En defensa propia

En defensa propia

La facultad policial para detener personas en la vía pública y pedir documentos,  el uso de las pistolas Taser que producen descargas eléctricas sobre los cuerpos humanos, la emergencia en materia de seguridad y el protocolo antipiquetes.  La enumeración forma parte de una lista de medidas de la gestión de Cambiemos que la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) difundió como un nuevo marco para facilitar posibles detenciones arbitrarias.

A 25 años del caso Walter Bulacio –un crimen que se convirtió en símbolo de la lucha contra la violencia policial-, la CORREPI lanzó  una Campaña  Nacional contra las Detenciones Arbitrarias junto a un conjunto de organizaciones sociales. También denunció que, desde diciembre de 2015, se ampliaron y profundizaron las facultades policiales para demorar  a personas sin causa alguna.  “Ya no tenemos la opción de pensar si lanzamos o no una campaña nacional, sino que tenemos que hacerlo en defensa propia. Hay que poner en evidencia  un mecanismo que funciona aceitadamente por dos características: la naturalización hacia el interior de la clase que la padece y la invisibilización hacia el afuera”, explicó María del Carmen Verdú, abogada y referente de CORREPI , en diálogo con ANCCOM.

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Cada año, la CORREPI realiza un documento oficial -Archivo de Casos- que certifica que este accionar no sólo aplica en la actualidad, sino que tiene una larga trayectoria. En su última actualización de fines de 2015, la organización subrayó que,  desde el asesinato de Bulacio, alrededor de 500 jóvenes menores de 18 años murieron en comisarías, donde nunca deberían haber estado.

Esos datos tienen historia propia. Desde diciembre de 1983 hasta la actualidad, según CORREPI más de 47 mil personas fueron asesinadas por el aparato represivo del Estado. El 40% de esas víctimas  estaban detenidas en cárceles y comisarías. Del total de las personas que resultaron muertas en ese ámbito, la mitad no estaban allí por delitos, sino por averiguación de antecedentes, para identificación, por contravenciones o razzias.

Las modalidades de represión utilizadas son el gatillo fácil, el asesinato de personas detenidas, casos de conflictos intrafuerza o intrafamiliares donde el autor utiliza para “resolverlos” los recursos represivos que le provee el Estado, la desaparición forzada, los asesinatos en movilizaciones o protestas y las causas fraguadas. El blanco fácil es la juventud. En el  52% de los casos, las víctimas son personas menores de 25. En el análisis de la implicancia de las diferentes fuerzas de seguridad, los estudios de CORREPI afirman que un gran número de los casos recae sobre los servicios penitenciarios y las policías provinciales, con más de mil y de dos mil víctimas, respectivamente. Continúa la Policía Federal Argentina que supera los 400 y le siguen otras fuerzas -seguridad privada, Gendarmería, Prefectura y Policía Metropolitana-, con menos cantidad registrada, pero no exentos de participación.

Nuevo escenario

Un dato adicional al nuevo estado de cosas proviene del interior del país.  Verdú advirtió que muchos distritos modificaron sus legislaciones contravencionales: describen conductas que no son delitos pero que son tratados como si lo fueran para habilitar y justificar la detención. “Todas acciones que tienen directa relación con la necesidad de generar control social, en un marco de ajuste, de saqueo, que da motivo a que la gente salga a la calle a protestar y, por lo tanto, deba ser disciplinada de manera mucho más dura”, agregó.

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La campaña fue presentada con una conferencia de prensa en la Legislatura porteña y luego ampliada con una movilización de Congreso a Plaza de Mayo. Se cumplía el vigésimo quinto aniversario de la detención, tortura y muerte a manos de la Policía Federal Argentina de Walter Bulacio, un joven de 17 años que aguardaba en el ingreso del Estadio Obras Sanitarias para disfrutar de un recital de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. A la iniciativa se adhirieron cientos de organizaciones de derechos humanos, barriales, estudiantiles, sindicales, culturales, partidos políticos y familiares de víctimas.

“Es una de las peores herencias de la dictadura”, definió Enrique “Cachito” Fukman, integrante de la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos, durante la rueda de prensa. Y advirtió: “Una persona  puede ser detenida por portación de cara y, de ahí en más, su destino pasa a estar en manos de las fuerzas de seguridad”.

