Militar la ESI

Militar la ESI

«Cuando te ponés la lente ESI, no te la sacás más”, asegura Aranda.

El “Comando ESI” es una organización que surge en la urgencia. Contra los intentos de secuestros y violaciones en la zona de Florencio Varela, un grupo de mujeres salió a combatir tabúes y multiplicar los contenidos de la Educación Sexual Integral.

ANCCOM acompañó a Ayelén Aranda y a Guadalupe Ruíz en una jornada de militancia. Fue un sábado a las 10 de la mañana, de un día bastante nublado, gris y fresco, que armonizaba con el cemento del playón, donde suele reunirse el grupo “Scout Peñi-hue” del distrito 2, de Florencio Varela. El grupo está compuesto por 64 pibas y pibes, de entre 7 y 21 años.

El lugar se recuperó y sigue reconstruyéndose a pulmón, por el trabajo de 15 padres, madres y docentes, para que los chicos puedan desarrollar allí sus actividades. La sede se encuentra sobre Avenida Eva Perón, a seis cuadras de la estación Florencio Varela.

La pava eléctrica se apagaba otra vez para llenar el último termo para el mate. Arrancaron la charla las coordinadoras invitadas del “Comando ESI”.

Ayelén rompió el hielo: “¿De qué hablamos cuando hablamos de ESI?” Explicó que es una ley sancionada en el 2006, que su potencial está en el contenido y que su aplicación es fundamental porque implica avanzar en los derechos de niños, niñas y niñes. Una ley que está basada en el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.

Aranda dijo que hablar de ESI es hablar de una educación sexual transversal, que no se limita a lo sexual, sino que tiene en cuenta cuestiones como la afectividad, los vínculos saludables, la toma de decisiones y básicamente el respeto a las diferencias. Es una perspectiva de derechos integral, un cambio en la mirada frente a la propia vida y en cómo nos vinculamos con los demás, con los prejuicios y mitos.

“Es hacer foco en lo cotidiano  -continuó Ayelén-,  en las desigualdades, en los micro-machismos, en el humor y en cuestionarse aquello que nos causa risa. Y no es que con la ESI se pierde el humor, es ponerte ‘la lente ESI’ y desde ese momento no te la sacás más”.

“¿Por qué poner en una nota ‘señores padres’, si no sabés con quién vive esa piba o pibe?», se pregunta Aranda.

Talleres que deconstruyen

Durante el taller, Ayelén narró un relato que ayudaba a las presentes a posicionarse en otro lugar. Luego, se dividieron en grupo, charlaron y se entretejieron experiencias, desde esa nueva óptica.

Guadalupe tomó la palabra y se instaló desde su experiencia: la práctica docente. Así les explicó a las participantes la importancia de deconstruir colectivamente para visibilizar modos que atraviesan el cotidiano. “¿Por qué poner en una nota ‘señores padres’, si vos no sabés con quién vive esa piba o pibe. Directamente decimos: ‘Familia’. O preguntar: ‘¿Cómo querés que te llamen?’

En una clase de Biología, en la que tuvo que hablar sobre la estructura del ADN, Ruíz comentó que incluyó en la explicación la historia de la científica Rosalind Franklin, que descubrió el ADN y cómo fue estafada por Watson y Crick, quienes se quedaron con el premio Nobel. “Yo sigo dando Biología, pero problematizo esas cosas”, contó.

¿Por qué explicar por la negativa? ‘Tenés que usar forro, porque si no, te agarrás sífilis, HIV o la dejas embarazada’. En cambio, si explicamos por la positiva, decimos: usá forro, así podés disfrutar placenteramente de tu sexualidad con la otra persona.

Los insultos también los desarmamos junto con los alumnos. “¿Qué quiere decir? MMLPQTP, ¿Las putas tienen la culpa?”, preguntaron.

El comando ESI nació en 2017 tras una serie de intentos de secuestros a chicos de Florencio Varela.

