“O sos complaciente o sos detractor”

“O sos complaciente o sos detractor”

José Celestino Campusano es un director de cine nacido en Quilmes, un 22 de febrero de 1964. Se formó en el Instituto de Cine de Avellaneda, durante los años ´80. Pero el cine no fue lo primero que practicó: “Dibujaba historietas y mis contenidos eran muy críticos”, dice. Campusano se ha caracterizado a lo largo de su carrera por retratar temáticas marginales que usualmente no atraviesan las lentes de las cámaras del cine convencional. De origen laburante, critica a quienes estigmatizan la figura de lo marginal en lo popular y combate esa construcción de sentido: “Busco poner (a los marginados) en el lugar que corresponde: un lugar digno, complejo, un lugar al que esta gente no le da la cabeza ni el corazón para entender esa realidad”. “Provengo del under literario y del under cinematográfico”, se autocalifica, y toma esa identidad como una posición política ante el cine norteamericano de pochoclos y los “patrones de legitimación” (sic) que éste crea a través del accionar de las distribuidoras extranjeras. El uso de la anécdota como leitmotiv y la naturalidad con la que trata las temáticas que aborda lo distingue y lo coloca como uno de los directores de cine independiente argentino más interesante de los últimos años.

¿Hace cuanto que estás haciendo cine?

Empecé a filmar con cierta regularidad, empezar a elaborar proyectos, escribir guiones, todo esto desde hace catorce años. Me estaba enfermando, estaba muy mal de ánimo, muy pero muy mal de salud inclusive, por no filmar. Era una cuestión que estaba prácticamente agonizando, te digo. Con problemas pulmonares y demás. Empecé a filmar y me empecé a curar. Hoy en día no sufro de nada.

José Celestino Campusano, director de cine.¿Cómo fue empezar?

En realidad, el primer guión que escribí y que llevé al INCAA fue a los 14 años, en el ´78. Después filmé un corto documental en el ´86. En el ´91, otro documental corto con un amigo. Pero a relacionarme o a dedicarme obsesivamente y saber que lo vas a instalar o instalar, hará quince años. He filmado más o menos catorce producciones, pero en condiciones de largo. Casi todas han ido a festivales. Pero en condiciones de largo y que hayan tenido notoriedad, desde “Legión” para acá. Son siete con “Placer y martirio”.

Nombraste lo documental y tu cine tiene mucho de eso.

Yo lo que busco es, con las herramientas de un documental, establecer relatos secuenciados donde no se pierda la cotidianeidad.

Hay mucho del campo antropológico también.

Totalmente, lo que yo quiero es dejar un testimonio de vida. Me pone muy feliz que haya tantas películas, son siete. Está buenísimo eso.

¿Tu cine podría ser considerado una especie de entretejido de muchas historias personales?

Por ahora sí, por ahora es eso, pero estoy considerando justamente en estos días, crear una nueva productora, más extrema.

¿Más extrema?

Si, porque Cinebruto lo que tiene es lo siguiente: tiene anécdotas, que provienen de varias personas, mías algunas, otras de allegados, y ¿cómo unís una escena con otra? Con un enlace. Y generalmente en el enlace se pueden establecer ciertos patrones de influencia, que no son del área de la vida, son de otra área. Ahora, ¿qué pasa si a esa historia le sacamos esos enlaces? Queda discontínua. Bueno, ¿a quién le importa? Si lo que está es valioso, puedo decir sí, pero la gente no está acostumbrada; bueno, que se acostumbre. No es tu problema. ¡Que se acostumbre el otro! Ahora bien, cuando yo te cuento una historia, te cuento también fragmentos. Cuando vos recordás historias, vos recordás fragmentos, no recordás la cadencia total de la historia. ¿Qué pasa si entramos en ese área de composición, un área de alusión permanente? ¿Se ha hecho? No se, tal vez alguien lo hizo. Pero hay que ver si alguien lo hizo basándose pura, exclusiva y obsesivamente en la fuerza de las anécdotas. Solamente en eso. Ahí yo veo que nadie lo ha hecho, he visto mucho cine –toneladas- y creo que nunca lo vi.

Con esto de las anécdotas, llama la atención cómo encontrás esas historias…

Es que te puedo asegurar que delante tuyo están pasando todo el tiempo, por mes están pasando docenas y docenas, ¡te aseguro! El tema está en que yo mismo me sorprendo. De repente digo, ¿cómo no me di cuenta? ¡Pasaron dos años para que me de cuenta! A veces rememoro mi pasado y digo Uy!, y encuentro la historia; es más, a una historia de hace más de 15 años le encontré ciertas implicancias y lo valioso, después de quince años y estuvo siempre ahí. Es que justamente se nos ha educado para no ver. Insisto con eso. A nivel familiar también. A nivel amistad, ni hablar a nivel pareja. ¡Que no veamos! Porque mientras menos veamos somos más conducibles y más predecibles.