Por su parte, Marcelo Ramal, legislador de la Ciudad por el Frente de Izquierda, expresó que “el Estado manifiesta su esencia represiva más que nunca cuando actúa de modo arbitrario, cuando reprime, agrede y mata a un joven simplemente por estar ejerciendo su papel directo de violentador de la vida y la libertad”, subrayó.

Verdú completó el argumento: “Las detenciones arbitrarias son ese enorme sistema que faculta a la Policía y a todo el conjunto de las fuerzas a detener a cualquiera, en cualquier momento y lugar, solamente porque se le dio la gana a ese funcionario de seguridad”.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos le ordenó al Estado argentino terminar con este sistema de detenciones arbitrarias el 18 de septiembre de 2003, pero desde la CORREPI denuncian que esa sentencia sigue sin cumplirse y atraviesa absolutamente a todas las gestiones hasta la actualidad. Como titula su último documento oficial, “Los gobiernos pasan, la represión queda. La lucha también”.

Derechos para todas

Derechos para todas

Corría el año 1857 cuando trabajadoras del rubro textil salieron a las calles de Nueva York en reclamo de una jornada laboral de diez horas y fueron brutalmente reprimidas por la policía. Aquel día, el calendario marcaba 8 de marzo. Pero aquella no fue la única ocasión en que se sublevaron. En marzo de 1908, miles de obreras marcharon por la misma ciudad al grito de “pan y rosas” para exigir aumento de salario y mejores condiciones laborales. Tiempo después, cientos de mujeres murieron en el trágico incendio de la fábrica textil Cotton Textile Factory, donde fueron encerradas para que no se plegaran a las huelgas. A pesar de que con el paso de los años el verdadero significado del Día Internacional de la Mujer Trabajadora fue mutando, hasta convertirse en una fecha comercial en la que sólo se regalan flores y bombones, históricamente fue una jornada de lucha y movilización. Y este año no fue la excepción.

Miles de manifestantes se concentraron ayer en el Congreso para movilizarse a Plaza de Mayo, en conmemoración de las mujeres de aquellos tiempos y en reclamo de sus derechos actuales más urgentes como aumento de salario, mejoras de las condiciones laborales, el desmantelamiento de las redes de trata, mayor presupuesto para la Ley de Violencia de Género, la legalización del aborto legal, seguro y gratuito y la defensa del aborto no punible, ante la amenaza del macrismo por instalar un protocolo más restrictivo que el actual.

De a poco, fueron apareciendo las primeras organizaciones hasta cubrir toda la Avenida Rivadavia. Las banderas del Partido Obrero, Izquierda Socialista, Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), Nuevo Mas, Patria Grande y Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) se desplegaron y enfilaron junto a las de sus organizaciones de mujeres: Plenario de Trabajadoras, Mujeres de Izquierda Socialista, Pan y Rosas, Las Rojas, Mala Junta y Juntas y a la Izquierda, respectivamente. Marcharon también Autodeterminación y Libertad, y las organizaciones Seamos Libres, Barrios de Pie y Frente Popular Darío Santillán. Además, marcaron presencia la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) y sindicales como la CTA Autónoma, Asociación de Trabajadores del Estado (ATE),  el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA), la Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires (AGD-UBA), la asociación docente ADEMYS y el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA).

Los pañuelos blancos de las Madres de Plaza de Mayo marcharon a la par con los pañuelos verdes por el aborto libre, seguro y gratuito.

Quienes también dieron el presente en esta movilización fueron las trabajadoras ferroviarias del tren de la línea Sarmiento, integrantes del movimiento Mujer Bonita es la que Lucha. Su referente, Mónica Schlotthauer, contó a ANCCOM: “Nosotras marchamos por nuestros derechos y también nos sumamos a todos los reclamos que existen hoy, como los de las maestras que están de paro, las despedidas en el Estado, en contra del techo salarial, el impuesto al salario y la impunidad de aquellos que están matando mujeres”.

Y agregó: “Desde nuestra organización reclamamos igualdad laboral, porque siempre nos asignan las categorías más bajas. De a poco lo fuimos logrando. Ya llegamos a ser jefas de trenes y ahora nos queda una tarea pendiente que es manejarlos, y en eso estamos empecinadas”. Su compañera Melisa Santillán puntualizó: “También presentamos un proyecto para hacer un refugio para las mujeres de la línea que sufren violencia de género”.

