La Gorda Nelly, una murga feminista

La Gorda Nelly, una murga feminista

“Somos la fuerza de todo el pasado y del futuro que está por llegar”, entonan en sus primeras estrofas. Y así se delatan. La Gorda Nelly no es una, aunque se mueva y cante como tal. Pero tampoco son dieciséis. Es una sola (murga) compuesta por dieciséis mujeres.

“Y era el año..”, dice una de las integrantes cuando les preguntan cuándo surgió La Gorda Nelly. El resto se ríe. Pero sí, era el año. El mismo 2015 del primer Ni Una Menos. El mismo año en que un grupo de chicas decidió crear la única murga de estilo uruguayo de mujeres de Mar del Plata.

En un principio no parecía tener una razón especial ni ser explícita la relación con el feminismo. “Había otras discusiones u otras maneras de verlo. Pasaron un montón de instancias hasta que se consolidó el grupo y la identidad”, dice Mumi, integrante de la murga, en diálogo con ANCCOM. “De a poco empezó a ser un espacio de militancia. Teníamos un montón de cosas para decir y queríamos aprovechar ese género que había sido machista y vedado para las mujeres por tanto tiempo”, recuerda Mela, una de las primeras en participar. Hoy si les preguntan si son una murga feminista; todas, como si sólo hablara La Nelly, dicen al unísono: “Sí”.

El pañuelo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito parece pensado como parte del traje. Los vestidos verdes, rosas y violetas. Las caras maquilladas que a simple vista las vuelven irreconocibles para quienes se las cruzan en la calle. “Somos Lucía, somos Natalia, somos Jimena y las que no están”, cantan en una de sus canciones. Son tres casos resonantes de femicidio en su ciudad. Como ellas explican, no pueden ser ajenas al contexto social o al del feminismo. “Llegó un punto en el que no hizo falta ni discutir. Sentíamos que teníamos que estar ahí”, aclara su directora, Melisa. La Nelly, casi como pensando en voz alta, dice en sus letras: “Y estuvimos, estamos y estaremos”.

Y así es. En pañuelazos, el 3 de junio y el 8M en Mar del Plata. Pero también en la toma del Consejo Escolar del partido de General Pueyrredón, que se extendió por casi veinte días en defensa de la educación pública entre agosto y septiembre del año pasado. “El producto artístico que proponemos no está al margen del mundo en el que vivimos. Lo tomamos como herramienta. Con responsabilidad y mirada crítica”, cuenta Mumi. Para La Nelly, la militancia no empieza o termina con ponerse el traje: “Cada una tiene su lucha. Nos encontramos y apoyamos las movidas que apoyamos individualmente”, dice Viole, otra de las integrantes. Y continúa: “Todas más o menos creemos y queremos las mismas cosas. Eso hace a nuestra identidad”.

Otra de sus características es su forma de organización a partir de la autogestión “a la cabecera” de todo lo que encaran como grupo: desde lo económico hasta lo artístico. “En todo sentido es cooperativa. A la hora de laburar nos vamos enseñando y aprendiendo entre todas”, cuenta Melisa. Como si cada una fuera un fragmento de La Nelly, todos sus conocimientos “encastran” para generar el producto final. “Acá todo lo resolvemos entre nosotras. Con la poca o mucha experiencia que tengamos”, dice Flavia, y agrega: “A este ritmo, a este tiempo, pero entre nosotras”. El “entre nosotras” tiene mucho peso y más de un sentido para La Gorda Nelly. Flor, otra de las integrantes, define a la murga como “espacio de encuentro”: “Encontramos contención ante situaciones que nos pasan. Nos damos el tiempo para charlarlas. El espacio nos permite sentirnos identificadas”, explica. Pero no sólo se da el encuentro al interior del grupo: “Con las compañeras de otras murgas de Mar del Plata generamos un círculo de mujeres”, cuenta Mela. Para ellas es importante que se generen esos espacios de debate y, sobre todo, que sepan que entre ellas tienen “la mano tendida”.

En temporada, La Nelly no se hace móviles en paradores de moda de la ciudad costera. La Nelly está presente en los festivales, varietés y corsos de Mar del Plata: “Elegimos dónde tocamos y dónde construimos. Hay una cuestión ideológica. Trabajamos en espacios independientes o lugares con otra impronta”, dice Mumi. En febrero, el mes del carnaval, la presencia de la murga en los corsos tiene como objetivo romper “esa división que entendíamos que había entre géneros de murga porteña y uruguaya”, cuenta Mela, ya que muchas de las chicas participan en grupos de ambos estilos.

