Salir del molde

Salir del molde

«¿Así te sentas en tu casa?», «no uses el celular», «ponete el uniforme reglamentario», «atate el pelo», «no llegues tarde». «No contestes.» «no me subas el tonito», «ya estás grande, hacelo». «Respetá a los mayores que saben más que vos», «portate bien», «dame el asiento», “si sos varón, no llores”, “sos demasiado chico para opinar”. Lejos de todas estas frases hechas que los jóvenes suelen escuchar día a día, el propósito que los reunió era el de cuestionar esos mandatos sociales que muchas veces suelen potenciar o funcionar a costa de sus verdaderos deseos o expectativas. Ellos, “demasiado chicos”, se tomaron el espacio, para opinar -por suerte- demasiado.

El martes 11 de octubre, a primera hora del día, alrededor de cien alumnos y alumnas de colegios secundarios se mostraban entusiasmados con su excursión poco habitual: todos estaban muy motivados por participar de Juventear (en sus tres jornadas tuvo un total de cuatrocientos participantes), un proyecto pensado como una serie de congresos que se propone revisar la realidad, visibilizar problemáticas y abrir puntos de fuga para el desarrollo de un pensamiento crítico.

La cita era a las nueve de la mañana en el Centro Cultural Paco Urondo de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Y a esa hora, bien puntuales, todos se encontraban listos para presentar las ponencias que habían estado preparando desde hace tiempo.

El lugar elegido no fue librado al azar. La idea también representó una oportunidad para acercar la Universidad a la Escuela, “potenciando las expectativas de construcción de futuros posibles”, en palabras de Lara Purita, docente y una de las organizadoras del evento.

La consigna que los chicos recibieron era la de elaborar un documento como los que se preparan para los congresos académicos, que problematizara mandatos sociales de su preocupación o recurrencia, para hacerlo público y luego, con ello, generar un debate enriquecedor y de interacción, con variados puntos de vista.

El lugar elegido no fue librado al azar. La idea también representó una oportunidad para acercar la Universidad a la Escuela.

El lugar elegido no fue librado al azar. La idea también representó una oportunidad para acercar la Universidad a la Escuela.

Mandatos

Entre el deseo y el saber fue el lema que guió al Congreso que, en la primera de sus jornadas, tuvo como protagonistas a alumnos y alumnas de los últimos años del secundario del Instituto Inmaculada Concepción (Parque Patricios), del  Instituto Canto a la Vida (Villa Lugano) y de la  Escuela Técnica de la UNDAV (Avellaneda).

Pasadas las diez de la mañana comenzaron las exposiciones: las estudiantes “voceras” del Instituto Inmaculada Concepción rompieron el hielo cuando les llegó el turno de tomar el micrófono y lanzarse a hablar: “Los jóvenes nos encontramos encerrados en una maraña de expectativas  que los demás tienen respecto de nosotros, por el sólo hecho de ser jóvenes. La sociedad también hace su aporte y nos pone por delante estereotipos, a los cuales se espera que nos acomodemos”.

La primera ponencia tuvo como principal tópico destacar que los mandatos sociales, que denotan un deber ser, son mandatos culturales, ya que atraviesan la sociedad civil en sus diversas instituciones. “Entendemos a la cultura como un entramado simbólico  que organiza y da sentido a la realidad de una época y en un determinado espacio geográfico”. Además, manifestaron que “los mandatos culturales son problemáticos porque ponen en riesgo nuestra identidad individual”.

Con un público joven expectante, se empezaba a generar un espacio para la escucha,  la reflexión, y el intercambio de ideas: “El Estado, con sus políticas, también nos dice qué espera de los jóvenes. Cuando se compran computadoras para poblar escuelas, cuando pone en agenda la discusión acerca de la edad mínima para establecer penas a los que delinquen , o cuando permite que la policía demore a las personas por su aspecto físico”.

Así comenzaba Juventear, con las consignas “Pensamiento crítico” y “Juventud debate”, promoviendo además el uso de las redes sociales con sus respectivos hashtags. “La idea -señaló Purita- es la de fortalecer una mirada que entienda a la cultura como una construcción colectiva de potencial transformador y que se piense a los jóvenes como un sector de producción simbólica fundamental para las actualizaciones que el presente nos exige”.

El rol de los medios de comunicación y su capacidad de propaganda fueron otros de los asuntos clave que se trataron en relación a la construcción de los mandatos sociales vinculados a la imagen: “Estamos todos enterados de que la chica debe tener un cuerpo apto para pasarelas, un pelo que no tenga frizz, una cara angelical y todas esas cuestiones que poco tienen que ver con su formación académica o su gusto por el arte”, continuaban las expositoras de la primera escuela disertante.

Esta temática también fue tratada por el Instituto Lengüitas, el día miércoles: “La prensa es la única ventana a la realidad que casi todo el resto de la población ‘no pobre’ tiene. Esto le facilita a los medios de comunicación, la manipulación de la realidad. Y así es como pintan  la imagen de los llamados ‘pobres’, como cachorros sin salvación, incapaces de valerse por sí mismos, ni en su cuidado, ni en su bienestar; un grupo de personas del que hay que cuidarse, y, de vez en cuando, sentir lástima”.

La mirada estaba siempre puesta en una misma cuestión: animarse a cuestionar la realidad y a quebrar las reglas.

Estudiantes de la Escuela Técnica UNDAV en plena ponencia.

Estudiantes de la Escuela Técnica UNDAV en plena ponencia.

