¿Se viene el Instituto del Libro?

¿Se viene el Instituto del Libro?

Según un informe de la Cámara del Libro, la producción editorial cayó un 45% entre el último trimestre de 2016 y 2019.

El nuevo período de gobierno comienza con un proyecto de ley que promete fomentar y promover la industria editorial en Argentina. Consiste en la creación de un Instituto Nacional del Libro Argentino (INLA), que ya obtuvo aprobación en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados a comienzos de noviembre. El documento fue redactado con la participación de diversos actores del circuito del libro y espera su aprobación parlamentaria. Por otra parte, la nueva gestión anunció que restituye el Plan Nacional de Lectura, desactivado por el macrismo, que implicará compras de títulos por parte del Estado.

“El INLA es una entidad que va a permitir que se sienten a dialogar en una misma mesa el Estado con el sector del libro. Va a haber un instituto, como pasa con otras áreas de la cultura (como el cine), pensando todo el tiempo cómo se puede mejorar y entender qué pasa con el sector. Una de las cosas más importantes es que tiene una mirada más holística e intenta incorporar a todos los actores del circuito”, dice Víctor Malumian, fundador de la Ediciones Godot y uno de los tantos convocados para exponer en el Congreso de la Nación sobre qué enfoque debería tomar el proyecto de ley.

Carlos Díaz, que reinstaló la editorial Siglo XXI en Argentina en el año 2000, recuerda que ya hubo otro intento de fundar un instituto que fomentara la producción editorial en el país hace más de diez años: “Daniel Filmus retomó la idea, la pulió y la mejoró. Para eso contrató a un par de especialistas del mundo de la edición, dos sociólogos (Alejandro Dujovne y Heber Ostroviesky) que lo ayudaran a armar bien el proyecto y tomó referencias de otros países. La propuesta que presentaron es superior a la versión anterior. Leí el proyecto y lo apoyé. Me parece una buena iniciativa. La Argentina tiene una tradición y una potencia editorial en América Latina y, sin embargo, ningún gobierno ha tenido una política clara hacia el sector. Está bueno que el Estado, por primera vez, piense en algunas cosas para desarrollar la industria editorial”.

Laura Forni cita a Boris Spivacow: “Un libro al precio de un kilo de pan; es una necesidad básica, no un lujo”.

Díaz habla de gobierno pero también de Estado. El proyecto de ley propone la presencia de un Director del Instituto que será designado por el Poder Ejecutivo Nacional y tendrá un mandato de cuatro años. En torno a eso, el director de Siglo XXI resalta la importancia de “apostar al desarrollo y medidas de largo plazo en el país”. ¿Cómo impulsar políticas públicas que vayan más allá de un período de gobierno? Nadie tiene una respuesta clara, pero Malumian se atreve a decir que la clave está en la forma en la cual se conformará el instituto: “Tendrá un montón de actores que son del rubro. Me gustaría pensar que esa gente que vive de eso va tener una mirada filantrópica y ‘egoísta’ hacia al sector, de largo plazo, que van a pensar las medidas porque le hacen bien o no a la cuestión del libro, y no porque las puso un signo político u otro. Me parece que el punto interesante está en esa mixtura de actores que van a ser parte de la cúpula de toma de decisiones. Todos sabemos cuáles son las acciones que hay que tomar y que muchas veces no se hacen por un tema político”.

Entonces, ¿cuáles son las medidas que hay que tomar? Hay varias respuestas posibles. Por ejemplo Laura Forni, encargada de la librería La Cooperativa desde su origen en 2016 y librera hace ya diez años, cita a Boris Spivacow y dice: “Un libro al precio de un kilo de pan; es decir, que sea una necesidad básica, no un lujo”. Fiel a su rol en la industria hace una década, destaca que “una medida fundamental es que se exima a la librería de ciertos estándares de comercio. Si queremos difundir la lectura, una librería debería pasar a ser un polo cultural y difusor del libro. Pagamos lo mismo que cualquier comercio y los márgenes de ganancia en esta industria son muy pocos. Buenos Aires es una ciudad muy conocida por sus librerías. Ni hablar de que sería buenísimo que el Estado proporcione locales propios para la venta de libros”.

