Una marcha de miles en tierras mapuche

Una marcha de miles en tierras mapuche

Una multitud de militantes del feminismo, de pueblos originarios, y de diversidades, marcharon en Bariloche al compás de consignas contra el fascismo y las propuestas electorales arrasadoras de la extrema derecha, como cierre al 36° Encuentro de Mujeres y Diversidades. 

-No me da más el aire -exclama una mujer mientras camina cuesta arriba. A lo lejos, emerge desde los cerros nevados el ruido de los tambores. Son casi las seis de la tarde en Bariloche, que es también Furilofche Wallmapu, tierra mapuche. A su espalda grupos de mujeres y disidencias también se dirigen a paso firme hasta el punto de encuentro. Al llegar hasta Beschtedt y la Ruta Juan Marcos Herman, una sonrisa se le dibuja cuando descubre a les miles que ya aguardan a que comience la marcha.

Camperas infladas, ponchos, lanas de todos colores y guantes cubren del frío a la columna que empieza a inquietarse. “Estamos desde las tres de la tarde”, comenta una militante del MTE. Junto a sus compañeras arma una ronda sin dejar de sostener las banderas que el viento agita con fuerza. Por su parte, integrantes de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito aprovechan el tiempo para ponerse el glitter verde que adorna sus rostros.

Para las siete de la tarde, empiezan a moverse las casi 70 mil personas de todo el país que nutren las cuadras de la ciudad rionegrina. Muchas, tal como las compañeras cordobesas de la agrupación Dignidad, viajaron más de 25 horas para poder llegar. “La unión es nuestra diversidad”, afirma Zulma y reivindica la importancia de haber coincidido en este 36 Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries. 

Florencia Bark, vocera de la Comisión Organizadora del Encuentro, comenta que “una de las mayores dificultades fue la situación económica que llevó a que el presupuesto se duplicara en unos meses”. Aún así, lograron habilitar  los gimnasios, universidades y escuelas que brindaron alojamiento y el espacio para los 112 talleres que se realizaron. 

Por la vereda, una joven a paso apresurado pega afiches en los postes de luz. Sobre un fondo blanco y con letras negras se lee  “Con machos y fachos, nunca!” y también “Libertad es que la educación sea para todes”. Las consignas que se hacen eco del contexto electoral y del giro a la derecha se entonan con un ”Milei, Milei, no seas cara dura, vos sos la vieja casta que bancó la dictadura”. Pañuelos verdes y blancos se entrelazan atados en las mochilas.

Durante el trayecto, las mujeres de comunidades mapuche que encabezan la marcha también se hacen escuchar. Una de ellas grita a viva voz, mientras levanta el puño al cielo, el nombre de sus compañeres asesinades. Cada vez, le responden con un fuerte y claro “Presente”. Además, cantan en mapudungún y bailan mientras golpean sus kultrunes. El mismo instrumento en una versión gigante cubre por completo el monumento a Roca en el Centro Cívico. 

Detrás de un ventanal, una vecina de pelo canoso mira la multitud, junta sus palmas como en señal de agradecimiento y tira besos. “Mujer que escucha, únete a la lucha”, le dicen las mujeres que con pelucas fucsias marchan del otro lado. La situación se repite con les que saludan alegres desde sus balcones.

Sin embargo, no todes tienen esa postura. Cerca de las 21 horas, bajo un cielo estrellado, la marcha transita la avenida 12 de octubre a la vera del Nahuel Huapí. “Ojo, no pasen por ahí que están tirando piedras desde el edificio”, le advierte un grupo a otra mujer que camina con sus dos hijes de la mano. Las agrupaciones se acercan más a la costa y se alejan de las construcciones. El episodio no empaña la noche, que continúa festiva y suma incluso fuegos artificiales.

“Las urnas en octubre vamos a llenar de los votos feministas que exigen ¡ni un paso atrás!”, repite el coro en la recta final hacia el Velódromo, donde el disfrute continuará con la peña. Algunes se pasan botellas de vino o de cerveza, otres saltan para entrar en calor al ritmo de “Qué momento, a pesar de todo les hicimos el encuentro!”.

Día de la madre en contextos de encierro

Día de la madre en contextos de encierro

La Red Creer es un espacio pensado para la inclusión socioeconómica de las personas privadas de su libertad o liberadas y sus entornos directos. Las organizaciones que la conforman realizan diversas actividades para ayudar a las madres a repensar el vínculo con sus hijos e hijas y así “desarmar lo aprendido en contextos de vulneración de derechos”.

