la carga horaria ni con el control biométrico, porque la carta de documento especifica que es por la adecuación de planteles óptimos; y en tercer lugar, siendo el más importante: está el perjuicio a la población, porque hay muchos especialidades que dejaron de funcionar”.

El doctor Christian Kreutzer era jefe del equipo de Cirugía Cardiovascular Infantil, y a raíz de la ola de despidos que fue creciendo día a día decidió renunciar a su cargo. Junto a él, también lo hizo su equipo completo. Esta es otra especialidad que se cierra sumándose a los despidos en el área de Neumonología Infantil, Cardiología Infantil y Servicio de Imágenes, Hemodinamia de Adultos y Ecografía Pediátrica. Por otra parte, otro de los directivos que renunció a su puesto fue el director de Prestaciones Asistenciales del hospital,  Jorge Palmieri, que según fuentes gremiales, se negó a firmar una planilla con más de 300 nuevas destituciones.

Una característica que tiene el Hospital Posadas es que aloja cientos de historias que se pueden conocer al dialogar con los que hoy en día se encuentran sin su lugar de pertenencia. Alejandra Solemena, otra trabajadora despedida,  tiene 60 años, es asistente de enfermería y cuenta que su vida está vinculada con el Posadas desde que nació. Su madre comenzó a trabajar ahí en el 1958, año en el que se inauguró y también ahí nació su hija Alejandra.

“Mientras mi mamá trabajaba en el sector de Planchado, yo asistía al jardín de infantes ubicado en el quinto piso, donde hoy funciona Internación” asegura Solemena. Asimismo recuerda que la señora, al terminar el secundario, logró estudiar y recibirse en la carrera de Enfermería donde trabajó durante 40 años en el área de Gastroenterología.  

Alejandra siguió el ejemplo de su madre. “A los 16 años empecé a buscar trabajo porque la situación así lo ameritaba, pero en ese momento no tomaban personal dentro del hospital. Sin embargo, me ofrecen trabajar ad honorem, me anoté y al tiempo me llamaron.  Así trabajé durante 22 años hasta que llegó este nuevo gobierno. En primera instancia nos dijeron que teníamos que firmar un nuevo contrato’, obviamente nos opusimos a esta medida porque nosotros reclamábamos el pase a planta. Somos muchísimos los que estábamos con ese contrato, es ahí cuando empezaron los problemas, primero descuentos en el salario y luego los despidos”

Desde que comenzó el conflicto, la cifra alcanza de despedidos alcanza los 1.300, entre ellos, unos 50 médicos de gran prestigio en la salud pública. En un clima totalmente hostil, por la presencia de agentes de la Policía Bonaerense y personal de Gendarmería Nacional,  abunda el silencio, y la mayoría de los empleados tiene prohibido hablar con la prensa y los pocos que se animan deben pedir permiso al área de Comunicación del establecimiento. Por un lado en el hall principal, los desempleados sin respuestas montaron un quiosco para tener un mínimo ingreso de dinero pero al mismo tiempo, un gran recurso para visibilizar la medida de ajuste a la salud pública. Por otro lado, en las inmediaciones del hospital, cada miércoles por la mañana se reúnen médicos, auxiliares, vecinos y hasta algunos pacientes solidarizándose para realizar una marcha silenciosa al pedido de “No a los despidos en el Hospital Posadas”. Mientras tanto, la herida a la salud pública sigue sin curarse.

No fue un juego

No fue un juego

La relación entre un deporte tan popular y masivo como el fútbol con el nazismo es motivo de una muestra que se exhibe en el Museo River hasta el 15 de mayo. No fue un juego exhibe once historias sobre jugadores, equipos, entrenadores y prensa deportiva que desarrollaron durante los años del Holocausto..

El ideólogo de No fue un juego es el periodista deportivo Leonardo Albajari, que desde chico se interesó por la temática y junto a un equipo de investigación  recopiló las diferentes historias. “Estuve el año pasado en el Museo del Holocausto y ahí escribí una historia para su página sobre el Ajax como club judío, apuntaba a un público más amplio que solo la comunidad judía, y como resultó muy bien, a partir de allí surge la muestra”, relató Albajari.

