“A mí me quieren preso, muerto o bien lejos”

“A mí me quieren preso, muerto o bien lejos”

No lo conozco a Santiago Maldonado, y eso es lo más triste, porque él llegó a apoyar nuestra lucha y la mayoría no lo conocíamos. Creo que con la desaparición de Maldonado se les fue la mano, pensaron que era uno de nosotros

 Facundo Jones Huala habla desde la Unidad 14 de Esquel, donde está preso ilegalmente desde el 27 de junio pasado. El pretexto que utilizó la Justicia Federal para detenerlo fue la necesidad de realizarle un segundo juicio en el marco de una causa por la que ya había sido juzgado y absuelto en septiembre de 2016. Por este motivo, un grupo de personas de distintas comunidades mapuches se concentraron el 31 de julio frente al Juzgado Federal de Bariloche; aunque se trató de un acto pacífico, la Gendarmería Nacional, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Policía de Río Negro los reprimió y nueve personas terminaron detenidas. Al día siguiente, integrantes de la comunidad mapuche realizaron una nueva manifestación que involucró el corte de la Ruta 40 a la altura del Pu Lof Cushamen, también en reclamo por la libertad de Jones Huala. La Gendarmería llegó a la zona, irrumpió en el territorio con un operativo a cargo del jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad Pablo Noceti, acompañado de cien efectivos que actuaron de forma irregular y violenta. En el contexto de la represión a hombres, niños y mujeres fue desaparecido Santiago Maldonado, un joven de 28 años nacido en la provincia de Buenos Aires que se encontraba en el Pu Lof Cushamen para apoyar el reclamo de los mapuches. Nueve días más tarde, Maldonado sigue desaparecido y en ese mismo momento Facundo Jones Huala decidió comenzar una huelga de hambre.

Hay un clima represivo en toda la zona –dice Jones Huala-. El gobierno decidió reprimir al pueblo mapuche y lo plantea abiertamente en los medios de comunicación. Acá, en los medios zonales, dijeron que iban a reprimir cualquier manifestación mapuche y es lo que están haciendo. En enero casi matan a dos personas: a mi hermano y a mi primo. Ahora, además de eso, desaparecieron a un chico que ni siquiera era de los nuestros. Le podría haber pasado a un periodista o un turista; a veces los mochileros o turistas pasan a quedarse. ¿Qué pasaba si mataban a una persona de otro país? Esto es muy terrible y creo que hay que denunciarlo porque si lo dejamos pasar ahora, más adelante va a ser mucho peor. Creo que esta situación es peor que lo sucedido con Julio López, porque con Julio López se las ingeniaron para hacerlo de una manera ilegal, que no haya pruebas; manejaron la impunidad desde otro lado, más allá de que se vio un papel que mostró Etchecolaz con su nombre. El problema acá es que la gente vio cuando se llevaban a Santiago y lo hicieron en frente de todos. No puede ser que pase como en la dictadura que nadie decía nada. Es muy grave lo que está pasando. Lo desaparecieron a la vista de todos.

En la ciudad de Esquel se llevó adelante el juicio que dejó en libertad y sentenció la no extradición al lider mapuche Facundo Jones Huala.

¿Cómo cree que se está desarrollando la investigación?

Es evidente que el juez está mintiendo. Está mintiendo la ministra, están diciendo que la gente no los dejó hacer las pericias y es mentira. Las pericias se hicieron y las irregularidades fueron de Gendarmería, ya que las camionetas que tenían secuestradas cuando fueron a hacer las pericias tenían rotos los precintos y estaban lavadas. Eso es totalmente ilegal y el juez está mintiendo, porque está cediendo ante las presiones de los latifundistas, del gobierno, de Patricia Bullrich, de Macri y de Pablo Noceti. Están todos metidos. Noceti pedía un debido proceso para los militares en los Juicios a las Juntas, pero eso conmigo no sucede y mucho menos sucedió con Maldonado. Él pedía un debido proceso para los genocidas y no contempla que a este muchacho lo desaparecieron ellos; saben bien que son los responsables.

¿Cree que existe una persecución política hacia los pueblos originarios en el país? ¿Qué opina de la detención de Milagro Sala?

Considero que Milagro Sala es una prisionera política, creo que nadie debería estar preso por sus ideas o por su actividad política, más allá de cuál sea su causa, y más allá de que se esté o no de acuerdo con lo que cada uno piensa. Lo que es claro es que ella está detenida por cuestiones políticas. El mismo gobernador Gerardo Morales lo reconoció. Entonces ese es un tema a tener en cuenta. Otro prisionero político es Agustín Santillán, un Wichi que su caso no ha tenido mucha prensa. Y el tercer preso político soy yo.

¿Por qué cree que al gobierno le molesta tanto el reclamo de su comunidad?

Molestamos porque tenemos una propuesta política claramente anticapitalista, antiimperialista, antioligárquica y anticolonial, que plantea la reconstrucción del mundo mapuche y un proceso revolucionario de liberación nacional. Eso es lo que genera tanta confrontación y tanta beligerancia por parte del Estado, porque el Estado defiende los intereses de las empresas. Nosotros además de ser una fuerza social que plantea la reconstrucción de la comunidad y la desarrolla, también nos planteamos una propuesta de lucha contra el capitalismo. A partir de ahí es donde el sistema y el Estado vienen con su mano más dura a reprimir. El gobierno anterior permitió que los terratenientes nos torturaran, nos balearan, todo. Pero este gobierno es mucho más brutal. En el gobierno anterior por lo menos había un margen de independencia de los poderes, cosa que ahora, en este momento, no hay. En este momento hay una dictadura clara. Ellos hablan del Estado de derecho y de todas esas cosas, pero cuando se les ocurre violan el Estado de derecho y son totalmente ilegales. Esa es la gran contradicción: ¿cómo pretenden que nosotros respetemos la legalidad cuando ellos no la respetan? Nosotros lo único que pedimos, en mi caso, es que se respete el mismo Estado de derecho que ellos dicen sostener y defender. Es muy brutal la represión de este gobierno, es un fascismo institucional y legalizado. Es una ilegalidad legalizada porque el Estado de derecho no existe pero ellos dicen serlo.

Manifestación en el Centro Cívico de Bariloche. Desde la Unidad 14 de Esquiel Jones Huala declaró: «Nosotros estamos peleando por la tierra. Es verdad que no creemos y que somos críticos de la construcción del Estado, pero eso no quiere decir que pidamos su destrucción, ni que queramos la toma del poder del Estado, ni siquiera eso.

Y en cuanto a su situación, ¿qué puede decir?

Yo debería estar libre, en todo caso esperando que avance la investigación del Poder Judicial. Ahora seguramente van a hacer un nuevo juicio, pero todo esto sucede porque hay una presión política de dos países: el Estado argentino y el Estado chileno, junto a las empresas. Es algo muy grave lo que está pasando. No sé si vale la comparación, pero yo creo que hay una diferencia con el caso de Milagro porque ella de última queda acá en Argentina, pero a mí me quieren echar del país y tampoco sé si me quieren en Chile. La verdad es que a mí me quieren preso, muerto o bien lejos. Ojala nunca hubiese nacido para ellos. Ni siquiera tengo una causa real acá, es todo virtual. En los juicios de extradición no se decide si el acusado es culpable o no, se define si el delito es extraditable o no. Y el juicio de septiembre resolvió que mi causa no era extraditable. Tiene que entenderse eso. Es un tema político, no tiene nada que ver con el terrorismo.

¿Cuál es la reivindicación que busca la comunidad mapuche con sus reclamos?

