Una celebración argenchina

Una celebración argenchina

Llegó el año del Conejo de Agua a la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cómo lo vivieron los argentinos y
la comunidad china en el país?

Argentinos y chinos coparon la Plaza Parques Nacionales en el barrio porteño de Palermo para festejar el Año Nuevo Chino representado por el Conejo de Agua. Debido al calendario lunisolar, esta vez tocó el 22 de enero. No está claro qué pasó hace 4721 años y se cree que los festejos empezaron bastante después, tal vez en el siglo XIV a.C. La leyenda vincula los festejos a Nian, un dragón cuyo nombre significa “año”.

El evento comenzó al mediodía y se extendió hasta cerca de las 19 horas. La temperatura superó los 35 grados durante toda la tarde, pero no fue impedimento para que miles de personas se acercaran a los alrededores del escenario montado en la esquina de la plaza. Desde pantallas gigantes se podía ver un abanico de espectáculos que incluyó desde música y bailes tradicionales hasta demostraciones de artes marciales. En la periferia del lugar había decenas de puestos que ofrecían comida, bebida y merchandising, siempre llenos, con clientes esperando su turno. En el cielo, cientos de banderitas de Argentina y China flameaban colgadas entre los postes de luz y los árboles. 

Lyla Peng es productora de moda. Sus padres son de origen chino, pero ella nació en nuestro país, por lo que se autodefine “argenchina”. Ella fue la vestuarista y una de las conductoras de la celebración. En diálogo con ANCCOM, señaló que se sintió muy feliz de ver que mucha gente viniese pese al calor y muy agradecida y honrada de su interés por la cultura china. Lo que tienen en común los argentinos y los chinos es la pasión, asegura: “El chino o la china es como que no se anima a demostrarlo, lo hace de otras maneras. En cambio, el argentino o la argentina es mucho más extrovertido, pero lo que importa es que se demuestre”.

A medida que pasaban las horas, la temperatura y el despliegue artístico aumentaba, al igual que la cantidad de personas que llegaban. Entre ellas estaba Gabriela Chen, una joven china de 22 años de edad que vive desde hace once en el país. Lucía un vestido tradicional llamativo: el público se acercaba a pedirle fotos con ella: “Estoy muy contenta, me siento como en China. Como es una fiesta de nosotros, es muy difícil disfrutarla en otro país”, afirma. Y agrega: “Con mi vestido quiero mostrar que es de China, no es de Japón ni de Corea. Ellos también tienen su vestimenta, pero lo que quiero hacer es que se conozca un poquito de este que es de China”.

Eugenia Romina Ramos es una argentina de 33 años que viajó con su hija pequeña desde el Partido de Quilmes, en el conurbano bonaerense, hasta la Capital, solo para festejar la llegada del año 4721. Tenía el pelo atado y una chaqueta tradicional roja con un diseño y ornamentación típicos de la cultura de esa nación: “Además de ser argentina y que me guste nuestra cultura, me gusta informarme de otras, más de las asiáticas. Me encantan los peinados, la vestimenta, la comida y a mi hija le inculco esto y no solamente comer asado y locro para fechas patrias”. 

Cerca de las 18.30, empieza a bajar el sol, aparecen algunas nubes cargadas y el viento se hace presente. Sube al escenario el cantante chino A Long Zhang: el público se levanta con su energía y sus canciones de pop. Las banderitas de Argentina y China, entregadas hace minutos por la organización, se agitan al ritmo de la música. En diálogo con este medio, el músico explicó que está agradecido con los fans que lo apoyan, que este evento es para que todo el mundo pueda participar, tanto la comunidad china, como argentinos y extranjeros: “Estoy sorprendido de que haya tanta gente, porque venimos de la pandemia. No pensaba que tantos iban a participar. No solamente vinieron a ver los shows, sino también a disfrutar de todos los stands de comida”.

El festejo culmina con la tradicional danza de leones y dragones. El escenario y varios metros del césped que lo rodean están vallados y al cuidado de personal de seguridad. Por allí se realizaron ejecuciones artísticas con música a todo volumen y encabezadas por figuras de dragones coloridos que eran sostenidos por varios artistas. Con sus típicos movimientos ondulados, los seres mitológicos bailaban y pasaban por al lado de las vallas. El público más cercano pudo tocarlos: la tradición indica que hacerlo atrae la buena suerte y permite cumplir los deseos que se le pidan, aunque la buena suerte fue para todos los presentes: disfrutar el año nuevo chino desde la Ciudad de Buenos Aires.

