7.000 trabajadores del Estado despedidos y 45 millones de argentinos con menos servicios y derechos

7.000 trabajadores del Estado despedidos y 45 millones de argentinos con menos servicios y derechos

El 15 por ciento de la planta de muchos organismos de la administración pública fue cesanteado. Hay personas que llevan más de veinte años cumpliendo funciones en áreas estatales que brindan servicio a la población y garantizan derechos. La posición de los sindicatos.

Sobre el cierre del miércoles y con el comienzo de la Semana Santa, más de siete mil trabajadores y trabajadoras estatales de los más diversos organismos recibieron un mail que les anunciaba el despido de sus trabajos. En pocas horas pasó de todo: el presidente de la nación, Javier Milei, se mostró orgulloso de su plan “motosierra” en el Foro de Economistas Latinoamericanos: “Eliminamos las transferencias discrecionales a las provincias, también echamos 50.000 empleados públicos, no solo eso, sino que además se dieron de baja contratos, fíjense que ahora están cayendo más contratos y van a caer 70.000 contratos” dijo Milei. Casi en simultáneo su vocero aclaró que 70.000 fueron los contrato analizados, pero los despedidos serían unos 15.000. Con la noticia circulando, hubo medidas de fuerza en el Ministerio de Capital Humano, la Secretaría de Derechos Humanos, el Servicio Meteorológico Nacional, el Ministerio de Trabajo y otros organismos. Veinte mil escritores, investigadores y personalidades de la cultura firmaron una solicitada en defensa de la Biblioteca Nacional. Para sumar confusión, un guardaespaldas del secretario de Derechos Humanos casi saca el arma en medio de un ruidazo.

El ajuste indiscriminado se relaciona con el decreto 84/2023 publicado en el Boletín Oficial a finales de diciembre, el cual estableció la finalización de los contratos laborales para el 31 de marzo. Lo cierto es que esos contratos, conocidos en el Estado como Artículo 9-Resolución 48- corresponde a empleados de planta transitoria que los sucesivos gobiernos de los últimos veinte años nunca efectivizaron y trasladaron a planta permanente, por lo que entre los despedidos se encuentran trabajadores que llevan veinte años cumpliendo funciones en la administración pública.

Durante altas horas de la noche aún seguían llegando, vía correos electrónicos, más bajas como en el caso de las 121 personas despedidas en la Biblioteca Nacional, 60 en el INAP, 517 en la Secretaría de Trabajo, 73 en el Servicio Meteorológico Nacional,184 de la Agencia Nacional de Discapacidad, 80 despidos en Parques Nacionales, 40 en AABE,. 150 en Vialidad, 1300 en ANSSEs, entre muchos otros. Se calcula que la medida afecta a un 15 por ciento de toda la plantilla estatal.

Los gremios en pie de lucha

Los dos sindicatos, si bien adoptaron posturas distintas, se mostraron alerta ante la situación que afecta directamente a sus afiliados. UPCN se niega a realizar un paro general y realizará acciones de fuerza puntuales por organismo. El titular de la Unión Personal Civil de la Nación, Andrés Rodríguez, anticipó que van a implementar medidas de fuerza específicas según la situación de cada organismo: “Evaluaremos el alcance de estas acciones en función de las circunstancias», declaró en diálogo con Radio Con Vos, dónde también descartó la posibilidad de un paro general “No contemplamos un paro general en este momento. No entiendo por qué insisten tanto. ¿Acaso la verdadera lucha está en convocar a un paro general o en resolver los problemas?”

Por el lado de ATE durante estas horas resolvieron la convocatoria a una Jornada Nacional de Lucha para el 3 de abril con un ingreso masivo y simultáneo a todos los organismos de la administración pública nacional y un plenario nacional de trabajadores de la Administración Nacional tal como le informaron a ANCCOM.

El Secretario General de la Asociación Trabajadores del Estado, Rodolfo Aguiar, habló sobre la situación puntual del SENASA: “No vamos a tolerar ninguna cesantía injustificada e ilegal en un organismo de vital importancia como este. Si no se garantiza la plena estabilidad de todos los trabajadores, una vez concluido el fin de semana largo vamos a retomar el plan de acción”.

 

“No existe ningún justificativo para aplicar un achique o llevar adelante un recorte en este sector, que no solo se autofinancia, sino que además garantiza –con la labor de todos sus trabajadores- el permanente ingreso de divisas a nuestro país. Poner en riesgo los puestos de trabajo en el SENASA es poner en riesgo al comercio internacional de nuestro país y a la salud de toda la población”, específicó.

