La crónica en la Argentina de Macri

La crónica en la Argentina de Macri

El  primer festival de literatura de no ficción en Argentina, con entrada gratuita,  contará con representantes nacionales e internacionales de jerarquía, como D.T Max, Gabriela Wiener, Leila Guerriero, Cristian Alarcón y Osvaldo Baigorria, entre otros, además de talleres, entrevistas, muestras fotográficas, una librería especializada en obras de periodismo narrativo y una videoentrevista con Gay Talese. Por otro lado se instalará en forma permanente la Biblioteca Basado en Hechos Reales en la Casa de la Lectura (Lavalleja 924, CABA), con lo mejor del género.

Revista Anfibia es uno de los socios estratégicos del festival, junto a la Fundación Tomás Eloy Martínez (TEM). Según Silvina Heguy, su secretaria de redacción y autora, entre otros libros, de Viaje al fin del Amazonas y 132.000 volts: el caso Ezpeleta, “este festival no desconoce la realidad de la crisis que está viviendo el mundo, y busca abrir el debate sobre el trabajo periodístico”. Anfibia tendrá a su cargo los espacios sobre herramientas digitales necesarias para potenciar al periodismo narrativo. Por su parte la Fundación TEM, que propone custodiar el legado y la obra del escritor y periodista argentino, colaborará en la organización de clínicas y talleres.

¿De qué hablamos?

«El periodismo narrativo no es sólo una cuestión de forma, es decir, no consiste en contar algo bonito. Me parece que consiste en una historia, embarrarse y volver con algo para contar, que muchas veces tiene que ver con incertidumbres más que con certezas”. Quien afirma esto es Ivana Romero, poeta, periodista y encargada de prensa y contenidos en la Fundación TEM.    

Una multitud en las sala del Centro Cultural Kirchner durante el Festival de no ficción

“Este festival no desconoce la realidad de la crisis que está viviendo el mundo, y busca abrir el debate sobre el trabajo periodístico”, dijo Silvina Heguy.

Resulta interesante también destacar su complejidad como práctica, ya que “es un género de un hibridismo tal que requiere saber de poesía, música, historia, teatro… Todos los recursos son válidos. Por eso es un género tan fascinante y al  mismo tiempo tan difícil de asir”, dice Romero, autora del libro de crónica autobiográfica Las hamacas de Firmat.

Javier Borelli, en tanto,  es periodista, licenciado en Ciencias de la Comunicación y preside la cooperativa que edita el diario Tiempo Argentino, en donde es subeditor de Información General. Él destaca que “el periodismo narrativo aporta una forma de inmersión a la cual no se puede llegar con la noticia”.

Un lugar en los medios

Frente a un contexto de cambios permanentes, donde pesa cada vez más lo digital y la cultura de lo rápido, ¿hay lugar para la crónica en los medios tradicionales? Más en una época de destrucción acelerada de puestos de trabajo en el área de prensa en Argentina.

Es el turno de Cecilia González, periodista mexicana, que trabaja desde 2002 en nuestro país como corresponsal de la agencia Notimex, y columnista del diario Tiempo Argentino. Ella, una de las organizadoras del FestiBaHR, señala: “Los grandes medios siguen operando en general con la falsa idea de que los lectores leen poco, por ende allí hay espacio para las crónicas pero tal vez no el suficiente”. Cosa que no ocurre en medios alternativos y autogestionados.

Representantes del festival de no ficción, frente al público, en una sala del Centro Cultural Kirchner

“El periodismo narrativo aporta una forma de inmersión a la cual no se puede llegar con la noticia”, destaca Javier Borelli.

Es importante promover y hacer circular el buen periodismo, y las redes sociales son una gran aliada para ello. Según Romero,  “hay excepciones como por ejemplo algunas notas de Victoria de Masi en Revista Viva, o notas de distintos autores en Radar, en especial cuando trabajan adelantos de libros, o pienso también en el nuevo diario Tiempo Argentino, que en su sitio web publica ensayos fotográficos de gran calidad”.  

