“El desocupado no quiere un bolsón de mercaderías, quiere un sueldo digno, quiere trabajar”

“El desocupado no quiere un bolsón de mercaderías, quiere un sueldo digno, quiere trabajar”

Milagro Sala, dirigente de la organización social Tupac Amaru, detenida por un Poder Judicial amañado desde el 16 de enero de 2016.

Una casa rodeada por alambres de púa y cámaras de seguridad. Cercada por gendarmes que realizan un despliegue majestuoso con carpas, un trailer y un perro detector de drogas, para vigilar a la líder social que intentó romper el clasismo jujeño y “hacer creer” al que menos tiene que podía vivir con dignidad. Desde esa casa -mal llamada “prisión domiciliaria” porque no es su hogar- Milagro Sala sufre el hostigamiento del actual gobernador de la provincia, Gerardo Morales.

“En dos años y siete meses han destruido la provincia. Y las pocas obras que hay son las que están terminando del anterior Gobierno, porque Morales no hace obras. No hace nada. Él cree que va a conformar a la gente  con un plan trabajar y un bolsón de mercaderías. Pero el desocupado no quiere un bolsón de mercaderías, quiere un sueldo digno, quiere trabajar”, expresó en diálogo con ANCCOM la dirigente de la organización social Tupac Amaru, detenida por un Poder Judicial amañado desde el 16 de enero de 2016.

Por las irregularidades jurídicas de su detención, distintos organismos internacionales de derechos humanos -como el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos– se han pronunciado para denunciar la arbitrariedad del caso y exigir al Estado que tome las medidas legales correspondientes. También la Corte Suprema de la Nación se pronunció sobre el tema, exigiendo a los jueces jujeños que actúen de acuerdo a lo solicitado por los organismos internacionales. Sin embargo, hasta el momento, la justicia provincial solo ha respondido con un movimiento pendular ordenando constantes traslados desde el penal a la prisión domiciliaria y desde la domiciliaria al penal, llevando al límite, la integridad física y psíquica de Milagro Sala.

¿Qué construyó la organización Tupac Amaru  y en qué se diferenció de la política habitacional tradicional?

 Las empresas de construcción solo hacen viviendas, todas encimadas. No hay un polideportivo, no hay una escuela, no hay centros de salud, no hay fábricas. A diferencia de eso, nosotros teníamos la escuela primaria, secundaria y terciaria. Teníamos la fábrica metalúrgica, la fábrica de bloques, la textil. Y para esas fábricas, no nos dieron plata, solo nos dieron las maquinarias. Nosotros le encontramos la vuelta para poder construir. Lo mismo con el CEMIR, el centro de salud para los niños discapacitados. Y todo eso lo hicimos porque queríamos un barrio urbanizado, un barrio que sea el sueño de cualquier argentino, donde vos abras la puerta y puedas tener tu puesto de trabajo, las escuelas para tus hijos, el polideportivo. Que no tengas que viajar una hora para poder darte un chapuzón en la época de verano. No, vos ahí nomás tenías todo. La urbanización real.

 No solo se trataba de construir viviendas, sino también de construir un nuevo modo de pensarse en la sociedad…

 Claro, en Jujuy, por ejemplo, los compañeros de las villas no podían entrar al centro. Estaban en el centro únicamente los que tenían plata y así se generó esa historia de “los ricos son los que pueden y nosotros no”. Entonces comenzamos a decirle a nuestros compañeros que existían dos clases de ricos: los ricos que trabajaron toda una vida y se han enriquecido, y los ricos que hicieron muchísima plata robando al pueblo con distintas políticas nefastas. Y cuando digo políticas nefastas me refiero a las políticas de hambrear, de robar, de querer únicamente gobernar para enriquecerse ellos y su familia, y ser eternos en el poder. Nosotros comenzamos a demostrar que el que menos tiene, si trabaja, estudia y es alguien en la vida, puede también tener una camioneta 4×4, puede también tener una casa de dos plantas, puede también tener una tarjeta para comprarle a su hijo las zapatillas que quiera, puede irse de vacaciones. Les demostramos que no importaba el color de piel. Así fuimos desarrollando nuestra concepción de autoestima, que para nosotros es muy importante. Los compañeros comenzaron a ver que lo que nosotros les decíamos era así, que aquel que se dedicaba a trabajar y a estudiar podía ser alguien en la vida. Les explicamos que cualquiera de ellos mañana podía ser un profesional y gobernar nuestro país. Eso para nosotros era muy importante, que nuestros compañeros se preparen y tengan la posibilidad de ser alguien en la vida. Y creo que son todas esas cosas las que no me perdonan.

«Los compañeros comenzaron a ver que lo que nosotros les decíamos era así, que aquel que se dedicaba a trabajar y a estudiar podía ser alguien en la vida», relata Milagro Sala.

 ¿En qué estado están las obras actualmente?

Por orden de Gerardo Morales, de los jueces y de los fiscales nos están sacando todo. Nos quitaron los polideportivos, por ejemplo, y ellos ni siquiera los hacen funcionar. Si no los usan, que dejen a los compañeros que los usen y los cuiden. No nos dejan hacer nada. Donde hay un compañero de la Tupac, lo corren. En dos años y siete meses han destruido la provincia. Y las pocas obras que hay son las que están terminando del anterior gobierno, porque Morales no hace obras. No hace nada. Él cree que va a conformar a la gente  con un plan trabajar y un bolsón de mercadería. Pero el desocupado no quiere un bolsón de mercaderías, quiere un sueldo digno, quiere trabajar.

 ¿Cómo vive esa destrucción desde el encierro?

Tengo bronca, indignación. Porque eso no era para la Milagro Sala. Ya está, ya me tienen presa, ya me han dañado, pero que no dañen al ciudadano común que vive en el barrio. El otro día escuchaba a uno de los testigos que decía: “Milagro Sala no nos dejaba que vayamos a pagar la cuota de la vivienda”. Mentira, porque los compañeros en cuanto tenían el certificado que demostraba que la vivienda era de ellos, iban a hacer los trámites directamente a Vivienda y ahí pagaban un monto de 55 pesos, porque era una vivienda social. Son mentiras de ellos, que están queriendo justificar por qué me tienen presa. No me gusta mandar en cana a los compañeros, pero si es por cuestión de choreo, acá en Jujuy pasaron muchísimas empresas de construcción que, por ejemplo, tenían que construir 200 viviendas y sólo construían 20. Ellos no están en cana, y los amigos de ellos tampoco están en cana. Las organizaciones sociales que hoy están con Gerardo Morales ahora se sientan en el juzgado y dicen “Milagro Sala me quitó la construcción”. Mentira, ¿por qué no dicen la verdad? Que no han construido, que se han chupado la plata y ahora por no ir en cana se lavan las manos y dicen “Milagro Sala, todo”. Siguen al lado de Gerardo Morales, siguen robando.

¿Hay compañeros que dejaron la organización desde que asumió el gobierno de Gerardo Morales?

 Sí, porque muchos tienen miedo; porque compañero que se acerca lo judicializan. Compañero que se acerca, lo meten preso.

¿Cuáles fueron las promesas del Gobernador a aquellos cooperativistas que se fueron del acampe en 2015?

 Gerardo Morales les prometió 8.300 pesos mensuales, pero no le cumplió a nadie. Salió en todos los medios: al cooperativista que se vaya de al lado de Milagro Sala le iba a pagar un sueldo de 8.300 pesos. Hasta el día de hoy, no les pagó nada. No les pagó un mango. Ni siquiera les dio plata para construir. Les está tirando un plan nacional de 3.000, 4.000 pesos. ¿Quién vive con 3.000, 4.000 pesos? Que vivan los hijos de Morales, o Morales mismo con 3.000, 4.000 pesos. El otro día, infamemente le decía a la gente que él está muy preocupado por la situación de la provincia y que iba a ver si implementaba bolsones de mercaderías. Pero como dije antes, la gente no quiere bolsones de mercadería, la gente quiere puestos de trabajo, la gente quiere trabajar. Porque, como les enseñamos con la materia autoestima, no queremos que nunca más nos vengan a decir: “Estos negros no quieren trabajar”. Cuando teníamos planes y trabajábamos en la copa de leche, nos decían que éramos unos negros vagos. Cuando los compañeros comenzaron a trabajar en la construcción, decían que los explotábamos. Al final, parecen la “gata Flora”: no les gusta ni esto, ni lo otro, no saben con qué quedarse.