Pero los preparativos que generan mayor expectativa son los del primer Encuentro Internacional de Murgas de Mujeres y Mujeres Murguistas que se realizará en Montevideo entre el 15 y el 17 de marzo y al que asistirán con gran entusiasmo. “Más allá de lo enriquecedor que es un encuentro para poder formarse específicamente en el género, vamos a poder compartir con gente que hace lo mismo que nosotras”, dice Flavia. Si bien están ansiosas por ir a la “cuna” del género que interpretan, también resaltan que el contexto en ambos países es diferente: “En Argentina, la participación de las mujeres se dio de manera más natural. En cambio, en Uruguay la mayoría de las murgas son de hombres porque culturalmente nació así”, explica Melisa. Por eso la razón del pañuelo rojo en Uruguay y su consigna: “Sin nosotras no hay carnaval”.

Sin dejar de entender y acompañar el reclamo del país vecino, La Nelly también quiere llevar las luchas del feminismo en Argentina. “Para nosotras es significativo salir con el pañuelo verde. Somos una murga de mujeres y nos reivindicamos feministas. Es algo que queremos compartir”, dice Flor, otra de las integrantes.   Y es un tema que no deja de surgir. Porque cuando a las integrantes de La Nelly se les pregunta por sus expectativas para este año, no sólo hablan de estrenar espectáculo, grabar sus canciones o seguir formándose en lo vocal, actoral y en la puesta en escena: “Y que el aborto sea legal”, agrega una de ellas.

 

La crisis llegó a Boston

La crisis llegó a Boston

«Fueron 300 policías para desalojar a dos personas que hacían una guardia. Nos sacaron
como a narcotraficantes», denunciaron los trabajadores que tomaban el local de la
tradicional confitería Boston -en la zona de Varese de la ciudad balnearia de Mar del Plata-, tras el abandono empresario. El desalojo se produjo en la madrugada del miércoles y
estuvo a cargo de efectivos de la Policía bonaerense.

Los trabajadores de la Boston llevan más de 200 días de lucha en los que intentaron -y
siguen intentando- mantener sus fuentes de trabajo. “Señores clientes, los hermanos
Lotero nos adeudan los salarios”, avisaba un cartel. Esa es la razón por la que dos locales
de la Boston permanecieron tomados por sus trabajadores.
 
La confitería había sido fundada en 1958 por Fernando Álvarez y Miguel Potrone. Si bien
llegó a contar con seis locales distribuidos por toda la ciudad, hasta el desalojo sólo
quedaban tres: el de Varese, el de la calle Buenos Aires y el de avenida Constitución.
 
En noviembre de 2016, los fundadores vendieron la empresa a los hermanos Pablo y Juan
Manuel Lotero y a un empresario austríaco. “Dijeron que iban a abrir más locales. Pero en
un año y cinco meses cerraron dos”, cuenta Alejandra Blanco, trabajadora de la sucursal
de Varese, en diálogo con ANCCOM.
 
“Ya veníamos con dos meses atrasados de obra social y aportes cuando se vendió la
empresa”, dice Blanco. Y continúa: “De ahí en más nunca cobramos un sueldo entero.
Llegamos a cobrar en cinco cuotas. Fuimos accediendo porque no queríamos perder el
trabajo”.
 
La primera retención de tareas fue en marzo de 2018 por falta de pago de salarios. Una
conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos
Aires obligó a los trabajadores a retomar sus actividades. La segunda retención fue en
abril. Esta vez por tiempo indeterminado.
 
Frente a esta situación, los dueños de la Boston realizaron una denuncia a los
trabajadores, y hubo despidos por usurpación. La causa finalmente fue archivada. “Fuimos
a hablar con la jueza y a demostrar que esto era una toma pacífica porque nosotros no
cobrábamos”, recuerda Blanco.

Si bien probaron que no era usurpación de los locales, no pudieron garantizar mantener la
lucha en ellos. El 26 de diciembre pasado fue el primer intento de desalojo del local de
Varese. Gracias a la presencia de sindicatos y organizaciones sociales pudieron frenarlo,
pero finalmente se concretó en enero, durante una madrugada en la que dos trabajadores
hacían guardia.
 