Nosotros estamos peleando por la tierra. Es verdad que no creemos y que somos críticos de la construcción del Estado, pero eso no quiere decir que pidamos su destrucción, ni que queramos la toma del poder del Estado, ni siquiera eso. Cuando hablamos de un proceso revolucionario planteamos la disputa por la propiedad de la tierra. Queremos reconstruir nuestro mundo en las porciones de tierra que nos corresponden. Pedimos solamente que nos dejen ser mapuches. Nosotros somos críticos de la construcción del Estado, por eso es mentira cuando dicen que queremos un Estado mapuche. Ellos no entienden el concepto de Nación. Nosotros nos consideramos una Nación sin Estado. Nunca tuvimos un Estado de corte occidental, consideramos que los estados argentino y chileno no son Naciones. Básicamente reclamamos por la recuperación de nuestras tierras productivas y sagradas para reconstruir el mundo mapuche. Trabajamos por la reconstrucción de nuestro pueblo. Consideramos que la autonomía no se mendiga, se ejerce. No le pedimos autonomía al Estado, nosotros pensamos que la autonomía debe construirse dentro de las comunidades, creemos en el autosustento. El problema es que las tierras productivas las tienen los capitalistas, por eso la confrontación constante. Entramos a las tierras y nos reprimen, es obvio que estamos disputando la base del poder capitalista. Por este motivo para nosotros es importante no solo la recuperación de Cushamen, sino además la de muchos otros lugares que también están en disputa, principalmente en la comarca andina.

«Cuando hablamos de un proceso revolucionario planteamos la disputa por la propiedad de la tierra», dice Jones Huala.

A principio de año hubo muchas movilizaciones en la cordillera por la reforma de la Ley de Tierras, ¿que implica esa reforma para ustedes?

Lo que plantea esa reforma es que las tierras fiscales pasen a ser unidades productivas y esas tierras productivas son las que luego se van a dar en licitación. Entonces en las comunidades nuestras en donde haya unidades productivas vamos a tener que competir con empresas y es obvio que no vamos a ganar. El mejor postor va a ser el que se quede con la tierras. Son unidades productivas, no van a ser tierras para los mapuches. Se van a quedar todo las empresas, porque nosotros no producimos lo que el capital necesita, nunca vamos a ganar. Ahí se generaron movilizaciones que han puesto en el centro de la escena la zona de Cushamen, por eso está militarizado este territorio, pero esta lucha está en todo el país, sólo que no en todos lados es tan visible como acá.

¿Qué lugar tienen los que no son mapuches en sus reclamos?

Nosotros en ese sentido somos bien claros; lamentablemente no tenemos una propuesta para los que no son mapuches. Invitamos a no mezclar las cosas, pero queremos que todos tengamos derecho a ser diferentes. A los no mapuches los invitamos a nuestra lucha y pretendemos que todos tengamos la oportunidad de llevar adelante nuestros procesos, los invitamos a llevar adelante el proceso revolucionario, pero no queremos “ahuincarnos”, no queremos integrarnos en la sociedad occidental. Eso no significa que la queramos destruir, ni tampoco queremos destruir a otros pueblos o hacer que se vuelvan mapuches, sino simplemente pretendemos que cada uno pueda ser lo que es. Pero pedimos que el territorio mapuche sea respetado con nuestra forma y con la Ley Mapu, la forma mapuche de vida. Esa normativa es la normativa que siempre tuvo nuestro pueblo.

¿Cómo creés que debe continuar la lucha?

Creo que hay que luchar desde la conciencia y desde las bases. Hay que discutir desde lo micro y trabajar desde abajo. A nosotros nos pueden detener, a mí por ejemplo, a un par más también, pero hay un movimiento de base, de pueblo, que no pueden atacar realmente. Por eso nos reprimen por todos lados, porque no saben qué hacer. Es como en Los condenados de la tierra, de Franz Fannon; acá pasó algo similar con los artistas, dejaron de cantarle al opresor “dejá de pegarme” y pasaron a cantarle al oprimido para que se defienda. Nosotros nos hablamos entre nosotros, no nos interesa qué dicen los jueces o los gobernantes. Siempre nos van a reprimir, siempre nos van a golpear. Nosotros le hablamos a nuestra gente para que reconozca lo que es suyo y para que sepa cuáles son sus derechos. Nosotros ejercemos nuestro derecho, por eso molestamos tanto a los gobernantes. Nosotros estamos haciendo lo que queremos en nuestra tierra porque siempre fue nuestra tierra, no vamos a la Casa Rosada a reclamar ni a ningún otro lado. No estamos disputando el poder político formal, estamos recreando el poder como creemos que debe ser en las comunidades mapuches.

En Bariloche, exigen la aparación con vida de Santiago Maldonado.

Actualizada 09/08/2017

«Lacan y Perón, un solo corazón»

«Lacan y Perón, un solo corazón»

Con anteojos de sol animal print, campera de cuero y un cigarrillo colgando de la mano izquierda, Jorge Alemán habla por celular en la puerta del aula 324 de la Facultad de Filosofía y Letras. Son las once menos cinco de la mañana.

– Estoy zombie, ayer no dormí – dice. Cuando le preguntan si necesita algo, pide un café sólo.

Entra al aula que está agotada en su capacidad; al autor del ensamble teórico que denominó «Izquierda Lacaniana» lo esperan cientos de estudiantes y académicos, muchos de ellos sentados en el suelo porque no hay suficientes bancos. «Poder, Neoliberalismo y Subjetividad», es el título del taller de trabajo que los convoca, organizado por la cátedra libre Ernesto Laclau.

Alemán se acomoda en la silla. Apoya en el escritorio un atado de cigarrillos y el celular. Le traen el café. Lo agarra con la mano derecha, toma un trago, deja ver la piedra negra del anillo que tiene en el dedo anular.

– Yo mismo pedí que me eximieran de dar una conferencia, prefiero un diálogo porque estos últimos días en Buenos Aires se me vuelven particularmente intensos. Por ejemplo: ahora tengo las gafas puestas porque no dormí -blanquea-. Puedo sacármelas, aunque la realidad es que estoy moralmente muy bien, pero físicamente destruido.

Alemán sostiene una remera con una ilustración de la Escuela Pública Itinerante.

Alemán es el autor del ensamble teórico que denominó «Izquierda Lacaniana».

Paula Biglieri, de la cátedra libre Ernesto Laclau, conduce el taller. Para darle inicio hace un comentario sobre la idea académicamente polémica de “Izquierda Lacaniana”, que incomoda a varios teóricos, afines o no al pensamiento de Alemán.  

-Me meto en aprietos con ciertas elaboraciones que hago, pero bueno, esto es la vida -replica el psicoanalista-.  Ojalá fuera meterse en aprietos solo con la teoría y con los libros -hace una pausa y agrega-: Espero sobrevivir. Si puedo, en un rato me saco las gafas.

Muchas veces le han preguntado qué es lo que lo convence intelectualmente del pensamiento de Laclau. «La valentía teórica de haber organizado una nueva ‘composibilidad’ teórica entre la hegemonía gramsciana y la lógica discursiva de Lacan”, contesta Alemán. “Y una vez formulada esta novedad teórica, no anclarla en el ‘filosofismo universitario’ sino ofrecerla como un nuevo modo de pensar la militancia política, hecho aún más decisivo en los países latinoamericanos”.

Más tarde, en Puán recuerda su primer encuentro en persona con Ernesto Laclau:

-Cuando me acerqué a saludarlo me dijo, frente a un gran auditorio en la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL): “Lacan y Perón, un sólo corazón».

***

A los 19 años, Alemán viajó con un amigo a Chile para conocer el país en el que había ganado las elecciones un presidente marxista, Salvador Allende. Nunca imaginó que el azar lo ubicaría en el mismo lugar exacto que al propio presidente, en una exposición de arte en la embajada de Cuba. Pero el apretón de manos con Allende sería ese día solo el primer encuentro revelador para Alemán. Cuando salieron de la embajada, él y su amigo, mareados por la suerte, compraron una copia de Los Escritos de Lacan. En la pensión en la que se hospedaban se lanzaron a la lectura en voz alta del psicoanalista francés. Según las palabras del propio Alemán, aquel texto le resultaba «absolutamente ininteligible». Sin embargo, sorprendido, comprobó que su amigo podía entenderlo. Eligió al vuelo uno de los conceptos desarrollados en esas páginas y le pidió que se lo explicara. Significante. El amigo agarró una hoja en blanco y dibujó una letra. “Esta letra es el significante y no quiere decir nada”, le explicó; inmediatamente golpeó la mesa y agregó: “Acá comienza el verdadero materialismo”. Esa combinación de elementos, dirá años más tarde Alemán, darle la mano al presidente e ir a la pensión con Los Escritos de Lacan, funcionó como una epifanía para él. Toda esa mezcla llevaba el germen de la izquierda lacaniana.

