Los trabajadores se movilizaron para apoyar la eliminación del impuesto a las ganancias

Los trabajadores se movilizaron para apoyar la eliminación del impuesto a las ganancias

La CGT y las distintas vertientes de la CTA realizaron una vigilia frente al Congreso de la Nación para apoyar el proyecto de ley presentado por Sergio Massa. La Cámara Baja dio media sanción y si la confirma el Senado solo pagarán el tributo quienes perciban más de 15 salarios mínimos.

“Dale vamos, que tenemos que ir a bancar”, exclamaba un joven a su grupo de cuatro compañeros, cargando redoblantes y trompetas. Bajo el lema de “el salario no es ganancia”, distintas organizaciones sindicales lideradas por la Confederación General de Trabajadores (CGT) se movilizaron este martes frente al Congreso de la Nación para apoyar el proyecto de ley impulsado por el oficialismo, que ayer obtuvo media sanción en Cámara de Diputados, para modificar el impuesto a las ganancias en el salario de los y las trabajadoras.

El día era gris y el viento ondeaba las banderas de diferentes organizaciones, algunos manifestantes se turnaban para mantenerlas en alto; “ojo que no se caiga”, comentó entre risas uno de ellos a su compañero que sostenía una de las tantas banderas que desde las 11 se hicieron presente en la Plaza de los Dos Congresos. Se veían estandartes de la CGT y de las dos Centrales de Trabajadores de Argentina, tanto como de la Confederación Argentina de Trabajadores de Transporte, el Fresimona, la Corriente Federal, y Asociación Bancaria, fueron algunos de los tantos sindicatos que se manifestaron a las afueras del recinto.

Luego del medio día se empezaron a ver los primeros rayos de sol y la Cámara de Diputados inicio el debate. En la reforma del Impuesto a las Ganancias que se debatió se encuentra la eliminación de la imposición a la cuarta categoría que excluye del gravamen a empleados en relación de dependencia, jubilados y pensionados, y solo lo pagaran los sueldos equivalentes o superiores a 15 salarios mínimos que en la actualidad representan 1.770.000 pesos, con una actualización cada seis meses. “Para nosotros es sumamente positivo, esto impacta en todos los docentes de gestión privada que tengan más de dos cargos, es un reclamo histórico que venimos llevando adelante desde la CGT”, declaró Patricia Rodríguez, secretaria adjunta del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP) de la Provincia de Buenos Aires en dialogo con ANCCOM.

Mariano Migueles, subsecretario general del Sindicato de Luz y Fuerza de Entre Ríos, desde temprano en la plaza, frente al Congreso, declaraba: “Más allá de como salga la votación, que espero que sea favorable, hoy está en la agenda de la política argentina que para nosotros nos parece importante”.  Héctor Abel Ramírez miembro de la Comisión Directiva de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina en Buenos Aires, también se mostraba optimista respecto a la aprobación de la reforma de la ley por parte de Diputados y manifestó que espera que se “resuelva con el voto de las fuerzas populares”. Además, reconoció que en “diferentes gobiernos se ha argumentado de todas las formas posibles y se han llevado a cabo muchas medidas de fuerzas que no lograron lo que ahora se está consiguiendo que es reconocer que el salario no es ganancia”.

Respecto a si no se llegaba a aprobar las nuevas medidas, Roberto Pianelli, Secretariado General de Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro, expresó: “Si hay un sector de diputados que quiere que los trabajadores sostengan las rutas, los hospitales públicos, cuando en verdad lo que más ganan son los empresarios, seguramente el movimiento sindical discutirá de qué manera responder a esto”.

Si bien en las afueras del Congreso el clima era de compañerismo entre todos los trabajadores con un mismo objetivo, dentro del Congreso la situación de tensión era evidente. Allí hubo cruces entre diputados del oficialismo y Juntos por el Cambio.

Finalmente, la noche del 19 de septiembre cerró con media sanción a la reforma del Impuesto a las Ganancias con 135 votos afirmativos y 103 negativos, seguido por los festejos de diputados por parte del oficialismo. Entre los que apoyaron el proyecto se encontraban los legisladores de Unión por la Patria, la izquierda, una parte del Bloque Federal y Evolución radical y La Libertad Avanza. El PRO votó en contra.

Desde los palcos del recinto, Sergio Massa, ministro de Economía de la Nación y candidato a presidente de Unión por la Patria, junto a los sindicalistas Pablo Moyano, Carlos Acuña y Héctor Daer, acompañaron la celebración con aplausos y abrazos entre ellos. En el caso de que la Cámara de Senadores de media sanción, la medida se aplicaría el próximo año.

“Lo que pedimos es que se cumplan todo lo que vamos trabajando en conjunto, respeten las paritarias, la jubilación, los convenios colectivos, no más el impuesto a las ganancias porque el salario no es ganancia”, finalizó Rodríguez de SADOP.

Un museo vivo

Un museo vivo

IMPA, una fábrica recuperada por sus trabajadores, que se transformó en un centro de iniciativas culturales, una escuela primaria, un bachillerato, la Universidad de los Trabajadores y ahora también en un Museo de la Cultura del Trabajo. Ruido de maquinarias, aromas a tintas y obreros con mamelucos son parte de la muestra.

