La Rural ahora también exhibe el cannabis

La Rural ahora también exhibe el cannabis

Entre el 15 y el 17 de octubre se llevó a cabo la segunda edición de la Expo Cannabis en la Rural de Buenos Aires. Los organizadores se propusieron avanzar contra la desinformación y los mitos de esta planta ofreciendo charlas de investigadores, abogados, médicos, empresarios y la comunidad ciudadana para reivindicar la relevancia del cannabis medicinal, industrial y de uso adulto en el país. El autocultivo y el consumo de marihuana es una realidad en el país y sus beneficios medicinales, productivos y recreativos llegaron para quedarse. El encuentro reunió a más de cincuenta mil personas. Palermo se vistió de verde e inauguró conferencias, talleres y consultorios presenciales y virtuales.

Tras dos años de pandemia, volvió el segundo evento más importante de Latinoamérica. Siguiendo el protocolo Covid y en turnos escalonados, expositores, asistentes y personal del predio reciben a todo aquel que ingresa. Familias, amigos, jóvenes, niños, adultos mayores recorren el pasillo de entrada para ir al pabellón general. Pueden hacerlo a través del patio, el espacio de cinco mil metros de aire libre ubicado en la histórica pista de La Rural que se ve rodeado de puestos de comida, música y un sector especial donde niños y niñas se divierten en una huerta con plantas aromáticas.

El otro recorrido cuenta con quince mil metros de exposición y está techado. Allí las luces iluminan los ciento veinte stands nacionales e internacionales y alrededor de quince mil personas recorren los pasillos en busca de artículos para el consumo o para autocultivo: “Es la primera vez que vengo a la expo. Soy consumidor medicinal y estoy autorizado por el Reprocann. Empecé a tomar aceite porque tengo hernias de disco pero me metí en este mundo porque necesitaba información y no sabía qué me vendían. El prejuicio de la planta hace que los médicos tarden en investigar pero hoy hay muchos beneficios demostrados”, comenta Santiago de 46 años, de la Provincia de Buenos Aires.

Para su compañera, Agostina Garcia de 35 años, «no solo hay mucha gente sino que de distintas edades. Hoy mi familia usa cannabis con beneficios medicinales y nosotros consumimos de forma recreativa y responsable porque nos ayuda a desenchufarnos, nos relaja y es mejor que las pastillas”.

Según la Primera Encuesta Nacional de Personas que Usan Cannabis, el 75,5% de los personas que tratan algún problema de salud con cannabis medicinal logra reducir el consumo de fármacos y casi en su totalidad (el 98%) se suele recetar a personas que sufren de enfermedades como el Parkinson, la neuropatía, el daño de la médula espinal y la esclerosis múltiple.

Cannabis para todes

Nora, de 72 años, junto a su marido Oscar participó de la charla “Tercera Edad” del doctor Nicolás Di Biase. Ellos aseguraron haber mejorado su calidad de vida tras consumir aceites y derivados pero no tuvieron un médico que los acompañara en este proceso. Tal como explicó el doctor durante la conferencia, la información es uno de los puntos más demandados: “Son los pacientes los que piden estos tratamientos. Es nuestra responsabilidad informar e investigar tanto en el área de la salud como en otros campos”.

No solo hay stands de consultas medicinales sino legales y veterinarias. El puesto del consultorio legal es atendido por defensores oficiales y abogados especializados. Allí se responden dudas y se brindan cursos sobre “cómo anotarse en el registro oficial” de autocultivadores autorizados por el Ministerio de Salud. A su vez, la Defensoría General de la Nación, el Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad de Buenos Aires y el Centro de Estudios de la Cultura Cannábica pusieron un servicio personalizado llamado Punto de acceso a la Justicia. Allí las personas consultan gratuitamente dudas legales en torno al cannabis pero también para informarse sobre los derechos que tienen. En la edición 2019 de Expo Cannabis, los defensores oficiales del Punto de acceso a la Justicia recibieron más de 10.000 consultas legales.

Para animales

Sin duda, la gran novedad de esta feria es la aplicación de tratamientos a base de la planta en animales con patologías. Veterinarios Cannábicos Argentinos tiene a cargo el consultorio veterinario que se dedica a informar sobre las afecciones que podemos tratar con los componentes de la planta: tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD). Las principales enfermedades son la epilepsia refractaria, trastornos neurológicos, cáncer, moquillo nervioso y problemas de la piel. Se tratan con cremas, infusiones y  hojas de la planta que ayudan a reducir los dolores.

ANCCOM diálogo con Paula Lezcano fundadora del primer consultorio cannabico veterinario para entender por qué la regulación actual necesita modificarse. La ley de psicotrópicos y estupefacientes le brinda a los médicos veterinarios la competencia para delegar recetas médicas de animales pero no con derivados de cannabis: “Nosotros, como médicos veterinarios, pedimos ser incorporados en la ley nacional medicinal argentina porque entendemos que el derecho medicinal de ser humano debe tenerlo el animal también”.