No se olviden de Cabezas

No se olviden de Cabezas

A 25 años del asesinato del reportero gráfico, Netflix estrena un documental que reconstruye el caso. El periodista Gabriel Michi recuerda a su compañero, habla de la necesidad de seguir haciendo memoria y de qué le pasó cuando vio la película.

A 25 años del crimen de José Luis Cabezas, este jueves se estrena El fotógrafo y el cartero: el crimen de Cabezas, una película documental basada en el caso del reportero gráfico asesinado. Presentado por primera vez durante en el último BAFICI, el film estará disponible a partir del jueves 19 de mayo en Netflix.

Mediante material de archivo y testimonios exclusivos, la investigación relata el asesinato del fotógrafo de la revista Noticias, ocurrido en 1997 en un balneario de Pinamar, y su vínculo con el autor intelectual del crimen, Alfredo Yabrán. El verano anterior, Cabezas había conseguido la fotografía del misterioso y cada vez más poderoso empresario postal caminando por la playa. El caso conmovió a todo el país y arrojó luz sobre el contexto de impunidad que se vivía en el poder de la década de los noventa. 

El documental es dirigido por Alejandro Hartmann y producido por Vanessa Ragone, quienes también trabajaron juntos en la realización de la serie de Netflix Carmel: ¿Quién mató a María Marta? La película cuenta con la participación de los compañeros de Cabezas en la revista Noticias: Gabriel Michi, Edi Zunino y Hugo Ropero. Además de testimonios del exgobernador de la provincia de Buenos Aires Eduardo Duhalde; del juez Mariano Cazeaux; del abogado Alejandro Vecchi; del empresario Oscar Andreani; el abogado y asesor legal de Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina ARGRA Miguel Gaya; la investigadora y docente Cora Gamarnik, el fotoperiodista y docente Julio Menajovsky; el entonces comisario inspector Jorge Gómez Pombo; Gustavo González, uno de los condenados por el crimen; Manuel Lazo, uno de los tres periodistas que tuvieron acceso al cuerpo de Yabrán y los periodistas Lorena Maciel y Ricardo Ragendorfer, que cubrieron el proceso y el juicio por el asesinato.

En diálogo con ANCCOM, Gabriel Michi reflexiona sobre el estreno y los 25 años de lucha y memoria. El periodista y licenciado en Comunicación Social (UBA) escribió y publicó el libro Cabezas. Un periodista. Un crimen. Un país. Actualmente se desempeña como columnista en temas internacionales en C5N, además de ser el creador y director de Mundo News.

¿Cómo te llegó la propuesta de participar en la película?

Me llamó hace más de año y medio el director y me pidió tomar un café. Estuvimos charlando y ahí me contó que estaba con la idea de hacer este documental. Me preguntó si yo podía dar mi testimonio, le dije obviamente que sí. También me consultó qué testimonios no podían faltar. Después me fueron consultando a lo largo de la producción cosas puntuales de la causa, de hechos que nosotros habíamos vivido con José Luis. Como yo tengo prácticamente toda la causa en la cabeza y todo lo que vivimos juntos, me consultaron en varios tramos mientras estaban realizándolo.

¿Cómo fue ver el estreno del documental?

Yo salí con un nudo en la garganta terrible. Revivir muchas de las cosas que padecimos en su momento durante y todos estos 25 años también fue muy fuerte. Me conmovió mucho ver a los padres de José Luis que fallecieron hace unos años, ver toda esa pelea que estuvieron dando por justicia y lo que sufrió esa familia. Porque incluso, entre las imágenes, apareció mi hermana que nos acompañó mucho tiempo en la lucha y que falleció hace un par de años. Más allá de lo de José Luis me pegó por ese lado. Incluso, en una parte del documental ellos hacen un juego entre lo que yo decía hace 25 años, cuando fue el crimen, y conmigo ahora. Era una continuidad del relato, pero con muchos años de diferencia. Vi el paso de estos 25 años en mi vida en ese juego cinematográfico. Fue recontra movilizador. Estaba en el cine, con varios compañeros de Noticias de aquella época, todos salieron muy conmovidos.