Maria Laura Fernandez tiene 44 años, es chef, jefa de hogar, madre de 2 niños y vive en Florencio Varela. Estuvo privada de su libertad pero mediante presentaciones en la justicia logró transitar esta situación bajo arresto domiciliario por ser “el único sustento económico y emocional de su hijo menor de edad”.

“Son muchas las cosas que cargamos como mujeres y madres solteras, y muchas las cosas que me llevaron a estar detenida”, explica María. “Me pude conocer más a mí misma”, agrega. Durante su tiempo detenida se recibió de promotora territorial de prevención de la violencia de género para ayudar a otras mujeres que pasaban por situaciones similares a las de ella. Ya en libertad asumió la militancia social como una forma de hacer correr la voz sobre la importancia del acompañamiento para creer que otra forma de vida es posible. “Hay un montón de compañeras que no llegan”, se lamenta María quien conoció a la Red Creer a través de la Dirección Nacional de Readaptación Social.

La Red Creer es un espacio pensado para inclusión socioeconómica de las personas privadas de su libertad o liberadas y sus entornos directos. Las organizaciones que la conforman realizan diversas actividades para ayudar a las madres a repensar el vínculo con sus hijos e hijas y así “desarmar lo aprendido en contextos de vulneración de derechos”.

Según el informe «Contextos de Encierro en América Latina» del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre Inseguridad y Violencia y la Universidad Nacional de Tres de Febrero, la mayoría de las mujeres están privadas de su libertad por delitos no violentos. El 63 por ciento de ellas todavía está sin condena y el 27 por ciento de las que son madres tiene más de tres hijos.

En este contexto la red apunta a que tras las rejas se puedan construir otras formas de cuidado. Profundizar en la historia personal de las mujeres que viven con sus hijas e hijos de hasta 4 años en contextos de encierro permite hallar algunos puntos comunes entre todas. “Muchas de ellas desarrollan funciones vinculadas a lo maternal desde muy chicas, porque cuidan a hermanas o hermanos más pequeños o porque quedan embarazadas en la adolescencia y aprenden a ser mamás en contextos difíciles”, explica Marcelo Koyra, fundador de la Fundación “Crear desde la educación popular”, una de las 140 organizaciones que integran la Red con la perspectiva de generar, oportunidades laborales y de formación para personas que están y estuvieron en prisión.

Una de las mayores dificultades que afronta el ejercicio de la maternidad desde el encierro es que las dificultades van cambiando, afectadas por el desarrollo del proceso penal. Con la detención y el ingreso a las comisarías, se produce una separación de los niños y niñas, un desprendimiento que Koyra considera “desgarrador”. Luego cuando las mujeres pasan a los “pabellones de madres” del Servicio Penitenciario Bonaerense lo difícil está vinculado a las prácticas de cuidado en el contexto de una institución creada para garantizar la seguridad de sus habitantes: “Si bien los espacios han sido adecuados para albergar infancias, la infraestructura edilicia, ese espacio físico, no está diseñado ni proyectado según el interés superior del niño”, remarca el titular de la organización.

Patricia Tévez, vicepresidenta de la Asociación Civil de Familiares de Detenidos (ACIFaD) considera que cuando las mujeres están detenidas se vulneran mucho los vínculos. La familia que está del lado de afuera, tal vez con otros hijos, no puede ir a verla. También son frecuentes los casos en que sus hijos están a cargo de hogares u otras instituciones y pierden toda clase de relación con ellos, lo que le genera “mucha tristeza”.

“Si bien los espacios han sido adecuados para albergar infancias, la infraestructura edilicia, ese espacio físico, no está diseñado ni proyectado según el interés superior del niño”, remarca el titular de la organización, incica Patricia Tévez.

Vínculos maternos

ANCCOM consultó a distintos integrantes de la Red Creer acerca de cómo trabajan para reformular el vínculo materno de las reclusas construido en situaciones de vulnerabilidad. En el caso de la Fundación Crear lo hacen desde la educación popular. El trabajo que desarrollan en la Unidad Penitenciaria 33 de Los Hornos, en La Plata, no tiene como objetivo principal una reforma del vínculo materno. Sin embargo, comentan que “este proceso se despliega a la luz de los intercambios que se generan con ellas en los distintos talleres que realizamos, los cuales están dirigidos a las infancias: títeres, teatro, plástica, música, danza, yoga y crianza sin violencia y cuestiones de género vinculadas a las mamás”.

Como explica Marcelo Koyra lo que buscan es fortalecer las capacidades de las mamás para llevar adelante procesos reflexivos y crianzas desde la ternura. Para esto trabajan en grupos desde la perspectiva de un abordaje psicosocial y de la educación popular con técnicas lúdicas y con actividades creativas. Estas actividades les permiten “historizar” la construcción del desempeño de su rol materno, indagando en los orígenes de su construcción.