La realidad que se cierne sobre el mercado laboral en general, y el periodístico en particular, es preocupante. Las promesas del macrismo son hojas en el viento. Como ejemplifica González: “Cuando se dijo que el tema de la pauta en medios venía a corregirse, fue una gran mentira pues se siguen favoreciendo medios, en particular los más poderosos del país”. Borelli, en tanto, valora el papel del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA) y el posicionamiento de muchos colegas en el caso del vaciamiento y el cierre de muchos medios, como fue el caso de Tiempo Argentino.

Tópicos que abundan (y escasean)

A la hora de pensar en los temas y actores sociales sobre los cuales se suele escribir (o no), señala González: “Nos debemos, por caso, buenas crónicas sobre Nordelta”. Cecilia sabe muy bien a qué se refiere: ha publicado los libros Narcosur, Todo lo que necesitás saber sobre el narcotráfico y Narcofugas. Romero coincide y realiza una clara distinción: “Creo que hay mucha crónica sobre pobreza y delincuencia juvenil, estigmatizaciones, pero faltan crónicas que hablen de las personas con real poder y dinero, que son también las más herméticas”.

Personas frente a una mesa llena de libros, en el Festival de no ficción, en el CCK.

“Los grandes medios siguen operando en general con la falsa idea de que los lectores leen poco», señala Cecilia González.

Borelli marca una interesante observación clasista al respecto: “Hay que pensar también que el consumo informativo está muchas veces orientado a las clases medias, y muchas veces quienes narran vienen de esos mismos estratos y se mueven en un círculo que se va cerrando, por ende hay que intentar moverse de esa zona de confort”. Allí es donde surgen las crónicas más valiosas, buscando develar el funcionamiento de lugares plagados de estereotipos.

Mujeres cronistas

A modo de cierre,  parece importante incluir en la discusión un elemento surgido del diálogo con  Romero: la necesidad de reflexionar acerca del lugar de las mujeres que vienen pisando fuerte sobre el terreno de la crónica. 

Según la poeta, en Argentina tenemos excelentes exponentes como “Josefina Licitra, Leila Guerriero, Mariana Enríquez, María Moreno. La agencia Presentes, que coordinan María Eugenia Ludueña y Ana Fornaro, que hace periodismo LGTBI; en los suplementos ‘Soy’ y ‘Las 12’ de Página 12 se siguen encontrando muy buenas crónicas que cuestionan la heteronormatividad y varias cuestiones que atañen a la construcción de identidades múltiples”.

Así, entre desapariciones de medios y temas a explorar, la crónica busca su lugar en la Argentina actual.

Dos chicos caminando por los pasillos del CCK observando una pared con imagenes, en el Festival de no Ficcion.

«Faltan crónicas que hablen de las personas con real poder y dinero, que son también las más herméticas”, dijo Ivana romero.

Actualizado 30/11/2017

 

“No es reforma, es ajuste”

“No es reforma, es ajuste”

Los últimos colectivos apuran su paso por la Avenida 9 de Julio y los 25º de temperatura golpean las nucas de los manifestantes que comienzan a marchar encolumnados. “¡No a la reforma laboral! ¡No a la reforma provisional! ¡No a la reforma fiscal!”, gritan los carteles y consignas. Las delegaciones regionales bajan de los micros, anuncian su llegada con bombos y platillos y las banderas se despliegan en el Centro porteño. La plaza Congreso ya está repleta. Dentro del Palacio, 69 senadores comienzan a discutir el pacto fiscal y los cambios en el sistema jubilatorio. En la calle, cientos de miles de personas hacen escuchar su rechazo al paquete de reformas impulsado por el gobierno de Cambiemos. No obstante, casi a la medianoche, la Cámara Alta aprobó el proyecto de reforma previsional por 43 votos contra 23. También al nuevo pacto Fiscal.

La movilización convocada por las dos CTA, el moyanismo,  la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) reunió este miércoles a cientos de gremios en la primera expresión callejera y multitudinaria contra la “política de ajuste” de la administración de Mauricio Macri. Según los organizadores, más de 300 mil personas se sumaron a la convocatoria frente al Parlamento. “Unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode”, fue la consigna más escuchada. El sindicalismo combativo y las organizaciones de izquierda, marcharon en una columna independiente. El triunvirato dirigente de la CGT fue el gran ausente de la masiva movilización.