José Celestino Campusano, director de cine.Retornando las historias que abordás, es algo difícil encontrar películas que toquen temas como la vida de los motoqueros, la homosexualidad en ambientes marginales, la delincuencia, etc., del modo en que vos los retratás.

Sí, a mi me gusta abordar temáticas que no están exploradas. Te digo, si a vos estas películas te parecen políticas, intensas, tenés que ver lo que se viene.Cine bruto se va a ir radicalizando, pero por otro lado hay otro cine que estoy conjeturando y me salgo de la vaina por hacerlo.

Empujar un poquito el límite más allá.

Sí… Todo, siempre. Porque el arte es así: o sos complaciente o sos detractor. No hay vuelta. Pero si viene uno y te dice “¿pero no hay alguna manifestación artística que sin ser detractora siga siendo arte?” Y yo te diría que en realidad es una nueva reiteración y reconfirmación de nuestros gustos más repetidos sobre el arte, pero es algo que no nos va a asombrar, y es algo que no nos va a modificar. Yo creo que lo bueno del arte es que te puede modificar y nos puede hacer un poco mejores. Genera conexiones de corazón a corazón. Eso es lo que hace, no hace falta que le hables el mismo idioma. Por ejemplo, llevé a Varsovia Vikingo, donde hablaban polaco e inglés, y vos fijate que la entendieron más que acá a la película. No sabés, cuando el traductor me decía las preguntas, yo decía “¡Cómo entendieron la película estos tipos!”.

¿No había prejuicios?

Ninguno. Estuve en el País Vasco en una retrospectiva y me decía Álvaro Barroba: “José, tus películas son para mi fascinantes porque refundan el castellano. Es un manejo del idioma que nos sorprende por todos lados. ¿Cómo hablan así?” Y vos fijate que gente de acá objeta todo el tiempo los diálogos ¿Con qué autoridad decís eso? Yo le he preguntado a esta gente: pero ¿vos dirías que como actúan los actores en la TV o en el cine es como la gente habla en la realidad? ¡No! Entonces te han mentido toda la vida. Te han hecho creer que lo mentiroso es lo verdadero. Creo que lo verdadero es verdadero, y me dicen “las actuaciones de tus películas…” No están actuando. No actúa nadie acá. Todo es consensuado, estamos todos hermanados, somos todos amigos. Si querés actuación, andá a mirar una película yanqui. Estamos haciendo cine sin actuación, con presencias. La actuación es representación. En Cine Bruto, la forma de hablar es la genuina, la cadencia del habla es genuina y el tono de las réplicas también lo es. Entonces no hay representación, hay presentación. Hay presencias que presentan.

Cumbia, nena

Cumbia, nena

Comenzó estudiando canto lírico en el conservatorio de Morón y estuvo al borde de dejar la práctica musical pero desde hace casi tres años, realiza giras bajo su propio nombre por medio mundo, cantando cumbias digitales y folklore 2.0. “No miento, es un sentimiento” canta en uno de sus hits Mariana Yegros -hoy mundialmente conocida como La Yegros- y pareciera que esa propuesta artística de sentir tiene muchísimo asidero en países como Francia, Alemania o Bélgica, y no tanto en Argentina.
De reciente paso exitoso por México, brindó más de cincuenta conciertos en todo 2014 -muchos de ellos agotaron entradas- en lugares tan disímiles como Estados Unidos y Marruecos, por ejemplo. Bajo el padrinazgo artístico de Gaby Kerpel -conocido en el universo de la cumbia digital como King Coya-, con miles de kilómetros de gira, un disco a cuestas y otro en camino, La Yegros responde aún con incredulidad al mote de “Primera Dama de la Cumbia” que le han puesto en Europa: “Nunca calculamos nada. Lo que más quería era que saliera el primer disco para recorrer mi país y poder hacer una gira, pero nunca pensé que iba a pasar todo esto, jamás pensamos en hacer un disco que fuera a recorrer el mundo, pero se dio”.

-¿Por qué elegiste hacer una mezcla entre la cumbia o el folklore con lo digital?