Por otro lado, Manuel Rud es uno de los fundadores de Limonero, una editorial dedicada al sector infantil. Él y Malumian, como representantes de pequeños sellos independientes, coinciden que uno de los flancos a atacar es la distribución y logística. Rud dice: “Es importante facilitarle a las editoriales la llegada a mercados que están un poquito más lejos. Hay un lema dentro de la industria editorial que es promover la bibliodiversidad. Bueno, esto se logra entendiendo que las pequeñas editoriales no pueden competir con las grandes y ayudándolas desde un punto de vista financiero”.

“Perder un 40% de ventas en cuatro años no es un cambio de habito cultural, es que la gente no tiene plata», dice Díaz.

Según un informe de noviembre de la Cámara Argentina del Libro, la producción editorial cayó un 45% entre el último trimestre de 2016 y 2019. “La producción baja porque baja el consumo. Lo primero que llega es la caída de ventas y detrás de eso la caída de producción”, dice Malumian. Pero, ¿por qué caen las ventas? El editor de Godot explica que es “por una multiplicidad de factores: una reducción del salario real y de la capacidad de compra muy fuerte. Por otro lado, las políticas económicas del gobierno anterior con tasas muy altas financieras no incentivaban la producción. Una cosa es que caiga el salario real, como sucedió, y otra es que además el libro aumente. Ahí se da un doble efecto.” Malumian agrega: “Por otro lado, eso deriva en cuestiones culturales más invisibilizadas. Como editor, si ves que cada vez se vende menos, es probable que te sientas impulsado a elegir entre dos títulos aquel que es una apuesta segura, en vez de apostar por algo nuevo. Hay una serie de efectos cascada. También hay mucha gente interesante que no está escribiendo porque tiene que hacer mil cosas para llegar a fin de mes y no le da el tiempo. Se da una multiplicidad de factores.”

Rud coincide en la idea de que los factores que afectan al consumo son económicos: “Esto queda claro porque la gente sigue comprando mucho en la Feria del Libro y el resto del año no compra en librerías. La Feria de Buenos Aires no vio reducida su cantidad de ventas. La gente tiene la plata para comprar libros una vez al año”. Y Carlos Díaz agrega: “Perder un 40% de tus ventas en cuatro años no es un cambio de habito cultural. Tiene que ver con que la gente no tiene plata para comprar libros. Argentina es un país con un núcleo duro de lectores muy importante. México tiene una población tres veces más grande que Argentina y los libros que hacemos en Siglo XXI se leen en las mismas cantidades acá que allá. Eso habla de la cantidad y calidad de los lectores argentinos. Es un mercado que hay que cuidar porque en América Latina no hay muchos así, incluso para España es un mercado importante”.

“Hay cambios de consumos culturales pero creo que hay que ver qué pasa si por un par de años no tenemos una tasa de 60% de inflación, tasas de Lelics del 80% y, más o menos, se vuelve predecible lo que va a pasar en el país. La competencia por el tiempo ocioso es una barranca leve hacia abajo y a lo que nos empujo el gobierno anterior es un abismo”, remata Malumian.

 

 

«No soy enemigo de los ricos, soy amigo de los pobres»

«No soy enemigo de los ricos, soy amigo de los pobres»

Morales aseguró que no será candidato en los próximos comicios pero reivindicó su derecho a hacer política.

“Estoy convencido de que vamos a ganar nuevamente las elecciones nacionales y vamos a recuperar democráticamente el poder de los pueblos indígenas en Bolivia”, subrayó esta mañana el presidente boliviano derrocado Evo Morales en una conferencia de prensa que brindó en el Centro Cultural de la Cooperación. “Lo que quiero –completó- es que hayan elecciones libres, sanas y transparentes, pero para eso no pueden haber perseguidos políticos, ni detenidos políticos”. El líder aseguró, además, que no será candidato en los próximos comicios pero reivindicó su derecho a hacer política.

Morales, que llegó a la Argentina la semana pasada en calidad de refugiado, agradeció a los argentinos por darle albergue y permitirle estar cerca de su pueblo.  Además, contó que el domingo se reunió con el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner, quienes le dieron algunas recomendaciones.  “Entiendo mi responsabilidad como refugiado y cumpliré con lo que dicen las normas”, señaló.