“No nos queremos arrodillar ante este gobierno de ricos para ricos” arengó Hugo Yasky, secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina y uno de los cuatro oradores del acto central. Y agregó: “Somos orgullosamente clase trabajadora y vamos a pelear cada vez que quieran atacar nuestros derechos. Esto no es reforma, es ajuste”. Luego se dirigió explícitamente a los senadores. “El que levante la mano en contra de los jubilados va a salir publicado con nombre y fecha de nacimiento”, advirtió. Y subrayó: “¡Lo que nos quieren sacar ahora son las conquistas de Perón y Evita!”. Después le cedió la palabra a Pablo Micheli.

Hugo Yasky en la concentración en Congreso contra la reforma laboral impulsada por el gobierno.

“Somos orgullosamente clase trabajadora y vamos a pelear cada vez que quieran atacar nuestros derechos», dijo Hugo Yasky.

“Acá hay una decisión política de la mano del presidente, de la mano de sus ministros. Son los dueños de las multinacionales los que están en el gobierno de nuestro país”, subrayó el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma.

Micheli apuntó directo a la conducción de la CGT y a los gobernadores y advirtió que “aquellos que fueron y le dieron consenso a la reforma laboral se equivocaron”. En la misma sintonía, Pablo Moyano, secretario gremial del sector minoritario de la CGT que se hizo presente, sujetó el micrófono y aseguró: “Vamos a dar pelea cada vez que el Gobierno intente llevar por delante a los trabajadores, ese es el compromiso y el objetivo”.

A las 15:40, bajo una lluvia de papelitos, y cuando aún faltaban ingresar varias columnas a una plaza repleta, Sergio Palazzo, titular de la Bancaria, comenzó el último de los discursos. “Hemos venido a la puerta del Parlamento argentino, precisamente a esta hora, donde están reunidos los señores senadores, a decirles sin eufemismo, con contundencia, que rechazamos, repudiamos y le decimos no a la reforma laboral, a la reforma tributaria, y mucho más a la reforma previsional”. Y luego afirmó: “¡Le decimos no al ajuste! Porque este nos es un programa de reforma permanente ¡es un programa de ajuste sin fin!”.

Pablo Moyano dando su discurso en la manifestación contra la reforma laboral impulsada por el gobierno. Atrás suyo estan parados otros sindicalistas y una bandera que dice "Basta!".

“Vamos a dar pelea cada vez que el Gobierno intente llevar por delante a los trabajadores», aseguró Pablo Moyano.

Los bombos suenan con toda la fuerza. Bajo banderas naranjas con la leyenda “Barba Conducción”, Jesús Goitea delegado de la UOM de Quilmes festeja la masividad de la marcha y justifica el estado de movilización en rechazo a los proyectos. “Todas las reformas que está queriendo hacer el gobierno nacional van en contra nuestro, quieren despedir sin pagar nada, quieren cambiar la modalidad de trabajo, sacarnos la antigüedad”, explica a ANCCOM.

Y da cuenta de una realidad de muchos gremios: “La UOM nacional todavía no quiere salir a combatir. Nosotros sí, hacemos asambleas en fábricas y los compañeros quieren salir a lucha, entonces la UOM de Quilmes salió”.

En Avenida de Mayo, una gran bandera verde y blanca envuelve a los trabajadores de ATE. “Nosotros trabajamos para el Estado, estamos en la Comisión de Comunicaciones y creemos que varias de las medidas de este gobierno van en contra de los trabajadores”, explica a esta agencia Javier, trabajador del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) mientras sus compañeros posan en una foto grupal. “En nuestro organismo están avanzando con un montón de despidos y derechos que estamos perdiendo”, explica.

Un hombre entre los manifestantes, sosteniendo un cartel que dice: "No son 'reformas', son un saqueo. Macri miente".

Cientos de miles de personas hacen escuchar su rechazo al paquete de reformas impulsado por el gobierno de Cambiemos.

A su vez, en la otra punta detrás del sindicalismo combativo, José Alejandro Sebriano, delegado ferroviario de la seccional Oeste del Ferrocarril Sarmiento y trabajador de señalamiento, argumenta contra la reforma laboral. “Nos atrasa casi 100 años en la legislación laboral. Es por eso que venimos, por nosotros, por nuestros hijos y por los jubilados también”, argumenta.

