Ser felices: la venganza de las víctimas sobrevivientes de trata de personas

Ser felices: la venganza de las víctimas sobrevivientes de trata de personas

En el marco de la semana internacional de la lucha contra la trata de personas, se estrena Nuestra venganza es ser felices, una película que narra el horror de las víctimas de trata en primera persona.

 

Este 27 de julio se estrenó en Cine Gaumont Nuestra venganza es ser felices, un documental dirigido por Malena Villarino que busca denunciar la Trata de Personas a través del relato de una sobreviviente, Sonia Sanchez. El audiovisual se inscribe en el contexto de la semana internacional de lucha contra la Trata de Personas, del 24 al 31 de Julio. El documental indaga sobre una problemática cuyo tratamiento es poco recurrente en los medios de comunicación hegemónicos. Y lo hace desde una mirada crítica del sistema en general: es una crítica a la explotación sexual, en particular, pero también una crítica política, económica y moral sobre cómo los cuerpos de las mujeres son convertidos en objetos en diferentes ámbitos sociales.

Sonia Sanchéz tiene 58 años y nació en la provincia de Chaco. Actualmente es activista feminista y lucha contra la explotación sexual. Busca garantizar los derechos de las mujeres desde una mirada abolicionista del sistema prostituyente, motivo por el cual milita en contra del proyecto de AMMAR que entiende que la prostitución debería ser considerada un trabajo sexual y que las prostitutas tienen que ser asumidas como trabajoras. Para Sonia Sanchez: «El abolicionismo es hermandad. Las mujeres estamos hermanadas desde el abolicionismo en Argentina y vamos a luchar para que todas las mujeres, niñas, niños y compañeras trasvestis seamos libres de prostitución, de trata y de toda la violencia que padecemos».

En la avant-premier apenas comenzó la película se respiraba inquietud, a medida que avanzaba la narración de los hechos a través de la voz de Sonia, su llanto, desesperación y desconsuelo volvían cada vez más tenso el clima en la sala, por momentos era incómodo escuchar el relato del horror.

A través del documental se puede conocer la historia de Sonia, cómo fue traficada por una red de trata tras su llegada a Buenos Aires a los 16 años en busca de progreso económico. Ese deseo se derrumbó al quedar desempleada y en situación de calle. La joven debió refugiarse en Plaza Miserere y paradójicamente su primer contacto con la prostitución, sin saber ella de qué se trataba, fue a través de una mujer que le brindó monedas para bañarse en un baño público. Luego sería trasladada a Río Gallegos, Santa Cruz, para ser explotada sexualmente.

Una vez finalizado el film Sonia no dudó en volver a alzar bien fuerte su voz para hablar del motor propulsor del audiovisual: «Esta película empezó desde la desobediencia, hartas las mujeres de estar siendo vendidas, traficadas, prostituidas, precarizadas, desde ese lugar nació Nuestra venganza es ser felices».

Por su parte, Malena Villarino aseguró: «Sabemos que no es una película fácil, pero la consideramos necesaria (…) yo lo tenía decidido, no quería hacer un típico documental de la víctima sentada y mostrar su vulnerabilidad. Quería hacer algo desde lo poético, con Sonia fuimos más allá. Soy chelista. Yo tocaba y Sonia bailaba detrás de la luz. Y esa sombra retratamos»

 

 Uno de los giros interesantes que tiene la película es el que aborda la cuestión del medio ambiente mediante una fuerte crítica al daño que hace el sistema capitalista. La pieza plantea un paralelismo entre la explotación del cuerpo de la mujer y la explotación de la tierra, el agua y los recursos naturales. Se plantea cómo ambos son violados por el hombre. La premisa que atraviesa a la protagonista y todo el documental es la de conseguir la verdadera libertad frente al sistema opresor: «Yo no quiero ser joven, yo solo quiero ser libre (…) ser una mujer libre es ser autogestiva y no tener miedo», sostuvo Sonia.

Como metáfora del momento de construcción de su nueva identidad, una escena de la película la muestra a Sonia en un bote, navegando hacia el sol en el inmenso río de la Plata. Ya no es la joven de 16 años que llegó a Buenos Aires buscando progresar. Tampoco aquella prostituta. Navegar en ese río es mantenerse a flote a pesar de la adversidad. Su venganza es ser feliz.