¿La familia de José Luis vio la película?

No, ellos están viviendo en España. No pudieron estar para el estreno, pero seguramente ahora la van a poder ver. Yo incluso hablé con la viuda de José Luis y le expliqué que era fuerte. Le dije que si miraban el documental traten de verlo todos juntos, en familia. Les aconsejé que no la vieran solos porque es muy dura y sé que va a ser muy movilizador para ellos también.

Escribiste y publicaste tu libro sobre el caso para el 20 aniversario ¿qué diferencia ves ahora que pasaron cinco años más?

Principalmente, la diferencia con la situación legal de los asesinos ya que están todos libres. Con el paso del tiempo nos enteramos, por ejemplo, que el asesino de José Luis, el expolicía, estaba ejerciendo como abogado cuando supuestamente no podría tener la matrícula habilitada porque no terminó de cumplir su condena a pesar de que está en libertad. También cosas que tienen que ver con la vida. El 24 de noviembre pasado nació el primer nieto de José Luis y cuatro días después, el 28 de noviembre, hubiera cumplido 60 años. Fue muy movilizador todo ese momento. Cosas que ocurrieron en estos años.

El documental tiene una parte que rescata al José Luis persona y al fotógrafo, pero también retrata muy claramente el país en aquel momento, así como también las pujas de poder en torno a este crimen.

Gabriel Michi

¿Hay alguna parte que destaques del film?

El documental tiene una parte que rescata al José Luis persona y al fotógrafo, pero también retrata muy claramente el país en aquel momento, así como también las pujas de poder en torno a este crimen. Lo sitúa históricamente y cómo se relacionó este caso con el contexto histórico y político. La guerra entre Eduardo Duhalde y Carlos Menem, entre otras cuestiones.

¿Cómo era trabajar con José Luis?

Él era una persona muy especial. Un tipo muy divertido, solía hacer bromas todo el tiempo, pero tenía un carácter difícil, era muy cabeza dura. Pero después de cubrir tantas temporadas juntos, nos conocíamos de memoria entonces nos sabíamos manejar los tiempos del uno y del otro. Él era muy familiero e hincha de Independiente como yo, compartimos esa misma pasión. Como profesional era muy detallista. Muy obsesivo con el trabajo. Tenía por un lado la calidad del fotógrafo artístico y, por otro lado, la destreza del reportero gráfico de batalla que necesitaba la foto de ese momento único, en él se cruzaban esas dos variables. Lo otro que a mí siempre me sorprendió es la capacidad de convencimiento que tenía sobre las personas que entrevistamos para hacerlos hacer lo que él quería. Desde Ernesto Sábato posando con una pintura naif en plena Plaza Lavalle u Oscar Andreani vistiendo el traje de cartero de su empresa. Esas cosas las lograba José Luis, porque tenía un poder de convencimiento para lograr el objetivo que él buscaba. La verdad que era un gran fotógrafo y un gran tipo.

¿Por qué es importante seguir hablando del caso?

Primero es importante porque toma una dimensión internacional al ser presentado en una plataforma como Netflix, es volver para instalarlo internacionalmente. Pero fundamentalmente para mantener viva su memoria., para que se recuerde que acá en la argentina asesinaron a un periodista en democracia. Que lo mataron por cumplir con su trabajo, que tuvo un mensaje mafioso de silenciamiento, coordinado por un empresario vinculado con el poder, como era Alfredo Yabrán. Que participaron en ese asesinato sus custodias, la policía de la Provincia de Buenos Aires, delincuentes que trabajaban para la policía, y además el poder político del gobierno de Menem que lo intentó encubrir. Que el caso reveló un país que estaba oculto. También me parece clave que lo conozcan las nuevas generaciones, que los jóvenes sepan esta historia. Aquellos que tal vez pensaban que hechos como estos ocurrieron solo en dictadura, sepan que en democracia también pasaron. Y que fue el enorme compromiso de la sociedad, de los periodistas y de los medios de comunicación lo que ayudó a que este caso no quede impune.