Hoy, la mayoría de los tratamientos cannabicos para animales son abastecidos por el autocultivo y no existen aún productos farmacéuticos para el uso veterinario. Aunque esto parezca novedoso, el tratamiento cannábico en animales existía a fines del XVIII como método de anestesia para antes de cualquier operación, en combinación con alcohol y otras hierbas. Con la prohibición se dio de baja la investigación y tratamientos médicos a seguir: “La planta hace bien y tiene tanto abanico terapéutico que no es necesario estar enfermo para consumirla, es una herramienta muy útil que tiene años y eso a veces no es bien visto por la medicina tradicional. Empecemos a dejar las pastillas, volvamos a la tierra, a lo natural y pensemos en los animales como sujetos de derechos”.

La propuesta se superpone con los cambios sociales y los derechos a los animales, entendidos como un miembro más en la familia. La especialista detalla que esto también transforma al nivel académico entre profesionales: se ofrecen capacitaciones gratuitas a colegios médicos veterinarios, universidades con cátedras libres de cannabis medicinal y organizaciones civiles visibilizan esta temática: “Estar en la expo nos permite mostrarnos, dar conferencias y traer información a las familias. Estamos hablando de una necesidad y del derecho a la salud entendida como una sola, muchos profesionales de la salud veterinaria trabajamos durante la pandemia y recién en este evento nos conocemos”.

El Estado argentino se hizo cargo de la enorme demanda que expresaron cincuenta y seis mil personas en el primer año de ExpoCannabis. A partir de aquel evento se reguló el acceso al cannabis medicinal a través del autocultivo y se empezó a regular su industrialización con un proyecto de ley oficial que se aprobó en el Senado. En este contexto, la agrupación de médicos veterinarios alza la voz defendiendo el autocultivo y la protección a las familias frente a las persecuciones policiales: “La realidad es que existe una separación entre el médico humano y el veterinario olvidando que todos somos profesionales de la salud, nosotros no fuimos reconocidos como tal y esta ley lo refleja. Hay que entender que hoy el animal es un sujeto de derecho en un montón de situaciones”.

Práctica terapéutica

En paralelo y en dos escenarios simultáneos, se desarrollarán más de 80 charlas y conferencias por donde pasan científicos, investigadores, economistas, empresarios, periodistas, especialistas en género, abogados y otros profesionales conversando y debatiendo sobre los distintos usos de esta planta. También se dictaron dieciséis talleres para aprender a cultivar, hacer aceite y resina de cannabis. Por ejemplo María, de 45 años, quien vive en el barrio de Flores compartió su experiencia tras participar del taller de cultivo: “Hace diez años que cultivo para consumo personal y quiero aprender a hacer aceite de cannabis porque son caros y los tengo que comprar afuera”. “La importancia de cultivar está en la calidad de lo que uno consume y saber que es natural, aparte que la práctica en sí es terapéutica”, agrega su novio Emanuel. Quien planta cannabis en su casa no le compra al dealer, quien cultiva se enfrenta al mercado ilegal de drogas, quien planta necesita información y quien consume quiere calidad. El autocultivo y el consumo de marihuana es una realidad en el país pero no todo es consumo recreativo.

Uno de los stands más concurridos es el de Mamá Cultiva, una organización pionera en el autocultivo para uso medicinal que se formó en el año 2016 cuando un grupo de mujeres, madres de hijos con diferentes condiciones de salud, exigieron la legalidad de la actividad para la salud. “Esta herramienta terapéutica nos brindó lo que la medicina alopática no pudo, calidad de vida y dignidad para les nuestres”, explica en el acto de inauguración, Valeria Salech, fundadora de Mamá Cultiva. “Muchas familias siguen con temores para lanzarse al autocultivo, incluso muchas que ya lo practican, porque si bien la nueva reglamentación del gobierno nacional determinó la legalidad de esta práctica, en algunas provincias se les da más bola que en otras, porque lamentablemente sigue habiendo algunos allanamientos en casas de familias que tienen plantas para uso medicinal. Hoy, hay gente que puede viajar en avión con su gotero, con sus flores, y por el otro lado hay personas a las que, aun con el carnet del Reprocann, les golpea la puerta la policía. Estamos generando un cambio de paradigma y eso no ocurre de un momento a otro. Necesitamos seguir formando a las fuerzas de seguridad y también a los profesionales de la salud, porque todavía hay quienes dudan si el autocultivo es legal o no”.

