Vamos las pibas

Vamos las pibas

Dos mujeres jugando al futbol

El oeste del Gran Buenos Aires es la “cuna” de grandes jugadoras.

El rol de la mujer en la sociedad está en medio de una gran transformación y el fútbol femenino es un claro ejemplo de ello: está con un crecimiento histórico en Argentina y el oeste del Gran Buenos Aires es la “cuna” de grandes jugadoras. Por eso, ANCCOM recorrió la zona para dialogar con las principales protagonistas y conocer sus experiencias.

El fútbol se encuentra atravesado por una lógica comercial y mercantil. Existen grandes desigualdades de recursos económicos entre los clubes de Primera División y el Ascenso, cuyos jugadores deben tener otro trabajo. Las diferencias se profundizan si hablamos de fútbol femenino, un deporte prácticamente amateur en nuestro país. Actualmente la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) cuenta con 32 equipos de fútbol de mujeres (14 en Primera A y 18 en Primera B). Micaela jugó en Defensores del Chaco de Moreno y luego pasó a San Lorenzo y comenta que la principal diferencia entre ambos clubes fue tener “masajistas y preparadores físicos. Antes era como juntarme a jugar con mis amigas en el barrio”.

“Ya la edad me pasó para jugar en AFA, prefiero jugar en equipos de barrio”, dice Sandra de 29 años, mientras espera para entrar en el equipo ´Rivadavia´ del Torneo Municipal de Fútbol Femenino de Merlo. Es un campeonato con 24 equipos, todos fichados en la Secretaría de Deportes del Municipio. El 90% de ellos tiene inscriptas las 3 categorías del campeonato, con un mínimo de 7 jugadoras registradas para cada uno de los niveles. Mientras se pone las canilleras, Sandra cuenta que juega desde los 15 años, donde hacía “fútbol mixto” con sus 14 hermanos y entre risas sostiene que “teníamos para hacer 2 equipos de 7”. Ser madre a los 19 años no le impidió continuar con su pasión por el fútbol, cuando su hija cumplió 3 meses volvió a las canchas. “Terminaba el primer tiempo, me sentaba y ella venía a tomar la teta” dice Sandra.

El apoyo familiar y económico resulta fundamental a la hora de llevar adelante una carrera dentro del fútbol femenino. “Cuando estaba por empezar a jugar en River, tenía que ir todos los días y no podía. No tenía a nadie que me banque”, sostiene Valeria Giménez de 24 años. A ella sus padres nunca la vieron jugar, siempre fueron los abuelos quienes la apoyaron en el deporte. “El primer torneo al que me anoté, lo ganamos y teníamos que viajar a Mar del Plata, mi vieja no quería saber nada”, cuenta Giménez.

No todas las familias se niegan a aceptar que sus hijas jueguen al fútbol. Valeria Albornoz jugó en Independiente de Avellaneda y en Atlas de General Rodríguez y comenta que sus padres la apoyaban en su decisión pero “no la bancaban económicamente”. A los 17 años empezó a jugar en Atlas y al poco tiempo pasó a entrenar en Wilde para formar parte del plantel de Independiente. Eso la obligó a asistir a la escuela secundaria y trabajar en una fiambrería con su tía para poder solventar su viaje al predio de zona sur donde entrenan los “rojos”. En ese momento, ella optó por dejar el colegio y al poco tiempo abandonar el fútbol.

Piernas de una jugadora, pisando una pelota

El crecimiento del futbol femenino refleja el nuevo rol que disputa la mujer en la sociedad.

“De a poco se fueron rompiendo algunos mitos, por ejemplo, que el fútbol es solo para hombres” dice Gonzalo Díaz, ex arquero de Racing y coordinador de actividades de los complejos Goles y Gambetas, ubicados en Merlo Norte, Libertad, Ituzaingó y Villa Tesei. Díaz cuenta que comenzaron con las actividades en el 2013 y el fútbol femenino nació como una demanda de 4 chicas. Sin embargo, se enorgullece de ser “los pioneros en la zona oeste en empezar a abarcar más edades en la disciplina”. Actualmente tienen 40 chicas en fútbol infantil. “Tenemos nenas de 6 o 7 años que se compran los botines y vienen a jugar al fútbol, para nosotros es muy lindo eso”, señala el coordinador.