Desde la visión de la vicepresidenta de la ACIFAD se considera que el proceso sale más que nada de las propias mujeres “porque hay unidades donde se puede mantener un vínculo acorde en las visitas de sus hijos pero otras en las que no”. Esto se debe a que en muchas penitenciarias el uso de teléfonos celulares está prohibido y las madres no pueden hablar con la maestra o la psicóloga y así seguir los pasos de ese hijo o hija. Además hay veces que las familias no pueden llevar ni una vez al mes a esos niños para que puedan ver a sus mamás. “Es muy difícil, pero ellas intentan poder estar”, sintetiza. 

Florencia Sequeira, coordinadora de la Red Creer, piensa que para darle un giro a la situación actual hay diversas urgencias que se necesitan atender en contexto de encierro y especialmente para las mujeres que pasan por un proceso de privación de su libertad: “Consideramos que los espacios, tanto para aprender habilidades técnicas como socioemocionales, son sumamente necesarias de abordar dentro de las unidades penitenciarias y que brindarles estas oportunidades de formarse, de conocer sobre oficios, de poder adquirir conocimientos sobre emprendedurismo, sobre economía social, son herramientas que van a permitirles acceder a fuente de ingreso una vez que recuperen su libertad y sobre todo, en el corto plazo, lo que tiene que ver con lo autogestivo”.

En Argentina hoy 15 de octubre se celebra el día de la madre, cuyo origen religioso ya se secularizó y expandió por toda la sociedad. En Estados Unidos el día (que se celebra en mayo) se debe a las activistas Anna Reeves Jarvis y Julia Ward Howe quienes esperaban y rezaban para que alguien, un día, reconozca la memoria de las madres, “para celebrar el servicio incomparable que prestan a la humanidad en todas las áreas de la vida”. 

La radio libera

La radio libera

Se desarrolló la Primera Conferencia Latinoamericana de Radio en Contextos de Encierro. Miembros del programa de diferentes rincones del mundo compartieron sus experiencias y dieron cuenta del poder de reinserción de esta herramienta.

Se realizó la Primera Conferencia Latinoamericana de Radio en Contextos de Encierro, organizada por Prison Radio International, el Programa de Extensión en Cárceles de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y FM La Tribu donde se inauguró el encuentro el 4 de octubre, último.

En esta primera conferencia llamada “Escuchar la cárcel”, invitados de distintas ciudades del mundo reflexionaron y dialogaron acerca del derecho a la comunicación de las personas detenidas, de derribar mitos y prejuicios del mundo exterior y de pensar a futuro la radio en contexto de encierro.

La conferencia contó con tres paneles de especialistas en la temática: “Radio en cárceles en América Latina y el mundo” del que participó Phil Maguire, director ejecutivo y fundador de Prison Radio International en Inglaterra. Al comienzo de su ponencia propuso creer en el poder de la radio para transformar las vidas. En cuanto a la puesta en marcha del Programa de Prison Radio Internacional en cárcel planteó: “Nosotros no nos acercamos al micrófono porque supimos que las voces que importaban eran las de ellos”. Maguire fue productor radiofónico en la BBC y creó con Prison Radio la primera emisora de radio nacional del mundo para personas privadas de su libertad.

Ximena Granja, trabajadora del servicio nacional de integración a personas adultas privadas de su libertad en Ecuador, también hizo su aporte a esta mesa y contó lo gratificante que le resultó la implementación del Programa de radio en su país: “Los privados de su libertad proponen los temas en el programa de radio en cárcel, nadie les impone el tema, el guion, la producción, edición, locución es cien por ciento elaboración de los detenidos”. Además agregó que ellos solo hacen revisión por si hay algún contenido que no es adecuado aunque eso nunca pasó. Sobre la respuesta de los detenidos declaró: “Ellos asumieron el reto, fueron respetuosos y tuvieron una gran experiencia, de todo el grupo que salió y pasó por el taller. Hubo cero reincidencias y eso es algo que nos llena de satisfacción porque entienden que estos proyectos les trajo nuevos retos a su vida, los empoderó como seres humanos al momento de obtener su libertad y eso da la idea que están bien organizados”.

Paulina Olalla, exdetenida que participó del Programa en Ecuador contó: “Fue maravilloso porque me sentí libre frente a un micrófono, mis pensamientos eran libres, nunca ninguna de las autoridades me dijo `di esto`. Mis compañeras y yo éramos libres, manifestamos lo que sentíamos, volábamos detrás de unos muros que nos detenían, estábamos encerradas pero nuestra mente fue libre”.