El líder boliviano se preguntó “¿Hasta cuándo nos van a gobernar los de arriba y de afuera? No estamos en la época de la colonia para que ellos decidan al presidente”. Y enseguida exclamó: “¡Otro mundo, sin el FMI, es posible! El delito de nosotros fue recuperar nuestros recursos naturales. Nacionalizamos la energía y el agua, que antes estaban privatizados”.

«Vamos a ganar y vamos a recuperar democráticamente el poder de los pueblos indígenas”, dijo Morales.

Morales acusó a la Organización de Estados Americano de ser golpista y lamentó que ni la Policía ni las Fuerzas Armadas de su país lo advirtieron del golpe de Estado que se estaba incubando. Dijo que hubo personas que se lo advirtieron pero que admitió que se confió y descreyó de los rumores.

Recordó que llegó a la presidencia “con lucha sindical, pensando en la Patria pero no en la plata” y advirtió: “No soy enemigo de los ricos, soy amigo de los pobres”. Subrayó que para que la paz llegue a Bolivia es necesaria la justicia social. “Estoy convencido –manifestó- que el derecho a la vida es más importante que cualquier otro. En nuestro gobierno no hubo ningún muerto por bala y en este ya son 36”.

El gobierno de Macri fue el más represor de la historia democrática

El gobierno de Macri fue el más represor de la historia democrática

Cambiemos es responsable del 26% de las muertes por represión estatal que acontecieron desde 1983.

Se cumple una semana del traspaso presidencial y los datos de la gestión de Mauricio Macri son desalentadores, no solo en el ámbito económico. El Informe Anual de la Situación Represiva 2019 presentado por la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional ( CORREPI) demuestra que el gobierno de la alianza Cambiemos tiene el triste récord de ser el más represor de la historia democrática, ya que en estos últimos cuatro años, el aparato represivo del Estado asesinó una persona cada 19 horas. Es el promedio que da 1.833 personas asesinadas en 1.435 días de gobierno, desde el 10 de diciembre de 2015 hasta el 15 de noviembre de este año, que es la fecha en la que se cerró el informe.

Bajo la administración macrista, el número total de personas asesinadas por las fuerzas de seguridad desde el regreso de la democracia en 1983 alcanzó los 7.093 casos. La política de seguridad a cargo de Patricia Bullrich y el aval oficial al gatillo fácil con la “doctrina Chocobar” determinó el gobierno con más muertes a manos de la represión estatal en 36 años de democracia ininterrumpida. En sus primeros 21 días de gobierno, año 2015, sumó 50 casos, en 2016 fueron 443, durante el año siguiente el número se elevó a 451 y en 2018 se registró el pico más alto, 489. Y en el último año de mandato, los casos contabilizados fueron 401,  aunque pueden elevarse en el informe del año próximo, ya que el conteo finalizó antes de fin de año y faltan datos oficiales. 

María del Carmen Verdú, abogada y titular de CORREPI, habla de un “legado criminal” que deja Macri. “Confirmamos aquello que decíamos hace cuatro años, íbamos a enfrentar una etapa signada por el ajuste y la represión, nunca imaginamos el nivel de profundización al que iban a llegar. Por eso, sin ninguna duda estamos felices que Macri se haya ido, con Bullrich y su banda”, aseguró, aunque se mantiene preocupada por el triunfo de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad. 

Desde 1983, murieron 7.093 personas a manos de las fuerzas de seguridad del Estado.

El archivo que presentó CORREPI, que se actualiza cada año, se realizó por primera vez en 1996  como respuesta a las declaraciones del ex presidente Carlos Menem ante las denuncias por violencia policial, donde negaba el gatillo fácil y afirmaba que lo que había era “noticia fácil”. También su Ministro del Interior, Carlos Corach, negaba los casos y exigía listas con los nombres de las víctimas. Aquel primer listado que presentaron incluía 262 nombres desde 1983.

Las estadísticas confirman al gobierno macrista como el más represor ya que es el responsable del 26% de muertos en cuatro años, superando  a la gestión de Cristina Fernández que alcanza un 37%, pero en ocho años. La cifra que deja la administración saliente, 1.833 asesinados por la represión estatal, da un promedio de 1,28 muertos por día. 