Mientras pliega la bandera que agitó durante varias horas, reflexiona que “las centrales de los trabajadores, tanto la CGT como las CTA, tienen que convocar a un plan de lucha con continuidad hasta derrotar esta ley que atenta directamente contra los trabajadores”.  

Con otra línea argumental, Alejandro Lipco, trabajador de la salud del hospital Garrahan, pone el foco en el resultado de la movilización callejera. “Nos movilizamos con la convicción de que, de todos modos, la salida no van a ser estas movilizaciones que tienen características aisladas sino con un plan de lucha sostenido”. Y advierte: “Las direcciones de los sindicatos que convocan no están comprometidos con esa perspectiva  y creemos que no lo están porque tienen vínculos con partidos que han acompañado al macrismo”.  

Actualizado 30/11/2017

Justicia para Santiago

Justicia para Santiago

“Santiago Maldonado presente, ahora y siempre”. En la Plaza de Mayo, frente a la Morgue Judicial, en las puertas de la residencia presidencial de Olivos. El grito se replicó y ganó fuerza en diferentes puntos del país, desde que la aparición del cuerpo de Santiago Maldonado en el río Chubut –y su posterior identificación- unió a la sociedad  en el urgente reclamo de justicia.

Las primeras manifestaciones fueron espontáneas. Poco después de que, en la noche del viernes, Sergio Maldonado confirmara que la familia había identificado el cuerpo del joven, las puertas de la Morgue se convirtieron en el centro de un santuario: velas, flores, mensajes urgentes cubrieron los escalones y paredes, a metros de donde todavía se realizaba la autopsia. En simultáneo, cientos de autoconvocados, además de organizaciones políticas y sociales, marcharon desde Plaza de Mayo hasta el Congreso Nacional. Una marcha espontánea que surgió ante el dolor de las miles de personas que en los últimos 78 días se apropiaron de la lucha que lleva adelante la familia de Santiago Maldonado. Recién pasada la medianoche del viernes, el juez a cargo de la causa, Gustavo Lleral, habló con la prensa y dio a conocer algunos resultados preliminares de la autopsia.

Al día siguiente, la Plaza de Mayo volvió a ser escenario de una nueva movilización. Convocada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, la marcha volvió a poblar de banderas y consignas de justicia a las calles del centro porteño. “Aparición con vida” había sido el reclamo de millones de personas en el país y alrededor del mundo, durante los últimos 78 días. La segunda movilización en la Plaza coincidió también con la difusión de una extensa carta de Sergio Maldonado. “Que todos los culpables paguen por lo que te hicieron”, reclamó.

En las dos movilizaciones en la Plaza de Mayo se repitió la exigencia de renuncia para la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y su jefe de Gabinete, Pablo Noceti, responsable del accionar de la Gendarmería al momento de la represión del 1 de agosto cuando Santiago fue visto con vida por última vez. “La represión del 1° de agosto forma parte de la que a su vez sufre el pueblo mapuche, acción que llevan adelante el Gobierno de Chubut junto al Gobierno Nacional para entregarle las tierras ancestrales a Lewis, a Benetton, a las empresas de fracking y a las mineras”, sentenció el documento leído el sábado por la tarde en Plaza de Mayo. Arriba y abajo del escenario, la bandera del pueblo mapuche y cientos de fotos de Santiago, un rostro multiplicado para hacerse lucha, para hacerse memoria.

“Santiago está presente cada vez que nos sacan de nuestras tierras”, dice Mariana, que lleva en la mano un cartel: “Ley 26.160”, que prohíbe cualquier tipo de desalojo a las comunidades de pueblos originarios. Mariana recuerda a Maldonado como un hermano que acompañó los reclamos de su pueblo: “Hay que seguir luchando como lo hizo Santiago”, agrega. Y recuerda el pedido de libertad de Facundo Jones Huala, quien aún se encuentra preso en la penitenciaría de Esquel.