También el cuerpo de delegados ferroviarios de la línea Sarmiento, con Rubén Pollo Sobrero a la cabeza, declaró el estado de alerta, movilización y asamblea permanente y ante la llegada de telegramas de despidos se convocaron en Asamblea General. Además llaman al Secretario General de la Unión Ferroviaria, Sergio Sasia, a llevar adelante un plan de acción urgente en defensa de los puestos de trabajo y también le reclaman a la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) un nuevo paro general “para unificar la pelea de todos los afectados”.

Crisis en el sistema hospitalario de Río Negro

Crisis en el sistema hospitalario de Río Negro

Médicos y enfermeros que renuncian, guardias de emergencia y reducción de servicios, falta de insumos y paros en reclamo de recomposición salarial: la crítica situación de la salud pública en el hospital Carrillo de Bariloche, y en toda la provincia de Río Negro.

En un panorama de progresivo agravamiento de la salud pública de Río Negro, los trabajadores del área realizaron esta semana un paro de 72 horas en reclamo de recomposición salarial e insumos hospitalarios. Particularmente se encuentra en emergencia el Hospital Ramón Carrillo de Bariloche, porque allí presentaron sus renuncias la mayor parte de los jefes de servicios y de los centros de salud, en rechazo a la oferta salarial que les hizo el gobierno provincial.

Los médicos jefes de áreas renunciaron a sus puestos el 20 de marzo, y los trabajadores actualmente se encuentran en un paro por tiempo indefinido. Horas después del comunicado oficial del hospital, una multitud de vecinos se acercó a dar un abrazo simbólico al edificio. Desde entonces, hubo numerosas manifestaciones, carteles y marchas. Existe un comprometido acompañamiento de la comunidad, juntas vecinales y organizaciones sociales para acompañar el reclamo del personal de salud.

Natalia Criado, trabajadora social del Hospital Zonal de Bariloche, dice que “la situación actual de la salud pública es que se encuentra de luto”. “Sin recomposición salarial para el personal, renuncias de trabajadores y falta de insumos básicos que impactan directamente en la población”, agrega. Desde el hospital sostienen que los pedidos de aumentos empezaron en la prepandemia por lo cual se arrastra un importante déficit salarial, más aún con la inflación; y el presupuesto se viene reduciendo desde el año pasado.

Ante la falta de respuesta de parte del intendente de Bariloche y de la provincia, la atención programada está suspendida en los servicios de hospital y centros de salud, se redujeron al mínimo los servicios esenciales y sólo las urgencias se están atendiendo. “Hay responsabilidad compartida –afirma Criado–. Tanto el hospital como los centros de salud en Rio Negro dependen del gobierno provincial, por lo cual este es el principal responsable. Pero también vale aclarar que se cortó la coparticipación a las provincias desde el gobierno nacional”.

Entre el lunes 25 y el miércoles 27 la Asociación Sindical de Salud Pública de Río Negro, Asspur, dispuso un paro de actividades en los hospitales de la provincia, que se llevó adelante con abrazos solidarios, festivales, panfleteadas, carpas y sentadas públicas en ciudades como Cipolletti, General Roca, Viedma y Allen. El gobierno, que denunció a unos 50 trabajadores del hospital de Bariloche por “incumplimiento de los deberes de funcionario público y abandono de persona”, abrió una negociación con los gremios. Días atrás el gobernador Alberto Weretilneck atacó la huelga a través de la televisión la radio provincial, dijo que no había plata y que no harían otra oferta salarial. “La única respuesta que recibimos de parte del gobernador fue invitarnos a retirarnos al sector privado. Se generó una mesa de diálogo para el sector salud desde el lunes 25, pero es la gente la que se está pronunciando a favor nuestro, de parte de la dirigencia no hay nada”, dice Ariana Curbelis, coordinadora del servicio social en el hospital de Bariloche.

El hospital zonal de Bariloche es de complejidad 6 y es cabecera de zona. Lo que implica que tiene especialidades que otros no, y las personas son derivadas allí para su atención. Las renuncias implican que estas especialidades no van a funcionar. Enfermería ya viene con una reducción del personal, no se llegan a cubrir las guardias y el personal está sobre exigido. Lo mismo pasa con otras áreas, también esenciales en la cadena de atención: trabajadores de mantenimiento, limpieza, cocina, que migran hacia otros trabajos mejores pagos.

“La perspectiva no es prometedora porque en el marco nacional ya se observa una reducción notable de los derechos, una restricción de acceso a prestaciones, al derecho de interrupción legal del embarazo, los derechos de las personas con discapacidad vienen en un deterioro progresivo”, cuenta Criado. Además, desde el hospital subrayan que la tendencia que se observa claramente es hacia una salud privada, el famoso arancelamiento de la salud.

