Tras las huellas de los japoneses en la Argentina

Tras las huellas de los japoneses en la Argentina

“Me interesaba más buscar historias familiares, chiquitas  y no tanto de lo cultural”, dice Krapp.

Una Isla Artificial es el libro de crónicas escrito por Fernando Krapp que, con un mix perfecto entre información y relato, nos sumerge en las aventuras de japoneses e hijos de japoneses en Argentina. Nos invita a conocer desde adentro sus historias de vida, vinculadas a la migración y el desarraigo.

La óptica del autor va por fuera del “Japón para ver”, del conocimiento turístico: tradicional e intocable. “Me interesaba más buscar historias familiares, chiquitas, buscar una vuelta, hablar de herencias familiares  y no tanto de lo cultural”.  El libro, editado por Tusquets, nos lleva a acercarnos al interior de un colectivo que, a pesar de haberse asentado hace más de 70 años en el país, tiene mucho de incógnita y al que muchas veces conocemos a partir de estereotipos.

En una de las entrevistas que el autor le hace a Marcelo Higa hablan de la inserción de los japoneses en la sociedad y del rol de las tintorerías en esta tarea. Higa cuenta cómo los japoneses hicieron uso de la imagen que se tenía de los orientales, vinculada a la pulcritud y limpieza, para llevar a cabo su negocio.  “Un estereotipo te puede condenar o, al mismo tiempo, te puede salvar la vida”, afirma Higa en una frase que condensa de cierto modo la visión occidental sobre lo desconocido.

Krapp cuenta que a medida en que avanzaba en la investigación “menos me quedaba con eso de lo japonés, y más me iba metiendo en cuestiones que tenían que ver con la identidad argentina”.  Porque al tomar las historias de migrantes, está hablando de argentinos. De una isla diferente. “De cierto modo se fue deconstruyendo esa idea de lo japonés en Argentina y se fue formando otra cosa”, afirma el autor.

“La idea de punto de contacto entre occidente y oriente, construido y artificial, resumía un poco la inmigración».

La idea de “la isla artificial” recorre el libro y el imaginario de los entrevistados. La noción de un “territorio perdido”, reconstruido en otra parte del mundo. El autor del libro, cuenta que en Japón se construyeron islas artificiales -llamadas dejimas– para tener un vínculo comercial con occidente y que “esa idea de punto de contacto entre occidente y oriente, construido y artificial, me pareció que resumía un poco la inmigración, como una especie de puente”.

Krapp, que es cineasta y periodista, cuenta que si bien publicó algunas crónicas ésta fue su primera experiencia escribiendo un libro de este tipo. Uno de los desafíos, según el autor, fue hacer crónica fuera de un territorio determinado.  “Para mí el territorio era Japón -dice-, y era un territorio imaginario. Por algo se llama así el libro, es como esa isla mental”.

En su libro entrevista a familias de floricultores, tintoreros, escritores, cocineros.  Experiencias súper ricas, y por sobre todo variadas, tanto por sus historias como por su geografía. Fue un trabajo de tres años poniendo el cuerpo, recorriendo desde Mendoza a Misiones, la zona sur del conurbano bonaerense y las tintorerías de la Ciudad de Buenos Aires en bicicleta.

La finca de Pepa Hoshi en Real del Padre, Mendoza -primera crónica del libro- fue un descubrimiento para Krapp, que llegó a la provincia por el comentario de un amigo que le dijo que podía encontrar japoneses en esa zona. Compró un pasaje, llegó, preguntó.  Y encontró.  “Me parece que es la mejor manera: ir y ver qué pasa. Si vos vas con una idea preconcebida -afirma Krapp-, te cerras a lo que pueda llegar a pasar. Entonces tiene que ser a la inversa, no saber qué vas a buscar. Caer en la casa de unas señoras, estar con ellas un tiempo. Trabajar en una tintorería y ver qué pasa.  Si vos planteas una hipótesis previa perdés como la cosa experiencial, que es lo más divertido”. Dio con una familia que le abrió sus puertas y lo invitó a quedarse con ellos. Es esa frescura de la espontaneidad y del ir abierto a lo que suceda, sin buscar algo pensado de antemano, la que circula por todos los relatos que construyó en el descubrimiento de esa isla.

