«La tendencia va a ser a desproteger cada día más a los trabajadores»

«La tendencia va a ser a desproteger cada día más a los trabajadores»

Elina Escudero y Pablo López Fiorito compilaron una serie de artículos que ponen en común una reflexión crítica sobre el estado actual y el futuro del trabajo.

El trabajo en tiempo de apps. Relatos y análisis urgentes frente a la precaricación laboral es uno de los últimos lanzamientos de Ediciones CICCUS, primer tomo en la colección Construyendo Soberanía. Elina Escudero, licenciada en Relaciones del Trabajo, y Pablo López Fiorito, licenciado en Sociología, realizaron esta compilación de artículos que agrupa autores de diversas trayectorias académicas, profesionales y sindicales que ponen en común una reflexión crítica sobre el estado actual y el futuro del trabajo.

El libro se publicó con el apoyo de la Mutual Manuel Baldo mero Ugarte que, con esta colección, busca “generar un espacio donde se junten distintas corrientes y discutan acerca de un tema estratégico. La idea de la mutual es ir pudiendo generar una síntesis de esas miradas de todos los sectores subalternos”. En el panorama nacional incierto, estas reflexiones se vuelven urgentes para pensar las dinámicas laborales en las plataformas y el rol que juegan tanto los Estados como los sindicatos en escenarios cada vez más complejos. El libro puede descargarse en forma gratuita en el siguiente link: El trabajo en tiempo de apps (2023) Ediciones CICCUS.

¿Por qué eligieron Construir Soberanía como el título de la colección? ¿Cuál es la conexión entre construir soberanía, el trabajo y los derechos laborales?

Pablo López Fiorito: Construir Soberanía porque justamente presuponemos que hay que construir la soberanía, que no es algo que esté predeterminado o una cuestión esencial que existe de por sí. Y hay que construirla con los sectores subalternos. Los trabajadores en un sentido muy amplio, el obrero fabril, los trabajadores de la economía popular, las clases medias profesionales. Después tenés otros cruces, como el tema de las cappas y la soberanía. La dependencia de cappas de afuera a las cuales les tenés que pagar regalías y tenés que mandar cosas afuera para un declive.

Elia Escudero: Son todas tecnologías las que posibilitan formas de trabajo que están organizadas por un capital global. A partir de ahí no solo imponen formas de trabajo, que en este caso es la gestión algorítmica como la expresión más avanzada de esas tecnologías. En el caso del e-commerce, el compañero de comercio [en el libro] explica cómo a partir de la pandemia penetró abruptamente la digitalización en el sector y se llevó puesto un montón de puestos de trabajo y de tareas y reconfiguró absolutamente el día a día de los trabajadores. Pensemos en un vendedor o vendedora que cobraba una comisión por venta, hoy lo vende la plataforma y esas ganancias no son tan identificables como antes. Se invisibilizan las personas y las maneras en que se generan ganancias para esas plataformas. ¿Quiénes se apoderan de esa ganancia? ¿Son capitales extranjeros? ¿Dónde están? ¿Cuáles son las empresas? ¿Cómo juegan en los precios? Hay toda una complejidad detrás de la penetración de estas tecnologías, sobre todo en América latina, que ya veníamos precarizados, y esto vino a profundizar estas condiciones de trabajo y a monopolizar y extraer ganancias de la precarización.

En uno de los artículos se cuenta que en 2019 trabajadores de las apps de delivery tomaron las oficinas de Pedidos Ya, pensando que iban a parar la operación, y se dan cuenta que esto no sucedió. Los servidores son llevados a otro lado y el funcionamiento sigue, algo totalmente nuevo.

E: Absolutamente. ¿Dónde están esos servidores? ¿Cómo es que la plataforma sigue operando por fuera de sus bases o no hay ningún control soberano sobre los datos, las interacciones, las ganancias? Ni siquiera se puede multar a estas empresas. Uber siguió trabajando sin tener habilitación durante muchos años. Tienen una capacidad de lobby estas empresas que todo el tiempo están socavando la soberanía nacional e imponen sus condiciones, en términos de monopolio. Está totalmente deslocalizado y fragmentado, entonces se complejizan las cadenas de valor y cómo juegan esas cadenas en imponer condiciones de los capitales foráneos en los países en los que desembarca.

Estas tendencias laborales que se aceleraron con la pandemia, ¿cómo creen que van a evolucionar teniendo en cuenta la coyuntura actual y la asunción del nuevo gobierno?

P: Entiendo que esto se va a profundizar de una manera gigantesca. La tendencia para mí va a ser a desproteger cada día más a los trabajadores, generar distancias cada día más desreguladas y la pérdida de derechos laborales cada día más.