Martillazos y el ruido metálico de máquinas en acción. Esos son los primeros sonidos que se escuchan al atravesar el portón del Museo IMPA. En vez del silencio reflexivo, retumba la sinfonía descoordinada de las tapadoras y los engranajes. En vez de vitrinas que cubren las máquinas casi centenarias, están sus trabajadores manipulándolas, sacando nuevos pomos de aluminio al mundo. En vez de la pulcritud brillante, la tinta y el esmalte embarran el piso de este museo.

Aquella cristalización de la cultura de la que hablaba el historiador británico Peter Burke cuando se refería a la tradición convertida en museo entra en conflicto con el proyecto de IMPA. ¿Hay lugar, entonces, para algo más que historia muerta en un museo? “Este museo tiene que ver con lo vivo, porque estamos en un espacio donde todo el tiempo estamos produciendo”, abre las puertas Vanesa Zito Lema, socióloga y responsable del área de Relaciones Institucionales del espacio autogestivo.

Sobre Querandíes al 4288, en pleno barrio porteño de Almagro, Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina (IMPA) es sede desde hace tiempo de diferentes iniciativas, como Barricada TV,  las Ferias del Libro Independiente y de espectáculos culturales como la ópera proletaria de Lírica Lado B. Así también, la fábrica alberga proyectos cooperativos y autogestionados: un centro cultural, un bachillerato popular, una escuela primaria, la Universidad de los Trabajadores y el Museo de la Cultura del Trabajo y la Identidad Obrera. Su fachada insoslayable está cubierta de dibujos y letras grandes que rezan: “Cultura, Trabajo, Resistencia, Educación”.

“Es el ruido, el olor, los colores, los movimientos. Por eso nosotros siempre decimos que es un museo vivo’”, cuenta Margarita Robertazzi, directora del espacio, mientras avanza por la fábrica. Enseguida advierte que esta no es una calificación museológica: “Todos los museólogos nos dicen que eso no existe. ¡Yo los invito a conocerlo!”.

“Este museo tiene que ver con lo vivo», describe Vanesa Zito Lema.

Ocupar, resistir y producir

A finales de 1997, ante una crisis galopante que derivó en una política de vaciamiento, comenzó la ocupación. La toma, que duró unos cuantos meses sin gas ni luz, contó con la amenaza de desalojo de la policía e intentos de espionaje, pero también con el apoyo de los vecinos y vecinas que se acercaban a colaborar.

Es al año siguiente que el conflicto se resolvió en la conformación de la fábrica como Empresa Recuperada por sus Trabajadores (ERT), y se inscribió formalmente bajo el nombre de Cooperativa 22 de Mayo”. Finalmente, en 2015, momentos antes de la asunción del macrismo, IMPA obtuvo la aprobación de la Ley Nacional de Expropiación Definitiva.

Por los vidrios esmerilados se filtra poco sol, compensado por tubos de luz fría. Tapia maneja la máquina prensapomos de memoria, con los ojos cerrados. Los pomos de aluminio salen escupidos uno atrás de otro por un tobogán metálico. Después, con Vera y Cejas, llega el embellecimiento: su máquina se encarga de pulir, cortar, ajustar el diámetro y hacer el control de calidad.

Trabajaba en una imprenta hasta que me echaron. Una compañera de trabajo me dijo: Mirá, tengo a mi primo que trabaja en una fábrica, y me hizo el contacto. Yo estaba estudiando para ser tornero mecánico, trabajé arriba en la parte mecánica, en preparación. Antes hacíamos bandejas para comida. Ahora no las hacemos más y me tuve que venir acá en la producción de los pomos”, explica Carlos Hessling, quien comenzó a trabajar en IMPA exactamente hace 44 años.

El recorrido por el museo avanza esquivando a los trabajadores mientras realizan sus tareas. Su misma presencia se vive como una experiencia performática en medio de las instalaciones de la fábrica acompañada por sus ruidos, olores y movimiento.

Según los trabajadores, el objetivo de hacer un museo fue crear un espacio donde se pudiera mostrar la lucha de las empresas recuperadas: Poder narrar la historia desde la memoria social, recuperar las voces de los sectores que generalmente son silenciados, invisibilizados”, explica Zito Lema.

Un grupo de seis investigadores de distintas disciplinas, que eran parte de la Universidad de los Trabajadores, comenzaron a organizar lo que luego sería el Museo IMPA. Nos pareció importante recuperar la historia, conocerla. Los y las trabajadoras aceptaron la idea con los brazos abiertos y comenzamos con las entrevistas”, señala la socióloga.

Un proyecto comunitario

Desde 2011 y hasta 2020, el museo funcionó en una parte de la planta baja en desuso. Durante la pandemia del covid-19, en su carácter de fábrica recuperada, IMPA se vio afectada por la difícil situación económica del país y sufrió algunas reestructuraciones. Además de tener que adquirir un generador por la falta de electricidad, el museo tuvo que modificarse. Es una historia que en realidad no se cierra nunca, sino que todo el tiempo se va repensando. Se rearma el guion a partir de lo que los propios trabajadores van trayendo a la historia. Porque es su propia historia, laboral y familiar”, cuenta Zito Lema.

En la medida en que las piezas se modifican, se cambian, se aumentan las colecciones, uno podría preguntarse qué museo no está vivo”, plantea Sandra Escudero, antropóloga especialista en Museología, y agrega: Si bien se puede discutir si es o no relevante la terminología de vivo, la experiencia de IMPA puede definirse sin dudas como un museo”.

Según el Consejo Internacional de los Museos (ICOM), un museo es una institución sin ánimo de lucro, permanente y al servicio de la sociedad, que investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio material e inmaterial. Abiertos al público, accesibles e inclusivos, los museos fomentan la diversidad y la sostenibilidad.