“Evita. Nacida para molestar”

“Evita. Nacida para molestar”

Dibujar a Evita fue un desafío pendiente que Miguel Repiso -conocido como Rep- tuvo toda su vida. Desde que la conoció siendo muy joven, leyendo un libro forrado en papel madera en épocas de dictadura militar, nació una curiosidad que fue alimentando año a año, y que hoy toma forma de libro. A cien años de su nacimiento, Miguel presentó “Evita. Nacida para molestar”, una biografía realizada desde el humor y el amor.

Miguel es un artista curioso y lúdico que, como dice Pedro Saborido en el prólogo, es un nene con un adulto dentro. En su obra deja de lado a la Evita de monumento para mostrarnos una imagen terrenal y humana, diferente a la que estamos acostumbrados.  

Rep afirma que la figura de Evita siempre vuelve, que a veces “se oculta, se opaca, se vuelve como un territorio de los viejos. Vos ves cuando baja la militancia, o se despolitiza la sociedad: la tipa pasa a ser una estampita. Y hay un momento en que emerge como un volcán y este es uno de esos momentos”. Esta biografía de la abanderada de los humildes fue pensada como una totalidad, como una unidad de sentido. Rep cuenta que todos los dibujos fueron inéditos salvo uno en que le hice un homenaje a un dibujo que había hecho en los ’90 sobre el matrimonio de Perón, lo quise poner porque en ese momento había armado quilombo y no lo quise dejar afuera”. 

“De eso se trata hacer libros, de que sean inéditos. Empiezo a considerar que los verdaderos son los que uno prepara especialmente para salir en libro. Esta debe ser mi tercera publicación de esa índole y me dan ganas de trabajar así para siempre. No recopilar los dibujos de los diarios, las revistas. Sino sentarme, encapsularme. Hacer una isla y hacer ese libro. Creo que ahí se vuelca más que nada el autor, cuando más te adentrás en un corpus y no andas recopilando cosas. Recopilando se diluye el autor, se ve por ráfagas. Pero no se ve en el corpus total”, cuenta Rep desde su estudio, que con un estilo minimalista -por no decir vacío- también habla de él en su proceso creativo: una habitación de paredes limpias, con bastidores enormes acumulados con las imágenes contra una pared, tarros de pintura y pinceles por el suelo y sobre un escritorio lleno de papeles. Un espacio en blanco pero “lleno de Evitas y de insomnios”.

Evita siempre está presente, pero no de una única manera. Tiene una potencia tal que la hace dueña de un montón de sentidos encontrados: la descamisada, la actriz, el ícono pop, la abanderada de los humildes, la mujer de un milico, por nombrar algunos. Rep transforma todos estos significados al trabajar desde un humor que desconoce los límites y con un cariño profundo por Eva.  “No es mi labor la de reproducir esa Evita distante, solemne y proselitista, monumental de mausoleo. Lo mío es bajarla, ponerla acá cerquita. No es la del busto dorado de los sindicatos. No es la que a mi me gusta. Me parece que esa no permite que circule, obtura mensaje, obtura discusión. Es incuestionable. Sin embargo, como todo ser humano que ha vivido es cuestionable también, hay que cuestionar algunas cosas de Evita para no volver a cometer errores. Y luego hay que ensalzar lo que vale la pena. Para eso hay que sacarla del ícono pop. Ese ícono le sirve a los mentirosos. Esa es la Evita más superficial, a mi me parece que esa no sirve.”

Su lenguaje es el humor, y Rep cuenta que es “necesario para hacer conocer a Eva de otra manera, para discutirla. Pero no sirve como elemento de discusión certera de data y de probanza. Para eso están los historiadores. Yo podría haber prescindido de los cineastas y de los novelistas pero no de los historiadores. Son ellos los que te dicen que el 17 de octubre estuvo en tan lugar y no estuvo en tal otro, en qué momento fue el encuentro en el Luna Park entre los dos. Es super necesario eso, pero es bueno ablandarlo desde este punto de vista, dramatúrgicamente, líricamente, humorísticamente. La novedad ahora es lo humorístico sobre Eva, porque sobre Perón se hizo mucho humor. Pero no se hizo sobre ella. Por eso me provocó aún más.”

