Por Lucía Wainer
Fotografía: Milagros Gonzalez

«Mi mamá soy yo»,a obra de teatro de Luciano Cazaux, invita a reflexionar sobre las relaciones humanas, la convivencia y la tolerancia desde el humor.

“El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma” es una de las frases que se encuentran inscriptas en las paredes de El Tinglado. Donde antes funcionaba un viejo taller mecánico hoy hay un espacio dedicado a la cultura, el teatro, a la danza y a las artes plásticas y audiovisuales. A las 17 del sábado la sala se llenó de risas de distintas generaciones: nietos, padres, madres, abuelos y abuelas, que se vieron reflejados en Mi mamá soy yo: la nueva producción de Luciano Cazaux.

Luego del éxito de Bang bang y somos historia, comedia que ganó el premio ACE al mejor espectáculo de humor en 1999, el director presenta esta obra de su autoría que reflexiona sobre los vínculos de tres generaciones de mujeres obligadas a convivir por razones externas más que por decisión propia. Desde el humor se aborda lo difícil de las relaciones humanas, la convivencia, la economía al interior de las familias y las diferentes miradas entre una generación y otra. Abuela, madre y nieta chocan entre sí pero lo que en un principio parece ser una pesadilla se transformará en una salida para años de dolor acumulado.

“Hacer un humor que no sea superficial se logra trabajando en serio. Se desprende del contexto, nunca son chistes aislados o porque un actor se hace el gracioso”, comenta Luciano Cazaux en diálogo con ANCCOM. A principios de este año, empezó a reunirse con las actrices Martina Perret, Ana Praderío y Sofía Maluf en un departamento de General Rodríguez para comenzar los ensayos para la obra que se estrenaría el 13 de agosto. “Fue un proceso muy lindo, con mucha adaptación del texto porque es una obra que Luciano escribió hace ya 12 años. Algunas cosas las fuimos modificando. La construcción del personaje fue un proceso largo, fuimos generando una relación entre las tres actrices. Eso también hizo que mi personaje creciera y creo que sigue creciendo entre función y función”, agrega Sofía Maluf quien interpreta a Emma.

En Mi mamá soy yo, Isabel, la abuela, como consecuencia de la edad, cree ser su propia madre y refleja en su hija su propia memoria. “Me inspiré en historias personales, la de mi mamá, relaciones con mis hermanos, en historias que me fue contando Martina Perret de su abuela. A mí siempre me llamó la atención fundamentalmente el tema de la senilidad, del Alzheimer, cómo cambia la personalidad”, explica el director. 

A las 17 de todos los sábados hasta el 1º de octubre, Mi mamá soy yo espera seguir llenando la sala del teatro porteño El Tinglado (Mario Bravo 948) con risas y reflexiones. Cazaux espera que el público pueda llevarse como mensaje que “seamos más comprensivos. Cuando uno condena, cuando uno sentencia, en realidad, conoce muy poco de la historia del otro, casi nada. Cuando uno conoce esa historia no puede haber más lugar que para el amor”.