Las áreas de Emergencias, Pediatría, Salud Mental, Farmacia, Oncohematología, Servicio Social, Cuidados Paliativos, Cardiología, Oftalmología, Cirugía y los diversos centros de salud en los barrios más bajos, suspendieron sus actividades, ya que no se encuentran en condiciones de garantizar lo mínimo indispensable para una atención de calidad.

Gastón Vera, jefe del centro de salud de Ojo de Agua, que toma más de ocho barrios de la ciudad, comenta: “Aquí insumos y recursos faltan desde hace meses, pero ahora con la llegada del nuevo gobierno se aceleró; esto se suma al tema salarial, porque no alcanza para vivir, y ahora no tenemos personal estable que pueda atender tanta demanda”.

Esta situación afecta a la población. Existen personas que necesitan tomar sus medicaciones y no lo hace: gente mayor, con problemas psiquiátricos o hasta los métodos anticonceptivos. “Necesitamos que el gobernador vea, porque esto trasciende a los trabajadores de la salud pública, es un pedido de toda la comunidad”, agrega Vera.

“Nos gustaría dejar como mensaje principalmente que la salud pública es un derecho, garantizarla es función de Estado, y tiene que ser de calidad y universal, que abarque a todos y todas”, dice Ariana Curbelis. “Queremos seguir trabajando, sin trabajadores no se sostiene la salud pública, queremos volver a nuestros lugares en el hospital y en los barrios donde tenemos que estar”, concluye Criado.

“Estamos en la línea de indigencia”

“Estamos en la línea de indigencia”

SiPreBA realizó una nueva asamblea abierta, en el contexto de dos jornadas nacionales de cese de actividades y paros. Acordaron la continuidad del plan de lucha para lograr unas paritarias dignas y evitar el cierre de los medios públicos.

El martes 26 de marzo, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) convocó a una asamblea abierta frente a la Editorial Perfil, en conjunto con las dos jornadas nacionales de paros, ceses y asambleas impulsadas por la Federación Argentina de los Trabajadores de Prensa (FATPREN), para exigir a las empresas una oferta paritaria con un porcentaje acorde a la pérdida inflacionaria. En el acto, diferentes delegados tomaron la palabra para expresarse sobre la situación salarial actual y estuvieron presentes periodistas de Clarín, TV Pública, Página/12, Crónica y Tiempo Argentino, entre otros.

En el barrio de Barracas, una cálida tarde recibe a los manifestantes que llegan para posicionarse en frente del edificio de Editorial Perfil. Portan remeras que los identican como trabajadores de prensa, banderas de SiPreBA que agitan en el moderado viento, y suenan bombos, que también portan las siglas del sindicato. En diálogo con ANCCOM, Ana Paoletti, secretaria adjunta de SiPreBA y trabajadora de Página/12, dio un panorama de la situación que los llevó a movilizarse: “Estamos en medio de la discusión paritaria, o sea estamos participando en reuniones donde se determinan los aumentos salariales.Nosotros venimos con sueldos atrasados desde hace mucho tiempo y están siendo muy reacios a firmar un acuerdo”.

“Empezamos hace casi dos meses con una oferta de un voucher de supermercado de sesenta mil pesos”, contó Paoletti y añadió: “Hoy son dos sumas no remunerativas para los meses enero y febrero, y estamos tratando para marzo y abril tener un porcentaje, porque el problema de las sumas no remunerativas y de los vouchers es que eso no va al salario”. En ese sentido, explicó: “Hoy, un salario de reactor está en 243 mil pesos en bruto, lo cual es una miseria. Ya estamos por debajo de la línea de indigencia, hace mucho que vienen cayendo”. Y se expresó sobre el contexto actual: “En el medio nos toca este contexto de situación política que obviamente también afecta, porque hay una intención desde el gobierno de licuar los ingresos de los trabajadores. Las cámaras empresarias están aprovechando para que el ajuste lo paguemos quienes trabajamos día a día en los diarios, revistas, agencias de la ciudad de Buenos Aires”.