Violencia institucional

“Hoy nosotros, acá, con todos ustedes, queremos dejar una marca, un testimonio de la realidad que nos atraviesa día a día”. La segunda ponencia estuvo a cargo de las estudiantes de la Escuela Técnica de la UNDAV, quienes pusieron el foco en la violencia institucional iniciando su exposición con una mención a Ezequiel Demonty (joven que fue torturado por la Policía y arrojado al Riachuelo en 2002). “Nos conmovió este caso porque habla del abuso de las fuerzas policiales, algo que ocurre cotidianamente a nuestro alrededor; tenemos amigos y familiares que han sido víctimas de esto. Sin ir más lejos, a algunos de nosotros, cada mañana, camino a la escuela, nos palpan para ver si estamos armados o para ver si tenemos drogas, sólo por portación de cara, ¿nos pararían si tuviéramos una apariencia diferente?, ¿nos dejarían entrar a todos lados si nos vistiéramos de otra forma?”.

Las chicas, que viven en los barrios de Isla Maciel, Villa Azul e Itatí destacaron la cuestión de los mandatos ligados al origen de una persona que se vinculan, además, con la vestimenta o la manera de hablar: “Se espera mucho de nosotros como sociedad. Que dejemos de cometer delitos, que trabajemos, que no seamos vagos. Sin embargo, nos nos dan posibilidades de progresar o estar a la altura de los otros. Hay veces que queremos buscar trabajo y otros, siguiendo estereotipos, nos niegan esa oportunidad”.

Para concluir con su ponencia, leyeron una poesía de su autoría, que continuaba el tema planteado:

“Quieren ahogar nuestras ganas de progresar.

No estamos en la agenda de los poderosos porque ellos nos creen pequeños y débiles.

Frenan nuestra educación como si lo que hacemos fuera ilegal.

Nos quieren borrar del mundo como si fuéramos basura.

Poco a poco vamos demostrando con fuerza y humildad que somos mejores de los que ellos creen”.

Y los aplausos colmaron el salón principal del Urondo.

Los chicos, colgando los carteles manuscritos que respondían a la pregunta: «¿a qué le decís basta?»

Las familias no-tipo

Luego de que las alumnas de la UNDAV se levantaran, llegó el turno de los estudiantes del Instituto Canto a la Vida, de Villa Lugano, quienes consideraron, desde los inicios de su exposición, que los mandatos están a menudo naturalizados y que deberíamos cuestionarlos: “Cada mandato está sostenido por diversas organizaciones, se transmiten de generación en generación y los incorporamos todo el tiempo mediante publicidades, películas, redes sociales y otros medios de comunicación en general”.

La idea de la ponencia del colegio de Lugano fue centralizarse en los mandatos relacionados con las familias tipo: “Esas en las que hay un padre que trabaja y administra el dinero, una madre que se encarga de la limpieza, de mantener a sus hijos. Los hijos, que estudian en un colegio privado no se pueden relacionar con gente diferente, y tienen una carrera elegida. Todos comparten la misma casa, mamá, papá y los hijos, que comparten los domingos, se van de vacaciones y tienen un auto y un perro”. Las chicas plantearon que ese ideal, hoy, prácticamente es insostenible, ya que existen diversos tipos de familias y diferentes personas pueden cumplir variados roles: “En muchos casos se lleva a las familias a forzar una relación cuando ya no funciona o te hacen desear ser reconocido por un padre que nunca se interesó por verte y en creer que esa es la única posibilidad de estar bien. En otros casos, este modelo es engañoso y nocivo, te hace creer que perdonar a tu familia, pase lo que pase, es un deber, que está mal dejarlos de lado, aún cuando tengas que soportar maltratos y malos momentos. Y eso te hace sentir sofocado, estresado, angustiado en silencio, por no poder cortar con relaciones que no van”.

La exposición de las estudiantes llevó a preguntarse: “¿Queremos vivir nuestra vida de esta manera?, ¿vale la pena? Y si no existe este ideal, ¿por qué lo seguimos buscando?”

Concluyeron exclamando a dúo: “Somos hijos de padres separados, hijos de la violencia, hijos de padres solteros; somos hijos de padres separados que viven juntos, somos objetos de nuestros padres”.

La última ponencia de la primera jornada tuvo un enfoque claramente dirigido a pensar que para lograr una transformación colectiva y para dejar de sentir que hay vacíos que llenar, porque hay un modelo que nunca se alcanza, hay que empezar a revisar estas ideas, reflexionarlas, cuestionarlas y enfrentarlas. Y, sin duda, para eso estaban allí.

La primera jornada tuvo al Grupo artístico Beso como performance de cierre.

No me callo nada la boca

Cerca del mediodía, y finalizadas las exposiciones, de la mano de los conductores del evento se abrió el debate. Fue ahí cuando el público empezó a activar mucho más que su capacidad de escucha. El micrófono pasaba de lado a lado, generando así una riqueza de opiniones: “Vivimos en una sociedad en la cual quien usa remera rosa es homosexual y la que usa la remera corta es una trola”, “los mandatos están super vinculados al consumismo”, “confesé que era gay, pero antes pensaba que estaba mal decirlo”, “habría que hacer una campaña de concientización para los más grandes”, “esto hay que llevarlo a los demás, para que no existan más mandatos para las futuras generaciones”, “las diferencias no nos hacen ni mejores ni peores, solamente nos hacen diferentes”, “hay que salir de la idea de que hay que matar al ladrón porque te quiso robar”, “no da responder con más violencia”, “en mi barrio muchos chicos salen a robar porque no les dan la posibilidad de trabajar”, “no podemos pensar en que si me matan a algún familiar, tengo que matar, lo que tenemos que pensar es que hay un Estado ausente, nosotros no podemos hacer justicia por mano propia”.