-Desde mi lugar surgió desde lo que tiene que ver con mis raíces. Mi familia es de Misiones, donde mis padres escuchan chamamé hasta el día de hoy, sobre todo mi papá, que es un fanático del chamamé. También, a mi mamá le gustaba mucho la cumbia y también desde chica me crié escuchando cumbia de las época de los Wawancó. Entonces me es muy natural conectarme con esos ritmos y, por otro lado, me gusta mezclarlo con sonidos más modernos. Trabajo con King Coya que hace 30 años que viene trabajando en mezclar la electrónica con el folklore. Así que encontramos una manera muy interesante de construir esta idea, que nos nació muy de la nada. En los discos también está la participación de Daniel Martín, que compone temas para mí. Armamos un trío muy interesante en el que cada uno fue poniendo diferentes condimentos y dio por resultado esto, pero siempre desde lo natural, que es lo que siempre menciono. No fue pensar en un producto para llevar a cabo y venderlo sino en hacer la música que te nace y te sale, y luego transmitirla.

-¿Por qué el éxito que tenés en el exterior no se da de la misma forma en Argentina?

-Para mí son varios motivos. Nos damos cuenta en festivales o en lugares donde tocamos afuera que el público tiene menos ese prejuicio de “ah, estás haciendo chamamé electrónico o cumbia electrónica” y simplemente se deja llevar, deja que la música le llegue, la disfruta y tal vez en Argentina está más presente ese prejuicio del que te hablaba.

-¿A qué creés que se debe ese prejuicio?

-Creo que cuando uno habla de si mismo tal vez es más difícil de digerirlo y aceptarlo rápidamente, que cuando estás escuchando algo que no te pertenece. Nos suele suceder mucho acá, o por lo menos con la música que yo hago, que es folklore de Latinoamérica, donde mezclamos e innovamos un poco el sonido. Obviamente me encantaría que haya más difusión o que podamos tocar en lugares donde haya más público pero también hay que dejar que las cosas vayan sucediendo e ir creciendo de a poco y de una manera natural, sobre todo.

La Yegros. Foto: Prensa La Yegros-¿Cómo reacciona el público europeo a la cumbia/folklore digital?

-Reacciona de una manera increíble. Sobre todo en Francia que por ahí es donde más nos conocen, también en Alemania y Bélgica. La verdad que es increíble, porque siento que la gente se deja llevar por lo que le nace y lo disfruta muchísimo. Me parece que están en un momento donde ellos necesitan conectarse más con esto, que creo está más relacionado con la alegría, con el baile. Están necesitándolo, nosotros tenemos eso innatamente y lo podemos transmitir de una manera súper fácil y es ahí donde se encuentran las necesidades, la de pasarla bien y nosotros, de transmitir nuestra música.

-¿Qué puede saberse sobre el próximo disco?

-Ya lo terminamos de grabar y va a llamarse “Magnetismo”. A principios de marzo, King Coya viajó a Los Ángeles para mezclarlo, y ahora en pocos días arrancamos la masterización. Por ahí no se basa tanto en la cumbia como el anterior, pero tenemos un chamamé y otras canciones que también tienen su originalidad. A mí por lo menos me gusta mucho más que el primero, lo hicimos sonar mucho en vivo antes de grabarlo, cosa que antes no nos pasó.

-“Magnetismo” es la continuidad de “Viene D Mi”, entonces.

-Sigue todo dentro de la misma historia que venimos haciendo con el mismo equipo de trabajo: con King Coya, con Daniel Martín -que también compuso temas para el disco y tenemos invitados esta vez también. Participa Olivier Araste, de la banda de Lindigo, de la isla de Reunión, que queda en África. Después, también invitamos a otra cantante: Sabina Sciubba, voz de Brazilian Girls, una banda electrónica con gente de diferentes países. La idea es que salga a la venta a fin de año.

La complicidad empresaria con la dictadura

La complicidad empresaria con la dictadura

El Senado aprobó, el pasado 25 de noviembre, la creación de una Comisión Bicameral para investigar las complicidades empresarias en los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Argentina durante la última dictadura cívico militar.

La creación del organismo fue aprobada por los legisladores del FPV y parte del interbloque socialista liderado por Rubén Giustiniani. El PRO y la UCR, en cambio, se retiraron del recinto.