«En dos años y siete meses han destruido la provincia. Y las pocas obras que hay son las que están terminando del anterior gobierno, porque Morales no hace obras. No hace nada», declaró Milagro.

¿Con qué argumentos el juez Pablo Pullen Llermanos ordenó su traslado a la cárcel de Güemes, en Salta, el 7 de agosto pasado?

 Supuestamente, Pullen LLermanos me llevó a la cárcel de Güemes porque estaba preocupado por mi salud. Ahí empecé una huelga de hambre. Cuando salió la resolución de la Corte Suprema indicando que el traslado era ilegal y que tenían que cumplir con la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de llevarme a mi domicilio habitual, que es en Cuyaya, me volvieron a traer acá. Ahí ya incumplieron. Pullen Llermanos dijo que no le daba la inteligencia para entender lo que planteaba la Corte. Entonces que se vaya, él está ahí por Gerardo Morales. Además, dice que está tan preocupado por mi salud, y no me puso un médico o un nutricionista. Diez días de huelga de hambre y no se calentó. Encima, antes que yo llegue, hizo un allanamiento acá, le sacó todos los medicamentos a mi marido y me sacó todos los medicamentos a mí, que tengo un problema de colon irritable. Estuve todos esos días sin medicamentos. Y como mi problema se agudizó, fui a parar al hospital.

 ¿Por qué no le permiten internarse en la institución que quiere y ser atendida por su equipo médico de confianza?

Pullen Llermanos es la persona que me dice “no” a todo. Cuando mis familiares le dijeron a él y a la fiscalía que se iban a hacer cargo de mí para poder pagar una clínica, él dijo que no, que él estaba viendo por mi salud. Eso no es ver por mi salud. Yo tengo derecho a elegir, por ley tengo derecho como imputada a elegir con quién me quiero atender y dónde me quiero atender. En una de las primeras internaciones, pasó algo impresionante. Un médico, de apellido Facio, me puso en la camilla y me entró a revisar con el ecógrafo. Me dijo que no tenía nada. “¿Cómo que no tengo nada? Me duele mucho la panza”, le dije lagrimeando de dolor. “Lo que pasa es que yo no sé manejar el ecógrafo”, me contestó. “Entonces no me podés decir que no tengo nada”, le respondí. Me llevaron a hacer una tomografía y después me hicieron de nuevo una ecografía, Facio y otro médico más. Hablaban entre ellos: “Mirá, tiene esta mancha y esta otra mancha, esto es materia fecal. Esto es operable y esto no es operable”. Entonces le dije: “Si eso es operable, operame. Yo me quiero curar, no quiero estar enferma, no quiero que me siga doliendo el estómago como me está doliendo”.  Entonces vino otro médico, le quitó el aparato y dijo que no tenía nada, que la máquina estaba desconfigurada, que me dieran el alta. En la última internación me hicieron el estudio de nuevo, y vino el médico y ordenó que se saquen algunas hojas de la carpeta donde está mi historia clínica. Las hicieron desaparecer.

¿Por qué las juezas de la causa Pibes Villeros -María Alejandra Tolaba, Carolina Pérez Rojas y Cecilia Sadir- decidieron suspenderla y no dejarla participar de las audiencias?

El jueves me dijeron que me iban a dar el alta. Entonces le avisé a mi familia: “Me dan de alta, yo me quedo únicamente con el pijama y seguramente me lleven a la casa desde el vehículo del servicio penitenciario. Llévense las cosas porque me voy a la casa y después me llevan al juzgado”. Pero a las 11 de la mañana vino el secretario y me dijo que por orden del juez Pullen Llermanos me iba a retirar recién a la una de la tarde del hospital y que me iban a llevar directamente al juzgado, cuando la audiencia era a las tres de la tarde. Les dije que como eran las 11 tenía tiempo suficiente para ir a la casa Del Carmen, pegarme un baño y cambiarme. Es más, les dije que si creían que iba a hacer algo malo, los hacía pasar a la casa y mientras tomaban un mate cebado o un café, yo me iba a bañar. Y también le dije a la de seguridad del servicio penitenciario que, si quería, se podía meter conmigo en el baño para cuidar que no haga nada. Yo simplemente me quería cambiar. Cuando les conté que no tenía ropa interior no me creían, entonces les dije: “Disculpen, yo estoy con pijama y cuando duermo, para estar más cómoda, me saco la bombacha y el corpiño”. Les hago ver que no tengo bombacha ni corpiño. Y resulta que ellos han visto eso como ofensivo. Ahora, ¿por qué yo decidí ir con pijama? Decidí ir así porque se me cruzó por la cabeza que Pullen Llermanos pretendía que yo no fuera a la audiencia para después decir que me había rebelado. Y yo sí quería ir a la audiencia. No me importaba que él me denigre por ir en pijama. Después de todo, la jueza Tolaba y las otras dos juezas resolvieron que por mi inconducta y por faltarle el respeto a ellos sea excluida de la sala de audiencia. Ordenaron que todas las audiencias las escuche acá, en El Carmen. Pero cuando vinieron a armar todo ese circo, en esa carpa no había internet. Por eso me notificaron para que vaya al juzgado. Me excluyeron de la sala, me tienen en una sala contigua del salón, donde están todos mis compañeros e imputados. Y cuando los abogados apelaron en mi nombre para que me levanten la suspensión, las juezas dijeron que ya era demasiado tarde, que presentamos la queja en destiempo. Parece que no me puedo enfermar, no me puedo resfriar, no puedo tener problemas familiares, no puedo hacer nada porque para ellos estoy queriendo interrumpir la audiencia.

El poder político y mediático no habla de las obras realizadas por la organización durante tantos años. Hablan de la Tupac como un “error” para la provincia. ¿Usted cree que fueron o tuvieron algún error?

 Sí, erramos por ser demasiado ingenuos. Los políticos, cuando hacen algo lo publican en los medios. Nosotros no lo hacíamos, porque éramos enemigos de eso. Cuando los cooperativistas entregaban las viviendas a los compañeros, nunca salían en la prensa. Lo hacíamos de corazón. Además, sentimos que si donás algo y lo publicás por la prensa hacés sentir mal a la persona a la que le estás entregando algo. Y no nos parece bien. Yo creo mucho en la teoría de los pueblos originarios: entregar sin pedir nada a cambio.

«Yo tengo derecho a elegir, por ley tengo derecho como imputada a elegir con quién me quiero atender y dónde me quiero atender» , declaró a ANCCOM la dirigente de Tupac Amaru.

Bisnieto restituido

Bisnieto restituido

Gonzalo Tarelli era un niño cuando escuchó hablar por primera vez de Hilda y Toti en la televisión, y ya un joven cuando decidió tatuarse el nombre de sus abuelos en la piel. “Fue un proceso largo y confuso. En el momento no te vas dando cuenta. Es como cuando te metés a un río y de repente mirás para atrás y estás 200 metros adelante”, describió Gonzalo sobre el camino que tuvo que atravesar para recuperar su identidad. Gonzalo tiene 24 años y es el hijo mayor de Victoria Montenegro, nieta restituida por Abuelas de Plaza de Mayo.

Victoria Montenegro tenía apenas dos semanas de vida cuando fue secuestrada junto a sus padres, Hilda Ramona Torres Cabrera y Roque Orlando Montenegro, entre el 10 y el 13 de febrero de 1976. “Chicha” y “Toti”, militantes salteños de PRT-ERP, fueron secuestrados en Lanús, zona sur de Gran Buenos Aires, en un operativo comandado por Herman Antonio Tetzlaff, jefe del grupo de tareas del CCD «El Vesubio». El genocida y su esposa, Carmen Eduartes, se apropiaron de Victoria, cambiaron su nombre por el de María Sol, y durante muchos años robaron su identidad. Luego de un largo proceso judicial, en julio de 2000, Victoria Montenegro confirmó que era hija de Hilda y Roque y, en 2001, se reencontró con su familia biológica.

