Dos olas verdes que se fundieron en un mar de protestas

Dos olas verdes que se fundieron en un mar de protestas

Pañuelos verdes de la Campaña por el Aborto Legal se mezclaron con los barbijos que resisten el cambio climático.

Dos movilizaciones se unieron el viernes último en tiempo y espacio con un mismo deseo: justicia social. Las agrupaciones Fridays for Future, Jóvenes por el Clima y Alianza por el clima, convocaron a la Tercera Movilización Mundial por la Crisis Climática. Le pidieron al Estado nacional medidas concretas y exigieron cambios estructurales: “Los discursos vacíos ya no alcanzan, hay que llevar a cabo acciones”, subrayaron. Al unísono, en la misma plaza, la Campaña Aborto Legal organizó un grito global en el marco del “Día por la Despenalización y Legalización del Aborto en América Latina y el Caribe”. Hubo talleres, charlas y actividades como fútbol, boxeo y tango.

Los asistentes se reunieron a las 15 en Plaza de Mayo y, a alrededor de las 16, marcharon hacia el Congreso Nacional por Avenida de Mayo. La mayoría eran adolescentes, jóvenes y organizaciones ambientalistas. Pero también había niños y adultos. Mientras caminaban, cantaban consignas tales como  “Justicia Climática, YA”, “El pueblo, consciente, defienda el medio ambiente”, “Fuera el opresismo, fuera la opresión, queremos un sistema de conciencia e inclusión”. Muchos de los carteles que sostenían, tenían mensajes que hacían referencia a los perjuicios de la ganadería para el medio ambiente: “Go vegan”, “El futuro es vegano”, “Ganadería es cambio climático”, “Cambiá tu dieta”, “¿Si comés carne que hacés acá?”, entre otras. De hecho, cuando llegaron al Congreso, se toparon con puestos de venta de choripán y cantaron: “Carne es muerte”.  

Pasadas las 17, comenzó el acto con la presentación del periodista ambiental Cruz Ruax: “Sabemos que la crisis climática y ecológica nos atraviesa a todos, pero no a todos por igual. Como toda crisis social los sectores históricamente marginados y discriminados son los más perjudicados. Sabemos que no es lo mismo hablar de ecologismo en Europa o en Norteamérica que en América Latina”.

“Hace 30 años les investigadores comenzamos a alertar sobre el calentamiento global», denunció Bera, del Conicet.

Luego, procedió a leer las reivindicaciones de la movilización:  elevar aún más la ambición de  los tratados internacionales firmados como la Convención Marco y el Acuerdo de París; realizar un cambio profundo en el sistema de producción de alimentos; el cumplimiento de la Ley 26160 para evitar los desalojos de los territorios indígenas y la tala indiscriminada.

También, se pidió que comunicadores y gobernadores reconozcan que Vaca Muerta no es el futuro. Se rechazó el decreto 591/2019 que elimina el requisito de certificación de inocuidad, flexibilizando el ingreso de residuos tóxicos al país. Los oradores pidieron penalizar a las industrias contaminantes, promover la educación ambiental integral en todos los espacios educativos y  garantizar la protección de zonas estratégicas de agua y otros recursos naturales, entre otros reclamos.

La primera en subir al escenario fue Carolina Bera, investigadora de cambio climático de El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad de Buenos Aires (UBA): “Hace más de 30 años les investigadores comenzamos a alertar y a proporcionar evidencias de que el calentamiento global y sus impactos iban a ocurrir y que había que hacer algo.  Fue en el 1988 cuando la ONU nos escuchó y estableció el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, del cual formo parte”.

A su vez, contó que durante los años 2017 y 2018 elaboraron un reporte especial en el que dieron mensajes contundentes a los gobiernos para enfrentar el cambio climático. Pero no recibieron ni la atención ni la respuesta esperada por parte de los jefes de Estados. “Sin embargo, hoy en un mundo de un grado de calentamiento global llegan ustedes, les jóvenes de todo el mundo, reclamando la solución. Es algo que la sociedad y los gobiernos no pueden dejar de prestar atención”, sostuvo Bera.