El cuidado del cuerpo como hábito

Uno de los ejes más importantes de la ESI es el cuidado del cuerpo, en términos de hábitos. Guadalupe lo plantea como un desafío, en términos de cómo un adolescente se va a cuidar con preservativos, cuando no tiene hábitos de cuidado en general. Ella afirma que por más que tenga a mano un preservativo, es posible que no vaya a usarlo. “Los chicos muchas veces vienen enfermos a la escuela, con fiebre, tuberculosis, sarna… -describe-. Prefieren ir a la escuela porque si se quedan en sus casas tienen que cuidar a los hermanos, padecen frío, o deben limpiar. En esas condiciones, ¿cómo hacés para que use forro? La respuesta sería lograr que comprenda que con el forro puede disfrutar plenamente de la sexualidad”.

Mariana Vega, jefa del grupo “Scout Peñi-hue” contó que la necesidad de abordar la ESI es para el trabajo con los 64 chicos y chicas. Comentó que muchos de los chicos que asisten asisten a escuelas privadas, donde no se trabaja sobre ESI y es muy necesario empezar a tratar con ellos y ellas sobre estos temas. “Vos te das cuenta, como adulta, que hay algún pibe que se siente diferente y hay que ver cómo acompañarlo desde la escucha. Es muy importante”.

 

Una experiencia de militancia fuera y tras las rejas

Guadalupe Ruíz es profesora de Biología, en Nivel Medio y en la cárcel de Florencio Varela, con especialización en Educación Sexual Integral. Le contó a ANCCOM cómo decidieron armar el “Comando”, en 2017, a raíz de una serie de intentos de secuestro en las puertas de las escuelas en Florencio Varela y de la violación de una nena de 13 años, por la pareja de su madre, un vicedirector de escuela. La Clínica del Niño de Quilmes no aplicó el protocolo, por lo que la niña fue sometida a un proceso de sensibilización y fue madre.

 

¿Cómo se organizaron?

No teníamos muy en claro qué hacer, pero teníamos que armar el Comando ESI. Teníamos que hacer alguna acción, darles estrategias, o ver qué recursos les podíamos facilitar a las pibas, para evitar los secuestros y las violaciones

¿Cuál es el mayor desafío al que tienen que enfrentarse?

El desafío mayor a la hora de armar los talleres para trabajar la ESI fue vencer la resistencia de los y las docentes y el miedo a las familias. Esto es el producto de una formación biomédica.

¿Cuál creés que es el factor fundamental de esa resistencia?

La ESI es liberadora, los pibes y las pibas adquieren mayor autonomía, poder de decisión, mayor libertad, van a conocer mejor sus derechos. Pero hay muchos sectores a los que eso no les conviene.

¿Cómo se armaron los talleres?

De a poco, íbamos por los barrios, por las escuelas, empezamos a viajar y llegamos al Chaco. Este año tuvimos un gran logro, porque nos invitaron al Encuentro Nacional de ESI, en Santiago del Estero. Pero uno de los grandes problemas que teníamos eran los recursos, porque si dabas un taller de abuso, por ejemplo, después no había estructura para contener toda esa demanda. Entonces decidimos capacitar a los docentes, darles herramientas para poder replicar en las aulas la ESI, trabajar la prevención con mucha paciencia. Es un trabajo de hormiga, porque es muy lento y hay que hacerlo con mucho amor.

¿Cómo trabajás la ESI en contextos de encierro?