A partir de la década de 1960 entran en crisis un montón de cosas, entre ellas, el modelo del museo tradicional. De ahí surgen los museos comunitarios. Su idea base está en una gestión comunitaria, de manera participativa: qué se va a mostrar y cómo o qué se va a coleccionar se piensa comunitariamente”, explica Escudero. Aunque cada experiencia comunitaria tiene sus matices, lo que nunca se deja de lado es el hecho de que tiene que ser participativo de la comunidad. En ese sentido IMPA es además un museo comunitario”, resalta.

Fábrica de ideas

Zito Lema cuenta que, al cabo de un tiempo de la creación del museo, comenzaron a llegar a la fábrica muchos pedidos de escuelas para hacer visitas guiadas: Entonces empezamos a armar, a partir de la investigación que hicimos con los trabajadores, un guión museológico para narrarle la historia de IMPA a los chicos”.
La escuela y el museo funcionan en conjunto como dos aparatos del Estado moderno”, afirma Escudero, y agrega: En la mayoría de escuelas, cuando hacen visitas a museos te llevan al museo tradicional, al que te disciplina en la historia oficial. Los museos comunitarios rompen un poco con eso: la gente de la comunidad es la que lo sostiene y sus objetos están vivos, no son esa cosa sacrosanta atrás de la vitrina. Los objetos se usan y circulan”.

«Durante el recorrido, la gente está trabajando», cuenta Margarita Robertazzi, directora del espacio.

En este sentido, como directora del museo, Robertazzi coincide: Durante la recorrida, la gente está trabajando. Los museos memoriales no son así, porque en general lo que conservan es lo edilicio. Conservan el campo y adentro está el museo. Pero nadie está trabajando al mismo tiempo que hay un museo. Por eso lo llamamos museo vivo’”.

La recorrida se detiene en medio del primer piso de la fábrica, donde se abre un pozo de aire y luz. En contraste con la oscuridad del interior, el patio se luce con sus pintadas de colores llamativos, fileteados que intervienen las escaleras, retratos del Diego y del Gauchito Gil, murales de los trabajadores y viejos tachos de tambos que hacen las veces de macetas para un sinfín de plantitas y flores. En este espacio se sintetiza la idea de IMPA que muchos definen como una fábrica de ideas. Acá se ven los atravesamientos centrales de su identidad: la producción, la cultura y la educación”, cierra Zito Lema.

Estados Unidos no tiene quién le escriba. ¿Y Argentina?

Estados Unidos no tiene quién le escriba. ¿Y Argentina?

Continúa la huelga más importante de la industria de Hollywood y ANCCOM conversó con la presidenta de la asociación de guionistas argentinos, Marcela Marcolini, sobre el conflicto actual y el trabajo precarizado en el país.

La huelga de guionistas en Hollywood comenzó en mayo y continúa con sus reclamos hasta el día de hoy. Los cerca de 11.500 trabajadores del sindicato Writers Guild of America West de Estados Unidos dejaron de trabajar obligando a pausar producciones de series, películas y programas en vivo, además de postergar la grabación de películas previstas para los próximos meses.

Las plataformas de streaming crecen desde sus inicios, hace menos de dos décadas, y aceleraron desde la pandemia. Su éxito es producto de un modelo de negocios que no solo cambió la manera de consumir contenidos audiovisuales, sino también la manera de producirlas. Las protestas expresan la disconformidad de los guionistas: horas extra no remuneradas, horarios de trabajo no establecidos, bajos salarios y la no remuneración por repeticiones de programas. Además, con el avance de la inteligencia artificial muchos guionistas temen por el futuro de su trabajo..

No es la primera vez que el sindicato de guionistas sale a las calles en protesta de mejores condiciones de trabajo. En 2007 realizaron una huelga que duró cien días y le costó a las productoras dos mil millones de dólares. Justamente uno de los puntos de ese reclamo era la protección para lo que se veía venir, es decir, la “plataformización” de la industria: ese mismo año Netflix comenzó a ofrecer la opción de streaming a los hogares.

Los guionistas plantearon sus reclamos en 2022 frente a la Alianza de Productoras de Cine y Televisión (AMPTP) con quien mantienen negociaciones para determinar los salarios y las condiciones de trabajo en los estudios. Si bien en su momento hubo un aumento, la inflación que se sumó a la precariedad laboral creciente, lo quebraron. Este año, el 98% de los integrantes del sindicato votó por la huelga. Los actores de Hollywood se sumaron al reclamo y colaboraron para visibilizar la causa que afecta a la industria audiovisual más poderosa de occidente.

Marcela Marcolini es una docente y guionista argentina. Su último trabajo es un documental llamado Inteligencia artificia, dirigido por Laura Vásquez y emitido por Canal Encuentro. En conversación con ANCCOM, la presidenta de la asociación Gui.ar explicó el conflicto en Estados Unidos y cómo trabajan los guionistas argentinos.

 

¿Cómo surge este nuevo problema entre los guionistas y las plataformas de streaming?

Surge a partir del Chat GPT, usado para crear guiones generados por una inteligencia artificial. Desde mi forma de ver, los resultados que brinda están avanzados desde lo técnico pero desde lo creativo son muy chatos. Esto se suma al reclamo de derechos laborales, derechos de autor y una actualización salarial que están pidiendo en función de la enorme ganancia que están teniendo las multiplataformas y las grandes productoras de contenidos audiovisuales.