***

Alemán centra la mayor parte de su intervención en Filosofía y Letras en defender lo que él considera el concepto de populismo de Ernesto Laclau. Reniega frente a aquellos  que ubican a figuras como Donald Trump o Marine Le Pen en la casilla de “populismos de derecha”. Se niega a entregar el concepto de Laclau a los movimientos reaccionarios, incluso cuando muchos teóricos consideran que hasta el propio Laclau admitía la posibilidad de que existiera el populismo de derecha. El profesor honorario de la UBA explica:

– Hay un populismo antes y después de Laclau y eso para mí forma parte de la batalla cultural. No estoy dispuesto a que lo use la derecha. Han usado la palabra populismo para Trump y Le Pen y para mí no son populistas. A Le Pen no le creo ni su relato anti oligárquico (eso lo discutí con Chantal Mouffe), ni creo que se vaya a pelear con las elites. Lo que creo de verdad es que va a mandar a la marina francesa, como dijo ella, a atacar los barcos de los refugiados. Como también le creo a Trump que puede hacer cualquier cosa en Venezuela, aquí o en cualquier otro lado. No les creo en absoluto la demagogia retórica, que no tiene nada que ver con el populismo de Ernesto.

Alemán junto a docentes en la Escuela Pública Itinerante

Jorge Alemán defiende lo que él considera el concepto de populismo de Ernesto Laclau.

Una vez desarrollado su rechazo hacia la versión de la derecha populista, pasa a definir su postura, siempre política en tanto teórica.

-Para mí la izquierda no es progresista; yo soy populista de izquierda -se define Alemán frente a un público ideológicamente heterogéneo-. Soy revolucionario en cuanto a lo económico, conservador en cuanto al sujeto, y reformista en cuanto a las instituciones. El peronismo de izquierda es el marxismo de nuestra época.

Luego da un paso más, al revelar el sustento lacaniano de esta postura. A tono con su auditorio de académicos, de pronto su discurso se vuelve casi exclusivo para entendidos:

-Creo en un populismo femenino; Soledad: Común. Lo más singular de uno, con lo no- todo de Lalengua. El no-todo es infinito. El solitario encuentro con lo real de Lalengua, el primer traumatismo, es paradójicamente el único punto que demuestra la existencia de lo Común como aquello diferente al «para todos» homogeneizante de la «psicología de masas». Por lo mismo, este encuentro solitario con lo Común de Lalengua no puede ser subsumido en el individualismo o en el denominado ámbito de lo privado.

-Tengo el pesimismo de la pulsión y el optimismo del deseo-, asegura. El público se ríe.

***

-¿Que tal son estos panes rellenos? – pregunta mirando a través de las gafas a los canastos de mimbre que esperan a la salida de la Facultad. Hay poco tiempo para almorzar porque a las 14 lo esperan en la Escuela Itinerante. Cruza la calle y entra a un restaurant árabe. Venden distintos tipos de shawarma y fatay. Alemán pide dos fatay. Él les dice empanadas. Muerde una y lo decepciona: “La calentaron en el microondas, la masa se arruina”. Se acerca al mostrador para pedir que a la segunda no la calienten.

– En Madrid vivo en un barrio en el que hay muchos lugares como éste, Malasaña -comenta mientras prueba su segunda fatay-. Era un barrio underground , pero ahora, como dicen allá, se está gentrificando; mucho boliche fashion vintage por todas partes.

El almuerzo tiene que ser rápido porque la agenda de Alemán no deja muchos espacios. Desde que llegó a Buenos Aires dio dos clases sobre psicoanálisis y poder en la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino, participó como uno de los oradores junto a María Pía López cuando la legislatura porteña condecoró como ciudadano ilustre a Horacio González, firmó ejemplares de sus libros en la Feria, donde dio otra charla junto al mismo González y a Nora Veiras, y dio entrevistas, entre otros, a Eduardo Aliverti, Víctor Hugo Morales, Daniel Tognetti, Miguel Rep, Página 12. De todas formas, mientras come shawarma, Alemán tiene tiempo para contar algunas anécdotas.

– Mi primer trabajo fue periodista de rock, cuando tenía 18 años. Trabajé durante años en las revistas Pelo y Pin Ap. Trabajaba con Jorge Álvarez, que era amigo y editor de Rodolfo Walsh, y fue quien decidió grabar a Almendra, a Manal, a Moris, y así surgió el rock underground, que después se llamó rock nacional.

Alemán cita el título del segundo tomo de los Diarios de Emilio Renzi, de Ricardo Piglia, para calificar esa época: Los años felices. Siempre vivió en el Centro, necesitaba estar cerca de la avenida Corrientes.

-El café La Paz era el gran centro mundial donde ocurría todo -recuerda, mientras niega un vaso de cerveza-. Hoy solo agua. Todo ocurría entre el Moderno, el Ramos, La Paz y El Molino. Aquello era un laboratorio y toda la ciudad estaba conectada. Emergían de golpe muchas cosas en la calle, no en la universidad. En la calle se cruzaba el rock, el peronismo, las lecturas de Marx y de Freud; todo el tiempo era un ámbito de circulación muy grande en el que los bares estaban incluidos.

Como si hubiera ocurrido ayer, se le viene a la cabeza un recuerdo que presenció a los 17 años, en el que Manuel Puig y David Viñas estuvieron a punto de terminar a las trompadas. Ocurría que Puig feminizaba a todos sus interlocutores, y Viñas no lo soportaba. “A Viñas lo tenía tomado el falocentrismo, no podía salir”, reflexiona Alemán.

Jorge Alemán sentado, en la charla en la Facultad de Filosofía y letras UBA

«Para mí la izquierda no es progresista; yo soy populista de izquierda», se define Alemán

Pero entrados los años ‘70, recuerda, la conflictividad política creciente obligaba a un compromiso mayor con la militancia. La escalada de violencia que se inició con la Triple A iba a marcar un cambio rotundo en la vida de los jóvenes porteños.

 -Con el compromiso político apareció rápidamente la lucha armada. A La Paz ya no podíamos ir porque la policía lo tenía vigilado. En ese entonces yo abandoné mi trabajo como periodista de rock. Con la Triple A, y después la dictadura, empezaron a desaparecer a compañeros y amigos. Yo viví seis meses escondido, hasta que me exilié en Madrid en el ‘76. Tenía 25 años. Fue el final de los años felices.

***

Sube al auto. Paula Biglieri maneja. Como somos cinco, atrás viajamos apretados. Mientras circulamos por avenida San Juan todo va bien; el problema es al doblar por Entre Ríos, porque el tránsito avanza a paso de hombre. Alemán va en el asiento del acompañante, con la ventanilla abierta y el cigarrillo colgado de la mano derecha. Ahora cuenta del spa que frecuenta en Buenos Aires.

-Allá en España los spa tienen olorcito a limón, pasan música hindú, es todo muy armónico. Yo acá voy a uno a jugar al truco por guita. Tiene una pileta de agua fría para cuando estás muy transpirado. Además te sirven sánguches de matambre o de milanesa ahí nomás. Eso allá no pasa. La otra vez traje a mi hijo. Él, que es un madrileño típico, no lo podía creer. Algunos de los que van ahí rozan la delincuencia; hay muchos que están metidos en las carreras de caballos. Es un ambiente arltiano que me encanta. Yo además tengo muchos recuerdos de ese lugar porque iba con mi viejo.

El auto está clavado en el cruce de México y Luis Sáenz Peña. Paula pregunta por dónde conviene seguir. Cada uno le da una respuesta distinta. Alemán está ansioso por llegar. Para hacer más amable al tránsito le preguntan más detalles sobre el spa.

-Me gusta que en las mesas se habla de boxeo. No queda mucho de eso.

Esto lo lleva a recordar a su boxeador favorito: Nicolino Locche. “Un boxeador estupendo, no lo tocaban”.

***

Primer plano del intelectual Jorge Alemán

«Es un gran orgullo poder participar de la experiencia de la Escuela Itinerante. Es una forma modesta de pagar la enorme deuda que siento frente a la escuela pública en mi formación personal», cuenta Alemán.