“Libertad, libertad, a los presos por luchar” fue la consigna que hizo eco durante la concentración que convocó Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, a la que se sumaron el Frente Popular Darío Santillán, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), el Frente de Autodeterminación y Libertad, el Partido Obrero, y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), entre otras organizaciones sociales, políticas y estudiantiles. Junto al escenario instalado en Plaza de Mayo, estuvieron presentes María del Carmen Verdú, referente de la Correpi, Myriam Bregman, candidata a legisladora porteña, y Nicolás Del Caño, candidato a diputado nacional del Frente de Izquierda y de los Trabajadores.

Mirá la fotogalería de ANCCOM:

Actualizado 22/10/2017

Música bajo tierra

Música bajo tierra

La vida de un músico puede estar inundada de frustraciones. “Con la música te vas a morir de hambre”, “búscate un trabajo de verdad” o “tocando no le vas a dar de comer a tus hijos”, son algunas de las advertencias que suelen escuchar quienes definen su vocación por los acordes y los ritmos. Sin embargo, muchos deciden romper la barrera, archivar la opción del trabajo de oficina y llevar su arte bajo tierra. Las diferentes líneas del subte de la Ciudad de Buenos Aires son escenarios privilegiados de cantantes, guitarristas, percusionistas y multiinstrumentistas. En los andenes también tejen un entramado de solidaridades y acuerdos para definir lugares y tiempos de expresión y espectáculo.  

Sebastián Misuraca, guitarrista y cantante de la estación Humberto Primo de la Línea H, asume con orgullo su decisión. “Empecé a venir después de dejar un trabajo”,  arranca.  Y destaca la organización entre colegas: “Nuestro código es sencillo, el que  llega primero a la estación es el que toca. A veces tenés que esperar a que termine de tocar el otro”.

Sergio, violinista de la linea H,  egresado del Conservatorio y uno de los primeros en organizar a los trabajadores músicos del subte.

Sergio Israel es violinista egresado del Conservatorio y uno de los primeros en organizar a los trabajadores músicos del subte. “Los códigos son cosas de palabra. Se organiza a través de levantarse temprano y ocupar el puesto. Te sometés a las reglas del juego, pero si tocás mal, la gente no lo compra”, explica.

Los usuarios que trajinan la rutina de un viaje al Centro en alguna de las cinco líneas de subte saben que debajo del suelo porteño hay melodías que suenan desde las primeras horas de la mañana. Así lo afirma Zhorelys Rojas, guitarrista y cantante venezolana de la estación 30 de Diciembre de la Línea H. “Ya desde las 4 de la mañana hay un músico. Por lo general, se toca durante cuatro o cinco horas”, señala. La artista, que interpreta su música hace ocho meses acompañada de una amiga coterránea, también da cuenta de las dificultades: “Se puede tocar en Once, Corrientes y Santa Fe, porque en las otras siempre hay problemas. Metrovías nos saca y lo preferimos evitar”.

Algunos mitos alarmantes circulan formando un muro de miedo para los que quieren iniciarse en el mismo terreno. La necesidad de contar con un permiso de Metrovías es uno de ellos. Efectivamente, la normativa existe, pero no constituye ningún freno para los que ya tocan cotidianamente. El también venezolano flaustista Chris, de la Línea A, combinación con la H, lo experimentó: “El año pasado hubieron temporadas que las personas de Metrovías llegaban y nos corrían de la estación con la excusa de que teníamos que tener un permiso que obviamente ellos no van a dar para tocar en un andén. Decían que las políticas de Metrovías no permitían que un músico esté tocando en el subte y entonces, para evitar problemas, esperábamos a que se fueran y empezábamos a tocar de nuevo”.

Zhorelys Rojas, guitarrista y cantante venezolana de la estación 30 de Diciembre de la Línea H.

La compañera de Zhorelys también da cuenta de las trabas para acceder al permiso. “Te dan un correo que siempre rebota pero, en realidad, los de Metrovías no te pueden sacar. La única que puede hacerlo es la Policía, pero no viene mucho por aquí”, asegura.