Durante la gestión Cambiemos, la mayoría de las muertes ocurrieron en cárceles, patrulleros y comisarías, casi un 60%, seguido por el gatillo fácil con el 27% y en tercer lugar, las producidas en situaciones intrafuerza o intrafamiliar que registran casi un 10%. Más atrás quedan las ocurridas en otras circunstancias, donde no se sabe lo que pasó, como consecuencia de otros delitos o causas truchas y en movilizaciones, con 49, 17 y 4 casos respectivamente. Dentro de la última categoría, muertos en protestas sociales, aparecen los nombres de  Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, Ismael Ramírez y Rodolfo Orellana, asesinados en Chubut, Río Negro, Chaco y Buenos Aires. 

Las provincias con mayor represión son Buenos Aires, Tierra del Fuego, Santa Fe, Chubut y Mendoza.

Las provincias donde más se aplica la represión son Buenos Aires, Tierra del Fuego, Santa Fe, Chubut y Mendoza, con índices similares, de acuerdo a la cantidad de casos en relación a la población de cada provincia. Si solo se toman en cuenta los casos por provincias, Buenos Aires lidera ampliamente con un 52%. Aunque las policías provinciales y los servicios penitenciarios son responsables de más del 85% de los asesinatos, la Policía de la Ciudad también posee números preocupantes. En casi tres años de existencia, fueron responsables de 68 muertes, un promedio de dos personas por mes.

Ante este panorama desolador, desde CORREPI proponen al nuevo gobierno de Alberto Fernández una serie de medidas a implementar que, como sostiene Verdú, “se pueden hacer”. La derogación de la resolución 956/18 que habilita el uso del arma reglamentaria en cualquier circunstancia, terminar con los programas de reconocimiento facial, derogar la resolución 845/18  que masifica la intercepción y detención de personas en las estaciones de trenes, acabar con la provisión gratuita por parte del estado de defensa penal a miembros de fuerzas de seguridad y poner fin al Servicio Cívico Voluntario en Valores de Gendarmería. “La Negra”, como la llaman a la abogada en su organización, destacó del discurso presidencial el día de la asunción que es la primera vez que un presidente reconoce que existe el gatillo fácil, aunque el mérito le pertenece “a los compañeros y compañeras que pusieron el gatillo fácil en la agenda política”.

«La prensa es el nuevo opio de los pueblos»

«La prensa es el nuevo opio de los pueblos»

“Han convencido a la sociedad de que hay un estado natural de las cosas, donde el que intente romperlo es el divisionista.»

Ayer el expresidente de Ecuador, Rafael Vicente Correa Delgado -más conocido como Rafael Correa- brindó una clase magistral en la Facultad de Ciencias Sociales sobre la situación actual latinoamericana y su comprensión histórica. Se dirigió siempre a los “queridos jóvenes”, dijo pertenecer a la academia y narró la importancia de reflexionar sobre el contexto que nos convoca.

Con algunas dificultades debido a la falla eléctrica que dejó sin luz a buena parte de Constitución y otros barrios -y puso en duda la realización del evento-, finalmente inició el acto alrededor de las 18.30 en el auditorio de la Facultad. Correa entró por uno de los pasillos caminando a pasos largos y veloces con sus acompañantes y el público dio uno de los aplausos más fuertes de toda la jornada.

El panel lo conformaban el exmandatario, la decana de la Facultad de Ciencias Sociales, Carolina Mera, y el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, quien ingresó al auditorio con una careta de Lula cubriéndole el rostro. Pronto todo el salón lo ovacionó y comenzó a gritar: “Lula libre”. El evento se desarrolló en el marco de la cátedra que preside Pérez Esquivel, Cultura para la Paz y Derechos Humanos.

“Según el ingreso por habitante, Latinoamérica es la clase media mundial pero es la región más desigual del planeta.»

Correa se encuentra actualmente exiliado en Bélgica y no vuelve a su país debido a que tiene una orden de captura preventiva y cerca de 30 procesos judiciales iniciados en su contra por acusaciones de corrupción, asociación ilícita y tráfico de influencias. “Más que los de el Chapo Guzmán y Al Capone juntos”, dijo el ex mandatario entre risas, con la complicidad del público. Cuando se había instalado en Europa, en un primer momento por propia voluntad, como un retiro de la política, su idea era volver a la academia y escribir sobre los problemas de desarrollo en Latinoamérica. En este tema se basó su intervención principal y remarcó la importancia del enfoque histórico. “¿Por qué en un mismo continente la América del Norte se desarrolló y la del Sur no? ¿Por qué en una misma isla o península observamos fuertes contrastes de desarrollo? ¿Por qué países que fueron relativamente ricos en el pasado hoy son pobres y viceversa? la mayor maestra para entenderlo es la Historia”, así inició su charla el expresidente.