Rep (re)construye la vida de Evita desde una mirada humana y terrenal, y dibuja escenas que salen del pensamiento común. “Estos dibujos que parecen tan escandalosos, si vos te metés a dibujar la vida de ella, la parte menos pública, entrás en los recovecos que hay entre foto y foto, entre noticia y noticia. Te vas a encontrar con que come, va al baño, coge, lee, denosta. Le pasan todas esas cosas que a mí me salen fáciles. No es algo que tenga que forzar. Me parece que hay que desacralizarla. A mí me sale así, otro volverá a ponerla en el pedestal. Mi labor acá es eso, bajarla de ahí y hacer humor con ella. El humor permite que vos puedas discutir otras cosas más cercanas, porque no ha dejado tanto pensamiento, ha dejado mucha obra ella. Entonces pensaba ¿Cómo habrá soportado el dolor?, ¿Cómo habrá soportado las derrotas? Porque tuvo derrotas estando con Perón, el 17 de octubre es el producto de una gran derrota, que es cuando lo echan a Perón de presidencia, lo mandan a Martín García y ella se queda sola acá. La putean, le pegan en el taxi, es una yegua, una bataclana de Perón… Luego vuelve, llaman a elecciones, se gana, pero el resultado de ganar se vio semanas después ¿Qué pasó en ese tiempo en que se suponía que había ganado la fórmula radical? ¿Evita qué sintió? Se me acabó toda la vida. Perón mismo le escribe, en las vísperas del 17 de octubre, le dice ‘estoy podrido, no me banco más esto, voy a pedir retiro y nos vamos a ir a vivir a Chubut’. En una carta amorosa, y yo me baso mucho en esa carta para hacer esas escenas de sexo, porque digo, se amaron, hubo un período en que tuvieron la líbido alta, tuvieron un proyecto de amor, de pareja y de sexo. Después por supuesto el ejercicio del poder te manda la líbido para otro lado, pero hubo un primer período en que estoy seguro que eran una pareja recontra sexual. Ella veía en la pareja una potencia de amor. Y en realidad el peronismo es un movimiento más generado con amor, que siempre propaga el amor más que el odio. El odio siempre fue la contra, hoy mismo sigue siendo así. La contra destila odio por más que le pongan la revolución de la alegría y el peronismo sigue de alguna manera utilizando las banderas del amor: algo pasa ahí. Hay un amor por el prójimo, por el desposeído. Eso está en el principio del Peronismo, Eva dando, dando a los niños, dando lo mejor. No la migaja”.

Rep cuenta que al momento de dibujar hubo algunas escenas que le resultaron más difíciles, como “la escena del desfloramiento de ella, que es algo imaginado pero tiene algún tipo de eco en alguna historia que leí. Ella está en Junín y unos conchetos, unos pibes bien, se llevan a dos amigas a un lugar y se propasan de ellas. Yo ahí la quité a la amiga, la puse a ella oliendo una flor, y los hijos de puta estos que vienen y la desfloran aprovechándose de la situación. Ese dibujo era en dos partes, en la segunda parte ella estaba sufrida, con su cuerpo sufrido, habiendo sido violada. Ese tipo de imágenes muy agresivas las pensé mucho y ahí fue donde más me cuidé. No me cuidé en el tema del sexo, en el tema de la muerte. Me cuidé más con el tema de no herir susceptibilidades.”

No es casual que Rep se haya embarcado en la aventura de trabajar con Evita en la actualidad, porque además de que se hayan cumplido 100 años de su nacimiento este 7 de mayo, la revolución feminista la pone nuevamente en escena. Él afirma que “las militancias nuevas juveniles siempre la traen de vuelta, sigue siendo una bandera de los jóvenes, y algunos viejos por supuesto. Pero los viejos la tienen como quieta, no la rejuvenecen. No la resignifican. Los jóvenes la resignifican. Hay feministas que la están resignificando como feminista. Hay militancia que la reivindica como antimacrista. Siempre hay una lectura de la vida de Evita. Sigue fresca en ese sentido. Por eso el libro funciona.” Reo dice que el tiempo histórico que estamos viviendo es clave en la construcción de la biografía, cuenta que “no es un libro que yo hubiera hecho igual hace cinco años. Hace cinco años hubiera sido menos comprensivo de lo que es el cuerpo de la mujer. Creo que Evita te patentiza mucho las cosas por las que hoy peleamos. Ella es poner el cuerpo.”

El espíritu rebelde de Evita es algo innegable, y que le da riqueza a su personaje.  Ese molestar a la oligarquía tan característico y motivo de su orgullo. Rep plasma esto en su obra y lo relaciona con la actualidad feminista. Dice que “ese espíritu continúa vigente, quizá no en la totalidad como era Evita, pero esas esquirlas vos las ves en otras mujeres. Previa a Evita es difícil encontrarlo. Encontrás por supuesto teóricas maravillosas como Rosa Luxemburgo, pero no una mujer moderna. Evita podría estar viva hoy, opinando de la coyuntura, de la historia y podría estar hablando también de su experiencia de rebeldía y de molestia. Pero parte de su mito es haberse muerto a los 33 años. No se qué tipo de feminismo hubiera drenado Evita al día de hoy, pero que fue feminista en su tiempo creo que no hay duda”.