Otro de los mitos que emergen es el de la presencia de una especie de mafia subterránea que decide quién puede tocar y quién no a través de amenazas y patoterismo. Sin embargo, los únicos que parecen haber tenido una secuencia similiar son Tomas Chattah y Maxi Velazquez, guitarristas y cantantes de la estación Humberto Primo de la Línea H. “Hace mucho tiempo nos pasó que nos vinieron a apurar los vendedores en la Línea A porque no estábamos tocando después de las 18:00. Nos dijeron que si nos quedábamos nos iban a romper las cosas, y nos advertían que ya le había pasado a otra chica”. Sin embargo, subrayaron que se trató de un “hecho aislado”. Y agregaron: “Entre los músicos hay muy buena onda. La Línea H es la más característica de los músicos. Se sabe que acá estamos nosotros y está todo bien”. 

Tomas Chattah y Maxi Velazquez, guitarristas y cantantes de la estación Humberto Primo de la Línea H.

Federico Lemos, guitarrista y cantante de los vagones de la Línea B, también afirma que los conflictos no son la moneda corriente: “Una sola vez recibí amenazas, pero generalmente esas cosas pasan con los vendedores. Entre los artistas hay buena onda”.

La decisión de tocar bajo tierra, con el rumor de las formaciones que llegan y se van como acompañamiento obligado, es para muchos una decisión política. Para otros, la última opción para no renunciar a mostrar su arte. “Decidimos tocar en el subte porque la movida de la música es un poco difícil si uno quiere trabajar como contratado en los bares. Aquí los músicos están acostumbrados a trabajar a la gorra y entonces no nos toman mucho en serio”, razona Zhorelys. Y completa: “Hay sitios donde te cobran por tocar y a nosotros, los venezolanos, nos parece una locura”.

A su turno, Chris comparte su trayectoria y un diagnóstico más optimista: “Yo siempre he trabajado con la música y es lo que me gusta. Mientras uno pueda trabajar bien, le va bien”.

Tomás y Maxi también hablan de una opción de último recurso pero reconvertida: “Vinimos a tocar al subte porque no tenemos trabajo y está muy difícil, pero también porque es una manera de difundir lo que hacemos porque hoy en día han cerrado muchos centros culturales y quedan pocos espacios donde uno pueda desarrollarse”.

Federico Lemos, guitarrista y cantante de los vagones de la Línea B: “Una sola vez recibí amenazas, pero generalmente esas cosas pasan con los vendedores. Entre los artistas hay buena onda”.

En sintonía, Hugo Zeler, cantante de los pasillos de la Línea H, combinación con la B, prefiere hablar de un diálogo con los oyentes casuales. “Yo, en realidad, vengo a evangelizar y decidí tocar en el subte porque en vez de estar en casa solo, canto para la gente. En la radio capaz que cambian el dial, pero acá lo tienen que escuchar. Es una manera de llevar las canciones a las personas”.

Por su parte, Sergio Israel sintetiza: “en el hotel Alvear me pagan dos mil pesos por tocar una obra que acá la toco gratis, pero uno no tiene el Hotel Alvear todos los días”. Su historia y la de muchos que eligen pasar buena parte de su día dando conciertos en los pasillos y estaciones del subte revelan que, aunque el barco se hunda, los músicos seguirán tocando hasta el final.

 

Actualizado 04/10/2017

Aborto legal para no morir

Aborto legal para no morir

Un grito global por el aborto legal, seguro y gratuito recorrió Plaza de Mayo y alrededores, el pasado viernes por la tarde. Miles .de mujeres, organizadas o espontáneamente, se congregaron frente a la Casa Rosada hacia las 15 para formar una movilización masiva que después de las 17.30 marchó al Congreso de la Nación con el fin de exigir la legalización del aborto. Sin embargo, el reclamo iba más allá, también eran consignas la promoción de la educación sexual en los diferentes ámbitos públicos y la entrega de anticonceptivos gratuitos  para no abortar.

El reloj marcó las tres cuando las primeras mujeres llegaron a la plaza. El color verde de los pañuelos y banderas de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, la alianza federal impulsada por movimientos de mujeres, fue el símbolo de la lucha. Desde temprano, podían adquirirse los trapos verdes, inscriptos con la leyenda “educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. Su compra, a voluntad, no solo significaba colaborar en la economía de la organización, sino, más bien, adherir a un pensamiento y reforzar el lazo de solidaridad.

