Por Lucía M. Iossa Urbizu

El ministro de Cambio Climático de Misiones, Patricio Lombardi (53), estudió Relaciones Internacionales en la Universidad de Belgrano. A principios de los años 90, fue asesor en esa materia tanto del Poder Ejecutivo como del Legislativo, y luego, en 1995, cuando recibió una beca de la Agencia de Información de los Estados Unidos (USIA), se mudó a Washington. En el país del norte llegó a ser viceministro encargado de Relaciones con América latina y el Caribe del Estado de Florida, durante el mandato del entonces gobernador Jeb Bush.

Vegetariano desde los 20 años, Lombardi sufrió cáncer de piel a los 32, hecho que reafirmó sus convicciones respecto al medio ambiente. En 2009, junto con el ex baterista de Soda Stereo, Charly Alberti, creó la Fundación R21, con la que replicaron en la región la Ley de Juramento al Compromiso Ambiental. La norma fue impulsada en Misiones por el ex gobernador Carlos Rovira, al igual que la Ley de Agricultura Familiar y la que convirtió a Lombardi en ministro, quien hasta ese momento se desempeñaba como subsecretario de Relaciones Internacionales de la provincia.

¿Por qué se creó el Ministerio de Cambio Climático?

Por la necesidad de jerarquizar la temática como política de Estado y llevarla a lo más alto. Yo vengo de la sociedad civil, tengo una fundación (R21) y siempre decíamos que como individuos somos el problema y también la solución en la problemática ambiental. Pero si no tenemos políticos –yo no vengo de la política– que cambien esta situación, legislen y tomen decisiones… El conocimiento científico para resolver la crisis climática lo tenemos, lo que no tenemos todavía es el coraje político. Misiones lo tuvo y por eso creó el Ministerio, pero al mundo le falta tomar decisiones más firmes sobre esto.

¿Misiones lo creó por iniciativa propia?

Por el interés de la provincia en mantener y reforzar su liderazgo ambiental. Fue la primera en Argentina que tuvo un Ministerio de Ecología creado hace 35 años y también fue pionera en crear un Ministerio de Agricultura Familiar, cuando hoy el Pacto Verde Europeo está diciendo que hay que comer agroecológico y de la granja en la mesa. Justamente esta política de Estado tiene seis años y ahora también el primer Ministerio de Cambio Climático en toda la región. Por eso, no es algo descolgado de la provincia, sino que habla de una trayectoria.

¿Cómo llegó a ser ministro?

Por mi recorrido en la temática. El cambio climático tiene mucho que ver con las relaciones internacionales, porque es un fenómeno global, y yo venía de tener a cargo las relaciones internacionales de la provincia. Si hacemos un paralelismo, lo que pasó en Estados Unidos es interesante. Venían de un presidente que negaba el cambio climático como Donald Trump, llega otro como Joe Biden que sí lo reconoce y pone de ministro de Cambio Climático al que había sido ministro de Relaciones Exteriores de Barack Obama. Uno y otro tema están unidos. Mi paso anterior a este, Fundar R21 junto con Charly Alberti, también me dio un plafón para entender la problemática ambiental y con Charly hemos ido a las cumbres más importantes en los últimos 12 años, así que no es algo nuevo para mí.

¿Quién le ofreció ser ministro?

En febrero del 2020, el Gobernador (Oscar Herrera Ahuad) me dijo que el Papa Francisco lo iba a recibir y si yo, como encargado de relaciones internacionales, lo podía acompañar. En la reunión, le anunció (al Papa) que se iba a presentar un proyecto de ley para crear el Ministerio de Cambio Climático en Misiones. En septiembre, la Legislatura provincial aprueba la ley y en octubre el Gobernador me pide si yo podía ser el ministro. Inmediatamente, con mucho orgullo y honor, le dije que sí.

¿Cuáles son las causas del cambio climático?

Muchas y diversas. Puede ser una chimenea que contamina; el caño de escape de un auto; la explotación y quema de hidrocarburos; los gases de las vacas (metano); el dióxido de carbono. Hay múltiples maneras de contaminar el planeta, hoy las vemos a todas presentes, y tenemos pocas formas de contrarrestarlo.

¿Existe una solución?