Es mucho más complejo y tenés que pensar todo mucho más, porque nunca sabés a quien tenés enfrente. Pero tampoco hace falta saber a quién tenés en frente para trabajar en cárceles. Sabemos que en las prisiones están los más pobres, los perejiles. Como profesora trato de generar un poquitito de empatía por el otro. Por ejemplo, en una cárcel de hombres, uno trató a otro de ‘trabuco’ y bueno, a veces no sé cómo controlarme… ‘¿Qué?’, le dije haciéndome la sorprendida. ‘Se dice travesti, transexual o transgénero’, contesté. Y me respondió: ‘Acá se dice trabuco’. ‘¿Acá? ¿A dónde?’, continué. ‘Acá, en la cárcel’, insistió. ‘No’, le aclaré, ‘de esa puerta para acá estás en la escuela, de esa puerta para allá estás en la cárcel. Así que acá estás en la escuela y tenés que hablar como corresponde’. La homosexualidad en las cárceles es muy complicada, genera mucha violencia, de las mujeres no se habla. Sabemos que hay muchas relaciones homosexuales sin consentimiento, pero eso nadie lo va a blanquear, son cosas que quedan ahí adentro. ESI es acompañar desde la empatía. O si das ‘aparato reproductor’, es un posicionamiento político. En cambio yo utilizo ‘aparato genital’, no hablo de mujeres embarazadas, sino de personas gestantes, el tema de sus derechos. Después salen temas de la mujer, de sus hijas. El otro día salió la cuestión de la masturbación, porque estábamos hablando del aborto y yo les decía que estábamos ante una desigualdad erótica en la relación entre la mujer y el varón… y uno saltó y dijo: ‘Pero las mujeres disfrutan, les gusta’. Entonces le pregunté: ‘Si vos tenés una hija de 14, que está en el baño masturbándose, ¿qué hacés?’ Y casi se descompone el hombre con la pregunta. Pensó un poco y dijo: ‘Y la saco cagando’. ‘Y si tu hijo de 15 se está masturbando en el baño, ¿qué hacés? ‘Lo dejo’, contestó. ‘Ah, ¡viste! No le permitís el placer a tu hija, bueno así la sociedad no nos permite el placer a las mujeres’.

 

Autogestión

Comando ESI, es un proyecto autogestivo, independiente, que no recibe ningún tipo de ayuda económica de ninguna institución, ni empresa, ni estructura partidaria. Se autofinancia a partir de comercializar en los encuentros materiales de consulta, que las coordinadoras editan, así como pins y calcos. El pago de los viáticos corre a cuenta de quienes las convocan. Trabajan en el Conurbano Bonaerense.

“El consumo es genocida”

“El consumo es genocida”

«Vivimos en sociedades donde más del 70% del consumo es sofisticado y tiene que ver con lo superfluo», subraya Briski.

Para quienes no lo conocen, Norman Briski vive, respira y piensa teatro, como una herramienta cuya estética transforme la realidad. Su crianza transcurrió en una familia de actores, tuvo que exiliarse durante la última dictadura militar, tiene innumerables trabajos realizados, en las tablas, en la calle, en las villas, en fábricas, en organizaciones sociales, en el cine y en la televisión. Es un hombre prolífico: actor, mimo, escritor, director y maestro de actores. Padre de cinco hijos, formó parte del grupo de Teatro Popular  Octubre, allá por la década de 1970 y hoy, a los 81 años, sigue en Calibán, su centro de operaciones: una ex fábrica de camisas que se transformó en un teatro para jugar, experimentar y resistir los embates de una sociedad cada vez más consumista y mercantilizada.

Entrevistar a Norman Briski, es abrir una especie de caja de Pandora. En ella hay cristales para ver de otras maneras, palabras que toman significantes nuevos, humor, ocurrencias y un mazo de posibles cartas para jugar, sin comodines.

Al seguir tu trayectoria y tu militancia a través del teatro, hay una palabra que te define: despojo. Te despojaste de los prejuicios, de los artificios y te lanzaste a hacer. ¿Qué podrías decir sobre este concepto?

Creo que el despojo es una clave. Si hay una alternativa que signifique el camino hacia la igualdad, sería el despojo. Hoy vivimos en sociedades donde más del 70% del consumo es sofisticado y tiene que ver con la alienación y lo superfluo. Si toda esa producción del hombre estuviese dedicada a toda la sociedad, en términos de pensar en igualdad, no habría pobreza en el mundo. El despojo, entonces, es desprenderse de lo que uno está consumiendo de más.

¿Qué creés que estamos consumiendo de más?