En una de las inmediaciones de Goles y Gambetas, se lleva adelante la Liga EFEM de Fútbol Femenino. Allí está Lucila Aguirre, de 15 años, oriunda del Parque San Martín, partido de Merlo. Desde los 12 años juega principalmente en futsal de River y en mayo de este año tuvo su primera convocatoria a la Selección Argentina de Futsal Femenino Sub-20. “La que me acompañó siempre en el fútbol fue mi mamá, falleció hace dos meses”, cuenta Lucila mientras suspira. Según ella, juega al fútbol desde que tiene “memoria” y siempre con varones. Aguirre afirma que eso le “sirvió mucho para, después, sacar ventaja con las chicas”. Según comentan las jugadoras del torneo y algunos espectadores es la promesa del fútbol femenino en el país.

En algunos casos, se toma al fútbol como una actividad recreativa. En la Liga Municipal de Merlo, “los técnicos tratan de que jueguen todas. En cambio, en AFA, solo juegan las mejores. No importa si fuiste a entrenar toda la semana”, afirma Rocío Taboada. Tiene 26 años y es arquera de Ferrocarril Oeste, luego de haber sido la única mujer entrenando con “80 jugadores libres en el Club CFR de Moreno”. Hace cinco años que decidió aprender a jugar al fútbol y como está lesionada en su muñeca juega como defensora. También atajó en Almirante Brown, en el Sindicato de la Televisión, Deportivo Merlo y otros equipos y cuenta que “es muy difícil que un club apoye al fútbol femenino, todo sale a pulmón”. En Ferro están becadas, tienen camisetas y pelotas. Lo que debería ser lo habitual en un club de fútbol, se toma como una novedad.

El machismo dentro del ambiente del fútbol fue una barrera que tuvieron que atravesar varias de las chicas que decidieron comenzar en este deporte. “Cuando yo arranqué me decían ´vos jugas a la pelota, sos un varón´ o ´¿Por qué no vas a lavar los platos?´ y eso te pone mal, creés que tenés que hacer eso”, dice Valeria Albornoz, la chica que jugó en Independiente y Atlas. El juicio social, coincidieron todas las entrevistadas, fue uno de los principales motivos por los cuales muchas jugadoras dejaron de ir a las canchas. Sin embargo, con la mujer disputando un nuevo rol en la sociedad, el fútbol femenino parece incubar cambios. Rocío Taboada sostiene que “las mujeres están jugando por todos lados ahora”. La experiencia compartida por varias jugadoras en la zona oeste es que comenzaron a jugar con zapatillas y hoy «todas se compran botines y camisetas de fútbol”, dice Gonzalo Díaz. ¿El machismo en el fútbol también se estará por caer?

Por ahora no es ley

Por ahora no es ley

Con 31 votos a favor, 38 en contra y dos abstenciones y una ausencia, la Cámara de Senadores de la Nación no aprobó el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que obtuvo medía sanción en Diputados. La legalización del aborto podrá ser tratada nuevamente el año que viene.

El debate en el recinto comenzó a las 10 de la mañana y se prolongó hasta la madrugada del jueves. Ya desde temprano, los medios hablaban de una tendencia irreversible por el rechazo. A las 11 la votación estaba 38 a 31 en contra, teniendo en cuenta la abstención de la senadora Lucila Crexell del Movimiento Popular Neuquino y la indecisión del senador Omar Perotti del Partido Justicialista por Santa Fe, quien finalmente también se abstuvo.

Hasta el anochecer, la discusión en el Senado se llevó a cabo con tranquilidad. El primer cruce se produjo cerca de las 19, cuando Gabriela Michetti, la presidenta de la Cámara Alta, le pidió a Luis Naidenoff que no interrumpa los discursos de los senadores: “usted no tiene que conducir la sesión, no tiene que decir cuando termina o sigue alguien. Eso lo tengo que decir yo”. El presidente del interbloque Cambiemos insistió en hacer uso de la palabra y Michetti respondió casi para sus adentros, pero con el micrófono abierto: “Es un pelotudo, que no rompa las pelotas”.