Para Gonzalo, la aparición de los restos de su abuelo Toti en 2012 resultó un punto de quiebre. “Fue bastante duro, pero con mis hermanos, con mi mamá, y con nuestra familia de Salta pudimos salir adelante, juntos. A partir de ese momento empecé a tener las cosas más claras, a involucrarme más en la militancia, reivindicando la de mis abuelos”, expresó el bisnieto restituido. En diálogo con ANCCOM, confesó que además del boxeo y la fotografía, la política se ha convertido en su otra gran pasión. Actualmente forma parte de Kolina, la agrupación liderada por Alicia Kirchner.

Como cada 24 de marzo desde hace ya varios años, Gonzalo estuvo en Plaza de Mayo junto a su familia para exigir Memoria, Verdad y Justicia.

¿Cuándo te enteraste que eras nieto de desaparecidos?

Creo que tenía 8 años. Me acuerdo que estaba jugando con mi hermano a la pelota. Vivíamos en Lugano 1 y 2, en unos departamentos bastante chicos como para andar con la pelota, así que estábamos haciendo un lío tremendo. Mi mamá estaba muy concentrada viendo la tele y no decía nada. Hicimos más ruido, para llamar la atención, pero ella no decía nada. Nos pareció extraño, así que nos acercamos y vimos que estaba muy angustiada. Le preguntamos qué pasaba y señaló la televisión. La verdad es que no me acuerdo exactamente qué nos dijo, pero sí que en la tele apareció la foto de mis abuelos, de Toti y de Hilda. Especialmente me acuerdo de la imagen de Hilda. Ahí mi mamá nos dijo que ellos eran nuestros abuelos, pero la verdad es que en ese entonces no tomamos conciencia. Le preguntamos si ella estaba bien y, como nos dijo que sí, seguimos jugando a la pelota. Después de ese momento, empezó un camino de reconstrucción, que comenzó al conocer a nuestra familia biológica, a la familia de Toti y de Hilda.

«Para Gonzalo, la aparición de los restos de su abuelo Toti en 2012 resultó un punto de quiebre. “Fue bastante duro, pero con mis hermanos, con mi mamá, y con nuestra familia de Salta pudimos salir adelante, juntos».

¿Cómo fue ese primer encuentro?

La verdad es que era chico y al principio tenía mucha resistencia a querer conocerlos. Esas vacaciones viajamos a Salta para verlos, pero  antes vinieron ellos para acá. Nos íbamos a encontrar a la noche, en el Centro, y me acuerdo que antes de salir dije: “Voy a poner mala onda, mala cara, no voy a saludar a nadie. Voy a ser tan incómodo que no me van a querer y se van a ir”. Y la verdad es que al llegar, al conocer a todo ese montón de tíos y primos –los que pudieron llegar, porque eran muchos más, allá, en Salta–, la primera impresión que tuve fue la de estar con alguien que no veía hace mucho tiempo. Creo que la cara de piedra duró cinco minutos, porque cuando empezamos a hablar me di cuenta que eran personas hermosas. Fue una muy buena relación, de entrada. Meses después, en las vacaciones, viajamos a Salta. Fuimos con la idea de quedarnos cuatro o cinco días, pero nos terminamos quedando casi dos meses. Desde ese momento se generó una muy buena relación, que facilitó mucho más todo. Pero bueno, empezar a entender algunas cosas llevó mucho más tiempo. Por ahí fue más de grande, cuando me empecé a hacer ciertas preguntas, que todo esto me empezó a afectar más.

¿Qué fue lo más difícil?

Hace unos años aparecieron los restos de Toti, de mi abuelo, en Uruguay. Fue víctima de los vuelos de la muerte, y hubo un antes y después de ese momento. Si bien hasta ahí yo sabía que Herman era todo lo que era, el apropiador de mi mamá, nunca había puesto en duda lo que él me había dicho, lo que me había contado. Había una resistencia muy grande todavía. Y cuando aparecieron los restos de Toti, se me cayó todo abajo. Porque más allá de que sabía lo que eran Herman y Mari, yo tenía desde chico una carga ideológica muy fuerte que nos transmitió Herman durante toda la infancia. Todo eso empezó a cambiar con el tiempo, pero todavía yo lo tenía como una persona de palabra. Él le había dicho a mi mamá que Hilda y Toti habían fallecido la noche del operativo. Y entre tanto dolor era como una especie de consuelo saber que se terminó ahí. En ese momento me di cuenta que me mintió. Él tenía una frase que decía “nunca hay que traicionar, hay que ir siempre de frente”. Entonces, toda la construcción que uno tenía y venía haciendo desde chico se derrumbó. No sabía dónde hacía pie. Es medio estúpido cuando lo contás, porque él mintió con un montón de cosas. Pero bueno, ese hecho representó un antes y un después. Además, yo era más grande, tenía unos 19 años. Fue bastante duro, pero con mis hermanos, con mi mamá, y con nuestra familia de Salta pudimos salir adelante, juntos. A partir de ese momento empecé a tener las cosas más claras, a involucrarme más en la militancia, reivindicando la militancia de mis abuelos. También me empecé a interesar más sobre Toti e Hilda, sobre lo que fue su vida.

¿Cuándo empezaste a militar y qué fue lo que te llevó a hacerlo?

Empecé a los 17 años, tal vez un poco menos. La verdad es que no sé exactamente qué fue lo que me llevó a militar, pero creo que tal vez fue parte del proceso de recuperación de la identidad, que siempre hice junto a mi mamá y mis hermanos. Llevó bastante tiempo, pero creo que todos juntos fuimos avanzando. Nosotros decíamos cosas terribles, repetíamos cosas que nunca sentimos. Pero cuando mi mamá o alguno de nosotros podía dar un pasito adelante y ver las cosas desde un lugar un poco más amplio, se lo indicaba al resto para que juntos siguiéramos avanzando. Una primera militancia fue Abuelas. Mi mamá se empezó a acercar mucho más a ellas y eso nos llevó a nosotros a ver un poco más, a saber un poco más. Conocimos otro mundo. Después, cuando mi mamá empezó con su militancia política,  nosotros también comenzamos a militar. Con el tiempo, fue una manera de rescatar o aprender un poco más sobre lo que fueron mis abuelos.

¿Cómo era la relación con los apropiadores de tu mamá?

Mi relación con Herman era muy buena, lo tenía como un ídolo. Prácticamente vivíamos juntos, ya que ellos vivían en el departamento A y nosotros en el B, al lado. Estábamos todos los días juntos. Él falleció cuando yo todavía era chico, entonces me había quedado una buena imagen. Con Mari también era muy buena la relación, pero era mejor con Herman. Ella falleció en 2011 o 2012, y si bien la fui a ver hasta el último día, ya no era lo mismo. Cuando me enteré, no cambió la relación con Herman. Fue raro, extraño. Teníamos una familia nueva, más primos, más tíos, Salta era un lugar lindo para irse de vacaciones, pero era como si uno pudiera meter todo eso junto dentro de una mochila. En ese momento la relación con él fue buena porque no llegué a entender las cosas. Creo que hoy sería distinto.

«La verdad es que no sé exactamente qué fue lo que me llevó a militar, pero creo que tal vez fue parte del proceso de recuperación de la identidad».

¿Cómo eran ellos?

Eran como todos los represores de esa época: padres de familia que iban los domingos a misa,  vecinos ejemplares. Pero bueno, cuando uno ve detrás de esas personas se da cuenta que no eran tan ejemplares. Herman tenía una carga ideológica muy fuerte. Todos los 29 de mayo, día del Ejército Argentino, nos hacía desfilar por el pasillo del departamento con su boina de militar y otro montón de cosas. Todo el tiempo daba largas charlas, de horas y horas, en las que relataba los operativos que tenía. No me acuerdo bien si en ese momento hablaba de la dictadura. Sí me acuerdo que, antes de que pasara todo esto, una vez le pregunté si había matado a alguien. Se quedó helado, pálido, y no me contestó. Se lo volví a preguntar y me dijo que no sabía, que había disparado en tiroteos y esas cosas pero que no sabía, que él creía que no. Es difícil de entender, pero uno va armando un relato con todo eso, y después en un momento se termina cayendo.

¿Sentís que se recuperó algo de tu identidad?