Desde principios de marzo de este año el Reprocann es el único registro que autoriza a las personas al cultivo controlado con fines medicinales o terapéuticos. Según datos del Ministerio de Salud, a los que accedió THC, ocho mil trámites están aprobados, alrededor de unos trescientos fueron rechazados y en torno a los veinticuatro mil siguen sin haberse completado. ¿Por qué estando aplicada la ley se dificulta el acceso a un derecho a la salud? Los abogados consultados durante el evento expresaron que muchos médicos se niegan a certificar estos casos o no quieren registrarse para avalar los permisos. Asimismo nos detallan que no existe en el sistema público de salud espacios de atención para el tratamiento con cannabis lo cual obliga a muchas personas a pagar una consulta privada. Estos obstáculos hacen que hoy un paciente no pueda acceder de forma gratuita a un certificado médico de cannabis medicinal. Así queda en evidencia la ausencia de una política clara en los centros de salud.

Sin embargo, una arista para cambiar esta situación es la primera empresa estatal dedicada a la producción pública de derivados medicinales de cannabis de grado farmacéutico: Cannava. Cuenta con un equipo de cultivo y trabajadores de campo que llevan adelante todas las actividades que requiere la agricultura del cannabis con fines medicinales, un laboratorio y operaciones de industrialización farmacéutica: “El redescubrimiento de la potencia científica y práctica de esta planta, es su capacidad y efectividad para aliviar el dolor; también es un golpe a la soberbia de las estructuras y una invitación al conocimiento.”

La empresa nacional cuenta con el respaldo de las leyes nacionales y abarca toda la cadena productiva: desde las semillas hasta la distribución de medicamentos y aceites reservada a la epilepsia refractaria.

A lo largo de estos días, se desarrolló también una jornada exclusiva de negocios con los actores más relevantes del sector y un Workshop de formación médica para profesionales de la salud.

El cierre del evento se caracteriza por el arte y la ciencia: pintores y artistas dibujan sobre esta temática y se presentan los ganadores del concurso «Pósters Científicos». La convocatoria expone investigaciones científicas actuales frente a especialistas reconocidos en el país y en el mundo. En comparación con la edición 2019 el evento creció un 400% en superficie y duplicó los pabellones, los escenarios, las conferencias y los stands. De hecho se habla de una cannabicultura en Argentina conformada por distintas edades, especialidades y usos que exigen hoy más que nunca el reconocimiento del estado y de políticas públicas.

Sebastián Basalo, director de la Revista THC y uno de los organizadores de Expo Cannabis dijo en el cierre: «La Expo es un punto de encuentro y construcción colectiva. Juntos construimos bienestar, trabajo y salud. Las bases de este año son un gran desafío para crecer mucho más, estamos más que listos para construir una nueva realidad del cannabis en Argentina».

Los bicivoladores

Los bicivoladores

El Bicycle Moto Cross (BMX) nació en California a principios de los años 70 cuando los jóvenes empezaron a imitar con sus bicicletas a los campeones de motocross, saltando obstáculos o armándose recorridos. En la década siguiente, la actividad se generalizó y apareció la variante race o circuitos de tierra, que consiste en pistas de 350 a 500 metros repletas de complicadas curvas y saltos. A la par, los fabricantes de bicicross convencionales cambiaron el aluminio por elementos resistentes para hacer trucos y piruetas en el aire, lo cual dio origen al BMX freestyle que, a su vez, se divide en varias categorías: street, jump, vert, flatland o park.

La cultura del BMX no hace distinción económica, de género ni de edad: niños, jóvenes y adultos, impulsados por la adrenalina, canalizan su gusto por el ciclismo extremo sin importar los tropiezos o caídas. La disciplina fue reconocida por la Unión Ciclista Internacional en 1989. La Federación Argentina de BMX (FAB) fue la primera asociación que nucleó al flamante deporte gracias a la creciente difusión en distintas provincias, en particular Buenos Aires, Neuquén y Mendoza.

En cada ciudad, grupos de amigos y fans de las bicis fueron consiguiendo un terreno libre, algunos dentro de una plaza o parque, otros en descampados, y así, a pulmón, crearon las primeras pistas de BMX. “Desde sus comienzos se trató de un deporte familiar. Abuelos, madres y padres administran las pistas y su mantenimiento a través de comisiones directivas en varios clubes, pero también en conjunto con la Federación”, cuenta Fernando Zito, corredor, inspector de pista y relator oficial de las competencias desde hace un lustro.

En 2002, la FAB junto con la Federación Argentina de Mountain Bike y la nueva Federación Argentina de Ciclismo fundaron la Unión de Ciclismo de la República Argentina (UCRA), el puntapié inicial hacia una organización común y coordinada de los deportes relacionados a la bicicleta. Héctor Ciappino, presidente de la FAB, de la Comisión Panamericana de BMX y vicepresidente de la UCRA, sostiene que se trató de un antes y un después: “Significó tener una identidad madre sobre el ciclismo, es un gran reconocimiento en el mundo y a nivel nacional para acceder a becas en el plano internacional”.