Minutos antes de las 21 la senadora Crexell confirmó su abstención argumentando por qué decidió no votar ni a favor ni en contra: “este debate demuestra el fracaso del Congreso Nacional y el fracaso de la política”. Sin embargo, un rato después, las mujeres de la Campaña Naciónal por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito brindaron una conferencia de prensa en el Hotel Castelar y no hablaron del fracaso político sino del éxito de la lucha: “Nos quieren hacer retroceder, pero este día histórico les tiene que explotar en la cara”. Inmediatamente después tomaron la palabra las actrices argentinas y resaltaron la idea de que ya no hay vuelta atrás: si no es ley hoy va a ser ley el año próximo, porque somos dos millones.”

En el transcurso de la jornada la balanza no se inclinó en ningún momento hacia el resultado positivo y pese a la importancia del proyecto tratado, algunos senadores, seis en contra, uno a favor y otro que decidió abstenerse, optaron por no exponer en el debate. Entre ellos Carlos Ménem, quien regresó a última hora al recinto para rechazar el proyecto, a pesar de no haber asistido a ninguno de los plenarios de comisión en la Cámara Alta.

Pasada la medianoche, en el discurso de cierre, la ex-presidenta, Cristina Kirchner, cuestionó: “Estamos rechazando un proyecto sin proponer ninguna alternativa” y agregó: “Nunca es gratis oponerse al status quo y como legisladores tenemos la obligación de deconstruirnos a nosotros mismos”.

En definitiva, la ley no salió pero una cosa está bien clara: la multitud en la calle no está dispuesta a dejar morir el pañuelo en un cajón. Porque ese triángulo verde habla por sí solo y representa la lucha de las impulsoras de la Campaña, mujeres próceres y pioneras de un lago camino, y también la lucha de las jóvenes, de aquellas que viven el llanto, el abrazo y el grito en el asfalto. Dentro de un año, el proyecto de legalización del aborto podrá ser discutido nuevamente y para ese entonces el feminismo no se habrá borrado de los medios, de las escuelas y mucho menos de las conciencias. Como aseguran una y otra vez las integrantes de la Campaña, las mujeres se cansaron de esperar en la cola de la historia y “no van a parar hasta conquistar sus derechos, constituyendo la equidad nacional, afianzando la justicia social y promoviendo la autonomía y la libertad para todas, para todos, para todes”.

La fuerza de la calle

La fuerza de la calle

Puertas afuera del Palacio, la calle volvió a ser protagonista. La Plaza del Congreso amaneció dividida. Mientras los senadores debatían el proyecto por la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) en el recinto, miles de personas se congregaron de ambos lados de las vallas: en la orilla norte, la Campaña por la Legalización del Aborto; y, tras el límite sur, los grupos autodenominados “Provida”. Otra vez celestes contra verdes, derechos contra status quo, las ´pibas´ contra la religión.

La convocatoria arrancó temprano en la mañana y las actividades en ambos lados empezaron alrededor del mediodía para concluir con sendos actos centrales y las vigilias para esperar el resultado que finalmente vio la luz en la madrugada, en contra del proyecto que proponía legalizar el aborto legal, seguro y gratuito.

A las seis de la tarde, del lado norte se vive una fiesta. Las jóvenes son mayoría y el verde, color obligatorio: el mítico pañuelo, el glitter en las mejillas, la sombra sobre los ojos, el labial, las uñas, las chalinas, las remeras, las banderas. También se deja ver el pañuelo naranja de la campaña por la separación de la Iglesia del Estado. Los hombres son menos. Apoyan, pero no lo viven en su cuerpo.

Los bombos suenan y las ´pibas´ bailan y cantan. En el escenario central se lee el libro de poesía Martes Verde, confeccionado a partir de relatos de mujeres que abortaron. En la carpa Safina Newbery venden los pañuelos de la Campaña, el libro de poesía y hacen mística con maquillaje, peinados, tatuajes y estampados de remeras. Las paredes están llenas de pintadas e intervenciones artísticas. Los puestos de choripán y cerveza andan a todo gas. Algunos ofrecen “birra con misoprostol”. El frío y la lluvia se sienten en los huesos y hay que calentarse comiendo, bailando, cantando, alentando.

