Por Daniela Brutten
Fotografía: Mariel Bonino

Para visibilizar una serie de robos en Institutos de Educación Superior y alertar por el desfinanciamiento educativo y las condiciones de estabilidad laboral, estudiantes y profesores organizaron el Festival Educapalooza, en rechazo de las políticas que en el sector lleva adelante el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.

Frente al desmantelamiento que sufre la educación pública porteña, los y las estudiantes del Instituto de Educación Superior ‘Dra. Alicia Moreau de Justo’ y del Instituto Superior del Profesorado ‘Dr. Joaquín V. González’, llevaron adelante el viernes pasado el Festival Educapalooza. La iniciativa surgió tras una serie de robos sufridos en dichas instituciones y como reclamo a las políticas educativas implementadas por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y la ministra de Educación, Soledad Acuña. Así, se trató de un método novedoso de protesta, un llamado a la reflexión creativo que contó con diversas presentaciones de estudiantes y docentes de los institutos: desde lecturas de escritos originales hasta presentaciones de canto, con la inclusión de espacios didácticos de juego para menores.

“Ya en las clases veníamos conversando sobre la situación educativa a nivel general, les estudiantes están al tanto de lo que pasa en materia de políticas educativas en la Ciudad y en Nación”, explicó Sandra Aguilar, profesora de Psicopedagogía en el Instituto Alicia Moreau de Justo, una de las casas de estudio afectadas. “Eso es objeto de análisis y reflexión permanente –agregó–. Cuando sucedieron los robos y la policía se hizo presente en la institución, fue impactante ¿Qué hace la policía acá? Las autoridades nos explicaron que ellas la llamaron, para que realice las pericias de investigación, porque en este segundo robo habían roto puertas y ventanas, vandalizado, que es la práctica que se viene dando en el último tiempo. Hay un ensañamiento hacia las instituciones educativas”.

Sin embargo, los robos fueron tan sólo el detonante de una situación de abandono que deviene de hace tiempo, pues tal como explicó Aguilar, hace más de un año el ascensor del edificio histórico de cuatro pisos en el que se emplaza el instituto está roto, lo cual dificulta el acceso a pisos superiores a aquellas personas que tengan una discapacidad motora, estén embarazadas o se hayan operado. “La Ciudad no pone el dinero para que se arregle. En cambio, sí arreglaron la fachada, pero no vivimos de fachada”.

Al respecto, Carola, estudiante de Psicopedagogía, sumó: “Para la Noche de los Museos vinieron y pintaron la planta baja, para que la gente vea que está perfecta. Pero arriba se te caen los techos, tenés compañeres y docentes que no pueden subir al cuarto piso, no alcanzan las aulas y en los últimos robos se llevaron proyectores, computadoras, piezas de bronce de puertas y ventanas, rompieron vidrios y vaciaron el buffet”.

“La mañana del robo una estudiante dijo: ‘Me pregunto qué va a pasar con el edificio en las vacaciones, cuando nadie venga’ –contextualizó Aguilar–. Se vivió con mucha impotencia e incertidumbre. Además, el día anterior se había votado el presupuesto para educación en la legislatura, que nuevamente es a la baja. Entre la política educativa del gobierno de la Ciudad que desmantela la educación pública, más los robos, son golpes presupuestarios, materiales, simbólicos y anímicos”. Asimismo, la profesora destacó que frente a lo desolador del panorama, para revertir el desánimo, una estudiante propuso la idea del Educapalooza, dado que así podrían visibilizar a la comunidad y darse “un mimo” ante el desconcierto y desamparo.

“Nos regalamos esta actividad para darnos eso que ningún gobierno nunca nos dará, porque no confiamos en sus política de (in)seguridad –dijo Ana, estudiante, en el discurso de apertura del festival–. Nos encontramos para darnos la alegría que el PRO insiste en destruir cada vez que anuncia una política educativa, porque solo el espacio común nos ayuda a digerir tanto destrato, abandono. Sólo estando juntes encontramos el reparo necesario para seguir encarando la utopía de otro mundo posible. Bienvenides sean a esta fiesta para la educación pública, esa que todes nos merecemos y que vamos a seguir defendiendo”.

Es así que, a medida que se iban sumando personas al evento, un alumno del Profesorado de Letras se hizo del micrófono para dar una cuota de humor con la reversión del hit del cantante Alcides, ‘Violeta’: “No lo dejen seguir, no lo dejen seguir/¿Por qué?/Te lo digo yo/¿Quién es?/ Larreta, que se lleva tu educación”.

Por otra parte, Graciela, estudiante del Alicia Moreau de Justo, aseguró que el reclamo va más allá de los hechos puntuales que sucedieron: “Lo que veo es desidia, pienso en los futuros psicopedagogos y docentes que van a estar a cargo de nuestres hijes, que van a ser educados de acuerdo a lo que quiere Larreta y la ministra Acuña: mediante una computadora. Van a obtener un título por conectarse virtualmente de forma asincrónica, sin socialización y sin siquiera saber si es apto para estar en un aula. No se dan cuenta que lo que estamos educando es el futuro de una sociedad”. En este sentido, marcó que el gobierno de la Ciudad apuntala al capitalismo, olvidando que antes que máquinas de producir y hacer, somos personas con voz y voto, por ende, con la capacidad de defender la educación pública, gratuita y laica.

Desde su perspectiva como docente, Aguilar aseguró que en 2018, con la creación de la Universidad de la Ciudad (Unicaba), fue su primer “golpe desmoralizador”, ya que a pesar de que con la organización y resistencia del movimiento estudiantil junto a los gremios docentes lograron oponerse a la eliminación de los 29 profesorados, observaban que aun así había una fecha de defunción, se iba a dar un cierre silencioso y progresivo en los próximos años.

“No se trata sólo de una cuestión presupuestaria, sino que también este año se modificó el estatuto docente. Algunos gremios negociaron con el gobierno la titularización de cargos, pero no incluye a los docentes de Nivel Superior, por lo que actualmente más del 80% de quienes trabajamos en institutos de formación docente no gozamos de estabilidad y permanencia plena. También, se viene llevando adelante una propuesta de reforma de los planes de estudios de profesorados que suponen la reducción del campo de formación general: quieren unificar toda la formación de las materias pedagógicas, que sea un campo común para los diferentes institutos de manera tal que se pierda la especificidad institucional”, afirmó Aguilar, al tiempo que destacó que más allá de lo personal esto afecta en términos colectivos y políticos, ya que está en juego qué tipo de formación docente se va a dar, cuál va a ser el perfil de graduados, pues se ataca el pensamiento crítico.