Sí, hubo un cambio muy grande. No sé en qué momento, pero cambias mucho tu personalidad. Yo me acuerdo que cuando era más chico quería ser militar, y mi hermano también pero en la parte de aviación. Y hoy estoy en un lugar totalmente diferente. Con mi mamá, Herman y mis hermanos decíamos cosas terribles, que repetíamos y que creo que nunca sentimos. Y la verdad es que hoy no me puedo ver de otra manera que no sea esta. Por ejemplo, hoy yo tengo muchos tíos y primos en Salta, de la familia de Toti, y vamos a verlos todas las vacaciones. Y llega esta altura del año y los extrañas, tenemos ganas de estar allá. No me imagino sin eso, y tampoco sin la militancia. Fue como si te hubiesen separado de esto que sos por un tiempo largo, y ahora volvés a ser quien sos.

¿Cómo viviste ese cambio de identidad?

Había algunas contradicciones, porque decíamos una cosa pero hacíamos otra. Al principio sentí culpa, porque Herman estaba internado en el Hospital Militar, había estado preso, y nosotros íbamos al 24 de marzo y sentíamos que no le podíamos estar haciendo esto a él. Pero bueno, eso con el tiempo va cambiando y uno va viendo las cosas de otra manera, se va enterando de cosas y puede ir armándose. Creo que hubo dos factores fundamentales: la militancia y encontrar el cuerpo de Toti, que ayudó a reordenar todo y ver las cosas de manera diferente. Porque siempre uno lograba avanzar un poco, pero decías o hacías algo que echaba atrás todo lo que venías construyendo. Me parece que esos dos momentos fueron de un avance irreversible. Yo tengo dos hermanos, Sebastián de 22 y Santiago de 18. Santi tenía 2 o 3 años cuando se supo la verdad, él se crió conociendo a la familia. Fue mucho más rápido para él, lo vivió de otra manera. Por ahí con mi hermano Sebastián, que me sigue a mí, sí compartimos más cosas de este tipo.

Cuando tu mamá recuperó su identidad, ¿qué sabía la sociedad sobre los nietos y cómo acompañaba esta lucha? ¿Cómo podrías comparar esto con la sociedad actual?

Me gustaría explicarlo con un ejemplo. Cuando una de las últimas nietas que apareció le estaba contando a su hija lo ocurrido, ella la paró y le dijo que no lo siga contando, que entendía todo porque lo había visto en Paka Paka. Más allá de la diferencia de la edad, hay un gran cambio. A mí me tomó muchos años y fue muy complicado porque era un país diferente. Cuando apareció mi mamá, al tiempo apareció también Horacio Pietragalla, otro nieto restituido que vivía dos o tres pisos arriba de nosotros. Nos criamos con él, prácticamente, y todo el edificio sabía. Todo el mundo sabía, y todo el mundo calló. Eso era también por el contexto de país en el que se vivía. Creo que con el gobierno de Néstor y Cristina hubo un quiebre fundamental en esto: se avanza y no se retrocede más. Hay un respeto fundamental, un piso básico de derechos humanos, y de eso no se vuelve. Creo que haber puesto como política de Estado a los derechos humanos es muchísimo. Si bien hoy en día hay bastantes retrocesos en todo esto, creo que la sociedad es la que no retrocede, que es lo importante.

¿Cómo describirías la tarea de Abuelas de Plaza de Mayo?

Es una tarea mágica. Hay veces que acompañando a Vicky compartí muchas actividades con las abuelas, charlas con Estela. Escucharlas es algo increíble, porque uno trata de tomar conciencia y se da cuenta que, sacando a unas pocas que tenían militancia política, eran amas de casa:  les desaparecieron a sus hijos y a sus nietos, que creo que para cualquier madre y padre es lo más valioso, y pudieron construir todo esto. Hacerle frente en su momento a una terrible dictadura, aguantarla durante los años que siguieron, porque si bien la dictadura se fue, después vinieron las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Después vinieron los ‘90, la indiferencia total. Y ver cómo, el pasado 24 de marzo, 500.000 personas las acompañaron, con tanto amor, es increíble. Ver cómo construyeron esto, cómo encontraron todos los nietos que encontraron y cómo los siguen encontrando, es mágico. Sinceramente a mí no se me ocurre cómo hicieron. Es admirable la fuerza con la que siguen, y con la que van a seguir. El que tenga dudas sobre su identidad, que se acerque a Abuelas. Que llame, porque hay muchas familias buscando, que esperan todos los días, desde que se levantan hasta que se acuestan. Y la verdad es que a veces es medio triste cuando uno llega, pero llega tarde, cuando había muchas personas buscándote pero no llegan a conocerte. Los padres de Toti habían fallecido, pero tenemos muchas historias de cómo buscaron a mi mamá, cómo se venían para acá y se metían en las plazas, esperando encontrarla.

¿Qué representa para vos la marcha del 24 de marzo que se lleva a cabo todos los años?

Es muy importante en lo personal, es muy emotivo ver esa cantidad de gente acompañando a las Madres, a las Abuelas, diciendo “Nunca Más” y recordando a todos esos compañeros y compañeras que hoy no están. Creo que es muy importante que la sociedad siga acompañando esas marchas, para homenajear pero también para tener presente que eso no va a volver a pasar. Que a pesar de lo que diga el Presidente, y de las cosas que desde el Estado se puedan hacer, el pueblo dice “Nunca Más”: esto no lo queremos. Por más que digan las bestialidades que están diciendo, quedó demostrado que la gente no está de acuerdo. Creo que es una manera de buscar una verdad y una justicia permanente. A mí me molestó mucho que este 24 de marzo muchos funcionarios de gobierno y el mismo Secretario de Derechos Humanos salieran a decir que no eran 30.000, que eran 8.500, que los derechos humanos eran un curro. Fue una gran falta de respeto, a uno le duele mucho. Más allá que sepa que ellos buscan provocar para que nosotros reaccionemos de la manera que no se debe, para poder deslegitimar la búsqueda los nietos.  Más allá de que el gobierno pretenda dar atrás con muchas de estas cosas, creo que la sociedad tomó tal conciencia que hubo 500.000 este viernes en la marcha y hay muy poquita gente que hoy en día no se ponga contenta cuando aparece un nieto nuevo. Entonces, creo que hay un cambio muy grande en la sociedad y esto ayuda de una manera enorme a que sigan apareciendo nietos, y a que a los nietos que aparecen se les haga mucho más fácil o menos pesada la mochila que tienen encima.

 

Actualizado 28/03/2017

“Un fallo de época”

“Un fallo de época”

A fines de 2015, luego de un largo trámite y de dilataciones impuestas por la Unión Tranviaria Automotor (UTA), la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro (AGTSyP) obtuvo la personería gremial. En marzo de este año, la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo resolvió retirarle la personería y darle lugar a una apelación presentada por la UTA hace más de un año.

Roberto “Beto” Pianelli, Secretario General de AGTSyP, denunció la falta de argumentos de la UTA -y por ello también del fallo de la Cámara- quién impidió en tres oportunidades la realización de la prueba necesaria para determinar cuál es el sindicato con mayor representación. El martes, la AGTSyP presentó una apelación al juzgado para que este caso sea tratado por la Corte Suprema de Justicia. 

Luego de considerar el fallo como parte de una decisión política del gobierno de atacar a los sindicatos opositores, Pianelli reflexionó sobre el rol de los sindicatos en la actualidad y acusó de colaboracionistas a algunos gremios de la CGT que se vieron forzados a actuar.

¿Qué estableció la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo?

Dio lugar a una apelación presentada por la UTA, que sostiene que en el trámite administrativo no se le dieron los suficientes elementos para poder defender su personería gremial. Eso es mentira. La UTA estuvo tres años impidiendo que se haga la comparación entre los gremios, para ver cuál era más representativo. Hubo tres fechas para la compulsa, y en las tres interfirió. En la última, directamente no se presentó. Sin embargo, el fallo dice que no hubo suficientes garantías, y manda el trámite de vuelta al Ministerio de Trabajo para que convoque a una nueva fecha. Obviamente, es un fallo de características políticas. Este Ministerio no va a llamar jamás a una compulsa, porque la UTA es aliada del gobierno actual. Es un fallo hecho a medida, ya que se resolvió en siete días. La UTA presentó hace un año la apelación, pero el Ministerio de Trabajo la tuvo frenada. Cuando decide mandar el expediente, se resuelve en siete días. Es escandaloso, porque claramente no hubo tiempo de haber leído un expediente que lleva años de trabajo, con idas y vueltas, con documentos cruzados y apelaciones, en siete días. Estuvo un año parado, y casualmente lo resuelven en un momento donde hay una ofensiva sindical contra el gobierno. Creemos que es un fallo a medida, un fallo de época.

