«Sabemos combatir con la pluma, no con la espada»

«Sabemos combatir con la pluma, no con la espada»

Las Abuelas de Plaza de Mayo presentaron dos obras en la Feria del Libro. Una narra la historia de una docena de sus integrantes y el otro volumen recopila el camino de la organización en sus 45 años de lucha.

A meses de iniciarse las celebraciones por los 45 años de Abuelas de Plaza de Mayo, el pasado fin de semana la organización realizó la presentación de dos textos en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Historias de Abuelas, la tercera publicación del proyecto Ovillo de trazos destinado al público infantil y juvenil fue el primero. Luego fue el turno de La historia de Abuelas donde el recorrido de la institución es ampliado y actualizado en esta nueva edición tras 10 años de la primera publicación: La institucionalización de políticas públicas para la búsqueda, el apoyo social y el encuentro de más nietos y nietas retratan la nueva etapa de la entidad.

El viernes 6 de mayo, a las 14.30, la Sala Ernesto Sábato de la Feria del Libro se llenó de historias. Buscarita Roa, integrante de Abuelas de Plaza de Mayo y su nieta restituida, Claudia Poblete, participaron en la charla sobre la publicación de Historias de Abuelas, junto a seis de los siete autores del flamante libro: Paula Bombara, Mario Méndez, Andrea Ferrari, Laura Ávila, Sandra Comino y Andy Riva, quien hizo las ilustraciones. Solo faltó Jorge Grubissich que se encontraba enfermo. Todos ellos se unieron para darle vida a una serie de doce relatos que retratan las historias de vida de Estela de Carlotto, Rosa Tarlovsky de Roisinblit, Buscarita Roa, Delia Giovanola, Sonia Torres, Ledda Barreiro, Emilce Flores, Raquel Radío de Marizcurrena, Aída Kancepolsky, Berta Shubaroff, Chela Fontana y Nélida Navajas. 

Desde el amor, las alegrías y tristezas, los relatos cuentan una parte no tan conocida de las Abuelas: sus infancias y juventudes. Todos esos momentos que las llevaron a ser las mujeres que hasta el día de hoy siguen luchando por la aparición de sus hijos y nietos que la última dictadura cívico militar les arrebató. “Me parece maravilloso tener que presentar un libro de las historias de las Abuelas, eso quiere decir que vamos a quedar en la historia. En la historia de los nietos, de los niños que no nos conocen aún pero que con el tiempo se van a enterar que hubo unas abuelas buscando nietos”, señaló Buscarita Roa con su pañuelo blanco en la cabeza.

Editado por Amauta, Historias de Abuelas es la tercera publicación de Ovillo de trazos. El proyecto literario está pensado para que la generación de los bisnietos y las bisnietas sigan manteniendo viva la memoria de los 30 mil desaparecidos. A su vez, para que docentes y bibliotecarios puedan acercar la pregunta por el derecho a la identidad a las infancias y juventudes. Este proyecto literario, en su primera edición, convocó a doce escritores especializados en literatura destinada a niños, niñas y jóvenes, para que pensaran historias que hablaran de identidad. Luego, fueron ilustradas y expuestas en un banner que, en 2015 a través de Adriana Redondo, directora del Plan de Lectura del Ministerio de Educación de la Nación por aquel entonces, repartió gratuitamente en las escuelas. Ese mismo trabajo, a su vez, y en colaboración con Pakapaka se transformó en cortos animados que se transmitieron bajo el título Historias que abrazan. En 2016, con la segunda etapa del proyecto, surgió una antología de cuentos para jóvenes donde la pregunta sobre la identidad y el derecho a conocerla e interrogarlo fue central. El libro fue seleccionado por el Plan Nacional de Lectura en 2019. 

La tercera etapa dio a luz a Historias de Abuelas, pensado en tiempos prepandémicos: “La idea surgió luego de que en una escuela primaria donde se habían expuesto las microficciones de Ovillos de trazos, a la que yo había ido a dar una charcha, una niña pequeña me preguntó si cuando fuera grande quería ser una de las Abuelas. Sentí que teníamos que contar quiénes eran estas mujeres además de ser parte de Abuelas. Llevé la idea al equipo y floreció”, contó Paula Bombara, escritora y colaboradora del proyecto. 