Además, explicó que el  problema del cambio climático no es ni  físico ni tecnológico, sino que es social, se vincula a “cómo en nuestras sociedades se desarrolla el consumo”.

Nora Cortiñas, madre de Plaza de Mayo, encabezó la columna ambientalista.

Luego, en representación de los pueblos indígenas de la región NOA, subió al escenario Walter Barraza, del Consejo de la Nación Tonocoté Yutki de Santiago del Estero. y Néstor Jerez, cacique del pueblo jujeño Ocloya de Tilquiza. “La Madre Tierra no se negocia, los recursos naturales no son un negocio. Nos van a sacar con los pies para adelante de los territorios”, gritó el santiagueño. 

Jerez explicó que con políticas en nombre del desarrollo y del progreso, el poder político y económico está destruyendo el planeta y está poniendo en riesgo la vida de las futuras generaciones. “Por eso decimos basta de violencia, basta de genocidios a los pueblos originarios, basta a los poderes y a los gobernantes de turno”, reclamó. Agregó que considera importante tomar conciencia y escuchar a los pueblos originarios que hace décadas vienen transmitiendo este mensaje. “Hoy, los científicos están reconociendo que teníamos razón cuando decíamos que se estaba dañando nuestra Madre Tierra”, concluyó.

Los representantes de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCYR) contaron, a su vez, que hace tres años vienen batallando por una Ley de Envases, importante no solo para su sector, sino para que no existan más basurales a cielo abierto, de los cuales nadie se hace cargo. “En esta patria debe haber un servicio de reciclado con inclusión social que pertenezca absolutamente a todos, estamos rotundamente en contra del decreto para importar residuos que firmó el presidente Mauricio Macri y no vamos a permitir ser el basurero del mundo”.

Jackie Flores, referente de la CTEP y Promotora Ambiental.

Casi al mismo tiempo y cuando ya caía el sol, frente al Congreso, sonaba la batucada de mujeres Talleres Batuka y varias chicas jugaban al fútbol, boxeaban y  bailaban tango en la calle. Mientras tanto, en dos gazebos se daban talleres  llamados “Legalización y formación: educación y pedagogía feministas en torno al derecho al aborto”, o “Legalización, periodismo y comunicación feminista: abortando la neutralidad”. Sobre el escenario, ubicado en la calle Entre Ríos varias organizaciones hablaron sobre sus proyectos.

 Josefina, estudiante de obstetricia, habló en representación de la Cátedra del Aborto como problema público de las Facultades de Ciencias Médicas y Farmacia y Bioquímica de la UBA. “En la Facultad no se habla de estos temas, y cuando se habla se hace desde una perspectiva espantosa, así que tomamos la batuta de lo que la academia no nos enseña y nos organizamos nosotres para aprender”, contó.

 Las integrantes de Socorristas en Red, subieron al escenario luciendo pelucas rosas y enunciaron: “Somos activistas feministas que armamos socorros rosas. Nos articulamos para pasar información y acompañar a mujeres y otras personas con capacidad de gestar que deciden abortar, para que lo hagan de manera segura, para que atraviesen esa decisión acompañadas y cuidadas”.

Comunicaron que entre 2014 y 2018 acompañaron a 19.361 personas en su decisión de abortar. Dijeron que el aborto insiste y está en la vida cotidiana: “En 2018 irrumpió en las calles, se instaló, llegó a la mesa familiar, transitó por todos los medios de comunicación y vino para quedarse”. Por último, dijeron que es muy cruel lo ocurrido en agosto de 2018 porque el Senado está al tanto de lo que sucede. “Lo escuchó innumerables veces de sectores que aportamos estadísticas, experiencias y relatos. Pero no les importó, votó con su pasión conservadora, fundamentalista, y criminilizadora.

A las 19.30, todos los asistentes se reunieron frente al escenario y se hizo un pañuelazo al grito de Que sea Legal, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir