La mordaz crítica del Carnaval

La mordaz crítica del Carnaval

En estos días de Carnaval la calle porteña se llena de música y baile al compás de la murga, una colorida tradición que se juega en la vereda de los barrios y desnuda carcajadas en su ritmo criticón. En el corso de “Los Atrevidos por Costumbre”, ubicado en el barrio porteño de Palermo, confluyen varios conjuntos murgueros y dan inicio a la algarabía de una fiesta cuyo origen , ubican algunos entendidos, hay que rastrearla en la llegada de inmigrantes a la Argentina.

Ya desde su fundación, en 1580, Buenos Aires contaba con una población de africanos de raza negra, traídos como mano de obra esclava. Viviana Mississian, presidenta de la Asociación Civil Me Leva Que Eu Vou (Llevame Que Yo Voy) sostiene que la inmigración ocurrida entre los siglos XVIII y XIX fue el comienzo de esta celebración callejera. Mississian asegura también que el festejo era a través del Candombe, la forma de expresión artística de la comunidad afro en Buenos Aires. Me Leva Que Eu Vou integra con su murga el Carnaval Porteño 2017 y realiza intercambios culturales entre brasileños y argentinos para rescatar las raíces de este arte popular. Para Hernán, otro integrante de la Asociación, en el carnaval los afroporteños se diferenciaban por su nación de origen y “formaron grupos para desfilar bailando cada uno con trajes brillantes y tambores”. Sin embargo, debido a las constantes quejas de los miembros del Cabildo, tanto los realistas como los primeros gobiernos patrios, prohibieron el candombe bajo argumentos variopintos como que se trataba de un daño a la moral pública; o  por lo obsceno de su baile, por las colectas de dinero que hacían en las celebraciones los esclavos y, sobre todo, por la crítica de sus letras en las que denunciaban sus indignas condiciones de vida.

 

Según los integrantes de Me Leva Que Eu Vou, recién se permitieron las comparsas por las calles de la ciudad en el Carnaval de 1836, y aseguran que la influencia cultural afroargentina ha sido casi olvidada de la historia de nuestro país por la gradual desaparición de la población negra a causa de cuatro grandes razones: 1) los afroargentinos fueron reclutados en grandes números por los ejércitos revolucionarios y eliminados en las guerras civiles argentinas; 2) hubo mezcla de razas (mestizaje); 3) la epidemia de fiebre amarilla de 1871, que dejó gran cantidad de muertos en los barrios más pobres, habitados en su mayoría por negros y 4) la declinación del comercio de esclavos luego de la prohibición de su tráfico en 1813, ratificada en la Constitución Nacional de 1853. A ello se le suma el ingreso masivo de inmigrantes blancos europeos que redujo aún más la entrada de población negra.

En estos días de Carnaval, la calle porteña se llena de música y baile al compás de la murga, una colorida tradición que se juega en la vereda de los barrios.

Murga de protesta

Desde Me Leva Que Eu Vou sostienen que en la Argentina, a partir de 1870, surgieron los primeros grupos blancos se animaron a tener sus propias comparsas, siempre imitando o parodiando a las comparsas negras. Durante la celebración de la festividad del Carnaval, las clases medias y bajas europeas -principalmente españolas e italianas- hacían una comparsa con tambores para burlarse de la oligarquía que los explotaba. Martín Di Napoli, director artístico de Los Festejantes Por La Patria (Grande), afirma que “la murga como cosa pícara es una burla que se festeja en Carnaval, y lo pícaro de la murga es su crítica política”. De hecho, este colectivo se autodefine como “una murga de militantes peronistas”, que en palabras de su director “denuncia lo que le hace mal al pueblo”. En sus letras le apunta de lleno al Gobierno Nacional, al usar frases como “voy resistiendo” en referencia al aumento de tarifas, o en frases como “el cambio nos lleva al tacho” o que se vislumbra “la vuelta a la patria financiera”.

Los integrantes de la Murga La Redoblona, a su vez, afirman que “su creencia en la fiesta popular del Carnaval” los mantiene vivos, y también resaltan que la murga es un hecho satírico que disfraza la vida con un manto jocoso. Por eso, este año presentan “Ministerio de la Felicidad”, el título de su espectáculo que alude al Gobierno Nacional en sus cantos sarcásticos: “Todo el mundo está feliz/ ¡muy feliz! / Todos pagan mucho gas / y quisieran pagar más”. O “llegan y llegan productos desde otros países / Para el mercado, las puertas abiertas / mientras en nuestra industria la persiana cierra”.