Un grupo de chicas se protege del frío en un cajero Link. Mientras comen, cuentan que tienen todas 18 y que se conocieron en el secundario de un colegio católico en San Isidro. Se ríen y dicen que “así salieron”. Las acompaña Hernán, que les copia el glitter en las mejillas.

¿Por qué vinieron?

Paula toma la delantera.

Porque creemos que las mujeres pueden decidir sobre su propio cuerpo. No sirve traer un chico al mundo en un contexto en donde no se lo buscó.

¿Y la discusión sobre el inicio de la vida?

Hernán se enoja y contesta que el feto no es un ser humano y, a lo sumo, será un proyecto de ser humano, una vida en potencia.

¿Por qué contestas vos, si no podés gestar?

Porque yo tengo una hermana y, si algún día tiene que abortar, quisiera que lo haga de forma segura, con el Estado conteniéndola.

Del otro lado, la marcha es muy distinta. Ahí no hay fiesta, no hay glitter, no hay poesía. Hay varones y mujeres de todas las edades con los pañuelos celestes al cuello y en el brazo. Hay banderas de Argentina y una gran cantidad de miembros de la Iglesia Católica que rezan abrazados y por parlantes. El feto gigante con la bandera de “salvemos las dos vidas” al cuello está apostado al lado del escenario principal, del que suena primero una chacarera. Luego se suma un cirquero haciendo piruetas. Acción Católica reparte caldo, galletitas y mate cocido. El puesto de pañuelos celestes los regala a cambio de pintarlos.

Paula, 21 años, estudiante de Agronomía de la UBA y miembro de la agrupación católica Schoenstatt dice que está ahí porque hay que “salvar las dos vidas”, que el aborto no resuelve nada y que la solución es que el Estado regule la adopción. Su compañera de agrupación, Clara, de 22, opina que está bueno que las mujeres reclamen por sus derechos pero que esos derechos se terminan cuando afecta a su bebé, que es otra vida.

¿Te reconoces en el feminismo?

Clara duda:

No, con ellas no me reconozco.

Romina, de 30 años, está parada junto a su marido y cuenta que está en contra del aborto porque ya se hizo tres:.

“El primero fue con una ginecóloga en una clínica, el segundo me lo hice leyendo en Internet y el tercero me lo hizo una vecina”.

Dice que lo que vivió la hizo cambiar de opinión y que su decisión de interrumpir los embarazos fue porque nadie la contuvo. Se arrepintió después.

¿Qué pensás del movimiento feminista?

Son mujeres con mucha fuerza y muy valientes. Las respeto. Seguro pasaron por mucho. Estoy de acuerdo con algunas cosas, como la paridad en el salario, pero no con todo.

¿Crees en Dios?

Sí, pero mí postura no tiene que ver con eso.

Gracias por tus palabras.

Dios te bendiga.

La jornada sigue sin complicaciones. Son dos marchas, pero parece que hubiese sólo una: de un lado al otro del vallado apenas puede verse el reflejo de la otra concentración, y casi no se escuchan los ruidos. En las calles paralelas no hay vallado y los verdes y los celestes se cruzan. Cabezas bajas, casi ni se miran. Se ignoran. Como si no hubiese esa otra Argentina que se esconde atrás del otro pañuelo.

Llega la noche y la lluvia empieza a aflojar. La discusión en el Senado se empieza a dar por cerrada. Después de 12 horas de debate se confirma que una mayoría por el rechazo al proyecto aprobado en la Cámara de Diputados. Las cuentas ya dan seis votos de diferencia.

Terminan las actividades y todos se juntan en sus escenarios a escuchar el final del debate. Como si fuera un presagio, los autodenominados “Provida” están al lado del Congreso, mientras que la Campaña se ubica en la Avenida de Mayo y la 9 de julio.