 Los celulares, por ejemplo, son la clave de un nuevo genocidio. Primero, que la construcción de un celular significa la relación con la minería y la relación con la minería significa muerte. Si se fijan en Madagascar, que es un lugar donde se explota este tipo de minerales, se van a dar cuenta que, de un paraíso, pasamos -casi, casi- a una destrucción de lo humano.

¿El consumo es genocidio?

El despojo sería despojarse de esta hipercomunicación, que destruye el afecto y el cuidado. Entonces, el despojo podría ser una gran palabra para entender que las economías se basan en el consumo y que ese consumo es genocidio. Y la única manera de hacerse cargo de eso. Despojar a un burgués de su 4X4 es matarlo. Si siente que no la va a adquirir eso, va a matar al que sienta que no lo deja hacerlo o al que le esté pinchando la goma. Es un problema grave, ya estamos muy sumergidos en el placer improductivo del consumo.

 Desde ese lugar, ¿cómo ves al socialismo hoy y cómo lo pensás con tu parte peronista?

El peronismo, como capitalismo reformista, ha fracasado. Aquel peronismo de Perón y Eva Perón, en comparación con esto, que también se llama peronismo, no tiene nada que ver.

«La urna es para amansados ciudadanos que buscan en el Estado la resolución de la corrupción», dice Briski.

 ¿Por qué creés que fracasó el peronismo?

Fracasa el peronismo en general, porque el reformismo no modifica estructuralmente un país, lo arregla, lo mejora. Aparece una idea de justicia social pero, en definitiva, es el negocio entre patronal y trabajo. Parece que terminó su instancia paternalista y que eso hoy hay que cuestionarlo. Sin embargo, lo único que se ha hecho es marchar hacia el centro de un populismo deportivo. Pasó a ser una socialdemocracia que se junta con la manada de los capitalismos en todas sus formas. Es decir, que lo único que se está racionalizando es qué capitalismo podemos tener, que sea menos salvaje que el de los neoliberales. Es una lucha entre capitalismos. Está afuera de la agenda de los pueblos la alternativa socialista.

¿Qué es socialismo hoy?

 El socialismo en la Argentina, en términos históricos, está instalado, pero la idea asamblearia de constituir un pensamiento socialista moderno, necesitaría –indudablemente- de la asamblea para ir pensando entre todos qué socialismo queremos. La clave sería la herencia, el cuestionamiento de la propiedad y también que el sistema productivo esté en manos de quien la trabaja.

¿Cómo ves la izquierda en nuestro país?

La veo electoralista, cosa que a mí me da un poquito de vergüenza, porque se meten en el sistema de una democracia burguesa, que les gana en términos de estructura y desde allí está claro que no se puede llegar a un cambio. O sea, estoy en desacuerdo con que la izquierda este en las urnas. La urna es para amansados ciudadanos que buscan en el Estado la resolución de la corrupción.

¿Sería posible pensar un sistema sin Estado?

Sería extraordinario que se pensara, porque evidentemente una vez que se establece, el Estado te va a ganar. Es como ir a Mar del Plata a jugar a la ruleta y decir: ‘Saquen el grupier’.  Entonces se acaba el juego. Es un juego perverso y habría que charlar para ver cómo hacemos, porque el neoliberalismo tampoco cuenta con el Estado.

 ¿Será por eso que hay variantes neoliberales que se autodenominan libertarias desde una concepción anarquista filosófica?

 Sí, pero la clave de los anarquistas es ‘No al Estado’ y nadie es propietario de nada.

 Ni Estado, ni mercado sería…

 Sí, sí, una vez que hay Estado, el mercado responde a su estructura de explotación. Parecería que estamos lejísimo de eso. Me da la impresión que para la construcción de esto hay que tener valores y principios, contando mucho con las derrotas. Si vos querés cambiar tanto las cosas, vas a ser varias veces derrotado. Los intereses son muy grandes y lo que existen son las diferencias en el modelo del capital. Habría grieta si se hablara de un cambio estructural de país, es decir, un socialismo nacional.

  ¿Ves al peronismo como una etapa del capitalismo que vaya hacia el socialismo?