Ciappino destaca que el objetivo de la FAB no es únicamente acompañar a los niños en su formación deportiva o profesional sino también como personas. “Uno de los valores que tenemos es la cooperación, el ambiente del BMX es muy familiar porque la participación de las familias es permanente, en los entrenamientos y las competencias”, afirma.

Tras el afianzamiento institucional, hoy todos los clubes provinciales o locales cuentan con un seguro anual para los chicos en caso de accidentes, recuperación u operaciones, por ser considerado el BMX una disciplina extrema. “Quienes organizamos este deporte somos también quienes lo practicamos, y como padres somos conscientes de los riegos, porque puede haber lesiones óseas, de rotura de clavícula o de muñeca”, dice Zito.

La FAB cuenta con el reconocimiento de la Secretaría de Deportes de la Nación y brinda becas a nivel nacional y provincial para clubes, para profesores o para quienes desean practicarlo. Como es un deporte amateur, no tienen sponsor o inversión para que los chicos viajen o compitan internacionalmente, y aquí es central la función del Estado. “No siempre está el apoyo que se merece, es difícil competir mundialmente en otros países, pero todo cambió en 2008 cuando se reconoció como deporte olímpico en Pekín. Y nosotros aprovechamos estos momentos para difundir esta disciplina”, agrega Zito.

El BMX va más allá de transitar una pista en el menor tiempo posible o de realizar maniobras de acrobacia en una bicicleta de 20 pulgadas, es una pasión que se vive a flor de piel. Lautaro Ignacio Rodríguez Durazzo (16) comenzó a practicar BMX Race hace 10 años. Con entrenamiento duro y continuo logró dominar la bici y hoy lo disfruta al máximo. “Este deporte significa todo para mí, me encanta y busco superarme día a día. Lo que más me gusta de este espacio es que tengo el lugar para divertirme, entrenar y estar con mi grupo”, comenta.

La variante que practica se diferencia por la bicicleta liviana, combinada con saltos, giros rápidos y alta velocidad que se logra en las salidas desde el partidor. Éste es una estructura metálica de unos 0,55 metros de altura y 0,8 de longitud, con separadores de hierro romboidal o chapa que cae hacia adelante. Ocho competidores apoyan las ruedas delanteras haciendo equilibrio y, al momento de la orden de largada, se encienden las luces del semáforo, cae el partidor y los corredores pasan sobre ella tomando velocidad por la pendiente de la rampa.

“Si bien es muy extremo, me encanta la adrenalina, las competencias me permiten viajar, conocer lugares y personas. Esto no podría hacerlo sin mis papás que me apoyan, me motivan a seguir mejorando, y a la Federación”, remarca. La pandemia repercutió a nivel institucional y deportivo, pese a ser una actividad al aire libre. Se mantuvo el contacto por Zoom, por grupos de WhatsApp o con entrenamientos desde casa. “El profe nos entrenaba por Zoom y mi papá me armó un mini gimnasio. Fue muy raro el regreso a la presencialidad después de tanto encerrado, extrañaba la competencia”, admite Lautaro.

En el mundo del BMX son conocidos muchos varones, pero cada vez son más las niñas y mujeres que lo practican. En 2013, se anunció que las chicas tendrían su propia división en los X-Games que se iban a celebrar ese verano. Además, en la fase de apertura de ciclismo en los primeros Juegos Sudamericanos de la Juventud en Lima, Perú, la Argentina obtuvo la medalla de plata en mujeres (y el cuarto lugar entre los hombres). La tucumana Fiorella Bosch ganó con total autoridad su competencia. Otras destacadas son Gabriela Díaz, medalla de plata en los Time Trial y bronce en los Juegos Odesur disputados en Chile en 2014, la cordobesa María Belén Dutto, representante olímpica en Pekín 2008, Florencia Soriano, actual campeona nacional, y la joven promesa Violeta Amadei.

Como ellas, Milagros Valle (16) también eligió el BMX. Empezó hace 3 años y la apasiona hasta el mínimo detalle. “Es el deporte más lindo que hice y lo que más me gusta de este espacio son las amistades que hago y andar en la pista es hermoso. No se puede comparar con ningún otro por el nivel de adrenalina que genera, el compromiso y la emoción de cada entrenamiento y carrera”, asegura. Como Lautaro, extrañaba las pistas: “El regreso presencial fue muy lindo, pero es un desafío muy grande porque una pierde la costumbre después de tanto tiempo”.

