No se olviden de Cabezas

No se olviden de Cabezas

A 25 años del asesinato del reportero gráfico, Netflix estrena un documental que reconstruye el caso. El periodista Gabriel Michi recuerda a su compañero, habla de la necesidad de seguir haciendo memoria y de qué le pasó cuando vio la película.

A 25 años del crimen de José Luis Cabezas, este jueves se estrena El fotógrafo y el cartero: el crimen de Cabezas, una película documental basada en el caso del reportero gráfico asesinado. Presentado por primera vez durante en el último BAFICI, el film estará disponible a partir del jueves 19 de mayo en Netflix.

Mediante material de archivo y testimonios exclusivos, la investigación relata el asesinato del fotógrafo de la revista Noticias, ocurrido en 1997 en un balneario de Pinamar, y su vínculo con el autor intelectual del crimen, Alfredo Yabrán. El verano anterior, Cabezas había conseguido la fotografía del misterioso y cada vez más poderoso empresario postal caminando por la playa. El caso conmovió a todo el país y arrojó luz sobre el contexto de impunidad que se vivía en el poder de la década de los noventa. 

El documental es dirigido por Alejandro Hartmann y producido por Vanessa Ragone, quienes también trabajaron juntos en la realización de la serie de Netflix Carmel: ¿Quién mató a María Marta? La película cuenta con la participación de los compañeros de Cabezas en la revista Noticias: Gabriel Michi, Edi Zunino y Hugo Ropero. Además de testimonios del exgobernador de la provincia de Buenos Aires Eduardo Duhalde; del juez Mariano Cazeaux; del abogado Alejandro Vecchi; del empresario Oscar Andreani; el abogado y asesor legal de Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina ARGRA Miguel Gaya; la investigadora y docente Cora Gamarnik, el fotoperiodista y docente Julio Menajovsky; el entonces comisario inspector Jorge Gómez Pombo; Gustavo González, uno de los condenados por el crimen; Manuel Lazo, uno de los tres periodistas que tuvieron acceso al cuerpo de Yabrán y los periodistas Lorena Maciel y Ricardo Ragendorfer, que cubrieron el proceso y el juicio por el asesinato.

En diálogo con ANCCOM, Gabriel Michi reflexiona sobre el estreno y los 25 años de lucha y memoria. El periodista y licenciado en Comunicación Social (UBA) escribió y publicó el libro Cabezas. Un periodista. Un crimen. Un país. Actualmente se desempeña como columnista en temas internacionales en C5N, además de ser el creador y director de Mundo News.

¿Cómo te llegó la propuesta de participar en la película?

Me llamó hace más de año y medio el director y me pidió tomar un café. Estuvimos charlando y ahí me contó que estaba con la idea de hacer este documental. Me preguntó si yo podía dar mi testimonio, le dije obviamente que sí. También me consultó qué testimonios no podían faltar. Después me fueron consultando a lo largo de la producción cosas puntuales de la causa, de hechos que nosotros habíamos vivido con José Luis. Como yo tengo prácticamente toda la causa en la cabeza y todo lo que vivimos juntos, me consultaron en varios tramos mientras estaban realizándolo.

¿Cómo fue ver el estreno del documental?

Yo salí con un nudo en la garganta terrible. Revivir muchas de las cosas que padecimos en su momento durante y todos estos 25 años también fue muy fuerte. Me conmovió mucho ver a los padres de José Luis que fallecieron hace unos años, ver toda esa pelea que estuvieron dando por justicia y lo que sufrió esa familia. Porque incluso, entre las imágenes, apareció mi hermana que nos acompañó mucho tiempo en la lucha y que falleció hace un par de años. Más allá de lo de José Luis me pegó por ese lado. Incluso, en una parte del documental ellos hacen un juego entre lo que yo decía hace 25 años, cuando fue el crimen, y conmigo ahora. Era una continuidad del relato, pero con muchos años de diferencia. Vi el paso de estos 25 años en mi vida en ese juego cinematográfico. Fue recontra movilizador. Estaba en el cine, con varios compañeros de Noticias de aquella época, todos salieron muy conmovidos.

¿La familia de José Luis vio la película?

No, ellos están viviendo en España. No pudieron estar para el estreno, pero seguramente ahora la van a poder ver. Yo incluso hablé con la viuda de José Luis y le expliqué que era fuerte. Le dije que si miraban el documental traten de verlo todos juntos, en familia. Les aconsejé que no la vieran solos porque es muy dura y sé que va a ser muy movilizador para ellos también.

Escribiste y publicaste tu libro sobre el caso para el 20 aniversario ¿qué diferencia ves ahora que pasaron cinco años más?

Principalmente, la diferencia con la situación legal de los asesinos ya que están todos libres. Con el paso del tiempo nos enteramos, por ejemplo, que el asesino de José Luis, el expolicía, estaba ejerciendo como abogado cuando supuestamente no podría tener la matrícula habilitada porque no terminó de cumplir su condena a pesar de que está en libertad. También cosas que tienen que ver con la vida. El 24 de noviembre pasado nació el primer nieto de José Luis y cuatro días después, el 28 de noviembre, hubiera cumplido 60 años. Fue muy movilizador todo ese momento. Cosas que ocurrieron en estos años.

El documental tiene una parte que rescata al José Luis persona y al fotógrafo, pero también retrata muy claramente el país en aquel momento, así como también las pujas de poder en torno a este crimen.

Gabriel Michi

¿Hay alguna parte que destaques del film?

El documental tiene una parte que rescata al José Luis persona y al fotógrafo, pero también retrata muy claramente el país en aquel momento, así como también las pujas de poder en torno a este crimen. Lo sitúa históricamente y cómo se relacionó este caso con el contexto histórico y político. La guerra entre Eduardo Duhalde y Carlos Menem, entre otras cuestiones.

¿Cómo era trabajar con José Luis?

Él era una persona muy especial. Un tipo muy divertido, solía hacer bromas todo el tiempo, pero tenía un carácter difícil, era muy cabeza dura. Pero después de cubrir tantas temporadas juntos, nos conocíamos de memoria entonces nos sabíamos manejar los tiempos del uno y del otro. Él era muy familiero e hincha de Independiente como yo, compartimos esa misma pasión. Como profesional era muy detallista. Muy obsesivo con el trabajo. Tenía por un lado la calidad del fotógrafo artístico y, por otro lado, la destreza del reportero gráfico de batalla que necesitaba la foto de ese momento único, en él se cruzaban esas dos variables. Lo otro que a mí siempre me sorprendió es la capacidad de convencimiento que tenía sobre las personas que entrevistamos para hacerlos hacer lo que él quería. Desde Ernesto Sábato posando con una pintura naif en plena Plaza Lavalle u Oscar Andreani vistiendo el traje de cartero de su empresa. Esas cosas las lograba José Luis, porque tenía un poder de convencimiento para lograr el objetivo que él buscaba. La verdad que era un gran fotógrafo y un gran tipo.

¿Por qué es importante seguir hablando del caso?