No, incluso el peronismo puede retrasar, puede frenar un cambio social profundo. Porque al reformar aparece el ‘gatopardismo’, el cambiemos algo, para que todo siga igual que antes.

 Teniendo las elecciones tan cerca y viendo al peronismo que, como decís, no representaría el cambio y la izquierda estaría aburguesada, ¿qué opciones existen?

Hay opciones. Porque la resistencia que se ha dado en la Argentina, inclusive en el tema electoral, la sorpresa de la mayoría, y la diferencia enorme (del resultado de las PASO) están indicando claramente que hay sectores que han resistido a todo esto que está pasando. No son tomados en cuenta, no creo que los candidatos del Frente para Todos estén pensando en integrar a los que se movieron en la calle, casi todos los días. Ellos quedan como montados sobre lo insurreccional, se adueñan de lo insurreccional y con eso apagan el fuego de un cambio social en serio.

¿Estás hablando de cierta militancia?

No te creas, porque la militancia, en general, no es la que ha conducido esta resistencia frente al atropello. Creo que hay una diversidad que marcha junta. Pero, a la vez, hay una diversidad que se opone, que está en contra y que es mucha gente. Ahora se demostró con las elecciones, para las que les salió la medición como el culo. Se tenía confianza en todas las consultoras y resulta que no era así. Y eso quiere decir que hay una alternativa que está en la latencia y que no tiene identidad.

¿Te referís a ese famoso tercio fluctuante, que va para un lado o para el otro, que es el que termina definiendo elecciones?

No me parece que sea un tercio, me parece que por lo menos es el 50 por ciento, o mucho más. Si no, no hubiera pasado lo de estas elecciones. Y vamos a ver qué pasa, porque de estas elecciones que pasaron se va a contagiar un sector y esa es la rebeldía inesperada.  El periodismo está a 14.000 kilómetros de lo que está pasando. Yo conozco ‘un’ periodista como la gente en todo el país.

¿Quién es?

Carlos Aznares (director de Resumen Latinoamericano, ex militante y colaborador de Rodolfo Walsh). Me parece que es el único que está viendo lo que está pasando, en términos de lo que se puede hacer. No está en relación con el Estado, no está en relación con ningún sueldo. Está relacionado con lo que está pasando con la gente, con los trabajadores y con lo que la Argentina ni siquiera quiere reconocer, que es la fuerza de los piqueteros que desarmaron cualquier posibilidad de que se instalaran los neoliberales para siempre.

¿Cómo ves al feminismo, dentro de estas resistencias?

Es la más legítima, la más potente. Una insurrección que se da con todos esos colores, es indestructible. Si esa insurrección tiene un solo color, no existe más, pero cuando se da de esta manera es indestructible.

 ¿Lo ves como una fuerza capaz de mover un poco la estantería del neoliberalismo?

No se pueden saber los alientos que tienen las llamaradas. Nunca es producto de una misma madera. Es una llamarada linda porque tiene alta inocencia, alta potencia, alta bronca. Y hoy una bronca que aparezca en la calle es lo único que brilla.

Y con respecto a tus piezas teatrales, ¿existe cierta igualdad que atraviesa a los temas que desarrollás? ¿Podés escribir una obra sobre Rosa Luxemburgo, en La conducta de los pájaros y otra sobre un enfermero en La Medicina. Tomo I?

Para mí eso es inesperado, yo no me propongo ‘voy a escribir sobre esto’, me aparecen entusiasmos sobre alguna imagen, inclusive combinando con preocupaciones sociales. Se podría decir, desde afuera, que es un teatro político. Pero yo no lo veo así.

Pero es político…

 No, lo veo como hallazgos: ‘Mirá esto, que atractivo, que es para pensarlo, para jugar’.

Tener que clasificar a tus obras en un género es complicado…

Es que está de moda el tema del ‘género’, entonces se traslada a todos los ‘géneros’. ¿De qué género sos? Y… hay tantos géneros como personas. Cada persona tiene su propia ge-ne-ro-si-dad.