“La pandemia jugó en contra para el desarrollo del deporte, ya que el BMX implica poner el cuerpo y la presencialidad. Muchos desistieron de seguir compitiendo por la falta de entrenamiento, por eso nuestro objetivo es que todo vuelva a ser como antes con los protocolos correspondientes”, expresa Ciappino.

El retorno a la práctica fue adaptándose en cada provincia a las restricciones de la pandemia. Y no todo fue negativo, puesto que se acercó gente nueva motivados por tratarse de un deporte al aire libre. En Mendoza o en Bahía Blanca ya se está compitiendo hace un año, pero en el AMBA recién ahora, como en Vicente López, donde este fin de semana se realizó el Campeonato Bonaerense 2021, una buena oportunidad para conocer de primera mano este deporte.

Arte para una sociedad mejor

Arte para una sociedad mejor

Durante demasiado tiempo, las personas con discapacidad fueron invisibilizadas: no se les reconocían derechos, no tenían voto ni decisión, se las percibía como sujetos pasivos que requerían asistencia constante. Todo lo que fuera “especial”, los posicionaba como distintos a una supuesta normalidad.

Desde principios de siglo, hace unos 10 años, existe un nuevo paradigma que está en construcción y deconstrucción: el modelo de la autonomía. Defendida y trabajada en la Compañía de Artes “Las Ilusiones”, esta concepción incentiva a pensar a las personas con discapacidad como sujetos de derechos y de participación activa más allá de lo artístico. El arte se convierte en un camino de posibilidades que reconfiguran la percepción de la sociedad.

“Se trata de un espacio lúdico y de encuentro. Crear una obra de teatro o una puesta en escena involucra a todos los que estamos ahí, en un aquí y ahora. A diferencia de ambientes jurídicos o laborales, implica encontrarse desde la paridad y partiendo de las capacidades individuales de cada uno”, afirma Juan Ignacio Acosta, licenciado en Dirección Escénica y director de Las Ilusiones.

Así, el arte inclusivo potencia las capacidades individuales y su autopercepción: facilita el desarrollo cognitivo conductual y rescata esa voz interna que no siempre puede expresarse a través del lenguaje verbal o gestual. Este campo pretende quitar el velo con el que vemos el arte, pero, sobre todo, la discapacidad. Derriba mitos conociendo otras realidades y empatizando con ellas, ya sea a través de un cuadro, una poesía o una obra.

“Las obras de teatro inclusivo permiten hablar de lo que va a venir, una sociedad totalmente inclusiva, abajo y arriba del escenario, en todos los ámbitos. Aporta un espacio de ser, de elegir qué hacer y de ser valorados con nuestras diferencias y similitudes”, subraya Acosta.

Es un espacio en constante tensión: aparecen pequeños logros del colectivo de discapacidad o políticas más inclusivas del Estado, sin embargo, siempre se presentan barreras. “Lo que yo noto hasta hoy es que hay un sesgo en la sociedad por tratarlos como enfermos: o son muy ángeles, como falsamente positivos, o son mogólicos, en un sentido negativo y pasivo. En estos extremos perdemos un montón de colores y variantes posibles”.

Mientras dialoga con ANCCOM, la madre de uno de los artistas que concurre al lugar le dice en tono gracioso: “Che Juan, ¿puede ser que desde que mi hijo viene a Las ilusiones habla más y manifiesta lo que no le gusta? ¡Está como más rebelde!”. “Sí, porque es adolescente y tiene que ponerse rebelde, decidir cómo vestirse, a dónde ir, con quién estar –responde Acosta–. Y eso no es rebeldía, es autonomía”.

¿Cómo se reflexiona y se potencia este proceso artístico junto con las familias? Depende de la historia detrás de cada una. “Cuando una persona nace con discapacidad, se instala la nomenclatura de que toda la vida va a ser dependiente, entonces después es difícil borrar esas estructuras que se construyeron tan hegemónicamente. Nosotros como agentes trabajamos en conjunto con las familias a medida que se van abriendo o conversando sobre la autonomía, acá es fundamental lo que les pase a los padres, por eso trabajamos la confianza”.

La pandemia repercutió en la compañía. Al principio, subieron actividades a YouTube y organizaron clases virtuales por Zoom. Además, realizaron acciones de contención emocional para padres y talleres de otras artes. “Hubo una buena recepción y se aprovecharon los canales: propusimos que el artista elija la disciplina que quiere hacer y el formato que le gustaría. Actualmente, lo bimodal –presencial o virtual– nos ayudó con mayor organización, las burbujas no se rompían, sabíamos quiénes venían para cada actividad y así fue todo el año, tuvimos que adaptarnos en espacios abiertos, con distancia, con barbijo”.

