Por Natasha Gazvoda
Fotografía: Cristina Sille

El periodo neonatal, comprende los primeros 28 días fuera del vientre materno y es la etapa más crítica del desarrollo de una persona. El bebé se desarrolla a un ritmo acelerado y cualquier acontecimiento en su salud puede afectar el resto de su vida. En las áreas dedicadas a neonatología de los hospitales conviven médicos, enfermeros y profesionales de diversas especialidades médicas. En diálogo con ANCCOM, diversos profesionales del área cuentan cómo afectó el coronavirus a este segmento de la población y cómo les cambió la rutina de trabajo en el sistema de salud público. En la Ciudad de Buenos Aires este sistema comprende: un centro de salud especializado en maternidad que concentra la mayoría de los partos, el Hospital Materno Infantil Ramón Sardá; 12 maternidades (11 de ellas en hospitales generales de agudos y una en el Hospital Prof. Dr. Juan P. Garrahan); y tres hospitales pediátricos: el Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez y el Garrahan.

El cuidado por cumplir con el protocolo por covid 19 se suma al arduo y minucioso trabajo que desde ya requiere la tarea de atender a los bebés en su llegada al mundo. Adriana Iaroti, médica terapista del área en el Hospital General de Agudos Carlos G. Durand, expresó: “La terapia intensiva en neonatología es una línea muy fina entre lo invasivo y la extrema delicadeza. Es como hilvanar con nubes, una tarea así de artesanal. Requiere un trabajo en equipo entre nosotros y con los padres”. En este lugar donde inicia la vida, aún con la cuidadosa atención que requieren los frágiles pacientes, no están exentos de problemáticas que se arrastran desde tiempos pre-pandémicos, y que sin embargo este contexto complejiza.

El protocolo extremó los cuidados y les obligó a reorganizar la manera en que realizan su trabajo para garantizar el contacto del bebé con la madre: una cuestión fundamental en esos días posteriores al nacimiento. Si bien el covid 19 no afecta especialmente a los bebés, sí a sus madres. Carolina Asciutto, coordinadora del Equipo de Transporte Neonatal del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) en C.A.B.A., explicó: “La población neonatal no es objetivo del virus, por el momento. A pesar de la baja incidencia, ante la incertidumbre tratamos al bebé como si fuera positivo”. Claudio Solana, jefe de Maternidad del Hospital Sardá y quien además coordina -junto con Luis Somaruga (del hospital Rivadavia)- la Red de Neonatología de Hospitales Públicos de la Ciudad, detalló: “Habremos tenido unos diez bebés con covid aproximadamente, no fueron cuadros graves. Ninguno nació positivo, pero sí hemos internado algunos luego de que volvieran infectados de sus casas”. Gabriela Maydan, enfermera del Hospital Sardá, sostuvo: “Siempre se prioriza el contacto con la mamá. Si están bien se van juntos a la habitación. Tenemos casos confirmados de mamás. Es por eso que se está reforzando terapia, se está reubicando personal de nuestro equipo allí y también se previeron camas disponibles para recibir adultos de otros hospitales en caso de que haya una situación de desborde sanitario”.

“Habremos tenido unos diez bebés con covid aproximadamente», dice Claudio Solana, jefe de Maternidad del Hospital Sardá.

Los espacios son un factor clave del protocolo. La complejidad para resolver esta cuestión radica en aislar a los pacientes: la tarea más importante que se convirtió en un desafío. En el Sardá hay cuatro sectores: aquel al que van los prematuros o que tengan algún problema; otro al que van las madres asintomáticas o sin sospechas de covid 19; otro para las mamás con sospechas de estar contagiadas; y en cuarto lugar, al que van las madres con covid confirmado. Maydan sostuvo: “No se pueden poner demasiadas camas en el mismo lugar. Si hay una madre aislada, hay que buscar otro espacio. Fuera de terapia intensiva, no hay ningún lugar que esté aislado al cien por cien. En el lugar que acondicionamos para los bebés sospechosos de covid hay una puerta de vaivén, por ejemplo. El hospital no está preparado para una pandemia así”.