La nueva comisión estará compuesta por cinco diputados y cinco senadores nacionales, de los cuales tres de cada cámara serán de la primera minoría, uno de la segunda minoría y uno por la tercera minoría. El cuerpo se propondrá confeccionar un documento que identifique a «los actores económicos y técnicos que contribuyeron o se beneficiaron con la dictadura aportando apoyo económico, técnico, político, logístico o de otra naturaleza». Además, la norma crea, dentro del ámbito del Parlamento, el Archivo Nacional de la Memoria, la Verdad y la Justicia, con el objeto de poner a disposición gratuita del público toda la documentación vinculada al tema, utilizada por la bicameral.

El autor del proyecto recientemente convertido en ley fue el diputado nacional del FPV Héctor Recalde y la Cámara Baja lo había aprobado en noviembre pasado. En diálogo con ANCCOM, Recalde dijo que es necesario hablar de la participación y complicidad de los empresarios con los militares, ya sea “marcando” a trabajadores o aportando infraestructura o logística que permitió la violación de los derechos humanos. Según el legislador, estas maniobras tenían un triple fin: ideológico, económico y de sometimiento. “Ideológico porque estaban de acuerdo con el ministro de Economía Alfredo Martínez de Hoz, económico porque maximizaban la rentabilidad empresarial, y de sometimiento porque era mucho más fácil para ellos conducir una empresa con trabajadores que no reclamen nada”. Además, especificó: “Hay ejemplos muy claros, uno es Carlos Blaquier, del ingenio jujeño Ledesma, y el otro es Vicente Massot, directivo del diario La Nueva Provincia”.

Hector Recalde en la Carpa de la Resistencia ubicada frente al palacio de tribunales en la plaza Lavalle durante el repudio nacional a "La noche del apagón" ocurrido en Ledesma el 20 de julio de 1976.

Hector Recalde en la Carpa de la Resistencia ubicada frente al palacio de tribunales en la plaza Lavalle durante el repudio nacional a «La noche del apagón» ocurrido en Ledesma el 20 de julio de 1976.

Recalde enumeró otros posibles casos a investigar, algunos de los cuales ya ingresaron en la justicia: Papel Prensa, Loma Negra, Ledesma, Mercedes Benz, Molinos Río de la Plata, Grupo Bunge y Born, Editorial Atlántida –especialmente las revistas Para Ti, Gente y Somos-, La Veloz del Norte, Celulosa, Grafa, Sociedad Rural de Junín, la ceramista Lozadur Cattaneo, los astilleros Mestrina y Astarsa, y la metalúrgica Bovapi.

Walter Bosisio, sociólogo y co-autor del libro La dictadura del capital financiero, explicó a ANCCOM que la única manera de poder investigar judicialmente las complicidades del sector civil es que aparezcan atadas a delitos de lesa humanidad, dado que no prescriben.

Participación civil

Según Bosisio, el armado de la estructura económica y el manejo de los recursos financieros del Estado estuvieron a cargo de civiles que representaban los intereses del capital privado, tanto nacional como extranjero. A su vez, el autor comentó que el proyecto económico de la dictadura había tenido antecedentes en el gobierno de facto anterior y en las políticas económicas del ex ministro de Economía de Isabel Perón, José Celestino Rodrigo. Pero, subraya, que a partir del 76 se acabaron los escrúpulos: “Esta vez estaban dispuestos a todo. Los derechos humanos se vieron afectados, no solo en el plano civil y político, sino que también los derechos económicos, sociales y culturales porque no había  garantía de nada, ni siquiera del derecho a la vida, ni al trabajo”. En esa misma tónica, Eduardo Codianni, investigador y miembro de la subgerencia de derechos humanos del Banco Central (BCRA), coincidió con la postura de enfocar la cuestión desde otro ángulo: “La teoría puede ser distinta: el poder económico usó a los militares para imponer un nuevo sistema. La única forma que había para derrumbar la organización de los trabajadores existente en ese momento era mediante la represión.”

Santiago Kosiner, politólogo y también miembro de esa Subgerencia del Central, amplió respecto de la vinculación de las violaciones de los derechos humanos con el sector civil: “Colaboración y complicidad son sinónimos, pero de lo que nosotros hablamos es de participación civil concreta. Acá están Santiago Soldati, Juan Alemann, Alfredo Diz, personas de distintos grupos económicos que estuvieron en el directorio del BCRA, todo el sector privado manejando el órgano de control financiero y haciendo una reforma profunda del sistema desde el Estado que beneficia a los privados”.

Marcha y escrache de agrupación HIJOS a Vicente Massot y Carlos Blaquier  el 23 de mayo de 2015.

Marcha y escrache de agrupación HIJOS a Vicente Massot y Carlos Blaquier el 23 de mayo de 2015.