¿Cómo es el trámite para acceder a la personería gremial y cómo fue en este caso?

Primero es necesario inscribir al sindicato y que te den esa inscripción, en un proceso que no puede durar más de tres meses. En nuestro caso, producto de la presión de la corporación sindical, en vez de tres meses duró casi tres años. Después de la inscripción, debés tomar la decisión, en el momento que consideres adecuado, de pedir una compulsa para tratar de demostrar que tenés mayor representación que el otro,  porque le dan la personería gremial al que tiene más representación. Se mide seis meses para atrás, desde el día que decidís compulsar: en esos seis meses tenés que tener 20 por ciento más de afiliados que el sindicato que tiene la personería. El día que nos presentamos para hacer la compulsa, teníamos 40 por ciento más de afiliados. Si bien el cómputo se considera desde el día solicitado hacia atrás, la compulsa se realizará cuando el trámite administrativo lo considere. Cuando nosotros pedimos la compulsa y el Ministerio de Trabajo lo comunica, la UTA apela y empieza a hacer todo tipo de maniobras jurídicas, logrando demorar más de un año el trámite. Llega un momento que el Ministerio decide poner otra fecha,  pero la UTA judicializa el trámite. Era improcedente, pero el Ministerio no tiene otra alternativa que mandarlo a la Justicia que, luego de un año, termina diciendo que era improcedente. Entonces el trámite vuelve al Ministerio, que fija una nueva fecha y debe levantarla porque la UTA vuelve a apelar. Finalmente, pone otra fecha y nosotros nos presentamos. No hay tiempos establecidos para este tipo de trámites, aunque en general suelen demorar un año. Nosotros tardamos tres, pero hay gremios a los que no convocan nunca, por decisiones políticas.

¿Cómo se mide la representación de afiliados?

Tenemos que presentar los libros con la cantidad de afiliados que cotizan en el sindicato. Y ellos tienen que traer sus libros, demostrando también la cantidad de afiliados cotizando. En su caso es más fácil, porque los descuentos de cotización se hacen en el recibo de sueldo. Nuestro caso es más difícil,  porque la empresa se niega a descontar del recibo de sueldo. Entonces nosotros descontamos vía CBU. Tuvimos que llevar los libros y un montón de papeles que demostraban que durante seis meses, registrado por escribano público y el banco, ingresaba ese dinero de cotización por la cantidad de compañeros. Nosotros llevamos eso, pero la UTA no vino. Como no se presentó, el Ministerio nos dio la personería gremial a nosotros. Cuando termina el trámite administrativo y ya nosotros tenemos la personería gremial, la UTA va a la justicia y dice que no se garantizaron sus derechos durante el trámite. Esto lo hizo la UTA no bien asumió Jorge Triaca como ministro, y sobre esto es que falló a favor la Sala II.

¿Cómo decidieron abrirse de la UTA y formar AGTSyP?

Todos nosotros éramos delegados de UTA. Y la crisis que duró 10 años tuvo que ver con que nos oponíamos a aceptar firmas de convenios que empeoraran las condiciones laborales o implicaran despidos. Siempre dijimos que íbamos a hacer lo que digan nuestros compañeros y eso fue lo que hicimos. Eso generó una contradicción muy fuerte con la conducción. Hubo huelgas organizadas por nosotros, a las que la UTA se oponía y venía a romper con patotas a punta de pistola. Y bueno, llegó un momento en que nos quisieron echar a todos los delegados, y decidimos formar otro sindicato.  

¿Cuáles son los próximos pasos a seguir?

El martes presentamos la apelación al juzgado pidiendo ir a la Corte Suprema. El juzgado puede darnos lugar o puede decir que no. Lo más probable es que diga que no. Entonces podemos ir a la Corte, en queja con el juzgado. Ese es el trámite administrativo, ir a la Corte Suprema de Justicia para que resuelva sobre este tema. Pero puede durar años. Eso desde el punto de vista jurídico. Pero vamos a ir  a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a presentar una queja por falta de libertad sindical. A los únicos que nos están cuestionando los derechos es a nosotros, porque habíamos ganado la personería gremial y nos la sacaron de una manera trucha. Mientras tanto, vamos a seguir haciendo lo que hicimos siempre. En caso de que quieran llevar esta resolución arbitraria a los hechos y nos quieran impedir que participemos de las paritarias o defender a nuestros compañeros, obviamente vamos a actuar.

¿Cree que esta decisión forma parte del contexto político?

Sí, de un gobierno que está intentando hacer retroceder las conquistas de los trabajadores y de los sectores populares, conseguidas durante los últimos años. Hay una política de flexibilización laboral que intenta bajar las condiciones salariales de los trabajadores, y está recibiendo la reacción de un sector importante del sindicalismo. Pasó con los bancarios a principio de año, y está pasando en este momento con los docentes. Nosotros creemos que este fallo tiene que ver con una política que busca disciplinar a las organizaciones opositoras, y beneficiar a las colaboracionistas, como es el caso de la UTA. Consideramos que  es una decisión simbólica-política, en contra de los sindicatos que se enfrentan al gobierno y a favor de los sindicatos que colaboran con la reacción de los grupos económicos concentrados de ir en contra de los laburantes y los sectores populares.

¿Cuál debe ser el rol de los sindicatos?

En este contexto en particular, los sindicatos tienen que salir a defender las condiciones conquistadas por los trabajadores. Y obviamente, como siempre, un sindicato lo que tiene que hacer es defender los intereses colectivos e individuales de sus trabajadores e intentar mejorar las condiciones, no evitar que las empeoren. Por suerte hay un montón de sindicatos que hacen eso, aunque otros desgraciadamente no.

¿Cuáles son los sindicatos que efectivamente están actuando para defender a sus trabajadores?

Podemos decir que hay sectores como las dos CTA, sectores como la Corriente Federal de la CGT y otros gremios que tienen una política de defensa de los compañeros y han salido a a la calle. Pero también vemos gremios de la CGT –sobre todo la conducción de la CGT– que durante el año hicieron todo lo posible para no enfrentar las medidas del gobierno. Es más, colaboraron. El caso más escandaloso fue cuando se discutió el impuesto a las ganancias. Había una ley que había salido por mayoría de Diputados y, cuando iba a ir al Senado, la CGT arregló una ley que era peor. Fueron a salvarle las papas al gobierno, que había perdido por mayoría en Diputados. En vez de exigir a los senadores que aprueben esa ley, fueron y arreglaron empeorando la ley que ya estaba. Por eso hoy el impuesto a las ganancias es una de las promesas incumplidas de este gobierno, que sacó todos los impuestos para los grupos económicos concentrados y dejó los impuestos que pagan los trabajadores. Hoy los únicos que siguen pagando son los laburantes. Eso se dio gracias a la colaboración de un sector del sindicalismo, cuya mejor expresión quizás es el triunvirato de la CGT, que tiene una política peor que la que tuvo el massismo.

¿Cómo interpreta el conflicto ocasionado durante la última movilización de trabajadores para fijar la fecha del paro nacional?

Nunca en la historia pasó que en una movilización convocada por la CGT o convocada por una conducción que  mueve 500.000 personas, esa multitud te corra del escenario y te grite: “Poné la fecha, la puta que te parió”. Es una situación política de descontrol, producto de que los tipos se estaban haciendo los boludos. Yo creo que ese fue el límite. Si hay algo que no querían hacer, era parar. Pero la gente está cansada, está viendo cómo pierde su poder adquisitivo cotidianamente. Va al supermercado y ve que no alcanza. Hay mucha gente que perdió y pierde su trabajo, y muchos que  están suspendidos. Veníamos de discutir paritarias que mejoraban nuestras condiciones de vida, y pasamos a quedarnos sin trabajo y con paritarias que te bajan esas condiciones. El año pasado, los que mejores firmamos obtuvimos más del 30 por ciento y la inflación fue de 40. Y este año quieren hacer una maniobra, que es lo que están intentando con los docentes, discutir la inflación futura y no la que perdimos. Hay gremios que aceptan esas condiciones. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires UPCN acepta lo que hoy están rechazando los docentes. Aceptó firmar el 18 o 19por ciento, también aceptando la pérdida de lo obtenido el año pasado, que había firmado por el 20 por ciento. Por suerte, los docentes decidieron que no van a permitir eso.

