Por Giuliana Biasotto
Fotografía: TELAM

Nuestro país es uno de los ocho del mundo en donde se está llevando a cabo el estudio MOSAICO para la investigación de una vacuna preventiva contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), actualmente en fase III. Brasil, España, Estados Unidos, Italia, México, Perú y Polonia aportan también a los 57 centros de investigación en los que se está desarrollando el proyecto. 

Fundación Huésped y el Hospital Ramos Mejía son los centros de investigación de nuestro país en los que se realiza el estudio. En él participan alrededor de 3.800 personas de todo el mundo VIH negativas con un rango etario de entre 18 a 60 años, con alto riesgo de contraer el virus.

El Virus de Inmunodeficiencia Humana afecta el sistema inmunológico y puede generar la aparición de otras enfermedades, en donde en una etapa avanzada la infección pasa a ser SIDA (Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida). Es importante señalar que no todas las personas que tienen VIH tienen SIDA, pero sí pueden transmitirlo. Según lo informado por el Ministerio de Salud de la Nación actualmente hay 139.000 personas con VIH en nuestro país. El 83% conoce su diagnóstico y el 17% lo ignora. 

Marcelo Losso, jefe de Inmunocomprometidos del Hospital Ramos Mejía, responsable del Área de Investigación en Enfermedades Emergentes en el mismo hospital, señala: “Nuestro grupo de investigación forma parte como centro de las redes de investigación HPTN (Red de Ensayos de Prevención del VIH) y HVTN (Red de Ensayos de Vacunas contra el VIH) del NIAID (Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas), NIH (Institutos Nacionales de Salud – Estados Unidos).  Es el único hospital público del país, y uno de los pocos de Latinoamérica, que forman parte de estas redes de excelencia en investigación en HIV a nivel mundial. El estudio MOSAICO es uno de los proyectos, entre otros, que llevamos adelante en colaboración con estas redes”. 

Nicolás Ávila tiene 28 años y es estudiante de Economía. La convocatoria le llegó por redes sociales y ahora es uno de los voluntarios que forma parte del estudio MOSAICO en el Hospital Ramos Mejía: “Descubrí que Argentina formaba parte de los ocho países en donde se está llevando a cabo y que tienen alrededor de 500 voluntarios en nuestro país. La verdad que fue algo que me motivó mucho y me dieron ganas de poder participar y poder ayudar poniendo el cuerpo a la ciencia para que pueda avanzar en una vacuna preventiva del HIV”, asegura. 

Este año se cumplieron los 40 años de los primeros casos de VIH. Ávila resalta la importancia que tienen los avances en estudios contra el VIH ya que en este sentido la información con la que contamos hoy de esta enfermedad es muy distinta de la que teníamos hace un tiempo. “Creo que es clave una vacuna preventiva para poder ponerle fin a la pandemia del VIH-SIDA. Además, todo el estigma que hay alrededor del VIH y que tiene la comunidad homosexual respecto a esta enfermedad. Como homosexual me parece también una forma para militar respecto a eso”, agrega. 

Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, en más del 98% de los casos la manera de transmisión del virus fue por relaciones sexuales sin protección. En el caso de los varones un 56,3% se da por relaciones sexuales sin protección con varones y un 42% con mujeres. En el caso de las mujeres, por su parte, un 97,1% se da por relaciones sexuales sin protección con varones. 

Guillermo Tapia tiene 25 años, es de Quilmes y actualmente es parte del estudio MOSAICO en Fundación Huésped. Su recorrido hasta llegar al voluntariado de la vacuna preventiva contra el VIH comenzó en realidad mientras buscaba ofrecerse para probar una de las vacunas para el covid 19. “Me enteré sobre la iniciativa que estaba llevando adelante la Fundación y me interpeló casi al instante porque pensaba: covid 19 puede agarrarle a cualquiera ¿no? Igual que en el VIH, pero ¿qué circula en el imaginario colectivo? Se relaciona a minorías sexuales generalmente y a personas que su único sustento es el trabajo sexual. Por eso me sentí identificado con minorías que son excluidas. Al menos por ser parte de la comunidad”, sostiene.

Tapia manifiesta que no tenía conocimiento que se encontraba en desarrollo una vacuna preventiva contra el VIH y decidió interiorizarse al respecto. Fue a una entrevista y asegura que la manera en la que se manejaron y la consideración que le mostraron a la hora de programar las citas fue un factor fundamental para que se sumara al proyecto, además de que éste se encuentre en fase III.  