Pactada la marcha hacia Congreso a las 17, tiempo antes, hubo lugar para que las referentes del movimiento de la Campaña Nacional, que reúne a más de 300 organizaciones vinculadas a organismos de derechos humanos, ámbitos académicos y científicos, sindicatos y diversos grupos sociales y culturales, explicaran los motivos del reclamo.  Hacia el centro de la plaza, un conjunto de mujeres se encontraba sentado en círculo, esperando el comienzo de un taller dictado por Luciana. En diálogo con ANCCOM, la tallerista expresó los objetivos del mini curso: “Lo que tratamos de ver y observar  es qué estrategias alternativas tenemos frente al discurso hegemónico de los medios masivos de comunicación”.  Allí, se vieron las experiencias de Belén, Estrella y Romina, quienes no tuvieron la posibilidad de acceder a un aborto legal, como casos de estigmatización de mujeres. “Para entender esta problemática, hay que comprender que lo que se está criminalizando es la posibilidad que tenemos las mujeres de decidir sobre nuestro propio cuerpo”, dijo Luciana, y agregó: “Lo que se está invalidando es la posibilidad de que nosotras podamos decidir qué queremos y no queremos hacer con nuestro cuerpo”.  

Mientras de fondo, las mujeres participantes del taller debatían sobre los casos, Luciana, acompañada de Eugenia, otra de las referentes de la movilización, explicó los motivos de la concentración: “Es un proceso que implica varios planos de intervención, desde las políticas públicas que el Estado tendría que desarrollar para asegurar la educación sexual, hasta garantizar que todas las personas tengan acceso a anticonceptivos”. Tal como indica la consigna, la educación sexual es fundamental para decidir cuándo ser mamá, mientras que los anticonceptivos constituyen una parte indispensable en este camino por lograr la independencia y libertad de la mujer para desarrollar su proyecto de vida. “Además, y ésta es la consigna más fuerte, se necesita de una acción política que realmente legalice el aborto en todas las instituciones públicas. Es decir, que haya posibilidad de acceso para todas las personas que quieran realizarselo, porque no es su deseo traer un hijo o hija al mundo y que tenga la posibilidad de llevar a cabo esa decisión como mujeres”, señaló Luciana. Eugenia, por su parte, sintetizó: “Uno de nuestros fundamentos feministas es que la maternidad no es un destino, sino una elección”.

En la espera hacia las cinco, mujeres y hombres decidieron tirarse al pasto de la Plaza de Mayo y compartir unos mates. Los minutos transcurrían y cada vez más agrupaciones alimentaban el punto de encuentro con su llegada. En diagonal hacia el Obelisco, en una de las esquinas de la histórica plaza, se congregó el Foro de Mujeres de Salta. Anabella Osinaga, una de sus miembros, hizo referencia a la situación que atraviesan las chicas en aquella provincia: “Es terrible lo que pasa en el norte. La desaparición de mujeres es peor que lo que pasa acá, pero no tiene tanta difusión. Toman como cultural al maltrato y como oficio, el esconderlo”.  Cuando no faltaba nada para las cinco, el Obelisco fue abrazado sin intención por las mujeres. Algunos hombres también participaron de la concentración, conscientes de la iniciativa, mientras que los más comprometidos exhibieron el característico pañuelo verde.  Fabricio Hernández fue uno de ellos. “Estoy acá para acompañar la lucha de las mujeres por el aborto legal. Es un tema que al principio no me llamaba la atención, pero después, al empezar la facultad y tomar volantes, me fui interiorizando”, contó.  Fabricio terminó la secundaria el año pasado, por lo que su recuerdo sobre cómo se trata el tema en las escuelas es reciente, además resulta interesante su mirada como hombre que apoya un reclamo inherente a la mujer: “La educación sexual es un tabú para las escuelas. Lo que te decían el año pasado es que la educación sexual la vemos para más adelante pero llegaba diciembre y no veías nada”. Y luego, enfatizó en que “la generación actual de adultos no quiere tocar el tema”.