A las tres menos cuarto de la madrugada y finalizadas las intervenciones, se procede a votar. El resultado: 38 negativos, 31 positivos, 2 abstenciones y 1 ausente. La IVE no es ley en Argentina.

La presidenta de la Cámara y vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, deja salir un “¡Vamos todavía!”. No ¿sabe? que su micrófono todavía está abierto.

Los autodenominados “Provida” saltan, festejan. Un tiroteo de fuegos artificiales inunda su cielo.

Las mujeres de la campaña abuchean. Gritan. Es la angustia de ver todo un año de lucha golpeado en un instante. La organización empieza a insistir con la desconcentración pacífica. Unos minutos de furia no van a arruinar un año en movimiento y el inicio de un camino sin retorno. Hay llantos, hay abrazos, hay cantos. Hay quienes quieren ir a quemar el Congreso: nadie les hace caso.

Está la certeza de que la lucha sigue, que este no es el final ni mucho menos, que el aborto legal será ley el año que viene. O el otro.

En el recinto, algunos senadores se abrazan. Su fe y su moral salieron victoriosos. Tenían la chance de hacer historia, pero eligieron que nada cambie: las mujeres en Argentina seguirán muriendo mujeres por abortos clandestinos. Fuera del Palacio, sin embargo, la calle vuelve a demostrar que la marea verde es definitivamente imparable.

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“El Estado es responsable”

“El Estado es responsable”

Esta vez la música sonó para pedir justicia. Docentes, estudiantes, familiares e integrantes de diferentes orquestas y coros juveniles e infantiles se reunieron hoy frente al Ministerio de Educación de la Nación para homenajear a Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, los dos trabajadores de la Escuela Nº 49 de Moreno que murieron en ese establecimiento por la explosión generada por una fuga de gas. Todos se unieron en el reclamo para que el Estado reconozca su responsabilidad y rechazaron la hipótesis de un accidente. La movilización también contó con la adhesión de músicos independientes y del Sindicato Argentino de Músicos (SADEM).

“Hubo una necesidad de encontrarnos y simbolizar el aprecio y la conmoción, y homenajear tanto a Sandra como a Rubén. Ellos dos van a ser un símbolo para todos los que queremos que la educación musical y la educación pública sea para todos los pibes y pibas de nuestro país”, aseguró Claudio Espector, exdirector del Programa de Orquestas y Coros del Bicentenario, en diálogo con ANCCOM.

Calamano era una activa defensora de los programas que promovían el acercamiento de los niños y jóvenes de sectores vulnerables a la música. En abril de 2016 había participado de una marcha, también frente al Palacio Pizzurno, para exigir la restitución del plan anulado por el gobierno de Cambiemos. El video de su discurso de aquel día se viralizó en las redes sociales en las horas posteriores a su trágica muerte. “Tenemos que seguir reuniéndonos para lograr que los gobernantes, a los que lamentablemente les dimos el lugar que están ocupando, escuchen nuestras voces”, había advertido la vicedirectora en uno de los tramos de su mensaje.

Ayer, a los acordes del Himno Nacional siguió un minuto de silencio y el acto prosiguió con palabras de familiares y colegas. Todos exigieron una respuesta del gobierno provincial y del nacional. “Son dos ángeles que cuidaron hasta último minuto a cada niño, a cada docente de esta institución. Hoy son dos mártires y esto no tiene que quedar impune, tiene que servir. Es un punto de inflexión, va a haber un antes y un después. La justicia es lo único que nos va a sanar, la corrupción mata y acá tenemos la prueba”, aseguró la suegra de Sandra, también docente y directora, en un emotivo discurso.

Por su parte, Eduardo López, secretario general de UTE, reivindicó la tarea de los docentes en las condiciones adversas que el caso de Moreno dejó expuestas con crueldad. “Cada vez que haya directores y maestras como Sandra y trabajadores de la educación como Rubén, que sientan ganas de querer cambiar el mundo, que disfruten con ese violín, con esta orquesta, con el conocimiento y con el amor, estarán presentes ellos”, razonó.

