Por Franco Ojeda
Fotografía: TELAM, Trabajadores de GPS

 

“Todo es un asco”, sintetiza Ayelén Córdoba, una de las trabajadoras de la empresa de seguridad aeroportuaria Group of Private Security (GPS) que denuncia malas condiciones de higiene, infraestructura y seguridad dentro de los aeropuertos Jorge Newbery (Aeroparque metropolitano) y Ricardo Pistarini (Aeropuerto de Ezeiza). Señala que el hacinamiento en los compartimentos de descanso y los pocos elementos de limpieza que disponen dificultan el cumplimiento de los protocolos. Acusa a la compañía de persecución y maltrato a los empleados que buscan, a  través de sus reclamos, mejorar sus condiciones de trabajo.

Entre otros problemas, cuenta, el vestuario no brinda suficiente protección contra los cambios de temperatura y las esquirlas que vuelan en las pistas. En el caso de “M”, una trabajadora de Aeroparque que prefirió mantener su nombre en secreto, comentó que algunos compañeros tienen problemas físicos a causa de la falta de indumentaria y elementos de seguridad.

Desde 2020, el plan de lucha incluye también a las condiciones de contratación y reclaman a Aerolíneas Argentinas que reconozca los años de servicio de los trabajadores de seguridad y que sean incluidos como personal permanente de la compañía.

 

 

Pasan los años pero el problema es el mismo

 

Los trabajadores de GPS señalan que a pesar de que diferentes empresas han prestado servicio tanto en Ezeiza como en Aeroparque, las problemáticas siguen siendo similares y el motivo de lucha es el mismo.

La situación de tercerización laboral de los trabajadores de GPS, los expone a la hora de hacer planteos ante la empresa. Cuentan que fueron víctimas de abusos laborales y salariales como modificaciones arbitrarias de horarios, traslados de los espacios de trabajo, quien se desempeñaba en Ezeiza era enviado al Aeroparque y viceversa, escasa protección en los espacios aéreos o la reducción del salario e incluso retraso en su pago y también del aguinaldo. “Nos mandaron a trabajar a Pistarini, sin tener en consideración lo difícil y a trasmano que es llegar y nos sancionaron igual si llegábamos tarde o si no teníamos transporte público”, declaró “O” una trabajadora del aeropuerto de Ezeiza que prefirió no dar su nombre para resguardar su trabajo.

Durante el 2020 y 2021, los trabajadores de GPS realizaron diferentes medidas de reclamo como asambleas, cortes de calles, manifestaciones sobre la autopista Riccheri y Avenida 9 de Julio. A pesar de que algunos problemas fueron resueltos, los trabajadores siguen luchando por el acceso a planta permanente. “Hemos tenido varias reuniones pero el problema es el mismo”, declaró Luciano Corradi, delegado de los trabajadores de GPS. “Nos reunimos con las empresas implicadas y con el Ministerio de Trabajo, pero no hemos llegado a ningún lado. Ni GPS ni aerolíneas tienen disposición para negociar”, señaló Corradi.

Despedidos, recontratados y sancionados

 

En febrero de 2020, cuando todavía el gobierno nacional no había anunciado medidas de restricción, los trabajadores de GPS reclamaron a la compañía de seguridad que distribuyera los materiales de seguridad e higiene necesarios ante una eventual llegada del coronavirus al país. La empresa solo ofreció unos guantes de protección. Frente a esta postura, los trabajadores que se desempeñaban tanto en el Aeroparque metropolitano como en el de Ezeiza se unieron y formaron una comisión de seguridad e higiene, en donde redactaron un protocolo y adquirieron materiales de sanitización y de protección contra el coronavirus

El 25 de marzo de 2020, tras el anuncio de las restricciones por parte del Gobierno nacional y después de realizar una medida de fuerza, los trabajadores Ayelén Córdoba y Carlos Roa fueron despedidos de la compañía. ”Luego de regresar de mis vacaciones a mitad de marzo, mis compañeros y yo decidimos no tomar posiciones para pedir elementos de seguridad e higiene. Una autoridad de la empresa nos dijo que esto era una psicosis y que no había tal pandemia. Un par de días después de la medida, pudimos obtener algunos elementos, pero a mi compañero (Roa) y a mí nos despidieron”, explica Córdoba.

A causa de este hecho, sus compañeros del aeropuerto de Ezeiza realizaron una campaña para la reincorporación de los trabajadores despedidos. La movida contó con el apoyo de referentes de los derechos humanos como Nora Cortiñas y sectores sindicales como los metrodelegados del subte y premetro. Tres semanas después, tanto Córdoba como Roa fueron reincorporados a la compañía, que también entregó materiales de protección e higiene.

Corradi considera que este tipo de acciones es un ataque al derecho a huelga de los trabajadores, amparado en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional. En 2021, luego de no recibir un aumento salarial durante el año anterior, acordaron un incrementol del 38% correspondiente al 2020. Después de este hecho, 200 empleados de GPS, distribuidos en Ezeiza y Aeroparque, fueron sancionados con apercibimientos de tres a cinco días por la huelga. Corradi señala que el castigo se debió a que las medidas de fuerza no contaron con el aval del sindicato oficial, Unión del Personal de Aeronavegación de Entes Privados (UPADEP). “Nosotros peleamos para que se respete el derecho a huelga de los trabajadores y que retrocedan con las suspensiones”, señaló Corradi.