“Hay una corriente feminista que dice que las mujeres tienen que hacer libros sobre mujeres, y estoy de acuerdo -afirma Miguel entre risas-. No se si me voy a animar a hacer otra mujer, lo que pasa es que yo lo vengo postergando tanto, me la debía tanto a Evita, que dije ‘yo la hago y que me digan lo que me digan’. Estoy de acuerdo con que los varones siempre hemos hecho biografías de las mujeres, y que es hora de que la mujer empiece a decir, porque es verdad que es otra vivencia, yo no termino de ser mujer. Pero de alguna manera las historiadoras que leí son mujeres, hablé mucho con mujeres. Nunca voy a alcanzar eso. Nunca voy a ser mujer. Aunque me ayudó mucho todo este debate que hay a construir el libro. Si no no lo hubiera pensado. Ahora estoy muy atento a lo que las mujeres debaten. No solo atento a las lecturas o las marchas a las que voy de canuto, sino que también a las feministas, de varias estirpes, tratando de entender esta revolución, que como toda revolución tiene bandos. Está buenísimo. Es lo único que puede cambiar algo en esta mierda de sociedad. El varón no lo va a cambiar, se necesita un cambio de paradigma para vencer el patriarcado.”

Reflexionando sobre la actualidad de Argentina con un gobierno antipopular, de crisis económica y social, desempleo y pobreza, el humorista cree que “son tiempos anti Evita totales. Si ella volviera a mirar las escenas en la calle diría ‘¿Qué pasó? Yo morí con un país que no tenía esto. No pasaba esto, los niños estaban bien en sus lugares, sus colegios. Estaban bien alimentados.’ Ahora hay una voluntad de aniquilamiento definitivo por parte de la derecha, de destruir los derechos, de flexibilización laboral, de liquidar todo lo que quiso Evita, y lo que quiso Perón. Por eso me imagino que Evita no podría creer esto. Porque esto también lo construyó el pueblo votante.  Ella también pensaría ‘¿Pero qué pasó con mi pueblo que vota esto? ¿Qué pasó con el 50% si a Perón lo votaban con el 60%?’ No entendería nada”.

 

“Al exiliado, todo lo hacía sentirse ausente”

“Al exiliado, todo lo hacía sentirse ausente”

“La película no solo habla del exilio de Zitarrosa sino que habla del exilio en sí», afirma Melina Terribili, la dirctora.

En Ausencia de mi, Melina Terribili logró reconstruir la memoria del exilio del folclorista uruguayo Alfredo Zitarrosa desde un profundo trabajo con imágenes de archivo. Narra el dolor que atraviesa el cantautor y a la vez transmite en ese relato el sentimiento desgarrador de toda una época. “La película –afirma su directora- no solo habla del exilio de Zitarrosa sino que habla del exilio en sí. Es un drama, pero muy fascinante para poder desentrañar qué pasa cuando un hombre está forzado a irse de su país”. Terribili reflexiona que el documental “también está cuestionando lo que pasó en Uruguay y qué pasó con Alfredo en ese momento”. El artista se vio obligado a dejar Uruguay en 1976 a causa de la dictadura cívico militar que azotaba al país vecino. A partir de ese momento, comenzó la parte más dura de su historia, golpeado por el destierro y perseguido por los golpes de Estado, la represión y la persecución política. “Se va de Uruguay por estos motivos pero a medida que se va exiliando se va encontrando con estas otras situaciones que son terribles, que también lo van golpeando en el exilio”, explica la documentalista.  

La directora señala que la historia que relata el documental dialoga con el presente de Latinoamérica. “En el transcurso del proceso de la película hubo un cambio político en nuestro país y en el continente muy grande, muy terrible, muy dramático -afirma-. La película empezó a resignificarse tristemente con la realidad. De golpe se transforma hoy en una herramienta de convicción, de militancia y de fuerza para que esto no vuelva a ocurrir. Se gestó en un país en plena etapa de soberanía, en todos los sentidos, en un momento donde se subsanaron derechos que habían sido avasallados, todo el trabajo que se había hecho con los derechos humanos, de la memoria. Y de golpe llega el gobierno de Macri que viene y destruye todo. Son las mismas políticas económicas y sociales que en la dictadura: hay persecución política, hay presos políticos, hay represión en las manifestaciones. Todo lo que pasa en la película le está hablando al presente que estamos viviendo. Por un lado es muy triste y es terrible, y por otro lado creo que tiene que aprovecharse para no olvidar ni un minuto lo que estamos viviendo, y que esto no se vuelva a repetir”.

