Por Lucía Jauzat
Fotografía: ARCHIVO Daniela Yechua

La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia dictaminó que Disney se quiere quedar con casi todo el mercado de las transmisiones deportivas y deberá realizar una propuesta de desinversión en los próximos días. ¿Qué viene ahora?

En marzo de 2019, la Compañía Walt Disney adquirió a 21st Century Fox. La compra implicaba una megafusión ya que no sólo los estudios cinematográficos y canales de televisión de Estados Unidos de ambas empresas quedaban en las mismas manos, sino que implicaba la obtención de derechos de transmisión en diversos países, entre ellos, la emisión de varios eventos deportivos en Argentina. En nuestro país, esta compra implicaba que Disney obtuviera 7 de las 9 señales deportivas y los derechos de transmisión de varias competencias, entre ellas la Copa Libertadores, hasta entonces transmitida por Fox Sports.

 El 18 de enero, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) emitió un dictamen desfavorable acerca de la unión entre Fox y ESPN solicitando su desinversión para la continuidad de la fusión. Es decir, vender en el plazo de un año  -más seis meses de prórroga-  algunas señales y derechos a otros jugadores del sector. Mientras tanto, dos partidos de la liga local de fútbol deberán emitirse de forma gratuita a través de canales de aire. Uno de ellos deberá ser sí o sí de River o Boca. No es un dato menor ya que se trata de los equipos más convocantes en términos de consumo y facturación

 Uno de los fundamentos que puede leerse en el dictámen de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) es la gran concentración por parte de una sola empresa de señales deportivas, ya que Disney, dueña de ESPN, incorpora los canales de Fox, brindando una oferta de menor calidad a los televidentes dado que “al haber menos empleadores, hay menos diversidad y competencia en los programas y en las producciones”, afirma Agustín Espada, Magíster en Industrias Culturales (UNQ).

 Además, los clientes de los prestadores del servicio de televisión paga se ven afectados económicamente puesto “que una empresa como Disney tenga tanto poder en un activo tan importante como  son las transmisiones de deportes en vivo, hace que pueda exigir mayor dinero a los cableoperadores y eso haga que el abono sea más caro”. Por otro lado, Espada menciona que esta situación deja fuera de competencia a otras empresas como Turner en algunos segmentos importantes a través de la venta paquetizada: “Yo te vendo esta señal pero además me tenés que comprar 15 más”, ejemplifica el investigador. 

 La operación entre ambas compañías se desarrolló de forma global y Argentina no fue el primer país en intervenir: México, Estados Unidos, Chile y Brasil, entre otras naciones,  también optaron por tomar medidas anti-concentración.

¿Cómo llegamos hasta acá?

En Argentina la industria de la comunicación está bajo la mirada de varios organismos reguladores, entre los que se destaca la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNADC), dependiente de la Secretaría de Comercio, como ente de asistencia al Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM). El mismo actúa bajo la Ley de Defensa de la Competencia, sancionada en consecuencia con los “nuevos derechos y garantías” de los usuarios y consumidores, incorporados en el artículo 42 de la Constitución Nacional de 1994. El mismo prevé libertad de elección y un trato equitativo.

 Marta Maule, coordinadora del módulo de Políticas TIC del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), afirma que las agencias regulatorias se encuentran con muchas limitaciones a la hora de intervenir en industrias y mercados como el audiovisual y, eso se debe a que “las herramientas actuales de regulación son para una realidad que ya dejamos atrás, por lo que se requiere innovación en tecnología y estrategias de regulación”. Además, señala que Disney y FOX son actores de alcance global por lo que la adquisición excede al mercado argentino. “Estas complejidades hacen que nos preguntemos desde qué posición debe intervenir el Estado, circunstancia bastante compleja tras el desguace que la gestión pasada hizo de las leyes 26.522 y 27.078”.

 “Los bienes comunicacionales tienen una naturaleza distinta: son bienes públicos, no rivales –siguiendo a Joseph Stiglitz-, con un valor económico y simbólico. Esto hace que tenga que considerarse otra naturaleza y otro tipo de regulación a la hora de defender la competencia económica en este sector y atacar las condiciones de concentración económica”,  dice Espada ,  y continúa:  “En este caso, el dictamen de la CNDC es muy bueno, tiene mucho fundamento de la lógica del mercado audiovisual y del mercado comunicacional. Es una decisión que va en línea con la defensa de la diversidad de voces y contenido”. 

 Asimismo, Espada añade: “Me parece que es necesario garantizar el análisis en la doble vía: un organismo que entiende de comunicación (ENACOM) y otro como Defensa a la Competencia que se encargue de analizar la parte económica e industrial a la hora de aprobar estas fusiones”.

 Maule aclara que es importante destacar que las variables de análisis sobre estos fenómenos globales de concentración, ya han dado muestras que exceden el análisis económico y demandan abordajes multidisciplinarios e interinstitucionales, sin mencionar la necesidad de cooperación internacional. 