La película será proyectada a las 20:15 hs todos los días hasta el 2 de agosto en el cine Gaumont, Avenida Rivadavia 1635. El domingo 30 se dará una proyección especial con debate dentro del cine por ser el día internacional en contra de la Trata de Personas.

Misiones, la pionera de las leyes agroecológicas

Misiones, la pionera de las leyes agroecológicas

La provincia es la primera en sancionar una ley que promueve la producción de bioinsumos, y se suma a otras provincias que prohibieron el uso de plaguicidas como el glifosato. La sanción llegó pese al lobby empresario.

El 22 de junio se aprobó la ley de promoción de producción de bioinsumos en la provincia de Misiones, la pionera del país en tomar la iniciativa para un cambio ecológico en las chacras misioneras y crear una alternativa al uso del glifosato en sus producciones. Un día después de ser sancionada, el lobby empresarial se hizo sentir con quejas publicadas en La Nación acusando la “ausencia de diálogo”.

La queja tenía su origen: el glifosato, herbicida químico utilizado en las producciones misioneras y catalogado por la OMS como cancerígeno, protagonista de causar irritaciones oculares, deformaciones e impacto en el sistema endocrino, quedará prohibido en el lapso de dos años en el territorio provincial. Mientras tanto, los productores y productoras deberán iniciar su transición progresiva hacia prácticas sostenibles y agroecológicas. 

“¿Por qué no cuidar el ambiente, por qué no ser sustentable – sostenible con las generaciones futuras? -se pregunta Leonardo Amarilla, subsecretario de Planificación del Ministerio del Agro-. Misiones tiene una población joven que ya tiene otra cabeza. Hay un choque generacional de padre e hijo o abuelo y nieto, porque durante 30 años usaron glifosato, entonces les va a costar el cambio. Pero el debate está sobre la mesa y la chacra. ¿Por qué usamos esto? mirá cómo crece la lechuga, con sabor a lechuga, con el biofertilizante”.

Uno de los sectores que se encuentran en resistencia y total rigidez sobre un cambio sustentable y saludable es la Sociedad Rural. En cambio, los pequeños y medianos productores misioneros ya apuestan al nuevo cambio de paradigma. 

La ley denomina bioinsumo a todo producto biológico que consista o haya sido producido por microorganismos o macroorganismos, destinados a ser aplicados como insumos en la producción agropecuaria, agroalimentaria, agroindustrial y agroenergética.

La provincia cuenta con una biofábrica donde las cooperativas realizan sus propios bioinsumos y las empresas proveen los biofertilizantes y biopesticidas a los productores y productoras. El encargado de brindar capacitación y asesoramiento sobre el uso de estos productos es el Estado.

El objetivo principal de la ley es establecer un marco regulatorio para la investigación, desarrollo, producción, procesamiento, registro, comercialización y utilización de productos biológicos naturales -bioinsumos- que aporten a las políticas de sostenibilidad y sustentabilidad en la Provincia. 

De esta forma, poder generar líneas de trabajo colaborativas donde se promueva el desarrollo de insumos biológicos y la utilización de métodos orgánicos, junto a un adecuado manejo del riego agropecuario, uso del agua y técnicas relacionadas con el reciclaje de materiales orgánicos para mejorar la fertilidad de suelo, el control de plagas y enfermedades. 

Como resultado se espera un consumo más sano, cosechas rentables y que las familias productoras puedan seguir conservando las propiedades del suelo sin dañarlas. De esta manera, priorizan y resguardan el bosque, la selva, el uso y consumo del agua, los árboles y animales nativos de Misiones, ya que cuenta con el 52 por ciento de toda la biodiversidad del país.  

Asimismo, la ley plantea la creación del Registro Provincial de Productores de Bioinsumos de todas aquellas personas que tengan como objetivo la investigación, desarrollo, elaboración, producción, exhibición y comercialización de sus propios productos biológicos y derivados. Esto permite una soberanía productiva, alimentaria y economía circular, donde los desechos orgánicos, como pueden ser cáscaras de algún cítrico, permiten la producción de otro alimento diferente, sin la necesidad de usar un agroquímico. 

El objetivo de Misiones es vender los bioinsumos, derivados de organismos vivos, a nivel nacional, regional e internacional, ya que es la provincia que se encarga de exportar el 92 por ciento del té que se produce en Argentina y miles de kilos de yerba a lugares como Estados Unidos, el Sudeste Asiatico y Europa. 