Faltan diez minutos para las 15. Alemán llega a la Escuela Itinerante atrasado por las charlas y el tránsito porteño de un miércoles. Saluda a la titular de CETERA, Sonia Alesso, quien lo invita a subir al escenario desmontable de madrea que está emplazado delante de un pizarrón, en el cual con letra cursiva de maestra dice: “14 hs. conversación con Jorge Alemán. Neoliberalismo y subjetividad”. Él pide disculpas por el atraso y explica que surgieron “contingencias”. La gente no deja de aplaudirlo. Entre el público hay muchos guardapolvos y cuadernos listos para tomar nota. El teórico lacaniano cambia rotundamente su registro y pide que lo ayuden con preguntas porque viene “extenuado de la universidad”. No cree correcto avanzar sin hacer antes una aclaración:

Para mí es un gran orgullo poder participar de la experiencia de la Escuela Itinerante. Es una forma modesta de pagar la enorme deuda que siento frente a la escuela pública en mi formación personal.

La primera pregunta se orienta al concepto de “lo público”. Alemán considera necesario, en primer lugar, desarrollar el concepto. Explica que anteriormente, en el capitalismo clásico, existía una distinción y oposición entre el mundo de lo privado y el de lo público y que si bien el liberalismo insistía siempre en la libertad de mercado y en beneficiar al sector privado, nunca dejaba de existir esa puja entre el Estado y lo privado, o entre lo público y el mercado. Pero hoy en día el neoliberalismo dio un salto cualitativo.

Lo que intenta hoy el neoliberalismo es borrar la frontera de lo público y lo privado, apropiándose incluso del Estado mismo –dice, enfático-. El neoliberalismo funciona como una especie de Estado absoluto. Estamos frente a una reapropiación de todo el espacio público en función de las lógicas impuestas por el mercado y por lo tanto el problema es más complejo, porque el enemigo tiene otras dimensiones.

Durante la presentación, Alesso le pide que trace un paralelismo entre el gobierno de Cambiemos y la década del ‘90, como también con los procesos dictatoriales de 1955 y 1976.

-Tal vez esa sea la diferencia con las fechas del ‘55 el ‘76 y los ‘90. Fueron un largo periodo donde se intentó desmantelar toda la parte industrial, donde se intentó destruir todo el orden de lo público. Pero ahora estamos en un nuevo reordenamiento mundial, en donde el neoliberalismo logra construir incluso estilos de vida. Logra construir lo que yo llamo “subjetividades”.

Rápidamente y sin olvidar que su auditorio está compuesto, en su mayoría, por docentes, comienza a hablar sobre la construcción de las subjetividades en el capitalismo con ejemplos de la infancia y de los procesos educativos.

“No creo en los sistemas de evaluación”, subraya con cierto enojo, y observa que desde lo público se instrumentan evaluaciones que categorizan a los niños, aunque lo que realmente hay detrás son industrias enormes. “El riesgo de estas prácticas es que se pueden equivocar muy temprano –continúa-. Uno muy temprano puede quedar diagnosticado o segregado por características personales. Por ser evaluados, los niños pueden quedar tempranamente por fuera de un montón de opciones. Eso está sucediendo ahora desde el campo de lo público”.

Enseguida aclara que tampoco cree en los “test de inteligencia” ni en los “trastornos de atención” y para ejemplificar y ser más didáctico elige contar una experiencia personal:

-Yo, por ejemplo, no me podía sentar en un banco, nunca fui un buen alumno. Gracias a la paciencia de mis maestros, al tiempo se dieron cuenta de que no me podían pedir que permaneciera sentado y se atuvieron a lograr introducirme en el proyecto pedagógico. Hoy en día hubiera sido evaluado, diagnosticado, medicado y ya desde la infancia hubiera arrastrado todas las etiquetas que corresponden con esos fenómenos que aparecen garantizados por ciertas estructuras que se presentan como científicas y que en realidad esconden o encubren un proyecto de nueva construcción de subjetividades.

Luego de una hora de diálogo, Alemán da por terminada la charla. En sus ojos se nota la pesadumbre de un día que no tuvo noche. Una decena de admiradores se acerca al escenario  de tablones para sacarse selfies con el intelectual, para hacerle firmar sus libros. Con paso lento, minutos después, Alemán sale de la escuela: allí lo espera su compañera militante y académica, y eventualmente chofer, Paula Biglieri. Entre risas, y con sus gafas de leopardo puestas, dice:

-Comencé el día como un rockstar y ahora lo termino sacándome fotos con unas docentes jubiladas.

Ahora sí: parece que su jornada está por terminar. ¿Qué lo motiva a vivir estos días así, con tanta intensidad? Alemán prende un cigarrillo.

Cuando uno se exilia tiene una sensación doble, que es sentir que no se fue nunca y a la vez que va a ser imposible volver -da una pitada profunda y continúa-. Yo habito entre esos dos extremos de la experiencia, que en un principio son absolutamente antinómicos. Hice todo lo posible para recuperar el lugar, para sentir que volví a tener un lugar en Argentina. Entonces más allá de lo que pueda aportar, de lo que yo pueda contribuir, tengo una deuda simbólica con mi generación, tengo una deuda simbólica con los desaparecidos, con todos los militantes. También ha sido mi manera de encontrar mi lugarcito en Argentina.

Alemán saluda y dice que ahora va a dormir una larga siesta. Pero sigilosamente se acerca a Paula, y al oído le dice:

-Paulita anda a buscar el auto que mientras me quedo acá dando una notita a la radio abierta de estos pibes.

 

Actualizada 03/05/2017

Rafael Nahuel: crónica de un asesinato estatal

Rafael Nahuel: crónica de un asesinato estatal

“Cuando los policías vieron que se cayeron heridos, inmediatamente se fueron. Una vez que les habían pegado los tiros no se acercaron para detenerlos: dispararon a matar y se fueron”. Es el relato de María Nahuel, tía de Rafael Nahuel, el joven de 22 años que el sábado fue asesinado con un balazo de plomo, por la espalda, disparado por un prefecto del Grupo Albatros. El sábado pasado, esta fuerza en conjunto con  la Policía Federal, reprimió a integrantes de la comunidad Lafken Winkul Mapu en las cercanías del lago Mascardi. Las mismas fuerzas ya habían protagonizado el jueves un desalojo en el que violentaron y detuvieron a cuatro mujeres y cinco niños, luego del cual unas diez personas lograron escapar y refugiarse en la espesura del bosque. Durante dos días estuvieron internados en la montaña, sin comer y sin dormir, hasta que finalmente el sábado fueron sorprendidos por un grupo de uniformados que, camuflados entre los árboles, les comenzaron a disparar balas de plomo cuando estaban descansando. Una de esas balas fue la que ingresó por el glúteo izquierdo de Rafael Nahuel y terminó con su vida. Fausto Jones Huala y Lautaro González terminaron detenidos cuando bajaron el cuerpo de Nahuel, y recién ayer a la noche fueron liberados. En diálogo con ANCCOM María Nahuel, tía de Rafael; Romina Jones, vocera del Pu Lof Cushamen; la abogada Sonia Ivanoff y el periodista de Bariloche, Santiago Rey, reconstruyeron lo que ocurrió durante la última semana en en esa localidad patagónica.

Jueves

El proceso de recuperación del territorio en las cercanías del Lago Mascardi comenzó hace dos meses y medio. Durante todo ese período, Rafael Nahuel estuvo presente en Lafken Winkul Mapu junto a su prima, a su tía y a otros compañeros y amigos. “Rafael era una persona muy tranquila, buena y con un buen corazón –recuerda María Nahuel, que también forma parte de la comunidad-. Llegó a nosotros porque quería ayudar, quería hacer su casa allá, vivir en el campo, tener animales; quería vivir vida mapuche. Y también quería trabajar, porque era una persona que trabajaba. Cuando nos instalamos en el campo estuvo con nosotros. Sólo que estaba yendo y viniendo porque trabajaba en Bariloche de distintas cosas”.