Cerca de las 18:00, las diversas organizaciones ya estaban ordenadas para avanzar y la movilización comenzó a dar sus primeros pasos. Las remeras lilas y fucsias tiñeron la Avenida de Mayo y luego se sumaron a estos colores los de la Colectiva Lohana Berkins y la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti-Transexual, quienes irrumpieron en la marcha al canto de “trava que se organiza no recibe más palizas”. Portaban carteles que exigían el cupo laboral trans.

También había mucho verde, tan característico de los pañuelos de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Nina Brugo, una de sus referentes y abogada feminista, expresó a ANCCOM: “Las mujeres hemos conseguido empoderar de alguna manera nuestros derechos y logramos algunos avances, pero como la cultura patriarcal y las políticas públicas del Estado no nos han acompañado, suceden cuestiones muy graves como los femicidios, las muertes por abortos clandestinos y la ausencia de desmantelamiento de las redes de trata, de anticonceptivos gratuitos y de educación sexual, que es el lema de nuestra campaña. Hay un montón de derechos que tenemos que seguir conquistando”.

En esta misma línea, Laura Marrone, legisladora por el Frente de Izquierda, recordó que existe la Ley 26.488 de Protección Integral a las Mujeres, pero que carece de los fondos adecuados. En ese sentido, argumentó el reclamo por el aumento del presupuesto al 0,1% del Producto Bruto Interno (PBI). “Esto significaría este año cinco mil millones de pesos. El dinero destinado actualmente es de aproximadamente 80 millones de pesos. Con eso no se cubre nada, apenas una parte de los salarios de algunas oficinas, pero no la asistencia médica, ni los refugios, ni todo lo que implicaría una protección real”, subrayó.

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Las pancartas reflejaban variadas consignas y reclamos, desde “igual salario por igual trabajo”, “apoyo a los docentes en lucha de todo el país” y “abajo el ajuste” hasta “basta de violencia y femicidios”, “desmantelamiento de las redes de trata y explotación sexual”, “legalización del aborto y aplicación del aborto no punible”, “no al cierre de los 0800 mujer ni programas de salud sexual” y “no a la criminalización de la protesta. Abajo la ley antiterrorista y el protocolo antipiquetes”. Sin embargo, la presencia de las fuerzas de seguridad solo se tradujo en algunos policías en las esquinas y en los cruces de calles para desviar el tránsito.

Las columnas siguieron avanzando con destino a la histórica plaza. Algunos transeúntes que andaban por allí se plegaron a la movilización, mientras unas chicas marchaban sin remeras al calor del atardecer con inscripciones en su pecho y vientre: “Nada justifica un abuso”. “No me halagas, me violentas”. Miles de militantes elevaban sus banderas, y otros tantos dejaban sus voces en cantitos que hacían alusión al movimiento de mujeres: “Se cuidan, se cuidan, se cuidan los machistas, América Latina va a ser toda feminista”. O: “Si se puede, que corran nuestros trenes, de Once hasta Mercedes conducidos por mujeres”. También hubo gritos contra la Iglesia Católica por “aborto legal en el hospital”.

“Hay que salir a las calles como todos los 8 de marzo porque todavía quedan muchos derechos que alcanzar. Todos los días nos enteramos de un caso más, de mujeres que mueren sólo por el hecho de serlo, en manos de su pareja o ex, la familia o un extraño, entonces tenemos que seguir luchando. Hay que demostrarle a este gobierno que no vamos a bajar los brazos”, resumió una militante.

Lentamente comenzó a asomar la Casa Rosada en el fondo y la cabecera de la marcha ingresó de a poco a Plaza de Mayo. El acto culminó al grito de “¡viva el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras!, ¡viva nuestras luchas en todo el mundo!, ¡nos encontramos en las calles compañeras!”

Entrevista a Gabriel Vommaro, radiografía del partido amarillo

Entrevista a Gabriel Vommaro, radiografía del partido amarillo

“El PRO se construyó desde el pragmatismo ideológico. Eso le permite no visibilizar sus aristas antipáticas, ocultar su discurso económico más duro y apelar a los sentimientos y las emociones. Nadie puede decir que Cambiemos o el PRO no esté anunciando lo que quiere llevar  a cabo”. Certero, el diagnóstico pertenece a Gabriel Vommaro, autor, junto a Alejandro Belloti y Sergio Morresi, de “Mundo PRO”, un libro que revela y explora la formación y funcionamiento del partido amarillo y que, publicado en 2015, se convirtió en las últimas semanas en lectura obligatoria para todo aquel que busque respuestas al inédito triunfo electoral de la nueva fuerza de derecha.