E: Hay una situación compleja que ya se venía configurando con el macrismo, sobre todo. Y me parece que es posible que evolucione a una desregulación, que de hecho ya se había impuesto para algunos sectores. Es probable que se vaya hacia una regulación de las empresas, realizada en este contexto más a medida de las empresas que de los trabajadores. Pero yo creo que la estrategia es dejar cristalizado algún tipo de reglas de juego en una normativa que les brinde la seguridad jurídica que necesitan para continuar el negocio.

¿Cuáles consideran que son las cuestiones más urgentes a resolver en materia laboral?

P: Para mí ¿qué le pediríamos al Estado? sería la pregunta. Por un lado, lo que va a pasar es lo que dijimos antes: la desregulación, el trabajador desprotegido, eso va a ser una tendencia general. Hay que ver qué le pone freno a esa tendencia y si algo le pone freno. Claramente lo que se le pide al Estado es un Estado que esté presente y defienda a los más débiles, eso siempre, pero no va a pasar con este Estado. Con lo cual me parece que la actitud habitual va a ser más defensiva de proteger lo poco que nos queda que de exigirle al Estado algo.

E: Creo que la ley de contrato de trabajo, flexibilizada, probablemente, vaya a ser un piso mínimo de condiciones y de ahí en adelante es una gran oportunidad para complejizar el plexo normativo y mirar las complejidades y las especificidades sectoriales. En el peloteo entre el Estado y la organización sindical me parece que este Estado se retira y en ese retirarse, es una oportunidad para los sindicatos de avanzar, de fortalecer y complejizar el convenio colectivo. Porque me parece que se puede, Comercio, por ejemplo, lo viene haciendo, su convenio con Facebook que tiene muchos derechos mucho más de avanzada que la Ley de Contratos de Trabajo. Se viene reclamando mirar las complejidades de cada rama de cada actividad y, a su vez, dentro de cada actividad de cada rama. Y hay que atender todas esas complejidades que hoy en día quedan por fuera o sujetos a la discrecionalidad del cuerpo de delegados específicos, o de las ganas de la empresa de dar o no dar ciertos beneficios. También se pueden avanzar hacia nuevos sistemas de inclusión de estas personas que están quedando por fuera de los convenios colectivos, como pasó con los monotributistas por ejemplo, brindarles mayores servicios, beneficios. Me parece que los sindicatos tienen un margen de acción y tienen que saber aprovecharlo estratégicamente.

El artículo ¿Cómo protestar contra el algoritmo? Los desafíos de la organización gremial en la era digital cierra diciendo: “lo digital llegó para quedarse y las armas históricas del movimiento obrero analógico en este mundo no sirven para nada”. ¿Qué aspectos del movimiento obrero y sindical deberían cambiar para luchar por mejorar las condiciones laborales en este contexto de digitalización que es totalmente distinto al panorama de décadas atrás?

E: Creo que los sindicatos tienen que invertir más en la investigación y cristalizar una secretaría dentro de su estructura que esté dedicada a investigar las implicancias de estas tecnologías y adelantar los posibles impactos de la automatización, la digitalización, la robotización, todo tipo de tecnologías que se puedan llegar a implantar o se estén utilizando en otras partes del mundo. Como la temática de medio ambiente, creo que es fundamental los impactos del cambio climático sobre los empleos y las tecnologías como respuesta a esos impactos. El mundo se ha complejizado, los sindicatos deben complejizar su estructura también.

P: Ahí me parece que hay otra cosa que es la relación entre la universidad pública y los sindicatos. Habitualmente es una relación bastante instrumental y hay que construirla como algo orgánico. Las universidades no tienen otra que tener una relación vincular con el movimiento obrero. Y el movimiento obrero no tiene otra que tener una relación orgánica con las universidades públicas, por esto mismo que dice Elina. Pero pongo el acento en las universidades públicas y en la relación de que no puede ser una relación de sujeto-objeto, vengo a verte y a estudiarte, sino que tiene que ser una relación de diálogo de saberes. Donde hay distintos niveles de saberes y donde hay que saber escucharse y escuchar al otro. Sin esa vinculación veo muy poco posible la continuidad de la universidad pública tal cual la conocemos y veo muy poco posible la continuidad de los sindicatos tal cual los conocemos.