Ruth Armstrong, abogada y criminóloga, experta en justicia penal, contó su experiencia en una cárcel en Texas: “Estuve frente a detenidos que hicieron cosas muy malas, pero en vez de conocer criminales conocí personas. Todos necesitamos construir algo mejor y la pena de muerte no es la solución, yo aprendí a escuchar las voces. Muchos crecimos con una política que dice que tenemos lo que merecemos y te das cuenta de que esa no es la realidad. Hacer este tipo de actividades te motiva a tener otro corazón, a tener un sentimiento social distinto y te promueve a hacer otra cosa.” Para ella “la radio en la cárcel construye esperanza, esa esperanza es un hacha con el que se derriba una puerta cuando hace falta”.

“Fue maravilloso porque me sentí libre frente a un micrófono, mis pensamientos eran libres. Mis compañeras y yo éramos libres, manifestamos lo que sentíamos, volábamos detrás de unos muros que nos detenían, estábamos encerradas pero nuestra mente fue libre”, dijo Olalla.

El panel de Derechos y comunicación contó con la participación de Miriam Lewin, defensora del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual quien habló del trabajo de la Defensoría y comunicó: “En la Defensoría consideramos que la comunicación desde adentro es fundamental. Estamos convencidos de que, cuanto más porosas y transparentes sean las paredes de las instituciones cerradas, menos posibilidades hay de que se violen otros derechos fundamentales”. 

Lewin también compartió las «Recomendaciones para el abordaje mediático responsable de los contextos de encierro y las personas privadas de la libertad» disponibles en la página de la Defensoría. (https://defensadelpublico.gob.ar/wp-content/uploads/2023/07/recomendaciones-contextos-de-encierro-1.pdf ).

También estuvieron Claudia Cesaroni, directora del CEPOC (Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos) y Macarena Fernández Hoffman, la coordinadora del equipo de Política Criminal y Violencia en el encierro del CELS (Centro de Estudos Legales y Sociales), ambas hablaron del derecho a la comunicación de los detenidos informando, desmintiendo mitos en torno a la tenencia de los celulares en la cárcel.

Cesaroni aclaró: “El derecho a la comunicación significa poder usar dispositivos como lo usamos todas las personas, y si algunas personas usan estos dispositivos para cometer delitos, de ninguna manera eso implica prohibirlas para todos”. Luego habló del derecho que tienen las personas privadas de su libertad a poder mostrarse o ser mostrados, habló de cómo se comunica cuando una persona es procesada, condenada o que cometió un delito y la necesidad de evitar que esas comunicaciones sean violatorias de su dignidad: “No hay una intervención pública suficiente cuando esa manera de ser mostrado es denigrante”, advirtió.

Por otro lado, la coordinadora del CELS recalcó: “La cárcel es sólo privación de libertad y el resto de los derechos, como la comunicación, deben ser garantizados”.Y sobre el uso de celulares, describió:“El celular no es solo comunicarse sino también una puesta a futuro al momento de la salida.. Es una fuente de denuncia de violencia, el celular expande otros derechos. Un ex detenido contaba que antes, cuando usaban el teléfono público, había peleas si te pasabas un minuto y había una pelea que no sabía cómo podía terminar. Con el uso del celular bajo la violencia y la ansiedad de saber qué pasa con su familia al estar encerrado”.

Cesaroni opinó sobre el caso de la Provincia de Buenos Aires con la regulación y la habilitación del uso de celulares a partir de marzo del 2020: “Para garantizar los derechos al contacto con familiares y con el afuera, el servicio penitenciario bonaerense desarrolló un protocolo para habilitar y regular los celulares y a partir de ese momento el protocolo está vigente. De esta práctica se observó una disminución de la violencia dicho tanto por los detenidos, los defensores y los jueces como los trabajadores del servicio penitenciario.

La Comisión de Hechos Violentos comunicó que desde el 2019 al 2021 los hechos violentos disminuyeron un 49%. “Todas las personas con celulares tienen registrados el aparato y el chip, solamente se puede tener acceso a whatsapp, no a redes sociales, Si de alguna manera te conectas a una red social salta de una manera y te hacen un acta o una sanción disciplinaria”.

En el último panel, denominado “Qué será de la radio en cárceles”, fue una invitación a pensar la construcción de la identidad sonora identitaria.

Gastón Montells, comunicador, docente y productor cultural, afirmó que las ideas más grandes son las que podemos pensar en conjunto. “Si hay un desafío comunicacional inicial que habilite una conversación tiene que ver con el hecho de ́desencantar, de quitar el encantamiento, entendiendo como encantamiento a todo proceso normalizador o de sumisión, debemos desnaturalizar, permitirnos construir otros reales posibles”.