Para Amarilla, los bioinsumos son la ciencia, la tecnología e innovación aplicada a la chacra: “Es un estudio, un laboratorio para beneficiar a la chacra y su producción. Es un antes y un después. Estamos fumigando con drones; el campo y la chacra va por ese lado, no para ver que otro veneno le ponemos, sino para qué sustituto encontramos de los agroquímicos”.  

¿Cómo afectó la pandemia en la confianza de las vacunas?

¿Cómo afectó la pandemia en la confianza de las vacunas?

Un informe que la Fundación Bunge & Born realiza anualmente estableció que desde 2019 el índice de confianza en las inmunizaciones retrocedió un 8,3%.

La confianza en las vacunas en Argentina se encuentra estancada. Así lo demuestra el cuarto informe sobre el Índice de Confianza y Acceso a las Vacunas (ICAV), realizado por la Fundación Bunge y Born. El estudio toma tres variables: qué tan seguras se consideran las vacunas, la importancia de aplicárselas a los chicos y su efectividad.

Se puede observar una disminución de la confianza desde el año 2019 al año 2020, y un amesetamiento desde 2021 a 2022. Para el año pasado, hubo un muy leve aumento del Índice de Confianza respecto a 2021 del 0,5%. Viendo a grandes rasgos la evolución de aquel indicador desde los inicios de este estudio en 2019, se observa que entre ese año y 2022 se dio un retroceso en la confianza del 8,3%, y la principal caída se dio al finalizar el primer año de pandemia. Luego la evolución se convirtió en una suerte de «meseta», para los años 2021 y 2022, que no llegó a compensar el deterioro ocurrido de 2019 a 2020.

Este estancamiento de la confianza en las vacunas está en un nivel relativamente bajo, y podría interpretarse como preocupante en términos de salud pública. “Pareciera haber una relación entre lo que es la caída de la confianza y la pandemia. Nosotros tuvimos la suerte de hacer una medición previa a la pandemia en el 2019 que nos arrojó una confianza de 93 puntos, un valor bastante alto. Y lo que vimos hacia fines del año 2020 es que la confianza cayó 7 puntos respecto del 2019. Eso nos da a entender que de alguna forma todo lo vinculado a la pandemia, a la discusión que se generó en torno a lo que es las vacunas, generó una merma en la confianza”, sostiene Julio Ichazo, coordinador de proyectos en la Fundación Bunge y Born, licenciado en Sociología y Magister en Economía Aplicada.

Es importante remarcar que el rango etario de encuestados que presenta más desconfianza en las vacunas son las personas de 15 a 20 años. En base a esto, Ichazo remarca que “está bueno que el ICAV se use como insumo como para orientar las campañas de las políticas públicas en estos segmentos específicos, porque los jóvenes de hoy son los que el día de mañana van a tener la decisión de vacunar o no vacunar a sus menores”.

Por otro lado, a partir del año 2022, la medición del índice de acceso (IA) se modificó para incorporar algunos lineamientos establecidos por el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico en materia de inmunización de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Con esta nueva estrategia se busca refinar y ser más específicos a la hora de medir las barreras de acceso a la vacunación según la información dada por los cuidadores de menores de 14 años. El foco ahora se pone específicamente en esta población y no en la total, ya que aquella es la responsable de garantizar el cumplimiento del Calendario Nacional de Vacunación (CNV) de sus menores a cargo.

El nuevo Índice de Acceso considera ocho dimensiones para determinar las posibilidades que tiene la población de cuidadores de acceder a la vacunación:

  • Información sobre dónde vacunarse.
  • Costos involucrados.
  • Facilidad de acceso a la vacunación en general.
  • Dificultad en llegar al vacunatorio (accesibilidad)
  • Rechazo previo en vacunatorio.
  • Horarios del vacunatorio
  • Tiempo de espera en vacunatorio
  • Éxito en el vacunatorio

Este nuevo IA ha arrojado una importante información sobre dificultades comparadas en el acceso de cuidadores mujeres y cuidadores hombres, y también diferencias entre cuidadores con mayor y menor nivel educativo.

“Para nosotros el potencial del ICAV es, de alguna forma, poder ayudar a los hacedores de política a poner el foco donde está efectivamente el problema. Esto lo comento más a título personal, son cuestiones de una comunicación más enfocada para estos segmentos, que de alguna forma ayuden a brindar más y mejores posibilidades de acceso a las vacunas, ya sea brindando más información, cambiando horarios de atención en los vacunatorios, etcétera”, reflexiona Ichazo.