Entonces, se convocó a seis escritores y escritoras comprometidos con la causa quienes, luego de entrevistas y la presentación de borradores a las Abuelas, produjeron doce historias en microficciones. Además, Historias de Abuelas incluye retratos de las protagonistas, realizados por el artista visual Andy Riva, quien se dedicó a recrearlos a partir de fotos. En diálogo con ANCCOM, comentó que participar del proyecto fue muy significativo para él: “Yo nací en el 80. No tengo recuerdo de la dictadura, me acuerdo pocas cosas del contexto. De lo que sí estoy seguro es que si hoy caminamos en libertad es porque se lo debemos en gran parte a las Abuelas, a las Madres y a toda la gente que junto a ellas trabaja para que muchas cosas no vuelvan a pasar”. Hace tiempo que Riva trabaja con Abuelas pintando murales y haciendo cortometrajes. Sin embargo, este trabajo le resultó particularmente interesante: “Cuando te sumergís en gestos para retratarlos, pueden ser proyecciones o reflejos de las cosas que vivieron, ya sean alegrías, tristezas y cosas pesadas que cargan”, describió. A su vez, explicó que esto mismo lo llevó a reflexionar sobre su propia historia e identidad.  

Claudia Poblete además de ser una nieta restituida también es madre. Ahora su hija tiene a su bisabuela retratada. Al referirse a las Abuelas de Plaza de Mayo en la presentación, reflexionó: “Eran mujeres que no tenían nada que ver con la política. En esa época, pudieron tomar esos roles y reconstruir sus vidas alrededor de la búsqueda, con el dolor que les causó la pérdida de sus hijos, pero sin perder nunca la alegría y la esperanza de encontrar a sus nietos”. Su Abuela Buscarita fue quien continuó con la charla, y dejó claro que la lucha no ha sido en vano. “No es fácil ser Abuela de Plaza de Mayo. Duele. Yo encontré lo que buscaba, pero seguí trabajando para que mis compañeras también pudieran encontrar a sus nietos. Todavía nos faltan muchos, pero esperamos tener un poco más de vida para poder encontrar a los que faltan. Es muy importante que los padres y madres dejen que los niños lean este libro para que vayan sabiendo de chiquitos lo que ha sucedido en su país. No hay que ser indiferentes, las historias se pueden volver a repetir y luchamos para que eso no vuelva a pasar”, concluyó.

El sábado 7 de mayo se realizó la presentación de La historia de Abuelas en la Sala Tulio Halperín Donghi, con un panel compuesto por Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; el nieto restituido Leonardo Fossati; el rector de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), Alfredo Alfonso; y el Director del Centro de Derechos Humanos de la UNQ, Rodolfo Brardinelli.

El libro, impreso a contrarreloj, es una edición ampliada y actualizada de la publicación La historia de Abuelas 30 años de búsqueda 1977-2007, lanzada hace más de 10 años. Fue producido por el Área de Prensa y Difusión de Abuelas, y coeditado con el Programa Universidad y Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Quilmes y la Editorial de esa universidad. El libro reconstruye al presente la extensa historia de lucha de la organización. “La Universidad Nacional de Quilmes coedita, colabora con Abuelas y va a seguir coeditando y colaborando porque es su obligación hacerlo y porque es una de las formas en que entiende que está poniendo en práctica la definición de la Universidad como uno de los derechos humanos”, contó Rodolfo Brardinelli sobre la participación de la Universidad Nacional de Quilmes en la edición del libro.

La historia de Abuelas narra parte de la historia de Leonardo Ortega Fossati, uno de los nietos restituidos, quien es miembro de la Comisión Directiva de Abuelas. Fossati remarcó la importancia de la edición de libros de Abuelas de Plaza de Mayo: “Para que el paso del tiempo no vaya poniendo en color sepia a estos logros, sino que estén siempre vigentes. En mi caso personal, son un ejemplo de vida indudablemente”, señaló.

Tras casi 45 años de lucha, la institución realizó cambios en los estatutos para ingresar a los nietos como parte de la comisión directiva. El libro da cuenta del rol que adoptan los nietos y nietas en el traspaso generacional y la continuidad en el legado de la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo. “Ahora, atención, mientras que exista una abuela, manda la abuela. Una abuela que escuche, que acompañe, que abrace, una abuela que diga no me parece, pero ustedes tienen razón”, declaró Estela de Carlotto sobre la integración de los nietos a la Comisión Directiva de la Asociación. A modo de cierre, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo concluyó: “Cuando Abuelas encuentra a un nieto, es para hacerlo libre y que viva como quiera, con quien quiera y haga lo que él libremente quiera hacer de su vida. Le damos la identidad para la libertad”. La presidenta de Abuelas advirtió además que no va a parar hasta encontrar a los 300 nietos que faltan y que esta es una lucha que no termina: “Ya sabemos combatir con la pluma, no con la espada. Siempre con la palabra amor. Cuando uno ama entrega el corazón, entrega la vida, la confianza, la tranquilidad”.