“Los proyectos que logran contarse son realmente diferenciales, las experiencias con las radios comunitarias o los proyectes en cárceles son una confirmación de eso, de cómo juntos habilitan narrativas que empiezan a ser originales, empiezan a anunciarse por sí mismos, la oportunidad que permite, con otros tiempos y otros lenguajes”, describió Montells.“Los proyectos comunitarios han sido fundantes de procesos porque siempre intentan construir sus condiciones de existencia .Los cuerpos están encerrados y las imaginaciones son infinitas, la imaginación nos permite narrarnos con otras enunciaciones”.

Mikki Lusardi, directora de Nacional Rock, sostuvo que  lo mejor que puede dar lo público es el federalismo. “La gran ventaja de institucionalizar este tipo de comunicación tiene que ver con romper con la estigmatización, cuando algo se vuelve institucionalizado es mucho más difícil construir un discurso que vaya en contra. Si las personas privadas de su libertad puedan tener un entramado que los ampare y los proteja solo les abre oportunidades”.

Lili Cabrera, exdetenida cerró la mesa: “Pensaba en el título del evento “escuchar la cárcel”, cómo sobreviven estos proyectos si nos gana el neofascismo y en ese contexto veo la crueldad del sistema”. Cabrera recordó: “Se llevaron a cabo proyectos que parecían imposibles, yo soy liberada pero pienso en las personas que estaban dentro y en sus familiares, pienso también en las conquistas y es difícil que estos proyectos funcionen. Yo también entré con otros proyectos, como el de la fibra óptica para que se pueda estudiar en la cárcel”. Luego retomó algo de construir sentido y recordó: “En nuestro colectivo la comunicación es muy importante para comunicar un producto de la cooperativa textil y de encuadernación, como comunicar lo que hacemos sin victimizarnos”.

Cabrera cerró: “Como sociedad tenemos ese desafío, cómo hacer que las personas privadas de su libertad salgan y puedan hacer otra vida, las personas pobres son las que van a la cárcel pero cualquiera puede pasar por un penal”.

En la conferencia se abordaron distintos temas en torno a la comunicación en el encierro. Algo quedó en claro y es que nada sucede sin intervención y sin articulación colectiva.

El micromachismo cotidiano puesto en escena

El micromachismo cotidiano puesto en escena

Federico Tombetti repone «Y a otra cosa mariposa», una obra de teatro escrita en la década de 1980 por Susana Torres Molina para denunciar con humor el falocentrismo.

Y a otra cosa mariposa, la obra de teatro escrita en los años ochenta por Susana Torres Molina, vuelve al escenario de la mano de Federico Tombetti como director y cuatro talentosas actrices que, personificadas de hombre, nos invitan a descubrir el mundo privado de los varones poniendo en jaque sus lógicas machistas.

Los sábados a las 22 30 horas el público se agolpa en las afueras del Teatro Nun en Villa Crespo. Todos aguardan con impaciencia la apertura de puertas y el pase a sala. Finalmente, las y los concurrentes de diversas edades se acomodan bajo las indicaciones de las actrices que, ya en personaje, no demoran en “piropear” a los hombres de la sala como parte de una introducción a lo que vendrá.

Y a otra cosa, mariposa retrata la masculinidad con la que la autora convivía a diario en el momento de pergeñar la obra. Hoy, cuatro décadas más tarde, la pieza, con sus respectivas adaptaciones, continúa interpelando a un público diverso que evidencia con carcajadas que tal vez hayan cambiado las formas, las palabras, pero que la construcción íntima del mundo masculino continúa tan cargada de sexismos falocentristas como en aquellos años.

La puesta en escena surge de una actividad que realiza Tombetti en su calidad de docente de la escuela de formación actoral Agustín Alezzo, durante la cual se propone el libreto y se realizan diversas adaptaciones de la obra. Una de esas oportunidades resultó particularmente atractiva para Tombetti,  quien destaca la calidad de las actuaciones de Malena Pereyra y otra alumna de la academia en los personajes de “El Flaco” y “El Gordo”, respectivamente. En ese momento, supo que había encontrado su siguiente proyecto.

Movilizado por la vigencia del texto de Torres Molina, Tombetti encontró la motivación justa para darle vida nuevamente a la obra. “En un punto es maravilloso porque en el 80 la autora supo ver algo que ya venía sucediendo y que indudablemente iba a seguir, y por otro, lo terrible es que las prácticas sean exactamente las mismas”, remarca el director ante ANCCOM.