¿Qué opina del protocolo antipiquetes anunciado por Patricia Bullrich?

Si querés empeorarles las condiciones laborales a los trabajadores y a los sectores populares en general, obviamente lo que vas a intentar es acallar la protesta social. Como no quieren acallar la protesta social cediendo a los reclamos de los trabajadores, recurren a los palos. Es la otra pata de la misma política, esa es la tarea que hoy está llevando adelante la tristemente célebre Patricia Bullrich. Como no pueden persuadir a la gente de que vivan cada vez peor, lo van a intentar hacer con garrotes.

 

Actualizada 23/03/2017

“El mundo está preguntando por qué Argentina no cumple”

“El mundo está preguntando por qué Argentina no cumple”

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) advirtió que la Corte Suprema de Justicia de la Nación eligió un caso sobre libertad de expresión para anunciar cómo considerará los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y manifestó su preocupación porque “el caso plantea un verdadero debilitamiento de la protección judicial e internacional de las víctimas de violaciones de los derechos humanos”. Semanas atrás, el máximo tribunal resolvió no cumplir con un fallo de la CIDH que ordenaba al Estado argentino revocar su sentencia en el Caso Fontevecchia, porque consideró que el fuero internacional no es una “cuarta instancia” revisora para el país. Por voto mayoritario, la Corte justificó su decisión afirmando que si “tuviese que revocar su propia sentencia firme, estaría perdiendo su carácter de órgano supremo del Poder Judicial argentino, en violación a los artículos 27 y 108 de la Constitución Nacional”. Juan Carlos Maqueda, el único disidente, sostuvo que con las modificaciones incluidas en la reforma constitucional de 1994, las sentencias del tribunal internacional deben ser cumplidas por el Estado y son obligatorias para la Corte.

Los periodistas Jorge Fontevecchia y Héctor D’Amico fueron denunciados por daños y perjuicios por el entonces presidente Carlos Menem, debido a tres publicaciones en la revista Noticias (1995) en las que revelaban la existencia de un hijo extramatrimonial del funcionario. En 2001, la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la condena contra los periodistas, al considerar que se había violado el honor y la intimidad del ex presidente. Fontevecchia y D’Amico pagaron la indemnización exigida por la Corte, pero recurrieron ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que en 2011 declaró que el Estado argentino había violado la libertad de expresión de los periodistas y exigió, entre otras cosas, revocar el fallo de la Corte que los había condenado. Esa es la sentencia que el máximo tribunal de justicia se ha negado a cumplir y que podría funcionar como precedente para futuras decisiones que impliquen violaciones de derechos humanos por parte del Estado argentino.

Federico Efrón, coordinador del Área de Litigio y Defensa Legal del CELS,  reflexionó sobre las posibles consecuencias de la decisión de la Corte Suprema y la importancia de los sistemas internacionales en la defensa de derechos humanos. “Es muy preocupante, grave, y contradice los últimos 25 años de lo que la Corte Suprema argentina venía resolviendo al considerar que nuestro sistema judicial es un bloque donde juegan armoniosamente la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos. Y donde el sistema interamericano operaba como una instancia más donde uno ante una gran violación de derechos humanos y ante una absoluta falta de respuesta del sistema jurídico nacional, podía hallar una respuesta y una reparación. Todo eso hoy está en duda”, consideró.  En ese sentido, remarcó la necesidad del Estado de cumplir con el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la ONU, que exigió la liberación de Milagro Sala y denunció la arbitrariedad de su prisión preventiva.

 

 

¿Cuáles fueron las razones que dio la Corte Suprema para no cumplir con la Corte Interamericana en el caso Fontevecchia?

La Corte se negó a dejar sin efecto la condena y dijo dos cosas esenciales. En primer lugar, que la Corte Interamericana no tenía la facultad de dictar ese tipo de reparación, que no podía decirle a la Corte Suprema argentina que deje sin efecto esta condena. En segundo lugar, dijo que, en cualquier caso, hay que analizar si la sentencia de la Corte Interamericana está en consonancia con el derecho público interno. Lo que la Corte Suprema argentina hizo fue dejar de lado la jurisprudencia de los últimos 25 años, en donde se entendía que las sentencias de la Corte Interamericana son obligatorias. En lugar de continuar sosteniendo que la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos deben ser entendidos en forma armónica como un bloque constitucional en sí mismo, lo que ha entendido es que hay un dualismo, que son dos cuestiones distintas y que los tratados de derechos humanos que están en la Constitución se van a aplicar en la medida que respeten el derecho interno.

La Corte se apoyó en el artículo 27 y 108 de la Constitución en su argumentación…

Exactamente. De ahora en más, habrá que hacer un cotejo para ver si las sentencias del sistema interamericano y los tratados de derechos humanos están en consonancia con el derecho público interno en los términos del artículo 27 de la Constitución. El artículo 75 inciso 22 de la Constitución contiene los tratados de derechos humanos obligatorios para Argentina,  que son parte de la Constitución. Lo que pasa es que la Corte hace una lectura recortada de ese artículo, y únicamente utiliza la parte que dice que los tratados no alteran la primera parte de la Constitución.  En la primera parte de la Constitución está el artículo 27, y como el artículo 75 inciso 22 dice que los tratados no pueden alterar la primera parte, la Corte estableció que, de ahora en más, los tratados de derechos humanos o las sentencias de la Corte Interamericana tendrán que revisarse para ver si están alterando o no el artículo 27, que es el de derecho público interno. Esto es incorrecto, porque el mismo artículo 75 inciso 22 incluye la referencia a las condiciones de su vigencia y dice que debe entenderse complementario de los derechos y garantías conocidos en la primera parte. Entonces, al recortar el 75  inciso 22, vuelve a un sistema de dualismo en el cual son dos cosas separadas: la Constitución y los tratados de derechos humanos. Cuando, en realidad, lo que se venía haciendo y fortalecía tanto a nuestro sistema como al sistema interamericano, era un entendimiento en forma coordinada y armoniosa del bloque de constitucionalidad federal, que es la Constitución y los tratados.

¿Qué consecuencias puede traer esta decisión en la garantía de derechos humanos de los argentinos?

Las consecuencias están por verse pero pueden ser muy importantes, porque frente a una situación de una gran violación de derechos humanos de un ciudadano argentino en la cual el sistema argentino no le dio ninguna respuesta, hasta antes de este fallo, y por lo menos en los últimos 30 años, uno podía ir al sistema interamericano y había una razonable expectativa de tener una sentencia favorable. Esa sentencia favorable implicaba una reparación, implicaba justicia. La cuestión es que ahora, con este fallo, una víctima puede ir al sistema interamericano, puede obtener una condena al Estado argentino, pero la Corte después revisará si esa condena es aplicable o no. Entonces, todo puede quedar simplemente en un papel que dice que se condena al Estado argentino. Además, esto puede llevar a que pierda fuerza la utilización de los sistemas internacionales de protección, la utilización de los tratados de derechos humanos en la búsqueda de justicia en los tribunales nuestros.

¿En qué criterios se van a basar para decidir?

Aparentemente, de ahora en más, ellos van a revisar si la Corte Interamericana podía dictar la condena, si podía imponer el remedio. En este caso el remedio era dejar sin efecto la condena. Bueno, la próxima vez van a revisar si se podía hacer determinada cosa. Y después, van a hacer una comprobación de si ese remedio está en consonancia con nuestro derecho jurídico interno. Es muy preocupante.

¿Este precedente puede afectar en la situación de Milagro Sala?

Esa es una pregunta difícil. No es exactamente la misma situación, ya que una cosa es una sentencia de la Corte Interamericana y otra cosa es una decisión del Grupo de Trabajo que depende del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Nosotros seguimos sosteniendo que Argentina debe honrar esa resolución. Además, hay que tener en cuenta que en la situación de Milagro Sala, la decisión del Grupo de Trabajo se basa por supuesto en el derecho internacional de los derechos humanos, pero también en cuestiones de derecho interno, porque hay violaciones a derechos que están protegidos en nuestra Constitución y en leyes nacionales. Entonces ahí es una incógnita qué es lo que va a suceder.

