Alto diario, periodistas bajitos

Alto diario, periodistas bajitos

La mesa del taller, con sus colores, pinturas y recortes de diarios y revistas tuvo que trasladarse a la mesa de la computadora de casa, donde detrás de la pantalla, los chicos conversan, traen noticias e imaginan que están sentados alrededor de la misma mesa, con ventanas que muestran paisajes distintos. En una se puede ver la noche en Inglaterra, en otra el sol en Villa Urquiza. En el taller de Periodismo por Chicos, el juego de ser periodistas es un juego de verdad, tan de verdad que tienen su propio periódico Cordones Desatados, titulado, relatado y dibujado por ellos.

El “Impostor Corona” y el “Tripulante Vacuna” titulan dos de las páginas del último número publicado por los periodistas desatados. Los chicos para hablar de la pandemia lo conectaron con el juego “Among us” e ilustraron una gran nave que representa el planeta Tierra donde se lee: “Estamos todos dentro de una gran nave que hay que arreglar -cuenta- para eso hay que hacer muchas misiones y el virus las sabotea, le saca la luz, el oxígeno, no se puede sentir el gusto de las comidas y tampoco oler el perfume de las flores.” 

Las reglas del juego consisten en evitar contagiarse, correr y usar tapabocas. Además, los chicos se plantearon maneras de descubrir al virus impostor, Santiago de 10 propone usar barbijo, alcohol en gel y no hacer reuniones de más de nueve personas mientras que Cristóbal de 10 dice que una pistola de luz ultravioleta tan poderosa que vaya a quemar el virus sería la clave.

Todas las ideas llevan su tiempo en concretarse y tal como explica Jessica Fainsod, periodista y directora de este espacio de creación sin intervención de los adultos, esta no fue la excepción. La idea de este proyecto data de varios años junto con psicoanalistas y diseñadores, que tenían en mente hacer un periódico desde la mirada de los chicos, interesándose por cómo llegan a las noticias y cómo leen distinto. Nace así un espacio de redacción y discusión para que los chicos traigan los temas que les atraviesan e interesan, se formen como lectores y puedan explorar su subjetividad y esencia. No se trata entonces de contar “el versito” que ya dijo otro, lo primordial es qué les sucede a ellos con lo que se dice.

«No se trata entonces de contar ´el versito´ que ya dijo otro, lo primordial es qué les sucede a ellos con lo que se dice».

La pandemia permitió que las asistencias de los chicos fueran de varios puntos del mundo. Aquellos que viven en otros países y participan del taller son hijos de argentinos que tienen familia en nuestro país. La organización consiste en pequeños grupos de niños -no más de seis- donde sucede algo curioso, aunque estén viviendo en otros países, y sus vidas y regiones sean muy distintas, se interesan o les sucede lo mismo. En cada reunión semanal, cada uno toma una noticia sobre la que le interesaría charlar. Sofía que vive en Inglaterra trae una sobre un tren que se cayó de un puente en México para compartirlo con su compañera Divana, que es mexicana.

“A cada uno le pasaba algo con eso, con un tren que es lejano pero a la vez no -relata Fainsod-. Divana dibujó el tren con muchos colores antes de caer, otro de sus compañeros dibujaron el después del accidente y Sofía dibujó las ambulancias ayudando a la gente”.

El taller también va construyendo un lugar seguro para que pongan en común miedos e inquietudes en un espacio de pares. En el verano, los chicos se transformaron en “Cazadores de Miedos” y se preguntaban cuál era el olor de ciertos miedos imitando el comportamiento de los perros ante el temor. Uno de ellos contestó que su miedo era a la muerte, pero no dijo a qué olía eso. Hablan entre ellos, discuten, y también se acompañan 

“Jugamos a ser periodistas de verdad, al punto de que hacemos un periódico y un programa de radio de verdad -cuenta Fainsod-. Ellos me refutan que no están jugando, que están haciendo trabajo de verdad”.

“Mi trabajo es capturar la esencia de cada uno. Mi pedido es que por favor no googleen”, explica Fainsod.

Las manos siguen a la obra con el número 16 de Cordones Desatados que saldrá pronto. Mientras los sábados a las 11 -con repetición los miércoles a las 12 y disponible también en Spotify-, los chicos tienen un espacio en Radio Nacional Clásica dándole su voz a Clásicos Desatados. El programa combina las perspectivas interesantes y a veces humorísticas de los periodistas desatados con música clásica e incluso, interpretaciones únicas. Las entrevistas a figuras interesantes son también parte del trabajo de los chicos. Entre ellas podemos encontrar nombres como Pablo Saraví, el poeta italiano Fabio Morábito, el tenor Dario Volonté y Felipe Pigna, que fue entrevistado en el marco del 25 de mayo. En ellas, los periodistas aprovecharon a preguntar, a qué jugaban los chicos en la época colonial, si los chicos tenían voz y palabra como la tienen en los Clásicos Desatados o qué tipo de derechos humanos existían en esa época.

En el último programa, titulado “Instrucciones para ser feliz en invierno”, Juana y Maite de 6 y 3 años cuentan desde Lincoln, Provincia de Buenos Aires cómo fue ver nieve por primera vez, “Ver nieve para mí me divirtió un montón y me encantó, sentimos mucha alegría” dice una de ellas. Además en su sección “Recomendaciones desatadas” nos aconsejan cosas para hacer en invierno: tomar una bebida caliente como un té, una chocolatada, ir a comer algo caliente como un guiso o una sopa y también para aquellos que viven en un campo o en un lugar abierto hacer una fogata, y para habitantes de zonas nevadas jugar a la guerra de bolas de nieve. Incluso, para seguir con la temática de la nieve nos recomiendan la lectura de “El Eternauta” de Héctor Oesterheld y Solano Lopéz.

Los chicos para hablar de la pandemia lo conectaron con el juego “Among us”.

En el segundo número de la revista digital de Radio Nacional Clásica los Clásicos Desatados‘ en su espacio de cuatro páginas opinan sobre los instrumentos de cuerdas. Sofía,de Inglaterra, de 10 años, cuenta que le encanta el ukelele porque su mamá se lo regaló para el cumpleaños. Lucía de Buenos Aires, con sus 9 años, aprovecha para contar sobre su violín, que la acompaña siempre junto a sus libros y su bici. Recomienda además escuchar la pieza “Canon en Re Mayor” de Pachelbel. Y Julián de 11 años, cuenta que su instrumento favorito es el piano que tiene cuerdas percutidas. Explica que un pequeño “martillo” golpea las cuerdas cuando uno presiona una tecla.

“Esa es la esencia. Mi trabajo es capturar la esencia de cada uno de ellos. Mi pedido es que por favor no googleen, que no vayan a Wikipedia porque arruina todo”, explica Fainsod.

Como nuevos horizontes, Periodismo por Chicos está ideando un diario por adolescentes continuando con lo primordial de su esencia que recupera sus voces sin la intervención de los adultos. Además están desarrollando un canal de Youtube generando de a poco un multimedio.