Finaliza el corso y la Murga de Me Leva Que Eu Vou  se hace escuchar con su prosa de “Hombre que es hombre que no pega”, en alusión a la lucha contra el maltrato a la mujer y los femicidios. En otra estrofa dice: “El que ama no ata ni maltrata”. Estas son solo algunas de las canciones que resuenan en la calles del Carnaval, en un país que hace más de un año votó un cambio. Las agrupaciones murgueras denuncian, en este sentido, que continúan con el mismo subsidio estatal que en años anteriores, sin ninguna actualización, a pesar de la inflación.

 

Actualizado 1/03/17

Reporterazo

Reporterazo

En mayo de este año, el Grupo Octubre -encabezado por el secretario general del gremio de los trabajadores de edificios, Víctor Santa María- presentó su fusión con el diario Página/12. Desde entonces, los trabajadores mantienen un conflicto paritario con la empresa, que ofreció aplicar un aumento del 24,9% anual, sin otorgar ningún bono a los trabajadores, una cifra que está casi 20 puntos por debajo la inflación. Por esta razón, desde la semana pasada y hasta este miércoles la publicación salió sin firmas como señal de protesta.

El secretario General del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), Tato Dondero, denuncia que la cifra del aumento fue impuesta por la cámara de la Asociación de Editores de Diarios de la Ciudad de Buenos Aires (AEDBA), entidad que “no representa los intereses de los trabajadores de prensa”. Como contrapartida, el personal Página/12 exige un salario digno. Diego Martínez, delegado de la comisión interna del diario y redactor en la sección política, manifestó en diálogo con ANCCOM, que “el Grupo Octubre no da respuestas” y “que ha apelado por tercera vez al Ministerio de Trabajo, en donde el jefe de esa cartera, Jorge Triaca, volvió a dictar la conciliación obligatoria”. Para Martínez, “la conciliación planchó el reclamo” porque “el abogado que representa a la empresa, en la mesa de negociación con el Ministro y los representantes de los trabajadores, sigue sin ofrecer nada”. El Grupo Octubre tampoco dio ninguna respuesta ante la requisitoria de este medio para dialogar sobre el tema.

 

 

Este miércoles, termina la tercera semana de la última conciliación obligatoria dictada el mes anterior, y el Grupo Octubre se mantiene firme en su postura de darle a los trabajadores un 27% de aumento a cobrarse en cuotas durante trece meses, lo que anualizado da solo un 24,9% de incremento. Mientras tanto, los trabajadores de Página/12 publicaron una edición paródica del diario titulada “Caras y Caretas”. Los empleados subrayan que, además del titular del Grupo Octubre, Santa María es  Secretario de estadísticas en la CGT. “Reclama para su gremio lo que en su empresa no aplica”, dicen los delegados del diario en referencia al acuerdo paritario firmado por SUTERH, donde se detalla un 27,5 % de aumento hasta noviembre de este año, fecha fijada para la reapertura de paritarias. Por eso, como novedosa acción de protesta a la que denominaron Reporterazo, periodistas y administrativos decidieron baldear las veredas “para ver si Santa María registra que somos trabajadores”.

 

 

Actualizado 09/11/2016

“Sin cliente no hay trata”

“Sin cliente no hay trata”

Una intervención artística urbana convocada por Madres Víctimas de Trata (MVT) y Las Mariposas-AUGe (Acción Urbana de Género), y ejecutada por los grupos artísticos Camo Oeste, Los Tambores No Callan y Colectivo Afro, se realizó el viernes último, en Plaza de Mayo. Los artistas separados en tres grupos y vestidos unos de blanco, otros de negro y otros de rojo, danzaron durante más de quince minutos alrededor de la Pirámide de Mayo al compás de una banda de música compuesta por bombos, tambores, redoblantes, una guitarra y un contrabajo. La actividad tuvo como fin concientizar a la sociedad argentina sobre el problema de la trata de personas.