En este territorio, los mapuches estaban llevando adelante el desarrollo y la formación de una autoridad ancestral que denominan “machi”: Se trata de la principal figura médica, religiosa, consejera y protectora del pueblo mapuche. “Estaban haciendo una recuperación totalmente pacífica”, subrayó por su parte Romina Jones, vocera de la comunidad Pu Lof Cushamen, de Chubut, que se solidarizó con la recuperación del territorio Lafken Winku Mapu. “Después de la Conquista del Desierto y de las diferentes campañas genocidas que sufrió el pueblo mapuche se encargaron de desaparecer principalmente a nuestras autoridades, entre ellas a los machis –agregó-. Hacía muchos años que de este lado de la cordillera no se levantaba una machi”. Para llevar adelante ese proceso, detalló Jones, el territorio es fundamental, ya que no es posible realizar ese tipo de actividad en la ciudad. “Ningún Gobierno se ha ocupado en cumplir lo que dice su propia Constitución: garantizarnos un territorio amplio y suficiente para desarrollarnos”, agregó.

La recuperación de Lafken Winkul Mapu seguía su curso hasta que, alrededor de tres semanas atrás, comenzaron a merodear por el territorio personal de Parques Nacionales, de la Policía Federal y de otros organismos estatales. El jueves de la semana pasada, la zona fue completamente militarizada e ingresaron al territorio decenas de uniformados de la Federal y del Grupo Albatros. En este primer operativo se llevaron detenidas a cuatro mujeres y nueve niños: un bebé de un año, uno de dos, otro de tres y dos chicos de diez años.  El periodista de Bariloche, Santiago Rey, que cubrió los hechos para el diario Página 12, explicó que “lo que hicieron el jueves antes del desalojo fue cortar la ruta bastantes kilómetros antes, de un lado y del otro, para que no haya testigos ni presencia de nadie que no fueran las propias fuerzas de seguridad. Fue imposible pasar esas barreras, con lo cual desde el punto de vista de la cobertura nos vimos muy limitados para contar lo que pasaba”.

Entre las mujeres que fueron detenidas durante esa jornada se encontraba María Nahuel: “Yo trataba de proteger a mi gente y me ponía adelante de las armas –relató-. Me cruzaban las balas por las patas; nos disparaban por ser mapuches. Yo creo que en ese momento los pu newen (energía del territorio sagrado) me estuvieron cuidando. Los lamien me dicen que arriba de la montaña le decían a mi hija: ‘A tu mamá la habrán matado’, porque veían que las balas me cruzaban por todos lados. Yo gritaba: ‘¡Hay niños, hay niños! ¡No disparen!’. Pero no les importó nada. A los niños los agarraban como muñecos, los tenían colgando”.

Sábado

Cuando el jueves se llevó a cabo el desalojo, Rafael Nahuel no se encontraba en el territorio. “Había ido a Bariloche a ayudar a la casa de su mamá y su papá porque él siempre los iba a ayudar a cargar leña, a hacer diferentes cosas –contó su tía-. Sobre todo volvía a Bariloche a trabajar. Por eso iba y venía. Cuando se enteró de lo que había pasado en Winkul Mapu, decidió a la noche volver para acompañar a los lamien que habían quedado en la montaña”. Los compañeros que quedaban en el territorio se resguardaron en un lugar elevado del cerro, y las horas que pasaron hasta el siguiente operativo fueron precarias. Jones describió que “el ataque del sábado se dio después de dos días en los que ellos estaban corriendo y escondiéndose por la montaña, resguardando sus vidas, sin comer, muy cansados y sin dormir. No sé de qué enfrentamiento están hablando los medios de comunicación y el Gobierno”.

Según contaron las dos mujeres, pasadas las 14 del sábado, la decena de personas que había quedado atrapada en la montaña estaba descansando, cuando se comenzaron a escuchar ruidos entre las ramas, gritos, y luego disparos. “Nuestros compañeros venían bajando, entre ellos estaba Rafael, hasta que fueron sorprendidos por efectivos del grupo Albatros que estaban camuflados en el bosque. Empezaron a gritar ‘¡Al piso, al piso!’ y abrieron fuego con balas de plomo”.

Nahuel relató que los uniformados “decían que tenían una orden de Buenos Aires o del juez, pero no tenían nada escrito. Les tiraron a matar y Rafael cayó. Empezó a sentir un dolor muy fuerte, me contaron los lamien. Otras dos personas cayeron al suelo por el impacto de las balas: Johana y otro lamien más. Cuando los policías vieron que se cayeron heridos inmediatamente se fueron. Una vez que les habían pegado los tiros no se acercaron para detenerlos. Dispararon a matar y se fueron”. Asustados, sus compañeros no sabían qué hacer y trataron de reanimar a Rafael, pero no lo conseguían. “Como no querían que pase lo que pasó con Santiago Maldonado decidieron bajarlo. Todos opinaron que había que bajarlo, nadie quería que muera, entonces ellos mismos lo bajaron corriendo el riesgo de que les meta otro balazo algún policía escondido”. Jones completó con el relato de esos minutos y detalló que “Fausto (Jones Huala) y Lautaro (González) bajaron con el cuerpo de Rafael a pedir ayuda, porque todavía aparentemente tenía signos vitales. En ese momento la policía les dijo que lo dejen en el piso y los esposaron”. Estuvieron detenidos hasta ayer por la noche, cuando fueron liberados. “La justicia decía que ellos habían abandonado a Rafa y es mentira –aseguró María Nahuel-. Ellos trataron de ayudarlo porque nosotros a nuestra gente la cuidamos”.

Cuando a María le avisaron que habían matado a su sobrino viajó lo más rápido que pudo al territorio en conflicto. “Llegué y vi que después de muerto a mi sobrino lo siguieron maltratando –denunció-. Los efectivos lo seguían pateando. A mí me volvieron a detener y me cagaron a palos. Vi que les estaban pegando a mis lamien y vi que a mi sobrino lo seguían moviendo de un lugar a otro. Cada vez que lo movían se les caía una prenda o algo y lo pateaban”, añadió.

Rafael murió por el tiro que entró por un glúteo, dañó órganos internos y causó una hemorragia letal. La autopsia realizada el domingo determinó que la bala que lo mató era de 9 mm, el tipo de proyectil que utiliza Prefectura. Pero en su cuerpo, según contó su tía, aparecieron otras lesiones. “Cuando lo bajaron tenía solo un balazo, pero una vez abajo la policía le seguía pegando; no sé con qué le dieron pero le rompieron la parte de atrás de la cabeza. Fue muy duro ver todas esas cosas, ver los golpes que le daban a mi sobrino que ya estaba muerto”.

El accionar de la “justicia”

El lunes, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y el ministro de Justicia, Germán Gararvano, dieron una conferencia de prensa en Casa Rosada donde principalmente defendieron el accionar de la Prefectura: «El juez necesitará elementos probatorios, nosotros no –dijo Bullrich-. El Gobierno ha definido que esto se realizó en el marco de una demanda judicial dada por el juez Villanueva. Nosotros no tenemos que probar lo que hacen las fuerzas en el marco de una tarea con orden judicial». El miércoles, el presidente Mauricio Macri, desde Tucumán, respaldó a la ministra, cuando tras reiterar sus prédicas en torno al “trabajo en equipo”, y al “diálogo”, dijo: “Todo lo contrario de lo que es la violencia, que nuevamente hemos visto cómo grupos minoritarios intentan llevarnos a esa agenda. Eso, por suerte para ustedes, está pasando muy lejos de acá, en el sur de la Argentina”.

Bullrich y Garavano también subrayaron que había sido un “enfrentamiento”, en el que los mapuches tenían «armas de grueso calibre», y terminaron por definirlos como «grupos violentos que han escalado esta situación; grupos que no respetan la ley”. En cuanto a esta conferencia de prensa, el periodista Santiago Rey señaló que le impactó lo dicho por los representantes del gobierno ya que, mientras transcurría esa conferencia, él se encontraba en el velorio de Rafael Nahuel. “Mientras los funcionarios del Gobierno nacional hablaban de la RAM, de enfrentamiento, de grupos tácticamente preparados para una guerra, yo estaba en el velatorio de Rafael, en una casilla muy humilde, en un barrio muy pobre de Bariloche. La distancia que había entre la realidad y lo que se estaba diciendo en esa conferencia de prensa era enorme”. El periodista destacó, además, que mientras en todos los canales transmitían en vivo la conferencia de prensa, en el velorio sólo estaban él y dos periodistas más de medios independientes. “Me parece que había una desmesura enorme en las posibilidades de comunicación”, subrayó.