Desde sus inicios, Juventear, -que el año pasado resultó ser el trabajo con que las organizadoras concluyeron la Diplomatura en Producción Cultural- busca acortar las distancias entre el nivel de educación medio y el superior, promover lazos entre estudiantes secundarios y generar una oportunidad para acercar la Universidad a la Escuela, visibilizando y democratizando prácticas que a ella la constituyen, volviéndola accesible. Purita, en este sentido, agregó: “El pasaje de la secundaria a los estudios superiores no suele ser nada fácil para los chicos. Muchas veces piensan que no van a poder.  Hay en ellos desconocimiento, inseguridad y falta de estímulos que los terminan inhibiendo. Por eso Juventear cumple un rol muy importante”.

Muchos de los comentarios que surgieron del debate tuvieron que ver con con la elección de futuras carreras: “Quiero estudiar algo que el día de mañana me pueda mantener”, “hay que estudiar lo que te dé felicidad independientemente del dinero”. Y las reflexiones seguían colmando la sala, generando así un ambiente de atención y -en algunos momentos- algo tensos, entre los mismos jóvenes, como así también entre los organizadores y el público en general que se acercó a participar del evento.

Estudiantes del Instituto Inmaculada Concepción (Parque Patricios), del Instituto Canto a la Vida (Villa Lugano) y de la Escuela Técnica de la UNDAV (Avellaneda).

Los poderosos

Finalmente llegó el turno de la invitada motivadora, otro de los ejes del Juventear. En esa ocasión fue Alejandra Díaz, miembro de La Garganta Poderosa, quien hizo aportes en relación a la violencia institucional: “A mi hijo lo mató la policía,  fue eso lo que me hizo militar; pero nunca busqué venganza, yo no quiero causarle el dolor que me causaron a mí, porque esa madre no tiene la culpa”. La juventud escuchaba atenta el relato  de Alejandra, quien tocó uno de los temas más recurrentes de la mañana.

“Creemos que la figura del invitado motivador es clave, porque aporta una perspectiva constructiva sobre los ejes del debate que las escuelas propusieron para cada jornada, dispara nuevos modos de reflexión, aporta herramientas para seguir pensando”, comenta la productora. También contaron con la presencia de Genoveva Purita, una especialista en Comunicación en la era digital, y con Azul Lombardía, actriz y co-guionista de la serie Según Roxy. “La idea partió de que puedan contarles sus experiencias a los chicos sobre la búsqueda del deseo y la vocación, la capacidad de reinventarse y sortear obstáculos, la identificación de las presiones y la pregunta por las expectativas a la hora de terminar la escuela y tomar decisiones sobre sus futuros”, aclaró.

Durante los días que continuaron se realizaron más de diez ponencias que tuvieron como eje principal del debate a los mandatos de género, maternidad y el legado del “cuerpo perfecto”. También se puso en cuestionamiento el asunto de la discriminación que sufren las mujeres en el deporte y en el mundo laboral, y el mandato del éxito ligado a la felicidad. A su vez, se problematizó respecto de la futura elección de carreras universitarias. Los protagonistas fueron, entonces, los estudiantes del Instituto Glaux, de la Escuela Argentina del Oeste y del Instituto Nuestra Señora del Huerto.

El cierre del día martes estuvo a cargo del grupo Beso. Integrado por más de veinte artistas, protagonizó una performance ligada al contacto con el otro, generando así un momento de suma atención por parte de los chicos y chicas del público, y de tensión y descontento por parte de las organizadoras del Ciclo. A puro beso y abrazo, los intérpretes – descalzos y vestidos con ropas claras- crearon un clima totalmente inesperado.

Finalmente, Ricardo Manetti, director de la Carrera de Artes y del Centro Cultural Paco Urondo, cerró el ciclo motivando a los concurrentes a perseguir siempre sus deseos. Por su parte, los “jóvenes referentes” participantes del Juventear del año anterior (ya egresados del colegio secundario) siguieron el mismo camino.

Con el entusiasmo y la fuerza de la juventud se dio por terminado el segundo año de este ciclo, el cual promete continuar creciendo cada vez, para seguir fortaleciendo los lazos entre los estudiantes secundarios que se encuentran en la búsqueda de Instituciones para desarrollar sus capacidades. Una vez más, los jóvenes fueron el centro de atención, construyendo un espacio de debate hecho por y para ellos.

La finalización del Congreso se coronó con una consigna entre aplausos y gritos: “La peor lucha es la que no se hace; ¿estamos dispuestos a luchar?”. Y la juventud protagonista, nuevamente, prometió seguir dando que hablar.

Actualizado 15/10/2016

“El Nobel le dará agallas a Santos para retomar las riendas del proceso de paz”

“El Nobel le dará agallas a Santos para retomar las riendas del proceso de paz”

 “Qué terrible un intelectual diciendo esto, pero lo único que nos queda es tener fe”, dice la politóloga colombiana Gina Paola Rodríguez en torno a la situación de su país. Rodríguez, doctora en Ciencias Sociales (UBA) y especialista en violencia política y cambio social en América Latina, se refiere al panorama incierto que dejó el rechazo al acuerdo de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno nacional, que preside Juan Manuel Santos. Las negociaciones entre las partes, llevadas adelante en La Habana, datan de noviembre de 2012; en septiembre pasado se firmó el histórico acuerdo, en procura de poner fin a más de medio siglo de conflicto armado. Sin embargo, el 2 de octubre el pueblo colombiano votó por el “no” y rechazó pacto. No obstante, cinco días después, la Academia sueca le daba al presidente Santos el Premio Nobel por la Paz.