 

Ser guionista en Argentina

 

Marcolini asegura que la situación en Estados Unidos es muy diferente a la local: “La diferencia que tenemos con Estados Unidos es que allá están sindicalizados y el sindicato puede hacer un paro total de guionistas para que los programas no tengan quien los escriba. Pero acá no. No parás un trabajo independiente porque no molestás a nadie”, agrega.

También menciona que en Argentina existe la asociación Argentores, responsables de hacer el pedido para que los derechos de autor se paguen. Se trata de un ente recaudador del derecho de autor de todas las obras escritas en las áreas de teatro, cine, televisión y diversos formatos digitales. Pero no es un sindicato. 

 

¿Qué se necesita para ser guionista?

En un principio, tenés que tener conocimiento de la escritura de un proyecto o una obra audiovisual. Ahora, audiovisuales hay de diversos formatos y hay que conocerlos para escribir un guion determinado. Por ejemplo, hay guionistas de diversos programas de televisión, como el de Tinelli, los de magazine, de juegos. Se requiere tener una parte de conocimiento técnico y una parte de trabajo creativo. También hay guionistas de cine, de ficción y documental, de videojuegos, de formatos digitales. En fin, hay guionistas detrás de cada uno de los formatos audiovisuales. Esto hay que tenerlo en cuenta. O sea, cuando se dan premios en algunos festivales que dicen “programas sin guion”, eso no es verdad: en todos los programas de televisión hay guionistas. Esos guionistas a su vez tienen distintas formas de trabajar. Es difícil, en ese sentido, sindicalizar la profesión, porque la mayor parte trabaja de manera independiente. Y hay una población muy chica que trabaja de manera mensualizada.

 

¿Se puede vivir como guionista en Argentina?

Si sos guionista independiente es bastante probable que no. Quienes mejor trabajan son aquellos que están mensualizados y con una paritaria actualizada. Ahora, como somos muy flexibles, solemos tener muchas otras formas de lograr un sustento que no sea solamente de la propia escritura. Por ejemplo, publicaciones, dando clases e incluso trabajando en otras áreas como el teatro, la radio, o tener directamente otras profesiones además de ser guionistas. En mi caso, que trabajo independiente, mayormente en cine, aunque hago cosas para televisión, sobre todo en canales culturales, me tengo que sumar mayor cantidad de proyectos y si no pasa eso, también doy clases y trabajo en un teatro.

 

¿Qué impacto tiene la plataformización de la producción audiovisual en Argentina?

Lo complejo de las plataformas es que actúan sobre vacíos legales. Vienen a Argentina, venden, se consume muchísimo pero no tributan en el país y tampoco producen. Eso trae problemas a nivel de producción y de otros espacios así como de plataformas locales. Pero bueno, por otro lado no invierten y al no aportar tampoco se puede sacar un porcentaje de lo que tributan para que vaya a la creación de nuevas producciones. Termina generando un efecto negativo para el país que aloja a esa plataforma. ¿A quién le conviene? Solo a la plataforma. Además le roba de identidad cultural al país en donde está anclada la plataforma. La mayoría del contenido que nos llega es extranjero, entonces de alguna manera la plataforma viene a generar una especie de conquista cultural y al no seguir generando proyectos logra borrar cierta identidad audiovisual. Hay que hacer mucho hincapié en que eso no se pierda.

 

¿Qué medidas se deberían tomar?

Lo que se necesita es una regulación que abarque desde el derecho autoral hasta los impuestos que esas plataformas deben pagar. De una manera que esa tributación, pase a la creación de una obra. Como hace el Instituto de Cine, que es un ente autárquico, que lo hace con cada una de las entradas de cine o cada una de las emisiones de películas por televisión. Esa es la manera más efectiva de lograr que no se caiga una producción audiovisual. Después obviamente está la efectividad de manejar esos fondos. Hoy lo principal es que no pertenece a la televisión ni al cine, entonces no se puede generar una ley para Netflix o Amazon, de hecho para ninguna plataforma.

 

¿Cuál es tu opinión frente a la inteligencia artificial? ¿Es posible que se reemplace el trabajo de los guionistas?

La inteligencia artificial como herramienta es sumamente interesante. Lo que ocurre con el guion específicamente es que la manera de funcionar de una inteligencia artificial es que le das datos y te da un resultado. Pero eso es muy primitivo en relación a un guion. A nivel técnico da una base, a nivel creativo es muy pobre. Eso no quiere decir que más adelante esto no se perfeccione. Para un trabajo audiovisual muy básico donde se requiere un guión más organizativo y poco creativo sirve. En ciertas áreas es sumamente efectivo, como en la salud o la ecología, pero para reemplazar lo artístico, lo creativo, ahí es débil. Por otro lado su uso es discutible porque puede ser que más adelante se fortalezca.

«El treinta por ciento de los locutores está debajo del límite de la pobreza»

«El treinta por ciento de los locutores está debajo del límite de la pobreza»

Las voces de los medios se encuentran en conflicto con las radiodifusoras y exigen aumento salarial. Además, existe preocupación por el reemplazo de profesionales por programas de inteligencia artificial.          