“Como en todo estudio de investigación, el proceso de consentimiento informado es crucial, se trata de poner a disposición toda la información necesaria para que el voluntario comprenda la naturaleza del proyecto en todos sus detalles y pueda tomar una decisión libre para participar o elegir no hacerlo. En este caso, se trata de personas que no están infectados con VIH, pero tienen un riesgo elevado de infectarse en el futuro próximo”, asegura el Losso. 

Leandro David Sandoval tiene 26 años, es estudiante de enfermería y trabaja en el Hospital de Ituzaingó. Se enteró de la campaña en redes al inicio del 2020 cuando apenas habían comenzado a convocar voluntarios. Se inscribió en un formulario y a los pocos días le llegó un correo electrónico en donde le hicieron la convocatoria para su primera entrevista. Lo que lo llevó a participar fue su compromiso con la comunidad LGBT. Forma parte de un frente de diversidad en su localidad donde arman jornadas solidarias. Desde hace unos años era aportante de Huésped a través de donaciones mensuales. 

“Cuando yo me sumé al programa MOSAICO fue pleno marzo del 2020, me acuerdo que la primera entrevista la tuve el 16 de marzo, fue todo pre-pandémico. En la reunión charlamos sobre qué era lo que yo esperaba también del estudio porque es algo que uno hace sin esperar nada a cambio, solamente formando parte para contribuir de forma altruista, es algo personal”, explica Sandoval.

Losso asegura que el seguimiento que se realiza es exhaustivo y durante dos años, incluyendo la administración del producto de investigación. “En este caso, los diferentes componentes de la vacuna, en un régimen de cuatro dosis a lo largo del primer año y controles frecuentes de seguridad más otros parámetros”.

Guillermo Tapia explica que uno de los síntomas que tuvo luego de las aplicaciones -ya lleva dos- fueron un poco de temperatura que no llegaba a ser fiebre, sino febrícula, y un poco de dolor de cabeza: “Se soluciona con un analgésico convencional como con cualquier vacuna”, agrega. Por su parte, Ávila comenta que solo tuvo un poco dolor de cabeza y decaimiento. 

Sandoval considera que si esta investigación concluye de manera positiva lo único que espera es que se puedan seguir salvando vidas como hasta ahora han hecho con los tratamientos de alta efectividad. “Esta tampoco es la cura para los que ya conviven con el virus, sino una forma de prevenir que otros sean objetivos de su transmisión, pero es un paso que puede ayudar bastante al desarrollo de otras vacunas a futuro en donde se lo pueda erradicar”. 

“A pesar de contar con tratamientos antirretrovirales de alta eficacia que no solo permiten controlar la infección en el largo plazo, sino que evitan la transmisión de la infección, y de los enormes avances que implican el uso de estos fármacos en la modalidad de la PrEP (profilaxis previa a la exposición), es decir que previenen la infección en personas de alto riesgo, todos coincidimos en que la solución definitiva para la epidemia de HIV/SIDA es, sin duda, contar con una vacuna eficaz y segura”, cierra Losso. 

Ávila considera que en el caso de que el estudio MOSAICO concluya de manera positiva sería una buena noticia a nivel mundial, no solamente en Argentina, sino para todo el mundo: Poder pensar que el día de mañana con una vacuna preventiva junto a que todas las personas que están infectadas de VIH reciban el tratamiento adecuado y que sean indetectables -lo cual signifique intransmisible- teniendo a la población que está infectada indetectable y la población no infectada con una vacuna preventiva quizás el día de mañana podemos hablar del fin de esta epidemia y me parece muy esperanzador”. 

Tapia se encuentra optimista y afirma que ya es algo positivo que nos encontremos hablando de VIH.Creo que lamentablemente se va a seguir relacionando enfermedades de transmisión sexual con minorías sexuales. En relación a eso creo que ese va a ser mi aporte. Un aporte chiquito de construir entre todos una sociedad más justa e inclusiva”. Además, expresa que para la discriminación la única vacuna es la educación y la información “esa nos demostró que es 100% efectiva. Alguien quien no tiene estas dos dosis, aunque existan todas las vacunas y demuestren que son efectivas, no va a poder curarse de su espíritu de excluir a las demás personas. Para construir una sociedad más inclusiva y justa con las minorías sexuales”, cierra.