¿Qué debates va a traer el estreno del documental?

Está bueno que se reactive un poco la discusión sobre el rol que el periodismo tiene en una sociedad, cuando ese rol se asume con responsabilidad y con compromiso, en búsqueda de la verdad. En lugares como la carrera de Comunicación sé que estos debates están siempre, pero está bueno que vuelvan a aparecer el tema de la rigurosidad en la información, en tiempos donde prevalece la desesperación por ir detrás de la primicia sin chequear la información y sin la profundidad que merece. Reinstalar la discusión sobre el periodista y la prensa en general frente a esta sociedad. Y cómo, a veces, asumir el rol que debemos tener implica ciertos riesgos por lo que vale la pena dar la pelea, porque si no ganan los malos ¿no? Esa es la conclusión.

Un patio nutritivo

Un patio nutritivo

Se cumple un año de un proyecto colectivo entre estudiantes universitarios y activistas, que da cuenta que es posible plantar en la urbanidad de forma ecológica y acceder a la alimentación de forma soberana y saludable.

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Voluntariado, música y brindis en una tarde de más de 30 grados de calor. De esta manera se celebró el viernes el primer aniversario de la creación de la Huerta de Ciencias Médicas, que se encuentra ubicada en el Patio de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

El proyecto es co-gestionado entre estudiantes de nutrición y el Colectivo Reciclador, encabezado por Carlos Alberto Briganti, mejor conocido en redes sociales como el Reciclador Urbano. En diálogo con ANCCOM, el docente especializado en generar huertas con pasivos ambientales, como cubiertas de autos y tachos, señaló que esta iniciativa creada por el estudiantado es una herramienta demostrativa y pedagógica: “Acá se producen alimentos a costo cero, entonces la gente que viene empieza a entender quién es el formador de precios, qué es la soberanía alimentaria, el valor e importancia de la semilla, que los espacios improductivos deben ponerse al servicio de quienes quieren trabajar la tierra y producir alimento sin pesticida. Una huerta de estas no va a saciar el apetito y el hambre del mundo, pero si va a enseñar a las nuevas generaciones que hay otros caminos que no van de la mano del agronegocio, de la industria corporativa que produce los alimentos y que los remarca con precios excesivos”.

En el Patio de Nutrición hay varios pilares que hacen a la huerta. Primero, allí funciona la Escuela de Huerta Urbana Agroecológica “La Margarita”, en donde los activistas del Colectivo Reciclador transmiten su experiencia y conocimientos, no solo al alumnado, sino también a toda la comunidad en general. Segundo, hay un bar saludable manejado por los estudiantes, el lugar de destino de las frutas y verduras cosechadas. Tercero, hay un sector llamado “El Jardín de Mariposas”, con plantas que atraen a esos insectos que lucen sus coloridas alas durante el día, aunque también es posible cruzarse con abejas, mientras que a la noche se puede escuchar cantar a los grillos.

Emiliana Bravo, presidenta del Centro de Estudiantes de Nutrición y una de las coordinadoras del proyecto, explica que esto “es revolucionario porque es la primera huerta urbana agroecológica en un ámbito universitario. Es revolucionario porque históricamente la Facultad de Ciencias Médicas tiene una concepción bastante estructurada y clínica y como movimiento estudiantil empezamos a dar un abordaje de la salud desde otra perspectiva. Es revolucionario porque lo hacemos con una mirada ambiental, porque es uno de los factores que intervienen dentro de la salud, y hay participación ciudadana de vecinos, estudiantes, docentes y no docentes”.

Mercedes Docampo es una mujer que conoció la huerta por recomendación de una amiga y se sumó como voluntaria. Desde ese lugar destaca todo lo que aprendió junto a sus pares: “Es un espacio donde te explican cómo hacer agricultura urbana en la ciudad, cómo podés con dos neumáticos de repente tener un maíz, girasoles, acelgas. Me entusiasma ver cómo va creciendo y también me motiva a armarlo en mi balcón y a su vez motivar a mi familia y amigos”. Y agrega: “La revolución es posible, esto no tiene techo. Espero que se replique por muchos lugares más de la ciudad y en otras universidades o centros de salud y estudios”.

