Mudanzas postergadas

Mudanzas postergadas

La contaminación de la Cuenca Matanza-Riachuelo es un hecho, y la demora en la relocalización de las familias que viven a la vera del río, otro. Aún quedan más de 1.800 familias por relocalizar, lo que implica que falta mudar a más del 80 por ciento de la población afectada. Desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no dan respuestas concretas y se sigue dilatando la urgente relocalización de los vecinos de la zona. ANCCOM recolectó testimonios de distintas personas y organizaciones vinculadas al tema.

María Gutiérrez, vecina de la zona, cuenta: “Hace como treinta años que nos vienen diciendo que nos van a relocalizar, pero pasa el tiempo y seguimos en el mismo lugar. Además, en caso de que nos cambien de lugar, tiene que ser por la zona. Hubo casos anteriores que mandaron a los vecinos a cualquier lado. Ya no se aguanta vivir acá, nuestros pozos de agua están pegados a los de la cloaca. Con la contaminación que hay en el río, vivimos con mal olor, basura, y chicos con problemas respiratorios”.

Aún quedan más de 1.800 familias por relocalizar, lo que implica que falta mudar a más del 80 por ciento de la población afectada.

Natalia Machain, coordinadora regional de política de Greenpace Andino (oficina regional que agrupa a las sedes de Argentina, Chile y Colombia),  da un panorama de algunos de los problemas que trae seguir viviendo allí: “Los vecinos de la Cuenca Matanza Riachuelo ven afectada su salud por falta de agua potable, los altos niveles de contaminación del agua por efluentes industriales y por hidrocarburos en aguas subterráneas en algunas áreas. Esta contaminación provoca afecciones y enfermedades varias en la piel, enfermedades respiratorias y tiene incidencia en algunos tipos de cáncer”.

El presidente de la Asociación Vecinos de La Boca, Alfredo Alberti, afirma que “el beneficio de trasladar a los habitantes a nuevas viviendas es obvio, la gente está viviendo de manera muy precaria, y estas nuevas viviendas son realmente confortables. Es cierto que la gente tiene un arraigo muy fuerte a sus hogares, algunos tienen un núcleo de relaciones allí establecidas que le ayudan a su supervivencia, por lo que la relocalización se trata de que sea lo más cercana a donde ellos están viviendo actualmente”.

Desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no dan respuestas concretas .

En consonancia con Alberti, Santiago Cané de la ONG “Fundación Ambiente y Recursos Naturales”(FARN), dice: “El beneficio es que las casas a las que se relocalizarían son de concreto, y están en mejores condiciones edilicias, la obligación de relocalizar incluye que tengan agua y cloacas y además dejan de estar asentados sobre basura y tierra contaminada con plomo entre otros tóxicos”. Cuando a  Cané se le consulta sobre la demora del Gobierno en la relocalización, ilustra:Se puede imaginar que hay intereses inmobiliarios en los terrenos que, por ley de la Legislatura de la Ciudad, están destinados a la construcción de viviendas para relocalización”. 

La Corte Suprema dispuso en 2008 la obligación de la Nación, la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires de llevar adelante el saneamiento del Riachuelo, en forma coordinada, para garantizar la calidad del agua y el bienestar de los vecinos de la Cuenca.

A nueve años, el fallo de la corte sigue sin cumplirse. Machain, de Greenpeace, asegura: “Las empresas identificadas como agentes contaminantes siguen vertiendo sus desechos al agua y las compañías del Polo Petroquímico de Dock sud, cuya contaminación fue la causa de la denuncia judicial que terminó con el histórico fallo, no sólo no fueron reconvertidas sino que eventualmente podrían quedar exentas de responsabilidad, si se achica el área de influencia de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR). A pesar de los progresos cosméticos en la Cuenca, queda mucho por hacer”.

«Ya no se aguanta vivir acá, nuestros pozos de agua están pegados a los de la cloaca»,dice una vecina.