“Desde la colonización se impusieron en América Latina tremendas jerarquías sociales basadas no en méritos o capacidad sino en el abolengo”, explicó al público expectante. Y enseguida se trasladó a la situación actual del subcontinente: “En función del ingreso por habitante, Latinoamérica puede ser considerada la clase media mundial pero también es la región más desigual del planeta. La pobreza no es fruto de la escasez de recursos sino de la exclusión producida por sistemas económicos y estructuras de poder donde históricamente unos pocos dominan a muchos”. Y continuó: “Las élites siempre han dominado los factores reales como el económico, mediático, político y hasta religioso. Esto es lo que René Zavaleta, político, sociólogo y filósofo boliviano denominó ‘Estados aparentes’: representan no el bien común sino los intereses de quienes lo controlan”.

También habló sobre el rol crucial de los grandes medios de comunicación. “Para controlar gobiernos, el mejor instrumento de las élites es la prensa -dice Correa-. Esta es la encargada de imponer lo que Gramsci llamó la cultura hegemónica, es decir, la trasmisión de valores y creencias que sostienen el pacto de dominación. Esa prensa cumplirá también el rol de demonizar cualquier intento de romper este pacto, con falaces argumentos como ‘evitar el odio de clases’, ‘mantener la unidad del país’ o ‘buscar la paz’. Sin duda la prensa se ha convertido en la mayor protectora del status quo y es el nuevo opio de los pueblos».

«En 2015 comenzó esa restauración conservadora pero en 2019 inició su sepultura con el triunfo de Alberto y Cristina.»

En cuanto a la cuestión mediática y judicial, profundizó el caso de Evo Morales, forzado a renunciar como presidente de Bolivia  por un golpe de Estado, y exiliado en Argentina, luego de haber pasado temporalmente por Cuba y de haber estado un mes con asilo en México: “Han convencido a la sociedad de que hay una suerte de estado natural de las cosas, donde el que intente romperlo es el divisionista y confrontador. A Evo no lo persiguen por indio, en eso no coincido con él. Por supuesto que existe el racismo, pero si se hubiera sometido a las élites bolivianas sería el indio bueno. La élite boliviana jamás lo dejaría entrar en su casa, por supuesto, pero lo apoyaría si hubiese sido funcional al sistema. A Evo lo persiguen por querer romper el pacto de dominación que por siglos ha mantenido en la exclusión a las grandes mayorías bolivianas».

Con respecto a la asunción de Alberto Fernández como presidente y Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidenta, el ex mandatario dijo: «Ojalá ustedes hagan extensivo esta felicitación al pueblo argentino por la alegría que nos ha dado con este cambio de rumbo, por retomar las sendas del progreso. En 2015 comenzó esa restauración conservadora pero en 2019 inició la sepultura de esa restauración conservadora con el maravilloso triunfo en una vuelta de Alberto y Cristina.» Al término de esta frase, algunos se pusieron de pie y el público al unísono comenzó a cantar: «Alberto presidenta (sic)».

Debido a la creación reciente de Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad por parte del nuevo gobierno argentino, y a razón de algunos comentarios controversiales de Correa sobre el feminismo, ANCCOM le preguntó sobre su posición frente al movimiento de mujeres en Latinoamérica. «Hay que definir qué es ser feminista. Si es estar a favor del aborto tendré que decir que no soy feminista. Si es buscar la igualdad de derechos, acabar con la opresión de las mujeres, cambiar esta cultura machista, los femicidios, entonces soy feminista. De hecho, tenemos una de las constituciones más progresistas en términos de equidad de género. Sin embargo creo que nos equivocamos estratégicamente: hay tantas cosas para pensar -pobreza generalizada, exclusión, etcétera- que empezar con lo conflictivo es erróneo».