Fernando Pacheco integra Las Ilusiones desde 2016. Hace teatro, canto y desde 2017 es preceptor de comedia musical. En su rol, acompaña a los artistas en las actividades y trata de dar respuesta a lo que ocurre arriba y abajo del escenario. “Según lo que necesiten, ayudo con texto o coreografía. Desde esta responsabilidad me siento partícipe de este espacio, no es una pequeñez lo que hago, al contrario, se trata de ser parte de esta gran familia. Colaboro con los artistas y ellos me ayudan a crecer como persona”, señala.

 

Lo que más le gusta de Las Ilusiones es trabajar codo a codo con personas con distintas discapacidades y aprender de ellas y con ellas. En cuanto a las clases virtuales, cuenta que le costó adaptarse: “Que sean desde nuestras casas, con nuevos espacios, manejar Zoom, pero me fui amoldando y pude trabajar bien”. Volver a lo presencial fue una alegría inmensa. “Me reencontré con mis compañeros como antes, aunque con los cuidados respectivos, volver a trabajar como hace años fue muy bueno”, dice.

El arte inclusivo busca la integración de la diversidad: “Para mí es libertad, es poder expresar sentimientos y emociones de diferente manera y crear mundos que no existían”, sostiene Pacheco. Para Acosta, es una vanguardia artística con sus propias variables, sus formatos y con un tipo de estética que se construye día a día: “Es un vago movimiento estético y artístico que abre la puerta a construir con un otro sin limitaciones neurológicas o físicas. No crean que es un producto infantil o amateur, todo lo contrario, hay un arte ensayado, elaborado, pensado, que no por ser inclusivo, deja de ser profesional”, concluye.

 

Una app para saber cuánto invierten los partidos en las redes para la campaña electoral

Una app para saber cuánto invierten los partidos en las redes para la campaña electoral

 

La Asociación por los Derechos Civiles (ADC) actualizó PubliElectoral, una herramienta que permite la recolección de información relativa a la publicidad electoral en redes sociales en búsqueda de transparencia.

PubliElectoral, un desarrollo de la ADC, surgió en 2018 como un proyecto que investiga las diferentes estrategias de la comunicación política en redes. La herramienta se utilizó para analizar los gastos de la campaña presidencial de Alberto Fernández y Mauricio Macri. Según los datos recopilados en conjunto con la Cámara Nacional Electoral (CNE), el gasto publicitario de los partidos políticos superó los $450 millones: el 30% de ese dinero se destinó a redes, casi un 10% a medios digitales, un 3% a medios gráficos, un 20% a campañas en vía pública, mientras que las agencias publicitarias se llevaron otro 20%.

El resultado de esta primera experiencia habilitó para que se interrogaran sobre un terreno escasamente regulado: “Uno de los aportes que obtuvimos fue ver el crecimiento en el uso de las redes como espacio para hacer campaña política, las plataformas generan cambios y se van imponiendo diferentes reglas en poco tiempo. Este estudio parte de reconocer que la publicidad en los medios tradicionales tiene regulaciones claras, mientras que en redes no”, afirma Milena Álvarez, referente de ADC.

Tras esta investigación, desarrollaron una aplicación propia y de código abierto, para celulares con sistema operativo Android y en navegadores Google Chrome y Mozilla Firefox, que monitorea las campañas publicitarias de candidatos copiando publicaciones y bibliotecas de anuncios de Facebook para analizarlas posteriormente.

Según el informe de la Biblioteca de anuncios de Facebook, en los últimos 90 días, organismos públicos, dirigentes políticos, partidos y candidatos gastaron más de $100 millones en publicidades en Facebook e Instagram y sus herramientas asociadas –como Audience Network y Messenger.

El uso de las redes como plataformas de campaña política y de publicidad ha crecido en todo el mundo de la mano de espacios políticos que invierten grandes sumas de dinero, tomando ventaja de la falta de regulaciones, y de empresas privadas que reciben dinero y lo convierten en avisos, sin preguntar demasiado de dónde proviene. “Lo que pudimos ver a través de la investigación es que la categoría que incluye gastos en redes es una categoría amplia: no es lo mismo hacer publicidad paga por Facebook para que lo vea una cantidad de personas o que un partido contrate un community manager. La realidad es que esta categoría se puede llamar de distintas maneras, pero no está aún delimitada”, subraya Álvarez.

PubliElectoral recopila dos tipos de datos: publicidad pagada y orgánica. La primera incluye avisos que, por estar segmentados, sólo son visibles para los usuarios específicos seleccionados a la que se busca alcanzar. La segunda es toda aquella que pueda realizarse en las plataformas sin costos adicionales. A esto se le suma que cada plataforma presenta sus propias particularidades técnicas y políticas de usos.

 

En este escenario, el proyecto busca reunir y analizar información vinculada a los anuncios para mejorar la competencia entre partidos y la transparencia del gasto electoral en las redes. “Sabemos que Internet es un espacio libre y cualquier partido político puede crear una página y publicar sus actividades –sostiene Álvarez–, pero puede haber estrategias que no generen equidad”.