Paoletti también habló de las negociaciones: “Nosotros siempre fuimos con propuestas, ellos rechazaron esas propuestas porque eran muy ambiciosas, venían con propuestas muy a la baja. A partir de esas propuestas las reformulábamos para tratar de llegar a un acuerdo” y agregó: “De hecho, nosotros estamos siempre proponiendo para tratar de cerrar, porque entendemos que nuestros compañeros y compañeras están pasando un momento desastroso y necesitan plata en sus bolsillos, aún sabiendo que la recomposición que podamos lograr en estos meses no es la que corresponde, porque la devaluación ha sido muy grande y la pérdida de nuestro poder adquisitivo, con la inflación que hubo, ya es catastrófica. Pero ellos siempre terminan rompiendo la negociación paritaria. A la vez, muchas de las empresas en sus lugares de trabajo han ido dando aumentos a cuenta, pero eso es la voluntad de cada empresario de dar lo que quiera. Y en muchos lugares esos aumentos no aparecieron”.

Ana Paoletti, secretaria adjunta de SiPreBA y trabajadora de Página/12

Durante el acto, el primero en tomar el megáfono fue Matías Cardone, secretario de actas de SiPreBa y periodista de Perfil, quien también se refirió a la situación salarial: “En estos tres meses la inflación acumulada es de 72%, y el último aumento que recibimos fue en diciembre del 7,5%”, dijo y se expresó sobre los medios públicos: “Todos sabemos que la situación de Télam, de los compañeros que están acampando en la puerta y estamos resistiendo ahí porque creemos que la agencia que usamos todos los días tiene que estar de pie, es la única que puede brindar información que salga de La Quiaca y la única que tiene un sentido federal. Un sentido de la información que también, en estos tiempos, es una forma de luchar contra la post verdad”. Y agregó que SiPreBA “va a pelear por los puestos de trabajo, va a pelear por que los medios públicos estén al aire y va a pelear también por los salarios. Una lucha no claudica con la otra. Tenemos que pelear por todo a la vez. Como podamos, con la forma que tenemos, pero lo vamos a hacer”.

Matías Cardone, secretario de actas de SiPreBa y periodista de Perfil

Luego, Renata Stella, delegada de SiPreBA en TV Pública, expresó: “Desde la Televisión Pública estamos permanentemente sufriendo operaciones de prensa que lo que buscan es desgastarnos, es rompernos, es angustiarnos y que bajemos los brazos. Pero como nos tiene acostumbrados nuestro sindicato, nosotros no lo vamos a hacer, estamos acá”. La última en hablar fue Florencia Defelipe, delegada de SiPreBA en Perfil: “Nosotros no somos el futuro de la empresa, nosotros somos la empresa. Porque gracias a nosotros se llenan los bolsillos de guita y gracias a nosotros salen los productos a la calle. Y son ellos los que afectan los productos, son ellos los que generan que los productos no terminan saliendo como corresponde, los productos no tienen rating, porque ellos no quieren invertir. Y es imposible no invertir en sus trabajadores, que son los que los garantizan”.

A pesar del silencio gubernamental, los periodistas de los medios públicos cumplieron con su rol de informar

A pesar del silencio gubernamental, los periodistas de los medios públicos cumplieron con su rol de informar

Mientras que los medios públicos ignoraron la multitudinaria marcha por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, sus trabajadores armaron un operativo informativo en el portal autogestivo SomosTelam y en el canal de youtube de SiPreBa.

Este domingo 24 de marzo por primera vez desde el retorno de la democracia en 1983 los medios públicos no cubrieron los actos por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Sin embargo, los periodistas de Somos Télam llevaron adelante la transmisión de la marcha, punto culminante de la jornada de que comenzó con una radio abierta en las puertas del vallado edificio de la Agencia de Noticias Télam –que el gobierno de Javier Milei suspendió y pretende cerrar– y luego al mediodía se hicieron presentes en Plaza de Mayo junto a las demás agrupaciones sociales y políticas. También hubo una transmisión en vivo de los cronistas de la TV Pública. Por primera vez en estos 40 años de democracia, el noticiero televisivo oficial no transmitió las manifestaciones conmemorativas.

 Somos Télam es la respuesta al cierre de la agencia de información pública por parte del gobierno actual que armaron sus trabajadores y trabajadoras. Alfredo Luna, reportero gráfico de Somos Télam y delegado de Sipreba (Sindicato de Prensa de Buenos Aires), dialogó con ANCCOM y se refirió a esta iniciativa que ya se había llevado adelante en el año 2018, cuando el gobierno de Mauricio Macri ejecutó despidos masivos con el mismo objetivo que ahora tienen los libertarios: acallar una voz federal. En aquel entonces, el portal se dedicaba a comunicar aquel conflicto. Esta vez, volvieron a poner en marcha su trabajo autogestivo luego de que de el 1º de marzo, durante la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el presidente Javier Milei anunciara el cierre de la Agencia Pública de Noticias y dispensara de tareas a todo su personal, el que se encontró con las vallas y custodia policial cuando acudieron a sus tareas al día siguiente.