El libreto original fue levemente modificado con la idea de acercar la obra a nuevas generaciones, con problemáticas que si bien hoy son cuestionadas, aún conforman prácticas y formas de vida que incomodan. “El fin último que tiene la obra es que puedan reírse pero que después venga la reflexión. Por medio de los sonidos y los silencios se deja en claro que los personajes tienen la posibilidad de pensar, pero eligen no hacerlo”, finaliza el director.

Y a otra cosa mariposa trata en concreto sobre las omisiones construidas colectivamente sobre el machismo o los micromachismos cotidianos. Desde una mirada de denuncia se utiliza al humor como canal para habitar por un rato la libertad con la que los hombres ejercen su deseo y cómo éste se construye a partir de la opresión, por momentos discursiva, por momentos corporal sobre las mujeres y todos aquellos que no entran en los cánones estipulados por el patriarcado.

Los personajes fueron construidos colectivamente por medio de los aportes personales de cada una de las actrices. “Un trabajo en conjunto bastante extenso que empezó con ir probando, ir observando la realidad y la experiencia personal también”, comenta la actriz Lucia Di Carlo (quien interpreta a “El Pajarito”). “De hecho, los piropos de la segunda escena no están en el texto original, los agregamos nosotras en base a las barrabasadas que nos han dicho por la calle”. Actrices, coach y hasta el mismo director contribuyen a que este irónico espejo convoque por medio del humor al más variado público que por más de 70 minutos no deja de largar carcajadas hasta en las escenas más polémicas. “La gente grande se ríe un montón, no sé si es por incomodidad o porque se identifican”, concluye Di Carlo.

Aparece cierta sospecha sobre la risa, la sospecha de que se están reproduciendo patrones de opresión que en otro contexto resultan dolorosos pero que aquí, conforman una escena que resulta en su conjunto liberadora. La obra construye sobre una base en común, con personajes fácilmente identificables de la vida cotidiana y resignifica experiencias por medio del humor. Según Di Carlo, “hay cosas que una cree que no están y se las encuentra, y habiendo pasado por esta experiencia, interpela un montón, las mujeres estamos más entrenadas para detectar estos movimientos, más mancomunadas, aunadas en ir entendiendo cosas que suceden y que antes naturalizábamos”. Esto se evidencia en las risas de mujeres de todas las edades, pero sobre todo mujeres contemporáneas a la construcción y circulación de esos chistes históricamente machistas. Se trata de darle al público la capacidad de verse en escena y poder reírse desde el otro lado del escenario.

 

El director Federico Tombetti retomó la obra de los años ´80 por la vigencia de sus textos. 

La obra cierra aportando a la vigencia de los dichos recuperados por Torres Molina que, sin spoilear, marca los puntos recitando frases machistas de conocidos personajes de la escena pública actual. Las actrices encarnan un cuerpo político al repetir las palabras de ex presidentes de América Latina y Estados Unidos, cantantes argentinos y periodistas. En esta línea, y considerando el reciente corrimiento discursivo hacia la extrema derecha, la obra representa una apuesta vital, parte de una militancia activa y creativa, una denuncia sobre quienes dominan espacios discursivos de la escena pública y reproducen modelos arcaicos.

El elenco está formado por Ana Belén Capistrano, Lucía Marshall, Malena Pereyra y la mencionada Di Carlo. Las entradas están a la venta por medio de Alternativa Teatral o en boletería (Velasco 419).

 

Bailando por una ley

Bailando por una ley

La lucha por la creación de un Instituto Nacional de Danza cumple diez años. En 2022 se presentó por octava vez el proyecto legislativo. ¿Se aprobará esta vez?

Una vez más, como cada 10 de octubre, se celebra el Día Nacional de la Danza, recordando a las bailarinas y bailarines del Teatro Colón que fallecieron en un accidente aéreo en el año 1971. Pero no es lo único que hay que tener presente.

Los diferentes movimientos de danza del país, las personas que se identifican con este arte, este trabajo, luchan por la aprobación de la Ley Nacional de Danza. El proyecto fue presentado, por primera vez, en la Cámara de Diputados el 3 de septiembre de 2012 por el Movimiento por la Ley Nacional de Danza , desde entonces fue ingresado reiteradas veces. Eugenia Schvartzman, bailarina, maestra e integrante del movimiento, compartió con ANCCOM: “En todos estos años la comunidad se ha organizado, entiende de manera masiva la importancia de esta ley. Es una bandera que acompaña a todo el sector, se han hecho actividades, charlas y movilizaciones“.

Durante la pandemia, el arte en general y la danza en particual sufrieron su mayor golpe, dejando en evidencia la precariedad en la que se encuentra y la necesidad, la urgencia, de crear un Instituto Nacional de Danza en la órbita del Ministerio de Cultura de la Nación para que fomente la actividad, le dé jerarquía a la disciplina y quede todo esto establecido para las próximas generaciones.