Desde la Fundación sostienen que esta baja de la confianza y acceso a las vacunas es preocupante y que el Estado debería adoptar medidas y políticas de comunicación que ayuden a facilitar estas dificultades. En cuanto a este punto, Brenda Walter, actualmente gerenta de proyectos en la Fundación y politóloga especializada en organizaciones sin fines de lucro comenta que “hay que diseñar estrategias de comunicación específicas para cada uno de los públicos, de manera que sea una comunicación efectiva e invite a vacunarse. Por efectiva entendemos que sea una comunicación clara, concisa, que no genere inquietudes o dudas, que dé las respuestas que tiene que dar y que además esté dirigida según el público dirigido”.

Y explica: “Siempre recomendamos trabajar en dos aspectos: por un lado la comunicación, creemos que es fundamental para afianzar y fortalecer la confianza. Esto acompañado de estrategias que garanticen una mayor disponibilidad de vacunas y una mayor accesibilidad puntualmente a las poblaciones más vulnerables que son las que a veces están mucho más alejadas de los centros de salud o tienen más dificultades para acceder, no cuentan con un medio de transporte propio, etcétera”.

Walter dice que junto con el agua potable, la vacunación ha sido una de las políticas sanitarias que ha impactado de manera muy directa en los sistemas de salud,  justamente porque permite prevenir la aparición de ciertas enfermedades. Por esa razón es fundamental promover una vacunación accesible, gratuita y que sea posible para todas las personas.

Un abrazo silencioso para un Botánico ruidoso

Un abrazo silencioso para un Botánico ruidoso

Organizaciones ambientalistas y vecinales se manifestaron contra los daños naturales que genera Secret Garden, el evento de luces y sonidos que se realiza en el parque ideado por Carlos Thays. El predio fue alquilado en tres millones y medio de pesos y ya lleva recaudado 250 millones.

Organizaciones vecinales y ambientalistas se reunieron este domingo en la puerta del Jardín Botánico de la Ciudad de Buenos Aires para realizar un abrazo simbólico contra el evento lumínico Secret Garden que se desarrolla en ese parque público durante el mes de julio.

“Es importante la defensa de nuestro patrimonio arbóreo, natural, histórico y cultural. La enajenación de los espacios verdes públicos es una constante, pero no pensábamos que podían llegar hasta el Jardín Botánico. La verdad es que cada vez nos sorprenden porque van más allá”, sostiene en diálogo con ANCCOM María Angélica Di Giacomo, fundadora de Basta de mutilar nuestros árboles, una organización que tiene por objetivo la conservación y protección del patrimonio arbóreo de la Ciudad.

La convocatoria al abrazo estuvo gestada a través de una Carta Abierta en Defensa del Jardín Botánico Carlos Thays, redactada por organizaciones ambientalistas y defensoras del patrimonio porteño, que ya reunió más de 6.000 adhesiones. Entre los fundamentos del escrito se destaca que “desde la Secretaría de Ambiente, se informó oficialmente que se “valora y respeta de manera irrenunciable el patrimonio que representa el Jardín Botánico Carlos Thays para la Ciudad de Buenos Aires”. Pero las organizaciones piensan lo contrario: “Por lo que vemos, es un modo extraño de hacerlo. Nos preocupa sobremanera el antecedente de impunidad que quedará para el futuro y nos preguntamos cuánto costará revertir, en los jóvenes y niños que concurran a este espectáculo, la falsa idea de que han visto un Jardín Botánico”.

La muestra inmersiva lumínica denominada Secret Garden se realiza a nivel mundial, y propone un recorrido a través de postas con efectos sonoros y visuales, con luces led, de neón, y proyecciones a partir de video mappings. Esta actividad se presenta oficialmente como “una excelente oportunidad para conocer o volver al Jardín Botánico Carlos Thays en el marco de su 125° Aniversario con esta propuesta innovadora, 100% disruptiva y sustentable”, y se realiza en horario nocturno, luego de las 18, cuando el Botánico cierra sus puertas al público general.