 “Dentro de los sondeos más pesimistas, ganaba por estrecho margen el “sí” a la paz en Colombia, de manera que fue una sorpresa enorme –explica Rodríguez-. Pero si uno lo ve en una perspectiva de mediana duración, teniendo en cuenta lo que ha sido históricamente la participación política de los colombianos, no sorprende. Esta participación bajísima en las elecciones es estructural, no es algo que tenga que ver con esta votación específicamente”.

El jueves pasado Santos anunció que extenderá el cese al fuego bilateral hasta el 31 de diciembre de este año, hecho celebrado por las FARC. Mientras tanto, el ex presidente Álvaro Uribe escribió en su cuenta de Twitter: “Tenemos toda la disposición, como lo dijimos en campaña, en trabajar para que se modifiquen los acuerdos”.

¿Cuáles son los orígenes del acuerdo?

Desde tiempos del gobierno de Uribe, cuando Santos era su ministro de Defensa, se habían empezado a producir algunos acercamientos y charlas informales con el secretariado de las FARC. El paso definitivo se dio cuando las dos partes encontraron un lugar para discutir: Cuba. El gobierno de ese país, y en aquel momento el presidente Hugo Chávez, fueron los principales impulsores de ese encuentro. Ha habido adicionalmente un acompañamiento del gobierno de Noruega. A partir de allí, hubo un proceso largo que dio lugar a este acuerdo de 297 páginas sobre seis temas muy importantes: la reforma rural integral, la participación política de las FARC, la reparación de las víctimas, el tema de las drogas ilícitas, el tratamiento que se va a dar respecto al narcotráfico y, finalmente, los mecanismos de deportación de armas y refrendación de los acuerdos. 297 páginas que tomaron cuatro años, por eso es una situación tan especial y tan urgente.

¿Cuáles son los sectores a favor y en contra del acuerdo?

El gobierno de Santos era el más interesado en que este plebiscito ganara. Pero también hubo una campaña por el “no” liderada por Uribe con mucha circulación mediática. Tuvo a uno de los principales canales privados fogoneando esa campaña, el canal RCN, y una gran inversión en propaganda de radio y televisión.

Uno puede hacer lecturas en muchos sentidos. Son criterios económicos pero también políticos. Por un lado, Uribe nunca se ha destacado por ser un gestor de paz en Colombia. El agravamiento del conflicto interno durante su presidencia fue notable junto a un aumento indiscriminado de las violaciones a derechos humanos -como los casos de los falsos positivos, jóvenes que eran secuestrados y extraídos de barrios populares y después aparecían muertos-. Son innumerables e inconfesables los crímenes que se cometieron por parte de la fuerza pública en connivencia con el paramilitarismo, cuya responsabilidad es de Uribe.

Por otro lado, el uribismo ha construido su riqueza a costa del despojo de miles de campesinos de todo el país. Por lo tanto, las nuevas economías extractivas ven pernicioso la devolución de todos estos territorios a la población desplazada.

 ¿Qué otros sectores estaban por el “no”?

 Las fuerzas militares, porque debían verse abocadas a confesar los crímenes que cometieron, a decir en dónde se encuentran esas víctimas, a pagar penas de cárcel, a verse expuestos. Muchos de estos militares actualmente están en retiro, entonces no tienen ningún interés en que esa verdad se sepa. Hubo también una participación muy importante de las iglesias cristianas evangélicas que decidieron bajar línea a toda su feligresía para que votaran masivamente por el “no”. En definitiva, el “no” ganó por desinformación, ganó porque hubo abstencionismo, ganó porque quizás, también, le faltó al “sí” una campaña más contundente, más masiva. También es cierto que hay un enorme resentimiento en el país frente a las FARC, y eso no es fácil de superar. Las FARC fueron un actor armado que le hizo mucho daño al país y eso parece que persiste en la memoria de los colombianos.

¿Cómo fue el resultado del plebiscito en el extranjero?

Afuera ganó la gente que apoyaba la paz. Lo increíble es que la gente más progresista en Colombia está en el exterior. Cuando uno habla de cerebros fugados, acá es absolutamente patente. Otro rasgo relacionado con la votación en países extranjeros es que hay muchos jóvenes. Los que están intentando actualmente que el proceso continúe son los jóvenes y los estudiantes.

¿Cuál es el impacto del triunfo por el “no” en Latinoamérica?

Muchos ciudadanos latinoamericanos teníamos una esperanza enorme puesta en los acuerdos de La Habana frente a lo que ha sido esta avanzada de la derecha neoconservadora en la región. Y eso no quiere decir que Santos sea un presidente progresista o de izquierda -es un presidente de derecha, neoliberal-,  pero ha marcado un precedente ya que, en un marco como el colombiano en el cual la ultraderecha está representada por el guerrerismo de Uribe, llevar adelante un proceso como el de La Habana era un alivio y era una buena señal para la región. Máxime cuando las conversaciones se produjeron en Cuba y tuvieron el apoyo de Venezuela, de Noruega, y de todos los países de América Latina. Por otro lado, el conflicto armado colombiano no afecta solo a ese país, ni militar ni económicamente. Colombia, desde hace muchos años, se ha vuelto una exportadora de refugiados. Muchos atraviesan las fronteras de Ecuador, de Venezuela, de Perú, huyendo por la violencia. Y nosotros no podemos seguir cargando a nuestros hermanos con los que compartimos frontera de esa responsabilidad. También Colombia se ha vuelto un exportador de violencia, porque en las zonas de frontera, por ejemplo con Venezuela, ha habido claramente una acción del paramilitarismo muy marcada, que incluso ha secuestrado, asesinado y extorsionado a ciudadanos venezolanos. Es un conflicto que fue más allá de las fronteras de nuestro país y afecta seriamente a nuestros vecinos, con el agravante de que el combustible de todo esto es el narcotráfico, que ya tiene un alcance, no sólo regional, sino mundial. Algo que parecía una negociación con una guerrilla, en realidad, tiene una repercusión enorme para toda América Latina y, yo diría, que para todo el globo porque las redes de narcotráfico, de terrorismo, de armas, son globales. Desarticular a uno de estos actores a nivel global realmente era un avance y un aporte de Colombia para hacer de este mundo un lugar con un actor violento menos.