Solana detalló el proceso de cuidados de la madre y el bebé: “Al principio, se aislaron los bebés de sus madres, pero eso duró muy poco al advertir que el virus no se transmite por medio de la lactancia. Entonces, pueden estar juntos siempre y cuando se tengan los cuidados habituales (como el barbijo y la higiene de manos). Si nacen prematuros o con alguna patología, se aíslan en internación y se hisopan”. Por otra parte, Maydan, aclaró: “Si el bebé viene por guardia como caso sospechoso o desde la sala de parto con una mamá con covid, se lo aísla. Cada tres horas o cuando sea necesario, uno de nosotros entra y otro espera afuera por si necesita algo. Si no hay ninguna complicación para ambos, se puede quedar junto a ella. Sí sucede que al bebé el test le da negativo y queda aislado hasta que la mamá esté en condiciones para salir del aislamiento y la internación en Obstetricia. Es decir, luego del transcurso de nueve días, si la madre no tiene síntomas graves se le lleva la incubadora para no interrumpir la lactancia. No está comprobado que el virus se transmita a través de la lactancia ni por la placenta”.

Al principio, se aislaron los bebés de sus madres. Eso cambió al advertir que el virus no se transmite por la lactancia.

En el caso del Durand, hay un espacio para bebés sanos pero cuyas madres están en terapia o han fallecido. Iaroti contó la sensación de cuidar al bebé que está separado de su madre: “Querés que ella esté con su hijo y a la vez no podés hacerlo. Por eso inventamos otras formas de comunicación. Internet es una de las herramientas que nos permiten eso. Recuerdo que una madre estaba angustiada y me mandaba mensajes de voz. Hasta que ella pudo concurrir a Neonatología a verlo, yo le hacía escuchar los audios al bebé. Y en ese momento, cuando escuchó la voz, se conectó de una manera… tendría que haber filmado la reacción del bebé. Son las cosas lindas dentro de lo terrible”.

En relación a las condiciones edilicias, en el Hospital Durand la situación es preocupante: “Pudimos recuperar el agua caliente, pero hay muchas cosas que cambiar y no hay inversión. Seguimos trabajando, tenemos cosas buenas que tienen que ver con los recursos humanos, pero estamos recortados en términos de lo que aporta el Gobierno de la Ciudad porque dicen que no hay dinero para hacer una obra de gran envergadura. Por nombrar algunas cosas: los pisos están todos rotos, se tapa el baño a cada rato, nosotros tenemos que hacernos cargo hasta del agua que tomamos. Aportamos los aires acondicionados para el verano y el equipo de fútbol All Boys nos donó las estufas. Después hay equipamiento que es necesario para detectar problemas en bebés prematuros y que está contemplado en sus derechos, pero como no disponemos de él no podemos hacer estudios, como el de fonoaudiología. Hay irregularidades como la autorización de incubadoras nuevas que nunca llegaron”, expresó Iaroti

En medio de este contexto, los cuidados también comprenden al personal de salud. Asciutto –del SAME- detalló cómo es a la hora de trasladar a los bebés: “Usamos el equipo de protección íntegro, más que nada por los familiares, y los 11 de mi equipo estamos todos vacunados”. Por su parte, Maydan explicó cómo se organiza el personal en el Sardá: “Hay una persona designada a covid por fin de semana y vamos rotando, porque al ser un virus respiratorio provoca desconfianza y esto genera un estrés por la rigurosidad de los cuidados que requiere. También, se están haciendo capacitaciones internas sobre este virus”. En el caso de Neonatología del Durand, que atiende prematuros extremos, nunca dejaron de poner el cuerpo, aclaró Iaroti: “Muchos ejercieron su derecho a tomarse licencia y algunos quedamos por decisión propia”.

“Si el bebé viene por guardia como sospechoso o desde la sala de parto con una mamá con covid, se lo aísla», dice Maydan.

Pero la vocación y el ingenio de los médicos tienen como contracara la precarización, cuando se habla de recursos humanos y más en pandemia. El trabajo en neonatología está atravesado por las políticas públicas y un caso claro de ello es lo que sucede en el sector enfermería en C.A.B.A. Nada de lo descripto por la enfermera Gabriela Maydan es una tarea meramente administrativa y, sin embargo, cobran como administrativos: “Hay enfermeros que incluso son magister y se especializan, más allá de la licenciatura que dura cinco años. Reclamamos no sólo el resarcimiento económico, sino tener ese reconocimiento como profesionales”.

Al mismo tiempo, Asciutto indicó que sólo hay un hospital que se especializa en maternidad, a la vez que en pediatría. En los demás hospitales, todo bebé que nazca con algún problema que requiera tratamiento o que tenga alguna emergencia debe ser derivado y trasladado.  “El principal cambio fue que el trabajo de traslado bajó un 30%. Trabajamos con derivaciones coordinadas con el sistema de emergencia, y también con mamás que se movilizaban desde la provincia de Buenos Aires a la ciudad por motus propio. Este segundo grupo dejó de venir en pandemia, aunque en CABA hay un 50% de usuarias del sistema público que tienen domicilio en provincia”.