 

Las falencias del protocolo

 

Los trabajadores de GPS, tanto del Aeropuerto de Ezeiza como del Aeroparque metropolitano, explican que los protocolos dictados por la compañía son de difícil cumplimiento. En primer lugar, consideran que los materiales de protección e higiene son insuficientes para la cantidad de trabajadores que poseen ambos espacios. En este caso, ante el déficit de material de limpieza e higiene, tuvieron que organizar torneos y rifas para poder financiar los productos de limpieza y seguridad faltante. En segundo lugar, consideran que la compañía demoró en armar un protocolo para evitar los contagios dentro de los espacios de trabajo. “Nosotros a finales de febrero sabíamos que iba a entrar el virus. Porque, seamos sinceros, ahora está instalado acá, pero el virus entró por los aeropuertos”, resume “M”, una trabajadora de Aeroparque que prefirió la confidencialidad. “Antes de trabajar con la llegada de los vuelos de repatriación, nosotros estudiamos de qué se trataba el virus por los pocos datos que había en internet y por otros contactos”.

”Desde el primer momento en que hubo un caso en Ezeiza, a la empresa le costó entender que no solo debe aislar al que dio positivo, sino también al contacto estrecho”, explicó una trabajadora de GPS. “Hasta que el Gobierno nacional dictaminó sobre cómo actuar en el caso de los contactos estrechos, nosotros debimos pelear mucho para que la compañía actuara”, señaló la empleada. Mientras que Corradi acusó a la empresa de restringir las medidas de aislamiento de los trabajadores debido a que no avisan cuando sus empleados resultan ser Covid positivo o contacto estrecho con un contagiado. Desde la empresa de seguridad GPS niegan que hubiera contagios de empleados originados dentro de la base: “Los contagios, en cualquier caso, ocurrieron por contacto estrecho por fuera del ámbito laboral”.

Los trabajadores de ambos aeropuertos coinciden en que las áreas de descanso y bases operativas no tienen las medidas necesarias para el cumplimiento del protocolo. Consideran que los espacios en cuestión son estrechos y de poca amplitud para agrupar a los trabajadores en sus momentos de descanso y que son un potencial foco de contagios en las bases aéreas. “Nosotros desde hace años reclamamos que nos den una nueva base operativa, somos muchos empleados y en el espacio actual, a pesar de que no entramos todos a la vez, estamos en condiciones de hacinamiento”, declaró Corradi. “El hacinamiento se siente dentro de la base, por eso debemos usar el aire acondicionado todo el día, a pesar de los charcos de agua que deja”, consideró “M”.

Luego de múltiples pedidos al Organismo Regulador del Sistema Nacional Aeropuertos, la empresa que está a cargo de la infraestructura de Aeropuertos Argentinos 2000 cedió un área del Aeroparque para extender la base operativa: “El aeropuerto nos cedió un espacio, pero nosotros necesitamos que inicien las refacciones y que inauguren ese espacio, porque no podemos estar así”, consideró Corradi.

”El lugar es un nido de cucarachas, además es muy cerrado”, detalla “M”.

Desde el otro lado

 ANCCOM estableció comunicación con Aeropuertos Argentina 2000, empresa encargada de la administración de las centrales aéreas. En consulta sobre la provisión de elementos higiénicos, señalan que durante 2020 se incrementó la distribución de materiales sanitizantes en los baños tanto para empleados como para clientes. En relación a las obras de refacción de las bases consideran que todos los espacios fueron adecuados para mantener la seguridad de los trabajadores como de los clientes.

La agencia también se comunicó con Aerolíneas Argentinas, empresa a la que los trabajadores de GPS reclaman acceso a planta permanente. Desde la compañía aérea alegan que a causa de la caída de la capacidad operativa, no fue contratado, ni pasado a planta permanente ningún personal. Consideran que la disminución en la venta de pesajes y la reducción de su capacidad de vuelo a un 30% fue un condicionante para eventuales incorporaciones.

Por último, ANCCOM también diálogo con representantes de la empresa de seguridad GPS. En relación a la consulta sobre la creación del protocolo, desde la firma señalan que el reglamento fue desarrollado a partir de la consulta con un ingeniero en seguridad, contratado por la compañía, quien diagramó los lineamientos de acuerdo a los espacios, la distancia y los elementos necesarios. Estas normativas fueron las mismas tanto para Aeroparque como para Ezeiza debido a que los vuelos de repatriación tuvieron como destino las dos bases aéreas respectivamente. “Hemos decidido la formación de cuadrillas o grupos de pocas personas para que no se amontonen en las bases”, señaló el representante. También destacó que desde marzo del 2020 la empresa entrega de forma continua barbijos, alcohol y guantes y que son controlados por Aerolíneas Argentina, la Aseguradora de Riesgo Trabajo (ART) y por Aeropuertos Argentina 2000. En alusión al caso de las bases operativas, desde GPS alegan que se encuentran condicionados tanto para la extensión de los espacios como de la realización de obras por parte de Aeropuertos Argentinas 2000. “La base es un espacio que te otorga el aeropuerto. La empresa no puede extenderlo a gusto propio. De acuerdo a lo que te da Aeropuertos te tenés que manejar como podés”, señalan desde GPS.

Un pedido desesperado

 A pesar de que la empresa de seguridad afirma que los contagios de los empleados de GPS se produjeron por fuera del espacio laboral, los empleados consideran lo contrario. Tanto los obreros de seguridad de Ezeiza y Aeroparque indican que durante las últimas semanas se incrementaron los contagios producto de las condiciones de hacinamiento en las bases operativas y piden a la empresa que condicionen los espacios y que se vacunen al personal esencial del aeropuerto. A pesar de que al aeropuerto llegan vacunas, “el personal no recibió una dosis”, destaco Corradi.