Hay quienes se preguntarán si más allá de la relocalización de los vecinos es posible una recuperación ambiental del Riachuelo. En este punto son varias las voces que coinciden. Desde FARN, Cané dice: “La recomposición es posible, depende de la decisión política de las máximas autoridades de Nación, Ciudad y Provincia, además del esfuerzo de la Corte Suprema en la persecución de ese objetivo. Esto implicaría tener el agua, el suelo y el aire de todo el territorio de la cuenca no contaminado. Las industrias funcionando sin verter sustancias nocivas, el tratamiento de residuos sólidos urbanos en buen funcionamiento (no en basurales a cielo abierto), los asentamientos precarios urbanizados, etcétera”.

Machaian coincide con que la recuperación ambiental es viable: “La recuperación de la Cuenca Matanza Riachuelo es un imperativo ambiental y social, urgente para la Argentina. La tecnología está disponible y las herramientas legales también. Es necesaria la voluntad política y el ejercicio del control y sanción por sobre las industrias contaminantes que hasta el momento avasallan el derecho a la salud de la población”, destaca.

 

Actualizado 12/09/2017

La noche de las librerías

La noche de las librerías

La caída de ventas de libros es un hecho. La creciente recesión económica penetra en cada actividad, a lo largo de todo el país, y las librerías no son la excepción. Según los datos informados por la Cámara Argentina del Libro (CAL) el desplome  en el sector editorial es del 22 por ciento durante el primer semestre de 2016, respecto al mismo período de 2015. ANCCOM recolectó testimonios de distintas personas vinculadas al mundo del libro para ilustrar la situación.

 En el segundo semestre la caída de ventas viene en picada; peor que en los primeros seis meses de este 2016”, diagnostica  Pablo Pazos, librero de la reconocida librería Arcadia (Marcelo T. de Alvear 1548), cuando se le consulta si percibe una caída en las ventas de libros. “¿Es una broma? Sí hay caída. Se debe al aumento de precios y a la recesión.  Además que en el presente los libros aumentaron en lo que va del año más del 60 por ciento producto, sobre todo, del aumento del papel, los costos se fueron al diablo y las imprentas también.”

Librería De La Mancha. Av Corrientes 1888

Según los datos informados por la Cámara Argentina del Libro el desplome en el sector editorial es del 22 por ciento durante el primer semestre de 2016, respecto al mismo período de 2015.

Pazos agrega otro dato preocupante.”No hablemos, además, de lo que son las ventas institucionales. El Ministerio de Educación paró de comprar, dijeron que iban a comprar textos, pero no sé cuándo porque el año termina ahora. ¿Qué textos van a comprar si quedan dos meses de clases? Eso para muchos editoriales era significativo”.

En tanto Andrés, de la librería Clásica y Moderna, ubicada en Callao y Paraguay, como David, de Adán Buenosayres, en Corrientes y Montevideo,  coinciden con Pazos. La caída de ventas en este segundo semestre es más significativa que en el anterior.  En palabras del propio Andrés: “Hay mucha menos gente que entra a la librería, mucha gente que consulta el precio y se va. Creo que tiene que ver con que subieron subieron los precios y que a la gente la plata cada vez le alcanza menos. El tema del aumento en los servicios y todas esas cosas genera como una especie de pánico atroz”.

 La postura del librero de Adán Buenosayres sigue la misma línea: “La caída de venta en librerías se debe a que la canasta de consumo cambió ostensiblemente a partir de la inflación que afecta sobre todo a lo que uno consume. No podés dejar de comprar comida. ¿Podés dejar de comprar un libro? Sí. ¿Podés dejar de comprar pilcha? Y sí. Vas a usar la misma ropa que el año pasado, yo hace dos años que no me compro zapatos, los mando a arreglar. No hay otra explicación que no sea la de que esta caída en las ventas es una causa más de la recesión general.

Librería Clásica y Moderna. Av Callao 892.

“La caída de venta en librerías se debe a que la canasta de consumo cambió ostensiblemente a partir de la inflación que afecta sobre todo a lo que uno consume.», comenta el librero de Clásica y Moderna.

 Esa librería en particular está en medio del proceso de convertirse en una cooperativa. “Bueno, acá los costos  han aumentado mucho, pagábamos 4.000 pesos de expensas y ahora pagamos 12.000. Nosotros transformamos toda la iluminación de la librería en bajo consumo y led, entonces bajamos el consumo a la mitad, pero igual la factura de luz es casi el triple de lo que pagábamos el año pasado. De 700 pesos por bimestre, ahora abonamos entre 900 y 1.000 por mes”, ejemplifica David.