En la conformación del gabinete de Martínez de Hoz puede verse el tejido de alianzas con las grandes corporaciones. Bosisio especificó la continuidad con el presente: “Personas muy cercanas a Martínez de Hoz, como Guillermo Walter Klein -jefe de la Cámara Argentina de Comercio- y Héctor Maidal -abogado especializado en defender a multinacionales-, quedan a cargo de sectores importantes de la economía nacional”.

Estos dos funcionarios se asociaron en un estudio jurídico y hoy forman parte de los bufetes más importantes del país. Entre sus clientes se encuentran corporaciones como Citibank o CEO de multinacionales como el flamante ministro de Energía, Juan José Aranguren. Bosisio explicó que Maidal y Klein  tenían un doble juego:, mientras ocupaban cargos públicos, defendían desde sus estudios jurídicos a las multinacionales y sobre todo a bancos extranjeros.

Otro nombre rutilante acusado de complicidad con los militares es el de Jorge Zorreguieta -padre de Máxima, la reina de Holanda-, quien fuera miembro de la Sociedad Rural, a cargo de la Secretaria de Agricultura. También pueden agregarse el primer interventor del BCRA, Alfredo Cassino, y su sucesor, Alfredo Diz, un economista neoliberal discípulo de Milton Friedman. También formaron parte del aparato económico estatal el dueño de la fábrica de electrodomésticos Longvie, Christian Zimmerman, quien fuera viceministro de Economía; Narciso y Juan Ocampo –autoridades del Banco Ganadero Argentino- que asumieron al frente del Banco Nación y Juan Alfredo Echebarne –mano derecha de Martínez de Hoz y amigo del por entonces ministro del Interior Albano Harguindeguy- que estuvo a cargo de la Comisión Nacional de Valores.

Los Ocampo, además, fueron investigados por el secuestro y los tormentos sufridos por los hermanos Iaccarino, empresarios que fueron extorsionados para desprenderse de sus bienes económicos. Por su parte, Echebarne se encuentra actualmente en prisión por haber sido cómplice de delitos de lesa humanidad en el caso Banco de Hurlingham. La situación de este último funcionario fue estudiada a fondo por Bruno Nápoli, Celeste Perosino y Bosisio en una investigación publicada en 2013 por la Comisión Nacional de Valores. Estos aportes permitieron documentar que Echebarne presenció torturas y extorsiones: “Empresarios secuestrados reconocen las voces de Echebarne y René Garris, y si bien no saben si aplicaron ellos las torturas, estuvieron presentes y preguntaban. Por ende, son partícipes de delitos de lesa humanidad. Los militares sabían qué preguntarle a los militantes, pero no a los empresarios, entonces llegaban los técnicos y participaban. Veían un cuerpo torturado, cómo se violentaban los derechos humanos y no decían ni hacían nada para detener eso porque son partícipes”, detalló Bosisio, y agregó: “Con el informe que nosotros armamos, mostramos con pruebas cómo hubo participación directa en la toma de decisiones de favorecer a una empresa u otra. Cabe suponer que beneficiaron a algunos grupos y hasta aprovecharon la información extraída bajo tortura para tomar ciertas decisiones. En ese sentido, la justicia pudo obrar y meterlo preso a Echebarne, pero a Garris todavía no, y uno puede suponer que como él hubo otros personajes similares”.

Marcha y escrache de agrupación HIJOS a Vicente Massot y Carlos Blaquier el 23 de mayo de 2015.

Marcha y escrache de agrupación HIJOS a Vicente Massot y Carlos Blaquier el 23 de mayo de 2015.

Casos notables

Entre los casos paradigmáticos, aparecen en primera instancia los vinculados directamente a Martínez de Hoz como empresario: la siderúrgica Acindar y la Compañía Ítalo-Argentina de Electricidad. En la primera firma, Martínez de Hoz abandona el directorio dos semanas antes de que se diera el golpe y deja en su lugar al general retirado Alcides López Aufranc a cargo de la empresa. López Aufranc –fallecido en abril de este año- participó de la represión en una huelga ocurrida el año anterior a su asunción y poco después se jactaba de que 23 empleados ya no darían problemas porque “estaban bajo tierra”. “En el caso de la Ítalo –explica Kosiner- Martínez de Hoz era uno de sus accionistas. Y en un momento en que la política militar se caracterizaba por reducir el gasto público, decidió contradictoriamente estatizar la empresa y pagar cuatro veces más de lo que valía. El Estado compró cables viejos que no tenían ningún valor, hicieron un negociado enorme”.