En diálogo exclusivo con ANCCOM, Vommaro aceptó repasar y trazar la radiografía del joven partido –recién pudo presentar candidaturas en todos  los distritos del país en las elecciones Primarias de agosto pasado- que logró desplazar al peronismo del poder e iniciar una nueva etapa política en la Argentina. Doctor en Sociología, magíster en Investigación en Ciencias Sociales, escritor, docente e investigador del CONICET, el autor analizó la “anatomía de un partido fabricado para ganar”, y delineó sus tácticas y estrategias para “hegemonizar” el universo opositor.

¿Con qué características se construyó el PRO para estas elecciones?

Hay una muy cuidada construcción en términos estéticos, de comunicación política, pero también discutimos la idea de que signifique solamente un partido de marketing. Justamente, mostramos también sus otras formas de construcción tan importantes, que le permitieron llegar hasta ahora como una fuerza consolidada a nivel de la Ciudad de Buenos Aires, que fue reelecta dos veces y que logró paulatinamente extenderse a otros distritos del país. De todos modos consideramos que el PRO trabaja muy bien su imagen y la manera en que se presenta públicamente.

¿Se pueden señalar hitos políticos en la construcción de ese proyecto?

Para pensar cómo llega a estas elecciones, en todos estos niveles de construcción, podemos nombrar algunas cuestiones que son muy relevantes. La primera es que, ante la dificultad de nacionalización del partido, es decir, de crecimiento e implantación en los 24 distritos del país, en 2014 terminan de definir su estrategia de alianzas y de orientación hacia el radicalismo, que les permitía conseguir una presencia importante a nivel nacional. Esto a la vez es consistente con varias cuestiones. La primera es que, desde sus orígenes, cuando todavía no era PRO, (Mauricio) Macri trabajó la idea de no dejarse fagocitar por el peronismo, de no ser subsumido por las internas de ese partido. Pero en segundo lugar, junto con esta decisión y con el tipo de partido que se fue conformando, PRO aprendió a ocupar cada vez más el espacio no peronista y, dentro de éste, el más claramente opositor al kirchnerismo. La decisión de unirse al radicalismo les permitió en estas elecciones monopolizar casi todo el voto oponente. Parte de las explicaciones de los buenos resultados que sacó PRO en las primeras elecciones presidenciales, tiene que ver justamente con esta capacidad.

También caracteriza a PRO como una fuerza “pragmática y flexible”, ¿a qué refiere con esa descripción?

Hay una segunda cuestión que tiene que ver con cómo llega PRO a estas elecciones, en términos de propuestas y programa político. Entonces, logra hegemonizar el espacio opositor y el voto no peronista, consigue implantación nacional a través de su alianza con el radicalismo y, al mismo tiempo, como es un partido que nosotros llamamos “postideológico”, con una relación que se puede decir que es flexible y pragmática con las doctrinas y las ideologías, el PRO acepta y entiende que su programa político más opositor tenía menos chances de ser mayoría en estas elecciones, porque hay ciertos consensos construidos durante los años kirchneristas que excedían a ese espacio, incluso al peronista, y oponerse podía significar perder espacio electoral.

Es por eso que en el PRO surgen algunas cuestiones. La primera es hacer del cambio su bandera. Desde el principio establece la dicotomía entre continuidad y cambio, que se impone como ordenadora de estas elecciones. Y en segundo lugar intenta, sobre todo después de ese giro discursivo que da Macri en julio cuando acepta las conquistas de los años kirchneristas, desplazar la agenda social y económica en la que PRO tiende a estar en desventaja con ellos, por tener posiciones más de centroderecha. Con esto quiero decir, aceptar el “triunfo” del kirchnerismo respecto de esa agenda. Eso le permitía, por un lado, bajar el rechazo a una opción de centroderecha y las consecuencias socioeconómicas que ésta pudiera tener en términos de conquistas sociales y de derechos, y centrar su campaña en la agenda que uno llamaría “republicana”, de transparencia, de la gestión, de la división de poderes, del diálogo. Este año se inicia con una agenda republicana, con los hechos confusos de (la muerte del fiscal Alberto) Nisman que instalan la cuestión de la justicia y la transparencia, entonces me parece que en ese sentido este eje desde el cual se construye PRO aparece más central. Eso es posible por este pragmatismo ideológico y también por no visibilizar sus aristas más antipáticas, ocultar su discurso económico más duro por otro de los sentimientos y de las emociones.