Primero es importante porque toma una dimensión internacional al ser presentado en una plataforma como Netflix, es volver para instalarlo internacionalmente. Pero fundamentalmente para mantener viva su memoria., para que se recuerde que acá en la argentina asesinaron a un periodista en democracia. Que lo mataron por cumplir con su trabajo, que tuvo un mensaje mafioso de silenciamiento, coordinado por un empresario vinculado con el poder, como era Alfredo Yabrán. Que participaron en ese asesinato sus custodias, la policía de la Provincia de Buenos Aires, delincuentes que trabajaban para la policía, y además el poder político del gobierno de Menem que lo intentó encubrir. Que el caso reveló un país que estaba oculto. También me parece clave que lo conozcan las nuevas generaciones, que los jóvenes sepan esta historia. Aquellos que tal vez pensaban que hechos como estos ocurrieron solo en dictadura, sepan que en democracia también pasaron. Y que fue el enorme compromiso de la sociedad, de los periodistas y de los medios de comunicación lo que ayudó a que este caso no quede impune.

¿Qué debates va a traer el estreno del documental?

Está bueno que se reactive un poco la discusión sobre el rol que el periodismo tiene en una sociedad, cuando ese rol se asume con responsabilidad y con compromiso, en búsqueda de la verdad. En lugares como la carrera de Comunicación sé que estos debates están siempre, pero está bueno que vuelvan a aparecer el tema de la rigurosidad en la información, en tiempos donde prevalece la desesperación por ir detrás de la primicia sin chequear la información y sin la profundidad que merece. Reinstalar la discusión sobre el periodista y la prensa en general frente a esta sociedad. Y cómo, a veces, asumir el rol que debemos tener implica ciertos riesgos por lo que vale la pena dar la pelea, porque si no ganan los malos ¿no? Esa es la conclusión.

El catamarqueño que dibujó a Zelenski

El catamarqueño que dibujó a Zelenski

En las últimas semanas se publicó en Estados Unidos un cómic biográfico sobre el presidente de Ucrania Volodimir Zelenski que tuvo repercusión mediática a nivel mundial. Su dibujante, el argentino Pablo Martinena, relata cómo fue el proceso de producción y reflexiona sobre su trayectoria profesional. Entrevista publicada el 30 de mayo de 2022.

La editorial norteamericana Tidal Wave Productions lanzó el pasado 18 de mayo «Political Power: Volodymyr Zelensky», una historieta que cuenta en 22 páginas la vida del sexto presidente de Ucrania, uno de los protagonistas actuales de la geopolítica mundial a raíz de la guerra con Rusia. Desde que se encuentra disponible para la venta, Pablo Martinena no para de recibir mensajes, no solo de periodistas argentinos sino también de diferentes partes del mundo.

¿Qué te pasó por la mente cuando te dijeron que tenías que ilustrar la vida de Zelenski?

Me pareció un lindo desafío. Yo vengo realizando con esta editorial estos tipos de títulos porque es la propuesta que tiene el sello Tidal Wave: presentar a los lectores adaptaciones a formato de comics sobre la vida de celebridades de diferentes ámbitos, sea cultural, deportivo, político, espectáculo, la realeza, religiones. Me han tocado figuras más controversiales que otras y en esta oportunidad Zelenski, que viene teniendo mucha notoriedad a nivel mundial por todo lo que está pasando.

¿Cómo fue el proceso de creación?

Cada vez que saca un nuevo título, el sello editorial conforma un grupo creativo de trabajo. Al guion en esta oportunidad lo hizo el estadounidense Michael Frizell, con el cual ya trabajé en otros títulos anteriores. Tiene la particularidad de que cuando hace el guion también es proveedor de mucho material. Tenemos barreras idiomáticas, entonces para un mejor entendimiento, él me suele proveer de links para ver páginas y entrevistas. Lo que suelo hacer para tener una referencia más puntual de la persona a la que estoy por ilustrar es hacer un estudio de sus gestos: un tic de levantar la ceja, fruncir el ceño, mover la boca para un costado o para el otro, la posición de las manos, el cuerpo. Entonces, una vez que tengo todo eso trato de trasladarlo a las diferentes páginas. También, siempre lo que tratamos es, lo que es habitual al principio de una serie o una película, mostrar un entorno para que vos sepas que la historia va a ocurrir en tal lugar. Entonces, cuando empezamos a contar la vida de Zelenski nos ubicamos en su ciudad natal y vemos cómo se desarrolló, dónde fue su juventud y a lo qué él apuntaba y cómo estaba Ucrania en ese momento. Y así, de elegir la carrera de actor y comediante, apostar y prepararse para eso y después pasar a lo analítico, exige una preparación de cómo vas a colorear eso para que se transmita emocionalmente el devenir del lado de la comedia y pasar a algo más serio como es estar al frente y representar un país con todas las problemáticas que viene teniendo.

¿Se puede ser neutral en el armado de estas biografías?

Por más neutral que tratemos de ser, vos vas a sacar tus opiniones y eso es lo que a nosotros nos interesa en estos títulos, que no sea tan solo un entretenimiento. Es para todas las edades porque para un chico esto es una herramienta didáctica, como para que vaya formándose y tome sus opinions. Por supuesto, tratamos de que no sean inducidas. Ayudamos a recopilar la información y brindarla resumida, presentada en este formato, en esta forma de relatar que tienen los comics y de que pueda tomar una lectura cualquier edad, cualquier género.

De Catamarca al mundo

Martinena trabaja desde el año 2000 en la editorial estadounidense. Desde entonces, y sin salir de su provincia natal, participó en la ilustración de biografías de otras figuras internacionales como Nelson Mandela y Margaret Thatcher, e incluso argentinos como Maradona, Messi y el Papa Francisco.

¿Es la primera vez que vivís esta repercusión mediática?

La tuve en otras oportunidades porque me tocó hacer la vida de los príncipes William y Harry en el momento que cada uno de ellos hacía su boda. La verdad ha sido un boom en el cual no había hora en que parara de sonar mi celular. Lo más importante de esto es que todos al mismo tiempo, el guionista, el editor y el resto que conforma el equipo, tenemos reportajes pero hay como una preferencia a que sea el dibujante el que dé la nota. Por un lado para mí es emocionante porque estoy hablando de lo que trabajé y me llama la atención que a la gente le interese eso.

¿Nunca te propusieron irte a vivir a Estados Unidos?

La practicidad que tienen hoy las comunicaciones permite trabajar desde donde estemos o queremos. Ellos me dicen que sería bueno estar cerca pero la verdad que también es bueno estar así. Si así conseguimos cosas, que siga funcionando de esa forma. Me parece un poco «tirado de los pelos» decir que porque me va bien en algo me deba ir a otro lado sin pensar un poquito en el futuro. También estoy arraigado porque tengo mi familia, todo eso hace que todavía siga trabajando desde Catamarca.

¿Qué pensás de que te haya tocado hacer cómics biográficos de Maradona, Messi y el Papa Francisco?

Las ironías de la vida. Que le toque a un argentino retratarlos y que no me haya tocado solo uno sino tres argentinos, es una linda locura. Mientras hacés tu trabajo estás sonriendo, estás con toda la buena energía. Es una linda sensación por todo eso que te remonta. O sea a Messi y Maradona lo asociás con esa energía que uno experimenta en un partido de fútbol, que son gladiadores en el césped consiguiendo sus victorias y todo lo que conlleva eso. Tanto mi actividad como la de ellos es una preparación constante, tenemos que entrenar, tenemos que aprender. Estamos expuestos a que siempre va a haber un público que va a pretender lo mejor en cada presentación que uno da.