Las redes son un espacio donde las personas muestran su adhesión, su opinión o crítica a sus diferentes gobiernos y entidades, por lo tanto, la intervención ciudadana activa se vuelve elemental para la transparencia: “Queremos que haya una participación activa porque las herramientas de publicidad son diferentes en los medios tradicionales que en los digitales. Este trabajo nos permite comprobar que los anuncios les llegan a personas reales pero sin saber específicamente a quiénes”. Como parte del compromiso de Derechos Digitales y ADC con el derecho a la privacidad, la herramienta no recopila ni almacena datos personales de ningún tipo.

La CNE, entre otros organismos de la región que controlan los fondos públicos en campañas políticas, se ven interesados en contar con mejores herramientas para evaluar los gastos en Internet y redes. Un ejemplo es el avance que significó la Acordada Extraordinaria N° 66, en agosto de 2018, que estableció la obligatoriedad de la registración de las cuentas oficiales en redes y sitios web de los candidatos, agrupaciones políticas y sus máximas autoridades. Este tipo de proyectos ponen énfasis en la importancia de detallar los gastos invertidos en Internet junto con su origen. Este en particular puede consultarse en GitHub/Advertising Detector Plugin, y en las próximas versiones se extenderá su alcance a otras redes y dispositivos.

Trabajar con la muerte en tiempos de pandemia

Trabajar con la muerte en tiempos de pandemia

El espacio es enorme. Pasillos y senderos enmarcados en mármol, piedras y vidrio decoran el lugar turístico de la calle Junín al 1700 que hoy está poco habitado. El sol de las tres y diez envuelve a Recoleta con una calidez amena mientras una leve brisa revuelve las hojas de una tarde de otoño.

A pesar de ser día de semana son pocas las personas que esperan el colectivo, hay puestos vacíos en las ferias y es poca la gente que circula. Los turistas de todo el mundo que solían visitar el cementerio ya no preguntan ni sacan fotos; de hecho, solo el personal recorre los largos pasillos. Los colores blanco, gris y negro dominan el laberinto de historias que urbanizan el lugar. La inmensidad de pasillos y las estructuras particulares le dan al cementerio un estilo tradicional que ha permanecido generación tras generación. Se distinguen numerosos estilos arquitectónicos, desde el gótico, con sus sillares de piedra bien labrados, hasta el movimiento Art Deco con sus bases geométricas imperantes: el cubo, la esfera y la línea recta.

Un hombre, vestido de uniforme azul añejo, extrae de su cinturón un manojo de decenas de llaves, diferentes en colores y tamaños: una sola es colocada en la ranura de la cripta. La llave gira, una palanca de metal es colocada debajo de la puerta pero la sacudida de una patada es lo que logra abrirla. Con los pétalos marchitos en mano, el hombre de limpieza parte el tallo a la mitad y, retirándose de la cripta por un momento, lanza las flores en un contenedor de basura colocado estratégicamente al lado del mausoleo. Limpia la puerta a baldazos y cepilla mientras el agua baja y escapa por los escalones, llevándose suciedad, hojas y huellas de pisadas a su paso. De repente, los cepillados cesan y el señor levanta la vista: los llantos de una señora roban su atención y lo lleva a acercarse inmediatamente:

 

– Madre: un solo familiar puede pasar, el resto tiene que quedarse afuera – dice, con su mano en el pecho.

 

El 20 de marzo de 2020 se establece para todas las personas que habitan en el país o se encuentren en él en forma temporaria, la medida de “aislamiento social, preventivo y obligatorio”. De este modo, con el Decreto 297/2020 quedan exceptuadas ciertas actividades y servicios declarados como esenciales. En este marco se vieron afectados los servicios funerarios, entierros y cremaciones, quedando prohibidas las reuniones en las salas de velatorios mientras que los crematorios y cocherías solo realizan el traslado, tratamiento y entierro (o cremación) de un cadáver. 

 

El acceso al cementerio estaba cerrado salvo para los empleados fúnebres, incluso la suspensión de ceremonias supuso una nueva logística para las cocherías: el coche fúnebre debe entrar a un sector designado y solamente una persona puede acompañar el traslado. Los casos confirmados y sospechosos de covid 19 no permiten las despedidas familiares. Sin embargo, los allegados pueden optar por inhumar el cuerpo en tierra, bóveda o mismo realizar la cremación del cuerpo. Todos deben usar barbijos y guantes de látex como protección, desde familiares que ingresan hasta el personal administrativo y del crematorio.