¿Qué puede pasar en los próximos meses?

Cualquier cosa. Fíjate lo que fueron estas semanas. El domingo 2 de octubre nos mataron con el “no”. El lunes siguiente Santos cita a Uribe, que no va. Se encuentran el miércoles, día en que Uribe hace una declaración en la que no dice nada, no propone ningún acuerdo alternativo, no tiene ningún argumento de peso para negar la validez de los acuerdos de La Habana. El jueves habló el jefe de campaña por el “no”, haciendo unas revelaciones que parecen de wikileaks, sobre cómo se produjo toda la estrategia de manipulación. Terrible. Este hombre renunció ese jueves al centro democrático del partido de Uribe. Y el viernes le dieron el Nobel a Santos. En el medio, ha habido una enorme manifestación de los jóvenes en Colombia. Se han movilizado en marchas del silencio, en marchas con antorchas solicitando la paz. Todo depende de qué ocurra de aquí al 30 de octubre. El espaldarazo del Nobel le dará agallas a Santos para retomar las riendas del proceso, y para no delegar el futuro al uribismo. Santos, en su calidad de presidente, es el llamado naturalmente a salvar ese proceso. Creo que  ahora haría falta una mayor presión internacional para que exista un convencimiento. Otro escenario que han planteado es el de una Asamblea Nacional Constituyente, pero esa ya me parece una estrategia demasiado ambiciosa. Si nosotros no logramos juntar censo electoral para votar un plebiscito, menos para reformar la carta constitucional. Segundo, es engorroso procedimentalmente. Tercero, dilata excesivamente los tiempos decisión: esta paz hay que lograrla ahora. El futuro del acuerdo depende de Santos, del liderazgo que él tenga, de que decida definitivamente que los acuerdos sigan. Por otro lado, hay que esperar porque Uribe y los sectores reaccionarios de la derecha colombiana no se van a quedar de brazos cruzados, pueden salir con cualquier cosa. En este momento, el panorama es muy incierto, pero no debemos tirar a la basura este acuerdo que tanto costó lograr.

 
Actualizado 19/10/2016

La cultura, más allá del mercado

La cultura, más allá del mercado

Sobre una tela en el piso había cartas en tamaño de postal con diferentes dibujos abstractos, alrededor de un cartel que decía «Oráculo». La joven que estaba sentada las juntó formando el mazo, lo mezcló y luego tiró una de ellas: «Tiene que ver con la expresión, ofrecer los colores al mundo que se habita y que me habita, organizar los elementos del entorno a la manera propia. Es la tarjeta ‘innovar universos'», dijo Ruth Rajchenberg, la creadora de la obra. La carta parecía significar ese instante de la Feria del Libro Independiente dando su propio color, dándose el permiso de existir, de expresar algo más en la ciudad. La sede fue el espacio IMPA (Industria Metalúrgica y Plástico Argentina), la fábrica del barrio de Almagro recuperada por sus trabajadores en 1998, en la que se sigue fabricando aluminio y además funciona un centro cultural que brinda talleres, una radio y un canal de televisión, entre otras cosas.

La feria se realizó en la calle, mientras en el centro cultural sucedían obras de teatro y talleres, que acompañaron la programación de la feria. La FLIA, nombre que se le da por sus iniciales, comenzó en 2006 y se construyó como un colectivo de artistas y escritores que se reúnen para crear un espacio propio de intercambio y manifestación cultural sin patrocinadores y abierto para exponer y asistir. La muestra es gratuita y su fin es compartir pensamientos y arte popular y estimular que broten expresiones fuera del mercado editorial.

La feria se realizó en la calle, mientras en el centro cultural se sucedían obras de teatro y talleres que acompañaron la programación.

Mientras expositores y lectores se mezclaban entre las mesas, en los tres micrófonos dispuestos en el medio de la cuadra pasaban bandas a cantar, a hacer poesía, o monólogos. «Hay que meter a los chetos presos, el otro día pasé por un country y no se veía ninguna antena de DirecTV, se quejan de que no tienen dólares pero todos tienen Netflix. Los tienen que encerrar desde la cuna, para eso es Prosegur. Son así, nacen con el corazón con IVA. Ojo, que yo no odio los blancos de piel, odio los blancos de alma», narraba el actor Maxo Garrone, quien conoció la feria a partir de haber ido a otros eventos alternativos. También sonó rap con la banda Malos Modales: «Primero escucha, segundo lee, si comprende el mensaje te pregunto así se aprende y por ende es que hay tanta gente inconsciente, por la potencia mundial destructora de mentes, más conocida como Internet que pudrió rápidamente gran parte de este planeta».