Reconvertir el espacio desde cero y cambiar la visión del cemento por un espacio productor de alimentos de forma agroecológica en el medio de la urbanidad, requirió sudor, esfuerzo y mucho corazón. Desde el acarreo de tierra y cubiertas hasta la limpieza y el sembrado. Todo a pulmón, con donaciones y trabajo voluntario. Tanto los estudiantes como el Colectivo Reciclador y los voluntarios esperan que con las banderas del compostaje, el reciclaje, la agroecología y la biodinámica puedan seguir creciendo y dar batalla para que se respete el derecho al acceso y la disponibilidad de los alimentos de la forma que cada uno elija.

No se olviden de Cromañón

No se olviden de Cromañón

A 18 años de la tragedia de Cromañon, donde murieron 194 personas y más de 1.400 resultaron heridas, dos sobrevivientes hablan de memoria, verdad y justicia. La ley que convierte al boliche incendiado en lugar de memoria.

Las organizaciones de sobrevivientes y víctimas del boliche Cromañón realizan un acto homenaje cada 30 de diciembre desde 2004 para mantener presente lo que sucedió aquella noche.

Gracias al persistente reclamo de justicia obtuvieron la Ley de Reparación Integral para las Víctimas y la Ley de Expropiación de República de Cromañón. Belkyss Contino, politóloga de la UBA e integrante de Movimiento Cromañón, comenta que este hecho abre nuevas puertas y marca la importancia de la lucha de los jóvenes y la organización colectiva ante las injusticias.

Contino tenía 16 años cuando vivió la masacre. Debieron pasar ocho años, tras una crisis personal, que pudo acercarse a la militancia. Hoy trabaja enfocada en los derechos humanos de mujeres y diversidades y su profesión se ve atravesada por querer entender qué sucedió y quiénes fueron los responsables de la masacre de Cromañón.

El pedido colectivo de responsabilidad recae aún en el Estado que debe asegurar la reparación y el acompañamiento a sobrevivientes y familiares y amigos de víctimas. La lucha pone el foco en el rol del Estado como proveedor de elementos que no permitan que se repitan hechos como los de aquel 30 de diciembre. La Ley de Expropiación, aprobada en el Senado en octubre de 2022, permite que los sobrevivientes tengan un espacio para contar la verdad y para que futuras generaciones puedan informarse de lo ocurrido. La normativa aún espera ser reglamentada.

“Cromañón es una cicatriz que tenemos y que no nos va a dejar nunca, forma parte de lo que somos”, sostiene Javier García, periodista que colabora activamente en No Nos Cuenten Cromañon, un canal a través del cual logra transformar y generar algo bueno con lo que vivió.

García es parte de la organización del acto homenaje el viernes 30 de diciembre que es, como todos los años, una conmemoración multicultural. “La música es el hilo conductor. La música no mata, permite unirnos. Es un espacio para contener”, afirma.

Ambos sobrevivientes destacan la lucha y la información como dos pilares para que la juventud forme su opinión y defienda sus derechos. García subraya la importancia de que se cuiden, cuestionen e indaguen para saber la verdad. Y Belkyss recuerda: “No se olviden, tengan memoria, para que no se repita. No se olviden de Cromañon”.

«Un plan sistemático de desmantelamiento de la educación pública»

«Un plan sistemático de desmantelamiento de la educación pública»

La comunidad de los institutos Alicia Moreau de Justo y Mariano Acosta se movilizó contra el cierre de dos carreras y la reducción de matrícula en otra. Desde el Gobierno de Larreta niegan haber tomado la decisión de manera inconsulta.

Estudiantes, docentes, directivos y sindicatos de la ciudad de Buenos Aires realizaron un abrazo simbólico al Instituto de Educación Superior (IES) Nº 1 Alicia Moreau de Justo en protesta por el cierre de las carreras de Física y de Lengua y Literatura en ese profesorado  y en el IES Nº 2 Mariano Acosta. Además, también denuncian un recorte en la cantidad de cupos de la carrera de Psicopedagogía del Moreau de Justo, medida que luego fue revertida por el Gobierno porteño.