 “Tuvimos que reactivar el portal para comunicar este nuevo conflicto y empezar a producir material periodístico porque la situación en la agencia se encuentra suspendido el servicio, no está cerrada y la mejor forma de demostrar la utilidad de un medio público tan importante es haciendo periodismo de calidad”, explicó Luna.

Somos todos

Por su parte, Tomás Eliaschev, delegado de Sipreba y editor del portal Somos Télam, habló de la organización que están teniendo los trabajadores. “Nos organizamos en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires y en la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa. Estamos organizados en la ciudad de Buenos Aires y los corresponsales en todo el país con el apoyo de todo el gremio, de nuestros compañeros de todos los medios y con el apoyo del movimiento obrero, de los movimientos sociales, de las universidades, los estudiantes y las organizaciones de derechos humanos”. Eliaschev señaló que es un momento de emoción para honrar a los trabajadores de prensa desaparecidos como Rodolfo Walsh y para reflexionar sobre la importancia de hacer esta cobertura. “Nos sentimos abrazados por este pueblo, por esta plaza y eso nos da enormes fuerzas para seguir adelante”, añadió sobre la jornada de lucha.

 

Nuevos despidos en el CONICET

Nuevos despidos en el CONICET

Trabajadores y trabajadoras del Conicet, junto a gremios y sindicatos se movilizaron para exigir el cese de despidos en el organismo y denunciar su desguace. En simultáneo con la manifestación se conocieron 86 nuevas cesantías de trabajadores administrativos, que ya ascienden a 200 desde enero.

Los trabajadores del CONICET se movilizaron en frente de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación para denunciar el desguace y los despidos, exigir la renovación de los contratos que vencen a fin de mes y manifestarse en contra de la gestión de Javier Milei. La movilización fue convocada por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), pero también estuvieron presentes sindicatos como SiPreBA, la CONADU y la CONADU Histórica. En simultáneo con la manifestación, se conocían 86 nuevas cesantías, que desde el comienzo de la gestión libertaria ya ascienden a doscientos.

Cerca del mediodía del 22 de marzo, la ochava que se encuentra entre la Diagonal Sur y la Avenida Belgrano se convirtió en el escenario de una manifestación en contra del desguace del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Originalmente fue convocada para el miércoles 20 de marzo, pero fue reprogramada por motivo del temporal que azotó la ciudad ese día. Un fuerte contraste con el clima bajo el que finalmente se realizó la movilización; el sol calentaba la vereda en la que los manifestantes tocaban bombos y ondeaban banderas de sindicatos y organismos. Al frente, delegados de la ATE cantaban “Llamen al gobierno de Milei / para que vean / que este pueblo que lucha y pelea / no quiere recortes” sobre una tarima flanqueada por parlantes.

Minutos después, diferentes delegados tomaron la palabra para leer un documento que sostenía que “la asfixia presupuestaria, el cierre o vaciamiento de organismos públicos y la pulverización de nuestros salarios son los vehículos con los cuales el gobierno avanza sobre la clase trabajadora”, que “los organismos que con la desestructuración del Estado Nacional hoy estamos bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete sufrimos, desde hace más de cien días, las consecuencias de estas políticas destructivas, que persiguen un único objetivo: descargar sobre el pueblo todo el peso del ajuste para cumplir el mandato del FMI”.

 “Para el CONICET, la política de Daniel Salamone, recientemente nombrado al frente del organismo, viene siendo la disminución de la cantidad de becas, la demora en la efectivización de las actas de investigadores y el personal de apoyo, la ausencia de los resultados de las promociones, la paralización de los subsidios y la restricción presupuestaria para el funcionamiento e infraestructura, que ponen al organismo bajo una situación de vaciamiento, ya incluso alertada por la comunidad científica internacional a esto se le suman los cincuenta despidos del personal administrativo que tuvimos en enero la decisión de despedir ahora más del veinte por ciento”. Respecto a los sectores que representaban los delegados, entre los que se encontraban el de ciencia y tecnología y el servicio meteorológico, el documento manifestaba que “las políticas van desde la privatización de los propios organismos y empresas, la mercantilización de nuestra producción y el vaciamiento por falta de presupuesto. Esto tiene implicancias directas sobre los trabajadores que producimos ciencia y tecnología, un impacto en las capacidades autónomas y soberanas del país de definir qué se produce, cómo, cuánto y cuándo” y que “para el CONICET, la política de Daniel Salamone, recientemente nombrado al frente del organismo, viene siendo la disminución de la cantidad de becas, la demora en la efectivización de las actas de investigadores y el personal de apoyo, la ausencia de los resultados de las promociones, la paralización de los subsidios y la restricción presupuestaria para el funcionamiento e infraestructura, que ponen al organismo bajo una situación de vaciamiento, ya incluso alertada por la comunidad científica internacional a esto se le suman los cincuenta despidos del personal administrativo que tuvimos en enero la decisión de despedir ahora más del veinte por ciento”.                                                                                             