En el caso del Banco de Hurlingham, veintinueve personas correspondientes al directorio de la entidad fueron secuestradas y llevadas a Campo de Mayo. Allí fueron torturadas e interrogadas por miembros de la Comisión Nacional de Valores, dato que fue corroborado por el juez federal Daniel Rafecas en 2010, a partir de una nota en la cual el Teniente Coronel Raldes agradecía al organismo por los servicios prestados de cuatro técnicos de esa institución.

El caso de Papel Prensa –que permitió el despegue de Clarín hasta obtener una posición dominante en el mercado- también es paradigmático. En ese caso, Lidia Papaleo de Graiver denunció haber sido secuestrada y obligada a vender a precio vil su paquete accionario, tanto ella como los demás socios. Casos como los de las automotrices Ford y Mercedes Benz, donde desaparecieron obreros sindicalizados y militantes, también marcan una clara participación entre los civiles y los militares para la violación de derechos humanos.

Futuro

Celeste Perosino, titular de la subgerencia de derechos humanos del Banco Central, opina que es necesario continuar abriendo la agenda de los derechos humanos: “Hay que saldar deudas históricas y mirar para la dictadura, porque aquellas políticas proyectaron continuidades en democracia. De hecho, por ejemplo, en la CNV muchos de los que llegaron con los militares siguieron trabajando hasta los 90”. Codianni complementó: “Cuanto más se hable de las cuestiones, más se abran los archivos, más servirá. Aunque sea para la historia y para que las cosas no se repitan. Y, por supuesto, se juzgue lo que tenga que juzgarse”.

El proyecto de Recalde recientemente aprobado había recibido el rechazo de las grandes corporaciones: los primeros en quejarse fueron UIA, IDEA, AEA y la Cámara Argentina de Comercio.  Una de las críticas fundamentales fueron que se buscaba perseguir y estigmatizar a los empresarios y que el Poder Legislativo buscaba suplir funciones del Judicial. “La comisión bicameral –respondió Recalde- no juzga, ni lesiona garantías constitucionales ni afectan la división de poderes establecida por la Constitución”.

“Uno podría preguntarse por qué ahora –completa Perosino- Me parece que tiene que ver con una cuestión histórica, hubo otras urgencias de investigar antes de meterse en la pata económica. Hubo que tapar otros baches, tratar de avanzar por lo más urgente, y me parece que eso también tiene que ver con un cambio de poder y hurgar en la pata cívica del asunto”.

30 años es un montón

30 años es un montón

Con el objetivo de celebrar sus primeras tres décadas de vida, la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA organizó, la semana pasada, el Congreso Latinoamericano de Comunicación “30 años de Itinerarios Intelectuales”. Participaron docentes, estudiantes, graduados e investigadores que ofrecieron más de cuatrocientas ponencias académicas y decenas de presentaciones de libros, paneles de debates, videoconferencias, proyecciones y muestras de teatro, danza y poesía. Hubo homenajes a los profesores fundadores, invitados extranjeros y una prolífica Feria de Editoriales Independientes que se extendió en la planta baja del edificio de la Facultad de Ciencias Sociales.

El Congreso – que contó con el apoyo del Ministerio de Cultura, la Defensoría del Público y la Facultad de Ciencias Sociales- cerró sus actividades con un panel realizado el pasado viernes en el auditorio Roberto Carri. Allí expusieron Florencia Saintout, decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata; Jorge Calzoni, rector de la Universidad Nacional de Avellaneda y presidente del Consejo Interuniversitario Nacional; el docente de la UBA y de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, Gustavo Bulla; y el anfitrión del encuentro, Diego de Charras, director de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA.

Saintout abrió el debate y resaltó la importancia de la construcción colectiva que llevó adelante el Congreso. Después valoró la institucionalización de los estudios de la Comunicación que se llevó a cabo en toda la región en los últimos 30 años. “Ahora estamos diseñando las próximas tres décadas. Formamos parte de un momento en el que muchos de nosotros sentimos que la historia no solo no se acabó sino que podemos tocarla y está en nuestras manos”, señaló la decana y propuso como ejes para pensar el futuro universitario los conceptos de soberanía, intervención, acceso y masividad. Además, propuso la defensa de la educación superior como un derecho humano. “La universidad –completó- no solo debe ser pública sino también popular, distinta a la que hoy tenemos, tiene que estar en constante transformación a partir de las necesidades del pueblo”.

«La universidad no solo debe ser pública sino también popular, distinta a la que hoy tenemos, tiene que estar en constante transformación a partir de las necesidades del pueblo”, Florencia Saintout.