“Todo el sector de la cultura desnudó la precariedad en la que trabaja, particularmente la danza”, añade Schvartzman. “Nos tocó sufrir la incertidumbre de no tener interlocutores en el plano del Estado nacional, con lo cual el Ministerio de Cultura de la Nación toma nota de esta situación”. Luego de la pandemia se realizaron acompañamientos por medio de la generación del área de danza específica, tal es el ejemplo del área de danza de Tecnópolis  logrando el reconocimiento y la presencia de la danza en espacios donde previamente no estaba.

Esta ley no solo es de carácter urgente para las personas del área, sino también para la sociedad, debido a que no solo es una expresión artística sino también social. Por lo cual forma parte de la construcción de nuestra historia e identidad, y tiene que ser acompañada y protegida por el Estado.

Sin ley

Históricamente esta área es olvidada y postergada, varios han sido los intentos sin resultados, el último reingreso del proyecto, por octava vez, fue el 8 de noviembre de 2022. Este fue acompañado por otro más: “Ingresó otro proyecto por el Movimiento Federal de la Danza, entonces tuvimos dos proyectos en la Cámara y hoy podemos decir que esos proyectos están unificados. Durante estos meses hicimos un trabajo entre las dos organizaciones y el resto de las organizaciones del sector que vienen acompañando y militando el proyecto de ley junto con asesoras y diputadas para lograr la mejor Ley Nacional de Danza”, cuenta  Schvartzman.

Actualmente se encuentra en manos de las diputadas abordando cuestiones parlamentarias y acelerando el tratamiento en la Comisión de Cultura y Presupuesto. Schvartzman reflexiona: ”Creemos que son momentos que marcan un momento histórico, que el proyecto esté unificado y que tenga voluntad política de ser tratado es muy importante, no solo por diputados y diputadas de diferentes bloques políticos sino también por parte del Ministerio de Cultura. Creemos que tiene muchas chances de ser tratado ahora y de lograr su sanción”.

Con respecto al contexto actual en el que el candidate presidencial Javier Milei dice que debería desaparecer el Ministerio de Cultura Schvartzman asegura: ”En el plano de la cultura ya pasó que no tuvimos Ministerio y esto fue extremadamente complejo. En el gobierno macrista el Ministerio retrocedió varios pasos y volvió a ser una Secretaria y eso le quita desempeño, le quita estructura. Creemos firmemente en las instituciones transparentes, que se manejen de manera transparente, en donde trabajadores y trabajadoras del sector sean parte de ellas, y por esto estamos planteando un Instituto Nacional de la Danza como un esquema mixto donde la articulación con el sector es la columna vertebral”.

La experiencia singular de Ediciones Bonaerenses

La experiencia singular de Ediciones Bonaerenses

Fundado hace tres años y con tres decenas de títulos publicados, el proyecto provincial incluye a escritores como Roberto Arlt y Haroldo Conti, concursos y textos escritos desde el economista Aldo Ferrer hasta internos de un taller literario del penal de Olmos. Los libros, que se distribuyen en ferias y bibliotecas, también pueden descargarse gratuitamente.

Creada en mayo de 2020 mediante un decreto del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Ediciones Bonaerenses es la primera experiencia de una editorial estatal en el distrito. Guillermo Korn, director editorial, explicó: “El rol de una editorial de estas características es visualizar algunas producciones que la provincia tiene. Existe una responsabilidad, el carácter público hace que también tenga una cosa más plural, que busque ser más representativa que lo que un catálogo de una editorial independiente o comercial busca representar”.

En una maniobra doble, rescatar autores y autoras de la provincia y llegar a cada uno de los bonaerenses, la editorial hace una apuesta a la territorialidad. En una entrevista con ANCCOM, Agustín Arzac, coordinador general, afirmó: “La provincia es muy amplia y diversa. La cuestión identitaria bonaerense tiene sus pliegues y repliegues, no pensamos en una identidad monolítica como una totalidad, sino también en esa diversidad”.

En los tres años de vida de la editorial se publicaron casi treinta títulos, que pueden encontrarse en más de 450 bibliotecas distribuidas por todo el territorio provincial. Entre sus impresiones se destacan obras de Roberto Arlt, Haroldo Conti y algunas propuestas únicas de la editorial, como el Catálogo Razonado del Museo Pettoruti o Ruta Salomone. “La propuesta inicial también tenía que ver con fortalecer vínculos de mediadores de lectura como son las bibliotecas populares de la provincia, que son muchísimas y hacen un trabajo cotidiano muy importante por el fomento de la lectura”, planteó Arzac. Además de los puntos físicos dispersos en la provincia, los libros de Ediciones Bonaerenses se pueden encontrar en su página web en formato digital para ser descargados gratuitamente.