A mediados del 2020, la Dirección General Cementerios junto con el Ministerio de Salud modificaron el protocolo permitiendo ingresar visitas de seres queridos: el ingreso en grupos no debía superar las dos personas, se permitía el uso de vehículos en áreas asignadas y existía un máximo de permanencia de una hora. Además, estaban prohibidas visitas de carácter turístico o recreativo.

Sobre este tema dialogó ANCCOM con Miguel Angel Prieto, tanatopráctico y tanatoesteticista sobre las dificultades que conlleva en este contexto trabajar con personas fallecidas: “En principio, la tanatopraxia es el tratamiento que se realiza a la persona que falleció para que sus familiares puedan despedirse dignamente: combatimos las secuencias mortuoria, golpes, hematomas, deformaciones faciales a través de la desinfección, conservación, restauración y estética final. Se trata de un trabajo invasivo sobre el sistema circulatorio que permite la conservación del cuerpo por meses“. En este sentido, la tanatoestética se diferencia por ser una conservación reducida a, como máximo, sesenta horas.

Tal como explica el profesional, se trata de un trabajo en equipo y por etapas ya que el cuerpo pasa por múltiples especialistas. La causa de muerte es el principal punto de partida: “Lo primero que se realiza en el cuerpo es la autopsia, en este sentido nuestro trabajo se ve afectado no solo por el accidente o muerte traumática sino también por las incisiones o suturas que implica el determinar la causa de muerte. Tras ese procedimiento, restauramos el cuerpo para que las familias puedan despedirse”.

Este tratamiento en particular demuestra que existe una cultura funeraria que está fuertemente burocratizada: existe un asesor funerario que indica la documentación necesaria, se trabaja con salas velatorias acompañada de azafatas pero también se trata de un trabajo cercano y personalizado: “En todo momento acompañamos a las familias en sus decisiones: hay gente que nos pide la reconstrucción de alguna parte del cuerpo, traen ropa o elementos de aquella persona y aparecen las costumbres culturales como las comidas y bailes que hasta el momento están suspendidas”.

Este tipo de ceremonias se vio modificada por los protocolos impuestos por el Ministerio de Salud de la Nación. En este sentido, Prieto afirma que se trata de protocolos específicos para cada etapa del cadáver: la primera tiene que ver con el traslado del cuerpo desde la sala de internación: “El cuerpo es transferido al depósito y debe permitirse el acceso de un familiar para una despedida, sin establecer contacto físico”. Tal como se detalla en el protocolo, las personas que entren y el personal que participe del traslado deben tener una bata desechable, unos guantes y una mascarilla quirúrgica. A su vez, el cadáver debe introducirse en una bolsa plástica impermeable y con cierre hermético, identificándose como “material infectocontagioso”.

En el procedimiento de la autopsia, se recomienda no realizar ninguna intervención en personas fallecidas por covid-19: “Esto se debe a que todavía el cuerpo puede contener virus vivos en los pulmones u otros órganos. En este sentido, se deben tomar medidas de protección respiratoria complementarias”. También se encuentra prohibido realizar actuaciones de limpieza, intervención de tanatopraxia o tanatoestética sobre el cadáver.

Durante el transporte al tanatorio, el personal deberá ser notificado en caso de tratarse de un paciente con coronavirus. Prieto comenta que actualmente “las empresas funerarias ofrecen cuatro destinos para dichos cuerpos: conservación, inhumación, cremación. y traslado al extranjero”.

Tal como se evidencia, los trabajadores fúnebres se encuentran permanentemente expuestos por el contacto diario. Muchas veces no solo retiran los cuerpos sino que interactúan con profesionales de la salud que estuvieron expuestos o con familiares del fallecido.

“Desde el comienzo de la pandemia, el servicio fúnebre se encuentra en constante peligro de contagio. De hecho los sectores fúnebres de los cementerios fueron los que pidieron protocolos para trabajar”, detalla el entrevistado. Por este motivo, a principios del 2021 los trabajadores de Cementerios, Cocherías y Crematorios (SOECRA) exigieron ser reconocidos como personal esencial. Salvador Valente, referente del sindicato, expresó las condiciones límites de sus tareas: “Se hizo un pedido formal para vacunar al personal porque algunas morgues son de una insalubridad terrible, el contacto con los familiares que fallecen y el traslado desde las clínicas nos pone en un lugar de riesgo importante».

Mientras algunas bóvedas son limpiadas por el personal con frecuencia, otras se encuentran relegadas entre escombros, polvo y vegetación descontrolada. Muchas tumbas son olvidadas y solo reciben miradas al pasar, quedando como únicos compañeros el tiempo y el viento. Las nubes comienzan a tapar los rayos del sol y la brisa incrementa, los trabajadores caminan en dirección a la salida donde la vida del día a día los espera. Pasos resuenan entre los pasillos repletos de historias, y en el mausoleo blanco de la esquina inferior izquierda, los escalones siguen mojados.