¿Podrías ahondar en la figura de la ge-ne-ro-si-dad?

Claro, porque la ‘generosidad’ es el dar y todo lo que signifique sensualidad y sexualidad, siempre se pensó que está puesto para el otro, para que el otro tenga placer. Cada uno tiene puntos en el cuerpo, en la cabeza y determina la singularidad de su género. De su cómo quiere ser querido.

¿Vas a estrenar otra obra, ahora dentro de poquito?

Está Potestad en el “Caras y Caretas” y acá, en “Caliban” La Medicina. Tomo I y La conducta de los pájaros y una obra mía: No te vayas con amor o sin él que se estrena en septiembre, pero no la estoy dirigiendo. Pero la actriz se las trae, es muy buena. Y el tema de la obra es el amo y el esclavo. Es la lucha del esclavo para ser amo, no es para terminar con lo binario de amo y esclavo. Esa obra tiene esa tesis.

El ejército espertano

El ejército espertano

Jóvenes Espertanos combaten en las redes como soldados de un ejército libertario, en el que ganan puntos para poder llegar a ser ‘generales’. Es un juego en el que se divierten, se capacitan y aprenden, según ellos mismos afirman. También influencian a sus seguidores para que se sumen a combatir al Leviatán, en nombre de la libertad.

Creen en la meritocracia por excelencia, entienden el individualismo como la verdadera libertad y conciben al mercado como única ley universal. Además, combaten al populismo, su gran enemigo. Y se consideran libertarios, ya que toman de la anarquía filosófica la idea de que la humanidad no necesita de la existencia de un Estado para vivir en sociedad, aunqué sí creen en la Justicia.

A diferencia de Hobbes, que planteaba la idea de Estado como un contrato que permitiría regular la vida social, se consideran portadores de la ‘nueva política’, desde el sentido común, como una fuerza antisistema.

Siguen a personas liberales de distintas partes del mundo por youtube, como el filósofo canadiense Stefan Molineux, o Gloria Álvarez, politóloga, presentadora de TV y candidata a presidenta por Guatemala, entre otros. Son admiradores de Javier Milei y Manuel Adorni.

En la página web de reclutamiento, una música épica acompaña a Lilia Lemoine, quien luce un vestido rojo aterciopelado, con un escote pronunciado. Sus hombros desnudos y el cabello rubio, recogido, sumados a una mirada tierna y firme, convoca a los jóvenes a formar parte de las ‘Fuerzas Armadas Espertanas’, que a través de un voluntariado entran al mundo de los influencers, para posicionar a José Luis Espert en su carrera política.

¿Quiénes son?

Julián, de 19 años,  decidió su militancia en octubre del año pasado cuando el candidato lanzó su candidatura a la presidencia. «Hacía dos años que lo venía siguiendo», afirma. Lo conoció a través de los videos del economista Javier Milei.

Julián está convencido que Despertar es el único “frente antisistema, que quiere romper con el modelo que nos está devorando hace 80 años, con una economía cerrada al comercio, con leyes laborales de índole fascistas».

Cuando ANCCOM le preguntó cuál era su relación con la política, Julán contó que a su mamá le gustó siempre. “Ella fue muy antiperonista». Reconoce que apoyó a Macri, pero que se siente decepcionado por las promesas incumplidas. Asegura que Espert le abrió la cabeza y a su vez «espertizó» a su madre.

La chica Spot, Esmeralda Espósito (su nombre artístico) tiene 21 años. Cuenta que conoció las ideas del liberalismo a través de Milei, por su hermano. A partir de este acercamiento, ingresó al Partido Libertario. Durante un recorrido del Frente Despertar, por la zona de Pilar, fue convocada para protagonizar los spots de campaña.

Para Esmeralda, militar es «estar siempre ahí, colaborar en lo que podemos, estar con los chicos, aprender. Nos gusta, esto nos hace realmente felices. Apoyar a Despertar es la única alternativa. Queremos ayudar a la gente de verdad, a la gente que trabaja».