El pago del canon por el uso del Botánico (dispuesto por el Banco Ciudad) para la realización de esta actividad durante las noches del mes de julio se ubicó alrededor de los tres millones de pesos, mientras que las ventas por entradas, que rondan entre los 3.500 y 4.500 pesos por persona, ya superaron la suma de 250 millones de pesos. En cuanto a las ganancias obtenidas por el alquiler, no está previsto que sean reinvertidas en el parque público, sino que en principio formarán parte del Tesoro de la Ciudad.

El reclamo no se presenta contra la propuesta artística en sí, sino en el espacio donde se autorizó su realización. El Jardín Botánico, inaugurado en 1898, cuenta con más de siete hectáreas de superficie, alberga más de 900 especies y 2000 ejemplares de árboles y plantas nativas y exóticas, y tiene entre sus misiones la conservación de la biodiversidad y la educación ambiental.

“El Jardín Botánico debiera ser una institución científica y educativa tal como la fundó hace 125 años Carlos Thays. Este evento tiene un impacto negativo en el ambiente de un patrimonio natural e histórico muy singular porque daña a la vegetación y a los animales que tienen hábitos nocturnos”, explica Fabio Márquez, conocido en sus redes sociales bajo el seudónimo Paisajeante. “Esto va a implicar un deterioro ambiental, es un ecocidio. Esto es una reserva de pájaros, de diversidad de aves, y 30 noches sin que las aves no puedan ni dormir con el ruido y las luces, las expone a un estrés altísimo, que, al ser durante todo un mes, va a implicar que muchas vayan a morir, porque son muy delicadas. La realidad es que este es una especie de santuario, que al entrar no se escucha el ruido de los coches, es un lugar de silencio, y las aves están acostumbradas a este ambiente”, comenta Marina Garrido, vecina, abogada e integrante de la Asociación Civil Lucha por la Integridad Social y el Derecho Animal (ALUISA).

El Botánico no sólo fue declarado como Monumento Histórico Nacional en 1996, sino que también es el primer pulmón verde seleccionado por el Gobierno de la Ciudad en marzo de este año, por su diferencia climática 4.8 grados menor respecto de la temperatura registrada en sus alrededores. “Es increíble pero fue declarado primer refugio climático de la Ciudad. En vez de replicar este esquema en todos los espacios verdes de la Ciudad, es al revés. Se trae acá lo que invade nuestras plazas: plásticos, metal y cemento”, sostiene Di Giacomo.

Desde la reglamentación de uso del Jardín Botánico se establece la prohibición de dañar plantas, carteles, esculturas, y no se permite pisar el césped. Además, se solicita colaboración para combatir la contaminación sonora, evitando los ruidos y la utilización de aparatos electrónicos con sonido exterior. “Acá adentro está prohibido hasta andar en bicicleta, y sin embargo tenemos filmado y fotografiado que han ingresado autos. Las raíces de los árboles que pasan por los senderos están siendo pisoteadas por autos y por la gente, por lo cual no hay lugar más inapropiado que este para hacer el evento”, agrega Di Giacomo.

Mientras reparte folletos para difundir el reclamo y sumar firmas a la Carta Abierta, Natalia Kerbabian, arquitecta e ilustradora de la arquitectura patrimonial demolida y en riesgo, cuenta que “la importancia del abrazo es para sostener una ciudadanía consciente, conectada a la vida, al respeto y a la palabra. El arrebatamiento y el avasallamiento de un espacio público declarado Patrimonio Histórico Nacional, de acceso gratuito, que alberga una cantidad de vida sintiente en estado puro, está siendo usufructuado por intereses privados, y hay una ciudadanía que recuerda que están faltos a la palabra y avasallando un derecho, una obligación y un cuidado que tiene que estar llevado adelante por quienes nos representan, los funcionarios”.

En ese sentido, Garrido reflexiona acerca de la cuestión: “No podemos decir que los porteños no tienen culpa, porque también avalan este tipo de espectáculos. Es un tema de educación, de que a la población no se la educa en estos temas, y es triste ver cómo la gente pide que se saquen y poden árboles como si se tratase de algo decorativo. Sería mejor una actividad para recorrer el Botánico de noche, en silencio, para escuchar a la naturaleza, porque sobran lugares ruidosos y luminosos. ¿Hay alguien en la política que esté pendiente de estos temas? Aparentemente no. Si buscaran asesorarse con gente de la ciencia, quizás podrían evitar acciones de este tipo”.

Muerte accidental de 235 pasajeros

Muerte accidental de 235 pasajeros

Solo en 2022 se registraron 1993 accidentes ferroviarios en los que murieron 235 personas y otras 1351 resultaron heridas. Razones de un problema silenciado.