Reconocimientos y producción local

En 2011, el Concejo Deliberante de la capital catamarqueña le otorgó a Martinena la medalla de «Distinción al Mérito San Fernando» por su amplia trayectoria. Luego, tomó la idea del formato cómic biográfico para hacer sus propias versiones de figuras históricas de nuestro país. Para ello creó la editorial Nexo ediciones, en donde publicó Felipe Varela:Batalla del Pozo de Vargas y Fray Mamerto Esquiú: Laetamur de Gloria Vestra. Dichas producciones fueron distinguidas en 2016 por su aporte cultural.

¿Cuál es el objetivo de ilustrar personajes locales?

Nexo ediciones trata de adaptar a este formato nuestras figuras nacionales y provinciales. Me interesa más que nada difundir las figuras del norte. Creo que tenemos mucho sobre Belgrano, San Martín y Sarmiento. También hay otras figuras del interior a las que hay que tener en cuenta, valorar y, como dije, sacar conclusiones propias.

¿Qué se siente que tus trabajos sean reconocidos?

Siempre son gratas satisfacciones pero para mí no es trabajo, todo esto es en base a una pasión que tengo. He tenido la oportunidad de ser invitado a escuelas y estar frente a alumnos. Les hablo y veo que quedan con ganas de saber más. Después ellos solitos se contactan conmigo y me dicen: «Mire yo leí tal libro porque eso me motivó a querer aprender un poco más». Eso lo considero gratificante como reconocimiento, más allá de lo que pueda ser una placa o una distinción de estas que suelen darme. No es tan solo reconocerme a mí sino motivar a otras personas.

¿Qué debería saber el lector de tu trabajo que no sabe?

Siempre se habla de los resultados positivos pero detrás de esto hay horas sentado frente a un tablero. También es estar abierto a críticas. Si yo hago un dibujo, no le puede gustar a todos pero lo importante es que a vos te genere una reacción, sea positiva o negativa. Para mí eso es lo importante porque sé que he llegado a vos, te has detenido a leerlo o a analizarlo. Creo que lo más fiero que te digan es «no sentí nada». Para mí eso es de preocuparse porque no te llegué de ninguna manera, entonces ahí es para replantearse.

«Tuvimos 2.500 incendios diarios»

«Tuvimos 2.500 incendios diarios»

Sofocados los incendios en Corrientes, Bruno Lovinson, subdirector de Defensa Civil, explica por qué el fuego arrasó con el 11 por ciento de la provincia. Entrevista publicada el 16 de marzo de 2022.

Bruno Lovinson, se desempeña desde 2009 como jefe de cuerpo activo de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Paso de la Patria. Al año siguiente asumió como subdirector de Defensa Civil de Corrientes. De camino al interior de la provincia, en diálogo con ANCCOM, afirmó que el pasado jueves 3 de marzo se reiniciaron algunos focos que, estiman, son rezagos de los incendios anteriores. Sin embargo, asegura que ya están controlados. Ya quedan quedan pocos brigadistas y se está pactando la desmovilización de la totalidad.

 

 

¿Cuáles fueron las zonas más afectadas?

Comprenden los departamentos de Ituzaingó, Santo Tomé, Alvear, San Miguel, San Luis del Palmar, Santa Rosa y Concepción. Son más de 680.000 hectáreas, el 11% de la superficie total de la Provincia.

 

Entre las causas se habla de una sequía que lleva más de tres años pero también se sospecha de incendios intencionales. ¿Qué pasó realmente?

La verdad es que hay una falta acumulativa de lluvias de mucho más que tres años. Nosotros tenemos, por ejemplo, entre 1.800 y 2.000 milímetros de lluvia anuales, pero en los últimos años no superaban los 400 o 500 milímetros. Aparte de eso, tenemos todas las cuencas del Río Uruguay y del Paraná muy por debajo de los niveles normales. Eso obviamente contribuye al estado de sequía, pero los incendios no arrancan solos. Hay algunos que son accidentales como se ha detectado, por ejemplo, en un cortocircuito en una línea. Ahí se generaron los primeros incendios que afectaron a Ituzaingó. Pero después en general, tuvimos 2.500 incendios diarios y esos no se dieron de casualidad.

 

¿Se sabe el motivo de los incendios intencionales?

Más que nada, hablando un poco con la gente del campo, esta no es época de quema de pastura porque si queman en este momento los animales se quedan sin alimento hasta prácticamente noviembre. Generalmente, la fecha de quema está comprendida entre agosto y septiembre, más o menos de cada año. Sí entendemos que se produjeron algunas negligencias por quema de basura o de otro tipo de desperdicio que hicieron tener este tipo de incendio. Estamos hablando de la minoría y tenemos aproximadamente unas 90 causas abiertas y 100 personas detenidas. Todavía la justicia está investigando cuál es el origen de todo este desastre.

 

 

¿En caso de haberse sancionado la Ley de Humedales -de la cual la Legislatura de Corrientes se declaró en contra – podría haber ayudado a evitar los incendios?

Estimo que sí. Si decimos que la mayor cantidad de incendios se dieron en la zona de la reserva, en la zona de los Esteros del Iberá, por supuesto que eso a lo mejor hubiera prevenido algo de esta catástrofe pero estamos hablando de una situación muy amplia.

 

¿Quiénes se ofrecieron a asistirlos?

Buenos Aires, CABA, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, San Juan, San Luis, Tucumán, Jujuy, Santiago del Estero, Chaco y Neuquén. Esas son las provincias que más participación tuvieron enviando brigadistas. Brasil estuvo con un cuartel que está en San Borja, limítrofe con Santo Tomé. Ellos estuvieron colaborando varios días. Hubo acuerdos de ingreso con Francia, por ejemplo, que iban a movilizar equipos y algunos países de la Unión Europea que también se pusieron a disposición de la emergencia, de la misma forma que lo hizo Estados Unidos. A su vez, se presentó una brigada de 80 personas de Bolivia que partieron de regreso a su país el lunes pasado.

 

¿En este caso en qué influye la bajante del Río Paraná?

Mucho, pero también puede ser el Río Uruguay. Todos los ríos internos que nacen en los afluentes importantes como el Paraná están bajos. Si el Río Paraná está bajo, también los ríos internos. Por lo cual si estos últimos tienen muy poca agua, todos los campos a través de sus humedales, lagunas, esteros y bañados también van a estar bajos, lo que va a hacer que la capa freática se vaya mucho más abajo y no haya traslado de agua en el campo.

 

¿Cuánto tiempo estiman que van  a tardar en recuperarse las pérdidas de producción y el ambiente natural?