Gabriel Vommaro habla sobre la construcción política del Pro en una entrevista con ANCCOM.

Gabriel Vommaro habla sobre la construcción política del Pro en una entrevista con ANCCOM.

De algún modo los partidos se construyen en relación a otro ¿cómo influye el kirchnerismo en la construcción del PRO?

Ahí hay dos cuestiones importantes. La primera es que el PRO y el kirchnerismo son hijos de la misma época. Nacen más o menos en los mismos años, son herederos de tradiciones diferentes y las reivindican, de hecho el PRO reivindica la no tradición. Tienen también diagnósticos diferentes de la época a la que suceden, de la crisis de 2001 y de los años ´90. En ese contexto, el kirchnerismo encarna la propuesta de tratar de reconstruir el Estado, los vínculos sociales y la economía argentina y el PRO, en cambio, de reconstruir el Estado desde la economía y la sociedad civil al servicio de aquellas. Son dos énfasis y dos lógicas muy distintas.

De todos modos, en los años en que el PRO todavía no se había constituido como fuerza política estable y con fronteras definidas, no estaba claro que el otro del kirchnerismo era el PRO y viceversa. En el momento en que terminan los tiempos de la transversalidad y que el kirchnerismo empieza a elegir adversarios en el presente y ya no sólo en el pasado, es que aparece el PRO como su otro elegido. Eso se da más o menos en 2007, en el mismo momento en que el PRO también se define en relación al kirchnerismo.

¿Cómo caracterizaría a las principales figuras del PRO?, por ejemplo María Eugenia Vidal fue un fenómeno sorpresivo en provincia de Buenos Aires…

María Eugenia Vidal es un típico producto de PRO. Es una dirigente política que proviene del grupo Sophia, el think tank de la fundación que tenía Horacio Rodríguez Larreta en los años ´90. Se va formando como la joven profesional en ese mundo y como cuadro de la sociedad civil. Participa con Rodríguez Larreta de todas las funciones que tuvo en ese momento para Eduardo Duhalde, Carlos Ruckauf, para la Alianza, fue funcionaria del PAMI y de ANSES. Es parte de esa derecha sensible que le da un tinte social al PRO, porque es una mujer conservadora, de formación católica.

Vidal hizo todo el recorrido formativo del PRO, fue ministra de Desarrollo Social de la Ciudad por cuatro años y luego vicejefa de Gobierno. Lo que le agrega ese tiempo de formación es una capacidad de construir, desde la gestión, vínculos con el mundo de la militancia social barrial y territorial, algo que probablemente la ayudó a hacer una campaña de contacto directo estos meses.

El PRO se caracteriza por ser un partido con empresarios que se meten en política…

En el gabinete de Macri en la Ciudad había muchos empresarios. De todos modos, nosotros mostramos en nuestras investigaciones y en el libro Mundo PRO, que en realidad se trata de un partido heterogéneo, que tiene empresarios, profesionales de ONGs o think tanks como Vidal y políticos de larga data, tanto radicales, peronistas o de la derecha. Todo eso forma la configuración PRO. Es la construcción de una gobernabilidad en alianza con la política más tradicional y una gestión apoyada en estos nuevos políticos.

¿Cuál es el proyecto político de PRO?

Como se trata de un partido no ideológico, no dogmático ni doctrinario, no es un proyecto que esté escrito como un manifiesto, pero están los programas y está su fundación Pensar. Se puede reconstruir muy claramente un modelo detrás de PRO,  que está vinculado con una sociedad con un Estado fuerte pero al servicio del mundo privado y del ´emprendedorismo´ privado, una creencia en las virtudes de la competencia y el mercado, y en que junto con éste se encuentra la sociedad civil, que es un tercer sector que también requiere del sustento y apoyo del Estado. Éste casi que lo que tiene que hacer es fomentar la sociedad civil y el mercado, estar en función de ambas, contra la idea más populista, peronista o kirchnerista de que el Estado es en realidad un agente, un motor de construcción de voluntad política y de producción de procesos políticos en base a una concentración de la autoridad y de aquella voluntad. El PRO cree más bien que hay una cierta verdad previa, que es la del mercado y la sociedad civil, a la cual el Estado tiene que adecuarse. Eso es un punto fundamental, son los postulados básicos de un neoliberalismo moderado.