 Martín Becerra, Doctor en Ciencias de la Información y Magíster en Ciencias de la Comunicación,  opina que estos organismos son protectores de las audiencias, del público y también de la especificidad que tienen las empresas: “Debería interesarles que haya un regulador sectorial porque entiende más sobre el tema. La Comisión Nacional de Defensa a la Competencia, en Argentina y en el mundo, no tiene un conocimiento tan específico del sector. Creo que sería más robusta la defensa de todas las partes si el escrutinio fuera por las dos vías”.

¿Regulación ex-ante o ex-post?

Existen dos formas de legislar sobre la concentración económica: la regulación ex ante que implica una intervención previa a un suceso y la regulación ex post a través de la cual se toman medidas luego de que el hecho ya está consumado. Si bien la Ley de Medios, sancionada en 2009, no era completamente rigurosa en medidas ex ante, tenía un tope a la concentración que puede entenderse de esa manera. Aquí radica otra de las modificaciones realizadas por la administración de Cambiemos,  ya que se redujo o eliminó dicha restricción.

 En cuanto al caso Disney – Fox, Espada cuenta que el cambio mencionado no es tan relevante porque no regulaba expresamente derechos de transmisión deportiva ni la propiedad de las señales de cable, pero aclara que “están a la vista los problemas de la regulación ex post en Argentina, donde después de tres años tenemos una decisión y es mucho más difícil volver para atrás operaciones económicas ya realizadas que, por ejemplo, en países en  los que la regulación ex post funciona bien como en México o en EEUU donde se logró revertir a tiempo esta situación de concentración económica”.

 Por su parte, la coordinadora del módulo de Políticas TIC del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV, asegura que la regulación ex ante es una valiosa herramienta con la que cuenta el Estado para prevenir perjuicios, sobre todo en los últimos eslabones de las cadenas de valor. “Su falta es compatible con una ideología en la que se supone que el mercado asigna eficientemente los recursos y en donde los agentes de mayor peso dominan y maximizan ganancias a costa de la gente y las Pymes”

.En este contexto, Becerra no cree que se vaya a revisar o modificar la normativa ya que la composición del Congreso Nacional no parece ir en ese sentido. “Deberían fortalecerse las competencias ex ante, tal como ocurre en Europa y Estados Unidos, ante fusiones y concentraciones mayúsculas”, agrega.

Desinversión versus judicialización

En este caso, el organismo regulador dictaminó que la empresa deberá vender los derechos de los Contenidos Fundamentales de la Copa Libertadores, la Fórmula 1, National Football League, Premier Boxing Champions, ATP World Tour 250 – ATP Córdoba y la Champions League, entre otros, con el objetivo de reparar la competencia en el mercado de comercialización de señales deportivas básicas. Este proceso debe realizarse en los próximos 12 a 18 meses. El dictamen, además, establece condicionamientos conductuales como no empaquetar las señales deportivas para vender a los cableoperadores, no aumentar el precio de estas señales para que no represente una lesión a la competencia con los cableoperadores y al mismo tiempo ofrecer a otras señales de cable y a canales de televisión abierta de eventos deportivos que el dictamen establece. 

 Maule sostiene que es demasiado optimista pensar que las desinversiones son una herramienta eficaz para estos casos porque “contamos con una historia que nos demuestra que no se llevan a la práctica. Hoy, la sanción más efectiva es la multa”. Un ejemplo es el Grupo Clarín, quien logró imponer una medida cautelar que detuvo el proceso de adecuación. 

 “Es urgente que se produzca esta desinversión y darle 18 meses cuando en México le dieron 6 meses, me parece algo excesivo”,  afirma Espada y agrega que si se judicializa la medida, podríamos llegar a las elecciones presidenciales con un panorama de indecisión en esta materia.

 Por otra parte, Becerra señala que como en la Argentina tomó esta decisión más tarde que en Chile, Brasil o el propio Estados Unidos, y no cree que “la empresa salga con los tapones de punta” porque hay antecedentes muy potentes sobre esta misma fusión. 

Los derechos del fútbol

Hay dos empresas en el mercado que son competencia directa de Disney en relación a este tema: Clarín y DirectTV que estarían interesados en adquirir derechos de transmisión  porque son actores que participan en la distribución de señales deportivas. Espada cree que los derechos del fútbol, contrario a lo que se piensa, no van a ser vendidos por Disney ya que representan un buen negocio para la empresa y uno de los principales activos. “Pienso que prefieren desprenderse de una parte o la totalidad de la transmisión de la Copa Libertadores”. 

 Por otro lado, descarta que pueda entrar un participante local como Telecentro, que intentó ingresar al negocio con una oferta más atractiva. “Esa oferta tenía más que ver con una herramienta de presión política en la negociación con Disney”, piensa Espada. 

 En cuanto al rol del gobierno aún no se sabe cuál será el recorrido. A los dos días del anuncio de Roberto Feletti desde la Secretaría de Comercio con el duro dictámen antitrust, el senador Oscar Parrilli presentó un proyecto para que vuelva Fútbol para Todos. En este caso el camino será legislativo o no será nada.