Posteriormente, el secretario general de SUTEBA, Roberto Baradel, fue categórico al hablar de la responsabilidad gubernamental. “Sabían todo lo que estaba sucediendo en esa escuela. Hubo una carta a la gobernadora (María Eugenia Vidal) en la que lo explicábamos en detalle y en cada paritaria lo habíamos planteado, pero eligieron denostarnos y deslegitimarnos. No les importa nada”, advirtió.

Al ser consultado por ANCCOM, el dirigente sindical compartió la visión de que la muerte de Sandra y Rubén marcará un antes y un después. “Nosotros pretendemos una educación pública de calidad, pero primero las escuelas tienen que ser lugares seguros. No puede ir un chico, un maestro, un auxiliar y tener riesgo de vida como ha sucedido. Lo peor de todo es que han sido muertes evitables, y que no tienen que volver a pasar. Hay que seguir luchando, reclamando en la justicia, primero las responsabilidades, pero también a las autoridades políticas que manden las inspecciones, que las escuelas sean lugares seguros y que inviertan más en la educación”, le explicó a esta agencia.

Para el cierre, alumnos y maestros volvieron a entonar el Himno Nacional. La hija de Sandra lo interpretó con el chelo. Y todos aplaudieron con emoción.

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«Este Gobierno es indiferente, Santiago es solidaridad»

«Este Gobierno es indiferente, Santiago es solidaridad»

“Santiago fue un artista, anarquista, defensor de la tierra, un alma libre con un gran compromiso social. Vivía como sentía, con firmes ideales”. Son las palabras iniciales de Sergio Maldonado ante la multitud en un intento de definir quién era su hermano. Su familia, acompañada por organismos de derechos humanos y agrupaciones políticas, reafirmó su pedido de que se conforme un grupo de investigadores y expertos independientes que esclarezcan lo sucedido, luego de un año de destrato del Estado, en particular del aparato judicial que aún no ha podido o no ha querido dar respuestas.

El acto comenzó a las 17 con la lectura del primer manifiesto leído por Federica Pais y Liliana Daunes. Con Las Manos de Fillippi interpretando su clásico “Señor Cobranza”, un artista pintaba en simultáneo el ya icónico rostro de Santiago y capturó en el lienzo esa mirada que trascendió fronteras. Luego es el turno de Los Espíritus y, a continuación, se proyecta un video de nueve minutos, producido por trabajadores de Télam, que resume la odisea de los 78 días de búsqueda de Santiago hasta que apareció su cuerpo sin vida, el 17 de octubre del año pasado, en el mismo lugar donde más de 400 efectivos de las distintas fuerzas de seguridad –con la ayuda de drones, helicópteros y perros rastreadores–, no habían encontrado nada.

Con la caída del sol, subieron al escenario Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, el premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel y otras figuras de la cultura, la política y los derechos humanos. Con el aliento de todos ellos y de la gente en la plaza, Sergio Maldonado tomó la palabra y relató la continua peregrinación de su familia de sur a centro del país, ya que el juez de la causa, Gustavo Lleral, se encuentra en Rawson, la fiscal, Silvina Ávila, en Esquel, la Cámara de Apelaciones en Comodoro Rivadavia y la Corte Suprema de Justicia, que también interviene, en Buenos Aires.

Sergio Maldonado denunció los “ataques permanentes desde los medios de comunicación y periodistas afines a los intereses del Gobierno de Mauricio Macri».

”Los resultados de la autopsia dicen que la causa de muerte fue  asfixia por sumersión en el agua coadyuvado por hipotermia, pero nada dice sobre dónde murió Santiago, qué día, en qué circunstancias, ni cuánto estuvo su cuerpo en el agua”, explicó Sergio. Al respecto, en diálogo con ANCCOM, la legisladora Myriam Bregman sostuvo que “el Gobierno quiere hacer de la autopsia una prueba total, válida en sí misma, pero nada dice de la mecánica ni los motivos de la muerte” y agregó: “En los crímenes de Estado, las pruebas las tiene el Estado. Gendarmería sabe qué pasó con Santiago”. Su colega del Frente para la Victoria Mariano Recalde, presente en el acto, advirtió que “desde un principio y hoy aún más se confirma que lo sucedido con Maldonado es el principio de una escalada represiva”. “Aunque lo quieran disfrazar de otra cosa, se trata de una decisión política de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich de actuar con semejante violencia. No fueron exabruptos, errores ni excesos”, afirmó.