Los desaparecidos con vida – Estuve Ahí

Los desaparecidos con vida – Estuve Ahí

Manuel es hijo de Gastón Gonçalves, asesinado el 24 de marzo de 1976, y de Ana María del Carmen Granada, asesinada el 19 de noviembre cuando se ocultaba en la ciudad de San Nicolás. Junto a ella estaba Manuel, quien salvó su vida gracias a que su madre lo ocultó en un ropero, pero meses después fue apropiado. Restituyó su identidad en 1997 gracias a Abuelas de Plaza de Mayo. Aquí reflexiona sobre la importancia de seguir transmitiendo lo ocurrido durante la última dictadura cívico militar y habla del rol de las futuras generaciones y la permanente lucha contra el negacionismo.

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

 

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso y Estefanía Hernández.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini
Cuatro décadas de resistencia campesina

Cuatro décadas de resistencia campesina

Guido Corvalán, referente del Movimiento Campesino de Santiago del Estero, cuenta cómo se construyó su organización contra el avance de los terratenientes. La resistencia pacífica contra las armas, el esclarecimiento de la conciencia de los habitantes rurales y el desafío de demostrar que el monte no es basura sino vida.

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

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Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

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Del Consenso de Washington al consenso de las commodity | Estuve ahí

Del Consenso de Washington al consenso de las commodity | Estuve ahí

Enrique Viale, presidente de la Asociación Argentina de Abogadas y Abogados Ambientalista, explica cuáles son las consecuencias sociales de haber pasado de la agricultura al agronegocio. El impacto de las semillas transgénicas, el glifosato y el fracking y la judicialización a los dirigentes que los enfrentan como forma de evitar la resistencia. ¿Existe la dicotomía entre ambientalismo y desarrollismo soberano? ¿Cómo se vincula la deuda externa con el extractivismo?

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Escribir la historia con imágenes | Estuve ahí

Escribir la historia con imágenes | Estuve ahí

El fotógrafo Eduardo Longoni registró para que recorra el mundo la imagen de los comandantes de las juntas militares sentándose en el banquillo en el juicio que fundó la democracia. También fue quien aportó las pruebas gráficas judiciales que demostraron que hubo personas desaparecidas tras el asalto al cuartel de La Tablada, en 1989. ¿Cómo se sacan fotos llorando?

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

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Enredados en Cuba

Enredados en Cuba

Debido a años de bloqueo, la irrupción de internet en Cuba fue mucho más repentina que en otros países. Una población poco preparada para el aluvión de redes sociales sufrió el impacto. Sobre ese tema y su evolución reciente habló Javier Gómez Sánchez, director del documental “La dictadura del algoritmo”.

La dictadura del algoritmo es un documental estrenado en 2021, dirigido por Javier Gómez Sánchez, periodista y realizador audiovisual licenciado en Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual en la Universidad de las Artes de Cuba. En él se retrata cómo Cuba se vio repentinamente atravesada por la interacción digital con la irrupción de internet, un fenómeno que en el resto del mundo se dio de manera más paulatina.

Es que Cuba solo contaba con conexión satelital a internet hasta 2012, cuando accedió a un cable de fibra óptica proveniente de Venezuela; de esa manera multiplicó por 3.000 el ancho de banda disponible. Esta conexión permitió el primer salto en el acceso de la población en 2015, cuando comenzó a ofrecerse un servicio desde puntos con WiFi, aunque seguía siendo lento y caro para los estándares internacionales. El segundo salto se dio en 2018 y 2019, cuando se desplegó la telefonía móvil de 3G y 4G respectivamente; fue entonces que se masificó el acceso casi en simultáneo con la llegada de la pandemia. En la actualidad, aunque aún no hay anuncio oficial, se está conectando al país un segundo cable de fibra óptica desde Santa Lucía, el Caribe, para asegurar más rapidez en la conexión celular en horarios pico. Hoy, recargar entre uno a diez gigabytes de datos en el móvil puede costar de 100 a 950 Pesos Cubanos (CUP) mientras que un sueldo promedio puede llegar a los 4000 CUP, unos 16 dólares. Esa es la principal forma de conexión en la actualidad.

El documental de Gómez Sánchez retrata los efectos de la inmersión rápida de los cubanos a la lógica muchas veces tóxica de las redes sociales. Con una serie de testimonios diversos, se describen las expectativas iniciales de que Facebook permitiera conocer y debatir con personas de todo el país. En la práctica Facebook, junto con la pandemia, terminaron provocando una crisis social que sorprendió a la clase política.

“La velocidad a la que entró la población a un ámbito digital completamente desarrollado fue inédita, en comparación con otros países”, explica Gómez Sánchez. “Muchas personas comenzaron a incorporar dinámicas que veían en Facebook, sin importar si eran informaciones reales, semi-reales o falsas. Tuvo que pasar mucho tiempo hasta que las personas comenzaron a madurar la idea de que debían cuestionarse lo que veían”.