Para llevar a cabo la exhibición, buscó historias que además de ser atractivas para el público, tuvieran fotografías de alto impacto. Uno de los casos que presenta la muestra es el de Julius Hirsch, un futbolista judío que jugaba en la Selección alemana y combatió durante la Primera Guerra Mundial, pero, con el ascenso de Adolf Hitler al poder, se lo descartó como a todos los judíos y terminó asesinado en Auschwitz, a pesar del amor por su país. En la actualidad y desde el 2005, la Federación Alemana de Futbol entrega el premio “Julius Hirsch”, galardón que premia el compromiso en la lucha por la tolerancia y combate la xenofobia y el antisemitismo.

La muestra cuenta con el apoyo del Museo del Holocausto, de River Plate, de las embajadas de Alemania, Austria, Polonia e Israel, del Club Macabi, de la librería Entretiempos y de la Cámara Argentina-Alemana de Industria y Comercio.

El Museo del Holocausto apoyó la iniciativa desde el comienzo y aportó el estudio histórico que da contexto a la exposición. Cecilia Bullor, coordinadora de actividades educativas y de visitas guiadas del Museo, aseguró: “La masividad que tiene el fútbol da lugar a transmitir a una mayor cantidad de personas estas temáticas”. Para Bullor, muestras como estas son importantes porque colaboran para mantener presente la memoria. “Hay que poner en primer plano estos temas, porque desconocer la historia hace que podamos cometer el mismo error”, destacó.

No fue un juego también contó con el apoyo inmediato de River. El club aloja la muestra en su museo y colaboró con la discusión de cómo debería plantearse. Rodrigo Daskal, sociólogo  e investigador del Centro de Estudios del Deporte de la Escuela de Política y Gobierno de la UNSAM es el presidente del Museo River, que funciona al lado del Monumental. “También ayudamos con material fotográfico e información en el caso de Emérico Hirschl. Es un verdadero ídolo en la historia del club y me parece importante que se sepa quién fue, recién ahora se conoce su faceta humanitaria en ese momento”, explica.

El caso de Hirschl es uno de los más cercanos a nuestro país; era húngaro y fue el primer entrenador extranjero del fútbol argentino, logró ganar seis títulos en River, además de ser técnico en varios clubes más. Su carrera también fue exitosa en Uruguay, donde hizo historia en Peñarol, pero poco se sabía sobre la ayuda que brindó a los judíos que huían a Buenos Aires a bajar de los barcos, pese a las prohibiciones de las autoridades del momento.

Una de las personas que bajó de esos barcos gracias a su labor humanitaria fue luego su esposa, Heddy Steimber, con quien tuvo dos hijos. Una de sus hijas estuvo el día que se inauguró la muestra. Esta es una de las historias de la exhibición, que también consta de trece cuadros de Omar Panocetti, seis pelotas intervenidas por diferentes artistas y dos réplicas de camisetas del Club Macabi Varsovia de 1938, cedidas por su homónimo de Buenos Aires. Albajari resaltó: “Hoy ese club no tiene estadio ni sede porque nunca más se pudo reconstruir después de toda la destrucción, pero aún persiste”.

En la muestra también se presentan historias de clubes muy conocidos y populares como el Bayern Munich, el Borussia Dortmund y el Ajax de Holanda, instituciones perseguidas por el régimen nazi. Mientras que, por otro lado, se destaca al Schalke 04 como el equipo favorito del III Reich. Para dar cuenta de eso se recuerda que entre 1935 y 1939 no perdió ni un solo partido y que seis de sus siete títulos los ganó durante el gobierno de Hitler.

Daskal expresó: “La muestra tiene mucho impacto, es central que sea visitada por el público futbolero. No hace falta ser de River para venir”.En la misma sintonía, Bullor afirmó: ““Tienen que visitarla. Es una forma de que las nuevas generaciones se interesen. Lo peor que puede haber para el antisemitismo y la discriminación es el desconocimiento”.

No fue un juego es una propuesta interesante para mantener viva la memoria y puede ser visitada en el Museo River de 10 a 19, todos los días menos aquellos que hay partido en el Monumental. La entrada cuesta 200 pesos y 150 pesos para socios del club y jubilados. Albajari dijo que la idea es ir a todos los clubes e instituciones posibles. San Lorenzo y Racing ya mostraron interés. “Nuestro objetivo final -manifestó- consiste en introducir el tema del racismo en el deporte, la discriminación que está tan presente”.