El otro local tomado por los trabajadores, el de la calle Buenos Aires, también tiene
pedido de desalojo, pero su situación no es la misma y aun la toma continúa. Pertenece a
Pastelera Tecomar, firma detrás de Confiterías Boston. En cambio, el de Varese pertenece
a una persona particular, que lo alquilaba a los Lotero, y por eso su desalojo también era
inminente.
 
Como parte de la medida los trabajadores de la Boston venden sus tradicionales
medialunas con café a voluntad a quienes quieran colaborar con el fondo de lucha.
También agregaron facturas, budines y bebidas. Todo a precios accesibles. A los clientes
se los atiende en la puerta. Adentro del local es todo penumbras. Ordenado y limpio,
como para recibir gente, pero sin esa posibilidad. En Varese habían ubicado unas mesitas
en la calle para el que quisiera. Hoy, con una única sucursal en manos de los trabajadores
que sólo puede vender productos para llevar.  
 
Ninguno de los hornos está habilitado para ser usado. Por eso, los mismos trabajadores
despedidos cocinan en la sede del sindicato de pasteleros de Mar del Plata. Con lo
recaudado recuperan la materia prima y compran lo que les hace falta. Lo sobrante, va a
un “pozo”. “Una vez por semana las ganancias se dividen entre los que estamos”, explica
Blanco.
 
Empezaron siendo ochenta familias involucradas. Hoy quedan 26 trabajadores, catorce del
local de Varese. “Algunos consiguieron trabajo. Entre ellos, algunos siguen en la lucha.
Otros se abrieron y siguen solo con la parte legal”, dice Blanco.
 
En un principio, quienes fueron por su café y medialunas a la Boston también pudieron
dejar su firma para colaborar con el que era el proyecto de sus trabajadores: convertir la
empresa en una cooperativa. En el último tiempo, sobre todo a partir de los pedidos de
desalojo, ya no se veían las planillas.
 
Más que como objetivo, Blanco lo ve como un “sueño”. “No sigue en pie. Para tener
cooperativa necesitás un aval que nosotros no tenemos. Hace siete meses que no
cobramos un sueldo. No tenemos capital”, explica.
 
Se dice también que una cadena de cafeterías de Mar del Plata está interesada en alquilar
el local frente a la costa, pero los trabajadores de la Boston no lo ven como solución. “Una
persona vino al local a verlo. Dijo que no había hablado de la cantidad de personas que
tomaría. De producirse eso, no sabemos si quedaríamos los catorce”, cuenta Blanco.

Hace tiempo que Mar del Plata está dentro de las ciudades con mayor índice de
desocupación del país. En el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INDEC), de diciembre de 2018, el número ascendió al 11,8 por ciento. “La situación del
trabajo es terrible. Es tremendo ver los negocios cerrados”, dice Blanco.
 
Pero también agrega: “En el caso de la Boston los dueños se aprovecharon, vaciaron la
empresa. Se hacían 350 mil pesos de caja por día. Si mañana abre, está lleno”. Según ella
es así porque “Boston es Mar del Plata”.
 
Tal vez por la particular situación de la ciudad o por el foco que tiene durante la
temporada, varios políticos visitaron Mar del Plata de cara a las elecciones de octubre.
Algunos se hicieron presentes en la Boston. Otros prestaron su apoyo también durante el
año.
 
Pero por más que sea una ayuda, Blanco no lo ve como una solución en el largo plazo.
“Los políticos han colaborado, pero esto es un conflicto privado. Se tiene que solucionar
por medio de las leyes”, explica. Y agrega: “El público apoyó en todo. La parte judicial no
nos ayuda. Necesitás llevar la comida todos los días a tu casa. En cambio, la Justicia se
maneja en días hábiles. Los tiempos de la Justicia no van con los tiempos de los
trabajadores”.

El Gobierno porteño ataca, el Romero Brest se defiende

El Gobierno porteño ataca, el Romero Brest se defiende

Hace pocos días, por la plataforma digital change.org, el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, publicó un escrito donde menciona el proyecto de traslado del Instituto Superior de Educación Física Nº 1 «Dr. Enrique Romero Brest» de su histórico edificio en Núñez al Parque Sarmiento. Autoridades del profesorado y estudiantes manifestaron su repudio y establecieron un plan de lucha para proteger su espacio.