Educar y, como hizo Misiones, llevar este tema a lo alto de la política de Estado para que haya gente que dé la cara y diga “tenemos que tener una agricultura más amigable con el suelo y no usar agroquímicos”. Si hoy el mundo tuviese gente con la visión que hay en Misiones, el planeta sería otro. Por ejemplo, las restricciones que el Presidente estableció y que regían desde el sábado 22 de mayo para gran parte del país, a esta provincia no le tocaron porque tenemos otra realidad.

¿Por la responsabilidad social o por la biodiversidad?

Por las dos razones. Tenemos un gobernador y un vice que son médicos rurales, por lo cual saben, y además tenemos otro problema derivado del cambio climático que es el dengue. En Buenos Aires no existía antes, era una enfermedad tropical, y hace 10 años que la estamos escuchando. ¿Por qué? Por el cambio climático. Acá en Misiones tenemos una experiencia de cambio climático mucho más rápida y anterior. Hay un entendimiento pandémico, a cuidarse y a ser más responsables socialmente, y también nuestra política sanitaria es de primer nivel y elogiada en Europa. Además, si tenés selva, allí no hay coronavirus.

¿Deben pagar quienes dañan el medioambiente?

Hace unas semanas nos pusimos muy contentos cuando el presidente Alberto Fernández afirmó en la Cumbre del Clima que es hora de que nos den dinero no reembolsable por nuestros servicios ecosistémicos. Naciones Unidas creó una guía que resume tales servicios y básicamente plantea que un bosque nos da alimentos y medicinas, fija el suelo, es biodiversidad genética y también refugio de pueblos originarios. El 70 por ciento de los remedios oncológicos viene de allí, si lo talamos no habría de dónde sacar la materia prima para que la gente con cáncer los tenga. Entonces, para que una hectárea donde hay biodiversidad no sea desmontada, ¿cómo le digo al dueño de ese terreno “no tires el árbol para plantar soja porque estás haciendo una acción climática”? El tipo te puede decir “mi vecino de enfrente, de Paraguay o Brasil, tiene soja y una Toyota 4×4 y yo un auto viejo, quiero talar para plantar soja y ganar plata”. Ahora bien, ¿qué sería un pago por servicio ecosistémico no reembolsable? Que me den dinero para poder decirle a ese hombre “no tale la selva”, es pagar para que no talen.

¿Qué medidas ha tomado Misiones con respecto a los incendios?

El fuego puede ser provocado por una sequía derivada del cambio climático, o por algunos vivos que queman un monte para criar vacas o cerdos. Esta es una provincia que como matriz no tiene a la soja ni al transgénico, y concretamente, con relación a los incendios, no podemos tener el 52 por ciento de la biodiversidad y la mitad de la superficie arbolada y no contar con las herramientas necesarias para prevenirlos. Más cuando somos una provincia que hace bien las cosas, ordenada, que entiende la importancia del ambiente. Nuestras campañas de concientización, la alerta temprana, la responsabilidad cívica, todo esto es muy importante. Mucha gente utiliza fuego para limpiar el campo y luego sembrarlo porque es la forma más rápida. Estamos bien en cuanto a la conciencia del misionero del cuidado, pero tampoco nos podemos dormir. Lo cierto es que ante una emergencia no tenemos las herramientas necesarias para apagar el fuego, por eso necesitamos recursos no reembolsables. En una situación como esa la comunidad internacional tendría que ayudarnos. ¿Por qué? Porque el oxígeno puro que Misiones emite y el dióxido de carbono que captura nos beneficia a todos.

¿Por qué no es una provincia sojera?

De hecho, tenemos, pero no levantamos como otras provincias la bandera de la soja. Acá hay una política de Estado firme protegiendo lo ambiental, nosotros le dijimos no a la soja. Ahora, si alguien tiene un campo y quiere plantarla, no se le puede prohibir. Aunque me parece que haría un pésimo negocio aquí, porque tiene mucho más valor un árbol en pie que uno cortado, una mariposa viva que una muerta. Cuando entendamos eso, nadie más, por lo menos en esta provincia, va a ir por ese lado. El otro día me preguntaban mi opinión sobre las factorías de cerdos que quieren instalar los chinos. “No, atrás”, fue mi respuesta, pero tenemos que ser realistas. Por ejemplo, Misiones es una provincia en la que se planta tabaco y esto implica unas prácticas con el ambiente que no van muy de la mano, pero se está trabajando ahora en tabaco orgánico o agroecológico y está buenísimo. ¿Hacemos todo bien? No, tenemos todavía una actividad que no está adaptada al siglo XXI, pero de a poquito lo vamos modificando. Nuestra apuesta es a la agroecología que se basa en que un día plantás frutilla, otro día lechuga y otro día tomate, es rotación de cultivos, porque si no degradás el suelo.