            “El 23 de diciembre, nuestro último día de trabajo, nos avisaron que ponían cupos de inscripción para nuestros profesorados de Matemática, Física y Educación Tecnológica, y que no habilitaban la cohorte 2023 del de Lengua y Literatura”, cuenta a ANCCOM el vicerrector del Acosta, Marcelo Rosetti, y agrega: “Lo están mandando a último momento para no dejarnos margen de maniobra como para poder refutarlo”. El directivo y docente detalla que a lo largo del año hubo reuniones organizadas por el Ministerio de Educación con el objetivo de optimizar los planes de estudio y en las que también se discutió sobre la baja en las inscripciones y cómo revertirlas, pero “jamás plantearon este recorte, ni siquiera se mencionó”.

            La argumentación de la Ciudad para implementar esta disposición es la baja cantidad de inscriptos. De acuerdo al comunicado que publicó la Unidad de Coordinación del Sistema de Formación Docente del Ministerio de Educación de la ciudad, el profesorado de Física del IES Nº 1 tuvo solo tres inscriptos validados para 2023, mientras que el de Lengua y Literatura del IES Nº 2 tuvo nueve. Sin embargo, Rosetti afirma que la carrera de Literatura suele promediar entre 50 y 60 inscriptos por año, y que la diferencia con los números de la Ciudad podría deberse a que muchos estudiantes aún no realizaron el trámite de validación correspondiente: “En Lengua y Literatura ahora tenemos una lista de mínimamente unos treinta inscriptos seguros y hay muchos más, pero lo que sucede es que el proceso de inscripción en los profesorados es arduo. El sistema no es amigable y, por lo general, la persona que va a estudiar una carrera se inscribe el mismo año en el cual va a cursar. Acá abren la inscripción en octubre del año anterior y la cierran en diciembre. Es un despropósito hecho para desalentar la inscripción”.

Por otra parte, la carta del Ministerio asegura que la medida “no perjudicará la fuente laboral de los docentes afectados”, ya que las instituciones planificarán actividades orientadas a desarrollar otras funciones de formación o de investigación. “El problema está en que cerca del 70 por ciento de los docentes en el sistema de formación son interinos, porque la Ciudad no titulariza desde hace años. Entonces, ahora nos dijeron que está garantizada la continuidad laboral, pero eso no quiere decir que el año que viene eso se respete, ya que no tienen ninguna obligación contractual laboral”, manifiesta el vicerrector y afirma: “Yo estudié para dar clases, a mí me gusta estar en el aula, no hacer divulgación”.

            Más allá del comunicado del 23 de diciembre, que es “contestable punto por punto”, según Rosetti, no hubo más diálogo con el Ministerio de Educación porteño por la dificultad que representa el cierre de año escolar. “Hoy se estableció en una conferencia de prensa un plan de lucha a partir de nuestra reincorporación el 6 de febrero. Lo que esperamos es hacer movilizaciones y actos lo suficientemente contundentes como para revertir la situación”. El comunicado que publicaron las autoridades del Mariano Acosta en respuesta a la decisión de la Ciudad señala que todo esto se trata de “un plan sistemático de desmantelamiento de la educación pública”, la cual, sostienen, siempre fue vista como un costo por el Gobierno porteño.

 

Lo que dice el Ministerio

Emmanuel Lista, director general de Formación Docente, en diálogo con ANCCOM, sostiene que no se está cerrando ninguna de esas carreras: “Lo que planteamos es suspender este año la cohorte 2023 del Alicia Moreau de Justo en el caso de Física y en el Acosta el Profesorado de Lengua y ofrecerles a esos pocos estudiantes que se han inscripto en estas instituciones que cursen la misma carrera en el Joaquín V. González o en alguna de las otras dos que las dictan”.

 Para el funcionario, la decisión se corresponde con la “necesidad de planificar las ofertas de los profesorados, teniendo en cuenta cuáles son las necesidades de perfiles docentes que hay en el sistema educativo”. Lista afirma que hay una gran cantidad de instituciones que dictan ofertas superpuestas y que forman egresados que tardan mucho tiempo en insertarse en el sistema laboral educativo por la gran cantidad de docentes que hay, mientras escasean funciones de formación continua, de apoyo a escuelas y de investigación. “Nuestro propósito no es reducir la inversión del Estado o dejar a colegas sin su trabajo, al contrario, lo que queremos es aprovechar mejor la inversión del Estado y que las instituciones desarrollen muchas más cosas de las que hoy hacen”, dice.