Todo lo que es pastura para alimento de animales se estaría recuperando en menos de un año. Lo relacionado a bosques nativos y plantados va a demandar aproximadamente entre diez y quince años, por lo menos. Ahora en lo que es la fauna tendríamos que hablar que por lo menos va a demandar unos diez años para restablecer la población de animales. La mayoría son animales autóctonos. El ganado en pie va a demandar mucho más tiempo, hay reproducción continúa, es decir que en tres o cuatro años habría nuevamente en la zona donde se ha perdido.

 

¿Se determinó cuánto es la pérdida que sufrieron las diversas industrias?

No, creo que todavía estamos lejos de hacer un estimativo. Primero, porque la emergencia finalizó hace pocos días. Hay que hacer una evaluación de daños mucho más amplia de la que se está haciendo hoy, de daños sobre poblaciones, sobre redes de agua. Estimo que después de eso va a venir la parte productiva, se van a ir pasando etapas para saber o estimar un daño total general que dejó esta catástrofe.

 

¿En qué zonas todavía permanecen los brigadistas?

Hay una estación, una base que se convocó en San Miguel, en la escuela rural agrotécnica EFA. Ahí está concentrado todo el grupo mayoritario de los brigadistas y es hoy la única base operativa en donde todavía están los pertenecientes al Plan Nacional del manejo del Fuego, algunos de las fuerzas de seguridad y fuerzas armadas como Ejército y Policía Federal.

Tuiteando #ElonMusk

Tuiteando #ElonMusk

“Hay una percepción muy clara de que Musk está demasiado cerca de Trump y va a cambiar mucho la lógica de intervención de la plataforma”, asegura Ernesto Calvo, uno de los mayores estudiosos del funcionamiento de la red del pajarito. Entrevista publicada el 29 de abril de 2022.

La compra de Twitter por parte de Elon Musk, el multimillonario fundador de Tesla y SpaceX, que pagó 44.000 millones de dólares para hacerse de la red, reavivó los debates sobre el funcionamiento de la plataforma. En diálogo con ANCCOM, Ernesto Calvo reflexiona sobre el nuevo escenario y los vínculos complejos que se dan entre redes sociales, agenda política, libertad de expresión y moderación de contenidos.

¿Qué análisis hace acerca de la compra de Twitter por parte de Elon Musk?

Twitter quedó entre la espada y la pared. La Junta Directiva no estaba interesada en venderlo. Legalmente, en Estados Unidos si hay una compra muy ventajosa para los accionistas de una compañía y esa compañía la rechaza se le puede hacer juicio. El principal problema que tenía la Junta Directiva era que, en principio, varios de los accionistas que podían hacerle juicio estaban bastante alineados con Musk, con Trump y con la derecha de Estados Unidos. Sé que a la mayoría de los que están dentro de Twitter no le gusta ni medio. Hay una percepción muy clara de que Musk está demasiado cerca de Trump y va a cambiar mucho la lógica de intervención de la plataforma. Y dado que Twitter no cura el muro en forma tan extensa como Facebook, la influencia más grande no es tanto en los algoritmos como en el cambio de la política respecto de cuáles cuentas pueden participar y cuáles son las restricciones.

En función del mapeo que hace de la plataforma, ¿cuál es la característica que la define en relación a todo el ecosistema de plataformas virtuales y cómo influye Twitter en la agenda política y en los procesos de formación de opinión pública?

Creo que el chiste en general es que Twitter es política nacional y Facebook política local. Facebook es mucho más grande, tiene casi seis veces la participación, la conectividad y la base usuaria que tiene Twitter. Así que Facebook tiene mucha más circulación de data. Pero lo cierto es que en los medios de comunicación tradicionales, como los diarios o la televisión, uno ve constantemente un tweet de Musk o de Trump y no un posteo de Facebook. La influencia política de Twitter es muy alta. La gente dice que Twitter solamente tiene una base usuaria de 6 a 10%. Es cierto. Pero, ¿qué medio de comunicación existe a nivel nacional que tiene una base usuaria del 6 a 10% de la población? Entonces, el nivel de influencia política que tiene Twitter es muy alto, porque tiene muchísima penetración en los medios tradicionales y porque amplifica muchísimo el consumo que hay de los medios tradicionales. Hay mucho más uso de los posteos de Twitter en los medios tradicionales que de los posteos de Facebook. Entonces, en el impacto mediático es grande. 

¿Qué cambios se pueden esperar ahora que está en manos de Elon Musk?

Mucho de hacia dónde va en el futuro va a depender de qué es lo que sucede con las multiplataformas. Hay muchas migraciones de plataformas, hay mucha fragmentación. Así que es una inversión arriesgada para Musk. Está invirtiendo en una plataforma cuyo capital es básicamente gente. Y si bien con 6 a 10% de participación en países grandes la cantidad de gente que tiene no es pequeña, pueden aparecer nuevas plataformas y que el capital que está invirtiendo termine dilapidándose. Veníamos analizando con colegas el tema de la migración de la derecha a plataformas como Parler. Ahora vamos a ver también si hay migración fuera de Twitter, si empieza hacer cambios de política que sean complicados. 

¿Qué implica convertir los algoritmos en “fuente abierta, vencer a los bots de spam y autentificar a todos los humanos”?

No mucho. El cambio más importante que puede ocurrir tiene que ver con qué cuentas están autorizadas. Twitter ya tiene una base algorítmica muy liviana comparada con Facebook. La capacidad que tiene Twitter de concentrar información o de desviar información que uno no quiere ver es bastante baja.  Ha ido aumentando. Antes uno veía el muro que tenía enfrente y era casi con exclusividad de gente que uno seguía. Después aumentó la cantidad de publicidad que estaba intermediando entre tweet y tweet. Después aumentó la cantidad de recomendaciones que eran justamente contra actitudinales, o sea que no venían del grupo propio, como formas justamente de diversificar el muro. Entonces, en este momento el muro es más ruidoso. Porque tiene el muro que viene de aquello que uno está siguiendo y después una cantidad de intervenciones tanto publicitarias, como políticas, como mediáticas. ¿Qué es lo que puede hacer Musk? Puede intensificar un poco más para que se ensucie más el muro, o puede depurarlo un poco más para que aparezca la señal más nítida de aquellos que seguimos. Pero eso no va a cambiar tanto la experiencia de usuario que tiene la gente como el hecho de que se admitan ciertas cuentas que ahora están restringidas como la de Trump y gran parte de las cuentas más agresivas republicanas. Es mucho más complicado el efecto en Estados Unidos. Lo que significa la reinstalación de las cuentas que fueron prohibidas en Estados Unidos cambia el espacio político mucho más que lo que uno vive en otros países. Entonces en Estados Unidos creo que es donde el efecto de la compra de Twitter se va a notar de forma más dramática. 

«Todo el esfuerzo para limitar los discursos de odio va a disminuir», advierte Calvo.

¿Qué intereses se ponen en juego detrás de la promesa de Musk de garantizar mayor libertad de expresión en la plataforma? ¿Cuál es el trasfondo? 

Twitter no tiene muchas restricciones, salvo las que tienen que ver con las cuentas que fueron dadas de baja. Todo el esfuerzo para limitar los discursos de odio va a disminuir. Eso es lo que todos anticipan. Si no tuviera efecto políticamente ventajoso para la derecha no lo estaría comprando.