Están en la radio, en la televisión, detrás de una publicidad pero, en general, no los conocemos. A veces, ni siquiera le vemos las caras. La locución tiene mayor reconocimiento en la radio, pero allí también se alzan reclamos para que la profesión sea respetada como corresponde. El Sindicato Argentino de Locutores y Comunicadores (SALCo) viene pidiendo desde hace tiempo una recomposición salarial, incluso con medidas de fuerza. “La paritaria de ARPA (Asociación de Radiodifusoras Privadas Argentinas) todavía sigue estando dura, los empresarios privados no quieren dar rienda suelta”, dice Fernando Costa, locutor institucional en la Televisión Pública que también trabaja en la radio digital Conexión Abierta. Hace 32 años que desarrolla el oficio, marcado a fuego por su padre, y hoy su hijo continúa la dinastía familiar.

SALCo lleva adelante el reclamo junto con una intersindical, donde se encuentran el Sindicato Único de Trabajadores Espectáculo Público (SUTEP) y la Asociación Argentina de Trabajadores de las Comunicaciones (ATRAC), que nuclea a los operadores, más algunos gremios de prensa.

“ARPA no quiere dar los aumentos y entonces deja al trabajador en condiciones paupérrimas. Los medios siguen esa política, a pesar a pesar de que algunos compran y venden medios o quiebran y los trabajadores continúan su labor por su vocación para sostenerlos”, relata Costa, secretario de Profesionalidad e integrante de la Comisión Directiva nacional y secretario de Acción Social del sindicato.

Hay entre 10 mil y 14 mil locutores activos, muchos cobran en negro, algunos son independientes pero están afiliados al gremio con una cuota de 660 pesos. El salario básico de un locutor es de alrededor de 120 mil pesos, muy por debajo de la canasta básica que ya supera los 200.000 pesos. El rango de categoría se compone de seis escalas, “A es la principal, imaginate, un pueblito en La Rioja, que se cobra en la categoría “F”, no llega a los 100 mil pesos. Entonces, el 30 por ciento de los locutores está bajo el límite de la pobreza. El profesional que tiene formación académica, que consigue un puesto en blanco, con todos los descuentos cobra muy por debajo de la canasta básica”, describe Costa.

Otro tema de conflicto está vinculado con la situación de los empresarios del entretenimiento y de otros sectores que fueron comprando emisoras emblemáticas en los últimos años, pero no reconocen las deudas contraídas por las gestiones anteriores. Es el caso de Radio Rivadavia y de Radio Del Plata. Costa recuerda la deuda que esas emisoras tienen con el SALCo y lo que plantean: “Nos dicen: ‘Les pago a ustedes o se lo doy a los trabajadores’».

Voces que no son humanas

Un tema en auge que afecta a la profesión es el uso de la inteligencia artificial (IA). “Estamos en contra de la mal llamada ‘inteligencia artificial’ porque si está programada por alguien, no es inteligente, y repudiamos todo formato que quite puestos de trabajo”, enfatiza Costa. “Promovemos los puestos para personas humanas, creemos en que hay que respetar las condiciones dignas de trabajo, así como las normativas vigentes en Argentina, que son muchas, no así en el resto de América Latina y el mundo. Somos uno de los pocos países con un sindicato declarado y reconocido por el Ministerio de Trabajo de la Nación, por la Ley de Medios. Dentro de ese marco, tenemos la protección de poder reclamar que se defienda y proteja el trabajo del comunicador y del locutor, y repudiamos todo lo que nos quite trabajo real”.

La polémica también gira en torno a los derechos de uso, ya que la IA utiliza una base de datos de creaciones hechas para generar patrones sin permiso y de forma gratuita. “La voz del hombre no se puede reemplazar por una máquina, y esto le está quitando trabajo a cantantes, actores, actores de doblaje, músicos, artistas plásticos, porque toman parte de su obra, crean algo nuevo y no pagan derechos de autor, ni de uso, tampoco los derechos de originalidad de la voz, entonces se vuelve en contra”.

Desde el sindicato y las multisectoriales del rubro audiovisual, se están interiorizando con expertos en la materia y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, evaluando de qué manera se pueden reglamentar las normativas de uso cuidando los puestos de trabajo ante el advenimiento de esta tecnología.

Un asunto adicional es la aparición de plataformas digitales, como LuzuTV o República Z, entre otras, que transmiten vía web en un estudio de radio, con presencia de conductores y operadores, pero no de locutores. “El soporte que se use, independientemente de la tecnología, hace que no se pierda el espíritu de radio”, opina Costa. El Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), al no poder actuar sobre un formato que incorpore Internet, no puede regular. La convivencia, según Costa, es lo mejor.

 

Doblajistas y publicidad

La profesión de doblajista es un mundo totalmente aparte, ya que gana mucho menos que un locutor y trabaja de forma independiente. Para lograr un ingreso digno tiene que hacer varios doblajes paralelos y si es una participación protagónica se rige por un convenio con la Asociación Argentina de Actores (AAA) a través de normas internacionales, puesto que el locutor también es actor de doblaje, a pesar de que hay actores y cantantes que incursionan en la tarea.

A su vez, la locución publicitaria es una rama fundamental que está presente en nuestras vidas al encender el televisor, escuchando radio o viendo un video y que se interrumpa por un aviso. Se rige por un convenio entre la Asociación Argentina de Agencias de Publicidad (AAAP), la Cámara de Anunciantes y el Ministerio de Trabajo. “Cuando viene alguna agencia y se jactan de lo maravillosos que son, los premios que ganaron, cuando empiezan a regatear el tema de las tarifas y los precios les decís: ‘¿Cómo le vas a poner precio a mi trabajo?’. ¿Cómo vas a tirar abajo tu laburo? ¡Ponete un parripollo! Tenés que enseñar a pagar a los trabajadores, el locutor tiene un precio y está en el costo de producción. La esencia está en el locutor que es el que vende el producto”, sostiene Costa.