Para Lista, algunos cursos “se han abierto y se renuevan sistemáticamente aunque quizás tengan tres egresados y cuatro inscriptos”. En el caso del profesorado de Física, cuenta que es una carrera que ofrecen tres institutos simultáneamente: “En general, entre los inscriptos de los tres se puede hacer tranquilamente una comisión. Lo hemos visto muchos años y lo hemos señalado en su momento al Alicia Moreau de Justo, que este año tuvo muy pocos inscriptos. Con la carrera de Lengua del Mariano Acosta ocurrió lo mismo. Estamos hablando de inscripciones validadas de menos de diez alumnos”.

El funcionario asegura que la decisión no se tomó de imprevisto: “Este año hicimos encuentros específicos sobre estos temas, presentamos diagnósticos, los enviamos por comunicación oficial y les pedimos a los profesorados que nos presenten propuestas para reorganizar la oferta. Algunos lo hicieron y otros no, pero siendo comunicación oficial es información pública, abierta y disponible para todos”.

Lista cuenta que la inscripción de cara al año que viene se abrió con normalidad en octubre con un cierre previsto para el 12 de diciembre: “Pero cuando vimos que no venían bien los números entonces habilitamos hasta el 21 de diciembre. Pasada esa fecha, hicimos un análisis de los resultados e identificamos números que son críticos y en algunos casos sostenidos hace mucho tiempo. Ese mismo día tuvimos una reunión donde comunicamos esto a algunos institutos y el 22 se envió por comunicación oficial. Dijeron que esperamos a Navidad, pero en verdad estuvimos esperando hasta el último momento en el que los estudiantes aspirantes podían validar”.

            En cuanto a la acotación de las fechas de inscripción, justifica su necesidad porque permite “organizar con tiempo la planificación de las comisiones y fortalecer y extender lo más posible los cursos introductorios”, que son espacios donde los estudiantes conocen la institución, sus planes de estudios y se realizan actividades de nivelación para mejorar el ingreso a la carrera.  Lista asegura que “los espacios de diálogo siempre estuvieron abiertos” y que sigue “insistiendo y convocando a las instituciones para trabajar conjuntamente en generar todas las condiciones para lograr la reorganización de ofertas y los cambios de planes de estudio que sean más propicios para la formación docente”.

Los trastornos del habla aumentaron sin la presencialidad escolar

Los trastornos del habla aumentaron sin la presencialidad escolar

El retorno a la cotidianidad escolar dejó en evidencia los efectos del aislamiento por la pandemia. Fonoaudiólogos y docentes explican qué pasó con los niños de jardín de infantes.

Los trastornos específicos del lenguaje (TEL) y del habla aumentaron tras el aislamiento obligatorio del 2020 de forma significativa en niños y niñas. La limitación de los vínculos y la interacción con pares pueden ser una de las causas en estos retrasos en el desarrollo integral de las infancias post pandemia. ¿Qué dicen las especialistas? ¿Cómo influye la recuperación de la educación presencial plena?

Para Laura Kolodny, licenciada en Fonoaudiología con orientación en Neurolingüística de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y docente de Musicoterapia en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), “el aislamiento afectó bastante al desarrollo del lenguaje, dependiendo de la edad y de qué tan construido estaba el lenguaje en su momento. Antes tenía una lista de espera de muchos pacientes, pero en 2021 aumentó sobre todo en un grupo etario de tres años que todavía no hablaba. La pandemia atrapó a chicos de uno o dos años,  que están en la edad de la adquisición del lenguaje”, afirma.