No creo que se esperen grandes cambios en términos de derecho de género, me parece que eso es más bien una agenda que va a ser impulsada desde afuera, y si pensamos la cultura y la educación, la ciencia y técnica, siempre hay que hacerlo en relación a un Estado en función de la verdad del mercado y de la sociedad civil.

En términos de política exterior también está claro. Macri en el debate se dio “el lujo” de referirse a un tema ideológico no muy habitual, de poco interés para el público en general, como es la cuestión de Venezuela,  y anunció que si ganaba implicaría un desplazamiento de la estrategia y alianzas que tuvo el kirchnerismo hasta ahora, y en cambio buscaría un acuerdo mayor con el eje del Pacífico, con formas de libre comercio con algunos países como por ejemplo Estados Unidos. Cuando Macri dijo eso le hablaba a la Embajada española, a la norteamericana, a los socios de derecha, a esa gente se refería, no al público en general. Entonces hay también un modelo de sociedad, con qué realidad tiene que conectarse Argentina.  La referencia permanente para Macri es Chile y ahora se refiere hasta a Paraguay, sólo porque hay un gobierno de centroderecha, porque la verdad que la realidad paraguaya es bastante compleja para que uno la pueda reivindicar. Tiene problemas sociales enormes, de violencia y narcotráfico. Sin embargo, Macri habla de eso, de aquellos países socios en términos de esa misión de la política exterior más de centroderecha.

Creo que nadie puede decir que Cambiemos o el PRO no esté anunciando lo que quiere llevar  a cabo. Por supuesto que lo hace a su manera afectiva, apelando a sentimientos y emociones, pero junto con el abrazo y el amor dice lo que va a hacer.

 

“La Ley de Medios abrió la cancha, pero falta meter más ciudadanos en la pantalla”

“La Ley de Medios abrió la cancha, pero falta meter más ciudadanos en la pantalla”

“La Ley de Medios amplificó la enunciación de mensajes, formó un colectivo audiovisual de emisión, pero falta diversificar estéticas y poner más ciudadanos en pantalla”. El diagnóstico sobre el nuevo territorio de los medios en la Argentina pertenece a Omar Rincón, profesor en la Universidad de los Andes de Colombia y director del Centro de Estudios en Periodismo (CEPER). Ensayista, periodista y crítico de televisión, Rincón formó parte de uno de los paneles destacados del Congreso Latinoamericano de Comunicación que se llevó a cabo en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en el marco de la celebración por los 30 años de la carrera de Ciencias de la Comunicación.  Horas después de su disertación -y antes de su regreso a Colombia- recibió a ANCCOM en el Hotel Castelar. Con simpatía y pasión por el debate sobre los medios, reflexionó sobre los aportes de la Carrera de Comunicación para la producción de un pensamiento crítico “made in Argentina”, sobre el desarrollo de los medios públicos, la televisión en la región y los grandes desafíos del periodismo frente a una mutación irreversible de las prácticas profesionales. “El periodismo del siglo XX está muriendo. Y tenemos que volver a ser lo que éramos antes: narradores de historias para ser útiles a la comunidad y molestadores de los poderes”, señala.

Como invitado al Congreso Latinoamericano de Comunicación y conocedor de la carrera ¿Qué cambios considera que tuvo desde su fundación en 1985 hasta la actualidad?

La Carrera de Comunicación de la UBA tiene 30 años y eso, para un campo académico, es muy poco. Lo fundamental fue que constituyó un campo mucho más complejo y diverso de la comunicación donde antes sólo existían prácticas, sobre todo periodísticas y mediáticas. Entonces creo que la evolución fue, como dijo Stella Martini en el Congreso Latinoamericano de Comunicación, que se pasó de unas prácticas a un campo, del periodismo y los medios al discurso y las políticas públicas. Se le metió política y cultura a la comunicación y se crearon referentes de pensamiento latinoamericano propiamente dicho, como Alicia Entel, Anibal Ford, Nicolás Casullo y Héctor Schmucler, hoy en día considerados autores de referencia. Se ha logrado producir un pensamiento con marca propia, “made in Argentina” para América latina.

¿Qué análisis realiza de los medios públicos en la región?