Aún quedan por descubrir muchas piezas para completar el rompecabezas de la trama del 1° de agosto de 2017. Faltan testimonios de integrantes de la comunidad mapuche. De los efectivos que ingresaron ilegalmente a la Pu Lof de Cushamen, declararon menos de la mitad. No se sabe todavía el paradero del celular de Santiago ni de la mochila que fue a buscar a la guardia de la comunidad en pleno escape, donde se lo vio con vida, y cuyo incendio el último 2 de mayo tampoco fue esclarecido. Siguen pendientes una reconstrucción de los hechos así como el resultado del peritaje sobre el DNI del joven.

“Esta es una causa plagada de irregularidades. Con una ministra de Seguridad que así como no quiere tirar un gendarme por la ventana, se niega a que la fuerza sea investigada. Hay responsabilidad estatal, encubrimiento y una protección directa a los miembros de Gendarmería que intervinieron sin siquiera una orden judicial en territorio mapuche”, opina la dirigente de izquierda Manuela Castañeira. Las irregularidades se acumulan: libros de actuación de Gendarmería adulterados, grabaciones incompletas del operativo, espionaje de celulares de la familia de Santiago o la falta de análisis de las inconsistencias y contradicciones que surgen de las 19 declaraciones testimoniales que dieron los gendarmes hace 11 meses.

Con la caída del sol, subieron al escenario Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, el premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel y otras figuras de la cultura, la política y los derechos humanos.

En su discurso, Sergio Maldonado denunció los “ataques permanentes desde los medios de comunicación y periodistas afines a los intereses del Gobierno de Mauricio Macri, con expresiones sobre dónde estaba Santiago cuando lo buscábamos hasta el cuestionamiento de por qué seguimos reclamando si ya se sabe su causa de muerte”. El productor y comunicador Claudio Villarruel, presente en la convocatoria, subrayó que “lo que hicieron los medios fue lamentable, una cobertura bochornosa que se puede esperar de algunos de sus dueños, tipos que están en el negocio y en la transa grande. Lo que me preocupa son los trabajadores. Por suerte siguen existiendo algunos periodistas y medios que tratan de ser fieles a la verdad”, afirma.

En su intervención, Sergio Maldonado manifestó su preocupación por la militarización de la seguridad interna que el Ejecutivo. El diputado y nieto restituido, Juan Cabandié, opinó que “el Gobierno está restableciendo una doctrina de funcionamiento de las Fuerzas Armadas que tiene que ver con el uso no gradual de la fuerza. Hay que analizar esa nueva doctrina hacia las fuerzas de seguridad impartida por Mauricio Macri y ejecutada por Patricia Bullrich vinculada al modelo económico que llevan a cabo que solo busca proteger el patrimonio de los sectores más poderosos”.

Una multitud reafirmó el pedido de que se conforme un grupo de investigadores y expertos independientes que esclarezcan lo sucedido.

La noche invadía la plaza y el público escuchaba con atención las últimas palabras de Sergio, quien agarró firme el micrófono aunque por momentos se le quebraba la voz. Le hablaba a su hermano Santiago: “Tratá de descansar como puedas y como te dejen. Te respeto, te quiero mucho”. La emoción lo obliga a una pausa. Andrea, su compañera, se acerca y lo abraza por detrás, y así logra pronunciar una última frase: “Si este Gobierno es indiferente, nosotros decimos Santiago es solidaridad”.

A pocas cuadras de allí, en el ND Ateneo se estaba por estrenar El camino de Santiago, la película dirigida por Tristán Bauer que homenajea a Maldonado. Pocos minutos antes de que se iniciara, con los invitados en el hall del teatro, un grupo de extraños encapuchados destrozaron a piedrazos el frente vidriaron y huyeron. Llenaron de miedo e indignación a los presentes. ¿Habrán sido los mismos sentimientos que tuvo Santiago cuando escapaba de Gendarmería?

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