¿En qué medida la llegada de Musk a Twitter puede acelerar la modificación de la Sección 230 de la Ley de Decencia de las Comunicaciones de Estados Unidos?

Sería muy difícil que la puedan eliminar y que no quiebren las plataformas. Si eliminan la 230 y no la reemplazan con algo que sea equivalente, el valor de mercado de Twitter caería en picada. Es interesante, por un lado, la amenaza de eliminar la 230 viene justamente de Trump en el momento en el cual lo que trató fue condicionar a la plataforma para opinar políticamente. Porque la plataforma había empezado a presionar sobre el tema de la desinformación que estaba circulando el Partido Republicano. El tema de la 230 no sale a nivel político porque lo estén pidiendo los organismos de derechos humanos o los organismos periodísticos. Sale porque Trump lo pone sobre la mesa como una forma de presionar a Twitter por el tema de las restricciones que la plataforma está imponiendo con las etiquetas a las desinformaciones del partido republicano. Pero que las plataformas sean responsables por los contenidos que publican sus usuarios sería insostenible. Imaginate que vos pudieras hacerle juicio a Facebook o Twitter porque hay una amenaza a nivel personal que es producida por un tercero. Ahí estás obligando a la plataforma a que intervenga mucho más activamente para censurar el discurso que circula en las redes sociales porque ahora la plataforma pasa a ser socia de cualquier discurso de odio, por ejemplo, cualquier desinformación. Sería imposible operar esas plataformas sin la 230 salvo que introduzcan mecanismos de sanción, de restricción y de moderación de contenidos muchísimos más intensos. Es interesante que la amenaza de eliminar la 230 produce exactamente lo opuesto a lo que está diciendo que se hace. Están diciendo que eliminar la 230 es una forma de presionar para que la plataforma sea más abierta y que modere menos, y al mismo tiempo eliminar la 230 significa que la plataforma no tiene opción salvo moderar gran parte del contenido. Es lo opuesto políticamente a lo que se está diciendo.

¿Cómo se articula la libertad de expresión con el control de la violencia coordinada y los discursos de odio que vemos tan frecuentemente en las plataformas? ¿Cómo ve el escenario regulatorio actual?

Fijate la cadena, la mitad de la gente presionando para que la libertad de expresión aumente y que sea más transparente cómo se modera. La otra mitad presionando para que se evite la circulación de discursos de odio y otras formas de violencia digital. Esas dos cosas son totalmente incompatibles. Aumentar la cantidad de restricciones que limitan los discursos de odio, que yo estoy cien por ciento de acuerdo, implica al mismo tiempo restringir la libertad de expresión de la plataforma. Es super complicado el tema de la regulación. Para mi no hay forma de no moderar las plataformas. No es viable tener plataformas en las cuales está autorizado el discurso de odio contra mujeres, minorías… Para mí no es una opción. El discurso de odio no es lenguaje protegido. Pero ahí tenés el problema de cuáles elementos identifican discurso de odio y qué es lenguaje protegido. La única forma en la cual uno puede tener mecanismos de moderación que no están delegados en las plataformas, es teniendo organizaciones sociales y de gobierno que estén trabajando con las plataformas, en el centro de moderación de las plataformas. No me sirve eliminar un posteo de Facebook o un tweet que contenga discurso de odio una semana después. La única forma de hacer cualquier tipo de regulación es trabajar con las plataformas para poder en tiempo real definir las prioridades de moderación de contenidos de manera conjunta. Por eso, siempre he abogado mucho que haya una coordinación entre ONG, plataforma y gobierno. No para regular sino para producir dentro de los lugares de moderación una coordinación entre interés público, organizaciones sociales y plataforma. Si consideramos que la libertad de expresión es una libertad de expresión que tiene o no limitaciones, esa es la discusión de fondo. Si uno piensa que el discurso de odio es lenguaje protegido, como cualquier otro discurso, entonces no tenés problema. Tenés simplemente plataformas que no necesitan moderar nada. Dejas que todo pase. Si hay contenidos que hay que moderar entonces ahí el problema es técnico. Aun si el gobierno y las ONG tienen nociones claras de qué es lo que tiene que ser moderado para que sea limitado, tenés que poder hacerlo en tiempo real. Y hacerlo en tiempo real significa que tenés que hacerlo desde las plataformas. Ahí viene la discusión interesante y eso no es exactamente regulación. Por eso es que regulación es una palabra tan inadecuada. Una vez que la pusiste quedó vieja. Vos pones una regulación y una semana después tenés usuarios que producen contenido que no es afectado por la regulación y que viola el espíritu de la ley. Entonces migras el discurso de odio y lo transformas en otra cosa, la regulación quedó vieja. La moderación ocurre todo el tiempo en tiempo real. Para poder hacerlo tenés que tener gobiernos, ONG y plataformas pudiendo ajustar en tiempo real.

«Las desapariciones en democracia no reconocen grieta partidaria»

«Las desapariciones en democracia no reconocen grieta partidaria»

La periodista Adriana Meyer, autora del libro «Desaparecidos en democracia», analiza la violencia institucional. Desde la asunción de Raúl Alfonsín, hubo 218 casos de personas sobre las que no se supo más sobre su paradero y las fuerzas del Estado son sospechosas.  Entrevista publicada el 5 de abril de 2022.

Al momento de la publicación del libro Desaparecer en democracia, en septiembre de 2021, eran 218 las víctimas de desaparición forzada en todo el país desde la vuelta de la institucionalidad al país, una lista que se inauguró solo 14 días después de la asunción de Raúl Alfonsín, en diciembre de 1983. Algunas historias tuvieron repercusión mediática, entre ellas, las de Natalia Melmann, Marita Verón, Jorge Julio López, Luciano Arruga, Santiago Maldonado y Facundo Astudillo Castro; otras,  como las de Paola Andrea Caruso y Nicolás Escobar, pasaron casi inadvertidas. La autora del volumen publicado por Marea, la periodista y docente Adriana Meyer, recorre  todos los casos registrados por la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) y analiza en profundidad el entramado de esta problemática.

¿Qué la motivó a escribir el libro?

Con los casos de Luis Espinoza y Facundo Astudillo, quienes perdieron la vida con la excusa del cuidado en pleno ASPO, sentí que algo fallaba y me surgió la necesidad de escribir este libro, por ellos y por todas las personas desaparecidas en democracia.

De acuerdo a su análisis de las desapariciones forzadas a lo largo de estos casi 40 años de gobiernos constitucionales, ¿qué diferencias y similitudes encontró entre las desapariciones de la dictadura y las cometidas en democracia?

La desaparición forzada en democracia no tiene sistematicidad en el sentido estrictamente cuantitativo, es decir que el número de víctimas es mucho menor: hasta el momento se han registrado alrededor de 218 casos, mientras que la última dictadura dejó 30.000. Con el período constitucional abierto en 1983, los secuestros pasaron a ser más ocultos, probablemente porque la sociedad no lo toleraría, a diferencia de lo que ocurrió en manos del terrorismo de Estado. Ahora bien, este delito es sistemático en cuanto a la metodología que utiliza, que es muy similar a la de la dictadura: los golpes, las torturas y los asesinatos. En las comisarías es cotidiano encontrar a la policía torturando pibes y a un porcentaje de ellos los desaparecen porque “se les fue la mano”. 