Juntaría lo mejor de América latina. De Argentina tomaría la lucha que se está llevando por diversificar el lugar de enunciación de los mensajes, desde la producción. La segunda característica que me parece que habría que imitar en otros países es la de recuperar placeres, voces y costumbres populares, como es el caso del Fútbol para todos. Por último, algo bueno de los medios públicos argentinos, fue la creación de polos audiovisuales de desarrollo en las provincias para fomentar la producción local, con equipamiento y saberes propios, para construir un relato efectivo. Por otro lado, del modelo colombiano tomaría el mecanismo de financiamiento. Allí existe un impuesto a los medios privados y, en consecuencia, el 1,5 por ciento de su pauta publicitaria pasa a un fondo de televisión pública. Y de todas las estaciones de cable, un 7 por ciento del valor de la suscripción se destina a ese fondo. Un elemento que es urgente para los medios públicos, a nivel de legitimidad política, cultural y económica, es que hay que meter más ciudadanos en las pantallas. Si estos lugares siguen siendo de gente culturosa que le habla a una manada de ignorantes televidentes a los que se quiere educar, no estamos jugando ninguna legitimidad. Tiene que haber grandes espacios donde la sociedad popular tome lugar, es lo que llamo “ciudadanías celebrities”, donde ésta se celebra a sí misma como estrella de sus vidas para usar los medios públicos. La presencia de este sujeto debe darse no sólo como rostro y gesto, sino también como estética, formato y relato.

«Hay que meter más ciudadanos en las pantallas. Si estos lugares siguen siendo de gente culturosa que le habla a una manada de ignorantes televidentes a los que se quiere educar, no estamos jugando ninguna legitimidad».

En la Argentina, desde la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual,  ¿cree que existe ese lugar en las pantallas?

La Ley de Medios abrió la cancha, amplificó la enunciación de mensajes, formó un colectivo audiovisual de emisión, pero le faltó diversificar estéticas y poner más ciudadanos en pantalla.

Entonces, ¿los medios públicos son útiles para la ciudadanía?

En este momento lo son en tres aspectos. En primer lugar son una alternativa real para tener una mejor comunicación y enunciación del mensaje, y una diversificación de los contenidos. En segunda instancia son útiles porque en ese sentido dieron posibilidades de mayor laburo para la gente. Hay más trabajo para otro tipo de estéticas y realizaciones. Por último los medios públicos son importantes en cuanto a que hicieron unas estéticas y formatos mucho más elaborados, más complejos y fundamentales, que permiten pensar mejor la sociedad. El déficit actual es que no pudo meter lo popular en pantalla desde su lógica, sino que lo hace desde la culturosa, de las élites. Otra cosa a mejorar a futuro es diversificar estéticas, que cada producto sea distinto en ese sentido, que cada medio de acuerdo a su público, localización y región sea más parecido a su comunidad. Los canales del interior quieren parecerse a Buenos Aires cuando deberían asemejarse a su provincia.

En un artículo reciente señala que las nuevas plataformas o dispositivos, por ejemplo mirar un video por teléfono celular o películas en Netflix, está cambiando lo que es la televisión…

La televisión ha tenido tres cambios fundamentales en el siglo XXI. El primero fue que se modificó la forma de verla. Ya no tenemos que estar a la espera de que lleguen las nueve de la noche para ver un programa. Hoy en día se puede hacer a la hora que se le dé la gana a uno. Esa es la gran revolución de YouTube y Netflix. La segunda gran innovación tiene que ver con que, cuando todo el mundo decía que la televisión estaba muerta, hoy se reinventa y hace el mejor audiovisual del mundo. Las series de televisión son la mejor droga en la actualidad. Es donde se junta lo más positivo del cine y la televisión y produce fenómenos como, por ejemplo, Breaking Bad, Mad Men y House of Cards. El tercer cambio importante es que hoy en día todo el mundo puede hacer televisión con un celular y una grabadora, con lo cual la enunciación se democratizó. Estas tres modificaciones ofrecen tres desafíos para el futuro: ¿Cómo aprovechar este boom mundial para hacer series a la manera nuestra? Colombia, por ejemplo, hizo Escobar, el patrón del mal, bastante buena en la realización -sacando lo ideológico y los contenidos- que compite en audiencias y en calidad con Norteamérica. En segundo lugar, el hecho de ver programas de forma distinta implica que la televisión pública se vuelva plataforma, donde se pueda entrar cuando a uno se le dé la gana y ver lo mejor de allí, como ser los documentales, los programas de análisis y de ficción. Por último, el futuro de la televisión está en los ciudadanos. Hay que abrir la pantalla para que éstos comiencen a crear un activo audiovisual de sí mismos, desde sus voces, estéticas y formatos.