En los últimos años, los accidentes ferroviarios han sido una constante en la Argentina: en 2022 se registraron un total de 1993 solo en las líneas ferroviarias de pasajeros del Área Metropolitana de Buenos Aires, con 235 personas fallecidas y 1.351 heridas. Las líneas más afectadas fueron el Roca, el Sarmiento y el Belgrano Norte. Detrás de estos números se desnuda la falta de inversión en el mantenimiento y mejora de los trenes, un problema que afecta directamente la seguridad de los pasajeros y los trabajadores del sector.

La raíz del problema se remonta a la década de 1990, cuando los ferrocarriles argentinos fueron privatizados. Desde entonces, la falta de inversión por parte de las empresas privadas ha llevado al deterioro progresivo de la infraestructura y los servicios ferroviarios. Además, el sistema de señalización utilizado en gran parte de la red ferroviaria sigue siendo obsoleto, sin actualizaciones desde aquella década, lo que agrava los riesgos de accidentes.

Además de los accidentes, los usuarios han expresado reiteradas quejas sobre el deficiente estado de las formaciones, la falta de limpieza y la preocupante posibilidad de sufrir robos debido a la necesidad de mantener las ventanillas abiertas en ciertos casos. Aunque se han incorporado nuevos trenes en algunos servicios, como el Roca, persiste el uso de vagones Toshiba, en funcionamiento desde 1985, y que habían dejado de circular años atrás.

La línea ferroviaria Belgrano Norte, que conecta Retiro con Villa Rosa, ha experimentado un deterioro significativo en los últimos años. Mientras otros sectores del sistema ferroviario se beneficiaban de mejoras, como la renovación de coches y vías, así como la implementación de sistemas de frenado automático, esta línea ha quedado rezagada y enfrenta serios problemas en términos de accidentes, muertes y problemas operativos. 

Los coches con puertas manuales y abiertas durante todo el trayecto han facilitado situaciones de inseguridad y han contribuido a un alto número de incidentes. En enero de este año, Flavia Cruzado, una joven de 19 años, perdió su pierna derecha luego de ser asaltada en la formación mientras se dirigía a Retiro. El ladrón le arrebató su celular y, al intentar perseguirlo, Flavia cayó debajo del tren y fue arrastrada. Aunque el delincuente sigue prófugo, la joven se encuentra internada en el Sanatorio Los Arcos, donde lograron salvar su pierna izquierda.

Según la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), en el año 2022, un total de 805 pasajeros sufrieron golpes o caídas en esta línea. Estos incidentes, que ocurren con mayor frecuencia entre los pasajeros que viajan en los estribos o de manera precaria, representan el 75.5% de los 1066 casos reportados.

Rubén Darío «Pollo» Sobrero –Secretario General de la Unión Ferroviaria, seccional Oeste-Haedo del ferrocarril Sarmiento y precandidato a gobernador bonaerense por el Frente de Izquierda–, señala que el estado actual de los trenes es preocupante y está directamente relacionado con la frecuencia de los accidentes. Uno de los principales aspectos que destaca es la falta de seguridad en los pasos a nivel, donde se han producido numerosos arrollamientos y colisiones con automóviles. «Es ridículo que a esta altura del siglo XXI todavía existan barreras y pasos a nivel sin la infraestructura adecuada para garantizar la circulación segura de los trenes», afirma el líder sindical.

Ante esta situación, Sobrero enfatiza la necesidad de contar con una gestión ferroviaria liderada por profesionales capacitados y no por funcionarios políticos que cambian cada cuatro años. Además, destaca la importancia de planificar a largo plazo, con una visión estratégica a 10 o 15 años, para lograr un sistema ferroviario seguro y eficiente. «Mientras no se realicen inversiones adecuadas y se planifique a largo plazo, el servicio ferroviario seguirá siendo mediocre», sostiene. 

La tragedia de Once, que el 22 de febrero de 2012 se llevó la vida de 51 personas, fue un parteaguas en la historia ferroviaria argentina. La justicia determinó que hubo error humano pero también un estado deplorable de la formación, y además del conductor fueron condenados dos altos ex funcionarios del área de Transporte. Sin embargo, la línea que más mejoras obtuvo no es la que tiene como cabecera la estación Once sino la Mitre, que conecta CABA con la zona norte. De hecho, acaba de ser terminada la obra de mejoras en el ingreso a Retiro, y en los últimos años varias de sus estaciones fueron mejoradas y algunos pasos a nivel reemplazados por viaductos. A largo plazo, tal como evalúa Sobrero, el soterramiento de todas las líneas asoma como el horizonte deseable.