El gobierno argentino ha decidido ignorar los pedidos internacionales por la libertad de Milagro Sala y responder que la justicia es independiente. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Las obligaciones internacionales las asume el Estado argentino. Y el Estado argentino frente al mundo está representado por el Poder Ejecutivo Nacional. Y el Poder Ejecutivo Nacional es el presidente. La obligación de cumplir con la decisión del Grupo de Trabajo sigue estando en cabeza del presidente. A su vez, en el marco de los trámites ordinarios de las causas penales de Milagro Sala, hace un mes acaban de llegar dos recursos extraordinarios a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Entonces hay una oportunidad para que la Corte Suprema dicte una resolución sobre la detención preventiva de Milagro Sala. Pero son dos cosas distintas. El Estado argentino, en la cabeza de nuestro presidente, es responsable de cumplir con la decisión del Grupo de Trabajo. Además, una de las cosas que valoró el Grupo de Trabajo es que había serias dudas sobre la imparcialidad de la justicia de Jujuy. Ahí nosotros aportamos un montón de información en donde queda muy en claro la injerencia directa del gobernador (Gerardo) Morales en la designación de funcionarios judiciales que tuvieron y tienen que ver con la detención preventiva de Milagro Sala. Para nosotros no es novedad que esté puesta en duda la independencia judicial en Jujuy.

¿Cuál es la situación legal de Milagro Sala?

Hay separadas discusiones. Una cosa tiene que ver con las acusaciones a Milagro Sala. Si las denuncias son serias, por supuesto que se tienen que investigar. Lo que está pasando es que todas las investigaciones contra Milagro Sala están siendo llevadas por funcionarios que han sido designados de alguna u otra forma por el gobernador Morales, quien a su vez se presenta como querellante en las causas. La otra discusión, la que se da desde el primer día, es que la prisión preventiva de Milagro Sala es arbitraria y es ilegal. Eso es lo que estamos discutiendo, porque la regla en el proceso penal es la libertad. En el caso de Milagro Sala no hay justificación de entorpecimiento en la investigación, ni de posibilidad de fuga. Y como no hay justificación, entonces es injustificada su detención, que ya lleva más de un año. Eso es lo que entendió el Grupo de Trabajo, que dijo con mucha claridad que el Estado argentino no aportó información que justifique la detención preventiva de Milagro Sala. Ella fue imputada en diciembre, fue llamada a indagatoria en enero, concurrió, designó abogado defensor, dio su domicilio personal, colaboró con la justicia como todo imputado debe hacer. Sin que haya cambiado nada en el medio, a los cinco días es detenida. No hay justificación en su prisión preventiva, eso es lo arbitrario e ilegal.

¿Cuáles son los próximos pasos en el caso?

Hoy el Estado argentino debería estar cumpliendo con la decisión del Grupo de Trabajo. Eso es algo que no está haciendo. Por otro lado, hay dos recursos extraordinarios ante la Corte Suprema que se van a resolver en las próximas semanas o meses. Uno tiene que ver con que su detención preventiva se hizo sin haber hecho el proceso de desafuero. Ella tiene fueros como diputada electa del Parlasur y la justicia jujeña se olvidó por completo y la mandó a detener como si fuese ciudadana común, y no lo era desde el momento que fue elegida democráticamente como diputada del Parlasur. El otro recurso extraordinario es por la detención preventiva injustificada. La regla es la libertad, y la excepción es la prisión preventiva. Para que esta se dé lo más importante es que haya una fundamentación, que haya motivos que hablen de un peligro de fuga, o que la persona estando en libertad entorpezca la investigación. Esto no se acreditó nunca.

 

En la visita de Mauricio Macri a España, el diputado de Podemos Íñigo Errejón consideró que la detención de Milagro Sala forma parte de una política del gobierno: combatir a los pobres. ¿Qué opina al respecto?

Es difícil pensar en eso porque afortunadamente la única detenida en estos términos es Milagro Sala. La situación de Sala es extremadamente grave pero a su vez es única. Yo creo que en el caso de ella se inserta en otra cuestión claramente interna, en la cual era manifiesto que el gobernador Gerardo Morales tenía una decisión tomada respecto a qué es lo que iba a hacer con ella. Pero sí nos parece muy importante el apoyo internacional y sí es un ejemplo de las consecuencias que tiene el Estado por no cumplir con una decisión de un Grupo de Trabajo de la ONU. Esta no es la primera vez. Ya vino el primer Ministro de Canadá, distintas organizaciones del mundo se han manifestado en ese sentido, hay un montón de cartas que llegan a los distintos consulados y embajadas de Argentina en el mundo preguntando qué pasa, por qué Argentina no cumple. Estas son las consecuencias que hay cuando no se cumple con una decisión de un tribunal internacional.

¿Hay alguna otra vulneración de derechos en la provincia de Jujuy?

Hay una situación bastante compleja en todo lo relacionado a la protesta. Hay muchas organizaciones sociales que han estado protestando por distintas cuestiones sociales –respecto al trabajo, a las cooperativas- y están sufriendo no solo situaciones de represión, sino también de criminalización. Hay un hostigamiento de parte del Poder Ejecutivo jujeño que no es exclusivo hacia la Túpac, sino hacia muchas otras organizaciones en Jujuy.

¿Alguna otra provincia argentina se encuentra en una situación similar?

Sí, hay distintas situaciones. Una de las más graves es la de Chubut. El gobernador Mario Das Neves tiene un discurso muy claro, tratando de terroristas a los mapuches. Eso ha llevado a que en los últimos meses se hayan dado situaciones extremadamente violentas, y no es la forma de responder a los reclamos legítimos de las comunidades indígenas.
Actualizado 28/02/2017

La moda de borrar la memoria

La moda de borrar la memoria

El paredón blanco fue manchado. Correspondía al frente del Grupo de Prevención Motorizado de la Policía Bonaerense de Esteban Echeverría, hasta entonces inmaculado. Militantes, sobrevivientes y familiares de desaparecidos que pasaron por ese escenario hace más de cuarenta años pintaron con negro las consignas “Nunca Más”, “Memoria”, “Verdad” y “Justicia”, e identificaron el lugar con dos carteles que advierten que allí funcionó el ex Centro Clandestino de Detención y Exterminio (ExCCDyE) “La 205”, donde se cometieron delitos de lesa humanidad durante la última dictadura. Sin embargo, esa “mancha” duró pocos minutos. Finalizado el acto, que tuvo lugar la tarde del sábado en la puerta del ex CCD liderado por el subcomisario retirado Walter Acosta, miembros de la Policía Bonaerense quitaron los carteles y pretendieron tapar con pintura blanca más de cuarenta años de historia.

Alan Muñoz, miembro de Peronismo Militante El Jagüel, contó lo sucedido: “Cuando todo terminó tomamos el colectivo, a dos cuadras del lugar, en la mano del frente de la autopista. Éramos unos 22. Vimos que a uno de nuestros compañeros, que estaba con dos chicas, lo había parado un móvil de la Policía y bajamos a preguntar. Ahí fue cuando notamos que del otro lado de la autopista un policía estaba blanqueando la pared y otro estaba sacando el cuadro que habíamos colgado. Fuimos a preguntar y, cuando llegamos, ya había otro policía con una pala sacando el cartel de madera que habían puesto los chicos del Colectivo de Educación. Les preguntamos por qué lo estaban haciendo, cuál era el problema, pero nunca nos respondieron. Salieron seis policías más e hicieron una especie de barrera, al costado del cordón de la vereda, para que no nos acercáramos”. El domingo, a la misma hora, solo el primer cuadro reapareció en la pared. Pequeño, junto al enorme cartel negro del Grupo de Prevención Motorizado. Consultado por ANCCOM sobre los episodios del día anterior, un policía que se encontraba mirando hacia el paredón negó saber algo al respecto.

Muñoz confesó la incertidumbre e impotencia que el hecho generó en él y en sus compañeros. “Encima uno de ellos, mientras sacaba lo que habíamos puesto, se reía. Fue totalmente a propósito. Al principio les preguntábamos por qué, pero viendo que no nos respondían nada, y que ya habían sacado todo, les empezamos a pedir los carteles para llevarlos a nuestras casas. Pero tampoco hubo respuesta”, relató. Y agregó: “Qué contradictorio. El mismo día que el Gobierno Nacional decide dar marcha atrás sobre el decreto de movilidad del feriado del 24 de marzo, pasa esto. Nos da mucha bronca, cuando a la mañana se está diciendo una cosa, a la tarde se está haciendo otra completamente diferente”.