El medio alternativo Radio Semilla FM 106.5 transmitió el evento en vivo, bajaron los equipos desde el cuarto piso del IMPA, donde funciona la radio, y esta vez la hicieron abierta en la calle. Pasaban escritores y escritoras a leer poemas, fragmentos de sus libros, y a contar sus proyectos, como fue el caso de Andrés Demichelis, quien habló de su proyecto Guía Té. La radio está relacionada con la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA), y durante los días de semana, de 10 a 12, tiene un programa llamado Enredando las mañanas que se emite, cada vez, en una radio distinta de las que integran la red. «Queremos que la radio se identifique con un variopinto de carácter popular, y no con algún sector específico. Buscamos no sólo transmitir la radio desde las cuatro paredes, sino darle participación a la gente que hace cosas y sobre todo que pelea, como el evento de hoy. Le diríamos que no a algún programa auspiciado por alguna marca, o a uno de política partidaria, más allá de lo que independientemente cada uno milite y piense, porque creemos que tiene que haber variedad, y no llegaríamos a cubrir todo», dijo a ANCCOM Juana Laguna, integrante del programa radial Gremiales.

La sede fue el espacio IMPA (Industria Metalúrgica y Plástico Argentina) la fábrica del barrio de Almagro recuperada por sus trabajadores .

La música y la radio en vivo se entremezclaban con las conversaciones de quienes paseaban mirando los libros. Había publicaciones de humor, infantiles, feministas; poemas, novelas, fanzines, entre otros. También había ediciones ilustradas con serigrafía, con tapas de cartón de cajas de ravioles, con plástico, con tela, y todo tipo de material artesanal y también en formato tradicional. «Escribimos desde la identidad que habitamos», dijo una integrante de la editorial Profundo, que además tiene varios libros de imágenes, por lo que despierta en ella la fotografía. Además de los libros, había comida vegana, billeteras artesanales, bolsos hechos con sachets, toallitas femeninas hechas con tela para ser reutilizables, entre otras cosas.

En la mesa de Queriendo ser colibrí, donde estaban los libros de cuentos y poemas de Sofia Zurueta, su hermano Joaquín Zurueta repartía volantes en apoyo a la campaña por la expropiación de la gráfica Madygraf, gestionada por sus trabajadores hace dos años. La fábrica logró media sanción de la expropiación en Diputados, pero los trabajadores aseguran que si la lucha no continúa se corre el riesgo de que pierda estado parlamentario, como ya pasó una vez, y se perderían doscientos puestos de trabajo.

Integrantes de Abanico de artistas caminaban maquillados y disfrazados entre los demás. Se trata de un grupo que se reúne a hacer poesía, stand up, teatro y baile los últimos sábados de cada mes en La casa de los chasquidos, en Villa Crespo. Como ellos, abundaban los artistas en la feria: la calle se convirtió en un gran escenario.

 

Actualizado 18/10/2016

El combo de la miseria

El combo de la miseria

El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación y la empresa Arcos Dorados S.A. (McDonald’s) celebraron un convenio que, según se promocionaba,  le daría trabajo a cinco mil jóvenes entre 18 y 24 años. A cambio, los nuevos empleados recibirían una retribución mensual de 4.500 pesos, de los cuales 1.000 pesos serían afrontados por el Gobierno nacional. Gracias al amparo presentado por las diputadas del Peronismo para la Victoria Araceli Ferreyra, Silvia Horne y Lucila de Ponti, junto con el secretario de Juventud de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Matías Zalduendo, la Cámara de Apelaciones ordenó frenar dicho convenio. ANCCOM indagó los pormenores del acuerdo.

“Nosotros pedimos la nulidad de las Prácticas Clarificantes porque entendimos que, para los jóvenes beneficiarios, genera flexibilización y precarización laboral. No se cumplen los derechos mínimos de la Ley de Contrato de Trabajo y tampoco se respeta el Salario Mínimo Vital y Móvil”, afirmó la diputada de Ponti, y  agregó: “Si se quiere llevar adelante una política para que se genere el empleo en el segmento juvenil, hay que hacerlo respetando los postulados mínimos de la normativa”.

En Argentina, Mc Donald’s ocupa el sexto lugar en el ranking de empresas empleadoras, con un total de 16.809 trabajadores. Esta información es la que la propia multinacional declara en las planillas anexadas en el convenio con el Gobierno nacional.

«Pedimos la nulidad de las Prácticas Clarificantes porque entendimos que, para los jóvenes beneficiarios, genera flexibilización y precarización laboral».

Daniel Arenaza, abogado interviniente en la causa y miembro del Observatorio de Políticas Públicas, Legislativas y Comunicacionales, entiende que uno de los motivos que los llevó a intentar frenar el acuerdo es que el Salario Mínimo Vital y Móvil está pautado en 7.560 pesos, muy por encima de lo que establecía el convenio entre la multinacional estadounidense y el gobierno Nacional.

Un trabajador de McDonald’s, en su categoría más baja y sin antigüedad, actualmente cobra en Argentina por Convenio Colectivo de Trabajo cerca de 10.000 pesos por mes. Quienes iban a ingresar a través de las llamadas Prácticas Clarificantes -ahora suspendidas- hubieran cobrado menos de la mitad de ese monto. Aunque el Gobierno haga un esfuerzo significativo para instalar en el imaginario que son pasantías para el aprendizaje de un empleo, va saliendo a la luz que, en realidad, el funcionamiento es el mismo que el de una relación laboral tradicional, sólo que recibe otra denominación (y otra remuneración).

Respecto a la jornada laboral, también existen numerosas irregularidades. Arenaza explica que el acuerdo preveía que un trabajador cumpliera una carga horaria de 30 horas semanales, las cuales podían estar distribuidas entre fines de semana, feriados y horarios nocturnos. Un empleado regular de Arcos Dorados cobra un plus por una jornada laboral con estas características. Las Prácticas Clarificantes le sacaban al trabajador esa bonificación y tampoco contemplaban  cargas previsionales o los aportes de otras características.