 Desde Cúspide  también coincidieron en el diagnóstico, a pesar de los titubeos para dar testimonio y luego de preguntarse entre los empleados si no había problema con hablar de ese tema, ya que la cadena de librerías pertenece al Grupo Clarín. En palabras de uno de los encargados de una sucursal céntrica,  “hay una caída de ventas del número de libros. Yo creo que, por un lado, se debe a que como muchas cosas han aumentado los libros no están exentos, y no es un artículo de primera necesidad. Más necesario es comer y vestirse. El aumento general de precios genera una psicosis y la gente larga lo primero que es suntuoso”.

 Otro punto en que todos los libreros entrevistados coincidieron fue que la digitalización del libro y su lectura en formatos digitales no impactan en la caída en las ventas. El pronóstico para los meses venideros no es para nada alentador, ya que la recesión sigue su camino.  Y para colmo de males a los libreros todavía les resta enfrentar el peor período de ventas que son los meses de enero y febrero. Si durante el año no se hizo un buen colchón de dinero como para equiparar esa temporada históricamente de poco movimiento, la situación se vuelve aún más aguda. Con todo esto no queda otra que buscar nuevas opciones de ventas (ya son muchos los libreros que se dedican a la venta por internet) como la de David y su mesa de ofertas para atraer clientela “Tenemos que buscar alternativas, como por ejemplo esa, la de tener una mesa con libros a diez y veinte pesos, que hoy representa algunos días el 20 por ciento de las ventas de todo el local”, remata.

Librería Adan. Av Corrientes 1671

«El pronóstico para los meses venideros no es para nada alentador, ya que la recesión sigue su camino».

 

Actualizado 22/11/2016

Universidad para todos

Universidad para todos

¿Hay estudiantes extranjeros en la universidad pública más grande del país? Sí, apenas un 4,4 por ciento del total. Y muchos de ellos cursan posgrados, que son arancelados. Sin embargo, existen prejuicios  tanto sobre su real peso en la cantidad global de alumnos como sobre los costos económicos que implican su presencia en el país. Ignoran, además, que durante su estadía los estudiantes foráneos consumen, trabajan y aportan impuestos en el territorio nacional. ANCCOM habló con alumnos que cursan en UBA y con intelectuales del campo educativo sobre el derecho a la educación pública, laica y gratuita que existe en Argentina.

Antonia De León, estudiante de medicina proveniente de El Salvador, asegura:  “La educación, al igual que la salud, tiene que ser un derecho de todas las personas. Independientemente de que hayas nacido acá o en cualquier lugar. Veo que se está intentando atacar a la educación pública, tratando de segmentar a los extranjeros, y realmente los estudiantes inmigrantes somos una minoría, apenas el 4%”.  En la misma línea se expresa Tomás Calderón, estudiante chileno de la carrera de Ciencias Económicas: “En principio, la discusión siempre se da en el plano de lo público versus lo privado.  Una universidad que se plantea ser pública de ninguna manera puede restringir  el acceso al derecho a educarse.”

El estudiante agrega: “Los problemas que subyacen a la educación pública son muchos y tienen que ver con la coyuntura actual. Se habla del tema del presupuesto, de los recursos que se necesitan para financiar, y la verdad que es que los recursos están, es cosa de saber buscarlos, de hacer políticas públicas acordes. Depende de la voluntad del gobierno de turno. El actual busca mostrar las falencias que tiene la educación pública para que haya más incentivos para que aparezcan mecanismos privados para proveer la educación”.

Marcelo Antonio Castillo, estudiante mexicano de Ciencias Ambientales en la Facultad de Agronomía, también está de acuerdo con el ingreso irrestricto a la universidad: “Me parece bien que aquí en Argentina se tenga la oportunidad de estudiar sin ninguna restricción, me parece bien también que esté esa oportunidad aún siendo extranjero. La universidad en que yo estudiaba en México es pública entre comillas: uno tiene que pagar una cuota semestral que ronda en unos 4.000 pesos, allá en todas las universidades tienes que pagar algún tipo de cuota, por más mínima que sea, no hay ninguna universidad 100% no arancelada”.