MVT denuncia que la trata de personas es un delito con fines de explotación sexual que fomenta la esclavitud de niñas y mujeres, convertidas en mercancías. Nuestro país fue pionero en la legislación contra este delito, ya que la Ley Nº 9.143 fue redactada en 1913, convirtiéndose en la primera normativa contra la Trata de Blancas y contra la prostitución infantil del continente americano. Sin embargo, pese a estar penalizado el proxenetismo y la prostitución infantil, la Fundación señala que este negocio ilegal está cada vez más instalado en la Argentina. Por eso realiza campañas bajo la consigna “Sin ofertadores de sexo, sin proxenetas, sin funcionarios cómplices como jueces, fiscales y policías, no hay trata”, pero sobre todo “sin clientes no hay trata”.

En este sentido, Margarita Meira, presidenta de la fundación, dijo en diálogo con ANCCOM que «la trata de personas debería ser considerada un delito de lesa humanidad» y planteó que “esta es la propuesta que MTV piensa presentar ante el Congreso Nacional”. Por su parte Gabriel Marino, voluntario en MTV, dijo que los prostíbulos son espacios de detención y explotación de personas” y que es un negocio conectado con el narcotráfico, ya que “siguen circuitos de transporte similares en donde muchas chicas son pagadas mediante envíos de droga”.

Actualizado 05/10/2016

Una calle sin artistas

Una calle sin artistas

El Frente de Artistas Ambulantes Organizados (FAAO) denuncia que el Gobierno de Mauricio Macri “criminaliza al artista callejero” debido a la aplicación del protocolo de seguridad para el espacio público, ejecutado por la Policía Federal y la Policía Metropolitana, con el aval de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.

El FAAO denuncia que “el personal policial acosa a los artistas callejeros en parques y plazas, los cachea como si fueran delincuentes y posteriormente les impide realizar su trabajo”, tanto en Capital Federal como en el Gran Buenos Aires. Dentro de este marco de hostilidad, Alejandro Cabrera Britos, presidente del Frente de Artistas, subrayó que “la policía está realizando actos de violencia institucional contra el artista callejero, todos ellos con el aval del Ministerio de Seguridad”.  

Foto: Archivo ANCCOM

El más grave de los hechos denunciados ocurrió en Pergamino, el 12 de febrero de este año: Brian Ismael Ardiles, malabarista callejero, fue increpado por policías e inspectores municipales, quienes lo multaron, le secuestraron sus instrumentos de trabajo, y avalados por la jueza de Faltas de Pergamino, Marcela Fátima Noé, se los destruyeron.

El Frente de Artistas denuncia hostigamientos similares en la Ciudad de Buenos Aires, donde se discute un proyecto denominado “Ley de Artistas Ambulantes”, presentado en diciembre del 2015 por la legisladora Lía Rueda del Frente Cambiemos. Según los trabajadores callejeros, la iniciativa pone en riesgo la labor de los artistas porteños, ya que detrás del objetivo de regular la modalidad, establece que “las actividades artísticas solo podrán llevarse a cabo mediante un permiso de uso del lugar público”. A su vez, fija insólitas restricciones, como la de “permitirle al artista callejero realizar un espectáculo de una hora, estipulando que luego deberá descansar por un periodo de dos horas para luego autorizarlo a retomar la actividad”, describe Cabrera Britos.

“Este proyecto es un acto de violencia institucional que criminaliza al artista callejero”, aseguran desde FAAO y denuncian que la aplicación del protocolo de seguridad para los espacios públicos “tiende a la censura de la actividad artística en la vía pública”.

Frente a los abusos y con la intención de “descomprimir la situación de creciente persecución policial”, Alejandro Cabrera Britos compiló el Manual del Artista Ambulante que incluye una serie de leyes, decretos y artículos que protegen al artista callejero ante el abuso policial y lo distribuye en Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa será reproducida en la Provincia de Buenos Aires bajo el nombre de Manual del Artista Ambulante Bonaerense. Ambas acciones son promovidas por el Frente ante la falta de respuesta a sus reclamos del Gobierno Nacional y, sobre todo, por la negativa a considerar un proyecto alternativo para el uso del espacio público presentado por los propios artistas.

 

Actualizado 28/09/2016