En diálogo con ANCCOM, el delegado de ATE y becario doctoral del CONICET Mariano del Pópolo se expresó sobre la manifestación: “Creo que es un mensaje contundente para Nicolás Posse, el jefe de Gabinete, es un mensaje contundente para Alejandro Constantino, secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología y es un mensaje contundente para Javier Milei. Los trabajadores y las trabajadoras no se van a dejar atropellar ni pasar por encima. Bajo ningún punto de vista vamos a permitir que haya despidos en el CONICET o en ningún otro organismo del Estado nacional. Acá lo que vimos fue un acto muy masivo y en unidad, y el compañerismo de los trabajadores y las trabajadoras del Estado nacional apoyándonos mutuamente, porque entendemos que esa es la salida: por el compañerismo, apoyándonos y resistiendo juntos y juntas ante este intento de desguace que quieren hacer de nuestro Estado y de nuestra soberanía”.

Luego de los delegados, tomó la palabra el secretario general de la CONADU Pablo Perazzi, quien expresó: “En nuestras casas de altos estudios se forma el 95% de las becarias y los becarios, así que somos gremios hermanos, somos gremios que van a dar las peleas y las discusiones que haya que dar, porque esto más temprano que tarde se va a terminar”. Lo siguió Agustín Lecchi, secretario general de SiPreBa, quien habló sobre la situación actual de los medios públicos y expresó que “nos quieren silenciar porque no quieren que contemos el ajuste, que no contemos los despidos de trabajadores y trabajadoras que tienen calidad profesional, que deberían tener estabilidad, que garantizan derechos para toda nuestra patria”. Luego, la secretaria general de la CONADU Histórica Francisca Staiti expresó que esta manifestación no solo es sobre el CONICET, sino que “va más allá, van contra el Estado y es por la soberanía. Nosotras y nosotros sabemos que la soberanía del conocimiento hace de nuestro país un país libre”.

El anteúltimo en expresarse fue el secretario gremial de ATE Nacional Oscar de Isasi, quien declaró que el Consejo Directivo Nacional va a “poner todo lo que esté a nuestro alcance para reincorporar a los despedidos, para que no se cierren organismos y para que se le de continuidad laboral a los miles y miles de contratados que vencen el 31 de marzo”, que “nuestro pueblo es un pueblo de lucha, que no le da un cheque en blanco a nadie”, y agregó: “la unidad y la masividad hoy definen si uno es revolucionario o no y hay que hacer el esfuerzo de construirla” y llamó a la construcción de un nuevo paro nacional.

Finalmente, tomó la palabra el secretario general de la ATE Daniel “Tano” Catalano, quien también habló de la construcción de un paro general y expresó: “Nuestro pueblo no retrocede, nuestro pueblo no les tiene miedo, nuestro pueblo no se achica, nuestro pueblo no renuncia a vivir con dignidad” y se expresó respecto al CONICET: “Si hubo algo que nos dio mucho orgullo fue haber tenido una política pública que permitió que ustedes puedan volver de otro país para hacerlo mejor, para que podamos tener la verdadera posibilidad de organizar a nuestra patria en las mejores manos, que son las manos de los científicos y las científicas, por eso vamos a pelear para que no haya un solo despido en esa casa”.

La semana pasada, el Directorio del organismo había emitido un comunicado rechazando los posibles despidos de los trabajadores que finalizaban sus contratos el 31 de marzo. Y este viernes, ATE convocó a una concent6ración masiva el lunes 25 a las 11 en la explanada del Polo científico para rechazar las nuevas cesantías.

 

 

 

Todos a bordo

Todos a bordo

Cada vez más profesionales de la música ponen pausa a su vida en Argentina para probar suerte trabajando en cruceros. ¿Oasis en dólares o frustración full time?