La epidemia de aburrimiento

La epidemia de aburrimiento

El consumo creciente de contenidos digitales y pantallas conspiran contra los tiempos de ocio y de creatividad. ¿Qué dicen los especialistas?

“Mamá, estoy aburrido” parece una frase en extinción. Si el niño no cuenta con un celular, es posible que algún adulto le preste el suyo para que se entretenga. ¿Cuánto hace que no se escucha a un niño llorando en un colectivo? Un videíto sabrá calmarlo rápidamente y permitir un viaje tranquilo. Pero, ¿cuál es el precio?

La Organización Mundial de Salud recomendó en un informe de 2019 que los niños menores de dos años no fueran expuestos a dispositivos electrónicos; para los niños de entre tres y cuatro años sugería un máximo de una hora frente a pantallas por día. Por su parte, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) difundió un artículo publicado que explicaba: “Una encuesta, realizada en varios países por AVG Internet Security a 2000 madres, reveló que ‘el nacimiento digital’ de los bebés ocurre alrededor de los 6 meses; descubrió que el 81% de los niños menores de dos años tienen algún tipo de perfil o huella digital, con sus imágenes publicadas en línea y una cuarta parte de ellos inicia su huella con la imagen del ultrasonido prenatal subida por sus progenitores”.

Desde la SAP, si bien reconocen el rol de socialización que tienen muchas plataformas, explican que “el uso excesivo de pantallas puede tener importantes efectos colaterales: sedentarismo digital o inactividad física; sobrepeso u obesidad (exposición a comerciales de alimentos no saludables); alteraciones del sueño (por efectos negativos de la luz azul sobre la secreción de melatonina); afectación de la cognición, de la memoria, de la atención, y bajo rendimiento académico en relación con la privación del sueño y la multitarea”.

¿Las pantallas, a las que tanto nos hemos acostumbrado en estos últimos años, están generando problemas de salud pública? ¿Es la pérdida del aburrimiento algo que lamentar?

Pantallas

Para la psicologa Laura Morrison, especialista en niños y adolescentes, las pantallas ya son parte del hábitat natural de los hogares. “La pregunta –señala- es cómo regular este hábito que ya forma parte de la vida de los niños desde el nacimiento”.

Frente a miradas más críticas sobre el abuso de pantallas, Morrison explica que hay muchas actividades que se pueden hacer con tecnología que también permiten el desarrollo cognitivo de los niños tal como ocurre con los juguetes u otros objetos físicos: “Podríamos examinar las diferencias entre ambas, pero no es necesario que sean mutuamente excluyentes. Para un nene va a estar bueno interactuar con juguetes, pero no está mal que utilice pantallas. Depende del tiempo y el uso que le dé, tanto al juguete como a la pantalla, y eso va a depender de qué mamá y papá están ahí para regular eso”. Esta tarea de regulación del tiempo de pantallas es un problema en sí mismo, hasta el punto que hay quienes consideran que la prohibición total es más fácil que la regulación que implica poner límites constantemente y tensan el vínculo filial.

¿Qué se pierde con la disponibilidad permanente de las pantallas? “El problema radica en que la pantalla genera que la persona que está detrás muchas veces sea un receptor pasivo”, explica Morrison. “Esto se provoca al sobreestimular su capacidad para conseguir objetivos y metas, como en el caso de los videojuegos. Pero el problema es que eso va en desmedro de la habilidad física y no permite desarrollar la capacidad de frustración necesaria que requiere un juego de niños presencial. La tolerancia se ve deteriorada. En este sentido, el aburrimiento aparece en los tiempos de incertidumbre, donde se requiere creatividad”.

La especialista en infancias aclara que el problema es la incapacidad de tolerar los tiempos de ocio, algo que limita a la creatividad que surge de la actividad no pautada y el aburrimiento. Y agrega: «Los padres y los adultos deben permitir que los niños tengan tiempo libre para que, en la incertidumbre de no saber qué hacer, en ese vacío, si logran tolerarlo, surja la creatividad y el placer de imaginar, fantasear, dibujar y hacer otras actividades que son fundamentales para el desarrollo de la salud mental, especialmente en los niños. El desarrollo de la fantasía es esencial, ya que permite procesar las emociones necesarias para la vida».