«El carácter público hace que la editorial sea más plural”, explica Guillermo Korn.

Actualmente se está trabajando en el plan de edición 2024 que proyecta seguir con el ritmo de impresión actual, reforzar el perfil de la editorial y fortalecer algunas de las colecciones. “Queremos estar en más bibliotecas, en más ferias, acompañar a la provincia en ese crecimiento también cultural, que es una propuesta de este gobierno”, aclaró Arzac en cuanto a los objetivos a corto plazo. La idea es que «proyectos como este no puedan ser desarticulados nunca más. Es un aporte muy importante para la provincia tener una editorial, hay pocas experiencias de editoriales estatales en el país, muy pocas en Latinoamérica también. Hay que cuidarla y en ese sentido cuidarla es darle vida”.

 

Concursos

Una parte de los libros que Ediciones Bonaerenses imprime se originan en concursos de escritura. Algunos son llevados adelante por organismos fuera de la editorial, como es el caso del Concurso Haroldo Conti, para jóvenes narradores; o Buenos Aires Fantástica, que explora historias del género; o el concurso Aldo Ferrer, que busca el desarrollo económico de la provincia. En el caso de este último, uno de los títulos próximos a salir es Estudios sobre el desarrollo económico provincial, que fue trabajado en conjunto con el Ministerio de Hacienda.

El sello cuenta también con su propio concurso: el Premio Hebe Uhart de novela inédita, que pretenden llevar a cabo anualmente. En la edición 2023 se presentaron 284 obras de las cuales se eligieron dos ganadoras: A ningún lugar de Nelson Mallach, narrador y dramaturgo platense, que se llevó el primer puesto con una renumeración de 800.000 pesos, y la novela Moscú ya no existe, de Marina Berri, investigadora y docente, mereció el segundo puesto que consiste en la publicación dentro de la colección “Nuevas Narrativas” de la editorial. “Estas dos novelas están en fase de impresión y se estima que salgan antes de noviembre”, anunció Arzac. 

Catálogo

Una de las prioridades de la editorial es conformar un catálogo plural, amplio y que pueda cubrir de la mejor manera posible eso que hace al patrimonio y al acervo cultural del bonaerense. El sello combina entre sus publicaciones archivo, investigación y ficción organizadas en ocho colecciones que apuntan a lectores de todas las edades.

Territorios e Identidades, por ejemplo, rescata la riqueza de la provincia en reflexiones sobre sus singularidades y la identidad. Entre sus publicaciones se encuentra Ruta Salamone, uno de sus proyectos más interesantes, centrado en la obra de este singular arquitecto, que se gestó desde cero en la misma editorial. “Nos parecía que era muy importante porque vincula varias cuestiones que tienen que ver con la historia de la provincia”. El libro propone cuatro rutas en base a cuatro registros, que van desde lo ensayístico, lo histórico, pasando por lo ficcional y hasta la reflexión introspectiva de los autores que formaron parte del proyecto. “Queríamos que el libro le proponga al lector salir a recorrer la provincia, el lector puede hacer el viaje que quiera”.

La colección Donde Hay Una Necesidad, por su parte, que propone albergar trabajos ligados a reivindicaciones y derechos, estrenó su primer ejemplar Monólogo del tanque en mayo de este año. Este libro surge de una propuesta del taller de literatura del penal de Olmos. Carlos Ríos, coordinador del taller, explica: “En el taller empezamos una reflexión sobre el patrimonio cultural tangible, hablamos sobre qué significado tenía para una comunidad determinada tener esos monumentos”. El tanque del penal, que vigila panópticamente los pabellones, fue propuesto por los alumnos como un monumento y de ahí surgió la idea de “pedirle al tanque que cuente su visión, su percepción, su historia”. Monólogo del tanque es un relato que le otorga voz al tanque de agua del penal para que hable de lo cotidiano, de los padeceres, del sufrimiento y también de las esperanzas de la gente que se aloja en ese penal penitenciario.

Para los que participaron en el libro su impresión fue algo que los llenó de orgullo. “Ver reflejadas sus palabras, su trabajo en un libro, además con un reconocimiento institucional, fue muy importante para ellos. Hay mucha satisfacción, mucha alegría y la confianza también de que ellos pueden escribir y también pueden volcar en la palabra escrita gran parte de su pensamiento. Eso es trabajo de inclusión muy importante”, concluyó Ríos.