En Argentina, vivir de la música no es nada fácil. La irregularidad, el cuentapropismo y la incertidumbre son moneda corriente para la mayoría de sus profesionales que, según el último Informe del Observatorio de la Música Argentina, pertenecen en un 96% al sector independiente. Publicado por el INAMU 2022 y con más de 5.000 artistas encuestados, el estudio expone datos alarmantes: el 73% tiene dificultades para mostrar su obra en vivo, al 49% le cuesta acceder a becas o subsidios, el 44% dice padecer la precarización laboral y el 37% no cuenta con ninguna cobertura médica.

Es en este contexto que cada vez más profesionales de la música eligen un destino diferente: abandonar sus proyectos personales, armar las valijas con 300 canciones, despedir a los afectos y subirse a tocar en un crucero. Los sueldos son altos, los contratos son cortos y los desafíos muy intensos. ¿Un oasis musical pagado en dólares o una espiral de frustraciones y distancias? ANCCOM lo piensa junto a tres músicos que probaron suerte.

 

«¿No te sabés una de Elvis?»

Joaquín Sombielle es pianista, cantante y Técnico Superior en Jazz por el Conservatorio Manuel de Falla. Aún con toda su vida dedicada a la música, dando clases y tocando en eventos, su fuente de ingresos lo llevó a trabajar en una inmobiliaria y una mueblería infantil: «Quería que la música fuera mi trabajo principal. Vi que algunos colegas estaban cerrando contratos con cruceros, y pensé que yo también podría ser bueno para el laburo: me llevo bien con el idioma inglés y con la gente».

Decidido a embarcarse, y luego de varias audiciones fallidas, Sombielle dio en la tecla cuando encontró un «cuarteto lounge» al que le faltaba pianista. Su incorporación al grupo fue tan repentina que, de las doscientas canciones del repertorio, pudo estudiar solo diez. Lo salvó el jazz y su principio de versatilidad: «El jazz, además de elementos técnicos, teóricos y estructurales, tiene un fundamento lúdico, de libertad. Incluye mucha práctica ‘de oreja’: sacar temas, descubrir patrones. Y esto es un requerimiento muy importante para tocar en un barco. Acá la cuestión no es tocar perfecto, sino que la gente esté contenta y que ‘la rocola siga andando'», explica el músico.

El 73%  de los músicos tiene dificultades para mostrar su obra en vivo, al 49% le cuesta acceder a becas o subsidios, el 44% dice padecer la precarización laboral y el 37% no cuenta con ninguna cobertura médica.

Las «lounge bands» (bandas de salón) son una formación musical de mucha presencia en los bares, restaurantes y espacios comunes de un crucero. Su repertorio es suave e incluye piezas de jazz, bossa nova y chacha, aunque no puede omitir los clásicos internacionales ni las sugerencias del público: «Una vez, en pleno show, se me acerca un pasajero al piano para preguntarme: ‘¿No te sabes una de Elvis? Yo le respondo y nos ponemos a elegir una canción que le guste, todo esto mientras seguimos tocando. En una pausa, le informó del cambio a la cantante, que presenta el tema saludando al pasajero. Esta es una situación típica tocando a bordo: la lectura del escenario, de la gente, de lo que está buscando».

Trabajando en un crucero, el objetivo final del músico no es la realización artística sino el entretenimiento. Para Sombielle, entender esto es fundamental: «Tocar entre dos y cinco veces todos los días construye una relación de convivencia con el público, una dinámica que no existe en ninguna ciudad. En definitiva, son tus clientes y vienen a pasarla bien. Si no están entretenidos, ‘moviendo la pata’, hay algo que estás haciendo mal». De todas formas, y para no quedar reducido a la sola reproducción de un cancionero, el músico siempre puede buscar ventanas de creatividad, que según Sombielle son el mejor escape de la monotonía y el tedio.

Sombielle trabajó para las compañías Holland America Line y Celebrity Cruises. Dio toda la vuelta a Latinoamérica, cruzó el Atlántico y conoció Europa junto con su banda, Ocean Beat. Hoy, co-dirige un emprendimiento que asesora a cada vez más músicos interesados en zarpar y, desde su posición, reconoce los principales motivos de esta tendencia: «Los músicos se fascinan por un conjunto que parece de ensueño: que te paguen en dólares por viajar y tocar música, sin tener que buscar público ni vender entradas. Es un respiro enorme dejar de hacer malabares siendo músico, community manager, sonidista y plomo al mismo tiempo».

Pero el alivio es siempre parcial y suele dar espacio a otras dificultades, cómo “la falta de privacidad y libertad que implica vivir donde trabajás. Tus tareas nunca terminan, porque además de ser músico sos un marinero, como todos los empleados del barco, y eso te tiene en un estado de alerta muy pesado”.