La decana platense también reafirmó la necesidad de aplicar la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. “No estamos hablando solamente de medios de comunicación –argumentó-, estamos en un contexto político-histórico en el que los grandes opositores de los gobiernos populares que han hecho tremendas transformaciones en todas nuestra región aparecen travestidos de medios de comunicación. Debemos tener en claro para quiénes y también contra quiénes investigamos”.

A continuación, Calzoni recorrió los cambios que se dieron en las universidades desde la creación de la Carrera de Ciencias de la Comunicación, que coincidió temporalmente con el retorno de la democracia. Mencionó las profundas transformaciones en los modos de vivir y leer la realidad. En ese contexto, mencionó la necesidad de las nuevas alfabetizaciones, la digital y la mediática.

Bulla, por su parte, también marcó como un hito la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Reveló que tuvo el privilegio de participar coordinando más de veinte foros de discusión, muchos de ellos en las universidades públicas. Así, se encargó de condensar en este hecho la importancia de estas instituciones en la historia del país. En ese sentido, resaltó la creación de catorce nuevas universidades que devolvieron la idea de un horizonte posible a las nuevas generaciones. “Ya no hay vuelta atrás”, sentenció.

Diego Rosemberg, coordinador de ANCCOM, participando del panel «Noticias, periodismo y universidad».

El último orador, Diego De Charras, director de la carrera, más que cerrar el congreso abrió un debate: “¿Hacia dónde vamos?”, inquirió. Tras rescatar las posibilidades que brinda el nuevo edificio y la recientemente aprobada modificación del plan de estudios, respondió él mismo a su pregunta: “Estamos yendo en dirección a saldar este reclamo histórico que se le hace a la Carrera de Comunicación en la UBA acerca de la falta de práctica –subrayó-. Y pasamos de una práctica de formación a una de producción, que ya empieza a ser autónoma de la formación curricular”.

En este sentido, De Charras resaltó la importancia de la reciente puesta en funcionamiento de ANCCOM, la Agencia de Noticias de Ciencias de la Comunicación, a partir de marzo de 2015, vinculada con las exigencias del nuevo plan de estudios y con un contexto que reclama también un nuevo rol a la Universidad: “No sólo se trata de pensar sino de actuar críticamente en la práctica de los medios”, señaló.

Alerta Pachuca en el cierre del Congreso Latinoamericano de Comunicación.

Alerta Pachuca en el cierre del Congreso Latinoamericano de Comunicación.

Ya fuera del estrado, De Charras confirmó que, en poco tiempo más, se sumará a ANCCOM la producción radial de Planeta Sociales, una agencia de publicidad de la Carrera y otra de producción de prácticas comunicativas en organizaciones sociales. “Hay una dinámica de ponderación de la acción y de la participación en la producción que ya no tiene vuelta atrás. Ya no se trata solo de pensar y me parece maravilloso”, concluyó el director de Ciencias de la Comunicación antes de ir a escuchar a Alerta Pachuca, la banda que cerró con música y baile los festejos de cumpleaños universitario.

Teatro efímero para dejar huella

Teatro efímero para dejar huella

El Festival Efímero de Teatro Independiente (FETI) es un encuentro de artistas teatrales con sede central en el Centro Cultural Archibrazo del barrio porteño de Almagro. Desde el 26 de julio hasta el 1ro de agosto se llevará a cabo la tercera edición de este festival autogestionado de teatro comunitario y cooperativista.

Agustín Clusellas, actor y miembro fundador del festival y del Centro Cultural Archibrazo, contó a ANCCOM sobre la propuesta del encuentro: “La idea es que con el festival podamos acercar el teatro al barrio”. “También, queremos salir un poco de la solemnidad del teatro y sacarlo a la calle”, complementa Verónica Caminos, miembro de la organización del festival, y explicita una de las piedras fundamentales del FETI como encuentro popular: “Si no es a la gorra, no se hace. Es nuestra política”.

Verónica Caminos, FETI, Archibrazo.

Verónica Caminos del Centro Cultural Archibrazo.

 – ¿Cómo surgió el FETI?

Verónica Caminos- Agustín forma parte de una cooperativa de teatro, un elenco que se llama “De arrugas y juguetes”, que ensayaban una obra que nació acá en el “Archi” que se llama “¿Quién mató al gallo?”. En 2013, surge la idea de hacer el FETI, que lo que se buscaba era dar un espacio para que obras de compañeros y de amigos del teatro en general pudieran hacer sus espectáculos. Lo que el festival ofrecía era que viniesen y la presentaran acá, a la gorra.