 

El día a día

El staff mínimo que requiere una emisora de radio son diez locutores, y legalmente tiene que haber uno por turno, tanto comercial como informativo. Antes el número era mayor, pero con la incorporación de periodistas, actores y celebrities, se redujo al mínimo e indispensable para estar en el aire. La sigla de la radio debe ser hecha por un profesional habilitado, que además es el único apto para decir las marcas y leer el boletín de noticias.

Cuando un locutor recién egresa, algunos institutos enseñan a armar un demo y hay que golpear la puerta del medio para darse a conocer. En la actualidad, muchos se dedican al trabajo independiente, porque hay buena remuneración por una campaña de radio. “Pero tienen que hacer un home studio para que pueda servir el material y ganar un concurso o un casting, sino tenés que salir a patear a las emisoras de radio, televisión y cable”, señala Costa, para quien “el bagaje que tiene cada persona va a hacer que conquiste un laburo o no”.

Sobre el sentido de la locución, Costa reflexiona: “Para mí es muy profundo, porque mi padre, mi hijo y yo somos locutores. Somos tres generaciones vivas de profesionales, nos recibimos en el ISER y seguimos activos. Mi padre en la ciudad de Luján despunta el vicio después de haber recorrido todos los medios grandes. Imaginate, para mí atraviesa toda mi historia, desde muy cachorro, ver a los más grandes de la radio y la televisión, crecer mirándolos y aprender, enamorarme del medio, después trabajar con muchos de ellos en este camino y que mis hijos hayan elegido uno la locución y otro la producción y dirección de televisión, significa que algo han heredado de esta pasión por la comunicación. En lo profesional, hace que uno se meta en el sindicato y defienda todo, por los que nos precedieron, por lo que estamos transitando, por los que vienen y por los que se están formando. Mientras, tengamos el corazón que lata vamos a querer y defender la profesión con mucho orgullo”.

En Latinoamérica avanza la reducción de la jornada laboral: ¿Y en Argentina?

En Latinoamérica avanza la reducción de la jornada laboral: ¿Y en Argentina?

La semana próxima comienza el proceso de reducción horaria en Colombia. Chile ya lo inició y Uruguay lo discute. En el país, ya hay proyectos que se debaten en el Parlamento.  

La reducción de la jornada laboral en la Argentina generó ruido debido a la presentación de dos proyectos por parte del Frente de Todos (rebautizado Unión por la Patria). Cada vez son más los países en América Latina y en el mundo que se animan a debatir e implementar esta innovación que promete mayor tiempo de ocio a los trabajadores y una reducción del desempleo. En diálogo con ANCCOM distintos expertos analizaron el tema en el contexto argentino. El senador Mariano Recalde y el diputado Hugo Yasky compartieron los detalles y ventajas de los proyectos a tratar en las comisiones de ambas cámaras.

Colombia fue uno de los países más recientes en sancionar la reducción de la jornada laboral que, a partir del próximo 15 de julio, comenzará a reducirse paulatinamente de 48 a 42 horas semanales. Chile ya inició el proceso de disminuir la cantidad de horas semanales trabajadas de 45 a 40 horas. En Uruguay ya se presentaron planes para empezar las tratativas. Argentina quiere comenzar las pruebas de este nuevo formato y espera aún las fechas oficiales para debatir los proyectos.

Claudio Lozano, economista y político argentino aseguró en diálogo con ANCCOM que la lucha por la reducción de la jornada laboral tiene que ver con la historia de la clase trabajadora. Aseguró que, actualmente, toma relevancia gracias al “efecto que la tecnología produce al momento de incorporarse en un proceso productivo”, ya que reduce la necesidad de fuerza de trabajo por unidad de producto. 

El también exdirector del Banco de la Nación Argentina afirmó que al dejar liberada esta posibilidad a las relaciones vigentes, donde la jornada laboral legal es de 8 horas por día de la semana, se genera un aumento del desempleo. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que en el primer trimestre del 2023 la tasa de desocupación en la Argentina fue del 6,9%, aumentando un 0,6% desde el cuarto trimestre de 2022. “Consecuentemente, si aumenta el desempleo, lo que produce es una apropiación casi exclusiva de la mayor productividad lograda por la tecnología, transformándola en mayor ganancia por parte del sector empleador”, argumentó Lozano.

Lozano es un exdiputado nacional y cuenta con una extensa trayectoria sindical desde los inicios de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). En este sentido, manifestó que el mercado laboral argentino “padece desocupación, subocupación y sobre empleo”. Por eso sostuvo que si se respetaran las jornadas de 48 horas semanales habría un incremento de unos setecientos mil puestos de trabajo. “En tanto no haya regulación pública para condicionar ese comportamiento empresarial –sentenció– se alimenta la tasa de ganancia empresarial y no mejoran las condiciones laborales de quienes trabajan”.

Por ello, concluyó que “tiene que haber una estrategia pública que garantice que la formación de trabajadores esté asociada a los nuevos requerimientos tecnológicos”. Según Lozano, el tiempo de trabajo y la formación laboral son las claves a considerar cuando se discute cómo los obreros coparticipan de los beneficios de la incorporación de tecnología y la reducción de la jornada laboral en la Argentina.

