Por Julieta Zenobi
Fotografía: Milagros Gonzalez

María Josefina Macchi se presentó el 24 de abril a una entrevista laboral para ingresar a la aerolínea Emirates. Cumplía con todos los requisitos, pero de igual manera la rechazaron por su peso.

María Josefina Macchi tiene 25 años y estudió para tripulante de cabina en el Instituto de Formación Profesional Aeronáutica (IFPA); obtuvo la licencia en octubre del 2021. En el año 2020 había vivido una experiencia inolvidable: “Me tiré de un paracaídas y decidí que quería volar”.

El domingo 24 de abril, a las 10:30 se presentó en una búsqueda laboral de la aerolínea Emirates. La postulación era a través de internet y luego le enviaron por mail un correo para confirmar su asistencia al evento. Para ir a la entrevista había que completar un formulario previo, donde pedían, entre otras cosas, el índice de masa muscular (máximo 25) y el de ella es de 24,02. Macchi tuvo una correcta actuación durante la entrevista: “Me sentí muy cómoda”, dice. 

La conversación se realizó íntegramente en inglés, por lo cual el idioma no fue un problema. Sin embargo, no resultó seleccionada. Al acercarse a la reclutadora para preguntarle qué podía mejorar para la próxima vez, recibió una respuesta sorprendente: “Honestly, you need to lose weight” (Honestamente, necesitas bajar de peso). Josefina no podía creer lo que estaba escuchando: “Diciéndome esto ella pensó que me estaba haciendo un favor y lo que menos hizo fue hacerme un favor, me lastimó mucho”. La reclutadora tuvo la necesidad de decirle algo más: le pidió encarecidamente que no diga nada sobre las razones  porque no habla bien de la empresa. “El filtro fue mi físico”, asevera Macchi.

A raíz de un posteo que realizó su hermana en la red social Instagram. Josefina decidió dar a conocer su historia y realizó un descargo en Twitter, que se viralizó rápidamente. “No fue voluntario, las personas empezaron a compartir y se hizo viral”, detalla ahora la joven en diálogo con ANCCOM.

La aerolínea Emirates contrata a la agencia Flyright, quienes se encargan de hacer la selección de tripulantes de cabina, la cual no se ha contactado en ningún momento con Macchi para ofrecer sus disculpas. Han cancelado las entrevistas de aquellos que llegaron a última instancia y un evento en Paraguay sobre el que la agencia no quiso informar.

La aerolínea se comunicó con Josefina por medio de correo electrónico de la siguiente manera: “Actualmente, no disponemos de pruebas que establezcan que se le hizo ningún comentario discriminatorio en el evento que asistió. Si salen a la luz nuevas pruebas, las tendremos en cuenta para tomar nuevas medidas con respecto a nuestra agencia de contratación. Lamentamos no poder seguir adelante con su solicitud en este momento”. Sin pedir disculpas, la empresa aeronáutica se desentendió de lo ocurrido.  ANCCOM intentó comunicarse tanto con la aerolínea como con la agencia Flyright. En ningún caso recibió respuestas, ni a los mails ni a las llamadas telefónicas.

Macchi hizo la denuncia en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) pero no continuó con acciones legales porque cree que al ser una empresa muy grande tiene todo bajo control: “No quiero ocupar más mi cabeza con este tema. Aunque sé que sería hacer justicia, porque como sociedad nos interpela”.

Josefina cuenta que tenía idealizada a la empresa, le encantaba su uniforme, soñaba con formar parte de ella, pero nunca se hubiera imaginado lo que le sucedió. “Veía el uniforme de las tripulantes y decía qué lindo sería trabajar en esa empresa, pero después te das cuenta de que no todo es color de rosas y que hay un montón de cosas que son más fuertes que el uniforme”, aclara.

Macchi expresa que recibió numerosos mensajes de apoyo y también de colegas que han trabajado en la aerolínea relatando situaciones parecidas e inclusive más repudiables. Cuenta que los mensajes decían que le estaban haciendo un favor al no aceptarla: “Me dicen que te pesan antes de cada vuelo, que si te excedes de peso con el que ingresaste a la aerolínea no podés volar, y si no lo hacés, te lo descuentan. Es todo muy tremendo”, lamenta.

María Paula Ramírez, mamá de Josefina, menciona que fue a buscar a su hija al evento luego del hecho “A mí me causó mucho dolor como madre, ese día yo le había prestado una cartera mía, el uniforme se lo regalé yo y lo fuimos a comprar juntas. Toda una ilusión”.  María tiene un emprendimiento de decoración y también es profesional de salud mental. Cuenta que tiene pacientes con problemas alimenticios y que hay que ser responsable a la hora de hablar. “Esto es terrible. Uno no puede decir cualquier cosa porque no sabes la historia que hay detrás de cada uno”.

Ramírez relata que recibió muchos comentarios de apoyo y de indignación. Una chica que estuvo en la postulación escuchó lo que la reclutadora había dicho y aseguró que fue lo más horrible que había escuchado en una entrevista laboral.

A partir del hecho sucedido con Emirates la aspirante no bajó los brazos y surgieron nuevas oportunidades laborales:No me sacaron las ganas de volar, están más latentes que nunca”.

Actualmente, la joven de 25 años se encuentra haciendo la capacitación en la aerolínea FlyBondi para el puesto de azafata. La empresa se encontraba al tanto de lo sucedido en la aerolínea internacional, por lo cual la contactaron a pesar de que ella había dejado muchas veces su curriculum vitae. Según cuenta Macchi, la entrevista fue sumamente descontracturada comparada a la de Emirates “fue una entrevista grupal super amena y agradable”. Por ejemplo, tenían que compartir un dato curioso de su vida cotidiana y ella comentó que no le gusta tener el tacho de basura tan lleno. “Acá -dice- tengo lo mejor del mundo, vuelo en mi país, vivo en mi país y sigo con mi familia”.