«No quería hacer una biografía, quería transmitir por qué esta persona me sensimilizó», señala la directora.

El largometraje está realizado a partir de un extensísimo trabajo con imágenes de archivo, que se articulan con gran sensibilidad retratando una faceta diferente de Zitarrosa. “Estaba segura de que no quería hacer la biografía -dijo Terribili-, no me interesaba. Ya estaba eso al alcance, a través de un libro o de internet. No era por el mero hecho de buscar una cara oculta o algo, era transmitir por qué esta persona me impactó tanto, me sensibilizó. Quería descubrir eso, escarbar ahí. Así nació la película, y sobre todo con la existencia de materiales con los que se pueda trabajar eso. Su persona desde el seno más íntimo, su voz, sus grabaciones personales”. El archivo personal, al que la directora pudo acceder gracias a las hijas del cantautor, tiene desde escritos en servilletas de algún bar, copias de todas las cartas enviadas a los amigos, hasta grabaciones de audio de Zitarrosa con sus pájaros. La cineasta habla acerca de la necesidad existencial del músico de registrar todo, “que tenía más que ver con su existencia y con algo que no solo lo vivió en el exilio, sino que yo creo que lo venía cargando desde antes, porque hay una historia también de su infancia que tiene que ver con el abandono, y con la soledad, que creo que de algún modo lo va impulsando a preguntarse por la existencia no solo suya sino en general”.

En diálogo con ANCCOM, Terribili contó que fue clave para el desarrollo del documental acceder a otros archivos, más allá de los personales, con los que pudo componer los “paisajes del exilio”. Dijo que fue una búsqueda difícil, pero que el material fílmico recolectado de Argentina, España, México y el del “desexilio” en Uruguay enriquecen el relato. “La película nunca da información sobre los países -señaló-, y eso es lo que me interesaba porque sentía que al exiliado todo lo hacía sentirse ausente, desde el recuerdo, el dolor, la culpa de haberse ido, pero también escuchar un acento y ver un paisaje que no es el tuyo. Todo eso me interesaba mucho, y además el momento en el que él se exilia esos espacios no solo tienen diferencias geográficas o culturales, sino que también políticamente son espacios importantes para narrar en la película porque son países en conflicto”.

La directora contó que el corazón de la película desde un principio tuvo que ver con el porqué de su muerte: “El exilio fue una de las cosas que más me impactó, y también la forma en que murió. La cuestión de morir joven, de morir a los pocos años de volver a Uruguay. Fue una muerte muy simbólica, muy significativa para esa época, para esa generación, para lo que había pasado en el país y en el mundo.”

La película se puede ver en el Cosmos y en el Gaumont.

“¿Quién mató a mi hermano?”

“¿Quién mató a mi hermano?”

Lucas Scavino, codirector de la película sobre Luciano Arruga, «¿Quién mató a mi hermano?».

Este domingo 7 de abril se estrena en el Bafici el documental ¿Quién mató a mi hermano?, codirigido por Lucas Scavino y Ana Fraile. El largometraje narra la desaparición forzada de Luciano Arruga y el camino de lucha transitado por su hermana, Vanesa Orieta, y su grupo de familiares y amigos. “Es fuerte, pero a la vez bastante importante para empezar a tener una mirada distinta sobre la problemática –dijo Scavino-. Creo que es una historia muy sensible, más allá de lo dura. Deja un aprendizaje a través del dolor. No tiene golpes bajos, y hay un rescate muy fuerte de la dignidad de las personas, sobre todo”.

Scavino, que es egresado de la Universidad del Cine, se mostró muy entusiasmado con la presentación en el festival. “Hay expectativa, y mucha gente que la quiere ver, que ya está escuchando de la película hace cinco años”, señaló. El codirector afirmó que contar la historia de Arruga a través del cine es una gran oportunidad para “sensibilizar, y no solo a un público militante, comprometido, que ya sabe y está convencido. Es que pase una señora por Belgrano, mire, se meta, conozca, se de cuenta. Y si a esa persona le cambia su mirada sobre un pibe que pasa con una gorrita por la calle, es bastante”. 