Al recibir la noticia a través de este insólito medio, la rectoría del Romero Brest pidió dos reuniones con las autoridades del Gobierno de la Ciudad para discutir el tema. La segunda, que tuvo lugar en el Ministerio de Educación el pasado miércoles 14 de noviembre, contó con la presencia de once consejeros directivos pertenecientes a los cuatro claustros involucrados – estudiantes, graduados, docentes y no docentes – y el rector, Raúl Supital. Por parte del gobierno, estuvieron la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, y su jefe de Gabinete, Luis Bullrich, junto a un asesor de la Jefatura de Gabinete del Ejecutivo y un arquitecto. En dicho encuentro, la ministra explicó que existe un proyecto de cambio de Código de Planeamiento Urbano que incluye la enajenación de las tierras donde está ubicado el Romero Brest, así como también la salida del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD), recientemente anunciada.

Pablo Caserío, profesor y consejero del claustro docente, dijo a ANCCOM que Acuña ‘‘se refirió al Romero Brest como una parcela’’ y agregó que, ante el pedido de explicaciones por parte del Consejo Directivo, ‘‘recalcó explícitamente que era una decisión del Ejecutivo que la excedía”. Las razones de esta movilización no parecen justificarse con una mejora del Instituto o una modificación estratégica para su beneficio. ‘‘Le pregunté específicamente a la ministra si había razones académicas y ella dijo que no. La razón tiene que ver con el cambio del Código de Planeamiento Urbano’’, explicó Caserío. Y concluyó: “No fue una reunión conciliadora, fue informativa”.

«Tirar instalaciones nuevas en un momento de la educación donde faltan edificios es pecaminoso. Consideramos que es un negocio inmobiliario”, dijo Gabriela Sacristán.

Si bien no se estipularon plazos puntuales para cada etapa del traslado, en la reunión se habló de momentos sucesivos. El primero implica la aprobación del cambio de Código. Luego iniciaría un proceso de otorgamiento de tierras y en paralelo se construiría el nuevo instituto en el Parque Sarmiento. Se estima que esto sucederá en un período de dos años. Luego de disculparse por la desprolijidad con la que la institución se había enterado de la decisión, Acuña avisó que se contactaría con la comunidad educativa cuando avanzara el proyecto para estipular las necesidades edilicias –como espacios deportivos, gimnasios y aulas- para las futuras instalaciones.

Docentes y autoridades del Romero Brest, por su parte, argumentan que se trata de una cuestión puramente económica que va de la mano de la toma de terrenos del CeNARD. ‘‘Creo que la verdadera batalla está en que no se reforme el Código y en que no se les permita hacer uso de esas tierras. Necesitan una aprobación especial de la Legislatura, porque es un pasaje de manos públicas a manos privadas’’, afirmó Caserío.

Que no haya reforma del Código de Planeamiento Urbano no significa una garantía para todos. “Quizás no se apruebe y nos quieran trasladar a otro lado”, dijo María Teresa López, una de las vicerrectoras del Instituto. Y continuó: “No quieren darle identidad a lo que se habla en todos lados, que quieren hacer un gran emprendimiento inmobiliario acá. No está escrito nada, pero se dice que están vaciando el Tiro Federal, el CeNARD y a nosotros”.

Si bien no hay nada confirmado con respecto a la venta del CeNARD o del Romero Brest, este lunes la Ciudad de Buenos Aires realizó la subasta del Tiro Federal Argentino, ubicado a pocas cuadras. “Acá van a hacer un movimiento inmobiliario muy interesante para ellos. No para nosotros”, dijo López a ANCCOM.

Con este panorama, se inició un plan de lucha que, en primer lugar, busca darle visibilidad a la problemática. Mercedes Semhan, vicerrectora del ISEF n°1, lleva adelante una convocatoria virtual en la plataforma change.org –la misma por la que trascendió la noticia del traslado– para juntar firmas en defensa del Instituto. En dicha publicación, Semhan menciona lo mucho que les costó obtener ese predio lindero al CeNARD y que ese sacrificio ‘‘no puede borrarse en base a otros intereses’’. La convocatoria ya posee más de 62.000 firmas.

Dos jóvenes sentados en el primer piso del edificio en disputa y un cartel que dice "no al traslado, no a la UNICABA"

‘‘Fue vergonzosa la forma en la que nos enteramos. Ese día no se hablaba de otra cosa en las aulas’’, afirmó Mariana, integrante de la conducción del Centro de Estudiantes.