Héctor Recalde, exdiputado del Partido Justicialista y abogado histórico de la Confederación General del Trabajo (CGT), afirmó en diálogo con ANCCOM que “el sistema ideal es rebajar la jornada sin bajar el ingreso”, ya que está demostrado empírica y científicamente “que aumenta la productividad y disminuyen los accidentes de trabajo, lo cual, en sus palabras “significa una baja del costo laboral”. El especialista en derecho laboral concluyó que “la Argentina está absolutamente preparada para implementar esta reducción. Además, tenemos una de las jornadas más extensas del mundo civilizado”.

Su hijo Mariano Recalde, actualmente senador nacional por la Ciudad de Buenos Aires (FdT) es uno de los impulsores del nuevo proyecto de reducción de jornada laboral presentado el 1 de mayo de 2023. “Nuestro régimen actual de ocho horas tiene más de 100 años de vigencia en el mundo”, afirmó en su diálogo con ANCCOM. A la vez, sostuvo que desde ese entonces el mundo y las tecnologías avanzaron permitiendo producir mayor cantidad de bienes y servicios en menor cantidad de tiempo.

“El proyecto de ley consiste en la reducción de la jornada de trabajo, aspirando consagrar una semana de 4 días laborales. Todo ello con el mantenimiento de los mismos niveles salariales”, confirmó el senador. También sostuvo que esta implementación sería de carácter obligatorio para las empresas, aunque con una progresiva aplicación a lo largo de un año.

Aún con fechas inciertas sobre el comienzo del debate, el expresidente de Aerolíneas Argentinas enfatizó  que esperan “discutir este proyecto prontamente en el ámbito de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado”, ya que favorecerá tanto a trabajadores como a las empresas. 

Por otro lado, Hugo Yasky, diputado nacional por la provincia de Buenos Aires (FdT) y Secretario General de la CTA desde 2006, cuestionó la ley laboral actual: “Está totalmente desactualizada, quedando la jornada como una de las más extensas del mundo”. Por ello, presentó un proyecto para reducir la carga horaria de 48 a 40 horas semanales de carácter obligatorio para las empresas ya que, en sus palabras, se trata de regular el máximo legal permitido de horas.

“Es necesario que los avances tecnológicos no sólo sirvan para aumentar la tasa de beneficio de los empresarios, sino que también contribuyan a que las personas trabajadoras vivan mejor”, aseguró. Sostuvo que este nuevo régimen fomentará la distribución del trabajo existente y la creación de empleo, contribuirá a distribuir mejor las tareas de cuidado y reducirá los costos empresarios. “Principalmente –continuó–, significa disponer de un poco más de tiempo para las personas y que los beneficios del aumento de la productividad sean apropiados por el conjunto de la sociedad y no sólo un mecanismo de ampliación de la tasa de ganancias”.

También cuestionó los sectores que se resisten a este debate bajo la falsa creencia de que podría afectar la productividad de los trabajadores. Por el contrario, el también exsecretario general de la CTERA afirmó que las pruebas piloto demostraron que los ritmos de productividad aumentaron y los accidentes de trabajo se redujeron. “Es muy poco creativo que las únicas ideas que se les ocurran a algunos sectores del gran empresariado para reformar las leyes laborales sean aquellas en que las personas que trabajan pierdan derechos”, sentenció Hugo Yasky.

Mientras crecen los interrogantes sobre si es posible este tipo de reestructuración laboral en la Argentina, aún se espera la confirmación por parte de las comisiones sobre la revisión de los proyectos. Los dos proyectos de la actual coalición Unidad por la Patria conviven con el presentado en 2022 por el Frente de Izquierda y de Trabajadores (FIT) que busca implementar una jornada diaria de 6 horas y 30 semanales. La tendencia en América Latina sigue creciendo a favor de un acortamiento en las horas laborales, países como Colombia y Chile empezaron su cambio paulatino.

Los metrodelegados paran y exigen limpiar de asbesto los subtes

Los metrodelegados paran y exigen limpiar de asbesto los subtes

Todavía quedan 300 toneladas del material cancerígeno en la red de subterráneos. Ya murieron tres trabajadores, otros 85 están afectados y 2.150 en vigilancia médica.

Este miércoles 5 de julio la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro -AGTSyP y Metrodelegadxs- tomarán medidas de autodefensa en el subte para exigir la reducción de la jornada laboral y evitar la exposición al asbesto.  Por esa razón, habrá paros rotativos en todas las líneas.

La empresa de los subtes de la Ciudad de Buenos Aires -Sbase- frenó la compra de vagones, a raíz de los reclamos de los trabajadores, tras un amparo judicial, por la confirmación de que contienen asbesto en sus formaciones. Aun así, la lucha sigue vigente para la “desasbestización» de toda la red ferroviaria. 

El asbesto, componente utilizado en formaciones de trenes de Argentina y manipulado por cientos de trabajadores en el Taller Rancagua y Polvorín de la Ciudad de Buenos Aires, es un mineral de origen natural, distribuido en hilos de fibras resistentes al calor, al fuego y a las sustancias químicas, con escasa termoconductividad. Dadas sus propiedades, es utilizado en aislamiento de los edificios, como componente de diversos productos (tejas, tuberías de agua) y en la industria automovilística como revestimiento de embragues, frenos y amortiguadores. La contradicción de este mineral es su característica cancerígena para el ser humano. Al ingresar por vía respiratoria puede generar dos posibles caminos en la vida de una persona en contacto con asbesto: si ataca a la pleura, membrana que recubre los pulmones, se engrosa y se vuelve rígida, los pulmones empiezan a sufrir cada vez más presión, impidiendo su expansión y con el tiempo, la circulación de oxígeno. Según la OMS, si la afección avanza, el 12 por ciento de los engrosamientos pleurales terminan en cáncer de pulmón, faringe, o colón. 