A dos años del estreno, ¿qué avance ves en la sociedad cubana alrededor de la presencia de la interactividad digital en el país?

El aumento de la conectividad. Cuando estábamos haciendo el documental, apareció el reporte de la compañía telefónica ETECSA que decía que se habían alcanzado 4.2 millones de personas conectadas sólo a la red de datos. A eso se suman personas que la usan a través de oficinas o PC. Para entender esta cifra, hay que comprender que Cuba llega a internet con cierto retraso, ligado a su conflicto histórico con EEUU. Durante mucho tiempo no estuvo conectada por cables de fibra óptica: cerca pasan tres cables que conectan Sudamérica, Centroamérica y el Caribe con EEUU. A esos cables no podía conectarse porque eran propiedad de compañías estadounidenses.

 

¿Cómo era el contacto con internet antes de la conexión por fibra?

Antes del 2012 se conectaba a través de una banda por satélite que era extremadamente lenta y permitía un servicio muy restringido, el uso que hacían las personas era a través del correo electrónico, mientras el mundo estaba inmerso en Facebook. Eso fue en los años 2007 a 2010. Aún así se desarrollaron dinámicas colectivas de cadenas de correo sobre determinados temas que llegaron a generar una conectividad digital de redes sociales en sí misma. Para 2012 ocurre la conectividad con un cable a través de Venezuela, llevó un tiempo que se organizara y sólo en el 2015 se comienzan a dar servicios. Primero en zonas Wi-Fi: en las ciudades se empezaron a poner antenas, tenías un reloj que contaba, pagaban una tarjeta y se conectaban. Veías los parques llenos de personas: era la primera forma en que la gente masivamente chocó con los contenidos en la red. Todavía no se hacía un consumo alto de videos; TikTok no había entrado a la escena ni la opción de shorts de Facebook. Era sobre todo Youtube lo que se consumía. Para 2018 comienza a darse la conectividad con datos 3G y en el 2019 la 4G. Ahí empieza a expandirse la cantidad de personas y la importancia de que en el 2021, rodando el documental, se hayan alcanzado los 4.2 millones. Ten en cuenta que Cuba tiene una población, según el censo, de 11 millones y un poco más de habitantes y que los 4 millones representaba la mitad de la población adulta del país. Actualmente es de 6.7 millones. Un golpe en apenas tres años.

 

Al momento de rodar, ¿manejaban alguna hipótesis o preconcepto sobre las dinámicas digitales?

En el momento una matriz fuerte que existía, y que derribamos, era que “Internet no ha llegado al pueblo”, que “ la población llana no estaba en Internet” y que los temas que se movían en la red no era algo que formara parte de una opinión extendida. Según nuestra tesis no era así. Creíamos que había que prestarle atención porque la población estaba conectada a eso, en contra de los que decían que “eran pequeñas burbujas”. Al principio las personas no tenían toda la conciencia de por qué le aparecían las cosas que le aparecían: toda la cultura de comprender qué es un algoritmo, cómo funciona Facebook, todo eso ha venido poco a poco. Eso que llamamos la alfabetización informacional, cómo lidiar con los contenidos. La industria de las plataformas digitales ha ido evolucionando y, como toda competencia capitalista implica modelos de negocio que quedan atrás, modelos de negocio que se imponen. Tik Tok de alguna forma viene a ser una alternativa de uso rápido en comparación con Youtube. Pero hay que comprender que las redes sociales realmente son las personas. Nosotros nos confundimos muchas veces porque los mismos creadores de esas industrias nos han impuesto ese término, porque les conviene vender esa idea. Pero realmente son plataformas digitales para la gestión de redes sociales. Es una gran diferencia.

Amnistía Internacional presentó su primera investigación sobre TikTok en Argentina y las estrategias de los jóvenes para “domesticarlo”. ¿Existe algún tipo de “domesticación” en la sociedad cubana para limitar el impacto de las redes sociales?

Si una persona ya tiene un nivel de conciencia de los algoritmos, ¿por qué tendría que enfrentarse y tratar de domesticarlos? Tengo estudiantes que no tienen Facebook, que buscan otros lados, que no es que no tienen redes. Hay gente se ha ido a los grupos de WhatsApp y Telegram para tener un contacto más real, sobre todo durante la pandemia. Así empiezas a tener ahí una plataforma digital de un manejo de una red social real de gente que conoces y tiene un vínculo más concreto. Ahí cobra importancia el funcionamiento de los estados de Whatsapp como una forma de contenido, hay personas que navegan y tienen todo un vínculo con lo que se pone ahí. Ha resultado ser un consumo alternativo a Facebook sin interferencia de publicidad del tipo “sugerencias para ti” o “personas que tal vez conozcas”. Telegram tomó mucha fuerza por un tema práctico: compraventa en la medida en que han escaseado los productos básicos; pero ya de antes existía una especie de Mercado Libre o Ebay cubano. Como permite más a la hora de formar grupos que Whatsapp, las personas van ahí. Puede que haya personas que no conozcas, pero que están por una inteŕes común. Eso vino a sustituir grupos en Facebook, páginas de mercado, que a las personas le dejaron de funcionar porque les permite estar en un lugar relativamente cerrado.