La desaparición forzada en democracia no tiene sistematicidad en el sentido estrictamente cuantitativo. Ahora bien, este delito es sistemático en cuanto a la metodología que utiliza.

Adriana Meyer

¿Por qué sostiene que “las desapariciones en democracia no reconocen grieta ideológica o partidaria”?

No se puede pensar la desaparición forzada simplemente como un hecho aislado. Se trata de un delito complejo sostenido por una política estatal represiva que es común a todos los gobiernos, no hay diferencias ideológicas. Recuerdo que en la tercera marcha por Santiago Maldonado en Plaza de Mayo, Norita Cortiñas me hizo abrir los ojos cuando dijo: “En todos los gobiernos hubo desaparecidos, que cada uno se haga cargo”. Si observamos los números, cada administración tuvo una cantidad de desaparecidos proporcional al tiempo que estuvo en el poder.

¿De qué se trata esa política estatal represiva?

El Estado es parte del delito de desaparición forzada con los múltiples recursos que utiliza para dificultar que se puedan esclarecer los casos. Me refiero a una cadena de encubrimientos de todo el aparato estatal: el policía mata y desaparece el cuerpo porque sabe que tiene al fiscal que lo va a encubrir y al juez que le va a permitir participar de las primeras investigaciones, en lugar de apartarlo inmediatamente. Es lo que hicieron el magistrado Alberto Baños y el fiscal Santiago Vismara en la desaparición de Arshak Karhanyan, cuando dispusieron la intervención de la Policía de la Ciudad en las pesquisas iniciales. Lo mismo ocurrió cuando el fiscal (Nota de la r: Santiago Ulpiano Martínez) dejó que la Bonaerense realizara toda la primera parte de la instrucción durante la búsqueda de Facundo Astudillo Castro.

¿No es una irregularidad que una fuerza de seguridad investigue un caso en el cual se encuentra sospechada?

Exacto. El Artículo 194 bis, incorporado al Código Penal de la Nación por la Ley 26.679 de Delitos contra la Libertad, sancionada y promulgada en 2011, que tipificó el delito de desaparición forzada, establece expresamente que “el juez, de oficio o a pedido de parte, deberá apartar a las fuerzas de seguridad que intervengan en la investigación cuando de las circunstancias de la causa surja que miembros de las mismas pudieran estar involucrados como autores o partícipes de los hechos que se investigan, aunque la situación sea de mera sospecha”. Por otra parte, existe una acordada de la Corte Suprema que prohíbe taxativamente a La Bonaerense investigar delitos cuando ella es sospechosa.

¿Cómo sigue la cadena de encubrimientos?

El otro eslabón de la cadena de encubrimientos son los forenses y las morgues. Lo pudimos observar cuando el médico Gustavo Lafourcade, que le realizó la primera autopsia a Florencia Magalí Morales,  no informó sobre las múltiples lesiones que presentaba el cuerpo y que podían revelar las torturas a las que había sido sometida. También cuando el fallecido forense José Patitó estimó que Luciano Arruga tenía entre 25 y 35 años, antes de que lo sepultaran como NN en el cementerio de Chacarita. Pero el pibe tenía 16 años. Entonces, ¿cómo lo iban a encontrar? Por si fuera poco, no mencionó la rotura de costillas, que era la prueba de que había sido torturado antes de su desaparición. Las morgues judiciales son un agujero negro donde el encubrimiento no es una excepción, sino la regla, por eso se repiten tanto estos casos. Como dijo la experta Virginia Creimer: “Cuando entra un NN, un pibe pobre, no miran el cuerpo destrozado, lo dejan pasar de largo”.

¿Qué casos le impactaron especialmente?

El caso de Alejandrito Flores, de 5 años, desaparecido el 16 de marzo de 1991 en la ciudad cordobesa de Río Cuarto. El nene le había pedido a su mamá, Rosa Arias, ir a ver la televisión a casa de una tía que vivía cerca y al cruzar la calle lo atropelló un patrullero. Los agentes, en lugar de llevarlo a un hospital y buscar a la familia, tomaron el cuerpo y acudieron a unas enfermeras amigas, quienes intentaron reanimarlo pero no pudieron. Alejandro murió y los policías decidieron desaparecerlo. Rosa lo buscó por mucho tiempo, se contactó con la Correpi e incluso fue al programa ‘Gente que busca gente’. Los restos óseos del chiquito aparecieron, 17 años después, en una alcantarilla ubicada a 300 metros del lugar de los hechos, gracias a un verdulero que los encontró de casualidad. Otra historia terrible es la de los hermanos Gorosito en la ciudad entrerriana de Paraná. A Elías Gorosito, de 20 años, la policía lo subió a un patrullero el 13 de febrero de 2002 y desde entonces no se sabe nada de él. Elías corresponde al 30% de desaparecidos cuyos cuerpos aún no han sido encontrados. Lionel murió en 1996 bajo custodia policial pero quisieron instalar la versión del suicidio. Por su parte, Jonathan fue detenido en 2002 por estar “borracho” y apareció muerto en una comisaría. Estamos hablando de toda una familia víctima de violencia institucional a la que el Estado no le debe una respuesta, sino tres. Un año y medio después, también en la provincia de Entre Ríos, la policía detuvo a Víctor Balbuena, de 20 años, y a sus amigos a la salida de una bailanta de la ciudad de Concordia. En la comisaría los golpearon y torturaron por horas, y luego decidieron tirarlos en un arroyo. Balbuena murió, pero los otros pibes sobrevivieron y lograron correr hasta encontrar a una vecina, ella los ayudó y pudieron hacer la denuncia. En uno de los peritajes realizados, encontraron un pelo de Víctor en el baúl del patrullero, lo que complicó la situación de los policías. Es uno de los pocos casos de desaparición forzada donde los responsables fueron llevados a juicio y sentenciados a prisión perpetua. En su defensa, los acusados dijeron: “OK, cometimos ese error, pero nuestros superiores hacen cosas peores”.

¿Qué podría decir de la violencia institucional durante la cuarentena?

Dos investigadores del CONICET publicaron un artículo optimista que hablaba de la “policía del cuidado”, pero los hechos demostraron que esa policía no existe. De las 411 muertes a manos de las fuerzas de seguridad, el 70% ocurrieron en la primera etapa del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO)). Esta cifra evidenció que un objetivo noble terminó convirtiéndose en la excusa perfecta para el empoderamiento de las fuerzas represivas, cuyo resultado fue un número exponencialmente alto de muertes y de todo tipo de violaciones a los derechos humanos.

¿Cómo son reguladas las facultades policiales?

Existen normativas de orden supralegal y disposiciones de los organismos internacionales que tienen el objetivo de prevenir las detenciones arbitrarias, que son el paso previo a las torturas y las muertes en las comisarías. En 2003, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sentenció al Estado por el caso de Walter David Bulacio, ordenándole derogar todas las normativas policiales que permiten estas prácticas abusivas, pero no se cumplió. Aún existen leyes y normas de menor jerarquía, utilizadas con frecuencia por los agentes, que generan las condiciones para las aprehensiones arbitrarias y el hostigamiento. Tal es el caso de las reglas de la Policía Federal, que datan de 1955 y 1979, y el Estatuto de la Policía Bonaerense, de la época de Ramón Camps. Hoy, se pueden llevar a un pibe si así lo deciden, por la cara, por no tener documentos, por sospechas. Si eso no cambia, van a seguir habiendo desaparecidos.