La causa por el asesinato de Rafael quedó a cargo del juez federal de Bariloche, Gustavo Villanueva. Romina Jones explicó que “es el mismo juez que mantiene ilegalmente detenido a Facundo Jones Huala. También es uno de los responsables de la desaparición de Santiago y el mismo que dio la orden de desalojo, y el que llevó a toda estas fuerzas armadas al territorio de Winkul Mapu. Él es el responsable de la represión que terminó con la vida de Rafael. Pero a la vez es él el que está investigando su muerte. O sea que se está investigando a él mismo”. La vocera opinó que “se están manejando con toda la ilegalidad porque tienen el aval del Gobierno nacional. Nosotros ya no sabemos cómo defendernos; todos los argumentos legales que podamos tener, con cualquier ilegalidad los echan para atrás”.

Por su parte, la abogada de Jones Huala y González, Sonia Ivanoff, señaló: “Ellos se entregaron con el cuerpo de Rafael y quedaron vinculados con la causa por ocupación ilegítima del territorio. Las dudas del juez eran acerca de si ellos habían sido responsables de la muerte de Rafael, por lo cual el expediente fue caratulado en principio como ‘NN muerte por causa dudosa’”. La abogada apuntó que “las personas que terminaron detenidas fueron las que se entregaron espontáneamente para ayudar a bajar a Rafael con una camilla improvisada con palos y algunas de sus prendas de vestir debido a que le habían pegado un tiro”. Sumado a esto, Ivanoff denunció que ambos detenidos fueron víctimas de múltiples hostigamientos: “El primer día, cuando se entregaron, estuvieron esposados cuatro horas al lado del cuerpo de Rafael ya fallecido. Esa es sólo una parte de la tortura que vivieron”.

Ayer a la noche, pasadas las 22, Jones Huala y González fueron liberados. Entre los estudios que se hicieron en el marco de la investigación, los especialistas no encontraron rastros del uso de armas de fuego en las manos de ninguno de los dos detenidos. “Hay una enorme coincidencia del manejo comunicacional del Estado en el caso Maldonado y en el caso de Rafael”, reflexionó Rey. “El silencio por una parte; la intención de desacreditar los testimonios y las fuentes directas de la comunidad por otra, y la instalación de la idea de convertir en victimarios a los propios integrantes de la comunidad donde estaban oportunamente Santiago y, en este, caso donde estaba Rafael”.

Actualizado 30/11/2017

“Hay que recuperar la honestidad de la palabra”

“Hay que recuperar la honestidad de la palabra”

“Las villas no tienen palacios de justicia porque/ el poder judicial nunca se embarra/ te atiende de saco y corbata tras el mostrador de Talcahuano”. El fragmento es parte del poema «El palacio de justicia», uno de los 36 textos que componen Offshore, el libro que presentó la semana pasada el titular de la Dirección General de Acceso a la Justicia y poeta Julián Axat. Sin embargo, si hay algo que Axat hizo fue embarrarse. En 2013 comenzó a trabajar como titular del Programa de Acceso Comunitario a la Justicia (ATAJO) que se encarga de facilitar ese acceso a las personas en condición de vulnerabilidad que viven en los barrios más humildes. Frente a las modificaciones de la Ley del Ministerio Público Fiscal que hoy el gobierno de Cambiemos pretende llevar adelante –a pesar de la renuncia de Gils Carbó, que tenía como principal objetivo evitar estas modificaciones a la ley- ATAJO y otras áreas de la Procuración están en peligro. En diálogo con ANCCOM, Axat opina sobre el estado del Poder Judicial, sobre el apoyo que recibió ATAJO por parte de la Iglesia Católica y sobre el neoliberalismo. Y también sobre su libro: Offshore son los que se fugan de esta actualidad; no solo son los que fugan dinero, son también los que fugan su subjetividad, los que fugan sus ganas de estar en el mundo. Offshore es eso: este momento en el mundo en que las derechas se aprovechan de los fugados”.

¿Cómo funciona ATAJO?

ATAJO es la boca de entrada del Ministerio Público Fiscal (MPF) en los barrios, en los territorios sensibles, en las periferias urbanas; es la entrada al sistema de las personas que más sufren, de los que son víctimas de delito por pertenecer a las capas más débiles de la población. Ha permitido que las personas más vulnerables de la población tengan una oficina a disposición para poder realizar denuncias que luego se comunican directamente con áreas o procuradurías específicas. ATAJO actúa rápidamente y en menos de 24 horas la denuncia se canaliza y es investigada.

¿Qué significaría para ATAJO la reforma que pretende hacer Cambiemos de la Ley del Ministerio Público Fiscal?

Hoy, la ley 27.148 contempla áreas específicas de trabajo en sus distintas direcciones, sean de acompañamiento de víctimas, de recupero de activos, de género o el área de acceso a la justicia (ATAJO) que contemplan facultades específicas y un nivel de institucionalidad y función. Si lo que se busca mediante una reforma es retroceder y derogar estas áreas, quedarían funciones que hoy existen en la potestad discrecional del Procurador de volverlas a crear o no. Volverían a ser una mera facultad discrecional y no una institución de legalidad devenida de la ley orgánica. En ese sentido me parece un retroceso institucional.

Julián Axat está sentado con los brazos apoyados en su escritorio. Se lo ve en pleno diálogo con su entrevistadora.

«En un país que quiere crecer necesitamos un Ministerio Público Fiscal fuerte», afirma Julián Axat.

¿Qué opina acerca del respaldo que le dieron a ATAJO las cúpulas de la Iglesia católica y Curas en Opción por los Pobres?

Desde que empezamos con ATAJO, hace cuatro años, trabajamos con los referentes sociales, actores civiles e institucionales de los diferentes barrios y uno de ellos han sido los curas, los párrocos y las pastorales que tienen una misión importante en los barrios populares. Ellos no tienen allí solamente la capilla sino también comedores, lugares de recuperación en caso de consumo, centros de día, etc. En ese sentido, las pastorales recogen muchas veces todo tipo de conflictividades. Desde que existe ATAJO, en los barrios han contado con una herramienta a su disposición para resolver diferentes problemáticas.

Los curas villeros vieron que si se derogaba ATAJO iban a dejar de contar con un dispositivo que les era útil para solucionar conflictos. Se dieron cuenta de que iban a quedarse sin quién lo gestione. Salieron a defender una herramienta. El apoyo que tuvimos desde las pastorales y de los curas de los barrios ha sido central. Lo que sí nos ha sorprendido es que no solamente los curas de los barrios han apoyado el trabajo de ATAJO, sino que los obispos y el episcopado también han visto el impacto y el perjuicio que causaría en los sectores vulnerables quitar esta herramienta de los territorios. Recibimos un apoyo importantísimo respecto de que la ley no se modifique y que ATAJO siga siendo una herramienta central dentro del MPF.

¿Cómo avizora el futuro del Poder Judicial?

Este tipo de reformas debilitan la institucionalidad del Ministerio Público Fiscal, que es un órgano autónomo, independiente desde el punto de vista constitucional del Poder Ejecutivo. Si el MPF es robusto, tiene independencia y soberanía en su actuar y sirve como un mecanismo de control de la legalidad no sólo del Poder Ejecutivo, sino también de las fuerzas de seguridad y de las organizaciones criminales que viven del delito. Estas últimas pueden ser las que viven de la trata de personas o del narcotráfico, que muchas veces utilizan a los sectores vulnerables para sus fines y aprovechan la debilidad de las instituciones estatales para seguir fondeándose. Si esas organizaciones criminales no tienen un control estatal se mueven como pez en el agua. Si la modificación de la ley debilita al MPF, las organizaciones criminales van a estar contentas. Los fiscales deben tener un MPF fuerte para poder investigar a estas organizaciones criminales, para poder investigar la corrupción. Si el MPF es débil, no investiga a los funcionarios corruptos que tienen empresas en el extranjero, fugan dinero, o lavan activos dentro del país, porque los fiscales hacen la vista gorda debido al miedo que tienen a que les pase algo. Tampoco podrían investigar a organizaciones criminales que viven de los dineros públicos dentro del Estado. Es decir, debilitar el MPF y transformarlo en una suerte de secretaría del Poder Ejecutivo, favorece a las organizaciones criminales.

¿Qué opina acerca del discurso de algunos funcionarios del Gobierno cuando dicen que van a combatir el narcotráfico y la corrupción?