– ¿Qué tipo de público se acercaba?

Agustín Clusellas- En el primer festival hubo poca convocatoria, y fue más que nada gente de teatro. En el segundo nos fue mejor, pero nos costó abrir el festival a un mayor espectro de gente. Por eso nuestro objetivo este año es llegar al barrio y que venga más gente, además de la de teatro.

V.C. – Por eso abrimos el margen a otros barrios, como lo vamos a hacer en el espacio “Piedrabuenarte”, en Piedrabuena. Las tres sedes son Archibrazo, Matienzo y Piedrabuena, pero la idea de este año es –estamos trabajando la logística- ocupar la plaza de Almagro en la apertura y poder llegar al barrio desde ahí. Y para el cierre, estamos trabajando en cortar Mario Bravo y hacer nuestras obras ahí, a la gorra, para que las puedan ver todos.

– ¿Por qué efímero?

V.C.- Es la palabra que nos define como festival. Mi visión de lo efímero es eso que está, aparece y desaparece pero deja una huella que se marca en la memoria. Hablamos desde lo efímero desde el tema de ocupar espacios –como lo vamos a hacer en Piedrabuenarte o en el Matienzo-, aparecemos, hacemos nuestras obras, nos vamos, pero dejamos nuestra huella.

– ¿Cómo plantean la organización del festival en esta edición?

A.C.- Este año cuando abrimos la convocatoria el eje que nosotros queremos que las obras manejen es que planteen distintas problemáticas sociales. Además de que uno de nuestros pilares es el tema de la gorra, que después de la obra se pasa la gorra, para nosotros es muy importante que después de la obra se haga una reflexión en conjunto con el público. El año pasado se intervino bastante, sobre todo en los círculos de debate.

V.C. -Nos fue muy bien en esa segunda edición. El festival tuvo tres talleres, además de las obras, y mesas de debate: una de creación colectiva, otra de teatro político y otra de autogestión.

– ¿En qué se diferencian de otros festivales de teatro independiente?

A.C. – Nos pasa que vemos festivales de teatro donde se maneja un grupo cerrado y llaman a la gente a ayudar, pero lo hacen cuando el proyecto está armado. Nosotros teníamos ganas de abrir el proyecto viniendo de una creación colectiva como obra, abrir el cooperativismo a muchos, generar un festival entre muchos.

V.C. -Sí, y yo creo que nos diferenciamos a partir de que manejamos el tema de la gorra como entrada popular. Muchos festivales traen artistas internacionales y el acceso es muy caro. Por otra parte, las obras del FETI se hacen en los lugares que nombramos, no en un teatro oficial, aspiramos más a lo barrial, y nos propusimos este año a abrir las puertas a obras de distintas provincias. Cada uno tiene su huella, nosotros tenemos la particularidad de poder acercarnos al barrio y acercar las provincias también a lo barrial.

– ¿Cuándo son las fechas del festival y con qué obras puede encontrarse el espectador?

V.C. – En principio, teníamos estipulado que el FETI comenzara el 29 de agosto, pero logramos asociarnos con Proscenio Sur -la red de teatro de Pompeyo Audivert y Norman Briski-, y finalmente empezaremos desde 26 de agosto en sus sedes: el teatro El Cuervo y en El Calibán. Desde el 29 hasta el 1º de septiembre, presentaremos obras en el Centro Cultural Archibrazo, el Espacio Piedrabuenarte y el Centro Cultural Matienzo. Van a ser dos obras de Capital Federal, cuatro provinciales y dos internacionales. Este año, las internacionales son una chilena: “Las dos familias”, y una mexicana: “Bola de carne”. Estamos tramitando una española también.

– ¿Qué expectativas tiene FETI de acá a futuro?

V.C. – Lo primordial es continuar haciendo el festival y el día de mañana poder conseguir estabilidad económica para solventar gastos importantes como los pasajes de los artistas, por ejemplo. También, queremos seguir ganando espacios y poder llegar concretamente a la gente: que pueda venir cualquiera a ver una obra de teatro, bajarlo del pedestal para que se den cuenta de que es un arte popular que puede estar a la vuelta de tu casa. Además que, más allá del teatro, los vecinos se puedan encontrar con el arte, que brinda herramientas para cambiar un montón de cosas, sin necesidad de hacer grandes sacrificios económicos: abundan lugares autogestionados en la ciudad en donde se puede tomar clases de teatro a la gorra, por ejemplo, y descubrir un lado artístico.