Los motivos que llevaron a la diputada correntina Araceli Ferreyra a impugnar el convenio son de índole personal. La legisladora recuerda que, en su provincia natal, conoció de primera mano a jóvenes trabajadores de McDonald’s y de su principal competidora, sometidos a una situación de precarización e inestabilidad. Los trabajadores son contratados a través de acuerdos temporarios, luego los despiden y no les abonan ningún tipo de indemnización. Además, Ferreyra recordó: “A mí me tocó a mediados de los ’80 y principios de los ’90 salir a buscar trabajo. En pleno fulgor del neoliberalismo los programas de empleo joven no servían para nada. Era creciente la desocupación juvenil. Esta era una manera que tenía el sector empresarial para bajar costos, sin garantizar ni capacitación, ni posibilidad al empleo. Sé por experiencia propia que estos programas no sirven para nada. De hecho, en España también hay este tipo de convenios y allí hoy existe un 60% de desempleo juvenil”.

Las tres diputadas, Arenaza y Zalduendo presentaron el pedido de amparo ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo número 76, a cargo del Juez Fernando Alfredo Vilarullo, quien rechazó de manera inminente la acción de amparo. El abogado actuante explicó que el juez “consideraba que, ni las diputadas nacionales que se presentaron en la causa, ni la CTA, representada en Matías Zalduendo, tenían la legitimidad para poder defender los supuestos derechos vulnerados. Este desconocimiento de la CTA como una organización que propende los derechos de todos los colectivos de trabajadores, más allá de este conflicto en particular, es uno de los motivos por los que decidimos apelar a una segunda instancia”.  

«Las Prácticas Clarificantes le sacaban al trabajador esa bonificación y tampoco contemplaban cargas previsionales o los aportes de otras características».

En cambio, la sala número VI de la Cámara Nacional del Trabajo revocó el fallo de primera instancia que había desestimado la demanda. Se admitió la acción de amparo y la medida cautelar, y se le ordenó al juez que resuelva sobre esta medida cautelar, sin posibilidad de rechazo o desconocimiento sobre el tema.

Por otro lado, se incorporó a la causa a la empresa Arcos Dorados S.A. Daniel Arenaza explica: “Nosotros presentamos el amparo contra el Poder Ejecutivo Nacional, es decir, contra el Ministerio de Trabajo, que es el administrador, la cabeza del convenio. Los jueces en segunda instancia quisieron que también incorporáramos a la multinacional”.

Este convenio supuestamente está dirigido a crear empleo en jóvenes en situaciones de vulnerabilidad. Matías Zalduendo, de la CTA,  explica que existe un amplio desconocimiento entre estos sectores sobre los derechos laborales. Por tal motivo, afirma: “Un acuerdo anunciado con bombos y platillos, que pone en el centro de la escena a un joven que hoy en día está sin trabajo, que vive una situación difícil en su casa y quiere buscar un empleo para independizarse e ingresar al mundo laboral, puede ser visto por los receptores como una posibilidad. Nosotros tenemos que demostrarles a quienes quieren acceder al primer empleo que tienen derecho a un salario mínimo y a recibir aportes patronales. La idea es que el trabajo te dignifique, y no ser explotados”.

Los promotores del amparo se encuentran a la espera de que el expediente vuelva a la primera instancia, en donde van a tener que notificar al Estado nacional y a la empresa Arcos Dorados para que se presenten en la causa dando explicaciones o presentando los informes correspondientes. “Lo primero que el juez va a tener que hacer es resolver la medida cautelar. Luego, tenemos fe en que la Justicia va a seguir los lineamientos que ya  demostró. Tenemos confianza de que vamos a tener una resolución favorable. Aunque eso ya es criterio de los jueces y nos excede”, afirmó Arenaza.

Frente a esta realidad, el secretario de juventud de la CTA menciona la falta de cobertura de los medios masivos de comunicación ante la noticia del amparo: “No lo cubrieron porque es el primer golpe para el macrismo. Es uno de los primeros fallos que se da en contra del Gobierno nacional. No salió en ninguno de los grandes medios. Es más, el ministro Triaca se llamó al silencio. Esto es algo que sólo ha sido difundido por los medios alternativos y los portales. Cobró relevancia en las redes sociales porque se le ha puesto un freno a una política que nosotros consideramos que perjudicaba a los sectores más vulnerables y a los jóvenes”. Además, aseveró: “Estamos convencidos de que en este asado, en esta fiesta de los patrones, los trabajadores no vamos a ser el carbón ni mucho menos. Vamos a tratar de frenar este momento para defender a la clase trabajadora que es lo que más nos importa”.

Actualizado 18/10/2016

Documentar la realidad

Documentar la realidad

Más de 30 películas se exhibirán en Doc Buenos Aires, un espacio que año a año ofrece un amplio panorama de documentales y actividades vinculadas con otra forma de narrar visualmente la realidad. La exposición busca acercar al público a otro tipo de cine, a la vez que se propone actualizar las novedades provenientes de festivales de otras partes del mundo, mientras que da lugar al estreno de películas nacionales inéditas.

El programador de la muestra, Luciano Monteagudo, destaca la importancia que tiene un evento de estas características para el cine documental “de creación”, que es distinto a los tipos de documentales que comúnmente se transmiten por cable o se difunden por Internet: “Los materiales que se presentan priorizan la subjetividad, la experimentación y un fuerte punto de vista sobre los temas y personajes que abordan”. La centralidad en las exhibiciones apunta a la aparición de nuevas escrituras y formas de lenguaje. En ese sentido,  Marcelo Céspedes, director de DOC Buenos Aires señala: “El foco de este año va a estar puesto en ver lo que está sucediendo en el mundo con los jóvenes realizadores a través de sus películas”.