Todas las edades

Para la psicóloga, el uso excesivo de las pantallas, siempre disponibles, no deja aparecer all aburrimiento y son los padres los que deberían permitir que los niños transiten espacio de ocio sin estímulos digitales y desarrollen la creatividad, una función esencial dentro del desarrollo cognitivo.

Pero paradójicamente, según la Encuesta Nacional de Consumos Culturales (2013/2023), demuestra que el 33% de las personas que consumen productos culturales son individuos de 30 a 49 años. Estos ocupan el mayor porcentaje dentro de toda la encuesta, un rango etario asociado a hijos e hijas pequeños. En estos mismos resultados, se puede observar que las prácticas culturales se manifiestan a partir de una plataforma digital, casi por completo, como lo es el escuchar música, leer libros, informarse y realizar actividades recreativas como los juegos.

Para entender por qué todos nos vemos inmersos en las redes digitales, el documental El dilema de las redes explica cómo todo está detalladamente diseñado para que nos volvamos adictos a las plataformas digitales. En el filme, el exdiseñador de Google, Tristan Harris, explica que las empresas se han dado cuenta que las interacciones digitales generan dopamina, un neurotransmisor vinculado al placer y que se dispara con el reconocimiento social de un like o un comentario. Así los individuos se ven atrapados por la idea de que están sucediendo cosas todo el tiempo y que encima eso los involucra, generando miedo a perderse algo. Así el uso de las pantallas puede volverse adictivo.

El efecto puede resultar, sin embargo, paradójico: “Las sociedades digitalizadas caen en un aburrimiento profundo provocado por la inmersión cotidiana en las redes”, explica Nicolás Mavrakis, autor argentino de Byung-Chul Han y lo político, un libro editado por Prometeo que habla sobre la idea del aburrimiento que considera el filósofo coreano. “Quienes son encapsulados por la fragmentación permanente del tiempo y el deber constante de exhibirse como individuos eficientes y dinámicos en todos los campos posibles de la vida, terminan  ́profundamente aburridos ́ de sí mismos”. El autor considera que es necesario romper con el aburrimiento profundo para poder acceder a las cuestiones básicas que contribuyen a la existencia del ser humano: “Ese es el aburrimiento profundo, el aburrimiento metafísico. El aburrimiento que se opone al aburrimiento profundo es aquel que rompe este esquema y funda la posibilidad de pensar. Quien se aburre comienza a hacerse preguntas. Y esas preguntas intentan, tarde o temprano, responder los motivos por los que nos encontramos en la situación en la que nos encontramos. Sin duda, ser capaces de aburrirnos hasta suspender la inercia del mundo y pensar es un acto revolucionario”.

¿Deberían entonces implementarse medidas regulatorias para apaciguar los efectos de la sobreestimulación digital? “No hay medidas regulatorias aplicables de manera efectiva sobre aquello que causa placer o se hace por necesidad. El narcisismo causa placer, y gracias a la expansión de una cultura que privilegia la represión de las diferencias en nombre de una igualdad funcional al mercado, también se practica por necesidad”, comenta Mavrakis.

La epidemia del aburrimiento parece afectar tanto a niños como a adultos y de distintas maneras en un mundo con pantallas que luchan por nuestra atención. Así se superponen e: la falta de aburrimiento por la facilidad del entretenimiento de las pantallas, el aburrimiento que puede producir esa sobreestimulación y un aburrimiento como puerta a la creatividad.. Dentro de este aburrimiento, podemos distinguir dos variantes. Desde el lado psicológico, la excesiva exposición de los niños a las pantallas digitales obstruye su capacidad de aburrirse por completo, impidiendo así el surgimiento de la creatividad, noción fundamental para nuestro desarrollo cognitivo. Desde el lado filosófico, el aburrimiento estaría más relacionado con el narcisismo que promueven las redes sociales, generando una sensación de aburrimiento hacia uno mismo. En este sentido, el acto de aburrirse y cuestionarse a uno mismo podría ser considerado un acto revolucionario en nuestra sociedad.

A partir de estas reflexiones, surge la pregunta: ¿puede el poder transitar el auténtico aburrimiento salvarnos de la apatía y el constante desinterés que nos sumergen las redes sociales?