Whatsapp y Telegram son canales de mensajería digitales más que redes sociales, pero se entiende que la sociedad cubana se reapropia para generar comunidad ahí.

-Se refuncionalizan: lo que vemos es una función más allá de la mensajería. Hay grupos con cientos de personas. No es que han dejado de conectarse. Han sustituido una red por otra. Las personas saben quién les está hablando, no hay trolls, tienes un número de teléfono. Yo sé que eres tú. Las personas son capaces de decirse cosas en Facebook que en la vida real no se dirían. El nivel de agresividad aumenta porque pierdes el contacto con la persona. De ese tipo de cosas es que huyen las personas que se van de Facebook.

Ojo, en los grupos también circula muchísima matriz tóxica: cuando la pandemia se iba terminando y el gobierno empezó a desescalar el aislamiento, se anunció un grupo de medidas. “Mañana atentos todos que va a haber un anuncio en la televisión, la Presidencia va a salir a explicar”, decía. Ese mismo día comienza a circular en los grupos de WhatsApp una lista falsa de medidas, algunas mezcladas, cosas que se sentían más reales con cosas más ficticias. Te hablaban de que los gimnasios iban a funcionar de tal manera, que los hoteles iban a cerrar para el público nacional, cosas muy encaminadas a crear malestar en la población. En dos o tres horas aparece por la prensa de la Presidencia una alerta de que esa lista era falsa. ¿Cuánta gente pudo haber leído eso en tres o cuatro horas? Tú dices: “¿Qué sentido tiene una fake new si puede ser desmentida tan rápido?” Es que lo que les interesa es el estado de ánimo que queda en las personas, de molestia por haber leído eso y dicho “este gobierno de mierda”. A la semana siguiente es otra situación y la noticia falsa va pasando pero el estado emocional queda. Ese es el objetivo. Antes era de información contra desinformación y ahora es de emotividad contra racionalidad.

¿Creés que la violencia en las redes se deba también a que en el afuera uno se calla lo que le molesta?

Recordemos que el internet y las plataformas digitales le dieron a las personas una posibilidad que antes no tenían que era la de ser emisoras de información, irse por delante de los medios tradicionales de comunicación. De eso, que es positivo en gran medida, se pasó a decir “¡Qué mal todo esto!”. Esa se ha transformado en la manera en que se desenvuelve la humanidad. Ahora, se pierde un sentido editorial porque no se está amarrado a una ética básica siquiera. En el caso de Cuba, esa violencia es dirigida y aprovechada a partir de dinámicas psicológicas de grupos humanos. Pero se ha logrado capitalizar y ponerle funciones políticas, ese nivel de violencia no es gratuito. Hay mucho dinero detrás, mucha intencionalidad política. La violencia política no ha disminuido, ha ido evolucionando y también la gente aprende a lidiar con esto. Te encuentras personas que te dicen “Yo ya no discuto en Facebook”, porque incluso llega a buscarse problemas en la vida real por una discusión en el mundo virtual.

¿Cómo es el uso de otras plataformas como Instagram o Twitter?

Twitter es una plataforma que en Cuba ganó más terreno con el tema del trabajo institucional gubernamental, a partir de que todos los presidentes empezaron a tener cuentas oficiales. Las personas no la utilizan tanto desde un sentido individual o personal. Hay un plan del gobierno de incentivar el uso de Twitter: tiene que tener el Jefe, el Director, el Subdirector. Algo muy curioso es que el gobierno y las instituciones están en Twitter y el pueblo está en Facebook: Twitter es mucho más cómodo para un emisor institucional porque no permite el mismo nivel de comentarios o dinámica que Facebook. Nosotros tenemos falsos trolls de izquierda en Facebook que intoxican mucho los ambientes de personas realmente progresistas y revolucionarias. Hay una intencionalidad de derecha de agrietar y crear divisiones en los espacios de militancia. Esto está muy instrumentalizado por cifras millonarias del gobierno de los Estados Unidos hacia la subversión en Cuba. No hay que olvidarse que existe una fuerza de tareas del Ejército de los Estados Unidos para el internet Cuba.