Agustín, de 19 años, estudia Ciencia Política y comentó que llegó al Frente a través de filtros. Empezó viendo videos por Internet de Milei, Espert y Adorni. Después se metió en un grupo de liberales en la UBA y así llegó al Partido Libertario. Ahora forma parte del núcleo duro de la militancia.

Su relación con la política es a través de las noticias: «Siempre estuve muy informado, pero nunca había militado antes», afirmó. Es el primer miembro de su familia –dice-  que se mete en política.

Con respecto a la idea de militancia, Agustín comentó que su grupo no manifiesta en marchas y no está en la calle. «Es más un debate de ideas que se da a través de las redes, para crear conciencia».

Agustín se animó a hablar de feminismo, en relación con la campaña por la legalización del aborto. Si bien se considera pro-aborto y fue a la marcha el año pasado, hoy es más crítico. «Considero que hoy no es un tema fundamental, te pintan a la gente que es pro-vida como si fueran monstruos, pero es gente que piensa diferente y no hay que demonizarla por eso».

A Lilia Lemoine, de 38 años, nunca le interesó demasiado la política hasta hace ocho meses. Se define como influencer, formada en sistemas. Trabajó en distintas compañías en el área de tecnología informática y estuvo postulada como pre-candidata a diputada nacional en las recientes PASO.

Dialogó con ANCCOM y contó cómo llegó a la política. Relató que un día se cansó de trabajar en sistemas y decidió vivir del cosplay (palabra de origen inglés que surge de la conjunción de costume y play: juego de disfraz).

En uno de los eventos de cosplay, un seguidor de estos rituales perteneciente al Partido Libertario le propuso sumarse. Le dijo que necesitaban acercar mujeres al liberalismo. Lilia leyó las propuestas políticas del partido y confiesa: “Me enamoré de las ideas y de la gente”.

Lemoine dejo su trabajo en sistemas y armó un negocio online y se convirtió en una persona pública. Hace sus propios disfraces: se considera una experta en goma eva para la confección de los escudos de sus personajes. Editó una línea de mazos de cartas, en la que ella posa con cada uno de sus trajes. Pueden ser de personajes de películas, comics, de súper héroes o animé. Tiene una fuerte presencia en convenciones de cosplay y en eventos de lanzamientos de video juegos, donde asume el nombre de “Lady Lemon”. Concursan por el mejor traje y reciben premios. «Es jugar como cuando eras chiquito, pero con mejores juguetes «, declaró.

La candidata a diputada siente que siempre fue libertaria, desde lo filosófico y partiendo de ese lugar decidió involucrarse. Se sumó como influencer, ya que posee más de 400.000 seguidores en su canal de YouTube y redes sociales. Colabora con la campaña y trata de «formar comunidades, para ayudar a los espertanos. Todos los chicos tienen que convencer a sus papás de que nos voten.

Los jóvenes y las mujeres mayores de 60 y 70 años aman estas ideas. Son los grandes seguidores mayoritarios de este Frente”, comenta Lilia.

«Basta de matar»

«Basta de matar»

Cientos de vecinos del barrio de San Telmo se convocaron en las puertas del Supermercado Coto, ubicado en Brasil y Perú, a través de las redes sociales. El llamamiento buscaba repudiar la violencia ejercida por el personal de seguridad de la sucursal, que terminó con la vida de Vicente Ferrer, un hombre de 68 años que se había llevado un trozo de queso, una botella de aceite y un chocolate sin pagar.

Mientras los vecinos encendían velas sobre la puerta del local, intimidaban los patrulleros estacionados en la ochava con las luces encendidas, las decenas de policías apostados sobre la otra esquina y otros que custodiaban a cada lado de las puertas del local. Entre cánticos y palmas, los autoconvocados llevaban pancartas artesanales con inscripciones que gritaban “Coto asesino”, “Nuestros viejos y niños con hambre por culpa de un Estado ausente”, “Coto, yo te conozco”.