 

¿Sirvieron las iniciativas de León Arslanián, exministro de Seguridad bonaerense?

Las purgas que hizo  en la Bonaerense no fueron muy eficaces. Cuando anunció que iban a echar agentes, ese mismo día recibió llamados de casi 50 intendentes del Conurbano. ¿Qué nos está diciendo esto? Que el poder político necesitaba a esa policía. Sinceremos el debate: ¿A quién le sirve este sistema que se carga a jóvenes? ¿Qué mensaje da en los barrios que un pibe que se niega a robar para la policía, termine muerto o desaparecido? Estamos hablando de una fuerza corrupta desde antes de la dictadura. Rodolfo Walsh llamaba a La Bonaerense como la policía del “gatillo fácil” y la “mano en la lata”.

¿Las desapariciones en democracia están en la agenda política?

La izquierda siempre la tuvo en cuenta y actualmente el gobierno nacional también está teniendo una actitud positiva. En febrero pasado, cuando se cumplieron tres años de la desaparición de Arshak Karhanyan, Alberto Fernández y los diputados del Frente de Todos, Victoria Montenegro y Leandro Santoro, visitaron a Vardush Datyvian, la mamá del joven. Ella les agradeció el gesto porque sirvió para visibilizar el caso, pero aún no ha logrado que la reciba Horacio Rodríguez Larreta.

Cuando usted afirma que “desaparecen personas porque pueden”, ¿qué piensa que hace falta para cambiar esta situación?

Los familiares de las víctimas, los organismos de derechos humanos y algunos políticos están luchando contra la impunidad del poder del aparato estatal. Teniendo en cuenta esto, hay que reconocer que tenemos una enorme deuda en materia legislativa, necesitamos una ley integral contra la violencia institucional. En cuanto a las morgues, los expertos del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) plantean la necesidad de crear un registro nacional de personas fallecidas sin identificar y un banco nacional de datos de personas desaparecidas, así como la unificación en todo el país del sistema de procesamiento y protocolos para recolectar esa información.

“En Rusia hay algunas personas muy apáticas y otras con miedo y tristeza”

“En Rusia hay algunas personas muy apáticas y otras con miedo y tristeza”

El historiador Martín Baña, especializado en la Revolución Rusa y las culturas eslavas, da su mirada de la invasión de Putín a Ucrania. Entrevista publicada el 10 de marzo de 2022.

Martín Baña es historiador y experto en Rusia. Se desempeña como investigador en el Centro de Estudios de los Mundos Eslavos y Chinos (CEMECH) de la Escuela de Humanidades (EH). Además, es autor de los libros Quien no extraña al comunismo no tiene corazón y Todo lo que necesitás saber sobre la Revolución Rusa.

Las características de Rusia que lo cautivaron tempranamente se deben al mismo interés por el cual decidió estudiar la carrera de Historia en la Universidad de Buenos Aires: “Me parecía que había que cambiar el mundo. Y cuando descubrí la revolución rusa, que es el primer intento de cambiar radicalmente el mundo que triunfó, me dije ‘acá es donde tengo que estudiar’”, expresó Baña en diálogo con ANCCOM.

Hoy el mundo está cambiando. Rusia lo está cambiando. Por eso ANCCOM dialogó con este especialista.

 

Ucrania y Rusia son de dos países en tensión a lo largo de la historia, ¿a qué momentos claves nos tendríamos que remontar para comprender el conflicto actual?

Hay un país, que es Rusia, que está interesado en Ucrania particularmente. Un elemento central para entender este conflicto es el avance de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) sobre los países de Europa del este y particularmente sobre las ex repúblicas soviéticas. Algunas ya entraron a la OTAN como Letonia, Lituania, Estonia. Eso ya hace dos décadas que viene avanzando y creciendo en un contexto diferente, que era la guerra fría y donde la OTAN se planteaba como una alianza defensiva más que ofensiva.

 

¿Cuál es el rol de la OTAN en este momento?

El rol es avanzar torpemente sobre un territorio que Rusia entiende que es su área de influencia o que, en todo caso, pone en peligro su seguridad nacional. Cuando se disolvió la Unión Soviética en 1991, los líderes de Estados Unidos y Europa le garantizaron informalmente a la dirigencia rusa que la OTAN no iba a expandirse. Pero no hubo un tratado. Entonces el presidente [Vladimir] Putin quiso garantizar que efectivamente eso no vuelva a suceder, así que pidió por escrito que EEUU garantizara el no ingreso de Ucrania a la OTAN y EEUU se negó. Por lo tanto, hay un temor por parte del putinismo de que -efectivamente- Ucrania ingrese a la OTAN en algún momento. Esa es responsabilidad de la OTAN: en ningún momento hizo nada para que el conflicto no escalara. Más bien, con sus actitudes terminó provocando de algún modo. Esto no justifica la invasión pero ayuda a entender por qué Putin toma la decisión que toma: porque entiende que Ucrania es un territorio de Rusia, que cualquier presencia de la OTAN o incluso de la Unión Europea pone en peligro la seguridad nacional de Rusia y que, por lo tanto, tiene que defenderse.

En cuanto a la cronología de eventos que concluyeron finalmente en la invasión rusa a Ucrania, Baña explicó que “podemos remontarnos a 2014, cuando entre Rusia y la provincia Crimea, que en su momento pertenecía a Ucrania. Se desarrolló una guerra civil dentro de éste país con dos repúblicas que plantean una separación de Ucrania: Danesia y Dombás. En ese entonces, una firma de distintos tratados de Minsk (un acuerdo para poner fin a la guerra en el este de Ucrania firmado por representantes de Ucrania, la Federación Rusa, la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk el 5 de septiembre de 2014) buscaron una solución al conflicto. Pero no fue resuelto y la tensión creció cuando Putin tomó la determinación de invadir Ucrania”, explicó el historiador.

Sobre este punto, Baña destacó que al principio Rusia “argumentó razones defensivas sobre el avance de la OTAN, que incluso uno podría considerar legítimas en algún punto. Pero después reforzó un discurso más de ataque, más de invasión, que resuena en sus palabras al discurso imperialista de principios de siglo XX”. En ese sentido, explicó que Putin expresó discursivamente que Ucrania “se trata de un invento de los bolcheviques, y de Lenin (Vladimir Ilich Ulianov) en particular”, apuntó Baña, aagregando que “por tanto, considera que él tiene que restaurar la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)”.

Sin ir más lejos en el tiempo, recordó que «en julio del año pasado Putin publicó un discurso en la página oficial del Kremlin donde hablaba de los pueblos rusos y ucranianos como hermanados”.

Baña recapituló que durante febrero “hubo una serie de charlas diplomáticas entre Putin y líderes de Europa y EEUU que no llegaron a ningún acuerdo aún cuando, días anteriores, el mandatario ruso había reconocido la independencia de Donetsk y Lugansk”.