Comenzaron a filmar en 2014, y a su vez trabajaron con el archivo que ya venía recolectando el grupo de familiares. Scavino contó que a la vez que registraban el material, iban buscando cumplir con los requisitos para que la película tuviera el apoyo del Instituto del Cine. “Con Ana teníamos la idea de que esta película tuviese la mayor trascendencia, fuera del país incluso. Mandarla a festivales, vincular a familiares que de alguna manera estuviesen también en una situación similar a la de Vanesa en cuanto a ser víctimas de desapariciones forzadas, o de algún tipo de crimen por parte del estado. En ese plan empezamos a trabajar, y acá estamos. Fueron muchos años, mucho esfuerzo”.

En palabras de Lucas, la creación del documental fue un proceso de reelaboración constante, al punto que el mismo día en que fueron a presentar el guión al Instituto del Cine encontraron el cuerpo de Luciano enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita. “Estamos hablando de una desaparición en democracia, vos leés diarios y portales y hay muy poca presencia de eso, de algo que ocurre –señaló-. No es una cuestión menor. Se fue modificando siempre la percepción que teníamos de lo que iba a ser la película.  Cuando uno va elaborando el guión, la realidad después te lo va dictando, y a medida que vas registrando vas continuamente poniendo de alguna manera en juego qué es lo que querés contar y cómo estás contando”.

“Es fuerte, pero a la vez bastante importante para empezar a tener una mirada distinta sobre la problemática, dijo Scavino, codirector de la película sobre Luciano Arruga.

Scavino es montajista, y ¿Quién mató a mi hermano? es su primera película como director.  En relación a esta experiencia cuenta que “la función del editor generalmente es la de ser como un consultor, un observador, y a la vez un técnico especializado. Es una labor ciertamente objetiva, sobre lo que quien esté dirigiendo quiera contar. Y en este caso era raro porque yo tenía que ejercer esa función y a la vez estaba trabajando desde la dirección, estableciendo qué cosas dirigir”.

La codirección con Ana Fraile fue fundamental, destacó, ya que le permitió “mantener cierta objetividad”. Sobre el trabajo en conjunto dio a conocer que “en la práctica el vínculo principalmente con Vanesa y con el grupo de familiares lo iba afianzando más Ana, y yo estaba como uno o dos pasos detrás. Como manteniendo cierta distancia. Cuando establecés un vínculo emocional con la persona después es difícil distanciarte para ser objetivo, entonces creo que nos complementamos bastante bien en eso”.

Scavino sostuvo que la realización del documental le repercutió sobre todo “en lo humano”, en haberse identificado “con un grupo de jóvenes con tanta voluntad, con tanta fuerza y convicción para reclamar lo que es esencial. Están reclamando una cosa esencial, que no debería estar reclamándose en un estado democrático –enfatizó-. Creo que eso me hizo crecer como persona. Creo que también ese crecimiento es a nivel mucho más amplio, no solamente personal, en mi relación con Ana. Creo que crecimos bastante los dos en ese sentido”.

A su vez Scavino resaltó el rol de la mujer en la película, tanto por las protagonistas de la historia de lucha, como al hablar de la codirectora. “Es una película donde muchas mujeres están al frente –aseveró-. Mi propia codirectora Ana está al frente también. Tengo mucho respeto por eso, para mí es fundamental esa mirada femenina sobre la vida, está muy ligada a la película. Y de cuestionar privilegios, y cuestionar lugares de poder en general”. 

Scavino se mostró absolutamente comprometido con la búsqueda de verdad y justicia por la desaparición forzada de Luciano Arruga, y expresó que haber realizado este largometraje junto con Ana Fraile es su manera de aportar, y de poner al servicio de la causa sus conocimientos.  “Es muy importante que la causa se active, que se encuentre a los responsables, que se los juzgue, se los condene –concluyó-.  Si la película ayuda a mover la causa, y si fuerza a instalar el tema, y construye de alguna manera redes y vínculos a nivel internacional con otros familiares o con otras instituciones u organismos del estado, mucho de lo que imaginábamos o lo que nos proponíamos va a estar realizado”.

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¿Quién mató a mi hermano?
será exhíbida en el cine Multiplex de Belgrano el domingo 7 de abril a las 17:25; el miércoles 10 de abril a las 16:55; y el domingo 14 de abril a las 15:10.