¿Tienen alguna protección que evite el uso de agrotóxicos?

En Misiones se está yendo a una agricultura agroecológica en todas y cada una de las prácticas. Hay un trabajo muy fuerte de la familia agricultora, la chacra misionera, en donde el Ministerio de Agricultura Familiar elabora un manual de buenas prácticas de cultivo o, como se dice ahora, “agricultura climáticamente inteligente”, es decir, no utilizar productos que tienen traza de glifosato. Hay pesticidas y pesticidas, algunos profundamente tóxicos o con componentes químicos que han demostrado ser cancerígenos, y también hay otros que van pura y exclusivamente hacia ese bicho y no está la traza tanto en el humano. Hoy, esto dicho por el Conicet, llueve glifosato. En las toallitas íntimas de las mujeres hay glifosato. Una manzana, aunque la laves, tiene glifosato… Por eso son importantes la agroecología y las buenas prácticas. Por supuesto que a partir de que la temperatura sube y hay un cambio climático, los bichitos son cada vez más difíciles de combatir y más resistentes, entonces tenés que usar más agrotóxicos. Entonces hay que pensar en la rotación de cultivo, trabajar en altura, poner plantas en la punta que alejan ciertos insectos. Otro ejemplo, si ponés la colilla del cigarrillo, la dejás en agua, eso es un plaguicida natural, también la mufa del limón… De a poco estamos entendiendo, nadie sabe mucho en el mundo de estas nuevas prácticas, estamos todos aprendiendo.

¿No hay forma legal de frenar el uso de glifosato?

Hoy, si tenés una chacra en el interior de Misiones, sos productor de yerba y le querés hechar glifosato, no te lo puedo prohibir porque no hay una ley nacional que me autorice. Sin embargo, en la provincia tenemos una ley que prohíbe el uso de glifosato en el casco urbano.

¿Hay algún proyecto de ley al respecto?

Me encantaría que Argentina tome conciencia que el glifosato ya no se usa más en Europa. Pero hay que tener una decisión muy importante y hoy la matriz productiva del país no es la misma que la de Misiones. La gente que hace yerba orgánica y agroecológica en Misiones tiene toda la producción vendida al exterior porque hay una enorme demanda. El día de mañana, Argentina va a tener que entender esto y ahí sí podrá pasar una ley, pero hoy, aunque nosotros desde la sociedad civil presentemos un proyecto, no va a salir. Sí se puede pensar de acá a cinco años, ir preparando el camino.

¿Qué es el mercado de carbono?

Lo más importante es lo que dijo el secretario general de las Naciones Unidas hace unos días: “Es tiempo de ponerle precio al carbono”. Esto es complejo y diverso, pero vamos a hacerlo lo más simple posible. Todos tenemos una huella hídrica y una huella de carbono. Si estás tomando una taza de café de 250 cc, para producir ese cuarto litro necesitás 200 litros de agua, por todo el proceso que tuvo el café, desde el regado de la planta, y esto se llama la huella hídrica. Y si vas a la verdulería y tenés una banana Dole y una misionera, vas a decir “la Dole viene de Ecuador, a 4 mil kilómetros, la subieron arriba de un barco o de un avión y vino quemando carbono”, esta es la huella de carbono.

¿Qué programas están desarrollando desde el Ministerio?

Estamos elaborando, en conjunto con consultoras de Naciones Unidas, el Plan de Adaptación al Cambio Climático que tenemos que presentar. También el Plan de Mitigación al Cambio Climático para el que contamos con el apoyo del Ministerio de Ambiente de la Nación y de Naciones Unidas. En breve, vamos a lanzar el estudio de gases de efecto invernadero que va a llevar entre 8 y 10 meses, es una evaluación multidisciplinaria que se va a realizar acá. Estos tres planes nos van a permitir saber qué tan carbono neutral somos, o sea, si emitimos más de lo que capturamos, cómo estamos en esa balanza entre lo limpio y lo sucio.

¿La solución al cambio climático está en la educación?

Está en tomar el tema con la seriedad que se merece y que sea transversal. Y esa transversalidad tiene que ir no solamente por la educación sino por las acciones de gobierno. La ciencia ya nos dio el diagnóstico, falta que los políticos pongan lo que hay que poner y tomen las decisiones correctas.