"Estamos en un momento de mutación de las especies mediáticas donde habrá algunas que mueran y otras que sobrevivan.

«Estamos en un momento de mutación de las especies mediáticas donde habrá algunas que mueran y otras que sobrevivan», dice Rincon.

Entonces ¿la televisión tiene futuro? Hay un debate abierto acerca de si va camino a desaparecer o no…

Lo que pasa con el ecosistema de medios es que la llegada de cada nueva tecnología implica una redefinición. La radio significó una reinvención para la prensa y el cine, la televisión lo fue para todos los medios y en este momento, con Internet, lo digital, las aplicaciones y el celular, lo es  para todo del sistema. Todos los estudios demuestran que en la actualidad se ve más televisión en el mundo que antes, pasa que no se la mira ni se hace de la misma manera. Hoy se la consume en YouTube o Netflix, y eso lo que hace es que la vieja televisión muera para transformarse en otra cosa. Pasó con Blockbuster, por ejemplo. Antes íbamos a alquilar la película a su tienda y ahora ya no, porque nos llega en una plataforma a casa. Blockbuster no se innovó y desapareció. Los que sí lo hicieron construyeron otra alternativa. Estamos en un momento de mutación de las especies mediáticas donde habrá algunas que mueran y otras que sobrevivan.

En ese mismo sentido, respecto al furor actual de las redes sociales, ¿qué desafíos implica para el periodismo? ¿Cree que de algún modo el periodismo tradicional está muriendo?

El periodismo del siglo XX está muriendo. Cambió totalmente. Los medios de comunicación dejaron de hacer periodismo y se dedicaron a hacer sensacionalismo, farándula y entretenimiento. Los buenos periodistas abandonaron estos espacios y están tratando de sobrevivir de relacionistas públicos, como escritores de libros o profesores de comunicación. Eso demuestra que el periodismo ya dejó de existir como era y que hay que reinventarlo. La gente sabe que no sucede nada si no está enterada de lo que pasa. Es más, puede considerar que su vida es más feliz porque no ve tanta estupidez de los periodistas y tanta mala información. En cambio, en nuestra época, no estar informado era salir desnudo a la calle. Por otro lado, al gobierno les molestan los periodistas, a las empresas también y ya nadie quiere acostarse con nosotros. Pero estas dos cosas hacen que sea necesario el periodismo. Volvemos a ser lo que los éramos antes, narradores de historias para ser útiles a la comunidad y molestadores de los poderes. Para eso tenemos que volver a reinventar el oficio y la forma de hacerlo es crear nuevos formatos, nuevas narrativas y maneras de conexión con la ciudadanía. Las redes sociales están en la infancia, viendo en que se convierten. El Twitter, por ejemplo, ha sido exitoso porque reemplazó a los periodistas y los medios, y eso se da porque ellos no están haciendo su oficio. Los políticos ya no dan ruedas de prensa ni entrevistas sino que mandan Tuits y, en esa medida, los de la farándula hacen lo mismo. Otra razón de su triunfo es porque tiene mucha relación con la oralidad latinoamericana. Somos una sociedad a la que le gusta decir frases, no pensamientos profundos. Por último, es efectivo en periodismo porque genera escándalo, ya que los Tuits casi siempre son sensacionalistas. Con muy poco se genera una conversación pública.

Respecto a la discusión entre medios electrónicos y medios gráficos, ¿considera que uno prima por sobre otro?

Dependiendo el universo donde te ubiques. Si estás en el mundo de la política y empresarial, obviamente triunfan los medios impresos porque son los propios de esta cultura. Si estás en la comunicación popular, ganan la radio y las redes sociales. En la familia, en general, prima la televisión.

¿Qué le diría a los futuros periodistas y comunicadores?

Yo vivo repitiendo el evangelio de Jesús Martín-Barbero que dice que hay que pensar con la propia cabeza, tener qué decir y ganarse la escucha. Para pensar con la propia cabeza hay que formarla, llenarla -más allá de las redes sociales- de arte y de literatura, para tener qué decir hay que investigar y para narrar, saber contar historias en el medio en el que estén.