Hacia el cierre de la jornada, el expresidente de Ecuador dio un última reflexión a su audiencia: «La democracia se vuelve crucial para el desarrollo, pero no las democracias de papel que ha tenido nuestra América, sino esa democracia que Álvaro García Linera denominó la democracia plebeya: la que le dio el poder a aquellos sin abolengo, a las mujeres de pollera en Bolivia, a las grandes mayorías. Eso es lo que formó de forma temporal Lula en Brasil, Chávez en Venezuela, Evo en Bolivia, el kirchnerismo en Argentina y la Revolución Ciudadana en Ecuador».

Manos artesanas

Manos artesanas

La muestra interdisciplinaria sobre las manos es la primera de una serie que organiza el Centro Cultural Morán.

Las manos están presentes en todos los espacios del Centro Cultural Pedro Morán, manos callosas y arrugadas, con uñas pintadas y sin pintar, manos pinchadas y arañadas por agujas, manos de hombres y mujeres iguales a miles de manos que los precedieron.

Se trata del eje de una muestra multidisciplinaria sobre los oficios de Parque Chas, el donde se encuentra el Pedro Morán, pero sobre todo los oficios manuales. 

En este caso, los artistas decidieron tomar inspiración de los costureros de la Cooperativa Textil JAC (Jorge Anselmo Carrizo), pero sobre todo de una de sus fundadoras, Adriana Carrizo. “En realidad este proyecto surge de un grupo de artistas, una pintora, una fotógrafa y un pintor, al principio, que decidimos empezar a pensar cómo el trabajo nos identifica.  El trabajo se vuelve nuestra identidad, un reflejo de lo que somos, por eso lo tomamos con compromiso, con dedicación, y no podemos hacer otra cosa”, dijo Paula Cecchi, pintora de la muestra. 

La exposición surge en el centro cultural con la  necesidad, no solo de exponer el oficio de las costureras, sino también como una forma de conectar el arte con el mundo real, poner en juego el arte con la vida real. Lucila Penedo, fotógrafa agregó: “La idea es que la muestra esté en otros espacios, sacarlos a  la calle, generar ese vínculo con el espacio, el arte en el mundo real”.

«Las manos a veces expresan mucho más que las palabras», subraya Carrizo.

Adriana Carrizo, responsable y miembro fundadora de la cooperativa contó, por su parte, lo que sucedió cuando el grupo multidisciplinario de artistas ingresaron en la Cooperativa JAC, que lleva las iniciales de su padre detenido-desaparecido. “A mí como responsable de la cooperativa lo que me sucedió es que me dispararon otras cosas, porque ustedes disparaban el trabajo y yo empecé a pensar, las observaciones que ustedes hacían sobre las manos, es decir la mirada sobre las manos de las personas. Creo que las manos a veces expresan mucho más que las palabras, y qué importante son para el oficio nuestro.”

La Cooperativa JAC surgió tras la crisis de 2001, de manos de Adriana Carrizo y su amiga Nelly, como unión en defensa de su trabajo “La cooperativa defiende el precio justo, porque creemos que la economía social es posible, el trabajo lo hicimos con el INTI, pudimos entender el concepto del precio justo y el costo de una prenda.”

El rol del Estado fue fundamental para el surgimiento de “La Cope”, como la llamó Adriana, que se terminó de constituir como cooperativa legal en el 2010. “Lo que le pedíamos al Estado era un marco legal de lo que hacíamos. Porque los talleres de costura son en general clandestinos, sin obra social, seguro de vida, ni nada que los proteja. Antes de preguntarnos cuánto vamos a ganar pedimos un marco legal en el que trabajar.”
Las obras presentadas en la muestra consisten en fotografía, video, poesía, pinturas. Para Andrea, el oficio de costurera en la cooperativa desafía el sometimiento en que se fuerza a las mujeres al estar en la casa  “Cuando iba a enseñar costura a un centro de integración social que se llamó Casa Abasto, después de la crisis del 2001, sentí que nos habían estallado la cabeza, que los milicos habían hecho el retrabajo. Por eso propuse un curso de lectura para las chicas. Los sábados la hacía venir a una compañera nuestra para que nos lea mientras cosemos.”

«Las manos en conjunto hablan de lo colectivo», opina Paula Cecchi.

Para Paula Cecchi la obra se trata exclusivamente de un trabajo interdisciplinario, donde la obra de una artista no está completa si falta la del otro. “Una prenda que vos usás tiene una historia, que empieza como un molde y hay pinturas donde se está dibujando ese molde. Todas las manos en conjunto hablan de lo colectivo, por eso queríamos que la muestra se sintiera un todo.”