 El 29% de estudiantes extranjeros es de Perú, mientras que en el segundo lugar están los de origen boliviano, con el 14 %,  seguidos por los de Paraguay, con el 12 %. Luego continúan los colombianos, con el 11 %, los chilenos, con el 6 % y los uruguayos con el 3 %.

Desde el plano académico, el antropólogo Alejandro Grimson, autor, entre otros libros de “Mitomanías de la educación argentina”, señala: “El ingreso irrestricto retornó a las Argentina con la democracia. Nuestros más de 30 años de democracia han funcionado con este sistema. ¿Es imperfecto? Sí, porque además de permitir el ingreso hay que apoyar de modo consistente a los sectores más vulnerables. Pero no destruir, sino mejorar la tradición del ingreso irrestricto. Es patético ver que hoy hay quienes buscan, como si fueran soluciones del siglo XXI, regresar al examen que caracterizó a la dictadura”.

  En tanto, Esther Levy, doctora en Ciencias de la Educación e investigadora del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA,  asegura: “Lamentablemente este tema se instaló en la opinión pública desde un lugar provocador y con datos inexactos. Detrás de esta cuestión lo que se persigue es un ataque a la universidad pública sin más argumentos que plantear una especie de xenofobia selectiva, dado que el problema se plantea como tal porque los extranjeros son latinoamericanos.”

  La investigadora aclara un punto muy importante: “Lo cierto es que la mayoría de los extranjeros que vienen a estudiar a la UBA lo hacen en el nivel de posgrado, el cual está arancelado y cada estudiante que se inscribe debe pagar desde la matrícula hasta la última cuota. Esto lo hacen con dinero de su bolsillo o con becas otorgadas desde sus países. Lo sostengo porque doy clases en varios posgrados de la UBA. Incluso si no fuera por estos ingresos económicos las ofertas de especialización, maestría y doctorado se verían afectados en su financiamiento básico.”

  De todos modos, en relación a los estudiantes de otros países que cursan carreras de grado, Levy añade: “Si la preocupación es porque los estudiantes de grado no pagan arancel, me permito sostener dos argumentos. El primero es que se trata solo del 2%, una proporción que se viene manteniendo durante varios años. En segundo lugar, la universidad no es gratuita sino no arancelada. Es decir, los extranjeros que realizan sus estudios de grado (cinco años por lo menos) pagan los impuestos al igual que los argentinos y ese dinero lo recauda el Estado sin discriminar nacionalidad. O sea, ellos también pagan sus estudios de grado. Por último, creo que este argumento sobre los estudiantes extranjeros es una excusa más para volver a instalar la cuestión del arancelamiento y el ajuste presupuestario en las universidades públicas”.

 Por su parte, Pablo Imen docente e investigador de UBA y director del Instituto de la Cooperación (Idelcoop) afirma: “El sistema impositivo debe buscar los modos de asegurar mecanismos progresivos de recaudación para asegurar los derechos humanos de nuestros habitantes y de  ‘todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino’, como señala el preámbulo de la Constitución Nacional. En la actualidad, resulta una contradicción insostenible que se pretenda percibir un arancel a los estudiantes extranjeros cuando se produce una política económica que transfiere recursos al capital foráneo por vía de exención de impuestos, fuga de capitales y otros dispositivos que afectan de manera sustantiva el erario público. No corresponde, a mi juicio, ni  por principios democráticos ni por eficiencia económica, imponer tal tributo”.

Algunos de los medios de comunicación más poderosos del país intentan estigmatizar la figura del extranjero, planteándolo como parásito del sistema educativo universitario. Esta es solo una de las aristas de un objetivo mayor que no es otro que el de crear la idea de que la educación pública es deficiente, con el fin último de buscar su privatización. “La Universidad Pública está gravemente afectada por las políticas neoliberal-conservadoras del actual gobierno -expresa Imen-. Ocurre en todos los planos, y especialmente en conjunto del sistema educativo como en el sistema de ciencia y técnica. Y es así porque el proyecto político de Cambiemos va en una dirección muy diferente al anterior. Para quienes sostenemos posiciones democráticas y alentamos una educación emancipadora, no hay nada que celebrar en materia de política pública en general ni de política educativa en particular”.

Actualizada 09/11/2016