 

Clara se calza los guantes

Clara se calza los guantes

A través de un profundo trabajo con el humor, el texto teatral y la corporalidad en escena, Los golpes de Clara muestra los diferentes desafíos que afrontan las mujeres en la coyuntura contemporánea. Con texto original y actuación de Carolina Guevara y dramaturgia y dirección de Leandro Rosati, las funciones son los sábados de abril a las 20 en el Centro Cultural de la Cooperación, en avenida Corrientes 1543.

La pieza teatral le acerca al público el periplo de Clara, una mujer joven, desocupada, madre de dos niños y separada, que se enfrenta a numerosas dificultades. “Los golpes a los que nos referimos no son tan literales, no hablamos de una mujer que está siendo literalmente golpeada sino que a Clara la golpean los tarifazos, la desocupación, el temor de quién le da de comer a sus hijos cada día, un exmarido que es un tanto abandónico con su rol de padre…”, comenta Guevara, actriz y autora, en diálogo con ANCCOM. “En este devenir de estas violencias que ella recibe decide entrenar boxeo en la casa para redireccionar la violencia, va sumando otras mujeres y gesta y lidera una cuadrilla de boxeo de mujeres para salir a boxear a tanto jodido suelto”.

Leandro Rosati, actor y director, miembro del grupo teatral “Los CometaBrás”, por su parte, trabajó con la dramaturgia y la dirección del unipersonal. “La idea es de Carolina, ella tenía ganas de hacer algo con este género y me vino a proponer la historia de una boxeadora, y empezamos a trabajar sobre quién era y qué situaciones atravesaba”, explica Rosati. “Estuvimos un año trabajando muy intenso, donde fuimos encontrando quién era el personaje y elaborando juntos a dónde queríamos llegar, es un proceso largo porque uno va descartando material, va buceando hasta encontrar esa estructura que a uno le interesa”, agrega. Guevara profundiza: “A mí lo primero que se me ocurrió fue la imagen de una mujer boxeando, me parecía que tenía mucha fuerza teatral y que tenía mucho de metafórico para poder meter mano respecto a la violencia de género en sí”.

Durante el año 2017 la obra se estrenó y estuvo en cartel durante varios meses, incluyendo una gira por el interior de la provincia de Buenos Aires. Hubo funciones en teatros y centros culturales de la Capital Federal, y el equipo no descarta una nueva posibilidad de gira al terminar esta temporada. Además, Carolina Guevara fue nominada por Los golpes de Clara en los Premios Luisa Vehil (2017), en el rubro Mejor Actriz.

En cuanto a la recepción por parte del público, ambos coinciden en que es muy buena. “Creo que el público se entrega y eso es lo importante, después cada uno construye en su imaginario lo que recibió y eso es muy subjetivo. Logramos que el público deje de mirar distantemente y se enganche con la situación, con lo que le pasa al personaje”, argumenta Leandro.

“Lo que busco con la obra es interpelar, llamar a la reflexión, sumar un granito de arena para la época en que vivimos, en que muchas mujeres nos estamos empoderando, hay todo un movimiento feminista y tenemos toda una historia de mujeres que han dado  y están dando batalla para que yo pueda surgir con una obra como esta, que no es casual: los momentos históricos empujan a los movimientos artísticos y viceversa”, agrega Guevara. “Lo que yo intento es interrogar a los varones. Lo que estamos reclamando son derechos, son lugares de igualdad, son espacios que nos pertenecen, no estamos pidiendo que nos ayuden. Intento interpelar a los varones, generar identificación con las mujeres y lograr una reflexión sobre lo que estamos viviendo”.

Los soldados de Malvinas, con nombre y apellido

Los soldados de Malvinas, con nombre y apellido

El lunes 2 de abril, tres miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) brindaron una charla abierta en el Museo Malvinas, ubicado dentro del predio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada. El auditorio, que lleva el nombre del ex combatiente Orlando Pascua, se colmó de gente dispuesta a escuchar a los encargados de llevar a cabo el procedimiento de identificación de soldados caídos en la guerra, quienes explicaron con notable sensibilidad las etapas e implicancias del trabajo que realizaron recientemente en el cementerio de Darwin, en las Islas Malvinas.

Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur.