En el librito que entregan en la exposición con los distintos testimonios tanto de los artìstas como de los trabajadores de “JAC”, Adriana Carrizo dice sobre la costura. “Es un oficio vivo: cambia de estación. La moda evoluciona constantemente y sigue los cambios de la sociedad y eso, para mí, tiene que ver con una convicción personal: todo es política e ideología. La moda también.”

En toda la muestra se dejaron ver poemas de distintos poetas del barrio, que intervinieron conmovidos por un oficio manual tan meticuloso y obsesivo como el propio. Los poemas estaban pegados al lado de las pinturas, al lado de las costureras, sobre moldes de telas se leían, en uno de ellos rezaban las palabras «La dictadura dejó muertes que caminan al sol, envivamos las prendas con alegría».

La muestra “La costurera: Adriana Carrizo y la Cooperativa textil JAC”, que hizo su cierre el viernes 29 de noviembre, es la primera de una serie sobre los oficios que tendrán su espacio en el Morán.

El manicomio filmado desde adentro

El manicomio filmado desde adentro

El filme abordara las vivencias de Germán y dos compañeros en el hospital, desde la perspectiva de los pacientes.

El documental Los fuegos internos. El arte de salir del manicomio narra la amistad entre tres pacientes neuropsiquiátricos que logran externarse. Producido por un colectivo integrado por artistas, usuarios del hospital y especialistas en salud mental y ciencias sociales, relata el vínculo entre Germán y sus dos compañeros de la sala, Miguel y Daniel. En diálogo con ANCCOM, Laura Lugano, una de las cuatro directoras de la película, y Jorge Deodato, ex interno y quien interpreta a Germán, cuentan sus experiencias durante el proceso de realización.

El Cisne del Arte es un dispositivo de arte y salud mental en el que participan voluntarios de disciplinas artísticas y sociales. Allí se desarrollan talleres creativos y de comunicación que, orientados por el psicoanálisis, están destinados a personas en proceso de externación o internadas en el Hospital “Dr. Alejandro Korn” de Melchor Romero, en La Plata. Para Deodato, funciona como “un espacio conjunto donde compartir un mate, una comida, una charla, en los que se puede expresar lo que uno quiere”. Los fuegos internos nació en este marco.

En 2012, Germán Cauwlaert se encontraba en tratamiento cuando el psicólogo Alberto Justo le propuso desplegar uno de sus oficios –el de filmar– para El Cisne. Cauwlaert aceptó. Junto con otros miembros del espacio conformaron un equipo y asumieron los distintos roles del proyecto para llevar adelante la idea. La pregunta fue qué historia contar.

Se decidió que el filme abordara las vivencias de Germán y dos compañeros en el hospital, desde la perspectiva de los pacientes. La dirección estuvo a cargo de Laura Lugano, Ana Santilli Lago, Ayelén Martínez y Malena Battista, antropólogas y amigas desde su paso por la licenciatura en la Universidad Nacional de La Plata. Laura Lago, coordinadora general de El Cisne, asumió la producción.

“Cuando estuve en el hospital no se apagaron mis fuegos internos”, fue la frase de Cawlaert que bautizó a la película.

El título estuvo desde el comienzo. Según Lugano, en una de las charlas preliminares, Cauwlaert dijo: “Por suerte, cuando estuve en el hospital no se apagaron mis fuegos internos”. Laura explica que él veía a esos fuegos como una especie de motor que lo empujó a salir, y que aquella imagen resultó tan fuerte que definió el nombre. “Pudimos ir viendo los fuegos internos como ese lugar subjetivo que abre posibilidades. Esa decisión y potencialidad de lanzarse a la acción”, subraya.

Los compañeros de Germán, Daniel Degol y Miguel Godoy, encarnan los personajes homónimos que además están inspirados en sus historias. Cauwlaert prefirió permanecer tras la cámara. Deodato, que lo interpretó, señala que “el personaje terminó siendo una fusión entre las experiencias de los dos”. El acostumbramiento al hospital funcionó como el hilo conductor entre una y otra.