Según denunció el militante, en noviembre del año pasado sucedió algo similar en la estación de tren El Jagüel, cuando fueron retirados los cuadros de cinco vecinos desaparecidos que cuatro años atrás la agrupación había colocado allí: “Por una orden del Ministerio de Transporte decidieron sacar absolutamente todos los cuadros que había en ese momento en la estación. Después de peleas y de insistir mucho, nos enteramos que se los habían llevado a Temperley. Nadie nos dijo por qué, solo que había sido un error de alguien del Ministerio”, explicó.

Para visibilizar lo ocurrido y romper el silencio impuesto por la Policía Bonaerense, se convocó a una conferencia de prensa este miércoles a las 17, en la puerta del GMP, de la que participarán organismos de derechos humanos, organizaciones sindicales, intendentes, legisladores y diputados. “Desde que lleguemos hasta que termine la conferencia, van a estar los compañeros del frente cultural haciendo un mural alusivo sobre lo que sucedió y sobre lo que queremos que termine siendo ese lugar: el espacio de la memoria de Esteban Echeverría”, anunció Muñoz. Con ese objetivo, los militantes mantuvieron el domingo una reunión con el diputado Miguel Funes, que está elaborando un proyecto para presentar en la Cámara de Diputados provincial, para que el ExCCDyE “La 205” sea declarado Espacio Para la Memoria.

 

 

Demarcación de “La 205”

 

A fines de diciembre del año pasado, las sobrevivientes Liliana Latorre, Ana Ramona Sánchez y Catalina Alaniz realizaron la primera inspección ocular al lugar, junto al juez Daniel Rafecas, otros trabajadores de su juzgado, el abogado Pablo Llonto y militantes de la zona. “Me siento muy movilizada, muy conmovida, porque desde que vine el 21 de diciembre a este lugar junto al juez Rafecas, supe que era aquí dónde había estado. Después, con la compañera Ana Ramona Sánchez, dimos unas vueltas,  porque a esos árboles los veíamos a través de unas ventanitas rectangulares que había en el lugar. Estábamos acostadas en el piso, pero yo me aflojaba la venda continuamente. Me daban unas tundas por eso, pero bueno, así podía observar. Escuchaba el ruido de los pájaros, el ruido de los aviones. Yo siempre calculé que estaba en algún lugar cerca de Ezeiza. Y bueno, cuando vine aquí, apenas bajé del auto y caminé hacia el portón, me di cuenta que este era el lugar”, dijo Catalina Alaniz, sobreviviente de “La 205”, ex centro clandestino que estuvo en funcionamiento durante 1976 en la actual dependencia del Grupo de Prevención Motorizado de Esteban Echeverría.

Alaniz, Latorre y Sánchez habían sido trasladadas desde el ex centro Puente 12 / Brigada Güemes –ubicado en Camino de Cintura y Autopista Riccheri, en diagonal al ExCCDyE El Vesubio–  junto a otros compañeros. Por ello, se cree que “La 205” funcionaba como un espacio satélite de Puente 12. “Esto formaba parte del circuito de la Bonaerense, manejado por Ramón Camps. Y, por supuesto, tenía intervención de inteligencia del Ejército. Los sobrevivientes que dieron testimonio vieron acá gente que había estado en Puente 12 y que ahora está desaparecida”, explicó el periodista y abogado Pablo Llonto.

“El trayecto nos pareció corto porque a mitad de camino nos bajaron y nos hicieron un simulacro de fusilamiento. Luego nos volvieron a subir a la camioneta y llegamos aquí, a este fatídico lugar. No había nadie, estaban únicamente los guardias. Fuimos nosotros los primeros en llegar”, explicó Alaniz durante el acto de demarcación realizado el sábado pasado. Luego de su cautiverio en “La 205”, y Sánchez fueron liberadas en Haedo y en Morón, respectivamente. Liliana Latorre fue trasladada a la Comisaría 1º de Monte Grande y tiempo después fue legalizada en la Unidad Penitenciaria N°2 de Devoto. “Suponemos que estos campos han estado vinculados entre sí y creemos que hay en esta zona muchos campos más”, dijo Latorre. Y confesó: “Yo he podido regresar a los campos de concentración e identificarlos. Pero nunca podré recuperar la parte de mí que ha quedado en ellos”. Llorando, finalizó sus palabras y abrazó fuerte a Alaniz: “Ahora estamos del lado de afuera”, le dijo emocionada.

Sentada en primera fila estaba Alba Lanzillotto, sosteniendo en una carpeta roja la foto de su cuñado Domingo Menna y su hermana Ana María Lanzillotto, vista en “La 205” por Catalina Alaniz, minutos antes de dar a luz a Maximiliano Menna,  último nieto restituido. Alba se unió en el abrazo y minutos después agregó: “Compañeras, compañeros. A pesar del gran dolor que me produce ir conociendo la historia por la que atravesaron mis hermanas, soy una gran defensora de la memoria. Como dice la canción, si la historia la escriben los que ganan eso quiere decir que hay otra historia, la verdadera historia. Todos tenemos la obligación de ir enriqueciendo nuestra memoria”. Consultada por ANCCOM sobre la importancia del hallazgo de este ex centro clandestino, Lanzillotto expresó: “Ellos han querido que la historia no aparezca, que se crean sus mentiras. Y cada vez que encontramos un sitio, que hacemos algo, les damos golpes. Tienen que decir la verdad,  cambiar ese espíritu vengativo, lleno de odio. Este tiempo va a ser medio difícil, porque el gobierno actual está favoreciendo el odio, la venganza. Pero hay que ganarles, de a poquito se puede. Yo digo, la gran revolución no se puede hacer, pero cada cosa de estas que ganamos es una pequeña revolución”.

 

Las pistas y el culpable

Según explicaron representantes de Peronismo Militante al iniciar el acto de demarcación de ex centro clandestino, “esto comenzó unos años atrás, con un proyecto que habíamos hecho sobre el centro clandestino Transradio Internacional. Cuando publicamos ese documental en YouTube, el compañero Ricardo Poggio –del Archivo Nacional de la Memoria– lo vio, nos contactó y nos acompañó a profundizar en esta investigación. Nos dio la oportunidad de conocer más datos sobre esto, para poder identificar de manera definitiva este centro, La 205”.

“Una de las puntas para encontrar el lugar fue el legajo de Walter Acosta, el jefe de este centro clandestino. El policía Rodolfo Peregrino Fernández mencionó a Acosta en una primera declaración, hace más de treinta años”, explicó el abogado Pablo Llonto. En 1983, Peregrino Fernández dio a conocer la existencia de ese centro. La otra prueba que hizo posible rastrear la localización, fue el testimonio de las tres sobrevivientes: “Siempre decían que después de Puente 12 las habían llevado a un lugar cercano. Pedimos los planos del GPM y coincidían. Cuando vinimos en diciembre, el reconocimiento fue total”, agregó.

Walter Acosta aún permanece en libertad. “Cuando hace unos días llegó la policía a su casa para detenerlo, lo encontraron con suero. La esposa informó que estaba con un cáncer terminal, en estadio cuatro”, explicó Llonto. La policía pidió instrucciones al juez Daniel Rafecas, quien ordenó no detenerlo hasta verificar el estado de su enfermedad. “Se pidieron los papeles, los certificados médicos y se le hizo un examen por el Cuerpo Médico Forense, que sí, que estaba con morfina. Cuando se dan situaciones como estas, se resuelve que el enfermo no tiene capacidad para estar en juicio, por lo tanto se lo aparta del proceso judicial, momentánea o definitivamente. Pero yo apelé esa resolución, porque los peritos médicos dijeron que había algunas cosas raras en el informe”, agregó.  

Por el momento, es el único nombre directamente implicado. Los listados de quienes trabajaron durante 1976 en esa dependencia ya fueron solicitados y serán entregados en febrero o marzo, para continuar buscando a los responsables de uno de los tantos centros clandestinos de detención que funcionaron en nuestro país durante la última dictadura cívico-militar.

 

01/02/2017