El libro La Historia de abuelas se puede descargar gratuitamente en la web de Abuelas Plaza de Mayo.

«Justicia ambiental es justicia social»

«Justicia ambiental es justicia social»

Convocada por organizaciones ambientalistas de la juventud, una multitud marchó desde Plaza de Mayo hasta Congreso, con reclamos muy concretos contra las actividades que dañan el ambiente y la salud. 

Mientras el sol busca salir de entre las pesadas nubes grises de la ciudad, las organizaciones juveniles estiran sus banderas en el piso de la Plaza de Mayo. Federico camina a través del parque para saludar a su compañera Stephi. En el ínterin en que organizaban la posición de las banderas, miran a sus costados, expectantes por el desarrollo de la marcha. Federico ya tiene más de tres años marchando, pero varias chicas y chicos como él salen a las calles por primera vez en esta jornada, lo cual se deja ver en el rostro inquieto, incómodo e inexperto de jóvenes de entre 17 y 22 años. “No hay color, solo las banderas y algún que otro cartel”, dice un fotógrafo cercano a los 50 años de edad, alejado del conjunto que sigue aumentando minuto a minuto.

Se escuchan los tambores de las organizaciones sociales y de los partidos políticos que llegan por las diferentes calles. Se levantan las banderas y los carteles y en el medio aparece la barredora que abre la marcha con la frase “Justicia ambiental es justicia social”. Las miradas se tranquilizan y los nervios se van de los rostros. Las cámaras corren hacia adelante para retratar los carteles y banderas que con lemas varios comienzan a colorear la columna que está por salir hacia el Congreso. Se leen frases como: “Mirá: acá está la juventud”; “El dólar no se bebe”; “El colapso va a llegar antes que mi título”. Y, al mismo tiempo, se alzan reclamos puntuales como:  “Ley de Acceso a la Tierra YA”, “Mar Libre de Petroleras”, “Ley de Humedales YA”, entre otros.

“Ni la naturaleza, ni nuestros cuerpos son territorio de conquista”, dice Ariana Krochik, militante de Consciente Colectivo, parada a un costado de la columna que, con música y pogo, avanza por Av. de Mayo. Explica que la crisis climática no impacta en todo el mundo por igual y que los países del sur se ven afectados no solo por las consecuencias generales, sino también por un contexto de desigualdad económica estructural. Históricamente el norte global desarrolló sus economías utilizando los territorios y bienes comunes ambientales del sur, y son también los mayores emisores de gases de efecto invernadero a nivel mundial. “Exigimos que se cumpla el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, que implica que los Estados que más han contaminado y beneficiado de la destrucción ecológica, sean quienes inviertan en la transición de otros países.”

Entre la fiesta de diez cuadras de largo, con redoblante y bombos se escucha el agite por la Ley de Humedales. “Ole ole ole, ole ole ola, Ley de Humedales queremos ya. Y que a las islas se las dejen de quemar”. Desde el 2013 fueron tres los proyectos de ley presentados en el Congreso que perdieron estado parlamentario y este año se promete que el proyecto presentado por el diputado Leo Grosso, apoyado por las organizaciones sociales y científicas, pase a tratarse en la Cámara de Diputados. 

“Venimos a defender y generar conciencia, y me alegro que haya tanta juventud.  Eso es lo más importante. Ellos son el presente y el futuro de la patria. Nosotros tenemos que salir y apoyarlos a ellos en esta iniciativa que ya desde hace tiempo se debía hacer. El planeta, cuanto más lo dañamos, más arruina al humano. Se está enojando la tierra y nosotros tenemos que cuidarla”, dice Teresa, de 72 años, mientras avanza con paso seguro y con ímpetu rodeada de jóvenes, fiesta y militancia, levantando su cartel de “Hay más plásticos que sentido común”. 

El tractor lleno de verduras, frutas y flores de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) abre las aguas de cemento y ciudad mientras avanza detrás de las organizaciones juveniles. “El impulso de la agroecología para una soberanía alimentaria” es una de las consignas con las que se convocó a la movilización y que la UTT trabaja desde hace años.

Ya en el Congreso, previo a escuchar a las y los diez oradores que van a estar dando su discurso, Stephanie Cabovianco de Climate Save Argentina, con ayuda de sus compañeras y compañeros, colgaba su bandera en las rejas del Congreso que decía: “Por un sistema alimentario justo, saludable y sostenible”, ella clara que esta consigna es para las personas, el ambiente y los animales”.