El relato de Yesica Muñoz, estudiante del Profesorado de Nivel Inicial en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica N° 55 (I.S.F.D. y T. N°55) de Escobar y mamá de un niño de hoy cuatros años en tratamiento por TEL coincide con los efectos de haber pasado un año confinados: “A los cuatro días de que el presidente decretó la pandemia, él cumplió dos años. Empezó jardín en 2021 a los tres, pero eran cuatro burbujas, no iba casi nunca. Recién este año comenzó normal”, señala, y destaca también que durante ese período de encierro el estímulo estuvo siempre presente: “En el profesorado aprendí tantas cosas y él estaba en una edad súper accesible para eso. Le leí libros, hacíamos juegos, entonces no tuvo nada que ver la falta de estímulo. Cuando me junté con una amiga y su hijo, de la misma edad que el mío, me di cuenta que hablaba muchísimo más que él. Llamé a la fonoaudióloga y dos semanas después el jardín me recomendó que lo lleve”.

En las consultas la fonoaudióloga le comunicó que el no ir al jardín provocó su retraso en el aprendizaje del lenguaje. “Me dijo que él necesitaba eso, el contacto con otros niños y niñas. No salía a ningún lado. Tenía la plaza en la otra cuadra y no podíamos ir. Cuando salió fue un niño muy feliz, ahí empezó a demostrar lo que es él ahora”, dice.

Según Kolodny, “son las interacciones con otros pares las que las niñas y los niños necesitan para poder comunicarse y las que tenían estaba muy reducida a la familia. Se perdió también el vínculo con otros pares en las plazas, en los lugares de diversión, con el resto de la familia, los tíos, los primos, con los amigos de las familias y sus hijos. Probablemente con las personas que vivían pasaban ocho horas frente a una compu, así el formato de comunicación estaba un poco complicado”, resalta.

En este sentido, Fabiana Ferrero, licenciada en Educación Inicial de la Universidad Nacional de Luján (UnLu), jefa del Campo Práctico 1 y 2 del Instituto Superior de Formación Docente y Técnico N° 55 de Escobar y maestra jardinera de hace treinta y siete años, remarcó la importancia de la educación inicial para las infancias: “Lo social que tiene la escuela no lo tiene nadie. La microsociedad la tiene en el jardín o la guardería. El estar presencial hace que sea más independiente y que adquiera un montón de habilidades que atrás de una pantalla no se pueden lograr. En el entorno familiar el niño habla mal pero la familia le entiende lo que quiere. Distinto es cuando no están en ese entorno, tienen que competir en el buen sentido con otro. Y para eso necesitan muchas habilidades, poder comunicarte, hacer valer tu palabra”, expresa.  

Cuando los jardines retornaron a una presencialidad con jornada completa, pudo notar la cantidad de niños con dificultad para comunicarse. “Tienen como un retraso de dos años. Hay un retraso importantísimo”, expresa Ferro.

Siguiendo esta línea, la licenciada en Fonoaudiología Fernanda Medina de la UBA, que atiende en forma particular y en un centro para chicos con discapacidad, dice: “La educación inicial permite exponer a los niños a situaciones nuevas y aprendizajes nuevos. Dentro de lo que es el desarrollo del lenguaje está muy marcado que es el entorno donde adquirimos el lenguaje por estar expuestos; no solo es la palabra de oído, sino lo que huelo, lo que siento, los gestos”.

Mayra Ruiz, licenciada en Psicopedagogía de la Universidad de Flores y parte del espacio terapéutico de aprendizaje Brinca y Rebrinca de General Pacheco, donde articulan distintas áreas para todas las edades, pudo notar como la cantidad de casos post pandemia se multiplicaron. “Aumentaron las consultas un 99%. Hay muchos chicos que están llegando a grados altos sin saber leer ni escribir. Si bien no le podemos echar toda la culpa a la pandemia, en ese tiempo del haber estado aislados, afectó. Todo lo social es muy importante para el chico para lo que es el habla. Al no poder pronunciarlo de manera adecuada es muy difícil que lo puedan pasar a un símbolo como lo puede ser una letra”, asegura.

El TEL está enmarcado en el campo de la salud mental y discapacidad. “La ley de discapacidad está dictada, pero no se están cumpliendo algunos aspecto de la regulación estatal. Hay que cambiar un poco el paradigma; no ver al niño como el niño que no llega a algo, somos nosotros los que estigmatizamos y tenemos que cambiar el chip de que somos la barrera. El niño no tiene que adaptarse a los sistemas, si no al revés”, exige la fonoaudióloga Kolodny.