 

Una frase que caracterizó la política internacional de Rusia, y que recuperás en tus publicaciones, es: “Es mejor que haya diez años de conversaciones que un día de guerra”. ¿Qué sucedió con este posicionamiento? ¿Cómo se explica el viraje en el enfoque?

La frase es de Andrey Gromyko (legendario ministro de Exteriores de la URSS entre 1957 y 1985, político y economista) conocido en Rusia como el Patriarca de la diplomacia soviética. Actualmente, lo que sucede es que muchos antiguos anhelos son retomados por otros sistemas y otros gobiernos. Sucedió también cuando (Iósif) Stalin en la década del 40 retomó un viejo anhelo que era el de una puerta de entrada fluvial a Europa a través del Río Danubio. El gobierno stalinista retomaba políticas del gobierno zarista. De la misma manera, en el caso de Putin está acercándose a la idea de una suerte de imperio sovietico, al tratar de configurar ese mundo ruso que él entiende como aquel donde forman parte Bielorrusia y Ucrania. O por lo menos Ucrania, que debería estar dentro de esa órbita rusa o declararse neutral y no ingresar a la Unión Europea o a la OTAN. Entonces ahí se juegan cuestiones de más largo plazo en donde hay una coyuntura particular, se recuperan tradiciones u objetivos que ya venían desde antes.

 

¿Cuál es tu análisis sobre las relaciones bilaterales entre EEUU y Rusia?

En 1962 Rusia instaló misiles en Cuba y quedaron como los agresores pero fue como respuesta a los misiles que EEUU anteriormente había instalado en Turquía. O sea, servía para demostrar una actitud defensiva. En esta situación se ve algo parecido: EEUU avanza con la OTAN sobre el territorio y por lo menos Putin dice “hay que defender la seguridad nacional del país”.

Con respecto a EEUU, el vínculo depende del enfoque. Después de 2001 hubo un intento de colaboración en lo que fue considerado la lucha contra el terrorismo: Rusia permitió que se instalaran algunas bases norteamericanas en Asia Central y también logró que EEUU hiciera “la vista gorda” respecto de los derechos humanos durante las guerras en Chechenia. Sin embargo, esto no prosperó, porque EEUU no invitó a Rusia a participar en ninguno de los organismos multilaterales que existen alrededor del mundo. De modo que es una relación más bien tensa y conflictiva: para EEUU, Rusia es la reencarnación de todos los males y Putin es el peor villano.

 

¿Qué implicancias tienen las medidas de otros países, como por ejemplo Francia, que rompió relaciones con artistas e instituciones culturales de Rusia por la invasión a Ucrania?

Las cancelaciones fueron culturales pero también fueron académicas y deportivas. De hecho, sancionaron a algunos equipos de fútbol, incluso a la propia sSelección de Rusia. Esto tiene que ver con varios elementos. Uno es cierta “rusofobia” que existe en Europa y en EEUU y que en momentos como estos sale a la luz o se refuerza. Poco tiene que ver un deportista o un músico con las decisiones que toma su presidente. También hay acciones casi policíacas como lo que pasó con la famosa soprano, Anna Netrebko, que tuvo que manifestarse en contra de su propio país para poder seguir trabajando. Creo que se confunden las cosas. Las sanciones culturales que refuerzan el antagonismo no ayudan en la resolución del conflicto: más bien todo lo contrario. ¿Qué sentido tiene cancelar una ópera o una sinfonía cuando la tradición artística rusa siempre estuvo cerca de la crítica a los conflictos bélicos y regímenes autoritarios? De modo que, al revés, incorporando elementos de la tradición artística rusa podemos reforzar un mensaje pacifista, más en contra de un gobierno autoritario.

Lo que hace Europa es reforzar esa distancia con Rusia que en este caso no aporta sino que genera todo lo contrario.

Baña tiene colegas residiendo en Rusia y sobre cómo viven esta situación, relató que “hay algunas personas muy apáticas y otras con miedo y tristeza”. Al primer grupo “no le interesa lo que sucede a nivel de la alta política. La vida continúa casi con normalidad: Hay poca propaganda por parte del gobierno: las fotos que nosotros vemos de civiles durmiendo en el metro, allá no se ven. Está muy controlado”. Desde la propaganda rusa, la invasión se trata de “una operación militar especial en la cual se está avanzando y ya”, subrayó Baña. Y agregó: “Después hay intelectuales que están realmente con miedo y con tristeza porque saben de lo que se trata, saben que si llegan a mencionar la palabra ‘guerra’ pueden ser encarcelados por quince años, que si salen a protestar en la calle pueden ser detenidos”, expresó el historiador.

 

Hay intelectuales que están con miedo y con tristeza , saben que si llegan a mencionar la palabra «guerra» pueden ser encarcelados por quince años, que si salen a protestar en la calle pueden ser detenidos

Martín Baña

En esa línea, apuntó que “en lo que va de la guerra hay cerca de 8.500 detenidos en toda Rusia simplemente por salir a manifestarse en contra de la guerra”. Además, Baña especificó “no se puede decir la palabra guerra. Tanto Twitter como Facebook fueron censurados. De modo que es muy difícil poder expresarse en contra de la guerra y hay que ser muy cuidadoso con las palabras que se usan”.

De esta manera, “para el gobierno ruso es una operación militar especial y decir guerra es arriesgarse a que te detengan y que la guerra se desarrolle no solo contra los ucranianos si no contra los nacionalistas”, explicó Baña. “De forma que hay que ser muy cuidadosos. Es una situación que genera mucha impotencia no solo por la situación bélica sino por lo que pueden hacer los intelectuales a la hora de manifestar su desacuerdo”, señaló.

“Sin embargo, hay personas que se animan a salir a la calle, protestan y hacen ruido en este sentido”, concluyó el historiador.

La historia y la transformación del mundo

Desde su época de estudiante secundario, Martín Baña recuerda que “tenía un interés por la política, creía que había que cambiar el mundo”. Hoy sostiene que todavía ese interés se mantiene vivo. “Me parecía que la Historia me iba a ayudar a entender cómo funciona el mundo y así, tratar de cambiarlo. Fue entonces cuando entré a la Carrera (Licenciatura en Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires) y descubrí la Revolución Rusa: el primer intento de cambiar radicalmente el mundo que triunfó. Y me dije: ‘esto es lo que tengo que estudiar’”, expresó Baña. Reflexionó que “lo que pasa con Rusia es que entrás por un motivo, que es la revolución, y después terminás descubriendo un mundo y una tradición política y cultural fascinante”. De hecho, concluyó sus estudios “haciendo una tesina sobre la música y la política en la Rusia del siglo XIX”. Para el historiador, esa fue “la puerta de entrada” al mundo ruso y luego, “ya me quedé ahí”. Hoy estudia particularmente el siglo XIX y siglo XX ruso y soviético. “No tengo familiares ni ancestros pero hablo el idioma. Estuve en Rusia. Eso es fundamental, leer el idioma e ir allá para buscar fuentes y materiales para tus investigaciones”, destacó Baña