Si tuviesen un discurso coherente deberían fortalecer el rol del MPF y no debilitarlo. Si lo que se quiere es cambiar el nombre de un procurador ya lo lograron: era Gils Carbó y ahora renunció. No deberían destruir un Ministerio que fue pensado en la reforma de la Constitución del 1994 como un Ministerio que debía ser fuerte frente a las organizaciones criminales y que debía defender la legalidad de los sectores más vulnerables de la población. Me parece que hay que tener una coherencia en el discurso. No sabemos quién vendrá como procurador pero al MPF se lo debe mantener fuerte. La procuradora renunció justamente con esa idea: ‘Si quieren cambiar el procurador yo me voy, pero por favor no debiliten al Ministerio Público’. Porque en un país que quiere crecer, que necesita defender la legalidad institucional y constitucional de toda la población necesitamos un MPF fuerte.

¿Qué problemas tiene la reforma que pretendía llevar adelante el Gobierno?

La reforma tenía varios problemas, no sólo la derogación de las áreas temáticas, sino que también proponía la designación del procurador a través de una mayoría absoluta y también proponía la posibilidad de suspender al procurador por una decisión del Poder Ejecutivo, hasta que el Senado o el Congreso tomara una decisión final sobre si procurador continuaría o retomaría. Son situaciones que en este proyecto de ley fueron preocupantes y fueron observadas por las asociaciones de fiscales, los organismos de Derechos Humanos y la propia Iglesia católica. También la posibilidad de despedir empleados de la Justicia sin indemnizaciones, violando el empleo público, trasladando a fiscales en plazo mínimo en las situaciones donde las fiscalías no fueron creadas y también el jury a los fiscales cambiando la composición sobre cómo deben ser juzgados los fiscales en caso de mal desempeño, quitando las universidades la posibilidad de tener una opinión y voto en los jury de los fiscales, entre otras cosas.

Julián Axat tiene las manos en los bolsillos de su pantalón. Está parado y mira a cámara seriamente.

«La política debe recuperar la voz de los poetas, recuperar el aullido de Ginsberg», reflexiona Axat.

¿Cómo hace para manejar al mismo tiempo el registro judicial y el poético?

Ambos registros están conectados en algún punto. Todo lo que tiene que ver con la palabra tiene que ver también con la construcción de la Justicia. En mi trayectoria traté de que las dos cosas siempre estuvieran en paralelo. Cuando comencé mi tarea en la Justicia, hace 18 años, arranqué en una defensoría de pobres y ausentes donde el trabajo que hacíamos eran defensas a través de poesías. En algún momento fui defensor de menores en La Plata y la manera que elegí de encarar ese trabajo fue también con la poesía. Escribí un libro que tiene que ver con la defensa de los adolescentes, con la palabra y la poesía. Se trata de Musulmán y biopoética, un trabajo de poesía y derecho vinculado a la defensa de los más vulnerables. El derecho es una herramienta técnica; puede ser usado para hacer el mal, para molestar y para perjudicar o dañar, pero también  puede ser utilizado para hacer el bien. En ese sentido creo que es una herramienta liberadora para calmar el sufrimiento. Lo vinculo con la poesía porque justamente es la palabra que sana, la palabra poética. Cuanto más poetas son los abogados, mejor.

¿Cómo considera que se pueden recuperar en los sujetos las dimensiones política y poética que el neoliberalismo trata de borrar?

Yo vincularía más que nada la búsqueda de la poesía en los momentos de posverdad. Es muy difícil, hay que recuperar la honestidad en la palabra, recuperar la palabra y la vinculación de la palabra en las experiencias con los otros. A mí siempre me gustó el poeta John Berger, de quien se acaba de publicar un libro post mortem en el que habla de la necesidad de recuperar la palabra del encuentro, de la experiencia con el otro, la palabra que habla de manera sencilla, el lenguaje materno dice él. Recuperemos los lenguajes maternos que están cargados de la emoción. El neoliberalismo se basa y se aprovecha de los lenguajes más distantes de la experiencia humana. Berger dice que los políticos cuando hablan lo hacen en el vacío, distantes de la gente. Nada peor que los discursos neutros de los políticos demagogos de hoy, dice. Hay que volver a la poesía; la política debe recuperar la voz de los poetas, recuperar el aullido de Ginsberg. Si la poética le da nuevamente a la política una dimensión del sentir de lo humano, me parece que justamente se puede volver a pensar la función de la República. Platón echa a los poetas de la república; creo que un poco el neoliberalismo ha hecho lo mismo, ha echado a los poetas de la república para construir la posverdad. Hay que volver a retomar a los poetas y hay que reconstruir un republicanismo con los poetas adentro, pero no como iluminados, sino como la voz de los que menos tienen, de los que sufren, esa es la poesía que me interesa.

¿Cómo influyen los cambios de contexto en su obra poética? ¿Qué tiene de particular el contexto en el que escribió Offshore y cómo cree que se nota en los poemas?

Offshore es un libro de poemas que habla sobre el lenguaje del neoliberalismo. No es un libro contra esta coyuntura particular, contra este Gobierno, habla en general. La traducción del offshore es la fuga; fugarse del mundo es alienarse, es salirse de uno mismo e incluso negarse. El offshore en términos económicos es armar una empresa en las Bahamas y en los paraísos fiscales, pero en términos simbólicos es hacer la estrategia de la avestruz, meter la cabeza abajo de la tierra y no ver lo que está pasando. Offshore son los que se fugan de esta actualidad; no son solo los que fugan dinero, son también los que fugan su subjetividad, los que fugan sus ganas de estar en el mundo. Esa sensación offshore es la que nos pasa a muchos latinoamericanos. Las oleadas de la derecha en estos días tienen que ver también con cierto adormecimiento de los públicos y las subjetividades, que en el neoliberalismo están siendo subyugadas por un mecanismo de poder micro fascista. Esto muchas veces conduce a votar a candidatos que en realidad vienen a dar muy poco al pueblo y a llevarse mucho. Offshore es eso: este momento en el mundo en que las derechas se aprovechan de los fugados. Es la fuga de la propia convivencia, es no ver que el otro está padeciendo, es pensar “a mí no me pasó”, es sálvese quien pueda. Hay algunos poemas dedicados al tema de la deuda, otros a los migrantes, otros a la fuga de Dios. Pese a que el papa Francisco está haciendo un buen trabajo por volver a poner a la Iglesia católica en un lugar importante, hay una fuga mundial de la creencia. Hay una modernidad muy líquida y en ese sentido hay también una lucha por la religiosidad. El offshore es volver a pensar una modernidad. Es necesario volver a un anclaje sobre un sujeto más fuerte, en términos políticos y en términos de creencia. Hay que volver a creer; creer en el otro: volver a creer en la posibilidad de cambiar el mundo.

Actualizado 28/11/2017

Rumores, condicionales y pistas falsas

Rumores, condicionales y pistas falsas

“Con el caso Maldonado se dejaron de usar todos los buenos hábitos de un periodista: tener una fuente, después chequearla con una segunda y luego escribir con la razón y no con las impresiones”, dijo Mathilde Guillaume, corresponsal del diario Libération y France 24. ANCCOM dialogó con tres corresponsales de medios internacionales en Argentina acerca de cómo los medios locales trataron el caso de la desaparición de Santiago Maldonado el 1º de agosto en el Pu Lof Cushamen, Chubut, tras un operativo que realizó la Gendarmería Nacional.

  Los medios de comunicación nacionales de mayor alcance elaboraron un gran caudal de noticias falsas que, al poco tiempo de ser publicadas, quedaron en evidencia. “Hubo una concentración de rumores, agudizado incluso en los últimos días, seguido de publicaciones en los grandes medios de cosas falsas”, agregó la periodista francesa. Cecilia González, corresponsal de la agencia Notimex, opinó algo similar al decir que el tema “se trató de una manera muy contaminada por intereses políticos, ya que la prensa más influyente, la más poderosa, actualmente es oficialista. En general apoyó, difundió y defendió solamente las versiones oficiales”. Por su parte, un editor de una de las principales agencias internacionales de noticias que prefirió reservar su identidad remarcó: “En todos los países del mundo los medios hegemónicos operan a favor de los intereses que defienden. Quizá en naciones periféricas como Argentina tienen menos autonomía que en las centrales y, por ende, sea más visible su parcialidad”.

