Por Agustina Franceschi
Fotografía: Milagros Gonzalez

Los tres acusados recibieron dos años de prisión en suspenso y el doble de inhabilitación para ejercer cargos públicos por abuso de poder.

Los policías Américo Balbuena, Alejandro Sánchez y Adolfo Ustares fueron condenados a dos años de prisión en suspenso e inhabilitación especial para ejercer por el doble de tiempo por haber realizado abuso de poder como funcionarios públicos al infiltrar la Agencia de Noticias Rodolfo Walsh. El fallo elaborado por el juez federal Daniel Rafecas se conoció en la tarde de este viernes, 31 de marzo, en la Sala B de los tribunales de Comodoro Py.

Américo “el pelado” Balbuena había formado parte de la Agencia Rodolfo Walsh, impulsada por Rodrigo Grinberg a principios del año 2002 con la intención de lograr una comunicación alternativa y popular en un contexto de una enorme crisis social y deslegitimación de todas las instituciones, incluidos los medios masivos.

Tras once años de que Balbuena la integrara como corresponsal y movilero, sus compañeros descubrieron y denunciaron su trabajo y participación activa en el Cuerpo de Informaciones de la Policía Federal. Con Sánchez y Ustares como jefes, El Pelado dirigía los datos que obtenía sobre integrantes de organizaciones sociales a la División de Análisis de Seguridad Interior de la Policía Federal.

Américo Balbuena, el policía que se infiltró en la Agencia Rodolfo Walsh, en el medio de sus abogados.

En la audiencia, antes de escuchar el fallo, se produjeron las réplicas y contrarréplicas por parte de la querella y la defensa como última oportunidad de demostrar la inocencia o la culpabilidad de los acusados.

La querella decidió contestar ciertos puntos importantes que habían sido mencionados durante el alegato de la defensa, en particular del abogado Jorge Álvarez Berlanda el martes pasado. La abogada Viviana Mazea refirió a la existencia de Gustavo Franquet, la cual había sido puesta en duda por Álvarez, y que suponía una prueba fundamental respecto al trabajo de inteligencia realizado por Balbuena ya que existía una ficha a su nombre. Víctima del terrorismo de Estado durante la última dictadura, Franquet luego fue detenido en 2004 por entorpecimiento de tránsito por ser parte de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón. Ese tema era recurrente y de interés en las notas realizadas por Balbuena.

En relación a la ausencia de Franquet en las audiencias, tanto la querella como la Fiscalía coincidieron en que no era necesaria su presencia dado que “no hubiera podido dar explicaciones respecto a la ficha que está a su nombre. No era sustancial, no podía aportar o abonar nada.”

Por su parte, la defensa planteó que la nota no había sido realizada con Franquet sino que se trataba de una nota en la que se lo mencionaba pero que no había existido por parte del acusado una relación directa con él. En todo caso, según el abogado “la nota demuestra la labor periodística de Balbuena y confirma su versión.” Y reiteró la importancia de la presencia del mencionado allí para conocer su versión.

Respecto a la pregunta que se hacía Álvarez sobre dónde se encuentra la información que supuestamente filtró Balbuena a su cliente Sánchez, Mazzeo planteó que “o nada era sentado por escrito, tanto lo legal como lo ilegal, o todo ha sido destruido.” Sin embargo, en su opinión la querella “no se basa en esos archivos inexistentes sino en testimonios, legajos, normas secretas, entrevistas y las contradicciones y omisiones que ellos mismos concluyeron. Es decir, lo acreditamos de otra forma ya que no en todos los casos hay pruebas directa del ilícito.” Frente a esto la defensa sostuvo que “mientras ellos especulan que las pruebas han sido destruidas, nosotros afirmamos que esas pruebas nunca existieron.”

En relación a la falta de rigurosidad por parte del perito Nicolás Viamonte planteada en la audiencia anterior y que había dado lugar a un pedido de nulidad por romperse la cadena de custodia, la querella sostuvo que no hay una constancia respecto a un mal accionar. “No consta que la computadora estuviera apagada y fuese prendida como supone Álvarez. Tampoco encontramos cuál fue la actitud irregular, simplemente se hizo un peritaje que dio cuenta del borrado de gran parte de la información en la máquina.” Así también lo entendieron los fiscales que denegaron el pedido de nulidad de ambos abogados por no haber sido realizados en el momento que correspondía y por ser entendidos como “un intento de última hora”.

También se hizo referencia a la utilización del verdadero nombre del “pelado” mientras estaba infiltrado en la Agencia Rodolfo Walsh, lo cual para la defensa mostraba “la buena fe en su accionar”. Frente a esto, el querellante Matías Aufieri señaló que “no podía actuar de otra forma ya que Grinberg ya lo conocía desde antes. Sin embargo, eso no le impidió a Balbuena ocultar su labor policial hasta ser descubierto.”

Entre otros temas, también se señaló el caso de la estadía de Balbuena en Mar del Plata en el 2005, donde el policía no pidió autorización ni dejó asentado en su legajo su ausencia, lo cual para Aufieri da cuenta de que aquella actividad era “promovida, ordenada, consentida por sus jefes. En consecuencia, su tarea en la Walsh estaba relacionada a la Policía Federal.”

Luego de dos horas de exposición por ambas partes y un cuarto de intermedio de una hora de duración, la Sala B se encontraba expectante ante el veredicto del juez Rafecas, quien decidió no hacer lugar a los distintos pedidos de nulidad ni al planteo de prescripción recibidos por parte de la defensa. Frente al entusiasmo de los periodistas presentes anunció la condena de los tres imputadores por considerarlos autores penalmente responsable del delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público.

En la audiencia, estuvo presente la diputada Miriam Bregman quien actúo de querellante y planteó que en reiteradas veces han presentado proyectos con la intención de que este Cuerpo de Inteligencia sea derogado ya que solo se dedica al espionaje político. “Alberto Fernández negó su existencia por lo cual es muy oportuno que ahora llegue desde el propio juzgado para que esto pueda ser revisado” opinó la diputada.

La audiencia contó también con la presencia de Rodrigo Grinberg junto a otros compañeros que pertenecieron a la Agencia Rodolfo Walsh quien habló con ANCCOM: “Siento alegría, alivio. Es una que salió para el lado de la justicia, sabemos que no alcanza pero es un comienzo, que el Estado esté reconociendo que estuvo espiando es un paso. Ahora sigue la lucha por la cotidiana, seguir denunciando. La democracia aun tiene mucha deuda con la sociedad.”

La audiencia finalizó con los abrazos, aplausos e incluso cánticos de los presentes. “Esto recién empieza” repite Oscar Castelnovo, ex integrante de la Agencia, “ahora viene lo más importante: la condena social.”