El enojo y la bronca se contagiaba de boca en boca. “Robar para comer no es delito” decía una mujer con la vena hinchada.

Una señora mayor muy enojada, que apenas superaba el metro cincuenta de estatura, vociferaba: “Esto pasa muy seguido, por portación de cara, esto es una política de hambre, quieren que les temas, que una les tenga miedo, era un viejito. Tampoco era un pecado tan grande. Y esa gente que miraba cómo le pegaban, cómo lo mataban, ninguno tuvo ni un poquito de corazón. ¿Qué clase de policías reclutan? Elijen asesinos, malvados. Por favor basta, basta” mientras se iba yendo.

Alejandro Amor, de la Defensoría del Pueblo le dijo a ANCCOM que a partir del día de mañana se presentaran como querellantes contra las personas responsables de este homicidio y toda la cadena de responsabilidades y “quienes sean responsables que paguen, porque esto no es una actitud circunstancial. Las autoridades de la empresa tienen que salir y dar la cara, estamos hablando de un homicidio”.

A un costado, tres vecinas hablaban entre ellas sobre la manera de organizar un boicot al supermercado y otra se mostraba escéptica: “¿Cómo hacés si te pone un 2X1? Con la necesidad que hay, cómo le decís a la gente que no les compre”.

Alberto, el panadero de la Nueva San Telmo, contaba que todo el tiempo pasa gente pidiendo para comer: “Entendemos la situación que estamos pasando todos, nosotros mismos no llegamos a fin de mes. Nunca pensé en llegar a este extremo.  Pasó todo muy rápido, cuando salí de mi negocio, ya estaba el tumulto de gente en la esquina”.

Ana Laura, vive a la vuelta y compraba en esta sucursal bastante seguido: “Me parece terrible que hayan matado a una persona por un aceite y un queso, no tenés por qué matarlo, es una locura”, dice indignada y confiesa que es la primera vez que viene a una manifestación.

Dos empleados del supermercado están detenidos y acusados por el homicidio de Ferrer. La justicia confirmó que su muerte se produjo como consecuencia de “un traumatismo craneoencefálico” que le provocó un derrame cerebral. “Basta de naturalizar la violencia” decían los carteles que portaban los manifestantes.

Play: un mundo de sensaciones

Play: un mundo de sensaciones

Es la historia de cualquier ser humano que ante una situación extrema, se enfrenta a ese instante atemporal, en el que se realiza un viaje al interior de su ser y es precisamente allí donde comienza el juego. Ernesto Pombo y David Señoran combinan sus saberes, oficios y pasiones de una manera maravillosa, en la osadía de esta puesta en escena, en la que no se privan de nada. Utilizan cuanto recurso dominan para sumergir al espectador en esta experiencia humana. Desde las imágenes, los juegos de luces, los sonidos, la música, las palabras y las coreografías de los cuatro artistas en escena logran una especie de partitura de emociones que interpela al público a lo largo de Play, la obra que todos los sábados se exhibe en «Hasta Trilce«.

Los artistas Lautaro Cianci, Luis Garbossa, Sara Mabbi y Martina Malano producen una sinergia tan precisa, de sus coreografías con los efectos sonoros, las imágenes y la música, que por momentos dan la sensación de una totalidad virtual, construyendo un verosímil incuestionable. Pero, por otro lado, los sentimientos que fluyen entre los artistas, solo pueden transmitirse en lo real. Hay que dejarse atrapar por esta propuesta.

Con una apropiada selección de imágenes, que logra decir demasiado con muy poco, hasta con un juego sonoro, en el cual el espectador puede entrar y salir de esa totalidad, Play utiliza la palabra como un instrumento más, sumada a los detalles del vestuario, que muestran afectividad. Todos esos recursos se entraman en una experiencia profundamente humana.

Esta pieza teatral es un desafío logrado que da mucho vértigo, porque depende del deseo del espectador, el dejarse llevar, o no, para participar de ese viaje.

Play, se presenta todos los sábados a las 23,30, en Hasta Trilce, Maza 177, CABA.