El show debe continuar

Francisco Riera cursaba la carrera de Músico Profesional cuando un amigo bajista lo invitó a su proyecto de partyband como cantante. La idea era ensamblar un repertorio de hits bailables y presentar una audición por video. Riera no quería perderle el ritmo a sus exámenes, pero el contrato llegó a los dos días. «Fue muy shockeante. Yo estaba terminando el cuatrimestre y además mi hermano recién había vuelto al país después de mucho tiempo. La situación es complicada, porque si decís que no después no hay certeza de que te vuelvan a llamar. La primera vez que surge lo tenés que agarrar sí o sí», explica.

Mientras que una lounge band tiene la sutil tarea de suavizar con su repertorio los distintos espacios del crucero, las partyband se encargan casi exclusivamente de poner a los pasajeros a bailar rock, pop, funk, disco o lo primero que funcione. Un mal paso puede apagar la fiesta, así que la coordinación milimétrica y los gestos de personalidad sobre el escenario no deben faltar.

¿Cómo puede un profesional de la música mantener su más alto nivel dando tres shows al día, seis días seguidos? Para Riera, el desafío fue interesante: «El barco es el mejor lugar donde un músico puede entrenar; porque no solo implica tocar todo el día todos los días, es hacerlo frente a una audiencia, que no es lo mismo que practicar en tu cuarto. Cambia mucho la relación con tu instrumento al trabajarlo con semejante intensidad, te da la posibilidad de conocerlo al máximo detalle. En mi caso, siendo cantante, tengo que estar sí o sí al 100% a nivel corporal, y la experiencia me ayudó mucho a administrar mi voz para no quemarla en el primer show». Con todo lo aprendido, si bien considera volver a zarpar, de ninguna manera aceptaría otro contrato de cinco meses. «No quiero abandonar mis proyectos por tanto tiempo».

Según datos oficiales, el Puerto de Buenos Aires recibe alrededor de 100 cruceros con 400 mil pasajeros por temporada. El año pasado, la incidencia de los puertos nacionales en la actividad turística fue muy exitosa: se recibieron 570.007 pasajeros, dejando definitivamente atrás las complicaciones que el sector experimentó en la pandemia.

Los sonidistas también se embarcan

Cables, perillas, parlantes y más cables; no todo lo que pasa en la música tiene que mostrarse. Jerónimo Otranto se ocupa de los puntos ciegos: es productor musical, técnico de grabación y mezcla, sonidista. Desde la pandemia, reconoce un «privilegio» en poder dedicarse de lleno a la música, seleccionando canciones para una radio, trabajando en su home estudio y en una empresa de audio. Cuando vio en LinkedIn la posibilidad de aplicar para un crucero, pensó: «No tengo nada que perder, lo peor es que no salga».

Entró al Princess Cruises como asistente de producción, un engranaje crucial para que los shows arranquen y las bandas suenen. «Yo era un comodín. Hay un problema, me llaman y lo resuelvo: ‘Alguien conectó mal un cable, alguien no sabe programar la consola, alguien directamente se olvidó de que había show’. Es estar a las corridas por todo el barco, resolver problemas espontáneos y atender a la comodidad de los músicos, para que no tengan que hacer nada más que tocar».

Lo que llama la atención, más que la versatilidad del puesto, es el tiempo en escena: las jornadas como asistente pueden ser de hasta once horas diarias. Otranto terminó su contrato como encargado de un club de jazz, donde pudo refinar su criterio como sonidista, intensificar su práctica y fortalecer su repertorio con muchos estilos, aunque también reconoce cierta «sobredosis de música».

¿Por cuánto te irías?

Para todos los profesionales de la música que deciden pausar su vida en Argentina y trabajar en un crucero, la variable económica es decisiva. Los sueldos parten de los dos mil dólares por mes y, al contar con hospedaje y servicios básicos cubiertos, existe la posibilidad de ahorrar prácticamente el 100% del salario. Para un músico como Otranto, esto permite «acortar distancias. Pude invertir en equipamiento que trabajando en Argentina sería impensado. El hecho de irse no es cualquier cosa, pero puesto en la balanza con la capacidad de perfeccionarse en lo que uno ama, ahorrar, e invertir… es el equivalente a jugar en primera».
No obstante, estos contratos de élite son cortos: por lo general, van de dos a seis meses. Y es acá donde Joaquín Sombielle reconoce las dificultades de bajar a tierra: «El precio más grande que pagas por irte es que, al volver, tenés que reinventarte sí o sí. Sí, te fuiste seis meses y ganaste buena plata, pero sin otro contrato en la puerta, hay que armar de vuelta un montón de kioscos para vivir de la música».