Entre las y los oradores ubicados en el escenario frente al Congreso, solo se ven caras jóvenes. Rodeándolos están las organizaciones y partidos amuchados. “El ambientalismo es una bandera que le pertenece por definición a las grandes mayorías”, grita Mercedes Pombo de Jóvenes por el Clima, con una contextura pequeña y un grito gigante. Federico Pellegrino de Eco House, acompaña el sentimiento y en su discurso reivindica “la politización de nuestros dolores individuales” como la única herramienta que tenemos para sacarle el poder a los de arriba y distribuirlo en toda la sociedad. “Si la historia argentina algo nos ha demostrado es que el pueblo organizado puede transformar su presente y su futuro y no hay lobby ni poder concentrado que pueda frenar eso”, dice Mijael Kaufman de Consciente Colectivo.

A las ocho y media de la noche, algunas personas ya retornan para sus casas y otras se quedan bailando al ritmo de la música que todavía envuelve al Congreso de la Nación.

Levantaron la clausura del mercado de Bonpland

Levantaron la clausura del mercado de Bonpland

Tras la resistencia de trabajadores, vecinos y consumidores, el Gobierno de la Ciudad rehabilitó el mercado de economía popular. Los cooperativistas no bajan los brazos.

El mercado de Bonpland, ubicado en el barrio porteño de Palermo, reabrió sus puertas, luego de que el Gobierno de la Ciudad levantara la clausura. El martes 22 de marzo el Gobierno Porteño clausuró el Mercado de Economía Solidaria y la noticia despertó rápidamente la preocupación y la organización del sector para impedir el cierre. Los funcionarios reclamaban una habilitación que la administración porteña nunca terminó de tramitar.

 Las cooperativas que componen el Mercado informaron que consiguieron levantar la clausura que les había impuesto la Agencia Gubernamental de Control y que las organizaciones denunciaban que había sido «arbitraria».

 Luego de varios días de trámites y lucha en la calle, ayer al mediodía levantaron la faja que cerraba el recinto y permitieron que los productores vuelvan a vender sus productos. 

 Rosa Zambrano, vocera del Mercado e integrante de la Cooperativa Soncko, estuvo presente en el momento de reapertura y se mostró agradecida con quienes acompañaron el reclamo estos últimos días: “Es muy gratificante todo el acompañamiento que recibimos en estos momentos tan tristes, pero que sirvieron para saber que la comunidad del mercado está más unida que nunca. Hoy recuperamos nuestra fuente de trabajo, pudimos abrir el mercado, todo gracias a la resistencia popular”.

 Desde hace 15 años funcionan en el mercado ocho cooperativas y trabajan alrededor de 200 familias que durante la semana de la clausura perdieron la posibilidad de comercializar sus productos. El levantamiento de la clausura fue celebrado por clientes y trabajadores, que sostienen que “La organización colectiva siempre vence”.

 De todas formas, el problema no está saldado por completo, ya que todavía hay exigencias que el Gobierno de la Ciudad debe cumplir. “Les pedimos que nos sigan acompañando porque es muy importante el camino que nos queda por recorrer. Tenemos que lograr que bajen los fondos para lograr la habilitación necesaria, que hace 15 años nos vienen prometiendo, ya que sin final de obra nunca vamos a conseguir la habilitación formal”, agregó Zambrano. 

 Quienes integran el único mercado de Economía Solidaria de la Ciudad de Buenos Aires son conscientes de que la lucha no se termina con la reapertura, ya que los negocios inmobiliarios y la especulación edilicia siguen vigentes. Por eso, reiteran el llamado a la comunidad para que acompañe el comercio sano seguro y solidario.

 En Bonpland se encuentran producciones agroecológicas libres de agrotóxicos, alimentos elaborados de manera artesanal y sin aditivos y artesanías ecológicas, entre otros productos que llegan a los y las consumidoras sin intermediarios. “Nosotros somos los que podemos garantizar que en la mesa de los argentinos haya alimentos sanos y de calidad”, destacó Rosa Zambrano y enfatizó que “ha quedado a la luz, no solamente la problemática burocráticas de los trámites de las habilitaciones, también quedó a la luz la falta de consideración del Estado sobre los modos de producción familiares, los pequeños emprendimientos, las cooperativas o pequeñas empresas recuperadas”.

 El Mercado sembró un precedente en la construcción y desarrollo de una red de comercialización alternativa de productos de la agricultura familiar y de la economía social y solidaria. Por eso, Zambrano señaló que es necesario fortalecer este modelo, y remarcó que tenemos que transmitir al consumidor el cambio en los hábitos de consumo. Es fundamental para producir y consumir de otra manera.