Ya eran más de las cinco, en una tarde nublada y con pronósticos de lluvia, cuando la columna de la movilización tomó forma. Los principales referentes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito encabezaron la marcha con diferentes cánticos, que concluían con un alarido agudo, llevando la palma de la mano hacia la boca de manera intermitente. Una de las organizaciones que marcharon por Avenida de Mayo, en sentido hacia Congreso, fue el Círculo de Amigas Feministas, que tiene una consigna propia: ‘La libertad de las mujeres es la libertad de todos’. Una de las integrantes del grupo, Jimena Sánchez, dijo a ANCCOM: “Creemos que el derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito es un pasaje, es decir, un derecho fundamental pero en un camino de elección más libre en todos los aspectos de la vida. La cuestión legal del aborto no es solo una libertad de una maternidad biológica, sino el ser libres de elegir nuestra sexualidad, las relaciones que queremos tener y la vida que queremos llevar”. Es que en la vida de las mujeres, hay una injerencia por parte del Estado, la Iglesia y hasta de las parejas, por eso Sánchez recalcó la importancia de la libre elección de las mujeres en todos los campos de la vida.

La marcha se dirigió por Avenida de Mayo y, a medida que avanzaba, nuevos integrantes se sumaban a la convocatoria. Las principales líneas de reclamo habían tomado forma de canciones, que agregaron una cuota de convicción a la manifestación: “Se va acabar esta gran hipocresía / Gritar al patriarcado / Educación sexual / Para decidir / Anticoncepción / Para no abortar / Aborto legal / Para no morir / Vamos todas compañeras / Todas juntas por un grito”.

En Argentina, denunciaban en la marcha, se producen 450.000 abortos clandestinos por año, de aquí el enfático pedido por legalizarlo, está en el debe de la clase política. En este sentido, la operación en centros clandestinos constituye realmente un momento delicado, pero sobre todo, una situación angustiante para las mujeres que acuden a ellos: maltrato, incomprensión, sufrimiento, y falta de contención, sumado al uso muchas veces inadecuado de los instrumentos quirúrgicos, lo cual pone en peligro la vida de las mujeres. El motivo de fondo que explica el elevado número de abortos en condiciones insalubres se debe al dinero que hay que desembolsar para llevar a cabo el tratamiento: Se estima que el precio ronda entre los 10.000 y 17.000 pesos. Por eso, un cartel exhibido en la marcha dice: “Las ricas abortan, los pobres mueren”. Sin embargo, lograr la sanción del proyecto de ley resulta un desafío, sobre todo por la oposición asumida por diferentes sectores conservadores, uno de ellos, la Iglesia. “La incidencia de las religiones es un obstáculo por el cual no se sancionan los proyectos”, indicó Luciana, al tiempo que pidió por la separación de la Iglesia con el Estado, ya que “la mirada religiosa ve a las mujeres con determinados mandatos y roles en la sociedad que tienen que ver con el ser madre, cuidadora y dedicada a la familia y al hogar”. Eugenia, su compañera, fue más allá y respondió a los cuestionamientos realizados al aborto, basados en el atentado contra la vida: Más allá de la vida o la muerte, un binarismo que nos pone en el lugar de estar atentando contra algo tan sagrado, para nosotras, la posibilidad de elegir sobre el destino de nuestra vida es fundamental”.

“No criminalices mi derecho a decidir”, rezaba un cartel escrito manualmente en una cartulina fucsia. Luciana, sostuvo: “El Estado favorece a un sector privilegiado de la sociedad y, en el caso de las mujeres, está construido en una lógica patriarcal. Entramarse en la lógica patriarcal significa no visibilizar o normativizar a las mujeres, y demandar una determinada forma de comportamiento para ellas, sean lesbianas, trans, travestis o cualquiera con identidad feminizada, que indica qué cosas debemos hacer y, sobre todo, qué cosas no podemos hacer”.

Cuando la marcha llegó a cincuenta metros del Congreso, se detuvo y el sector que la encabezaba flexionó sus piernas quedando en cuclillas. Luego, el alarido identitario se hizo escuchar y, acto después, mientras bengalas verdes y azules iban cesando en su funcionamiento, mujeres de todas las edades y personalidades, corrieron la cuadra que faltaba transitar hacia el punto de llegada. El trote intenso simbolizó una cachetada al Congreso para que despierte de su largo letargo en materia de salud y educación sexual. Ellas lo necesitan, las estadísticas también, y aún más, la sociedad en su conjunto.

Actualizada 01/10/2017