En Argentina, el uso de asbesto se prohibió en 2003, pero las formaciones de trenes utilizadas en el país como el Mitsubishi en la línea B y Nagoya la línea C y E, fueron creadas en 1960 en Japón e importadas al país en la década de 1990, periodo en que el mineral seguía bajo reglamentos legales. 

 “Antes, mi proyección eran las vacaciones y qué le voy a poner en los zapatos de mis hijos para reyes. Ahora es proyectarse en los médicos, viendo si te encuentran cáncer o no, porque tengo la potencialidad de estar enferma o de que me reaccione esa porqueria en mi cuerpo”, cuenta con angustia y enojo Inés Maya, de 44 años, trabajadora de la Secretaría de la salud de AGTSyP -Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro- de la Línea B, quien junto a sus compañeros, encabezan cuatro principales reclamos: reducción de la jornada laboral a cuatro horas, denominado “doble franco”; paritarias para rever las condiciones salariales y laborales; la creación de un plan de desasbestización de toda la red ferroviaria y la vigilancia médica a todas y todos los trabajadores que sufren la exposición del asbesto. 

A raíz de las noticias españolas, las y los trabajadores de la Secretaría de la Salud Laboral del subte se organizaron junto con entidades oficiales como la Universidad Nacional del Sur, ingenieros de la Universidad de Buenos Aires, médicos e Instituciones que tengan renombre, poder de firma y sello para que sea comprobado de forma legítima. El resultado determinó que hay asbesto en todas las instalaciones fijas, infraestructuras y áreas que componen la red ferroviaria de la ciudad: señales (semáforos), vías, puertos de bombeos, pozos fluviales, cloacales o de drenaje, escaleras mecánicas, tableros eléctricos y la iluminación que da a vida a los molinetes. Esto significa que todas las especialidades tienen en su puesto de trabajo algún equipo o componente que esté certificado de contener asbesto, ya sea boletería, limpieza, talleres mecánicos o tráfico. 

Hay 85 trabajadores afectados, 2150 bajo vigilancia médica, seis con cáncer por asbesto y tres fallecidos: Jorge Pacci fue el primero de ellos. Durante siete años, su puesto de trabajo se basó en el mantenimiento y limpieza, a puerta cerrada, del taller Rancagua, donde se manipulan piezas que contenían asbesto, de la Línea B. Luego de ser diagnosticado con cáncer de la pleura causado por este componente cancerígeno, falleció nueve meses más tarde. 

“La enfermedad tiene una latencia entre 15 y 20 años, entonces no sabemos cuando puede derivar en un cáncer», señala Depetris.

Daniel Fernández, diagnosticado con cáncer por exposición al asbesto, sufrió la extirpación de medio pulmón y fue jubilado por esta razón a sus 58 años: “A mi el asbesto casi me cuesta la vida. Que mi testimonio sirva para que los compañeros y las compañeras sigan haciéndose los estudios y no haya más enfermos en el subte”.  

Pablo Depetris, quien trabaja en el sector de tráfico del subte desde 1997 en la Línea D, fue diagnosticado con ensanchamiento de pleura por exposición al asbesto, según estudios del Hospital Britanico. Su reclamo es incisivo: “La enfermedad tiene una latencia entre 15 y 20 años, entonces no sabemos cuando puede derivar en un cáncer. Necesitamos y le exigimos al Gobierno de la Ciudad, EMOVA y SBASE, la vigilancia médica para todos los empleados del subte. Tenemos el derecho de saber si estamos o no enfermos”. 

 “Los que tienen la afección, la empresa estatal o privada, no puede obligar a que vuelvan a su puesto de trabajo, no puede echar ni descontar salarios. Lo que tiene que hacer es sacar todo el asbesto del puesto de trabajo y cuando tenga el certificado libre de asbesto puede volver, aunque no va a pasar porque ya van cinco años y todavía faltan 300 toneladas”, relata Francisco Ledesma, “Pancho” para sus compañeros, quien integra el equipo de Salud Laboral del subte y forma parte de AGTSyP. En 2023, se retiraron 90 toneladas del mineral cancerígeno en trenes, talleres y subestaciones eléctricas. Agrega: “No hay más o menos muertos, más o menos con cáncer, más o menos enfermo, es blanco o negro, no hay gris. Yo no tengo la afección ni el cáncer porque mi ADN y  genética no es propensa a la afección. Pero esto no es lineal, yo puedo pasar de no tener afección a tener el cáncer directo.” 

Ledesma e Inés Maya, compañeros del gremio e integrantes del equipo de salud, reclaman la emergencia de la Línea B por ser la más afectada y un plan de desasbestización serio para atender el asbesto en mal estado o contenido en instalaciones antiguas y buscar la forma de señalizar; ya que cada material que contenga este mineral debe tener una etiqueta que exprese y visibilice si hay componente cancerígeno, para que el trabajador cuente con esa información en el caso de que algo se rompa dentro del área donde se desarrolla. 

“El costo psicológico es gigante. Muchos envejecieron de golpe, tienen problemas para dormir, para relacionarse y los que trabajan se sienten enfermos o trabajan a otro ritmo.” cuenta Maya, con enojo y desgano ante la situación.