Los tres representantes del EAAF, Mercedes Salgado, Carlos Maco Somigliana y Carlos Hurraco, respondieron todas las preguntas formuladas por Federico Lorenz, director del Museo. Explicaron en qué consistió el proceso de exhumación de restos y contaron cómo fue el contacto con las familias de los soldados. El Equipo, fundado en 1984 con el objetivo de identificar a las víctimas de la represión clandestina impulsada por la última dictadura cívico-militar, se abocó en 2012 a un proyecto por demás complejo y doloroso. Luego de que la Cruz Roja Internacional asumiera el papel de mediadora y contactara al Reino Unido para establecer los acuerdos necesarios, el EAAF comenzó a tomar muestras de sangre de los familiares de los caídos para compararlas con los restos óseos extraídos del cementerio.

En diciembre de 2017 logró identificar a 88 personas y había dos casos en los que existía una hipótesis probable pero las conclusiones no llegaban al umbral del 99,95 por ciento necesario para la confirmación positiva. Finalmente, en enero se tomaron nuevas muestras y esta vez el resultado de ambos casos fue exitoso. En total, 90 soldados resultaron identificados. La intervención del EAAF se realizó en 121 sepulturas pero una de ellas contenía los restos de dos personas, por ende, aún quedan 32 combatientes no reconocidos.

Carlos Somigliana remarcó el carácter sumamente profesional del equipo de trabajo y de la Cruz Roja y destacó la labor del ex capitán británico Geoffrey Cardozo, quien se ocupó de sepultar dignamente a los soldados argentinos y de conservar sus pertenencias. Con respecto a los 32 caídos no identificados, los antropólogos afirmaron que inmediatamente se pondrán a trabajar y a tomar muestras de sangre de las familias restantes.

Mercedes Salado Puerto, Carlos Somigliana y Carlos Hurraco, miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense. Charla sobre el proceso de identificación de soldados caídos en Malvinas realizada en el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur.

Mercedes Salgado contó cómo vivió la experiencia de viajar a las Islas con los familiares de los combatientes que, por primera vez, tenían la certeza de estar hablando con su hijo o con su hermano y aseguró que nunca antes había visto algo así: “En un momento —recordó—, el cementerio se convirtió en una burbuja, no sé cómo explicarlo, era como un silencio. Había muchísima gente y transmitían paz. Había personas que llevaban las fotos de sus familiares, de sus hijos, nietos, que les presentaban todo lo que había pasado luego de 30 años. Le presentaban la vida que ellos no habían podido vivir y eso era una paz inmensa”.

Por su parte, Somigliana definió el proyecto de identificación del EAAF como una forma de saldar la deuda con todos los familiares de los soldados de Malvinas: “Durante muchos años —señaló— la gente llegaba al cementerio y se les decía que si no encontraban el nombre de su ser querido eligieran cualquier cruz, y lo cuento para que se den una idea del maltrato al que fueron sometidas estas familias”.

En este sentido, Salgado agregó que “hay una necesidad de lo físico, de la presencia, del contacto. A nosotros nunca nos tocaron tanto las manos como en este caso. Estábamos impactados porque muchas madres nos decían ‘me da paz verles los ojos porque fueron las últimas personas que lo vieron’, y nos tocaban las manos porque éramos las últimas personas que los habían tocado”.

Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur.

Por último, Somigliana planteó que “Malvinas tiene como connotación haber sido un tema dejado de lado tantas veces. Por una vez es el centro del escenario, y sentimos honor de haber trabajado en esto”.

Mirá el video de la charla publicado por el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur
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En el auditorio, los aplausos sonaban cada vez más fuerte y cuando el director del Museo propuso que el público hiciera comentarios y preguntas, emanaba del ambiente una emoción palpable. Madres, padres y hermanos de aquellos jóvenes de 18 años que ahora permanecen inmortalizados con su identidad, con su nombre y su apellido, dejaron caer las lágrimas dolorosas y en cierto punto reconfortantes que aguardaban en sus retinas hace muchísimos años. En el marco de la Conmemoración por el día del Veterano y los Caídos en Malvinas y 36 años después del siniestro despliegue de una guerra absurda, el Equipo Argentino de Antropología Forense llevó a cabo, y lo seguirá haciendo, una tarea necesaria y concreta con total responsabilidad y brindaron a todo el mundo y sobre todo a los seres queridos, la posibilidad de identificar a aquellos soldados que hasta hace poco eran desaparecidos.