Charla con Jean-Louis Comolli en la Universidad de Cine.

Charla con Jean-Louis Comolli en la Universidad de Cine.

Desde sus inicios, la muestra cuenta con el apoyo del INCAA,a la que se sumaron a lo largo de los años varias entidades, entre ellas la Sala Leopoldo Lugones del Centro Cultural General San Martín, la Fundación Proa y la Alianza Francesa de Buenos Aires. Estos tres espacios y el cine Gaumont serán las sedes del evento a las que se agregará ocasionalmente el Centro Cultural Borges, en el que únicamente se realizarán charlas y talleres. Estas actividades especiales tienen un valor significativo para Luciano Monteagudo: “Habilitan la posibilidad de discutir las obras con sus directores y asistir a charlas de grandes teóricos, como la que va a dar el francés Jean-Louis Comolli, director durante casi una década de los Cahiers du Cinéma.”

Muchas de las películas que se proyectarán en el festival serán repetidas en distintos días y horarios, en dos de las sedes, con el fin de que los espectadores tengan la oportunidad de elegir dónde y cuándo verlas. Refiriéndose a esta decisión, Céspedes aclara: “Queremos ser chicos pero también efectivos. No deseamos ser un festival de 200 películas que no llegan a verse todas”. En cuanto a los films, mediante una rigurosa selección se eligen aquellas novedades que han sido consagradas en grandes festivales del mundo y que no han llegado aún al país. Esta es una de las tareas de la otra programadora del festival, Carmen Guarini, que indica: “No tiene sentido proyectar películas que ya se exhibieron, les estaríamos restando espacio y posibilidad a que el público descubra obras que nunca se mostraron”.

Si bien el DOC Buenos Aires cuenta con un público muy variado que lo acompaña año tras año, que va desde sectores especializados de estudiantes de cine y directores hasta gente mayor que aprovecha este tipo de circuitos, hay una parte de los espectadores que se agrega en cada edición. Refiriéndose a las personas que se acercan por primera vez,  Guarini remarca: “Esperamos que se sorprendan, queremos ayudarlas a descubrir historias, miradas, narrativas que las emocionen y concienticen.”

En comparación con los primeros años de la muestra, Guarini  señala: “Había menos producción del cine argentino, entonces se traían mayor cantidad de materiales de Europa”. Esta vez, aunque sigue siendo mayor la presencia de documentales provenientes del viejo continente, también hay películas procedentes de Cuba y de Brasil. “Por suerte ha aumentado la participación tanto de Latinoamérica como la de Argentina”, agrega.

En esta edición, la muestra se abrirá y se cerrará con el estreno de dos documentales filmados por directores argentinos, acontecimiento que rara vez se ha dado en el DOC Buenos Aires. El  jueves 20 la entrada será gratuita para quien se inscriba previamente al mail info@docbsas.com.ar. Ese día se proyectará la película “El día nuevo” de Gustavo Fontán, mientras que una semana después el film de clausura será “El (im)posible olvido” de Andrés Habegger.

Foto del documental El (im)posible olvido, dirigida porAndrés Habegger.

Foto del documental El (im)posible olvido, dirigida porAndrés Habegger.

Esta realización aborda la historia de vida de su director, quien prácticamente no tiene ningún recuerdo anterior a sus nueve años, vinculado a su padre, Norberto Habegger, desaparecido en Río de Janeiro por el Plan Cóndor. Esa historia personal da pie a la trama de la película, según comenta el propio realizador: “Empecé a trabajar sobre la idea del olvido como contrapartida de la memoria. Dónde es que se alojan las cosas que se olvidan, en qué lugar del cuerpo o de la memoria residen”. De alguna manera, para el director habría una similitud entre la construcción de la memoria y el cine que la película habilita a pensar: “Son  pequeños datos, anécdotas y hechos históricos que uno va hilando para construir su propia memoria y en el caso de la película pasa lo mismo. Ambos son relatos y se construyen de la misma manera”, explica.

Este mismo año, “El (im)posible olvido” no pudo formar parte del BAFICI, tras presentar un corto avanzado que no quedó seleccionado. Si bien es sabido que esto puede suceder en cualquier festival, al cineasta le llamó la atención que otros documentales relacionados con la temática de los derechos humanos hayan corrido la misma suerte. Sobre esta situación, Habegger comenta: “Para mí no era nada casual que determinadas películas similares quedaran afuera, dado el nuevo perfil de la gestión a nivel nacional”.

Si bien en su momento estaba Darío Lopérfido como Ministro de Cultura y eso hizo sospechar a más de uno que se trató de un acto de censura, Habegger se distancia de esa postura: “Sé que el Ministerio de Cultura de la Ciudad tiene otro paradigma sobre las políticas de derechos humanos. La organización del festival depende de ellos así que, indefectiblemente va a estar asociado a qué tipos de películas dejan adentro y cuáles afuera. Pero no me animo a hablar en términos de censura”.

En cuanto a la muestra, Habegger destaca que su trabajo sea el de cierre por la importancia que tiene el DOC Buenos Aires: “Por un lado, le da lugar a documentales argentinos con una mirada autoral y por otro lado, trae un montón de documentales de afuera que si esta muestra no existiera nosotros no tendríamos oportunidad de verlos”.

Actualizado 18/10/2016