  En cuanto al caso particular de Clarín, uno de los más consumidos en el mercado local, Guillaume dijo que ese diario “levantó algo así como 80 teorías sobre donde ‘supuestamente’ estaba Maldonado, sin verificarlo y escondiéndose detrás del (tiempo verbal) condicional; ‘Podría estar Santiago en Chile’, decían, o  ‘podría estar cortándose los pelos en una peluquería de San Luis’. Con el sólo uso del condicional publicaron cualquier barbaridad sin ningún tipo de chequeo. Como periodista se sabe que eso no se puede hacer en ningún caso”.

Sergio Maldonado, junto a su esposa, en la concentración en Plaza de Mayo por la aparición con vida de Santiago.

  “Hay un barrio de Gualeguaychú en donde todos se parecen a Santiago”, publicó, por ejemplo, Clarín. En el mismo diario, el periodista Claudio Andrade, que publicó varias notas sin chequear fuentes, firmó el 31 de agosto una titulada “Una nueva versión apunta a que Maldonado estaría en Chile”. Desde el suspenso armado en torno al puestero de la estancia de Benetton “que se defendió a cuchillazos de un ataque de la RAM” (con la falsa expectativa de que hubiera herido a Maldonado) hasta las ambigüedades e inventos recientes acerca de un “Testigo E”, cuya declaración en la causa fue desmentida por el juez Gustavo Lleral, a cargo de la investigación, el caudal de información falaz es una ofensa para el oficio y, sobre todo, para la familia Maldonado

  “Los periodistas recibieron un montón de teorías falsas  -aseguró la corresponsal de France 24-. Cuando hacés reportajes en el terreno y sobre todo cuando investigás un caso tan fuerte como la desaparición de un joven, la gente se te acerca y te dice cualquier cosa porque quieren aparecer. Pero el rol del periodista, justamente, es filtrar todo eso, verificar, chequear, y si resulta ser cierto, recién ahí lo publicás”. La corresponsal subrayó que los periodistas de los medios de mayor influencia “recibieron todo este flujo de mentiras y no tuvieron el rol de filtro que es el que debe tener cualquiera que ejerce la profesión. Lo que hicieron fue darle amplitud y fuerza, fueron como una caja de resonancia de todas las mentiras”.

  Por su parte, y en relación con Clarín, González expresó: “La línea editorial de los medios más influyentes fue muy evidente, publicaban filtraciones. Hay un periodista del grupo Clarín que tiene un cúmulo de filtraciones que son muy vergonzosas, eso no es periodismo. Pero por el contrario, en el mismo medio también hubo periodistas que publicaron muy buenos trabajos de investigación”.

Concentración en Plaza de Mayo a un mes de la desaparición forzada de Santiago Maldonado.

  Los entrevistados también hicieron referencia a la construcción discursiva que los medios realizaron respecto al pueblo mapuche. Guillaume sostuvo que le llamó la atención “la aparición de la RAM como una palabra que de repente todos llegaron a conocer cuando hacía dos meses nadie había escuchado hablar; ni de la RAM, ni de la temática mapuche, ni estaba instalado en absoluto el tema en los medios de comunicación”.

  Además, agregó que le parecía preocupante que los periodistas que escribían para los grandes medios no tuvieran contacto con la gente de la comunidad; y que las veces que lo tuvieron, destacó, los juzgaban. “En vez de escuchar los testimonios y transcribirlos, como debe hacer un periodista, cuestionaban lo que los testigos decían desde un punto de vista más próximo al de un juez o un fiscal que al de un periodista: ‘Está bien, es tu testimonio, ¿pero por qué no hiciste tal o cual cosa?’” El editor que prefirió no identificarse, en tanto, remarcó que “con diferentes matices, los medios locales han tenido una cobertura bastante parcial del caso Maldonado. Esto pudo verse en el espacio dedicado al tema, en las fuentes citadas, o en la imagen que construyeron de los protagonistas de la historia, entre otras cosas”.

  Los tres entrevistados coincidieron en que fue fundamental la cobertura que hicieron los medios alternativos y las redes sociales. “Un aspecto muy importante es el rol que han jugado las redes sociales, que han funcionado como complemento de los puntos de vista sugeridos por algunos de los principales medios del país -dijo el editor-. Un ejemplo es la ridiculización generalizada del testigo mapuche que supuestamente vio a gendarmes con sus binoculares; la contracara es la protección de la figura de Elisa Carrió, cuyas vergonzosas declaraciones han sido ‘limpiadas’ de los medios hegemónicos”. La corresponsal de Notimex centró su opinión en el buen trabajo que hicieron diferentes medios alternativos y en la actitud de algunos periodistas en particular: “La revista Cítrica  fue una de las primeras que cubrió desde principio de manera profesional el tema. También Anfibia con diversas crónicas, y Cosecha Roja. Lo que hubo fue una transición: al principio los medios alternativos fueron los que mejor cubrieron, pero cuando el tema fue creciendo en impacto, los medios más grandes mandaron a periodistas al terreno, y como los periodistas no somos nuestros medios, ahí se notó la diferencia. Porque más allá de que la línea editorial fuera en apoyo al gobierno, a desacreditar la lucha mapuche y a Santiago Maldonado, estos otros periodistas que trabajaron de manera profesional no se plegaron a esa línea editorial y publicaron buenos trabajos”.

La siempre presente bandera de los pueblos originarios.

  Guillaume destacó las coberturas de Anfibia, Mu, Cosecha Roja. “Los medios independientes y alternativos fueron los primeros en levantar y en darse cuenta de la posible importancia nacional e internacional que podía tener este caso -señaló-. Y además, a diferencia de los medios más reconocidos, no ventilaron rumores, como hicieron Clarín o La Nación”.

 No especular ni prestarse a especulaciones debería ser la regla número uno de cualquier periodista, planteó González. “Lamentablemente, es lo que prevalece -evaluó-. Sin embargo, dentro del propio periodismo hubo una puja entre quienes seguíamos esperando una confirmación oficial, y pedimos respeto y profesionalismo a la hora de cubrir el caso, quienes tuvimos ética con el oficio, y quienes hicieron todo lo contrario. Me da gusto que haya habido tantos periodistas de todos los niveles y de todo tipo de medios que se han portado de manera responsable. Y en cuanto a los que no lo hicieron creo que corre por cuenta de cada quien en su conciencia y en su concepto de lo que es ejercer el periodismo”.

 González destacó el rol de los corresponsales y su función dentro del periodismo argentino: “Tenemos una posición privilegiada porque no estamos tan contaminados como los medios locales y los medios que reciben nuestra información, en general, tampoco tienen esa contaminación, de modo que podemos trabajar sin tanta presión, como sí trabajaron acá”. Guillaume planteó una diferencia: “El componente político tiene muchísimo que ver en este caso -explicó-. Creo que no hay la misma grieta en Francia que en Argentina y eso tiene muchísimo que ver. A pesar de esa salvedad, como en Argentina, los medios franceses son concentrados y también pertenecen a intereses privados, pero de todos modos creo que tanto la formación de periodismo como el desarrollo del trabajo tendería a ser más serio que el argentino”.

Tanto Guillaume como González destacaron lo que dijo en torno a los medios Sergio Maldonado, el hermano de Santiago, en la conferencia de prensa que dio en la ciudad de Esquel luego de que apareciera el cuerpo. “Me dio mucha vergüenza que Sergio Maldonado tuviera que pedir respeto -afirmó la periodista mexicana-. Ahora que apareció el cuerpo, trabajan de la misma manera, tratando otra vez de desacreditar. Hay muchos manoseos pese al pedido de la familia”. En la misma línea, Guillaume señaló: “Me impactó muchísimo que el propio hermano de Santiago Maldonado tuviera que dar una clase de periodismo diciendo que si no teníamos información fidedigna que no publicáramos cualquier cosa y que en vez de eso pusiéramos música. Que el propio hermano tenga que dar una clase de periodismo en este momento es una vergüenza para toda la profesión”.

En la concentración en Plaza de Mayo, el pueblo pedía la aparición con vida de Santiago, mostrando su foto entre la multitud.

Actualizado 25/10/2017