La casa de estudios fue fundada en el año 1906 y fue la primera institución de Latinoamérica en otorgar título de Educación Física. A principios de los noventa todavía no contaba con un espacio propio. “Hasta 1994, 1999 hecho efectivo, estuvimos en un montón de lugares de prestado. Este es el primer predio nuestro. Fue cedido para Educación”, contó López sobre el terreno que perteneció al Club YPF. Con el objetivo de formar profesionales de la enseñanza y técnicos superiores del campo del deporte, el Romero Brest cuenta hoy con unos 2.000 alumnos.

Muchas de las construcciones que se hicieron en él todavía no llegan a los diez años. “Hay edificaciones nuevas que se entregaron en el 2014”, dijo Gabriela Sacristán, docente del Romero Brest. Y agregó: “Tirar instalaciones nuevas en un momento de la educación donde faltan edificios es pecaminoso. Consideramos que es un negocio inmobiliario”.

Según la docente, el traslado del Romero Brest es un ajuste “no sólo educativo, también sobre el espacio público”. El lugar de destino del Instituto sería el Parque Sarmiento, un predio de setenta hectáreas para actividades deportivas y recreativas que funciona en el barrio de Saavedra desde 1981.

Otros institutos de formación docente han manifestado su solidaridad, así como el Instituto Superior de Educación Física N° 2 Federico Dickens, también situado en Capital Federal. El reclamo también traspasó nuestras fronteras, ya que la rectoría recibió la adhesión por vía virtual del INEF de España, un referente mundial de las ciencias del deporte y la educación física.

“Hasta 1994, 1999 hecho efectivo, estuvimos en un montón de lugares de prestado. Este es el primer predio nuestro. Fue cedido para Educación”, contó María Teresa López

Por su parte, el estudiantado no es ajeno a los hechos. Tras la reunión en el Ministerio, el Centro de Estudiantes convocó a una asamblea en las que se debatió un plan de acción, y entre las posibilidades circula la idea de tomar el instituto por tiempo indeterminado.

‘‘Fue vergonzosa la forma en la que nos enteramos. Ese día no se hablaba de otra cosa en las aulas’’, afirmó Mariana, integrante de la conducción actual y única lista del Centro de Estudiantes. Es un hecho que, a raíz del proyecto UniCABA, aumentó significativamente la participación y la militancia estudiantil en el ISEF N°1, pero es difícil lograr un compromiso colectivo. ‘‘Cuesta interpelar e involucrar a los pibes. Somos futuros docentes, y tenemos que hacer llegar a esa idea a los estudiantes y al afuera’’. Con respecto a la asamblea del pasado jueves, que contó con un gran número de presentes, opinó que fue útil ‘‘para saber cómo estamos parados los estudiantes frente a esta situación y con qué fuerza contamos para llevar adelante una toma’’.

Sin embargo, el sector estudiantil de la institución presenta posturas divididas sobre los métodos de protesta. Hay grupos que no apoyan la toma debido a la consecuente pérdida de clases, que pone en riesgo la continuidad del año académico completo. ‘‘A los que trabajamos además de estudiar, nos mataría perder este año, se alarga muchísimo la carrera’’, explicó Tatiana, estudiante de primer año. Algunos aceptan la medida pero sólo en última instancia, y creen que sería apresurado tomar ahora el profesorado: ‘‘No creo que tenga sentido hacer la toma ahora. Yo estoy de acuerdo, pero si la hacés ahora perjudicás a los ingresantes del año que viene, a los que egresan, incluso a todos los trabajadores docentes y no docentes que están acá todos los días. Hay que pensar que afecta a todos’’, opinó Owen, estudiante de segundo año.

Mercedes Semhan dijo que les costó obtener ese predio lindero al CeNARD y que ese sacrificio ‘‘no puede borrarse en base a otros intereses’’.

Con el dictamen firmado el pasado viernes, se votará la UniCABA en el recinto el jueves 22 de noviembre. Dado que hay mayoría de representantes del oficialismo – 34 legisladores sobre un total de 60 – es factible que la iniciativa se apruebe. Para ese día se espera un paro docente que abarcará todos los niveles de enseñanza y los estudiantes del Romero Brest, junto con los otros 28 profesorados, se movilizarán a la Legislatura.