Deodato nunca había actuado antes. Estaba en tratamiento cuando el psicólogo Justo –que también aparece en el documental– lo impulsó a intentarlo. “Me vino a visitar en momentos que yo estaba muy alejado del alta. Pero él veía como una posibilidad que lo obtenga”, recuerda Deodato.

A la voluntad inicial se sumó el aporte de Julia Portella, quien enseñó a todo el equipo técnicas de videodanzas para mejorar la actuación frente a cámara. Deodato considera que estos aprendizajes fueron muy importantes: “Me fue dando pautas de un lenguaje artístico corporal según lo que quería expresar”, remarca.

El documental comenzó a realizarse en 2012 y terminó de filmarse este año.

El documental comenzó a rodarse en 2012 y se terminó este año. El Cisne del Arte nunca se había embarcado en un proyecto así. “Fue un desafío plantearse una creación colectiva de estas dimensiones”, dice Lugano. Sin embargo, confiando en que tenían cubiertas las condiciones simbólicas, las y los mentores del film se embarcaron en la búsqueda de insumos materiales.

A fines de 2012, el equipo obtuvo una beca de creación grupal del Fondo Nacional de las Artes (FNA). “Fue el puntapié que nos permitió iniciar el proceso”, explica. Pero con el tiempo el documental crecía y el dinero se agotaba. Había material suficiente para realizar un largometraje, pero la beca no alcanzó para costear por completo la idea inicial.

Sin perder las esperanzas, se embarcaron en una nueva búsqueda de financiamiento. En 2016, otra vez gracias al FNA, recibieron una beca de Formación Grupal en Montaje Cinematográfico. Ese año ganaron el subsidio Quinta Vía Digital del INCAA. Para afrontar la edición, también lanzaron una campaña de financiamiento colaborativo a través de la plataforma Ideame.

Las directoras fueron descubriendo a posteriori las referencias teóricas que habían guiado su trabajo: la didáctica del juego, la educación popular, y las perspectivas de la antropología. En cambio, sí encararon una investigación previa de referencias cinematográficas. “Vimos qué recursos artísticos nos servían para contar la historia que queríamos. Un documental que nos marcó bastante fue The Devil and Daniel Johnston”, comenta Lugano.

El mensaje a transmitir fue acordado en sucesivas charlas. Lugano lo presenta como “una visión al mismo tiempo alentadora y crítica sobre las problemáticas de salud mental” y opina que se distingue de las pocas producciones cinematográficas que existen sobre el tema de la locura en tanto que se posiciona en el punto de vista de los pacientes. “Fue contribuir al reconocimiento de las personas que están atravesando esta situación y desde otro lugar, no desde los estigmas o del diagnóstico patologizante que suelen tener las instituciones y la sociedad”, sostiene.

Según Deodato, el documental sirve para mostrar la dinámica que se vive en los hospitales y el rol del acompañamiento mutuo en esas circunstancias. “Es muy importante que (los médicos) hayan tomado la decisión de escuchar. Yo estaba muy mal y ni siquiera tenía la idea de que existía otra forma de salir”, recuerda.

A días de arrancar el nuevo año, resulta curioso que en la película se habla de la Ley de Salud Mental, la cual dispone que para 2020 deberían cerrar todos los manicomios. “Lo que encontramos ahora es una realidad muy lejana”, manifiesta Lugano. Más aún, las medidas políticas tomadas en los últimos cuatro años implicaron un retroceso. “Además de falta de recursos, hubo una vuelta a la lógica más manicomial”, asegura.

Si bien para ella la existencia de la ley es positiva, las posibilidades materiales de concretar sus objetivos parecen escasas. “Faltan recursos y voluntades políticas”, afirma, aunque confía en los profesionales, colectivos de trabajadores y acompañantes terapéuticos activos que están trabajando para lograr “una transformación desde adentro”.

Deodato no tiene planes de seguir actuando, pero continúa en El Cisne del Arte, participando de un programa de radio y un taller de música. A quienes estén atravesando un proceso similar al suyo, recomienda: “Que no aflojen nunca con el tratamiento ni con lo que a uno le gusta hacer. Que resistan cuando quieran imponerles algo por la fuerza. Que sepan que tienen el derecho a ser oídos y respetados”.

Los fuegos internos puede verse en el Gaumont desde el 12 hasta el 18 de diciembre inclusive.